domingo, 11 de septiembre de 2022

463.- ¿Con y para TODOS? (Segunda Parte)

Pasó el tiempo y pasó y entonces un día de 1959, dicen que luminoso, un grupo de jóvenes, después de algunos ruidos, desfilaron por Cuba sobre sus tanques y jeeps de guerra, tal como si fueran carrozas de carnavales y dijeron, también en busca de apoyo y aceptación como hiciera el Apóstol en 1891, ahora sí, venimos a cumplir aquella idea, aquel sueño de “Con todos y para el bien de todos”.

Lindos y feos primeros días. Muchos olieron en la frase, ahora pronunciada por aquellos jóvenes “rebeldes”, un futuro no tan brillante y muchos días feos y les dejaron el camino libre, se marcharon, otros muchos, que habían estado entretenidos entre el trabajo, los bares, los cabarets, dentro de la sobrevivencia y la escalada dentro de la sociedad cubana, etc., se dejaron llevar por las promesas de un futuro mejor, recordaron la frase olvidada y se sumaron con entusiasmo a los prometidos días lindos.

Y fue cierto, los jóvenes que llegaron recordaron la frase, pero poco a poco, a veces de forma muy sutil, otras menos, la fueron cambiando por otra parecida, pero no igual, con todos y para el bien de algunos. Martí quedó como comodín. Cada vez que hizo falta rescatar el fervor, pues se hablaba del Apóstol y sobre todo se escogió y tradujo a conveniencia todo lo que había dicho y escrito, que por cierto fue muchísimo.

Con todos y para el bien de algunos, desde hace muchos años se ha convertido en la idea que prima en Cuba. Con todos para trabajar, para el bien de algunos para disfrutar. Con todos para los enormes sacrificios que está haciendo el pueblo cubano, para el bien de algunos para repartir y vivir bien, muy por encima de la media de ese pueblo al que se dice representar.

Con TODOS
Para el BIEN de ALGUNOS

Martí, a pesar de su amor, vivió poco tiempo en territorio cubano, de adulto sólo conoció bien algunos pedacitos de su isla amada. Su desembarco el 11 de abril de 1895, quedó registrado en su Diario con esa peculiar forma de ver y describir, cuando dice:

"Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubascos. El timón se pierde. Fijamos rumbo. Llevo el remo de proa. Salas rema seguido. Paquito Borrero y el General ayudan de popa. Nos ceñimos los revólveres”.

No obstante, lo que vivió hasta el 19 de mayo, lo experimentó con fuerza. Martí en medio de la manigua, en medio de la preparación de tropas para el combate y de constantes movimientos y reuniones, en medio de una Cuba que ya venía desgastada por guerras anteriores, comió cerdo, (puerco para nosotros hoy), tomó café endulzado con la rica miel cubana o nuestra azúcar de siempre, debe haber comido alguna de nuestras dulces frutas y tomado leche, salvo que fuera alérgico a la lactosa.

En su Diario de Campaña nos deja algunos recuerdos:

Día 15 de abril. “Vuelve la comisión con sal, alpargatas, un cucurucho de dulce, tres botellas de licor, chocolate, ron y miel. José viene con puercos. La comida, puerco guisado con plátanos y malanga. De mañana frangollo, el dulce de plátano y queso, y agua de canela y anís, caliente”.

Dia 16 de abril.  Cada cual con su ofrenda - buniato, salchichón, licor de rosa, caldo de plátano

Día 21 de abril. “Almorzábamos buniato y puerco asado cuando llegó Luis: ponen por tierra, en un mantel blanco, el casabe de su casa”. 

Dia 17 de mayo, el último día registrado en su Diario nos cuenta: “Asan plátanos, y majan tasajo de vaca, con una piedra en el pilón, para los recienvenidos”.

Si ese Martí desembarcara hoy en Cuba o gracias a la modernidad llegara en un avión, cosa que sabemos no podrá pasar al menos en la vida real, porque ningún muerto ha regresado, pero siempre queda espacio para la imaginación de un escritor o un cineasta, después de haber escuchado que su inigualable idea, se ha repetido y repetido millones de veces, volvería a morir. ¿Cerdo, (puerco para nosotros), tasajo de vaca, queso, café, miel, frutas tropicales y azúcarrrrrrrrrrrrrr hoy?

Entonces le sería muy fácil concluir, aunque ni él mismo pudiera entender bien del todo, que estamos peor que en la manigua cubana recién iniciada su “guerra necesaria” en 1895.

Descubriría una Cuba paralizada, totalmente desgastada, no sólo en lo económico, sin nada que ofrecer ni a los que están, ni a los que como él llama recienvenidos. Una Cuba totalmente alejada y todavía a la espera de aquello de “Con todos y para el bien de todos”. Una Cuba defraudada.

Un país martiano que en realidad no conoce a Martí y cuyos funcionarios en el poder sólo lo utilizan como especie de ancla para mantenerse agarrados a donde están. Una Cuba que trocó su linda frase o sueño por algo más particular y privado, con todos y para el bien de algunos.

Creo que Martí, el que parece que no odió a nadie, porque su misión fue sumar, pero con muy claras ideas sobre la desigualdad, el totalitarismo militar, la falta de democracia y libertad, la corrupción, etc., terminaría también por odiar a los que hoy, en su nombre o mejor manchando su nombre, dirigen ese país.

No quedaría uno que no odiaría. Desde Fidel Castro, aquel “luminoso” joven que terminó introduciendo los apagones, o sea, falta de electricidad y con ella de luz para todo, pasando por Raúl y todos sus militares acólitos, borrachos de poder y de alcohol además, hasta el “honorable” Díaz Canel, el actual nombrado presidente, que, como continuidad, según él mismo dice conscientemente, sólo ha logrado convertir los apagones y hoy más que nunca la desesperación y la falta de esperanza, en enfermedades terminales para toda Cuba, de las que muy pocos escapan.

Si Martí desembarcara y caminara por su Cuba, hoy destrozada, volvería a emigrar, quizás a su Tampa querida y volvería a organizar su otra "guerra necesaria". Muy rápido entendería que este poder actual es peor que el poder colonial español contra el cual él dedicó su vida a luchar. No obstante, no todo dentro de la etapa colonial fue malo, caminen hoy por las calles cubanas y verán mucho de la colonia, palacios, plazas, iglesias y catedrales, fortalezas militares hoy museos, que forman parte de nuestra historia cultural, arquitectónica, diseñadora, etc., y al decir del propio Martí no todos los españoles fueron malos, y hace la salvedad, por ejemplo, de su propio padre.

Se lamentaría de los muertos que Cuba ha costado, los de su época, los de ahora, se uniría a los conspiradores, a los disidentes y reclamaría por el mal uso de su nombre para mantener tal desastre y volvería a soñar con una Cuba verdaderamente libre.

Seguro se lamentaría, tal como se lamentó en su época, de la cantidad de cubanos buenos desperdigados por el mundo, de la familia cubana dividida, de los que ya no están y no quieren estar, de los que siendo cubanos han nacido en diferentes países del mundo y poco saben o entienden de la realidad de la isla y quizás dedicaría algunas palabras a esa Cuba que hoy sufre, algo así como: me duelen los cuerpos de mis hermanos flotando en el mar sin vida, tratando de escapar de la isla cárcel, me duelen los cuerpos de mis hermanos tirados a la orilla de los trillos dentro de las selvas de nuestra América. Me duele ver a un pueblo trabajador, solidario, hospitalario, otrora alegre, hoy ensimismado únicamente en su tristeza. Me duele la falta de todo, hasta de lo más elemental para vivir. Me duele la no comida, la no ropa, la no electricidad, la no medicina, pero más me duele la falta de libertad, de esperanza y de visión y confianza en el futuro.

Se preguntaría, ¿Cómo los cubanos en cualquier punto del planeta, en muestra de gratitud y aceptación, me colmaron de halagos, presentes y regalos?, ¿Cómo pude recibir cuidados médicos en medio de los campos cubanos?, ¿Cómo comí hasta saciarme carne de puerco, vaca, quesos, viandas?, ¿Cómo pude tomar café y escoger con qué endulzarlo?

Pero también nos diría, pueblo cubano que no aprende, yo se los dije, pero, además, se los dejé por escrito y de seguro como no había vivido en Cuba día a día, sólo conocería un poquito por arriba del asunto:

“Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras; el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y la rabia disimulada de los ambiciosos, que, para ir levantándose en el mundo, empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse como frenéticos defensores de los desamparados.

Los sistemas políticos en que domina la fuerza crean derechos que carecen totalmente de justicia, y el ser vivo humano que tiende fatal y constantemente a la independencia y al concepto de lo justo, forma en sus evoluciones rebeldes hacia su libertad oprimida y esencial, un conjunto de derechos de reconquista”.

En otro momento dejó escrito para que lo leyeran, como casi todo el que escribe:

“Esa futura esclavitud es el socialismo. (…) Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanza y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pudiese el estado asignarle, puesto que, a éste, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir aquéllas.

De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquél que trabaja para otro que tiene dominio sobre él, y en ese sistema socialista dominaría la comunidad del hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los funcionarios son seres humanos y por tanto abusadores, soberbios, ambiciosos y en esa organización tendrían gran poder, apoyadas por todos los que aprovechan o esperaron aprovechar de los abusos y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos, el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo los quebrantos, violencias hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana...El funcionario autocrático, abusará de la plebe, cansada y trabajadora. Lamentablemente será y generará la servidumbre”.

Al final buscaría en sus apuntes y viendo lo que pasa hoy en Cuba, sobre todo su camino laberintico hacia abajo sin salida, nos dejaría dos ideas claras y alentadoras, que pueden resumir su pensamiento para una Cuba, su Cuba, que aún sufre y que aún busca lo de todos y sobre todo, para el bien de todos, más allá de romanticismos, formas personales y sentimientos:

  •  “La tiranía es una misma en sus varias formas, aun cuando se vista en algunas de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes”.
  •  “Una revolución es necesaria todavía: la que no haga presidente a su caudillo, la revolución contra las revoluciones. ..!”.

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