jueves, 20 de noviembre de 2025

639.- A raíz de un juicio “sazonado y cocinado”.

E
sto es un tema muy complicado, sobre el cual no estoy seguro de lo que voy a escribir. Como toda idea que trate de romper normas, creencias, tradiciones populares, etc., no deja de ser peligroso.
Complicado y peligroso, sobre todo, cuando no se tiene, ni se tendrán todos los elementos libres y originales sobre los cuales basar un análisis objetivo, lo más cercano posible a la verdad. Entonces se puede dar en el clavo y acertar o sencillamente dar un mal martillazo, clavarse el clavo y salir totalmente desacertado.
Lo que salva este escrito, es que escribo, como siempre digo, para mí y para un selecto grupo de familiares y amigos que serán, al menos cariñosos, a la hora de evaluarme.
Para los contrarios, porque ni tengo la verdad absoluta, ni esto es el centro de mi vida, ni la de mis cercanos, les recomiendo además de comentar aquí, crearse un espacio donde puedan desarrollar sus ideas. Tengo 62 años y llevo mucho tiempo, como dicen los dominicanos, bregando con lo de “oveja negra”, por lo que estoy acostumbrado.
He escrito anteriormente sobre los problemas, llevados a “graves” delitos, del desconocido ayer y más que famoso por estos días Alejando Gil Fernández, sobre el cual reafirmo que no sé si fue espía o no, de haberlo sido está muy bien que lo fue en secreto, de lo contrario hubiera sido un relacionista público. Lo que sí sé es que es responsable en parte, porque siempre tuvo que estar asesorado, controlado, evaluado y aceptado por sus superiores, la lista de nombre puede ser infinita, en el resultado obtenido que es precisamente la crisis total, o sea, que abarca todas las formas de vida humana, que hoy posee y vive el pueblo cubano que vive en Cuba y como consecuencia de gran parte del pueblo cubano que por las mismas razones, aunque por diferentes justificaciones, ya no está físicamente en ese espacio geográfico. Gil, sus asesores todos y sus subordinados todos, deberían ser, como mínimo, barridos.
A raíz de este juicio que parece que no será uno solo, porque ya se celebró uno para Gil Fernández por el delito de espionaje, por el cual le piden 30 años de privación de libertad, quedaría otro pendiente, donde Gil Fernández también parece que es el protagónico, o sea, el mayor y principal implicado y acusado, por el que le tocarán otro bulto de años también, se ha retomado con no pocas fuerzas los juicios de la Causa 1 y la Causa 2 de 1989, más conocidos por el pueblo cubano como el juicio de Ochoa y el juicio de Abrante respectivamente. He retomado las ideas que ya se habían dormido y he visto los videos que el gobierno facilitó a la TV, que también es del gobierno, para que informaran a la población.
Este no es el primer juicio que parece más una purga política que un acto jurídico, porque en esto de purgas el gobierno cubano tiene historias. Existen muchos casos, unos más conocidos que otros, otros sobre los cuales nada se conoció, pero existieron. No es tan siquiera ni el primer acto acusatorio de espionaje. Dentro de las más conocidas actuaciones, que parecieron más espectáculos circenses, vale la pena recordar el juicio a Marcos Rodríguez, Marquitos, en 1964, por los sucesos de Humboldt 7 del año 1957 y la famosa reunión de los intelectuales cubanos en 1961 que duró tres días, donde Fidel dirigiéndose a los intelectuales reunidos, pero con una enorme intensión de dirigirse al pueblo de Cuba, acuñó la idea que luego marcaría a todos, “… Esto significa que, dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada. Contra la Revolución nada”.
Sonado evento en este orden de purgas y advertencias fue la larga y feroz autocrítica de Heberto Padilla en la UNEAC en 1971, que más que auto evaluación parece más un auto juicio al que sólo le faltó condenarse él mismo a la pena capital, que nadie creyó, donde el poeta, que había sido critico frontal del gobierno revolucionario, después de un mes en Villa Marista, le lavó la cara al gobierno y reconoció la superioridad de la lucha revolucionaria sobre los intereses individuales. 
En el primer evento, no era Marquitos o no era él sólo el objetivo, el gobierno, por supuesto Fidel, utilizó el juicio para pasarle la cuenta a todos aquellos comunistas viejos, que estaban trabando la película. En el segundo, esas famosas “palabras a los intelectuales”, fueron un mensaje directo al pueblo cubano, la Revolución definió sus verdaderas intenciones, el pueblo está aquí para apoyar, si no apoya, pues no tiene derecho a estar. El tercero, lo de Padilla fue bochornoso, el poeta premiado por su obra no sólo atenta brutalmente, casi sangrientamente contra él, sino además contra todos aquellos compañeros del oficio que no entendían, porque no podían entender, lo que estaba pasando en el terreno intelectual.
Pues resulta ser que Ochoa, que al parecer estaba más allá del bien y el mal al final de su vida, ha pasado a la historia cubana, me refiero al juicio, como un tipo valiente, diferente, cojonudo, características que quizás vienen heredadas de su real vida militar en varios países, aunque Fidel Castro en persona luego, cuando le convino, trató de demeritarlo, algo así como que no había sido realmente tanta, en la labor que todos repetimos realizó en África, lo que entra en contradicción directa con el nombramiento de Ochoa como el primer Héroe de la República de Cuba, categoría que todos pensamos en aquel momento que no se regalaba o vendía, pero bueno, ya también todos o al menos una gran parte de los cubanos conocemos de lo que era capaz el “Comandante”.
Sobre Ochoa y el grupo enjuiciado en aquel momento, sobre los cuales el pueblo en general, más allá de los círculos militares o de poder, sabía poco, sólo se publicó partes escogidas del juicio, o sea, casi nada y en esa publicación que hoy se mantiene en video, sólo se ve a un Ochoa destruido, consentidor, abochornado y sobre todo colaborador.
Las partes del video publicadas sólo sirven para que Ochoa se eche toda la culpa, reconozca todos los “errores” o delitos que le imputaron y con esto limpiara la imagen del gobierno y de Fidel Castro. Ochoa declaró que había traicionado y que estaba consciente de que esa traición se pagaba con la vida, dejándole así el camino abierto a la sentencia de muerte que Fidel Castro y el pleno del Consejo de Estado, no con cierto dolor dijeron, aprobaron.
Quizás Ochoa y todo aquel grupo fue realmente culpable, quizás fue convencido de que, si se arrepentía públicamente y, sobre todo, se echaba toda la culpa y más sobre todo, dejaba claro que el máximo gobierno, o sea, Fidel y Raúl, no conocían nada, no eran cómplices, ni permisivos, salvaría ya no la honra, pero por lo menos la vida.
Quizás Ochoa y el grupo que lo acompañó, confiaron en el gigantesco trabajo que habían realizado en el pasado y que, como en otros casos anteriores, se les pasaría la mano.
Quizás Ochoa, Tony y el resto, no contaron con la necesidad del momento, con la realidad de “salvar” la imagen de la revolución, que significa lavar la imagen de sus más importantes líderes y que si es necesario, cosa también demostrada en estos últimos años, nadie está a salvo en ese país.
Me llama la atención que del video que se publicó, una persona, una sola persona, que no sé como se les escapó, muy nervioso y llorando a moco tendido, aseguró que dentro de ese grupo se afirmaba que todo lo que estaban haciendo estaba autorizado por la máxima instancia y afirmó más, declaró que uno de los implicados le aseguró que el mismísimo Fidel Castro lo resolvería todo y, como en otros momentos anteriores, no pasaría nada.
Ruíz Po, quien por lo que se dejó ver, pasó a la historia como cobarde, como desmoralizado, porque lloró, hubo que asistirlo, imagino dale una pastillita y agua, etc. Todos pensamos que se había rajado y que su actitud de llantén chocaba con la fría actuación del Héroe de la República. A tal punto fue el error o desliz de lo publicado, que cuando Po aseguró, siempre llorando, que Martínez, otro capitán de las FAR implicado, le había asegurado que Fidel lo sabía y lo resolvería, el Fiscal encargado, que más que fiscal parecía un vengador anónimo, irrespetuoso, violento, arrogante, sobre actuado, que se aseguró el sobrenombre popular de “Juanito Charco de Sangre”, detuvo casi violentamente su interrogatorio y le dijo al presidente: “Me basta”. Después fueron a un receso.
Resulta que Ochoa, el general, el valiente, el héroe, quizás convencido, quizás presionado, quizás chantajeado, quizás ingenuo confiando en su historia y sus relaciones íntimas con el poder, se echó toda la culpa arriba llegando a reconocer que merecía la pena máxima, sin involucrar al poder y Ruíz Po, de menor graduación y sobre todo de menor implicación, muy nervioso y llorando histéricamente dejó entrever que todo se sabía y que los más altos del gobierno autorizaban, participaban y resolverían.
Yo no sé si se sabía o no, pero como cubano si sé y puedo apostar que no existió en Cuba la posibilidad de mover aviones, barcos, utilizar transportes terrestres, almacenes, para mover drogas, colmillos de elefantes, oro, etc., sin que muchos o muchísimos no lo supieran. Fidel Castro con un aparataje personal de inteligencia, control, movimiento y creación de información, que conocía lo que se decía en las paradas de guagua, que conocía lo que tú desayunabas en tu casa o con quién te acostabas fuera de tu matrimonio, se bajó con que no sabía nada y su hermano Raúl tampoco. ¿Quién les puede creer?
En la Causa 2, aquella otra comedia contra Abrantes, uno de los ministros de más poder en Cuba, nada más y nada menos que Ministro del Interior, pura creación de Fidel Castro, hombre de su máxima confianza por décadas, su amigo y pienso su confesor, si es que Fidel necesitó confesarse, uno de los hombres públicamente más fuertes, que levantaba la envidia del propio hermano Raúl, se dedicó a declarar que no sabía, que no recordaba, que no vio tal o más cual informe, que se le confundieron los papeles y que era tanto el trabajo que tenía que estaba agotado, tampoco mencionó al gobierno y las grandes cantidades de dinero en efectivo en maletas que el MININT entregó al gobierno, sin que este preguntara de dónde salía, tampoco habló de las posibles confesiones, entonces asumió toda la responsabilidad y aceptó la culpa y espero pacientemente a que lo sancionaran con un infarto.
Otros casos de los más grandes que un día nos los vendieron como fuera de serie, como únicos, fueron por sólo citar algunos, Luis Orlando Domínguez, Diocles Torralba, Roberto Robaina, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque, los hermanos chilenos Marambio, incluso Rogelio Acevedo, amigo de Fidel desde la Sierra Maestra, General de División de las FAR, al final de su carrera revolucionaria más que jefe, dueño de todo lo relacionado con la aeronáutica en Cuba.
Destacado caso el de Ricardo Alarcón, uno de los políticos más cercanos y fieles a Fidel Castro, con muchísimas responsabilidades cruciales dentro de la revolución, al cual no se le acusó directamente, hubiera sido escandaloso, sino que se le apartó poco a poco silenciosamente por no poder controlar a su entorno político con la justificación de que uno de sus más cercanos asesores por muchos años y hombre de confianza, Álvarez Sánchez, fue acusado y sancionado a 30 años de privación de libertad, por espionaje, alta traición y deslealtad política.
Todos estos y muchos más comieron mucho y muy bien del poder, engordaron con él, hasta que un día el poder, de la noche a la mañana, los utilizó para fines “revolucionarios superiores” y los dejó sin comida.
Como nadie en Cuba puede creer que Ochoa, Tony y el resto de los implicados al menos públicamente, actuaron en el más profesional secreto, sin que alguien fuera de los emplantillados supiera algo, nadie puede creer que Gil Fernández, él sólo sea el único culpable de todo.
¿Cuántas personas trabajaron para él?, ¿Cuántas personas escucharon y aprobaron con agrado sus propuestas?, ¿Quiénes lo promovieron de la nada a ministro de economía sin saber de economía y le entregaron el futuro económico del país entero?, ¿Cuántos le felicitaron, le dieron abrazos y palmaditas en la espalda como respaldo?
Fidel, de ese eterno grupo que hoy sanciona para resolver temas de imagen, podemos asegurar que sí no lo vio, no participó, no lo sabía, porque sus restos, dicen, descansan dentro de una piedra y lo de su presencia espiritual todos los días, no llega a tener ese poder. De ahí para abajo, todos los que rodeaban a Gil Fernández, incluyendo a los que su misión es controlar en secreto, vigilar y hacer infórmenes, tenían que saber lo que el ministro estaba haciendo. La corrupción administrativa, el tráfico de influencia, lo de ocultar documentos, lo de favorecer a unos en contra de otros, lo del fracaso casi inmediato de las medidas impuestas, etc., es muy difícil en Cuba que no se conociera. Ahora Gil Fernández a todas luces fue el escogido y promovido por el máximo poder, entonces, hubo que esperar que ese máximo poder diera la orden de “a degüello”.
Me place decir que desciendo de una familia de connotados abogados, donde dos de ellos, muy cercanos a mí, ya eran profesionales antes de que Fidel Castro se hiciera famoso en la palestra pública cubana y que murieron ambos, no sin críticas a lo que veían, apegados a la revolución que ayudaron a construir, por lo que el tema juicios, leyes, tribunales, etc., historias e interpretaciones de este sector, me vienen de cerca. Soy además de una oveja negra, un pichón de abogado empírico y quizás, por qué no, frustrado.
El juicio no se transmitió en vivo, vimos videos editados, con corta y pega, de aquellos pedazos que les interesaba dar a conocer, por lo que entre las imágenes que vimos habría que descubrir lo que queríamos o necesitábamos. Sabemos los cubanos que lo que no se vio fue lo verdaderamente importante.
Como en otros momentos, ahora Raúl Castro, con su reingeniería desde el poder detrás del poder basada en que ya nadie es intocable y que los graves errores convenientes se sancionan con la muerte, muerte o la muerte en vida, no Díaz Canel al que, en este momento, lo tienen desterrado en Oriente repartiendo colchones a los damnificados y que no ha dicho sobre los sucesos ni esta boca es mía, necesita la cabeza de alguien y va por la de Gil ahora y por qué no, dentro de poco, por la de Díaz Canel.


martes, 11 de noviembre de 2025

638.- ¿Público, transparente y justo?

Me es imprescindible decir que apoyo totalmente a Laura María Gil, en la defensa pública que ha venido haciendo a su padre, el ex primer ministro del gobierno cubano y exministro de Economía y Planificación.

Estoy convencido que es lo mejor que puede hacer un hijo, a alguien que, a pesar de errores, parece, según comentarios generales, ha sido buen padre.

Laura trató de llamar la atención sobre la inocencia de su padre frente a las graves acusaciones que pesan sobre él y apoyando un pedido de su padre, reclamó un juicio público, transparente y justo, cosa que para nada me parece descabellada, al menos en su formulación teórica. Salvo muy honrosas y avaladas excepciones, todos los juicios deberían ser públicos y gozar de transparencia y justicia. Cuando Laura se ve obligada a pedir esto es porque sabe, aunque no lo dice explícitamente, que no existe. ¿En algún momento Gil Fernández habló de la necesidad de juicios transparentes y justos?

Laura tiene miedo, si conoce o ha estudiado la historia de la revolución cubana, podrá concluir que su papá podría ser el caso 8 967 o el 15 532 de personas que después de servir, en no pocos casos desenfadadamente al gobierno, han sido movidas, sancionadas, enjuiciadas, encarceladas, desaparecidas al menos en imagen pública y fusiladas.

Laura debe saber que personas, incluso más famosas e importantes que su papá y que estuvieron muchos más años en “las cajitas”, muy vinculados no sólo al gobierno, sino a la figura de Fidel Castro, que puede parecer lo mismo, pero no es igual, de la noche a la mañana se vieron involucrados en altos delitos, algunos creo que reales, otros estoy seguro de que inventados y recibieron largas condenas de privación de libertad, muerte por fusilamiento e incluso infartos poco ortodoxos.

Cuba tiene una larga lista de personas que hasta un día fueron importantes e incluso muy importantes, que ocuparon cargos públicos y a veces no tan públicos y amanecieron destronados, desempleados en espera de ubicación, enviados a otros puestos menos importantes o en el mejor de los casos sacados del circuito cubano y enviados a embajadas en países sin importancia.

Laura debe sentir, además de odio no confesado e incomprensión demasiado inocente, terror al saber que su querido padre, importante ayer, figura principalísima del gobierno cubano, puede ser sancionado a lo que el gobierno quiera, 20, 30 años e incluso la tan temida pena de muerte. Gil Fernández puede ser el chivo expiatorio del año 2025 que el gobierno de Cuba necesita. Entiendo y apoyo en esto a Laura.

Sin embargo, hasta la inocencia más pura tiene límites. Ahora en su defensa de su padre, ella habla de la necesidad de que el pueblo cubano conozca todo y reafirma que su causa no es política, a pesar de que su papá está pagando el alto precio de la despolítica cubana.

Laura una joven ya, se acaba de acordar de Santa Bárbara porque está tronando. Hablar ahora del pueblo cubano tratando de encontrar apoyo es una enorme hipocresía, sobre todo, porque ese preciso pueblo y no su papá, ni ella misma, ha sido el receptor más perjudicado de todas las medidas absurdas tomadas por el gobierno, encabezadas por Gil Fernández, líder en su aplicación y justificación.

En no pocas ocasiones su papá salió dando razones y pidiendo al pueblo cubano que entendiera, confiara, diera una vez más su voto de confianza a lo que a todas luces era un fracaso. Gil Fernández fue el verdugo que, amarrándole la soga al cuello al próximo ahorcado, le decía al oído, no te preocupes, no te va a doler.

Gil Fernández jamás se arrepintió, menos salió a pedir disculpas por haber metido al pueblo en la más grande crisis de la historia cubana, mucho menos renunció éticamente, que era lo que le tocaba, aunque sabemos que en Cuba no existe la autorenuncia, ellos, los del gobierno, cuando les conviene te renuncian. Quizás Gil Fernández, que tiene que haber estado personalmente muy cerca del presidente Díaz Canel, pensó que el camino para él era seguro y que como en muchos otros casos, sus errores pasarían como inadvertidos y se aplicaría borrón y cuenta nueva como también en muchas otras ocasiones.

Se equivocó al pensar que Díaz Canel es el verdadero poder y no pensó quizás que en algún momento haría falta, como la tradición señala, echarle la culpa a alguien y pasarle la cuenta como siempre en nombre de la revolución, el partido, la patria, la soberanía nacional y el “sagrado” pueblo.

Quizás Gil Fernández confió en que se descubriría su buena voluntad o se acordarían de su disciplina al cumplir las órdenes y olvidó que de buenas voluntades está empedrado el camino al infierno, en su caso a la cárcel o la muerte. Quizás Gil Fernández pensó que si fracasaba le tocaría una embajada donde retirarse tranquilamente. En Cuba, ni Gil Fernández, ni el mismísimo Díaz Canel por sólo citar algunos nombres conocen exactamente el futuro que les toca. En un momento determinado, cuando haga falta, le sacan hasta los peos que se tiraron e hicieron reír a los que los rodeaban.

La hija de su papá que ya es una joven tiene que haber vivido muy bien mientras su padre fue enviado a Gran Bretaña y luego a Rusia. Tiene que haber vivido muy bien cuando al regreso de su papá a Cuba se le asignaron altas responsabilidades del alto gobierno, que todos sabemos vienen acompañadas de casas en Miramar, varios carros con combustible a tope, vacaciones dentro e incluso fuera de Cuba, comiditas asignadas para mantener una alimentación estable y sana y sobre todo tráfico de influencia. Ser la hija de un ministro abre en Cuba cualquier puerta, siempre y cuando te mantengas alineada.

Ser la hija de un ministro garantiza buenos trabajos, buenos amigos, soluciones para todo incluyendo los caprichos, etc. Yo no la conozco, pero nadie tiene que decirme cómo vivía.

Si Laura caminaba, era para pasear a su niño o un perro por las aceras de la 5ta Avenida; si conoció que existían las guaguas fue porque las vio pasar desde dentro del carro donde se trasladaba; si se enteró de los prolongados y sistemáticos apagones fue porque vio la información que se da en el TV; si conoció la Cuba profunda, que no es El Vedado, Miramar, ni tan siquiera La Habana, fue de hoteles en hoteles o las conocidísimas casas de descanso de los ministerios y el Partido Comunista.

Y entonces ahora, cuando a todas luces se acabaron los privilegios, cuando ve la candela acercarse, se acordó y habla del pueblo. La pregunta debe ser, ¿de cuál pueblo?

¿Pretende Laura que el pueblo cubano salga a defender o al menos interesarse por su papá? Al pueblo cubano no le interesa y además no debería interesarle Gil Fernández, más allá del chisme de última hora y las más que conocidas frases de: lo van a moler, lo van a joder, lo trituraran, lo van a hacer picadillo de soya, etc. Para el pueblo cubano Gil Fernández es uno más que ayer fue y hoy ya no es.

Laura, inteligente o bien asesorada, se ha tratado de desmarcar de una opinión política, dice no estar llamando a manifestaciones y habla de defensa de la soberanía, ella sabe que tiene que vivir en Cuba, o mejor, sobrevivir porque ya su vida nunca será igual a la de antes, por lo menos hasta que logre irse y entonces apela a un sentimiento humanitario, sin mencionar, por ejemplo, las decenas y decenas de casos de cubanos censurados, detenidos, sancionados a largas penas de privación de libertad por haber hecho, mucho, muchísimo menos que lo que su padre dicen que hizo en secreto.

Si por sacar un cartel, por publicar una noticia a través del celular, si por participar en una manifestación pública hay muchas personas presas, imaginar qué puede pasar bajo una acusación de más de 10 delitos graves, incluyendo el de espionaje.

Laura debería recordar o aprender que en una primera ronda el pueblo cubano no estuvo de acuerdo con el fusilamiento de Ochoa, Tony y los otros dos acusados y entonces Fidel Castro salió, dio un discurso “emotivo”, donde entre otras cosas le lavó la cara a su hermano y dejó claro que no era una decisión personal y los mandó a fusilar, después de hacer votar a todos los presentes y cambiar la opinión de una buena parte de los cubanos, entonces, a pesar de los números que establece el código, su papá puede recorrer el mismo camino.

Puede ser que ahora Raúl Castro, porque Díaz Canel está tan embarrado que no podrá ser, el presidente cubano parece no haberse enterado de lo que está pasando, salga y parecido frente al juicio de Ochoa y el resto de los implicados cuando dijo que mientras se lavaba los dientes vio una lagrima correr por su mejilla, dirá ahora que mientras la compañera del partido que lo atiende le cambiaba el pamper sintió pena por Gil Fernández, pero cuando le limpiaron el culo, decidió fusilarlo.

¿Como apelar a juicios transparentes y justos donde un partido único está por encima de la constitución y el 99% de los abogados, fiscales e integrantes de tribunales son militantes de ese partido?, ¿Cómo apelar a un juicio transparente y justo donde todos los jueces, fiscales y abogados pertenecen y se deben a la Asociación de Juristas de Cuba y a todos les paga el gobierno?, ¿Cómo lograr una defensa real si el abogado defensor, quizás buen abogado, quizás el mejor de todos los abogados, está atado de pies y manos en cuanto pertenece al "establishment" del gobierno?

Lo de juicio público, con transmisión en vivo, pienso que, más que todo, es un chiste de la hija del exministro. Me da pena con Laura, pero tiene que aprender, si es que todavía está a tiempo, que jugar con candela, puede quemar.

Nota: Acabado de publicar este artículo, encontré una información de CiberCuba que a continuación reproduzco textualmente:

"Régimen impide a la hija de Alejandro Gil entrar al juicio contra su padre.
En un nuevo gesto de opacidad y control, el régimen vetó la entrada de Laura María Gil, hija del exministro de Economía Alejandro Gil Fernández, al juicio que se celebra esta semana en La Habana por delitos de espionaje y corrupción. Según confirmó a CiberCuba una fuente cercana a la familia, “dejaron entrar al hijo, Alejandro Arnaldo Gil González, pero vetaron a la hija. Inaudito”. Laura María, quien se ha pronunciado públicamente desde que salieron a la luz las imputaciones contra su padre, había pedido que el proceso fuera público y televisado, defendiendo su derecho a la transparencia y asegurando que su padre es inocente del delito de espionaje. Ayer, tras conocerse que el juicio sería a puerta cerrada y bajo vigilancia militar, la joven denunció en un audio filtrado que todo es una “manipulación total” y anunció que intentaría entrar de todas formas. El juicio, iniciado el martes en una sala militar de Marianao, se desarrolla bajo un fuerte operativo de Seguridad del Estado y sin acceso para la prensa ni el público. Gil Fernández enfrenta cargos de espionaje, malversación, cohecho, lavado de activos y evasión fiscal, entre otros. La Fiscalía pide cadena perpetua".


martes, 4 de noviembre de 2025

637.- ¿Espionaje?

La realidad de Cuba no me sorprende, pero no deja de llamarme la atención. A cómo se está, cualquier cosa puede ser y pasar.
En marzo de 2024 se informó que el exministro de Economía y Planificación, y ex primer ministro del gobierno cubano había sido detenido por lo que se nombró "graves errores en su gestión" y se comenzaba sobre él un proceso de investigación. El susodicho había sido removido de su cargo dos meses antes.
Extraño en aquel momento, Alejandro M. Gil Fernández había sido una joyita del gobierno. “Cuadro” que emergió rápidamente hasta convertirse en uno de los personajes más importante del país debido a su responsabilidad. Él fue el responsable, muy avalado, apoyado, promocionado e incluso felicitado en varias ocasiones, por llevar adelante el proceso de transformación económica que según se decía hacía falta y resolvería los problemas existentes.
A todas luces, si seguimos el hilo, Gil era amigo del presidente, el que personalmente mostró en muchas ocasiones su contentura con su ejecutivo.
Imagino entonces que además de las relaciones de trabajo, abundaron las largas jornadas de compartidura, cafés, tragos, probablemente relaciones interfamiliares, encuentros en Varadero o en alguno de los cayos, etc.
Baste decir que el propio presidente Díaz Canel fue el tutor de la tesis de doctorado de Gil, lo que significa, casi siempre, muchas horas de trabajos, conversaciones, compartir ideas y en no pocos casos, el estrechamiento de una relación personal. Lo sé por experiencia propia. Lo de la tutoría de la tesis es más una jugada de poder y tráfico de influencia, que realidad. ¿A quién se le ocurre que Díaz Canel puede tutoriar seriamente una tesis de doctorado?
En este caso, un grado académico, fue a todas luces una jugada perfecta para consolidar la relación “revolucionaria”; Gil era un ministro de gobierno presidido por Díaz Canel y el mismísimo presidente fue el tutor de no sé qué tesis de doctorado de su ministro.
Llamativo las varias felicitaciones públicas de Díaz Canel, incluso por el cumpleaños de Gil, pero, además, cuando fue sustituido como ministro, el presidente cubano, no dudó, una vez más públicamente, en reconocer su trabajo abnegado y augurarle que otras tareas revolucionarias estarían a su mano para continuar su, hasta esos momentos, trabajo e interés incuestionable por la revolución, a lo que Gil respondió que había sido un honor y orgullo y que estaba dispuesto a continuar en otro frente. Canel aparecía más que como jefe, como un amigo, miembro de un equipo de trabajo agradecido. ¿Canel es un ingenuo, un descarado o un cómplice? Cualquiera de las tres posiciones, por no pensar en las tres al mismo tiempo, lo culpan,
Por cierto, el más que promocionado “cuadro”, junto a su jefe, tutor y amigo Díaz Canel fueron los máximos responsables de que todo aquel plan económico, llamado Tarea de Ordenamiento, sobre el cual se informó que se había trabajado fuertemente por años, como para darle solidez, a las pocas horas de implementarse, fue uno de los fracasos más sonados de esta última etapa de Cuba, sobre todo y precisamente en el plano económico.
A partir de la implementación del tan sonado plan, la crisis que ya existía se convirtió en una mayor crisis de la cual no se ha salido y a decir de expertos no se saldrá. Gil fue removido, sin embargo, el que ayudó, apoyó, probablemente orientó y aprobó, sigue en la silla presidencial, que ya sabemos no es la de Fidel Castro, que sigue simbólicamente vacía presidiendo las reuniones, a la cual pienso que deberían ponerle una foto en el respaldar para explicar su presencia sin uso.
Alejandro Gil, como en muchos otros procesos anteriores, permaneció en secreto, poco se supo públicamente de él, hasta que ahora el 31 de octubre de 2025, a más de un año y medio de su detención, imagino que cuando los investigadores de todos tipos, el gobierno, la policía, la seguridad del estado, la inteligencia y la contrainteligencia, la contraloría, la inteligencia y contrainteligencia militar de las FAR, más aquellos grupos o departamentos que sabemos existen sin nombres públicos, dieron el caso por terminado en su fase investigativa, o sea, la acción de exprimir al “paciente” Gil, la Fiscalía General de la República ha informado fríamente que al exfuncionario se le imputan  una decena de delitos graves, incluyendo malversación, evasión fiscal, cohecho, lavado de activos, tráfico de influencias, falsificación de documentos públicos y ... espionajeeeeeeeeeeeee.
Gil tiene, por esas razones aportadas por la fiscalía, la posibilidad de ser fusilado varias veces. ¿Espionaje?
Cuba tiene una larga historia de corrupción, desvíos de recursos, tráfico de influencia, etc., si fuera por esos delitos, no hubiéramos tenido gobierno estos últimos casi 70 años. En realidad, son delitos que se sacan cuando de alguien hay que salir, pero la idea de espionaje a favor de un país o entidad extranjera, son palabras mayores.
El último gran escándalo para lavarle las caras a Fidel y Raúl, aquel espectáculo de Ochoa, los de la Guardia y otros implicados, tuvo de todo, menos de espionaje contra el gobierno y como resultado de todo el montaje, algunos, con mucha más historia pública y secreta junto al gobierno y personalmente a Fidel fueron pasados por las armas. Fusilaron a cuatro personas por lo que todos conocían, por lo que era más que común, por lo que tuvo que haber sido un secreto a voces, sin embargo, jamás se utilizó la fórmula de espionaje. José Abrantes, creación divina del propio Fidel Castro hasta convertirlo en uno de los muy pocos hombres fuertes de Cuba, intocable, fue sancionado a privación de libertad, luego, parece que le dieron un infarto, pero cualquier cosa le sacaron, menos la de ser un espía.
Demás está decir que no siento nada personal por Alejandro Gil, primero no lo conocía, no es de las figuras que venían junto a la revolución dentro de la TV; segundo, cuando lo presentaron pasó a formar parte del grupo que luchó por seguir explotando al pueblo cubano, cada una de sus intervenciones, cada una de sus actuaciones, cada una de sus acciones como plan, estuvieron encaminadas a soportar y anclar al gobierno al cual él pertenecía; tercero, no me extraña que sea corrupto y que haya traficado influencias, porque él mismo es el resultado de ellas hasta llegar a la cima.
Pero es más que conocido que como Saturno, la revolución cubana con tal de sobrevivir no sólo es capaz de devorar a sus hijos, sino que con muestras de antropofagia es capaz de comerse a sí misma en parte.
¿Cuántas veces Fidel Castro salió públicamente a reconocer sus errores, engañando así muchas veces a muchos, y qué pasó? Nada. Se vistió de honesto, dio un discursito calmado de 8 horas, reconoció la metedura de pata, en el supuesto caso de no poder culpar a más nadie, acusó al imperialismo yanqui, se retiró satisfecho del engaño a comer langosta y al día siguiente, todo continuo igual. Borrón y cuenta nueva, los errores son cosas del pasado, hoy es otra cosa. Fin del cuento. Dios no se equivoca, hace el que se equivoca para parecerse a los humanos.
Creo que, si a Gil le echan 30 o 1000 años, al pueblo cubano no le interesará. No cambiará nada. Sufrirá su familia y los pocos allegados que le queden, es sabido que mientras se está en alza y bonanza sobran los allegados, pero inmediatamente que caes en problemas, los supuestos amigos cogen miedo y ni mensajes a través de palomas mensajeras.
El pueblo cubano está acostumbrado a que estas cosas pasan. Sobre la noticia que se dio a través de un comunicado en la TV, ya nadie habla. Gil no es Ochoa. La inclemencia del “oportuno” huracán Melissa, vino a llenar el plano de las ideas.
Ahora, supongamos que Gil es un corrupto, traidor, ladrón, guatacón, inepto y espía, pero dónde están los demás. A ese nivel donde se encontraba, muy, pero muy cerca incluso del presidente, no se puede delinquir solo y menos delinquir en tanto secreto que nadie esté implicado. La lista de Gil tiene entonces que ser tan grande y complicada como la famosa Lista de Epstein.
Lo de espía es más difícil, sino todos lo fuéramos y todos lo sabríamos. Ser espía es ser secreto, tener dos a más personalidades, etc., pero si es cierto que espió, tiene que haber como mínimo un alentador, pagador y receptor de ese espionaje. País, gobierno, institución o persona. ¿Dónde están y quiénes son? Nadie se espía a sí mismo. ¿Para qué?
Ahora, durante todo el tiempo que trabajó y fue muy felicitado públicamente, nadie se dio cuenta de los delitos que se le imputan o todos se dieron cuenta de ellos, pero la inmunidad aparente lo protegía y se la dejaron pasar hasta que hizo falta pasarle la aplanadora. Todos los llamados a controlar, vigilar, informar, que sabemos que en Cuba son muchísimos, estaban dormidos, borrachos, comprados o maniatados.
¿Y qué hay de Díaz Canel? No lo sabía o lo sabía y se hizo el tonto.
¿Cómo es posible que hoy muchos tengan una opinión dentro y fuera de Cuba y que el presidente Díaz Canel, a todas luces, máximo responsable y aparentemente muy cercano a Gil Fernández, no haya salido a mojarse el culo? Es difícil, quizás Gil Fernández pertenecía a esa pequeñita parte de poder que tiene Díaz Canel, el cual es más que conocido que poder real no tiene. Díaz Canel es un presidente donde se está gastando dinero porque hay que tener uno, pero en realidad ni puede con los "históricos", ni puede con las Fuerzas Armadas y su aparente aparataje económico el cual no tiene ni derecho a auditar, ni puede con los "viejos cuadros" del Partido Comunista. Para todos esos poderosos, Díaz Canel es un muñeco para utilizar y un mal necesario.
Gil y su familia, ahora, cuando les han pisado los cayos, se han acordado de los derechos humanos, la libertad de expresión y la transparencia que antes jamás habían mencionado es entendible desde el punto de vista humano porque están tratando de defender a un padre, un esposo, quizás un hermano o primo, ellos quieren un juicio público, presenciado además por visores internacionales y es como para reírse. ¿Ahora juicio público y, además, justo? Pero, ¿Esas personas "ingenuas" de donde salieron? 
Creo que a Gil no lo van a fusilar, el gobierno no va a atentar contra la demografía tan disminuida hoy por los miles y miles de emigrantes, pero como todos sabemos la acusación de la fiscalía general, lleva implícita ya la sanción frente a la cual ni el mejor abogado defensor podrá hacer nada. El juicio será otro espectáculo, con quizás Díaz Canel sentado en el público rezando porque Gil Fernández no lo mencione. Gil sería inocente en cualquier otro lugar, al que habría que demostrarle su culpabilidad, eso es en otro lugar, en Cuba Gil con un abogado defensor puesto por la misma fiscalía y con un guion muy corto, tendrá que demostrar su inocencia. Su culpabilidad está ya en el horno.
Gil, respondiendo muy totalmente y teniendo mucho cuidado con los nombres que menciona, pasará muchos años en cárcel, en espera quizás de que le otorguen su infarto.
Gil tiene, por esas razones aportadas por la fiscalía, la posibilidad de ser fusilado varias veces. ¿Espionaje?
Cuba tiene una larga historia de corrupción, desvíos de recursos, tráfico de influencia, etc., si fuera por esos delitos, no hubiéramos tenido gobierno estos últimos casi 70 años. En realidad, son delitos que se sacan cuando de alguien hay que salir, pero la idea de espionaje a favor de un país o entidad extranjera, son palabras mayores.
El último gran escándalo para lavarle las caras a Fidel y Raúl, aquel espectáculo de Ochoa, los de la Guardia y otros implicados, tuvo de todo, menos de espionaje contra el gobierno y como resultado de todo el montaje, algunos, con mucha más historia pública y secreta junto al gobierno y personalmente a Fidel fueron pasados por las armas. Fusilaron a cuatro personas por lo que todos conocían, por lo que era más que común, por lo que tuvo que haber sido un secreto a voces, sin embargo, jamás se utilizó la fórmula de espionaje. José Abrantes, creación divina del propio Fidel Castro hasta convertirlo en uno de los muy pocos hombres fuertes de Cuba, intocable, fue sancionado a privación de libertad, luego, parece que le dieron un infarto, pero cualquier cosa le sacaron, menos la de ser un espía.
Demás está decir que no siento nada personal por Alejandro Gil, primero no lo conocía, no es de las figuras que venían junto a la revolución dentro de la TV; segundo, cuando lo presentaron pasó a formar parte del grupo que luchó por seguir explotando al pueblo cubano, cada una de sus intervenciones, cada una de sus actuaciones, cada una de sus acciones como plan, estuvieron encaminadas a soportar y anclar al gobierno al cual él pertenecía; tercero, no me extraña que sea corrupto y que haya traficado influencias, porque él mismo es el resultado de ellas hasta llegar a la cima.
Pero es más que conocido que como Saturno, la revolución cubana con tal de sobrevivir no sólo es capaz de devorar a sus hijos, sino que con muestras de antropofagia es capaz de comerse algunas partes de sí misma. Saben que el pueblo cubano, al que Gil Fernández tampoco le dice mucho o por el contrario lo deben odiar por aquello de la "Tarea de Ordenamiento", muy rápido olvidará. Quienes pretenden que el pueblo, en medio de lo que se está pasando, salga a defender a Gil Fernández, están locos. La hija del acusado, en defensa de su papá, cosa que veo muy bien, está llamando al pueblo como apoyo, no sé a qué pueblo del que antes nunca se había acordado. 
¿Cuántas veces Fidel Castro salió públicamente a reconocer sus errores, engañando así muchas veces a muchos, y qué pasó? Nada. Se vistió de honesto, dio un discursito calmado de 8 horas, reconoció la metedura de pata, en el supuesto caso de no poder culpar a más nadie, acusó al imperialismo yanqui, se retiró satisfecho del engaño a comer langosta y al día siguiente, todo continuo igual. Borrón y cuenta nueva, los errores son cosas del pasado, hoy es otra cosa. Fin del cuento. Dios no se equivoca, hace el que se equivoca para parecerse a los humanos.
Creo que, si a Gil le echan 30 o 1000 años, al pueblo cubano no le interesará. No cambiará nada. Sufrirá su familia y los pocos allegados que le queden, es sabido que mientras se está en alza y bonanza sobran los allegados, pero inmediatamente que caes en problemas, los supuestos amigos cogen miedo y ni mensajes a través de palomas mensajeras.
El pueblo cubano está acostumbrado a que estas cosas pasan. Sobre la noticia que se dio a través de un comunicado en la TV, ya nadie habla. Gil no es Ochoa. La inclemencia del “oportuno” huracán Melissa y sus consecuencias, vino a llenar el plano de las ideas.
Ahora, supongamos que Gil es un corrupto, traidor, ladrón, guatacón, inepto y, además, espía probado, pero, dónde están los demás. A ese nivel donde se encontraba, muy, pero muy cerca incluso del presidente, no se puede delinquir solo y menos delinquir en tanto secreto que nadie esté implicado.
La lista de Gil tiene entonces que ser tan grande y complicada como la famosa Lista de Epstein.
Lo de espía es más difícil, sino todos lo fuéramos y todos lo sabríamos. Los espías llevarían un solapín en el pecho que diría "espía". Ser espía es ser secreto, tener dos a más personalidades, etc., pero si es cierto que espió, tiene que haber como mínimo un alentador, pagador y receptor de ese espionaje. País, gobierno, institución o persona. ¿Dónde están y quiénes son? Nadie se espía a sí mismo. ¿Para qué?
Ahora, durante todo el tiempo que trabajó y fue muy felicitado públicamente, nadie se dio cuenta de los delitos que se le imputan o todos se dieron cuenta de ellos, pero la inmunidad aparente lo protegía y se la dejaron pasar hasta que hizo falta pasarle la aplanadora. Todos los llamados a controlar, vigilar, informar, que sabemos que en Cuba son muchísimos, estaban dormidos, borrachos, comprados o maniatados.
¿Y qué hay de Díaz Canel? No lo sabía o lo sabía y se hizo el tonto.
¿Cómo es posible que hoy muchos tengan una opinión dentro y fuera de Cuba y que el presidente Díaz Canel, a todas luces, máximo responsable y aparentemente muy cercano a Gil Fernández, pero, además, máximo cuestionado, cosa que debe saber, no haya salido a mojarse el culo y se mantenga como si nada estuviera pasando, como si su nombre no estuviera apareciendo vinculado al acusado?
Gil y su familia, ahora, cuando les han pisado los cayos, se han acordado de los derechos humanos, la libertad de expresión y la transparencia que antes jamás habían mencionado, ellos quieren un juicio público, presenciado además por visores internacionales y es como para reírse. ¿Ahora juicio público y, además, justo?
Creo que a Gil no lo van a fusilar, el gobierno no va a atentar contra la demografía, tan disminuida hoy, pero como todos sabemos la acusación de la fiscalía general, lleva implícita ya la sanción frente a la cual ni el mejor abogado defensor podrá hacer nada. El juicio será otro espectáculo, con quizás Díaz Canel sentado en el público enterándose de todo en ese momento.
Gil, respondiendo muy tontamente como ya hemos visto en otros procesos anteriores y teniendo mucho cuidado con los nombres que menciona, pasará muchos años en cárcel, en espera quizás de que le otorguen su infarto.
A veces la tanta cercanía al Sol termina quemando.

miércoles, 29 de octubre de 2025

636.- No siempre el número 13 es de mal augurio.

El número 13, sobre todo si está asociado al martes o al viernes, tiene una connotación fatal a partir de la tradición popular, vinculada a eventos leyendas o reales que provienen de la antigüedad. Sin embargo, en la realidad, el 13 no siempre es malo.

Una de mis nietas, Mia Isabella, M-1, aquella niña que se apuró en llegar a la vida fuera de su mamá, que no quizo esperar a los nueve meses dentro de una bolsa rodeada de líquido, acaba de cumplir 13 años. Entonces el 13 deja de ser un número complicado para convertirse en algo importante, lindo y dulce.

Soy un abuelo común, nada extraordinario, por lo que trataré de no excederme, siempre soy acusado de excesos, no sé mucho de política o economía, menos de guerras, no puedo orientar a alguien sobre qué hacer para comprarse un barco o un avión, sin embargo, he tenido la posibilidad con mis 62 años ya, de relacionarme con muchas personas, decenas y decenas de ellas, por mi pasión a las relaciones humanas y a muchas de las cuales he podido ayudar de cerca, no con mi dinero, sino con mi cerebro y mis  manos.

Puedo decir, sin haberlo estudiado mucho, que conozco de seres humanos y puedo asegurar que Mia, ahora ya, a sus cortos años, es una persona excepcional, que, si no cambia para mal, cosa que pasa en la vida real, soy un abuelo común, pero no ciego, menos tonto y sé que esto puede pasar, está llamada a convertirse en una gran mujer. Los que tengamos vida, veremos a Mia realizada como algo sólido en su madurez. Es ella una de esas personas que podrá hacer bien lo que ella determine en la vida. Ejemplos en su familia y cerebro tiene.

Lo primero que salta a la vista, ya dije que soy abuelo hombre, es la bella figura física de Mia. Como herencia más cercana de su mamá, Mia tiene un cuerpo de competencia, mejorado obviamente con la cantidad de ejercicios físicos y deportes que practica desde muy chica. Mia ama los deportes y ellos cuando se practican sistemática y seriamente ayudan.

Sus grandes e inconfundibles ojos muy azules, por lo cual soy el dueño del sobrenombre de “Ojos Bellos”, son algo exclusivo en mi familia de sangre. Aunque mi abuela paterna tenía los ojos muy azules también, no son comunes en la parte de la familia genética de Mia a la cual pertenezco, si en la familia de su papá Yordan, donde priman los ojos claros, azules y verdes.

Mia es indudablemente norteamericana, por lo que sus momentos y motivaciones más profundos giran alrededor de esa cultura, sin embargo, al crecer dentro de una familia cubana, hereda con cierta gracia eso que llamamos cubanía. Su español como segundo idioma es casi perfecto, no sólo en su dicción, sino en el ritmo que los cubanos imprimimos al castellano original de la “Madre Patria” europea. Mia puede hablar un perfecto inglés e inmediatamente cambiar para el cubano, que es más y diferente al castellano o sencillamente puede hablar paralelamente en los dos idiomas sin perder el ritmo de las conversaciones en ambas lenguas.

Ahora, precisamente guiada por la música, al ser fanática de uno de los grupos coreanos del sur obviamente, más populares en el área internacional del K-pop, Stray Kids, (스트레이 키즈), comienza a masticar el coreano, que debe ser uno de los idiomas más difíciles y extraños del planeta y bailar tal como lo hacen los jóvenes profesionales asiáticos, acompañada casi siempre por su pequeña hermana Maeve, M-2, que brinca, se contorsiona, mueve las manos y canta en un solo idioma ingléscubanocoreano, imitando a su hermana mayor.

Mia es una buena estudiante, no creo que heredado de sus padres al menos cuando fueron jóvenes, sino creado por ella misma y su interés en cumplir y aprender. Ella, por tener esa personalidad tranquila, sosegada, nunca ha dado problemas con la escuela, tareas, trabajos, etc., para felicidad de sus padres. Mía es, por encima de todo, sencillamente paz.

Mia va a ser una persona de cultura. Lee, escucha música, canta, se mueve con la tecnología toda como pez en el agua y toca varios instrumentos musicales, piano, guitarra y nada más y nada menos que viola, algo poco común para los simples mortales. Es más fácil hacer música con una lata y un palo o con las manos, donde yo me inserto, que tocar cualquier versión de los violines, que ahora mismo creo que son tres. Eso, ese aprendizaje, que podrá ser desarrollado hasta el infinito, hace a las personas diferentes. La música purifica el alma.

Pero además Mia practica de forma estable y oficial, o sea, varias veces en la semana, varios deportes, en las tardes, tea kwon do, donde ya exhibe cinta negra para su categoría y varios premios y medallas en competencias oficiales y ahora en las mañanas basquetbol, donde ya anotó su primera canasta e hizo un pase profesional salvando una bola que se salía del terreno, ayudando a su equipo a ganar por paliza, en una competencia oficial frente a un equipo de otra escuela. 

Claro, no es que sea genio, no hace falta ser genio, a veces ellos son los humanos más complicados que existen, sino que además de su esfuerzo personal, que satisface sus gustos e intereses personales, tiene detrás a padres que sirven de apoyo, soporte, comisión de embullo totalmente.

No siempre el número 13 es malo, mi nieta acaba de cumplir sus primeros trece años, ojalá tenga yo vida para verla cumplir muchos 13 años más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 26 de octubre de 2025

635.- El pueblo cubano ha perdido el pueblo.

El pueblo cubano no tiene miedo, no es esa la causa del fenómeno es sencillamente la forma más fácil de verlo. Ese sentimiento, el miedo, con un poco de tiempo y trabajo es posible superarlo. Tiempo que ha pasado y trabajo que se ha venido haciendo.

Creo que es peor, en sentido general, el pueblo cubano ha perdido la referencia, coincide que no hay solución dentro del país y que la única posibilidad de mejorar es irse. No existe la ilusión, no existe la esperanza, no existe la posibilidad de una mejoría dentro del espacio geográfico que se llama Cuba. Una parte de ese pueblo hoy busca y rebusca en cajones viejos, fotos y documentos de sus antepasados, por ejemplo, españoles, a los que ni a veces conocieron, todo para irse a España. Otros muy casualmente esperan y aspiran a "encontrarse" con el extranjero de su vida en una parada de guagua o en la cola de un agromercado, da igual que esa persona tengo 70 años o que viva en Burundi. El pueblo cubano ha perdido el pueblo.

Y creo que esa es la peor consecuencia de estos casi 70 años; no la economía, los desastres, los derrumbes, la incapacidad de un gobierno de resolver lo mínimo, la mayor consecuencia es la pérdida de un pueblo del pueblo. La patria no es sólo el pasado por muy glorioso que fuera, ni la presente resistencia que hoy frisa casi con la locura, la patria es y debe ser el futuro, la cristalización de sueños, realizaciones colectivas, pero también individuales. La patria es el éxito y la prosperidad, o al menos el sueño de que eso es posible, por eso nuestros padres y los padres de nuestros padres y los padres de esos padres, nos enseñaron a estudiar y a trabajar.

Si algo logró la adobada doctrina marxista leninista en Cuba, cocinada con las ideas fidelistas, fue sembrar la idea de que el cambio no es posible, por lo que el pueblo cubano está llamado a soportar y soportar en espera de que un día todo, como por arte de magia, cambiará y mejorará. Todavía hay quienes esperan que después de tantas pruebas y pruebas, el gobierno de turno, que es como bien se llama continuidad sobre todo del desastre y la improvisación, pueda resolver todos los problemas acumulados, que no son pocos.

Si algo Fidel Castro y sus repetidores, que no nos engañemos fueron muchos durante años, fueron capaces de imponer, fue que antes de 1959 todo era negro, oscuro, problemático. Cuba era un país caótico, de prostitución, robo, corrupción, hambre, insalubridad, analfabetismo y que la historia de Cuba comenzaba precisamente después del triunfo revolucionario de 1959.

La revolución emancipadora, la revolución lumínica, la revolución que entregaba y reponía a cada cubano el orgullo y sobre todo una patria que antes no tenía. Y eso se llevó a los libros de historia, que más que todo son de propaganda, se llevó a las escuelas, a los trabajos y a la familia. Antes todo era desastroso, caótico, ahora es que, por primera vez, somos libres y viviremos un futuro inigualable, tal como si todos hubieran perdido la memoria o todos hubiéramos nacidos justo después de 1959.

Y esto no deja de ser cierto en parte, no existe un proceso humano linealmente en positivo siempre. La historia está hecha de triunfos y derrotas, de ir y venir, de cambios, errores y más cambios. ¿Hubo robo? Sí. ¿Hubo prostitución? Sí. ¿Hubo incluso asesinatos, guerras mafiosas y gansteriles? Sí. Pero no todos eran asesinos, prostitutas, ni gánsteres. Hasta en los momentos más dictatoriales de nuestra historia, hubo espacio para la democracia, para la manifestación, para la reunión. Recuerden que Fidel y sus muchachitos fueron amnistiados por el dictador Batista, acusado de muy malo, a los 22 meses de ser enjuiciado por haber asaltado por las armas un cuartel, haber ocasionado muertes dentro del ejército y disturbios con esa actuación. No lo mataron, no lo deportaron, lo pusieron preso bajo las leyes públicas que existían, no lo envenenaron en la cárcel y luego lo soltaron sanos y gordos.

Nuestra última etapa republicana, 1902 – 1959, para nada fue una panacea. En la misma medida que se aprendía a vivir independiente, cosa que puede parecer fácil, pero no lo fue, después de cinco siglos de dominación colonial española, se hicieron muchas cosas malas, pero también muchas cosas buenas que todavía hoy existen. Cuba aprendió de democracia, de diversidad, de la instauración, diversa, pero instauración de un sentimiento nacional. Lo cubano no se creó con la revolución fidelista, cosa que se ha tratado de imponer. Martí no es consecuencia del comunismo, menos su autor intelectual. El luego nombrado Apóstol, existió por sí mismo y fue valorado dentro de la república. La hoy Plaza de la Revolución, presidida por José Martí, fue diseñada por un arquitecto francés e inaugurada como Plaza Cívica durante el gobierno de Fulgencio Batista.

Los ricos se “robaban” parte de Cuba, pero los pobres vivían y sobre todo tenían una idea clara de mejorar. La mejoría era posible. De ahí que muchos de nuestros abuelos, pobres, lograran con mucho esfuerzo y trabajo claro está, crear y desarrollar sus empresas, estudiar en universidades, hacerse profesionales de éxito para la realidad cubana, crear familias, moverse dentro de Cuba.

No todos los cubanos, como se ha querido decir, eran analfabetos, menos vagos y descarados. Los buenos médicos, los buenos abogados, los ingenieros y arquitectos prestigiosos, los poetas, escritores, los artistas plásticos, los músicos, pero además las personas trabajadoras con ganas de superación y mejoría no aparecieron de la noche a la mañana después que Fidel Castro entró en La Habana encaramado en su carroza verde olivo. Es cierto, se masificó la enseñanza y la cultura, pero sin desdorar a los que vinieron después, los millones de graduados no hacen un Félix Varela, una Dulce Ma. Loynaz, un Wilfredo Lam, un Benny Moré, un Ernesto Lecuona, menos un José Lezama Lima, por sólo citar algunos nombres.

Existían problemas, claro, pero existía un sentimiento de que Cuba era de los cubanos y había que luchar para cambiarla. La historia nuestra, a la que lamentablemente por el manejo ideológico hemos llegado a no soportar, es rica en luchas, manifestaciones de protestas, recoge una inmensidad de movimientos, desarrollo y clarificación de sectores como los obreros, las mujeres, los estudiantes, etc., porque, por encima y además de los problemas, existía un sentimiento de patria.

¿Cómo es que, si todo era un desastre antes de 1959, Cuba no recoge historia de emigración masiva? Por el contrario, Cuba se convirtió por excelencia dentro de América Latina, en un lugar que recibió a miles de migrantes No era común los que se tiraban al mar para huir, no era común buscarse un extranjero para salir, a pocos se les debe haber ocurrido escaparse a través de las selvas, cruzando a pie países para salvarse.

Existió imagino un pueblo con miedo, a nadie le gusta saber que va a ir preso o morir, pero que tenía un sentimiento muy claro de pueblo.

Para no ir más lejos en la historia, en Cuba, la peor sanción era, no la muerte, sino el destierro. El destierro más sonado que conocemos, no el único que existió, fue el de José Martí. La sanción te separaba de tu familia, de tu tierra, de tu historia y te convertía en un sin patria en otro lugar. Se te cambiaba la muerte por la vida en otra lejana geografía, al mismo tiempo que se te dejaba sin vida sentimental.

El destierro era doloroso y siempre albergó la idea, a veces conseguida, a veces no, de regresar a lo tuyo. Vuelve a ser el caso más sonado el de José Martí.

Los luchadores anticoloniales, los luchadores contra los problemas de la república, no luchaban por lo que tenían, precisamente los que los unió, dentro de la diferencia que tampoco es nueva, siempre la hubo, fue tener una visión de futuro personal y la existencia de la visión de futuro colectiva. Cuando esas dos visiones se unen, son posibles. Es importante tener una esperanza, pero más importante es que esa esperanza sea compartida por muchos. Si esas dos condiciones no existen, o sea, la personal y la colectiva, sólo se tirarán patadas de ahogados o se estará arando en el mar. Para el caso cubano de hoy, con un marcado individualismo, quizás forzado por la necesidad, el futuro está en otra parte.

Muchas veces nos decimos que los cubanos antes éramos más valientes, no lo creo. Los cubanos antes logramos unir nuestras visiones de futuro con las visiones de otros y entonces convertimos esas visiones en patria. Hoy nos desgastamos en hablar teorizando sobre la constitución que vamos a imponer cuando Cuba sea libre del comunismo que dice tener, sin saber cómo llegar y menos haber llegado al nuevo momento constitucional. 

De Cuba se salía, muchos lo hicieron, a trabajar por un período en diferentes países, pero con la opción de regresar a vivir en Cuba. Se quería mejorar económicamente para luego restablecer esa mejoría cerca de la familia, del barrio, de los amigos, de la patria. Muchos profesionales, muchos artistas, de los que hoy presumimos, antes de 1959 viajaban en busca de superación, de experiencias, de dinero y por qué no como paseo, pero casi todos regresaban. El cubano había sido siempre muy cubano y consideraba, a pesar de todos los problemas, la vida en Cuba posible.

La revolución logró cambiar esto. Identifico exclusivamente el proceso revolucionario con la patria, con la cubanía, con la soberanía, con la cultura y con la independencia y día a día, en absolutamente todas las partes y por todos los medios, tras largas jornadas de veneno ideológico adaptado a las necesidades, gustos, caprichos de una persona, se fue instaurando que sin revolución socialista no existía nada. Esa ideología formulada por un solo cerebro se convirtió en un potente veneno, que te mantiene en un limbo, no te mata, pero tampoco te permite vivir.

Cuba es un país que emigra en esta última etapa. Los primeros en abandonar el país fueron aquellos ricos o muy ricos que fueron o se olieron serían afectados, los apodados siquitrillados. En esos primeros emigrantes todavía existía ese sentimiento de patria, ese sentimiento de regresar. Esos se instalaron sobre todo en Estados Unidos y vivieron añorando y organizando sus regresos.

Luego hemos vivido un movimiento constante silencioso de salida y otros movimientos muy ruidosos con los que el gobierno cubano ha sido hábil en quitarse de arriba la gran presión interna, apodados entonces gusanos o escorias. Esos movimientos, Camarioca, Mariel, la Selva del Darién, la Ruta de los Volcanes nicaragüenses, han sido otra cosa. Han sido la decisión de la auto deportación y el auto exilio voluntarios.

Los cubanos, cansados de esperar, entendedores de que no se puede luchar por el cambio, no sabemos cómo hacerlo, no tenemos por qué luchar, porque no tenemos ese sentimiento colectivo de patria, hemos preferido irnos, entonces el exilio forzado, ese como sanción, se ha convertido en una búsqueda desesperada y voluntaria de salir para vivir.

Nos seguimos considerando cubanos porque nos empeñamos en hablar español donde llegamos, comemos frijoles negros y carne de puerco, pero muy rápido perdemos esa cubanía para convertirnos en americanos, españoles, mexicanos, italianos, canadienses, etc. Creo que se ha perdido el orgullo por ser cubano y luchar por ello.

Seguimos siendo cubanos, sufrimos decimos, pero nos cuesta trabajo concebir el regreso. Ya no tenemos miedo, al menos por nosotros mismos, pero Cuba no es nuestra, ya no nos vemos allí. Entonces la fuerza se pierde, sino cómo entender a los cubanos que viven fuera, que se autoexiliaron voluntariamente en busca de vida y defienden al gobierno cubano y declaran que se vivía mejor en Cuba.

¿Cuántos de nosotros, regresaríamos desde cero a reconstruir ese país? No conozco a muchos que aspiren a esto sinceramente.

lunes, 20 de octubre de 2025

634.- Por las buenas o por las malas.

Si existe alguien que desea que saquen a Maduro, además lo otros millones de personas, soy yo.

Me gustaría verlo encadenado por los tobillos, arrastrando una bola de cañón como en el tiempo de la colonia, con las dos manos esposadas, también cargando una bola de cañón, con una máscara de hierro, tal como dicen que se enmascaró a un francés allá por el siglo XVIII que estuvo preso en la Bastilla, aunque la referencia parece más una leyenda, pero para el caso de Maduro la máscara sería sellada con un solo hueco para respirar, algo así como un cubo de hierro pesado, que iría amarrada por la espalda a la otra cadena que arrastra la bola de hierro fundido desde los tobillos.

Yo no puedo asegurar, por sólo seguir la corriente, que Maduro es el presidente de un narco estado, donde todos los altos funcionarios militares y civiles se mojan con el negocio de la cocaína. Tampoco puedo asegurar que sea el jefe máximo del llamado “Cártel de los Soles”, aunque nada de esto lo dudo, Maduro podría ser Jack El Destripador, el Carnicero de Lyon, Charles Mason o Ted Bondy y hasta la Hiena de Auschwitz, lo que sí puedo afirmar absolutamente es que es un animal, una bestia, un fantoche y un ladrón.

Maduro, a la cara, se robó el resultado de las últimas elecciones presidenciales venezolanas, advirtiendo antes de que ganaría las elecciones por las buenas o por las malas.

A pesar de haber creado unas elecciones especiales para él mismo, prohibiendo campañas, apresando a opositores, haciéndole la vida imposible a las figuras que más se destacaban en su contra, persiguiendo, atentando contra sus vidas, limitando e impidiendo el sano movimiento de sus adversarios, casi el 80% de los venezolanos, repito, que fueron autorizados a votar, votaron en su contra y lograron guardar las actas de los resultados de cada colegio electoral como justificación para el interior y para el exterior. Ellos sabían que se enfrentaban a una mala copia de la mafia, sin escrúpulos.

El Centro Carter, uno de los pocos organismos internacionales autorizados para observar, o sea, a Maduro le cuadraba su presencia, determinó sin equivocación que las elecciones habían sido fraudulentas, cosa que hizo que el mismísimo prestigioso organismo no gubernamental, pero de amplia experiencia en estos procesos, dejara de gustarle al perdedor, el cual además se defecó en los resultados arrojados.

Entonces Maduro, frente a la misma opinión internacional a la cual hoy pide apoyo, frente al Vaticano al que también pide que interceda por él, frente al pueblo venezolano que vive dentro y fuera del país, frente a la ONU, las organizaciones regionales, la OEA, muchos de los presidentes de la mismísima América Latina y el Caribe que hoy pretende que lo defiendan y nada más y nada menos frente al gobierno y pueblo norteamericano, a los cuales manda mensajes, más que mensajes ruegos, de entendimiento y paz, no sólo se autoproclamó ganador, sino que hizo todos los cambios necesarios para garantizar esa victoria, a lo cual se le dio tiempo. En realidad, merecía que al día siguiente de perder las elecciones fuera ido a buscar, imitándolo, por las buenas o por las malas, sin embargo, se le ha dado todo el tiempo del mundo.

Maduro entonces se volvió a proclamar presidente, tal como había prometido, por las malas y se rio y burló de todo y todos, especialmente de los opositores y del pueblo.

Se anunció como vencedor y no sólo eso, sino que se cree intocable en esa misión auto asignada de un tal socialismo del siglo XXI, que ha logrado que más de cinco millones de venezolanos estén regados por el mundo y que muchos de los que quedan estén comiendo de la basura. Venezuela, llamada a ser uno de los países más ricos del mundo, está en camino a la pobreza total.

Nada más por eso, sin droga, sin narco estado, sin Cártel de los Soles, Maduro merece ser cogido por el cuello y puesto, como mínimo a disposición de las autoridades internacionales, para que pague, entre otras cosas, las detenciones arbitrarias, las torturas, las largas prisiones con juicios amañados, los muertos de su gobierno, con su autorización, la desesperanza y la pobreza del pueblo, porque nadie va a creer que no sabía nada y que estaba en Miraflores sólo “como cocinero”.

¿Y por qué no?, ¿Qué tiene Maduro para que no pague, si muchos antes que él han pagado sus fechorías? Vivos o muertos.

Añoro el día que, a través de mi computadora, lo vea con cara de carnero degollado, ser conducido por militares frente a todos.

Ahora, me cuesta trabajo entender lo que está haciendo el gobierno norteamericano, por cierto, creo que Marco Rubio se ha vestido de gala en todo este proceso, se está llevando las palmadas para encaminar su carrera política a mayores objetivos. Parece, sólo puedo decir que parece, que “Marquito” es en esto la cabeza pensante.

Todo el despliegue, casi a tono de una guerra, me parece genial, en la misma medida que me parece demorado. Mucha publicidad, mucha información, muchas opiniones alineadas y encontradas, muchos ejercicios, muchas declaraciones, pero poca acción.

Hubiera sido mejor, a mi modo de ver el tema, que no sé nada de política, menos de guerra, haber enviado a un pequeño grupo de esos hombres especiales que todos sabemos existen en Estados Unidos, que no salen en la TV, que no participan en actividades públicas, que viven apartados en sus ranchos a cientos de millas de los centros poblacionales, que sólo responden al teléfono cuando aparece en la pantalla un código que sólo ellos conocen y que se alimentan con carne cruda y en una madrugada cualquiera, sin bulla, sin anuncios, sin periodistas, entrar y sacar a Maduro en piyama de la cama donde duerme, porque en algún momento tiene que dormir.

Ese grupo, que sabemos especial, tiene todas las capacidades para dejar ciegos a los venezolanos y operar sin que nadie se entere.

Entonces luego, ya Maduro bajo custodia, hubiera montado el espectáculo, hubiera sacado a pasear a los submarinos, hubiera hundido las lanchitas que transportan la cocaína y le hubiera explicado al mundo, ONU y Vaticano incluidos, que estaba luchando contra la droga, pero el malo ya estaba bajo mi poder.

Creo que, no diré perdido tiempo porque no conozco, pero si se le ha dado tiempo a Maduro para el espectáculo. Discursos calientes para calentar, por debajo negociaciones, mensajes de paz públicos y parece que mensajes privados con el objetivo de que no lo saquen.

Maduro ha prometido y ofrecido “villas y castillos”, entre otras cosas petróleo y oro, para que los americanos lo dejen tranquilo. Maduro ha enviado mensajes a Latinoamérica, al Papa y especialmente a Trump e incluso al pueblo norteamericano, a saber, si ese pueblo sabe exactamente dónde está Venezuela y cuál es el conflicto real.

Maduro ha tenido tiempo, siguiendo el manual del socialismo que lo apadrina, de movilizar a sus seguidores militares y civiles y los ha puesto a hacer ejercicios militares, para "impresionar al enemigo”.

Como en Cuba, amas de casas, viejos, embarazadas, jóvenes casi adolescentes, que en su vida habían tomado un rifle, menos tirado un tiro, hoy se ven vestidos de militares, arrastrándose en la tierra y como una imagen surrealista portando machetes, que conservan incluso las etiquetas, o sea, nunca usados, para combatir, imagino que tiene que ser cuerpo a cuerpo con los más que entrenados y experimentados militares norteamericanos, muchísimos de ellos con varias misiones de guerras reales.

Maduro resulta hasta brutalmente cómico, por un lado, habla de morirse defendiendo aquello, de independencia y soberanía para las cámaras, lo mismo bailando o simulando un baile encaramado en una tribuna, que vestido de no sé qué indio venezolano de la época de la colonia española y paralelamente le manda mensajitos cariñosos a Trump ofreciéndole que se quede con Venezuela y diciéndole que no manche su apellido de sangre, tal como si al presidente norteamericano esto le creara un mal efecto a esta hora.

Lo cierto es que ha pasado tiempo, las tropas norteamericanas desplegadas casi a las puertas de Venezuela, pero de Maduro capturado aún nada.

Claro está que todo tiene su ritmo y tiempo y uno no sabe exactamente los secretos de esta operación. Imagino que Trump y Marquito lo tengan todo amarrado, pero sí creo que mientras más pase el tiempo en planificaciones, más se deteriora todo.

El dinero para mantener a esa tropa se va quemando, los militares que están preparados para guerrear se aburren y cansan, Maduro puede estar esperando a que baje el Espíritu Santo.

Creo que la idea es cogerlo y sacarlo vivo y de ahí la espera del mejor momento, de haberlo querido desaparecer, han sobrado muchas semanas.

Maduro ha tratado de sembrar la idea de una guerra contra el pueblo venezolano, como siempre, ha tratado de contabilizar la sangre venezolana que puede correr, en la misma medida que el gobierno norteamericano ha aclarado e insistido que no es una guerra contra el país, que para nada quiere intervenir, meterse y quedarse con Venezuela, el único objetivo es sacar puntualmente a Maduro y a otros cabecillas identificados como enemigos de Estados Unidos y por consecuencia de una gran parte del mundo.

¿Cuándo será y comenzaremos a celebrar? No lo sé, ojalá sea lo antes posible.