sábado, 1 de octubre de 2022

465.- Ian, ahora el huracán enemigo.

Este es un tema muy sensible que yo no sé si puedo explicar bien, porque a veces no tengo la claridad en mis ideas.

Es un asunto contradictorio, de sentimientos encontrados, que, siendo sincero, como he tratado de ser, por una parte, pienso que sí y por la otra pienso que no.

Cuba enfrenta nuevamente las consecuencias de un huracán, Ian, nombre célebre de mi sobrino, cosa que debe pasar desde antes de la llegada de los españoles y nueva e inmediatamente se disparan los reclamos y las peticiones de ayuda y creo que sí, cualquier efecto devastador, ocurra donde quiera que ocurra, debe obtener la ayuda de aquellos, personas y países, no afectados para ayudar y al menos tratar de disminuir, sobre todo, el sufrimiento humano.

Vamos a ver, ya yo ayudo a mi familia y alguno que otro amigo que se cruza en mi camino. Yo, como muchos otros emigrantes, vivimos dos vidas, una la que nos hace levantar diariamente por la mañana para ir a luchar por nuestras vidas y la otra que no nos permite apartarnos de Cuba, de esa Cuba, de ese gobierno, con el que un día decidimos no vivir y nos impulsó a lo nuevo, al riesgo, a la prueba, que de paso digo que para nada es una panacea.

Y esto no es nada nuevo tampoco, ni nada meritorio, generalmente las personas que salen de sus países pobres y logran mejorar, aunque sea un poquito, muchas veces la mejoría es sólo un poquito, trata de que los suyos, que quedaron atrás, obtengan beneficios de esa mejoría.

Entonces, yo motivado, puedo donar una lata de frijoles, porque tampoco me sobra el dinero para enviar un contenedor de latas. No está mal, si yo dono una lata de frijoles y cada cubano en el exterior envía una lata de frijoles, no importa el color, los cubanos podrán comer frijoles, pero, sumando todos los frijoles, la comida alcanzará para un almuerzo o una cena. Son en Cuba 11 millones de personas, por lo que llegando a enviar 11 millones de latas, se resolverá el problema para una sola vez, por lo que entonces los cubanos “de afuera” tendríamos que enviar 11 millones de latas de frijoles para por la mañana, o sea, almuerzo y otros 11 millones de latas de frijoles para la comida, por todo el tiempo que el gobierno, que tiene el control real absoluto de la economía productora, sea capaz de cultivar y cosechar los frijoles que diariamente necesita ese pueblo.

Yo estoy dispuesto a enviar como donación, no a mi familia y amigos porque los envíos a ellos tienen otro concepto, un jabón y no estaría mal, una persona y los que vivimos en Cuba sabemos que una familia puede resolver muchísimo con un jabón, pero es que son en la isla 11 millones de personas que necesitan asearse, por lo que, si sacamos la cuenta de que podríamos medio bañarnos siempre con cierto ahorro acompañado de una toallita para restregarnos bien, 5 personas con un jabón un mismo día, había que enviar 2 200 000 jabones. ¡Sólo para un díaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¿Luego, las donaciones a quién o quiénes van? Teóricamente van a ese grupo llamado, a veces muy convenientemente, pueblo, pero cuál es la cara de ese pueblo, cómo se llama ese pueblo, dónde está.

Es un tema contradictorio, porque es cierto que ese grupo llamado pueblo hoy la está pasando mal, el huracán acaba de ponerle la tapa al pomo de ese mal que viene caminando desde hace décadas, pero también dentro de ese grupo de llamado pueblo están los que hoy furiosamente apoyan ese decadente o mejor, moribundo sistema. Están los que gritan “gusanos”, están los que echan pa´lante a sus vecinos y peor están los que hoy salen a las calles vestidos de uniformes militares, armados hasta los dientes con tecnología antimotines, gases, chalecos antibalas, perros entrenados a reprimir y los que salen vestidos de civil, a aquellos que están reclamando por su bienestar. ¿A esos, hoy, también habría que enviarles una lata de frijoles y un jabón?, ¿Por qué, si ellos están defendiendo hasta con los dientes, la inoperatividad del sistema y su gobierno, no contra un enemigo extranjero que los ataca, sino atacando y reprimiendo a ese pueblo que lo único que quiere es vivir, ya que no pueden emigrar?, ¿Esos también merecen comer frijoles y bañarse con jabones gusanos?

¿Tendríamos una vez más que donar para resolver lo que el gobierno, que se pavonea diciendo que todo está bien y que se está trabajando para salir del mal momento que ya tiene décadas de malo, no puede enfrentar?

Cuba necesita ayuda, claro está, no por el huracán que ahora ha venido a complicar todo un poco más, sino porque Cuba desde hace mucho viene viviendo por debajo de todos los niveles de vida establecidos por el orden internacional para vivir. Cuba necesita una INTERVENCION HUMANITARIA a nivel general, porque repito un jabón, una lata de frijoles, una jeringuilla no podrá resolver el tema, teniendo en cuenta, además, que por la posición geográfica que tiene la isla y la época del año en que nos encontramos, mañana puede pasar otro huracán y otro y otro, pero, como si fuera poco, el año que viene pueden pasar otros muchos huracanes.

¿Alguien piensa que un país entero puede vivir eternamente de donaciones?, ¿Hasta cuándo tendremos que estar donando? Hoy es un huracán, ayer fue un incendio de magnitudes gigantescas nunca visto en el país, que la inoperatividad y el orgullo del gobierno demoró en controlar, hace unos meses un hotel que se desplomó, hace meses el colapso de la generación de electricidad, más la falta de comida y medicamentos crónica, etc. ¿Hasta cuándo habría que donar?

¿Cómo puedo resolver yo el piso de una casa completa que aún en el 2022 es de tierra?, ¿Cómo puedo resolver yo desde aquí el techo de una casa que se fue completo porque estaba en mal estado y hoy todavía es de zinc, algunos que otros palos, de nylon?, ¿Cómo puedo resolver yo o nosotros los emigrantes, antes gusanos, hoy donantes, el problema de los alcantarillados tupidos, colapsados, las calles totalmente destruidas, ya no sin la capa final de asfalto, sino sin relleno, llenas no de baches, sino de grandes huecos, que muchos jóvenes y niños utilizan incluso como piscinas?, ¿Cómo poder enviar electricidad a cada casa para que la comida no se descomponga?, ¿Cómo resolver la epidemia de dengue, los piojos, el 75% de la población padeciendo de alta presión arterial o de las personas que por diferentes razones están en asilos y hospitales psiquiátricos?, ¿Cómo enviar colchones para que los cubanos puedan dormir y dejen de tirar sus cuerpos sobre colchones de más de 40, 50 años llenos de muelles rotos, tablas, pedazos de sacos, hierba seca, etc.?

África desde hace muchos años ha sido ayudada por donaciones, agua, comida, etc., y lamentablemente el continente negro sigue estando en el mismo lugar. Es cierto, algunos de sus habitantes han comido y quizás no han muerto ese día de sed, pero no se ha creado y no existe para ellos los mecanismos que garanticen su futuro. Cuba, no es la primera vez, ha recibido muchas donaciones, algunas en dinero, otras en productos. ¿Ha cambiado o mejorado algo para los cubanos? No. Seguimos no sólo en el mismo lugar, sino que estamos peor.

Acabo de ver un video donde Díaz Canel visita una parte de las afectadas, de esas visitas que se hacen para luego ser puestas en el NTV y frente a una de sus repetitivas ideas, o sea, se está trabajando en esto, una mujer de pueblo, le dijo que hacía 4 años pasaron por allí y le dijeron lo mismo y en esos últimos 4 años, no se había hecho ABSOLUTAMENTE NADA.

La respuesta del mandatario, medio disgustado, fue que el problema era que en otras partes de Cuba se estaba pasando por lo mismo y eso es real, no en otras partes, sino en Cuba entera, sus cayos incluidos, porque la devastación es total. El llamado socialismo cubano, llamado porque ni eso fue nunca, es como una manada de termitas o el caballo de Atila que, según su dueño, por donde pasaba no volvía a nacer la hierba. Es el resultado de años y más años, de décadas y más décadas, de olvido. Cuba no parece tener una crisis puntual, de algunos años, de algún período de gobierno, Cuba parece haber salido de una guerra, pero no cualquier guerra, sino una de la más crudas con el uso de armas atómicas y todo.

El gordo gobierno cubano debería quitarse la super caretaza que tiene puesta y acabar de declarar al mundo que no puede resolver nada. Tendría que reconocer su ineficiencia para lo mínimo, digamos el suministro del agua potable y pedir al mundo, sea este el que sea, que intervenga y envíe barcos, aviones, patanas, botes, avionetas, helicópteros y si pueden naves espaciales llenos de … incluyendo jabones y latas de frijoles.

He parado para almorzar un puré de malanga y plátano macho maduro, que le he pedido a mi chef, si porque ando con mi chef personal a cuesta, que me haga, no hablo de la proteína por pudor sólo diré que fue de color rojo, los cubanos de antes pueden recordar esa proteína de la cual hablo, entonces reflexionaba con mi especialista de estilo, porque también tengo una estilista, cómo era posible que yo, un simple trabajador de la mano, pudiera estar comiendo en los Estados Unidos un puré de malanga, cuando la malanga en mi país, Cuba, sólo es comparable al oro y probablemente ni con un lingote del preciado metal se pueda conseguir.

Cómo es que esto pasa, si cuando llegaron los españoles en 1492 y nos descubrieron o chocaron con nosotros, la malanga ya estaba en Cuba. Cuentan los que escribieron sus memorias del descubrimiento que cuando nuestros aborígenes detectaron que los españoles padecían de problemas digestivos, diarreas, vómitos y desnutrición, causadas por los largos viajes y la mala comida, además de cantarles algunas cancioncitas, los curaron con puré de malanga y unas sopas de pollos.

Donaciones quiere hoy el gobierno y así podrá además de quedarse con algunas de ellas o venderlas en las tiendas de MLC como en ocasiones antes ha hecho, palear algo de la miseria, pero luego seguirá en lo mismo, “estamos tratando de resolver”, “necesitamos tiempo”, “pedimos al pueblo que confíe en nosotros”, “se está trabajando para resolver los problemas”, “amamos la paz y odiamos el odio”, “la limonada es la base de todo” y sacaran de nuevo a dar vueltas por los pueblo el camión de papas que no se descarga en ningún lugar, que a lo mejor las papas son plásticas, pero da la imagen de que se está distribuyendo. Por cierto, parece ser que los españoles colonizadores también tomaban limonada cuando llegaron a América a finales del siglo XV, o sea, había limones.

Cuba, quizás hoy necesite donaciones y ellas además de resolver problemas muy puntuales, sólo lograran alargar el período de enfermedad terminal en terapia intensiva de su pueblo. Cuba lo que necesita es salir a las calles y derrocar al gobierno de una vez. Necesita ese pueblo acorralar a los dirigentes gordos, ahogarlos, dejarlos sin movimiento, paralizar el país entero y entonces, nosotros, los “gusanos” que emigramos, podremos apoyar el cambio total, el que tenga dinero con dinero, el que tenga latas de frijoles con latas y el que tenga ideas con ideas. Las manifestaciones populares, además de las congas y los cazuelasos, deben llegar a Miramar y Siboney, donde ni se va la luz, ni falta el agua, ni hay baches y sus habitantes se están reventando de gordura.

Cuba no es África, nunca lo fue. Cuba necesita quitarse el lastre pesado que la hunde y ese lastre es el gobierno y su forma de gobernar. Después de haber probado con todos los empresarios zapatudos, como diría mi cuñada Baby, del mundo, Cuba sólo puede dirigir su llamado de ayuda humanitaria a Estados Unidos, ayuda no significa intervención militar, ni pérdida de la soberanía. Estados Unidos, su potencial y cercanía puede cambiar el presente y el futuro de los cubanos. Un avión comercial llega a Cuba en 35 minutos, un avión de guerra recorre la distancia en 7 minutos. Un gran buque, de esos que nunca se han visto atracado en las bahías cubanas se traslada en pocas horas.

Habría entonces que hacerles tragar, tal como nos hacían a los niños de mi época con el aceite de hígado de bacalao, el falso orgullo del gobierno cubano, porque, entre otras cosas, han demostrado que, de orgullo absurdo, no se puede vivir. Ese orgullo injustificado que ha provocado varias olas de emigrantes que huyen, esta última a través de Nicaragua está cerca de los 200 000 cubanos, jóvenes, viejos, niño, imagino que algún otro santo e incluso mascotas que sus dueños no han querido dejar a la suerte en el fatídico sistema cubano.


Por cierto, alguno de mis amigos lectores puede recomendarme una vía rápida y segura para yo enviar mi lata de frijoles y mi jabón sin tener que pagar los explotadores, mercenarios, abusivos, monopólicos precios que cobran las agencias aquí por llevar algo a la isla. No puede ser que la maniobra de donar algo de buena voluntad e incluso con cariño, cueste dos, tres, cuatro veces más caro que el producto que se pretende donar.

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