jueves, 10 de abril de 2025

605.- New Braunfels, otra ciudad alemana en Texas.


Siempre, cuando se escucha decir que San Antonio en Texas, tiene varios pueblos de origen alemán, la pregunta es la misma: ¿Alemanes?

Cuesta trabajo entender y no deja de ser interesante o al menos curioso para los amantes de la historia, porque Texas está muy lejos de Alemania, es un territorio muy grande, medio árido, por tanto, seco, de una vegetación muy exclusiva, donde priman los cactus, los robles, los álamos y no mucho más debido a que aguantan temperaturas muy altas, que poco se parece al país europeo.

Una cosa es tres, cuatro y hasta cinco inmigrantes de cualquier parte, ciudad o pueblo del mundo y otra es el asentamiento organizado, programado de grupos de personas parecidas, en épocas tan tempranas como mediados del siglo XIX. Muchas veces asentamientos en medio de la nada, sin dependencias de otros lugares y personas que terminan creando nuevas formas de vida, pero que en la misma medida que surgen nuevas, arrastran lo que traen de sus más fuertes tradiciones.

Las imágenes más comunes que albergamos del pasado, sobre todo durante todo el siglo XIX, son la existencia de algunas tribus de los llamados nativos americanos, tradicionalmente conocidos por muchos como indios, mexicanos que vivían aquí parece que felizmente sin chocar con nadie por la enorme extensión del territorio y muchos nacidos aquí ya como norteamericanos y los integrantes de las huestes que se movieron desde la costa atlántica hasta la costa pacífica, algunos con marcadas intenciones colonizadoras y de negocios, otros para sobrevivir, asentarse en algún lugar y comenzar nueva vida bajo nuevas leyes y personas.

Muchos de estos antiguos inmigrantes con movilidad interna, fueron los responsables de eliminar físicamente a todo lo que encontraban a su paso, incluyendo a una parte de los “indios”, algunos nobles y otros muy agresivos y guerreros y a los bisontes. Muchos escaparon de sus pueblos en Europa donde se estaban muriendo de hambre o habían cometido delitos por los que eran perseguidos por la justicia, para los cuales “America” se mostraba totalmente virgen. Claro las cosas malas hechas y sobre todo la violencia que realmente existió de muchos contra muchos acaparan la atención, pero también con y gracias a ese movimiento de personas, se crearon y desarrollaron nuevos pueblos y ciudades y se inauguró un desarrollo cultural y sobre todo económico industrial que luego conformaría la riqueza de todo el territorio. No existe lo totalmente malo, ni totalmente bueno.

Parece que dentro de todo ese movimiento que fue además dejando personas en el camino, muertos por enfrentamientos no sólo con los nativos, sino entre ellos mismos, enfermedades, etc., o vivos que se “aplatanaron” y no llegaron al final del viaje, llegaron interesados los alemanes, que no eran delincuentes, ni vinieron a quitarle las tierras a nadie, ni se fajaron con los “pobres indios”, sino que, con algunas posibilidades económicas las compraron oficialmente y establecieron en ellas pueblos cerrados donde era difícil penetrar. Esos alemanes reconstruyeron en Texas algo parecido a su Alemania: cervezas y vinos, comidas, dulces y chocolates, ropas, casas, leyes, actividades culturales e idioma.

En varias ocasiones anteriores escribí en este blog sobre Frederiksburg, el pueblo alemán más grande y por tanto importante y rico que está a una hora y media del centro de San Antonio, territorio comprado, no conquistado por la fuerza, por un grupo de alemanes. Bello lugar, hoy de una enorme atracción turística.

El resto de los pueblos alemanes tienen más menos la misma historia de surgimiento, como ya conté en uno de mis artículos, “artistas, escritores, poetas, profesores universitarios, o sea, ciudadanos alemanes con cierta preparación intelectual y posición económica, que huían de las deplorables condiciones políticas y sociales en su tierra natal, se instalaron en Texas y comenzaron a vivir como granjeros, estancieros y cowboys.

Pero este hecho no fue casuístico, ni desorganizado, mucho menos improvisado. Estuvo planificado por alemanes, entonces fue diferente. A mediados de 1842, un grupo de alemanes “nobles” se reunió y crearon una compañía, cuyo nombre no sólo me es imposible de pronunciar, sino también de escribir, juntaron una buena cantidad de dinero y decidieron comprar grandes cantidades de tierra, barata por aquellos años, para crear varios pueblos donde se establecieran los inmigrantes alemanes, sin tener que fajarse o convivir con personas de otras nacionalidades. Inteligentes”.

Otro de esos pueblos que muestra hoy una gran comunidad texana - alemana es New Braunfels, fundado en 1845 por el príncipe alemán Carl de Solms-Braunfels, Comisionado General de la "Sociedad para la Protección de los Inmigrantes Alemanes en Texas”, también conocida como Sociedad de Nobles, quien además de utilizar parte de su apellido, la nombró así para homenajear a su ciudad natal en Alemania.

Este hecho, o sea, la fundación organizada de New Braunfels, como ya dije en el caso de Frederiksburg, no es casual, menos desorganizado o como resultado de la acumulación espontánea de paisanos extraviados; todo lo contrario.

La Sociedad de Nobles organizó a miles de alemanes para que se establecieran en Texas quienes comenzaron a viajar desde 1844, para los cuales previendo lo largo y complicado del viaje, primero en barcos obviamente y luego tierra lejanas e inhóspitas adentro, se compraron y habilitaron tierras y se les ayudó a construir edificaciones para que pudieran asentarse y comenzar a cultivar la tierra sobre todo a la largo del río Comal, reconocido como uno de los más cortos del mundo, pero rodeado de una enorme cantidad de manantiales y el gran río Guadalupe.

New Braunfels prosperó, y en 1850, a sólo cinco años de establecida, se convirtió en la cuarta ciudad más grande de Texas. No es de extrañar, eran alemanes.

Esta ciudad, a poco más de 30 minutos del centro de San Antonio, atrae a muchos turistas, muy representados los alemanes, creo yo que un poco asombrados por encontrar y reconocer parte de Alemania en el gran y alejado territorio texano: arquitectura y construcciones, familias, nombres, tiendas de souvenirs, chocolates, cervezas y vinos, salchichas artesanales, sobre todo estas últimas destacado símbolo de las tradiciones alemanas cuyo mayor momento es Wurstfest "Festival de las Salchichas", los noviembre de cada año, acompañado todo esto de los famosos parques acuáticos y los ríos de agua muy fría que atraviesan la ciudad.

Caminar por Frederiksburg y New Braunfels, además de agradable, puede resultar un poco extraño. En medio de tanto y tanto desarrollo, super avenidas, mega edificios, luces y más luces, ellos mantienen rigurosamente un apego al pasado, que habla de mucho orgullo de una comunidad completa, no fácil de encontrar en muchos lugares dentro de los Estados Unidos.

Todavía hoy existen muchos descendientes orgullosos de aquellos primeros pobladores alemanes. Apellidos, nombres de calles, biotipos que recuerdan a esa población europea.