domingo, 18 de septiembre de 2022

464.- ¿Es Cuba hoy un Estado fallido?

El Terrible, aprovechando y como respuesta a mis dos últimos artículos, me escribe. Vuelvo a decir que sus reflexiones, mejores y más autorizadas que las mías, me estimulan a pensar. Luego, mi colaborador mantiene su forma muy particular de escribir, que no por seria deja de ser agradable y hasta divertida.

Aquí les dejo sus ideas textuales, antes de meterme en el asuntico del título de este artículo, un Estado fallido.

“Dicen que, hasta lo peor en la vida, tiene una parte positiva. Así que aprovecho la oscuridad de la noche al son del apagón, para mandarte algunas letras, tan oscura como la de aquel día de abril del siglo XIX en la que un grupo de cinco hombres abordaron un pequeño bote podrido que apenas flotaba en el movido mar del oriente cubano.

Dicen que los que quedaron en el vapor comentaron que los que bajaron estaban locos y como cosas del destino a los pocos minutos se partió el timón que no por casualidad llevaba el "viejo Gómez". ¿Qué fuerza mayor impulsaba a aquellos mortales que renunciando a todo y a todos arriesgaban la vida a cambio de nada?, ¿Tendrían tiempo y ganas de quejarse de lo malo que les pasaba en aquellos difíciles momentos históricos? Y....... ¿Por qué será que los cubanos que vivimos en Cuba nos quejamos y lamentamos todo el tiempo mientras el gobierno se justifica de manera crónica?

No sé si a "Carlitos" se hubiera podido imaginar que existiría un sistema de "cosas" como el que impera en Cuba desde hace más de 60 años. El pobre, dicen los que lo conocieron que todo lo que escribió en su sufrida vida lo hizo bajo el efecto de la riquísima cerveza que en su país se producía y muchas veces aguantando los dolores que le producían unos granos infernales que le salían en ambas nalgas. ¿Qué diría de Cuba si nos viera? Para ser "jefe o cuadro" aquí antes de ser buen hijo, buen padre, buen esposo, buen profesional, etc., hay que ser un gran MENTIROSO y tener varias caras. Una para tu familia, una para tus vecinos, una para tu centro de trabajo, una para el núcleo del PCC, una para los órganos de la seguridad.

¿En qué se convierten esos seres en Cuba? Todo para mantenerse formando parte de ese grupo "selecto y confiable" que vive alejado del pueblo y lo logran diciendo que si a todo, convirtiéndose en grandes mentirosos sin escrúpulos de ninguna clase. ¿Qué pudo mover a Gómez cuando mandó a convertir una nueva casa de campaña que le habían comprado los del exilio, en hamacas para sus hombres que dormían en el suelo?

Esto es un invento macabro y fallido por naturaleza que nada ni nadie pueden arreglar. El 2023 será peor aún sin que nadie pueda impedirlo, la solución para muchos es salir echando sin mirar atrás y mantenerlo como un mal recuerdo. Mientras a muchos de los que aquí seguimos, no nos queda otra que quejarnos y lamentarnos sin parar.

¿Se quejarían tanto aquellos hombres gigantes en la manigua cubana? Cuando mataron a "José" habían caminado más de 300 kms monte adentro, comiendo y bebiendo lo que encontraban a su paso. No eran perfectos, pero eran íntegros y consecuentes hasta el final, se entregaban de verdad y no decían mentiras para lograr sus objetivos.

Dicen por la TV que Cuba gasta 3 millones de dólares cada año en comprar cloruro de sodio, (sal común), para la industria farmacéutica. ¿Rodeados de mar y comprando sal?, ¿Qué pensaría Gómez si nos viera?

Seguimos en combate”.

El Estado como institución es, por supuesto, un invento humano, para sustituir y tratar de organizar los miles de años de la prehistoria perdidos en el pasado, donde los humanos vivieron sin él. Según he leído, los estados, de alguna forma definidos, surgieron hace alrededor de 5500 años, asociados como necesidad al rápido desarrollo de ciudades, la diversidad de religiones y la posibilidad que dio la invención y la difusión de la escritura, como causas más importantes.

De allá hasta hoy ha llovido muchísimo por lo que la definición de Estado y todo lo relacionado con él, se hace muy compleja, cada región, luego país, tiene sus propias características, por lo que es más fácil para mí retomar sólo algunas ideas vinculadas al Estado-Nación, que es la forma predominante en estos momentos, para ponernos todos a tono con lo que luego quiero explicar.

El Estado de forma general, es un concepto político que se refiere a una cierta forma de organización humana, para regular la vida de una cierta comunidad o grupo en un territorio determinado.

Mas o menos se refiere a las instituciones públicas de cada país, que son las que regulan todas las actividades y controlan su buen funcionamiento. El Estado se plantea lograr la convivencia de los humanos de forma más armónica y coherente, con el objetivo de lograr principios de bienestar, equidad, justicia, solidaridad, etc. Entonces, con estas funciones se mantiene independiente del gobierno que se encuentre en el poder. Los poderes del Estado se refieren a tres generalmente, el poder legislativo, el judicial y el ejecutivo, que, en líneas también generales o al menos teóricas, ellos tres se deben mantener independientes, para que uno no pueda controlar al otro.

Los elementos más importantes de cualquier estado son: la población, o sea, las personas que viven; el territorio, o sea, el espacio físico o área geográfica reconocida de forma permanente y el poder, referido a la capacidad del estado de organizar a esa población en ese determinado territorio reconocido.

Como punto importante y difícil está la relación que existe entre cualquier Estado y el gobierno que se escoja para trabajar. Muchos humanos, sin reparar en detalles, confundimos los términos y los usamos de forma simultánea, a conveniencia o por desconocimiento y como sinónimos. Vale la pena decir que Estado y gobierno no son lo mismo. El segundo es sólo la parte del primero que se dedica a administrar los poderes. El gobierno es temporal en la mayoría de los países donde existe, o sea, puede cambiar de estilo y personas, sin embargo, el Estado, salvo “causas mayores”, como guerras, movimientos separatistas, etc., se mantiene permanente.

Claro que, cada una de estas definiciones, luego hay que aterrizarlas en cada caso específico. En los países socialistas, Cuba, por ejemplo, todo esto se troca en la misma medida, que existe un único partido, el comunista, que está, a decir de la misma constitución que define al Estado Cubano, por encima de ella y un presidente de gobierno, que es paralelamente y muy bien pensado con maldad, el secretario general del partido comunista.

En los países socialistas, Cuba, por ejemplo, el secretario del partido y presidente de gobierno al mismo tiempo, viola por principios el criterio de la separación de poderes o mejor incluye un cuarto, pero más importante poder en la jugada, o sea, el poder político - ideológico como rector de todo y todos. ¿Cuándo una misma persona actúa como partido y luego actúa como gobierno? Ya lo vimos en nuestra historia, Fidel Castro, además de sumar en él mismo estas dos condiciones fue el presidente del Consejo de Ministro, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el papá de todos los niños, por lo que esa figura y cualquier otra que asuma todas esas funciones líderes en él mismo, tiende a endiosarse, a convertirse en intocable, tanto, que se termina actuando como dueño absoluto sin tener por qué atender a ninguna otra referencia.

Los cubanos, obviamente, hemos crecido confundidos, en la misma medida que nos han inculcado que Estado, gobierno, revolución y primero Fidel, luego su hermano Raúl y ahora el escogido Díaz Canel, son la misma cosa. A tal punto es la confusión suministrada convenientemente de forma intravenosa que el llegar a pesar solamente, por ejemplo, que el presidente está gordo, se convierte en un delito, no pocas veces acusado de traición a la patria. Llegar a decir que el presidente se equivocó o mintió, es casi poner la vida en juego o estar preparado para asumir grandes sanciones de privación de libertad.

Hemos crecido y vivido confundidos en un país donde el presidente, él solito, a conveniencia, anula al resto de los que forman parte de su gobierno, erigiéndose como protagónico de todo, sobre todo de las llamadas victorias. Por supuesto, anula también la necesaria autonomía de los famosos poderes y pone por encima de todo los intereses y la dirección del partido comunista que él dice representar. Nos ha sido difícil separar cuándo el asunto tratado es ideológico y cuándo es administrativo, porque siempre, ante todo, lo ideológico se ha impuesto para hasta el más mínimo análisis. En los países socialistas, Cuba, por ejemplo, el presidente de todo, funge como un Papa que es la representación de Dios en la tierra, sólo que en el primer caso, en el socialismo, es el presidente la representación de Dios y Dios es él mismo.

Los cubanos hemos crecido sin reconocer a quién mencionar, salvo cuando se ha tratado de errores y de pases de cuenta. Siempre se habla de “revolución”, como ancla y lastre del pasado histórico. Hoy más que nunca se habla de continuidad y sobre todo del legado de Fidel Castro, tratando de mantenerlo vivo en las memorias, al menos de algunos, como una mayonesa o una bechamel que sirven para aglutinar cualquier cosa. Cuando en realidad lo que Cuba hoy está pasando, su caída acelerada a niveles insospechados, la destrucción, la parálisis, la no esperanza y el negro futuro, es el único legado que el Comandante “invicto” nos dejara tras su partida de este mundo. Se miente, tal como declara El Terrible, pero más, se miente enfermizamente, sin pudor y miedo a las consecuencias, porque nadie puede enjuiciar a Dios y Dios son ellos mismos. La primera misión del gobierno - partido comunista, Estado, constitución, todos los códigos existentes, y por supuesto los funcionarios encargados de hacer funcionar todo esto, es sencillamente mentir, demostrando así, no sólo el poco respeto, sino el odio que sienten por los habitantes que ocupan el territorio reconocido como Estado Cubano. Después de 60 años de fracasos continuados y mantenidos, su única misión es mantenerse en el poder, por las buenas o las malas.

Llegar a pensar y alocadamente manifestar, por ejemplo, que el transporte público está malo o que es irresistible la falta de electricidad por ocho, diez, doce horas continuas todos los días,  frente a la real realidad de que puedes estar esperando por tres y cuatro horas y luego cogerlo metido como animales o colgado de la parte de afuera o que amaneces y te acuestas bajo apagones, puede ser interpretado como una acción enemiga, casi siempre pagada por uno de los "imperialismos" que durante estos 60 años han querido “atacarnos para destruirnos”, a decir de los que gobiernan.

Así hemos vivido, asumido o no. Y eso nos pone en el 2022 en la condición especial de Estado fallido. Este término es relativamente nuevo, que yo recuerde. Creo que es más utilizado por el periodismo y los analistas políticos para identificar a un Estado X, que ha fallado en garantizar sus funciones, o sea, el acceso a los servicios básicos.

Esto no deja de ser controversial, porque se refiere a la información que los gobiernos suministran, que muchas veces es falsa o acomodada, la observación de organizaciones internacionales, supuestamente neutrales y la opinión privada de los llamados expertos.

No sé exactamente en el caso de otros Estados, pero si puedo asegurar que, en el caso de Cuba, por ejemplo, muchas de las informaciones a organismos internacionales están mecaniqueadas o sencillamente no se ofrecen. Por sólo mencionar algunas de ellas, está el caso de los llamados “presos políticos cubanos”, sobre los cuales el gobierno cubano no permite observación directa o los niveles de alimentación y nutrición. Siempre se ha suministrado información manejada sobre la mortalidad infantil en la isla y por supuesto, el análisis y determinación para los cubanos del crecimiento del Producto Interno Bruto, donde se suman y se suman aspectos inventados por el gobierno para ellos mismos.

Esto nos trae siempre problemas de análisis, mientras peor hemos estado, mejor nos han dicho que estamos. Los números en Cuba nunca coinciden con la realidad que se vive. De ahí el famoso chiste del camión de papas paseando por las ciudades cubanas que nunca se descargaba en ningún lugar. El objetivo entonces no era distribuir papas, sino crear la imagen de que existía el demandado tubérculo y con eso crear la esperanza de que algún día el dichoso camión llegaría a tu localidad. Si no llegaba la papa a la mesa de tu casa, entonces siempre aparecía la más que mentirosa justificación del enemigo, que siempre estaba apostado y esperando al acecho para impedir los logros del socialismo cubano y su revolución. Tu papa nunca llegó porque el enemigo se robó el camión entero, le ponchó las gomas, envenenó o contaminó las papas, etc. Ese ha sido el socialismo cubano siempre.

Es entendible, pero bueno recordar que, un Estado puede haber sido eficaz en el pasado y luego convertirse en fallido. La condición de eficacia no es entonces una condición eterna, sino todo lo contrario. Los gobiernos y su actuación cambian los resultados, que son evaluados constantemente. De nada sirve que hace 60 años se alfabetizara a una parte de la población, por cierto, menor a la que los libros de historia recogen, porque ese fue un mérito de una actuación hace seis décadas, la realidad de la fuga de los talentos calificados, de los profesionales, de los técnicos, la realidad que las personas prefieran limpiar pisos, manejar taxis, trabajar en fábricas o construcciones, considerando que van a vivir mejor fuera de sus países de orígenes que en sus propios países de nacimientos, declaran un grave problema de ineficacia.

Los altos niveles de corrupción, delitos y crímenes, más la elevada aparición de una disidencia contra el gobierno considerada como enemiga y la necesidad del gobierno de reprimir, sancionar y encarcelar cada vez a mayor cantidad de personas, donde la población penal en Cuba se multiplica infinitamente, declara que muchas personas viven o tratan de vivir fuera de las leyes, normas y conductas aceptadas y/o impuestas. Hoy Cuba tiene casi 22 veces más cárceles que en 1959 cuando triunfó su “benefactora” revolución.

Ni hablar de la alimentación de estos últimos años. Ya dije, no, lo dijo él mismo, que Martí, nuestro Apóstol en medio de una guerra, comía tasajo de res, cerdo, yuca, boniato, tomaba café endulzado con miel o azúcar, queso, etc., productos tan viejos en Cuba como nuestros aborígenes y que hoy no sólo son un lujo, sino que no existen. Pasamos de comer comida enviada desde el Campo Socialista o comprada con su dinero, a comer soya casi pulso a hoy no comer nada.

Un Estado fallido, gústenos o no, está internacionalmente reconocido bajo determinados parámetros, que sirven para determinar su ineficacia, ellos son:

 ·       Corrupción política e ineficacia judicial.
·         Sobrepoblación y contaminación.
·         Altos niveles de criminalidaddelincuencia organizada, e inseguridad ciudadana.
·         Altos niveles de informalidadpobreza y pobreza extrema.
·         Gran parte de la población viviendo en asentamientos irregulares.
·         Crisis económicasinflación y desempleo.
·         Fuga de talento (emigración altamente cualificada).
·         Bajos porcentajes de personas con educación superior.
·         Gran parte de la población con la primaria o secundaria incompleta.
·         Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.
·         Incapacidad de responder a emergencias nacionales.
·         Vulnerabilidad frente a desastres naturales.
·         Incapacidad para suministrar servicios básicos.
·         Incapacidad para interactuar con otros Estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.

Por supuesto, al propio gobierno cubano, responsables de administrar las funciones del Estado Cubano y a los que todavía hoy defienden absurdamente ese modo de vida, no les gusta lo de Cuba Estado fallido, descaradamente les parece una fuerte definición. Es como si les diera urticaria.

Es fácil y poco doloroso definir que Haití, por ejemplo, es un Estado fallido, digo poco doloroso, porque no soy haitiano, pero cuánto duele ver a una Cuba rica hasta el punto de que España, durante toda la etapa colonial, la defendió incluso cuando ya no podía. Es doloroso ver a Cuba aceleradamente desarrollada durante la etapa republicana, tanto que llegó a ser uno de los países más reconocido, conocido, visitado y envidiado por muchos países del área. cuba fue un país escogido por los inmigrantes. La Cuba del gran desarrollo urbanístico, la isla de los grandes adelantos científicos y tecnológicos, la azucarera del mundo, la Cuba de los hermosos y productivos campos, capaces de enamorar a todos los que los visitaron, campos de no sólo caña, sino café, cacao, frutos tropicales de todos tipos, viandas, cítricos, etc. La Cuba que al triunfo de la revolución de Fidel Castro era, a pesar de los problemas, porque no son de negar los problemas que existían, un país funcional, con una mediana y pequeña burguesía próspera. Una Cuba además glamourosa, de hoteles, cabarets, bares, clubs en cada esquina. Una Cuba de intelectuales, poetas, músicos, pintores y escultores reconocidos en el mundo. La Cuba del Benny, de Rita Montaner, Bola de Nieve, de Amelia, de Carlos Enrique y de Víctor Manuel. La Cuba de Dulce Ma. Loynaz, de Lezama. La Cuba que construyó el Capitolio, el Palacio Presidencial, el Malecón de La Habana, la Carretera Central y el puente de Bacunayagua. Una Cuba de cines, tantos o más que cualquier país famoso de los llamados desarrollados. Una Cuba que atraía al turismo internacional, Hemingway, por ejemplo, que pudo vivir en cualquier lugar del mundo, se enamoró perdidamente de la mayor de las Antillas y escribió allí, en su "modesta casa y finca" de San Francisco de Paula muchas de sus grandes obras. Inspirado en la isla escribió "El Viejo y el Mar", posiblemente su libro más famoso, que al parecer influyó definitivamente para que en 1953 se le otorgara el Premio Pulitzer y como colofón el Nobel de Literatura. La Cuba iluminada, no sólo por las ideas, sino por los bombillos y lumínicos. La Cuba donde, los pobres eran pobres, pero orgullosamente comían harina, boniato, picadillo de res, frijoles, tamales, chicharrones de puerco, pan con timba, o sea, guayaba en conserva, tomaban leche, cervezas, ron y guarapo o jugo de caña. Bailaban, jugaban a la Lotería, disfrutaban de carnavales, de los bares y bodegas de cualquier esquina de cualquier barrio.

De todo eso, que es verdad que ocurrió, ¿qué nos queda hoy?

Ya dije que lo de Estado fallido no le gusta al gobierno de Cuba, pero si leemos con calma los aspectos para medir la ineficacia de un Estado cualquiera, muchos de los aspectos relacionados nos tipifican o describen inconfundiblemente hoy.

Creo que no es necesario listar con más detalles lo que nos está ocurriendo como país, sería ahondar en lo mismo. Baste decir que estamos frente a un gobierno ineficaz totalmente, que no puede y parece que no podrá en un corto plazo responder a las necesidades de la población que está obligada a beneficiar. Estamos frente a un gobierno que deja huir o impulsa a huir a sus habitantes, por no tener qué ofrecerles más que ideas de sacrificio y aguante. La cuestión de Cuba no es sólo electricidad y un poco de comida, hay otras muchas necesidades materiales acumuladas o guardadas que no han tenido solución, pensar sólo en la vivienda y la cantidad de barrios enteros ilegales, los otrora llamados de "llega y pon", pensar sólo en un trabajo digno con salario digno que alcance cómodamente para vivir el mes y de paso sobre algo para vacaciones, paseos, pequeños caprichos, etc., como lo tienen muchísimos millones de personas en el mundo. 

El problema de Cuba es que, teóricamente, como cualquier otro Estado, debería beneficiar a los cubanos, pero hoy los beneficios nadie los ve. Estamos entonces, no sólo frente a un gobierno ineficaz, que su mayor deuda probada y más que probada durante años, es la ineficacia para resolver la ineficacia.

Es cierto, Haití puede encabezar la lista de países reconocidos con grandes problemas, pero: ¿Es Cuba hoy un Estado fallido?




domingo, 11 de septiembre de 2022

463.- ¿Con y para TODOS? (Segunda Parte)

Pasó el tiempo y pasó y entonces un día de 1959, dicen que luminoso, un grupo de jóvenes, después de algunos ruidos, desfilaron por Cuba sobre sus tanques y jeeps de guerra, tal como si fueran carrozas de carnavales y dijeron, también en busca de apoyo y aceptación como hiciera el Apóstol en 1891, ahora sí, venimos a cumplir aquella idea, aquel sueño de “Con todos y para el bien de todos”.

Lindos y feos primeros días. Muchos olieron en la frase, ahora pronunciada por aquellos jóvenes “rebeldes”, un futuro no tan brillante y muchos días feos y les dejaron el camino libre, se marcharon, otros muchos, que habían estado entretenidos entre el trabajo, los bares, los cabarets, dentro de la sobrevivencia y la escalada dentro de la sociedad cubana, etc., se dejaron llevar por las promesas de un futuro mejor, recordaron la frase olvidada y se sumaron con entusiasmo a los prometidos días lindos.

Y fue cierto, los jóvenes que llegaron recordaron la frase, pero poco a poco, a veces de forma muy sutil, otras menos, la fueron cambiando por otra parecida, pero no igual, con todos y para el bien de algunos. Martí quedó como comodín. Cada vez que hizo falta rescatar el fervor, pues se hablaba del Apóstol y sobre todo se escogió y tradujo a conveniencia todo lo que había dicho y escrito, que por cierto fue muchísimo.

Con todos y para el bien de algunos, desde hace muchos años se ha convertido en la idea que prima en Cuba. Con todos para trabajar, para el bien de algunos para disfrutar. Con todos para los enormes sacrificios que está haciendo el pueblo cubano, para el bien de algunos para repartir y vivir bien, muy por encima de la media de ese pueblo al que se dice representar.

Con TODOS
Para el BIEN de ALGUNOS

Martí, a pesar de su amor, vivió poco tiempo en territorio cubano, de adulto sólo conoció bien algunos pedacitos de su isla amada. Su desembarco el 11 de abril de 1895, quedó registrado en su Diario con esa peculiar forma de ver y describir, cuando dice:

"Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubascos. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo de proa. Salas rema seguido. Paquito Borrero y el General ayudan de popa. Nos ceñimos los revólveres”.

No obstante, lo que vivió hasta el 19 de mayo, lo experimentó con fuerza. Martí en medio de la manigua, en medio de la preparación de tropas para el combate y de constantes movimientos y reuniones, en medio de una Cuba que ya venía desgastada por guerras anteriores, comió cerdo, (puerco para nosotros hoy), tomó café endulzado con la rica miel cubana o nuestra azúcar de siempre, debe haber comido alguna de nuestras dulces frutas y tomado leche, salvo que fuera alérgico a la lactosa.

En su Diario de Campaña nos deja algunos recuerdos:

Día 15 de abril. “Vuelve la comisión con sal, alpargatas, un cucurucho de dulce, tres botellas de licor, chocolate, ron y miel. José viene con puercos. La comida, puerco guisado con plátanos y malanga. De mañana frangollo, el dulce de plátano y queso, y agua de canela y anís, caliente”.

Dia 16 de abril.  Cada cual con su ofrenda - buniato, salchichón, licor de rosa, caldo de plátano

Día 21 de abril. “Almorzábamos buniato y puerco asado cuando llegó Luis: ponen por tierra, en un mantel blanco, el casabe de su casa”. 

Dia 17 de mayo, el último día registrado en su Diario nos cuenta: “Asan plátanos, y majan tasajo de vaca, con una piedra en el pilón, para los recienvenidos”.

Si ese Martí desembarcara hoy en Cuba o gracias a la modernidad llegara en un avión, cosa que sabemos no podrá pasar al menos en la vida real, porque ningún muerto ha regresado, pero siempre queda espacio para la imaginación de un escritor o un cineasta, después de haber escuchado que su inigualable idea, se ha repetido y repetido millones de veces, volvería a morir. ¿Cerdo, (puerco para nosotros), tasajo de vaca, queso, café, miel, frutas tropicales y azúcarrrrrrrrrrrrrr hoy?

Entonces le sería muy fácil concluir, aunque ni él mismo pudiera entender bien del todo, que estamos peor que en la manigua cubana recién iniciada su “guerra necesaria” en 1895.

Descubriría una Cuba paralizada, totalmente desgastada, no sólo en lo económico, sin nada que ofrecer ni a los que están, ni a los que como él llama recienvenidos. Una Cuba totalmente alejada y todavía a la espera de aquello de “Con todos y para el bien de todos”. Una Cuba defraudada.

Un país martiano que en realidad no conoce a Martí y cuyos funcionarios en el poder sólo lo utilizan como especie de ancla para mantenerse agarrados a donde están. Una Cuba que trocó su linda frase o sueño por algo más particular y privado, con todos y para el bien de algunos.

Creo que Martí, el que parece que no odió a nadie, porque su misión fue sumar, pero con muy claras ideas sobre la desigualdad, el totalitarismo militar, la falta de democracia y libertad, la corrupción, etc., terminaría también por odiar a los que hoy, en su nombre o mejor manchando su nombre, dirigen ese país.

No quedaría uno que no odiaría. Desde Fidel Castro, aquel “luminoso” joven que terminó introduciendo los apagones, o sea, falta de electricidad y con ella de luz para todo, pasando por Raúl y todos sus militares acólitos, borrachos de poder y de alcohol además, hasta el “honorable” Díaz Canel, el actual nombrado presidente, que, como continuidad, según él mismo dice conscientemente, sólo ha logrado convertir los apagones y hoy más que nunca la desesperación y la falta de esperanza, en enfermedades terminales para toda Cuba, de las que muy pocos escapan.

Si Martí desembarcara y caminara por su Cuba, hoy destrozada, volvería a emigrar, quizás a su Tampa querida y volvería a organizar su otra "guerra necesaria". Muy rápido entendería que este poder actual es peor que el poder colonial español contra el cual él dedicó su vida a luchar. No obstante, no todo dentro de la etapa colonial fue malo, caminen hoy por las calles cubanas y verán mucho de la colonia, palacios, plazas, iglesias y catedrales, fortalezas militares hoy museos, que forman parte de nuestra historia cultural, arquitectónica, diseñadora, etc., y al decir del propio Martí no todos los españoles fueron malos, y hace la salvedad, por ejemplo, de su propio padre.

Se lamentaría de los muertos que Cuba ha costado, los de su época, los de ahora, se uniría a los conspiradores, a los disidentes y reclamaría por el mal uso de su nombre para mantener tal desastre y volvería a soñar con una Cuba verdaderamente libre.

Seguro se lamentaría, tal como se lamentó en su época, de la cantidad de cubanos buenos desperdigados por el mundo, de la familia cubana dividida, de los que ya no están y no quieren estar, de los que siendo cubanos han nacido en diferentes países del mundo y poco saben o entienden de la realidad de la isla y quizás dedicaría algunas palabras a esa Cuba que hoy sufre, algo así como: me duelen los cuerpos de mis hermanos flotando en el mar sin vida, tratando de escapar de la isla cárcel, me duelen los cuerpos de mis hermanos tirados a la orilla de los trillos dentro de las selvas de nuestra América. Me duele ver a un pueblo trabajador, solidario, hospitalario, otrora alegre, hoy ensimismado únicamente en su tristeza. Me duele la falta de todo, hasta de lo más elemental para vivir. Me duele la no comida, la no ropa, la no electricidad, la no medicina, pero más me duele la falta de libertad, de esperanza y de visión y confianza en el futuro.

Se preguntaría, ¿Cómo los cubanos en cualquier punto del planeta, en muestra de gratitud y aceptación, me colmaron de halagos, presentes y regalos?, ¿Cómo pude recibir cuidados médicos en medio de los campos cubanos?, ¿Cómo comí hasta saciarme carne de puerco, vaca, quesos, viandas?, ¿Cómo pude tomar café y escoger con qué endulzarlo?

Pero también nos diría, pueblo cubano que no aprende, yo se los dije, pero, además, se los dejé por escrito y de seguro como no había vivido en Cuba día a día, sólo conocería un poquito por arriba del asunto:

“Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras; el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los ambiciosos, que, para ir levantándose en el mundo, empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse como frenéticos defensores de los desamparados.

Los sistemas políticos en que domina la fuerza crean derechos que carecen totalmente de justicia, y el ser vivo humano que tiende fatal y constantemente a la independencia y al concepto de lo justo, forma en sus evoluciones rebeldes hacia su libertad oprimida y esencial, un conjunto de derechos de reconquista”.

En otro momento dejó escrito para que lo leyeran, como casi todo el que escribe:

“Esa futura esclavitud es el socialismo. (…) Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanza y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pudiese el estado asignarle, puesto que, a éste, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir aquéllas.

De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquél que trabaja para otro que tiene dominio sobre él, y en ese sistema socialista dominaría la comunidad del hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los funcionarios son seres humanos y por tanto abusadores, soberbios, ambiciosos y en esa organización tendrían gran poder, apoyadas por todos los que aprovechan o esperaron aprovechar de los abusos y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos, el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo los quebrantos, violencias hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana...El funcionario autocrático, abusará de la plebe, cansada y trabajadora. Lamentablemente será y generará la servidumbre”.

Al final buscaría en sus apuntes y viendo lo que pasa hoy en Cuba, sobre todo su camino laberintico hacia abajo sin salida, nos dejaría dos ideas claras y alentadoras, que pueden resumir su pensamiento para una Cuba, su Cuba, que aún sufre y que aún busca lo de todos y sobre todo, para el bien de todos, más allá de romanticismos, formas personales y sentimientos:

  •  “La tiranía es una misma en sus varias formas, aun cuando se vista en algunas de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes”.
  •  “Una revolución es necesaria todavía: la que no haga presidente a su caudillo, la revolución contra las revoluciones. ..!”.

sábado, 10 de septiembre de 2022

462.- ¿Con y para TODOS? (Primera Parte)

He pensado mucho en este tema.

Si algún día me encontrara con Martí, en el otro mundo obviamente porque estoy convencido que a este no va a regresar, le diría dos cosas, aunque tengo una lista más grande de temas a tratar con él.

En dependencia del acercamiento, le diría Apóstol, Maestro, José o Pepe, qué difícil me es leerte. Toda lectura, hasta la nota más pequeña que dejaste, implica invertir mucho tiempo y tener la cabeza muy clara para poder leer y releer y entender, dentro de todo, qué quisiste decir.

Hay que poder separar toda la paja, o sea, las metáforas, los aforismos, las descripciones lindas de cualquier cosa, que a veces nada más que tú entiendes lo que quisiste decir, los de atrás para adelante, los romanticismos, los rodeos, etc., para sólo luego quedarnos con el trigo. El diario de Martí es tan bello, tan bello, que muchas veces uno lamenta no tener un escrito aparte donde él mismo, no uno de los tantos traductores que existen, explique qué quizo decir y cuál fue el significado de cada palabra que dijo. Como no tenemos ese escrito, todos hemos interpretado al Apóstol a nuestro antojo y entonces encontramos la enorme belleza y sobre todo patriotismo en aquello de “paloma que vuela”, cuando a lo mejor el autor puso esa idea porque no tenía nada más que poner o le pegaba con otra idea que venía desarrollando sobre, digamos, por ejemplo, los aviones.

A veces pienso que la gente, el gran público cubano, se declara martiano, sin haber leído de principio a fin ninguno de sus escritos. A veces pienso que lo de martiano es más que todo una obligatoriedad para no quedarnos atrás. Para muchos es probable que ser martiano pueda ser igual que la “beatlemanía”, si no te gustan los Beatles estás mal.

Habría que ver cómo es que los obreros, los tabaqueros, los mambises, muchos de ellos campesinos analfabetos o antiguos esclavos, las bellas mujeres, muchas de ellas con una instrucción sólo elemental, podían entender exactamente cada una de las ideas, cuando a mí, estudioso, en pleno siglo XXI me cuesta trabajo leer y entender a exactitud y retener todo lo que dijo. Creo que más que todo, fue la belleza del o de los discursos, quizás el ritmo a la hora de expresarlos, lo que convencía o al menos atrapaba, sin que muchos pudieran tener muy claro, qué se estaba diciendo.

Eso me pasó un día con un poeta japonés, del cual ni el nombre recuerdo. De la poesía japonesa no conozco nada y aprovechando que mis amigos Chino y Any tenían un libro de uno de los poetas más famosos del lejano país, me acerqué al libro. Difícil no, dificilísimo. La poesía es de una belleza tal, que nunca pude verla. Todos los poemas eran así: paloma, montaña azul, estanque sólido, agua que se mueve por el aire, sákura o flor de cerezo que sueña la primavera, sushi amargo, jardín de arena, piedra en el medio, samurái rosado, caminar de la Geisha sobre calles lubricadas, etc. Difícil no, dificilísimo.

La otra idea no es tal, sino una pregunta, ¿cómo pensabas lograr en una vida aquello de “Con todos y para el bien de todos”?, idea repetida y repetida hasta la saciedad por todos aquellos que queremos hablar sobre el futuro de Cuba.

Con y para el bien, es el deseo máximo de cualquier sociedad moderna, al menos desde el punto de vista teórico. No deja de ser, claro está, una idea que trata, sobre todo, en primera instancia, de movilizar, de sumar, de interesar a muchos, con ilusión y esperanza, encerrando en esa frase todas las posibles aspiraciones de aquellos que piensan en un cambio positivo.

No soy, ni mucho menos un gran estudioso de la obra de Martí, o sea, es diferente leer que ser un estudioso, pero me arriesgaría a decir que “Con todos y para el bien de todos”, ni el mismo Martí pudo describir exactamente cómo lo lograría una vez conquistada la independencia, si es que lo tenía definido. Con y para el bien, es como decir algo así, lo tengo pensando, no lo duden, lo que no lo puedo decir ahora y eso dará tiempo a ir tomando las acciones por el camino, en dependencia de los vivos y los muertos.

¿Cuál era el panorama o el escenario de con y para el bien una vez conseguida la independencia? Muy por arribita. Una Cuba devastada por 30 años de guerra contra el ejército español, al menos y, en gran medida, la parte centro oriental del país, devastada sobre todo económicamente. Una variante militar o militarista dentro de los cubanos independentistas, por momentos frustrada, jodida, traicionada, que en su mayoría no confiaban en el poder civil y en los llamados civilistas. Una parte de la población se consideraba española, tan española como los nacidos en la península europea o la llamada “madre patria”, aristocracia cubana inclusive con títulos nobiliarios de marqueses, duques, etc., más los descendientes de esos españoles nacidos en Cuba, que se venían separando de España, llamados o reconocidos como criollos, motivados sobre todo por intereses económicos, donde primaban ya los preludios del capitalismo y no de un sistema colonial dependiente, donde se dejaban ver intereses vinculados a la potencia más cercana, Estados Unidos.

Una enorme masa de antiguos esclavos agrícolas y domésticos, venidos de África algunos o nacidos en Cuba otros, más otra parte de negros libres por lo tanto negros diferentes a los anteriores, con oficios e incluso con estudios y muchos con intereses económicos propios. Una población representativa de haitianos asentados sobre todo en el oriente del país, que al venir de una colonia francesa apenas hablaban el castellano y no eran católicos y una también presencia, no enorme, pero de significativo crecimiento de chinos, que ni castellano, ni francés, ni ningún otro idioma entendible, ni católicos o santeros y un modo de vida nada parecido a los pobladores tradicionales de la isla.

Partidos políticos que iban surgiendo de todas las diferentes posiciones ideológicas y políticas, incluyendo la génesis de grupos cercanos a las ideas marxistas europeas. Una intelectualidad significativa, filósofos, escritores, pintores, escultores, músicos, artistas en general, importante si se le compara con el resto de América Latina, que, como artistas, sólo eran artistas. Intelectualidad parecida mucho a la europea, a veces afrancesada y a la misma norteamericana que comenzaba a tener determinada influencia en la isla.

Un Martí casi desconocido por todos, de una posición muy definida y fuerte como civilista, amante de la democracia al estilo norteamericana, la más avanzada para aquellos años, nombrado a dedo por Máximo Gómez como Mayor General, pero sin ningún o muy poco prestigio dentro de la mayor parte de militares independentistas cubanos. Un Martí no sólo desconocido en Cuba, sino criticado, acusado de “capitán Araña”, o sea de teórico y embaucador que convence a otros para luego quedarse al margen y no seguido o sólo seguido por muy pocos, al cual le debe haber costado mucho trabajo pararse frente a ellos y que sólo una personalidad muy fuerte que tiene que haber tenido, le permitió convivir con sus contemporáneos sobre todo en los campos cubanos casi totalmente desconocidos por él, más allá de su prosa y poesía nostálgicas.

No era lo mismo pararse frente a diplomáticos, empresarios e incluso obreros en el exilio obviamente con una mayor formación clasista, que, frente a campesinos, antiguos esclavos o descendientes de ellos y militares cubanos en Cuba. Un Martí con un discurso demasiado fuerte, armónicamente bien estructurado, pero demasiado elevado y fuera de época, que estoy convencido que fue poco entendido por una gran parte de lo que él define como “todos”.

Un pueblo católico al estilo del catolicismo español, al menos por nombramiento, pero además y al mismo tiempo, santero, palero, espiritista, etc., lo que devenía en una enorme diversidad religiosa pura y sincrética. Una población blanca, negra, mulata, china, pero además con presencia de otras nacionalidades como centro europeos, latinoamericanos y norteamericanos, por sólo citar algunas, cada uno de estos grupos con diferentes modos de vida, diferentes intereses, diferentes aproximaciones a Cuba, etc.

Una Cuba acostumbrada a cinco siglos de dominio español, con todos sus defectos, pero también con todas sus virtudes, que en general poco sabía de administración democrática, de constituciones propias, de instituciones nacionales independientes a los designios de reyes y nobles. Una Cuba muy diferente entre el campo y la ciudad. Una Cuba donde las ideas más avanzadas eran propiedad de pequeños grupos de intelectuales o empresarios ricos, que se exhibían en las tertulias y los bailes de sociedad.

Martí muere y no nos dejó el cómo. Algunos plantean que su muerte está regida por la consumación de su pensamiento revolucionario, o sea, la acción, no lo dudo, pero también es la respuesta a la presión que debió haber sentido. Martí como humano, tal como nos pasa a cualquiera de nosotros, en un determinado momento, se sintió obligado a hacer algo que no sabía hacer. Hombre delgado, de poco entrenamiento muscular, débil y enfermizo, con manos curtidas solo por el papel, la pluma y la tinta y un cuerpo adaptado a las tribunas y las cenas de sociedad, un buen día, a pesar de los reclamos de algunos de que no lo hiciera, se encaramó en un caballo que no conocía, pero que además el animal no lo conocía a él, agarró las bridas con una mano, en la otra empuño un revolver, porque evidentemente no sabía manejar un machete, metafóricamente, clavo las espuelas mandando a su bestia a correr y allí terminó su vida, no debe haber logrado montar ni 50 metros. A lo mejor la bala que lo mató fue una casualidad, estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado, a lo mejor no y fue la bala dirigida a una persona desorientada, que pasaba trabajo para controlar a su caballo en medio de una gran estampida, balacera, mucha pólvora, mucho polvo e inmensa gritería.

Pero esa muerte, que no debió ocurrir en ese momento, pues podría haber escogido haberse muerto luego, de viejo, aunque la acción tomada era algo más parecido a un suicidio por el alto riesgo que implicaba, lo salva para nuestra historia. Tan compleja era la Cuba de la época de Martí que lo malo que tuvo su muerte, lo salvó para la historia, creo yo. Habría que ver a ese mismo Martí, dentro de la sociedad ya libre cubana, tratando de arreglar el sancocho que en realidad somos los cubanos para conseguir su prometida idea de “Con todos y para el bien de todos”.

Máximo Gómez, la figura más grande de nuestras guerras de independencia, el “Generalísimo”, honesto, sincero, humilde, gran estratega militar y por qué no político, sobreviviente a Martí, fue en aquel panorama la persona escogida por muchos para ser el primer presidente de la República que se fundaría. Nadie mejor que él se lo merecía, Cuba no hubiera tenido un mejor primer presidente. No existía mayor prestigio y acuerdo entre los cubanos libres. La propuesta se la hicieron directamente y Gómez, mostrando, una vez más, su desinterés por diplomas y medallas, pero además una gran visión, la declinó sabiamente, dijo por ser él dominicano. Creo además que debe haber pensado en secreto, ¡los fósforos!!!!!!!!!!!!!!! ¿Quién arregla a todos estos? Y entonces ocurrió lo que sabemos y la propuesta de “Con todos y para el bien de todos”, no sólo se pospuso dentro de la etapa republicana, sino que poco a poco se fue olvidando, para dar paso, como dicen los españoles a “sálvese quien pueda”.

Puedo asegurar que para escribir este artículo me he leído el discurso donde aparece por primera vez la idea de “Con todos y para el bien de todos”. Palabras de Martí pronunciadas el día después de su primera visita a Tampa, el 26 de noviembre de 1891 en el Liceo Cubano de aquella ciudad. Debo asegurar que me ha vuelto a resultar difícil y en los dos primeros intentos, Martí me derrotó, sólo en un tercer asalto pude terminar de leerlo completo.

Debo aclarar en favor del Apóstol que no es un plan de trabajo, menos un documento donde Martí trató de definir la estrategia post independencia. Es sólo un discurso incendiario que trató de ganar adeptos para su lucha. Palabras cargadas de elogios para Cuba y los cubanos, que tratan de definir, quizás una vez más, el mal del colonialismo español y dentro de esas palabras cargadas de Martí, de mucho Martí, un poco justificar el porqué de una nueva etapa de lucha.

“Con todos y para el bien de todos”, tal como el propio Martí define es su sueño, es su himno de combate, es su gancho para atraer contribuyentes y seguidores, en la misma medida que termina sus palabras explicando, “Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula de amor triunfante”. Es más que todo en aquellos momentos, recordar que Martí sólo logró comenzar su nueva guerra en 1895, cuatro años después de estas palabras, eso, un sueño.

Y creo que eso fue, una fórmula teórica de amor triunfante, pero para ser sincero, no creo que ni el propio Martí en ese momento, 1891, que comenzaba su trabajo con la emigración cubana en Estados Unidos, fuera consciente o tuviera ya un plan definido de qué pasos dar para lograrla, más allá de libertades, reivindicaciones, pobres, campesinos, españoles buenos, palmas verdes y estrella solitaria.

Continuará.....

sábado, 3 de septiembre de 2022

461.- "Manifiesto de la Sociedad Civil". Más claro ni el agua.

Más claro ni el agua. Más de cien personas han firmado como respaldo este documento, que se acaba de dar a conocer al mundo.

Creo que esas cien personas deben ser las que lo redactaron, o al menos estuvieron en su concepción, porque el mismo podría ser firmado por millones de cubanos, si contamos los de adentro y afuera, y si no alcanza, podría ser respaldado también por millones de no cubanos que apoyan los más que necesitados cambios profundos y radicales de la sociedad cubana. 

Hemos llegado a un momento dónde sólo un grupo de burócratas que viven de las prebendas que garantiza el poder totalitario y absoluto y que han inaugurado una variante extremadamente represiva para mantenerse en él y otros que de forma absurda defienden un sistema socio político, al que se le sigue llamando socialismo, que ya no existe, que siguen hablando de los beneficios que aparecen en los libros y manuales que definieron ese sistema, algunos de ellos escritos hace más de 100 años y una "mugre", siempre existe esa mugre, interesada en aprovecharse de los desatinos, el reguero, la incapacidad, la necesidad, la miseria, etc., para vivir.

Creo no necesario explicar, ni argumentar, ni aumentar con palabras lo que se ha escrito. Creo que todas las personas de bien, de esa sociedad civil a la que comúnmente se le llama pueblo, deberán estar de acuerdo. Esa sociedad civil que, como bien dice el documento, no depende de un estado y que por el contrario debería ser la real beneficiaria de la actuación de esa institución, que hoy no sólo pasa trabajo para vivir, sino que sufre.

Sé que con un documento no se tumba a un gobierno que está decidido a permanecer utilizando cualquier artimaña y método, incluyendo los más bajos y peligrosos. Sé que con una carta no se logra expulsar del poder a quienes no sólo se burlan, sino que reprimen a ese pueblo y que aún después de seis décadas de fracasos mantenidos y acumulados, hoy piden tiempo para seguir experimentando y prometen algo que ya no saben definir y muchos menos pueden decir para cuándo se arreglará definitivamente, pero es un documento más, claro, objetivo, honesto, que junto a otros, más las miles de voces que vienen, sobre todo, desde dentro de Cuba, ayudaran a enseñar y aclarar al mundo lo que realmente pasa dentro de la isla.

Manifiesto de la Sociedad Civil Cubana.

"Prominentes filósofos de la historia universal como Spinoza, Rousseau y Kant, coincidieron en definir la Sociedad Civil como un cuerpo colectivo constituido por los individuos de una sociedad, que se posiciona fuera de los límites del Estado. El Estado solo tiene sentido mientras representa los intereses de toda esa ciudadanía, por lo que un consenso de la sociedad civil cubana tiene una fuerza moral superior. En cualquier circunstancia, no es la sociedad civil la que debe someterse al Estado, sino éste a la sociedad civil. 

Por tanto, los abajo firmantes, destacados en diversas actividades de la sociedad civil cubana en diferentes momentos, pasados o presentes, residentes actualmente dentro o fuera de Cuba, ya que la nación cubana se extiende más allá del archipiélago cubano a cualquier parte del mundo donde haya un cubano identificado con las aspiraciones colectivas de sus compatriotas, ante la alarmante situación del país a que ha llevado una gobernabilidad fundamentada, por una parte, en una centralización empresarial del Estado, fuente de ineficiencia y corrupción de unos estamentos burocráticos que han arrastrado a la población por más de seis décadas a una situación calamitosa, pese a todas las reformas implementadas en diferentes épocas que, como la palabra indica, son solo cambios de forma, cuando lo que se requiere es un modelo económico sustentable que no dependa, para subsistir, de periódicas subvenciones de aliados externos, y por otra, la coerción sistemática de derechos esenciales como el de libre expresión oral y escrita, así como la creatividad artística, el de libre asociación pacífica, el de libre movimiento, en particular el derecho de poder salir de su propio país y regresar a él, y el de libre emprendimiento económico independiente de los ciudadanos, todo esto ejercido por un Estado cuyos tres poderes principales, ejecutivo, legislativo y judicial, se hallan bajo el control absoluto de una élite partidista que nadie eligió, nos manifestamos a favor de cambios profundos y urgentes que saquen al país de una crisis sin precedentes y eviten un enfrentamiento entre cubanos, con trágicas consecuencias. 

Todas las condenas y encausamientos de ciudadanos por practicar o defender esos y otros derechos fundamentales de los seres humanos, deben ser sobreseídos, y quienes los han sufrido, excarcelados, en particular todos aquellos cuyo único pecado fue haber manifestado públicamente sus anhelos y sueños de una Cuba mejor. Incluso, aquellos que realizaron actos violentos, solo reaccionaron a la brutal represión de las cuales fueron víctimas; por lo cual, si merecieran ser penados, entonces, con mucha más razón deberían haber sido encausados todos aquellos elementos progubernamentales que los reprimieron. 

Las protestas públicas no se evitan con medidas desproporcionadas de violencia y condenas sobredimensionadas, sino dando pasos que permitan a la ciudadanía desarrollar libremente su actividad artística y productiva. 

Independientemente del efecto pernicioso que el embargo estadounidense haya podido afectar a la economía del país, la excusa del “bloqueo imperialista” ya no convence a la mayor parte de la ciudadanía que ha padecido en su propia carne las barreras restrictivas de la política gubernamental a sus intentos de satisfacer, por cuenta propia, sus acuciantes necesidades, como los altos impuestos, los elevados costos de las licencias e imposición leonina de un comprador poderoso que obliga al productor agropecuario a venderle la mayor parte de la producción al precio que ese comprador fija, y otras medidas que frenan el estímulo productivo. El principal bloqueo, en consecuencia, no es el que impone una nación extranjera desde el exterior, sino el que impone, desde dentro, la propia dirigencia gobernante. Levántenlo y se verá cómo, en poco tiempo, comenzará el reabastecimiento de las familias cubanas. 

Es preciso tener fe en el pueblo cubano, y una vez liberados los que sufren prisión injustamente, y con la disposición manifiesta de permitir foros públicos entre los cubanos sin distinción de raza, género, religión, orientación sexual, e ideas políticas y filosóficas, para llegar a un consenso nacional sobre el futuro de nuestra patria, nadie deberá temer a multitudinarias protestas, pues se habrá encendido una luz milagrosa en la conciencia colectiva que tiene un nombre: esperanza"