domingo, 18 de septiembre de 2022

464.- ¿Es Cuba hoy un Estado fallido?

El Terrible, aprovechando y como respuesta a mis dos últimos artículos, me escribe. Vuelvo a decir que sus reflexiones, mejores y más autorizadas que las mías, me estimulan a pensar. Luego, mi colaborador mantiene su forma muy particular de escribir, que no por seria deja de ser agradable y hasta divertida.

Aquí les dejo sus ideas textuales, antes de meterme en el asuntico del título de este artículo, un Estado fallido.

“Dicen que, hasta lo peor en la vida, tiene una parte positiva. Así que aprovecho la oscuridad de la noche al son del apagón, para mandarte algunas letras, tan oscura como la de aquel día de abril del siglo XIX en la que un grupo de cinco hombres abordaron un pequeño bote podrido que apenas flotaba en el movido mar del oriente cubano.

Dicen que los que quedaron en el vapor comentaron que los que bajaron estaban locos y como cosas del destino a los pocos minutos se partió el timón que no por casualidad llevaba el "viejo Gómez". ¿Qué fuerza mayor impulsaba a aquellos mortales que renunciando a todo y a todos arriesgaban la vida a cambio de nada?, ¿Tendrían tiempo y ganas de quejarse de lo malo que les pasaba en aquellos difíciles momentos históricos? Y....... ¿Por qué será que los cubanos que vivimos en Cuba nos quejamos y lamentamos todo el tiempo mientras el gobierno se justifica de manera crónica?

No sé si a "Carlitos" se hubiera podido imaginar que existiría un sistema de "cosas" como el que impera en Cuba desde hace más de 60 años. El pobre, dicen los que lo conocieron que todo lo que escribió en su sufrida vida lo hizo bajo el efecto de la riquísima cerveza que en su país se producía y muchas veces aguantando los dolores que le producían unos granos infernales que le salían en ambas nalgas. ¿Qué diría de Cuba si nos viera? Para ser "jefe o cuadro" aquí antes de ser buen hijo, buen padre, buen esposo, buen profesional, etc., hay que ser un gran MENTIROSO y tener varias caras. Una para tu familia, una para tus vecinos, una para tu centro de trabajo, una para el núcleo del PCC, una para los órganos de la seguridad.

¿En qué se convierten esos seres en Cuba? Todo para mantenerse formando parte de ese grupo "selecto y confiable" que vive alejado del pueblo y lo logran diciendo que si a todo, convirtiéndose en grandes mentirosos sin escrúpulos de ninguna clase. ¿Qué pudo mover a Gómez cuando mandó a convertir una nueva casa de campaña que le habían comprado los del exilio, en hamacas para sus hombres que dormían en el suelo?

Esto es un invento macabro y fallido por naturaleza que nada ni nadie pueden arreglar. El 2023 será peor aún sin que nadie pueda impedirlo, la solución para muchos es salir echando sin mirar atrás y mantenerlo como un mal recuerdo. Mientras a muchos de los que aquí seguimos, no nos queda otra que quejarnos y lamentarnos sin parar.

¿Se quejarían tanto aquellos hombres gigantes en la manigua cubana? Cuando mataron a "José" habían caminado más de 300 kms monte adentro, comiendo y bebiendo lo que encontraban a su paso. No eran perfectos, pero eran íntegros y consecuentes hasta el final, se entregaban de verdad y no decían mentiras para lograr sus objetivos.

Dicen por la TV que Cuba gasta 3 millones de dólares cada año en comprar cloruro de sodio, (sal común), para la industria farmacéutica. ¿Rodeados de mar y comprando sal?, ¿Qué pensaría Gómez si nos viera?

Seguimos en combate”.

El Estado como institución es, por supuesto, un invento humano, para sustituir y tratar de organizar los miles de años de la prehistoria perdidos en el pasado, donde los humanos vivieron sin él. Según he leído, los estados, de alguna forma definidos, surgieron hace alrededor de 5500 años, asociados como necesidad al rápido desarrollo de ciudades, la diversidad de religiones y la posibilidad que dio la invención y la difusión de la escritura, como causas más importantes.

De allá hasta hoy ha llovido muchísimo por lo que la definición de Estado y todo lo relacionado con él, se hace muy compleja, cada región, luego país, tiene sus propias características, por lo que es más fácil para mí retomar sólo algunas ideas vinculadas al Estado-Nación, que es la forma predominante en estos momentos, para ponernos todos a tono con lo que luego quiero explicar.

El Estado de forma general, es un concepto político que se refiere a una cierta forma de organización humana, para regular la vida de una cierta comunidad o grupo en un territorio determinado.

Mas o menos se refiere a las instituciones públicas de cada país, que son las que regulan todas las actividades y controlan su buen funcionamiento. El Estado se plantea lograr la convivencia de los humanos de forma más armónica y coherente, con el objetivo de lograr principios de bienestar, equidad, justicia, solidaridad, etc. Entonces, con estas funciones se mantiene independiente del gobierno que se encuentre en el poder. Los poderes del Estado se refieren a tres generalmente, el poder legislativo, el judicial y el ejecutivo, que, en líneas también generales o al menos teóricas, ellos tres se deben mantener independientes, para que uno no pueda controlar al otro.

Los elementos más importantes de cualquier estado son: la población, o sea, las personas que viven; el territorio, o sea, el espacio físico o área geográfica reconocida de forma permanente y el poder, referido a la capacidad del estado de organizar a esa población en ese determinado territorio reconocido.

Como punto importante y difícil está la relación que existe entre cualquier Estado y el gobierno que se escoja para trabajar. Muchos humanos, sin reparar en detalles, confundimos los términos y los usamos de forma simultánea, a conveniencia o por desconocimiento y como sinónimos. Vale la pena decir que Estado y gobierno no son lo mismo. El segundo es sólo la parte del primero que se dedica a administrar los poderes. El gobierno es temporal en la mayoría de los países donde existe, o sea, puede cambiar de estilo y personas, sin embargo, el Estado, salvo “causas mayores”, como guerras, movimientos separatistas, etc., se mantiene permanente.

Claro que, cada una de estas definiciones, luego hay que aterrizarlas en cada caso específico. En los países socialistas, Cuba, por ejemplo, todo esto se troca en la misma medida, que existe un único partido, el comunista, que está, a decir de la misma constitución que define al Estado Cubano, por encima de ella y un presidente de gobierno, que es paralelamente y muy bien pensado con maldad, el secretario general del partido comunista.

En los países socialistas, Cuba, por ejemplo, el secretario del partido y presidente de gobierno al mismo tiempo, viola por principios el criterio de la separación de poderes o mejor incluye un cuarto, pero más importante poder en la jugada, o sea, el poder político - ideológico como rector de todo y todos. ¿Cuándo una misma persona actúa como partido y luego actúa como gobierno? Ya lo vimos en nuestra historia, Fidel Castro, además de sumar en él mismo estas dos condiciones fue el presidente del Consejo de Ministro, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el papá de todos los niños, por lo que esa figura y cualquier otra que asuma todas esas funciones líderes en él mismo, tiende a endiosarse, a convertirse en intocable, tanto, que se termina actuando como dueño absoluto sin tener por qué atender a ninguna otra referencia.

Los cubanos, obviamente, hemos crecido confundidos, en la misma medida que nos han inculcado que Estado, gobierno, revolución y primero Fidel, luego su hermano Raúl y ahora el escogido Díaz Canel, son la misma cosa. A tal punto es la confusión suministrada convenientemente de forma intravenosa que el llegar a pesar solamente, por ejemplo, que el presidente está gordo, se convierte en un delito, no pocas veces acusado de traición a la patria. Llegar a decir que el presidente se equivocó o mintió, es casi poner la vida en juego o estar preparado para asumir grandes sanciones de privación de libertad.

Hemos crecido y vivido confundidos en un país donde el presidente, él solito, a conveniencia, anula al resto de los que forman parte de su gobierno, erigiéndose como protagónico de todo, sobre todo de las llamadas victorias. Por supuesto, anula también la necesaria autonomía de los famosos poderes y pone por encima de todo los intereses y la dirección del partido comunista que él dice representar. Nos ha sido difícil separar cuándo el asunto tratado es ideológico y cuándo es administrativo, porque siempre, ante todo, lo ideológico se ha impuesto para hasta el más mínimo análisis. En los países socialistas, Cuba, por ejemplo, el presidente de todo, funge como un Papa que es la representación de Dios en la tierra, sólo que en el primer caso, en el socialismo, es el presidente la representación de Dios y Dios es él mismo.

Los cubanos hemos crecido sin reconocer a quién mencionar, salvo cuando se ha tratado de errores y de pases de cuenta. Siempre se habla de “revolución”, como ancla y lastre del pasado histórico. Hoy más que nunca se habla de continuidad y sobre todo del legado de Fidel Castro, tratando de mantenerlo vivo en las memorias, al menos de algunos, como una mayonesa o una bechamel que sirven para aglutinar cualquier cosa. Cuando en realidad lo que Cuba hoy está pasando, su caída acelerada a niveles insospechados, la destrucción, la parálisis, la no esperanza y el negro futuro, es el único legado que el Comandante “invicto” nos dejara tras su partida de este mundo. Se miente, tal como declara El Terrible, pero más, se miente enfermizamente, sin pudor y miedo a las consecuencias, porque nadie puede enjuiciar a Dios y Dios son ellos mismos. La primera misión del gobierno - partido comunista, Estado, constitución, todos los códigos existentes, y por supuesto los funcionarios encargados de hacer funcionar todo esto, es sencillamente mentir, demostrando así, no sólo el poco respeto, sino el odio que sienten por los habitantes que ocupan el territorio reconocido como Estado Cubano. Después de 60 años de fracasos continuados y mantenidos, su única misión es mantenerse en el poder, por las buenas o las malas.

Llegar a pensar y alocadamente manifestar, por ejemplo, que el transporte público está malo o que es irresistible la falta de electricidad por ocho, diez, doce horas continuas todos los días,  frente a la real realidad de que puedes estar esperando por tres y cuatro horas y luego cogerlo metido como animales o colgado de la parte de afuera o que amaneces y te acuestas bajo apagones, puede ser interpretado como una acción enemiga, casi siempre pagada por uno de los "imperialismos" que durante estos 60 años han querido “atacarnos para destruirnos”, a decir de los que gobiernan.

Así hemos vivido, asumido o no. Y eso nos pone en el 2022 en la condición especial de Estado fallido. Este término es relativamente nuevo, que yo recuerde. Creo que es más utilizado por el periodismo y los analistas políticos para identificar a un Estado X, que ha fallado en garantizar sus funciones, o sea, el acceso a los servicios básicos.

Esto no deja de ser controversial, porque se refiere a la información que los gobiernos suministran, que muchas veces es falsa o acomodada, la observación de organizaciones internacionales, supuestamente neutrales y la opinión privada de los llamados expertos.

No sé exactamente en el caso de otros Estados, pero si puedo asegurar que, en el caso de Cuba, por ejemplo, muchas de las informaciones a organismos internacionales están mecaniqueadas o sencillamente no se ofrecen. Por sólo mencionar algunas de ellas, está el caso de los llamados “presos políticos cubanos”, sobre los cuales el gobierno cubano no permite observación directa o los niveles de alimentación y nutrición. Siempre se ha suministrado información manejada sobre la mortalidad infantil en la isla y por supuesto, el análisis y determinación para los cubanos del crecimiento del Producto Interno Bruto, donde se suman y se suman aspectos inventados por el gobierno para ellos mismos.

Esto nos trae siempre problemas de análisis, mientras peor hemos estado, mejor nos han dicho que estamos. Los números en Cuba nunca coinciden con la realidad que se vive. De ahí el famoso chiste del camión de papas paseando por las ciudades cubanas que nunca se descargaba en ningún lugar. El objetivo entonces no era distribuir papas, sino crear la imagen de que existía el demandado tubérculo y con eso crear la esperanza de que algún día el dichoso camión llegaría a tu localidad. Si no llegaba la papa a la mesa de tu casa, entonces siempre aparecía la más que mentirosa justificación del enemigo, que siempre estaba apostado y esperando al acecho para impedir los logros del socialismo cubano y su revolución. Tu papa nunca llegó porque el enemigo se robó el camión entero, le ponchó las gomas, envenenó o contaminó las papas, etc. Ese ha sido el socialismo cubano siempre.

Es entendible, pero bueno recordar que, un Estado puede haber sido eficaz en el pasado y luego convertirse en fallido. La condición de eficacia no es entonces una condición eterna, sino todo lo contrario. Los gobiernos y su actuación cambian los resultados, que son evaluados constantemente. De nada sirve que hace 60 años se alfabetizara a una parte de la población, por cierto, menor a la que los libros de historia recogen, porque ese fue un mérito de una actuación hace seis décadas, la realidad de la fuga de los talentos calificados, de los profesionales, de los técnicos, la realidad que las personas prefieran limpiar pisos, manejar taxis, trabajar en fábricas o construcciones, considerando que van a vivir mejor fuera de sus países de orígenes que en sus propios países de nacimientos, declaran un grave problema de ineficacia.

Los altos niveles de corrupción, delitos y crímenes, más la elevada aparición de una disidencia contra el gobierno considerada como enemiga y la necesidad del gobierno de reprimir, sancionar y encarcelar cada vez a mayor cantidad de personas, donde la población penal en Cuba se multiplica infinitamente, declara que muchas personas viven o tratan de vivir fuera de las leyes, normas y conductas aceptadas y/o impuestas. Hoy Cuba tiene casi 22 veces más cárceles que en 1959 cuando triunfó su “benefactora” revolución.

Ni hablar de la alimentación de estos últimos años. Ya dije, no, lo dijo él mismo, que Martí, nuestro Apóstol en medio de una guerra, comía tasajo de res, cerdo, yuca, boniato, tomaba café endulzado con miel o azúcar, queso, etc., productos tan viejos en Cuba como nuestros aborígenes y que hoy no sólo son un lujo, sino que no existen. Pasamos de comer comida enviada desde el Campo Socialista o comprada con su dinero, a comer soya casi pulso a hoy no comer nada.

Un Estado fallido, gústenos o no, está internacionalmente reconocido bajo determinados parámetros, que sirven para determinar su ineficacia, ellos son:

 ·       Corrupción política e ineficacia judicial.
·         Sobrepoblación y contaminación.
·         Altos niveles de criminalidaddelincuencia organizada, e inseguridad ciudadana.
·         Altos niveles de informalidadpobreza y pobreza extrema.
·         Gran parte de la población viviendo en asentamientos irregulares.
·         Crisis económicasinflación y desempleo.
·         Fuga de talento (emigración altamente cualificada).
·         Bajos porcentajes de personas con educación superior.
·         Gran parte de la población con la primaria o secundaria incompleta.
·         Pérdida de control físico del territorio, o del monopolio en el uso legítimo de la fuerza.
·         Incapacidad de responder a emergencias nacionales.
·         Vulnerabilidad frente a desastres naturales.
·         Incapacidad para suministrar servicios básicos.
·         Incapacidad para interactuar con otros Estados, como miembro pleno de la comunidad internacional.

Por supuesto, al propio gobierno cubano, responsables de administrar las funciones del Estado Cubano y a los que todavía hoy defienden absurdamente ese modo de vida, no les gusta lo de Cuba Estado fallido, descaradamente les parece una fuerte definición. Es como si les diera urticaria.

Es fácil y poco doloroso definir que Haití, por ejemplo, es un Estado fallido, digo poco doloroso, porque no soy haitiano, pero cuánto duele ver a una Cuba rica hasta el punto de que España, durante toda la etapa colonial, la defendió incluso cuando ya no podía. Es doloroso ver a Cuba aceleradamente desarrollada durante la etapa republicana, tanto que llegó a ser uno de los países más reconocido, conocido, visitado y envidiado por muchos países del área. cuba fue un país escogido por los inmigrantes. La Cuba del gran desarrollo urbanístico, la isla de los grandes adelantos científicos y tecnológicos, la azucarera del mundo, la Cuba de los hermosos y productivos campos, capaces de enamorar a todos los que los visitaron, campos de no sólo caña, sino café, cacao, frutos tropicales de todos tipos, viandas, cítricos, etc. La Cuba que al triunfo de la revolución de Fidel Castro era, a pesar de los problemas, porque no son de negar los problemas que existían, un país funcional, con una mediana y pequeña burguesía próspera. Una Cuba además glamourosa, de hoteles, cabarets, bares, clubs en cada esquina. Una Cuba de intelectuales, poetas, músicos, pintores y escultores reconocidos en el mundo. La Cuba del Benny, de Rita Montaner, Bola de Nieve, de Amelia, de Carlos Enrique y de Víctor Manuel. La Cuba de Dulce Ma. Loynaz, de Lezama. La Cuba que construyó el Capitolio, el Palacio Presidencial, el Malecón de La Habana, la Carretera Central y el puente de Bacunayagua. Una Cuba de cines, tantos o más que cualquier país famoso de los llamados desarrollados. Una Cuba que atraía al turismo internacional, Hemingway, por ejemplo, que pudo vivir en cualquier lugar del mundo, se enamoró perdidamente de la mayor de las Antillas y escribió allí, en su "modesta casa y finca" de San Francisco de Paula muchas de sus grandes obras. Inspirado en la isla escribió "El Viejo y el Mar", posiblemente su libro más famoso, que al parecer influyó definitivamente para que en 1953 se le otorgara el Premio Pulitzer y como colofón el Nobel de Literatura. La Cuba iluminada, no sólo por las ideas, sino por los bombillos y lumínicos. La Cuba donde, los pobres eran pobres, pero orgullosamente comían harina, boniato, picadillo de res, frijoles, tamales, chicharrones de puerco, pan con timba, o sea, guayaba en conserva, tomaban leche, cervezas, ron y guarapo o jugo de caña. Bailaban, jugaban a la Lotería, disfrutaban de carnavales, de los bares y bodegas de cualquier esquina de cualquier barrio.

De todo eso, que es verdad que ocurrió, ¿qué nos queda hoy?

Ya dije que lo de Estado fallido no le gusta al gobierno de Cuba, pero si leemos con calma los aspectos para medir la ineficacia de un Estado cualquiera, muchos de los aspectos relacionados nos tipifican o describen inconfundiblemente hoy.

Creo que no es necesario listar con más detalles lo que nos está ocurriendo como país, sería ahondar en lo mismo. Baste decir que estamos frente a un gobierno ineficaz totalmente, que no puede y parece que no podrá en un corto plazo responder a las necesidades de la población que está obligada a beneficiar. Estamos frente a un gobierno que deja huir o impulsa a huir a sus habitantes, por no tener qué ofrecerles más que ideas de sacrificio y aguante. La cuestión de Cuba no es sólo electricidad y un poco de comida, hay otras muchas necesidades materiales acumuladas o guardadas que no han tenido solución, pensar sólo en la vivienda y la cantidad de barrios enteros ilegales, los otrora llamados de "llega y pon", pensar sólo en un trabajo digno con salario digno que alcance cómodamente para vivir el mes y de paso sobre algo para vacaciones, paseos, pequeños caprichos, etc., como lo tienen muchísimos millones de personas en el mundo. 

El problema de Cuba es que, teóricamente, como cualquier otro Estado, debería beneficiar a los cubanos, pero hoy los beneficios nadie los ve. Estamos entonces, no sólo frente a un gobierno ineficaz, que su mayor deuda probada y más que probada durante años, es la ineficacia para resolver la ineficacia.

Es cierto, Haití puede encabezar la lista de países reconocidos con grandes problemas, pero: ¿Es Cuba hoy un Estado fallido?




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