A través de mi cerebro
"No hay ganancia sin dolor". "El mayor enemigo del conocimiento, no es la ignorancia, es la ilusión de conocimiento"
viernes, 5 de diciembre de 2025
640.- ¡Agua!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Si hay algo que hoy se repite y se repite como consigna
o conga carnavalesca, más o menos es lo mismo, es que Cuba tiene un “estado
fallido” y esto entonces nos obliga a pensar para no repetir o repetir sólo en
parte siempre que sea cierto.
El gobierno cubano es prolifero en leyes, normas,
regulaciones, procesos de rectificaciones, saneamientos políticos, todos a conveniencia.
Cambios y más cambios que no van a ningún lugar, sólo para dar la imagen de que
se avanza en algo.
jueves, 20 de noviembre de 2025
639.- A raíz de un juicio “sazonado y cocinado”.
Esto es un tema muy complicado, sobre el cual no estoy
seguro de lo que voy a escribir. Como toda idea que trate de romper normas,
creencias, tradiciones populares, etc., no deja de ser peligroso.
Complicado y peligroso, sobre todo, cuando no se
tiene, ni se tendrán todos los elementos libres y originales sobre los cuales
basar un análisis objetivo, lo más cercano posible a la verdad. Entonces se
puede dar en el clavo y acertar o sencillamente dar un mal martillazo, clavarse
el clavo y salir totalmente desacertado.
Lo que salva este escrito, es que escribo, como
siempre digo, para mí y para un selecto grupo de familiares y amigos que serán,
al menos cariñosos, a la hora de evaluarme.
Para los contrarios, porque ni tengo la verdad
absoluta, ni esto es el centro de mi vida, ni la de mis cercanos, les
recomiendo además de comentar aquí, crearse un espacio donde puedan desarrollar
sus ideas. Tengo 62 años y llevo mucho tiempo, como dicen los dominicanos,
bregando con lo de “oveja negra”, por lo que estoy acostumbrado.
He escrito anteriormente sobre los problemas, llevados
a “graves” delitos, del desconocido ayer y más que famoso por estos días
Alejando Gil Fernández, sobre el cual reafirmo que no sé si fue espía o no, de
haberlo sido está muy bien que lo fue en secreto, de lo contrario hubiera sido
un relacionista público. Lo que sí sé es que es responsable en parte, porque
siempre tuvo que estar asesorado, controlado, evaluado y aceptado por sus
superiores, la lista de nombre puede ser infinita, en el resultado obtenido que
es precisamente la crisis total, o sea, que abarca todas las formas de vida
humana, que hoy posee y vive el pueblo cubano que vive en Cuba y como
consecuencia de gran parte del pueblo cubano que por las mismas razones, aunque
por diferentes justificaciones, ya no está físicamente en ese espacio
geográfico. Gil, sus asesores todos y sus subordinados todos, deberían ser,
como mínimo, barridos.
A raíz de este juicio que parece que no será uno solo,
porque ya se celebró uno para Gil Fernández por el delito de espionaje, por el
cual le piden 30 años de privación de libertad, quedaría otro pendiente, donde
Gil Fernández también parece que es el protagónico, o sea, el mayor y principal
implicado y acusado, por el que le tocarán otro bulto de años también, se ha
retomado con no pocas fuerzas los juicios de la Causa 1 y la Causa 2 de 1989,
más conocidos por el pueblo cubano como el juicio de Ochoa y el juicio de
Abrante respectivamente. He retomado las ideas que ya se habían dormido y he
visto los videos que el gobierno facilitó a la TV, que también es del gobierno,
para que informaran a la población.
Este no es el primer juicio que parece más una purga
política que un acto jurídico, porque en esto de purgas el gobierno cubano
tiene historias. Existen muchos casos, unos más conocidos que otros, otros
sobre los cuales nada se conoció, pero existieron. No es tan siquiera ni el
primer acto acusatorio de espionaje. Dentro de las más conocidas actuaciones,
que parecieron más espectáculos circenses, vale la pena recordar el juicio a
Marcos Rodríguez, Marquitos, en 1964, por los sucesos de Humboldt 7 del año
1957 y la famosa reunión de los intelectuales cubanos en 1961 que duró tres
días, donde Fidel dirigiéndose a los intelectuales reunidos, pero con una
enorme intensión de dirigirse al pueblo de Cuba, acuñó la idea que luego marcaría
a todos, “… Esto significa que, dentro de la Revolución, todo; contra la
Revolución, nada. Contra la Revolución nada”.
Sonado evento en este orden de purgas y advertencias
fue la larga y feroz autocrítica de Heberto Padilla en la UNEAC en 1971, que
más que auto evaluación parece más un auto juicio al que sólo le faltó condenarse
él mismo a la pena capital, que nadie creyó, donde el poeta, que había sido
critico frontal del gobierno revolucionario, después de un mes en Villa
Marista, le lavó la cara al gobierno y reconoció la superioridad de la lucha
revolucionaria sobre los intereses individuales.
En el primer evento, no era Marquitos o no era él sólo
el objetivo, el gobierno, por supuesto Fidel, utilizó el juicio para pasarle la
cuenta a todos aquellos comunistas viejos, que estaban trabando la película. En
el segundo, esas famosas “palabras a los intelectuales”, fueron un mensaje
directo al pueblo cubano, la Revolución definió sus verdaderas intenciones, el
pueblo está aquí para apoyar, si no apoya, pues no tiene derecho a estar. El
tercero, lo de Padilla fue bochornoso, el poeta premiado por su obra no sólo
atenta brutalmente, casi sangrientamente contra él, sino además contra todos
aquellos compañeros del oficio que no entendían, porque no podían entender, lo
que estaba pasando en el terreno intelectual.
Pues resulta ser que Ochoa, que al parecer estaba más
allá del bien y el mal al final de su vida, ha pasado a la historia cubana, me
refiero al juicio, como un tipo valiente, diferente, cojonudo, características
que quizás vienen heredadas de su real vida militar en varios países, aunque
Fidel Castro en persona luego, cuando le convino, trató de demeritarlo, algo
así como que no había sido realmente tanta, en la labor que todos repetimos
realizó en África, lo que entra en contradicción directa con el nombramiento de
Ochoa como el primer Héroe de la República de Cuba, categoría que todos
pensamos en aquel momento que no se regalaba o vendía, pero bueno, ya también
todos o al menos una gran parte de los cubanos conocemos de lo que era capaz el
“Comandante”.
Sobre Ochoa y el grupo enjuiciado en aquel momento,
sobre los cuales el pueblo en general, más allá de los círculos militares o de
poder, sabía poco, sólo se publicó partes escogidas del juicio, o sea, casi
nada y en esa publicación que hoy se mantiene en video, sólo se ve a un Ochoa
destruido, consentidor, abochornado y sobre todo colaborador.
Las partes del video publicadas sólo sirven para que Ochoa
se eche toda la culpa, reconozca todos los “errores” o delitos que le imputaron
y con esto limpiara la imagen del gobierno y de Fidel Castro. Ochoa declaró que
había traicionado y que estaba consciente de que esa traición se pagaba con la
vida, dejándole así el camino abierto a la sentencia de muerte que Fidel Castro
y el pleno del Consejo de Estado, no con cierto dolor dijeron, aprobaron.
Quizás Ochoa y todo aquel grupo fue realmente
culpable, quizás fue convencido de que, si se arrepentía públicamente y, sobre
todo, se echaba toda la culpa y más sobre todo, dejaba claro que el máximo
gobierno, o sea, Fidel y Raúl, no conocían nada, no eran cómplices, ni
permisivos, salvaría ya no la honra, pero por lo menos la vida.
Quizás Ochoa y el grupo que lo acompañó, confiaron en
el gigantesco trabajo que habían realizado en el pasado y que, como en otros
casos anteriores, se les pasaría la mano.
Quizás Ochoa, Tony y el resto, no contaron con la
necesidad del momento, con la realidad de “salvar” la imagen de la revolución,
que significa lavar la imagen de sus más importantes líderes y que si es
necesario, cosa también demostrada en estos últimos años, nadie está a salvo en
ese país.
Me llama la atención que del video que se publicó, una
persona, una sola persona, que no sé como se les escapó, muy nervioso y
llorando a moco tendido, aseguró que dentro de ese grupo se afirmaba que todo
lo que estaban haciendo estaba autorizado por la máxima instancia y afirmó más,
declaró que uno de los implicados le aseguró que el mismísimo Fidel Castro lo
resolvería todo y, como en otros momentos anteriores, no pasaría nada.
Ruíz Po, quien por lo que se dejó ver, pasó a la
historia como cobarde, como desmoralizado, porque lloró, hubo que asistirlo,
imagino dale una pastillita y agua, etc. Todos pensamos que se había rajado y
que su actitud de llantén chocaba con la fría actuación del Héroe de la República.
A tal punto fue el error o desliz de lo publicado, que cuando Po aseguró, siempre
llorando, que Martínez, otro capitán de las FAR implicado, le había asegurado
que Fidel lo sabía y lo resolvería, el Fiscal encargado, que más que fiscal
parecía un vengador anónimo, irrespetuoso, violento, arrogante, sobre actuado, que
se aseguró el sobrenombre popular de “Juanito Charco de Sangre”, detuvo casi
violentamente su interrogatorio y le dijo al presidente: “Me basta”. Después fueron
a un receso.
Resulta que Ochoa, el general, el valiente, el héroe, quizás
convencido, quizás presionado, quizás chantajeado, quizás ingenuo confiando en
su historia y sus relaciones íntimas con el poder, se echó toda la culpa arriba
llegando a reconocer que merecía la pena máxima, sin involucrar al poder y Ruíz
Po, de menor graduación y sobre todo de menor implicación, muy nervioso y
llorando histéricamente dejó entrever que todo se sabía y que los más altos del
gobierno autorizaban, participaban y resolverían.
Yo no sé si se sabía o no, pero como cubano si sé y puedo
apostar que no existió en Cuba la posibilidad de mover aviones, barcos,
utilizar transportes terrestres, almacenes, para mover drogas, colmillos de
elefantes, oro, etc., sin que muchos o muchísimos no lo supieran. Fidel Castro
con un aparataje personal de inteligencia, control, movimiento y creación de
información, que conocía lo que se decía en las paradas de guagua, que conocía
lo que tú desayunabas en tu casa o con quién te acostabas fuera de tu
matrimonio, se bajó con que no sabía nada y su hermano Raúl tampoco. ¿Quién les
puede creer?
En la Causa 2, aquella otra comedia contra Abrantes, uno
de los ministros de más poder en Cuba, nada más y nada menos que Ministro del
Interior, pura creación de Fidel Castro, hombre de su máxima confianza por
décadas, su amigo y pienso su confesor, si es que Fidel necesitó confesarse,
uno de los hombres públicamente más fuertes, que levantaba la envidia del
propio hermano Raúl, se dedicó a declarar que no sabía, que no recordaba, que
no vio tal o más cual informe, que se le confundieron los papeles y que era
tanto el trabajo que tenía que estaba agotado, tampoco mencionó al gobierno y las
grandes cantidades de dinero en efectivo en maletas que el MININT entregó al
gobierno, sin que este preguntara de dónde salía, tampoco habló de las posibles
confesiones, entonces asumió toda la responsabilidad y aceptó la culpa y espero pacientemente
a que lo sancionaran con un
infarto.
Otros casos de los más grandes que un día nos los
vendieron como fuera de serie, como únicos, fueron por sólo citar algunos, Luis
Orlando Domínguez, Diocles Torralba, Roberto Robaina, Carlos Lage, Felipe Pérez
Roque, los hermanos chilenos Marambio, incluso Rogelio Acevedo, amigo de Fidel
desde la Sierra Maestra, General de División de las FAR, al final de su carrera
revolucionaria más que jefe, dueño de todo lo relacionado con la aeronáutica en
Cuba.
Destacado caso el de Ricardo Alarcón, uno de los políticos
más cercanos y fieles a Fidel Castro, con muchísimas responsabilidades
cruciales dentro de la revolución, al cual no se le acusó directamente, hubiera
sido escandaloso, sino que se le apartó poco a poco silenciosamente por no
poder controlar a su entorno político con la justificación de que uno de sus
más cercanos asesores por muchos años y hombre de confianza, Álvarez Sánchez,
fue acusado y sancionado a 30 años de privación de libertad, por espionaje, alta
traición y deslealtad política.
Todos estos y muchos más comieron mucho y muy bien del
poder, engordaron con él, hasta que un día el poder, de la noche a la mañana,
los utilizó para fines “revolucionarios superiores” y los dejó sin comida.
Como nadie en Cuba puede creer que Ochoa, Tony y el
resto de los implicados al menos públicamente, actuaron en el más profesional
secreto, sin que alguien fuera de los emplantillados supiera algo, nadie puede
creer que Gil Fernández, él sólo sea el único culpable de todo.
¿Cuántas personas trabajaron para él?, ¿Cuántas
personas escucharon y aprobaron con agrado sus propuestas?, ¿Quiénes lo
promovieron de la nada a ministro de economía sin saber de economía y le entregaron
el futuro económico del país entero?, ¿Cuántos le felicitaron, le dieron
abrazos y palmaditas en la espalda como respaldo?
Fidel, de ese eterno grupo que hoy sanciona para
resolver temas de imagen, podemos asegurar que sí no lo vio, no participó, no
lo sabía, porque sus restos, dicen, descansan dentro de una piedra y lo de su presencia
espiritual todos los días, no llega a tener ese poder. De ahí para abajo, todos
los que rodeaban a Gil Fernández, incluyendo a los que su misión es controlar
en secreto, vigilar y hacer infórmenes, tenían que saber lo que el ministro
estaba haciendo. La corrupción administrativa, el tráfico de influencia, lo de
ocultar documentos, lo de favorecer a unos en contra de otros, lo del fracaso
casi inmediato de las medidas impuestas, etc., es muy difícil en Cuba que no se
conociera. Ahora Gil Fernández a todas luces fue el escogido y promovido por el
máximo poder, entonces, hubo que esperar que ese máximo poder diera la orden de
“a degüello”.
Me place decir que desciendo de una familia de
connotados abogados, donde dos de ellos, muy cercanos a mí, ya eran
profesionales antes de que Fidel Castro se hiciera famoso en la palestra
pública cubana y que murieron ambos, no sin críticas a lo que veían, apegados a
la revolución que ayudaron a construir, por lo que el tema juicios, leyes, tribunales,
etc., historias e interpretaciones de este sector, me vienen de cerca. Soy
además de una oveja negra, un pichón de abogado empírico y quizás, por qué no, frustrado.
El juicio no se transmitió en vivo, vimos videos
editados, con corta y pega, de aquellos pedazos que les interesaba dar a
conocer, por lo que entre las imágenes que vimos habría que descubrir lo que
queríamos o necesitábamos. Sabemos los cubanos que lo que no se vio fue lo
verdaderamente importante.
Como en otros momentos, ahora Raúl Castro, con su
reingeniería desde el poder detrás del poder basada en que ya nadie es
intocable y que los graves errores convenientes se sancionan con la muerte, muerte o la muerte en vida, no Díaz Canel al que, en este momento, lo tienen desterrado en
Oriente repartiendo colchones a los damnificados y que no ha dicho sobre los
sucesos ni esta boca es mía, necesita la cabeza de alguien y va por la de Gil ahora y por qué no, dentro de poco, por la de Díaz Canel.
martes, 11 de noviembre de 2025
638.- ¿Público, transparente y justo?
Me es imprescindible decir que apoyo totalmente a Laura María Gil, en la defensa pública que ha venido haciendo a su padre, el ex primer ministro del gobierno cubano y exministro de Economía y Planificación.
Estoy convencido que es lo mejor que puede hacer un
hijo, a alguien que, a pesar de errores, parece, según comentarios generales,
ha sido buen padre.
Laura trató de llamar la atención sobre la inocencia de su padre frente a las graves acusaciones que pesan sobre él y apoyando un pedido de su padre, reclamó un juicio público, transparente y justo, cosa que para nada me parece descabellada, al menos en su formulación teórica. Salvo muy honrosas y avaladas excepciones, todos los juicios deberían ser públicos y gozar de transparencia y justicia. Cuando Laura se ve obligada a pedir esto es porque sabe, aunque no lo dice explícitamente, que no existe. ¿En algún momento Gil Fernández habló de la necesidad de juicios transparentes y justos?
Laura tiene miedo, si conoce o ha estudiado la
historia de la revolución cubana, podrá concluir que su papá podría ser el caso
8 967 o el 15 532 de personas que después de servir, en no pocos casos
desenfadadamente al gobierno, han sido movidas, sancionadas, enjuiciadas,
encarceladas, desaparecidas al menos en imagen pública y fusiladas.
Laura debe saber que personas, incluso más famosas e
importantes que su papá y que estuvieron muchos más años en “las cajitas”, muy
vinculados no sólo al gobierno, sino a la figura de Fidel Castro, que puede
parecer lo mismo, pero no es igual, de la noche a la mañana se vieron
involucrados en altos delitos, algunos creo que reales, otros estoy seguro de
que inventados y recibieron largas condenas de privación de libertad, muerte
por fusilamiento e incluso infartos poco ortodoxos.
Cuba tiene una larga lista de personas que hasta un
día fueron importantes e incluso muy importantes, que ocuparon cargos públicos
y a veces no tan públicos y amanecieron destronados, desempleados en espera de
ubicación, enviados a otros puestos menos importantes o en el mejor de los
casos sacados del circuito cubano y enviados a embajadas en países sin
importancia.
Laura debe sentir, además de odio no confesado e incomprensión
demasiado inocente, terror al saber que su querido padre, importante ayer,
figura principalísima del gobierno cubano, puede ser sancionado a lo que el
gobierno quiera, 20, 30 años e incluso la tan temida pena de muerte. Gil Fernández puede ser el chivo expiatorio del año 2025 que el gobierno de Cuba necesita. Entiendo y
apoyo en esto a Laura.
Sin embargo, hasta la inocencia más pura tiene límites.
Ahora en su defensa de su padre, ella habla de la necesidad de que el pueblo cubano conozca
todo y reafirma que su causa no es política, a pesar de que su papá está
pagando el alto precio de la despolítica cubana.
Laura una joven ya, se acaba de acordar de Santa
Bárbara porque está tronando. Hablar ahora del pueblo cubano tratando de
encontrar apoyo es una enorme hipocresía, sobre todo, porque ese preciso pueblo
y no su papá, ni ella misma, ha sido el receptor más perjudicado de todas las
medidas absurdas tomadas por el gobierno, encabezadas por Gil Fernández, líder en
su aplicación y justificación.
En no pocas ocasiones su papá salió dando razones y
pidiendo al pueblo cubano que entendiera, confiara, diera una vez más su voto
de confianza a lo que a todas luces era un fracaso. Gil Fernández fue el verdugo
que, amarrándole la soga al cuello al próximo ahorcado, le decía al oído, no te
preocupes, no te va a doler.
Gil Fernández jamás se arrepintió, menos salió a pedir
disculpas por haber metido al pueblo en la más grande crisis de la historia
cubana, mucho menos renunció éticamente, que era lo que le tocaba, aunque sabemos que en Cuba no existe la autorenuncia, ellos, los del gobierno, cuando les conviene te renuncian. Quizás Gil Fernández, que tiene que haber estado personalmente muy
cerca del presidente Díaz Canel, pensó que el camino para él era seguro y que
como en muchos otros casos, sus errores pasarían como inadvertidos y se
aplicaría borrón y cuenta nueva como también en muchas otras ocasiones.
Se equivocó al pensar que Díaz Canel es el verdadero
poder y no pensó quizás que en algún momento haría falta, como la tradición señala, echarle la culpa a alguien y pasarle la cuenta como
siempre en nombre de la revolución, el partido, la patria, la soberanía nacional y el “sagrado”
pueblo.
Quizás Gil Fernández confió en que se descubriría su
buena voluntad o se acordarían de su disciplina al cumplir las órdenes y olvidó que de buenas voluntades está empedrado el camino al
infierno, en su caso a la cárcel o la muerte. Quizás Gil Fernández pensó que
si fracasaba le tocaría una embajada donde retirarse tranquilamente. En Cuba, ni Gil Fernández,
ni el mismísimo Díaz Canel por sólo citar algunos nombres conocen exactamente
el futuro que les toca. En un momento determinado, cuando haga falta, le sacan
hasta los peos que se tiraron e hicieron reír a los que los rodeaban.
La hija de su papá que ya es una joven tiene que haber
vivido muy bien mientras su padre fue enviado a Gran Bretaña y luego a Rusia.
Tiene que haber vivido muy bien cuando al regreso de su papá a Cuba se le
asignaron altas responsabilidades del alto gobierno, que todos sabemos vienen
acompañadas de casas en Miramar, varios carros con combustible a tope, vacaciones
dentro e incluso fuera de Cuba, comiditas asignadas para mantener una
alimentación estable y sana y sobre todo tráfico de influencia. Ser la hija de
un ministro abre en Cuba cualquier puerta, siempre y cuando te mantengas
alineada.
Ser la hija de un ministro garantiza buenos trabajos,
buenos amigos, soluciones para todo incluyendo los caprichos, etc. Yo no la conozco,
pero nadie tiene que decirme cómo vivía.
Si Laura caminaba, era para pasear a su niño o un perro
por las aceras de la 5ta Avenida; si conoció que existían las guaguas fue porque
las vio pasar desde dentro del carro donde se trasladaba; si se enteró de los
prolongados y sistemáticos apagones fue porque vio la información que se da en el TV; si conoció la Cuba profunda, que no es El Vedado, Miramar, ni tan
siquiera La Habana, fue de hoteles en hoteles o las conocidísimas casas de
descanso de los ministerios y el Partido Comunista.
Y entonces ahora, cuando a todas luces se acabaron los
privilegios, cuando ve la candela acercarse, se acordó y habla del pueblo. La
pregunta debe ser, ¿de cuál pueblo?
¿Pretende Laura que el pueblo cubano salga a defender
o al menos interesarse por su papá? Al pueblo cubano no le interesa y además no
debería interesarle Gil Fernández, más allá del chisme de última hora y las más
que conocidas frases de: lo van a moler, lo van a joder, lo trituraran, lo van
a hacer picadillo de soya, etc. Para el pueblo cubano Gil Fernández es uno más
que ayer fue y hoy ya no es.
Laura, inteligente o bien asesorada, se ha tratado de
desmarcar de una opinión política, dice no estar llamando a manifestaciones y
habla de defensa de la soberanía, ella sabe que tiene que vivir en Cuba, o
mejor, sobrevivir porque ya su vida nunca será igual a la de antes, por lo
menos hasta que logre irse y entonces apela a un sentimiento humanitario, sin
mencionar, por ejemplo, las decenas y decenas de casos de cubanos censurados,
detenidos, sancionados a largas penas de privación de libertad por haber hecho,
mucho, muchísimo menos que lo que su padre dicen que hizo en secreto.
Si por sacar un cartel, por publicar una noticia a
través del celular, si por participar en una manifestación pública hay muchas
personas presas, imaginar qué puede pasar bajo una acusación de más de 10
delitos graves, incluyendo el de espionaje.
Laura debería recordar o aprender que en una primera
ronda el pueblo cubano no estuvo de acuerdo con el fusilamiento de Ochoa, Tony y
los otros dos acusados y entonces Fidel Castro salió, dio un discurso “emotivo”,
donde entre otras cosas le lavó la cara a su hermano y dejó claro que no era
una decisión personal y los mandó a fusilar, después de hacer votar a
todos los presentes y cambiar la opinión de una buena parte de los cubanos,
entonces, a pesar de los números que establece el código, su papá puede
recorrer el mismo camino.
Puede ser que ahora Raúl Castro, porque Díaz Canel
está tan embarrado que no podrá ser, el presidente cubano parece no haberse
enterado de lo que está pasando, salga y parecido frente al juicio de Ochoa y
el resto de los implicados cuando dijo que mientras se lavaba los dientes vio
una lagrima correr por su mejilla, dirá ahora que mientras la compañera del partido
que lo atiende le cambiaba el pamper sintió pena por Gil Fernández, pero cuando
le limpiaron el culo, decidió fusilarlo.
¿Como apelar a juicios transparentes y justos donde un partido único está por encima de la constitución y el 99% de los abogados, fiscales e integrantes de tribunales son militantes de ese partido?, ¿Cómo apelar a un juicio transparente y justo donde todos los jueces, fiscales y abogados pertenecen y se deben a la Asociación de Juristas de Cuba y a todos les paga el gobierno?, ¿Cómo lograr una defensa real si el abogado defensor, quizás buen abogado, quizás el mejor de todos los abogados, está atado de pies y manos en cuanto pertenece al "establishment" del gobierno?
Lo de juicio público, con transmisión en vivo, pienso que, más que todo, es un chiste de la hija del exministro. Me da pena con Laura, pero tiene que aprender, si es que todavía está a tiempo, que jugar con candela, puede quemar.
Nota: Acabado de publicar este artículo, encontré una información de CiberCuba que a continuación reproduzco textualmente:
martes, 4 de noviembre de 2025
637.- ¿Espionaje?
La realidad de Cuba no me sorprende, pero no deja de llamarme la atención. A cómo se está, cualquier cosa puede ser y pasar.
En marzo de 2024 se informó que el exministro de Economía y Planificación, y ex primer ministro del gobierno cubano había sido detenido por lo que se nombró "graves errores en su gestión" y se comenzaba sobre él un proceso de investigación. El susodicho había sido removido de su cargo dos meses antes.
Extraño en aquel momento, Alejandro M. Gil Fernández había sido una joyita del gobierno. “Cuadro” que emergió rápidamente hasta convertirse en uno de los personajes más importante del país debido a su responsabilidad. Él fue el responsable, muy avalado, apoyado, promocionado e incluso felicitado en varias ocasiones, por llevar adelante el proceso de transformación económica que según se decía hacía falta y resolvería los problemas existentes.A todas luces, si seguimos el hilo, Gil era amigo del presidente, el que personalmente mostró en muchas ocasiones su contentura con su ejecutivo.
Imagino entonces que además de las relaciones de trabajo, abundaron las largas jornadas de compartidura, cafés, tragos, probablemente relaciones interfamiliares, encuentros en Varadero o en alguno de los cayos, etc.
Baste decir que el propio presidente Díaz Canel fue el tutor de la tesis de doctorado de Gil, lo que significa, casi siempre, muchas horas de trabajos, conversaciones, compartir ideas y en no pocos casos, el estrechamiento de una relación personal. Lo sé por experiencia propia. Lo de la tutoría de la tesis es más una jugada de poder y tráfico de influencia, que realidad. ¿A quién se le ocurre que Díaz Canel puede tutoriar seriamente una tesis de doctorado?
En este caso, un grado académico, fue a todas luces una jugada perfecta para consolidar la relación “revolucionaria”; Gil era un ministro de gobierno presidido por Díaz Canel y el mismísimo presidente fue el tutor de no sé qué tesis de doctorado de su ministro.
Llamativo las varias felicitaciones públicas de Díaz Canel, incluso por el cumpleaños de Gil, pero, además, cuando fue sustituido como ministro, el presidente cubano, no dudó, una vez más públicamente, en reconocer su trabajo abnegado y augurarle que otras tareas revolucionarias estarían a su mano para continuar su, hasta esos momentos, trabajo e interés incuestionable por la revolución, a lo que Gil respondió que había sido un honor y orgullo y que estaba dispuesto a continuar en otro frente. Canel aparecía más que como jefe, como un amigo, miembro de un equipo de trabajo agradecido. ¿Canel es un ingenuo, un descarado o un cómplice? Cualquiera de las tres posiciones, por no pensar en las tres al mismo tiempo, lo culpan,
Por cierto, el más que promocionado “cuadro”, junto a su jefe, tutor y amigo Díaz Canel fueron los máximos responsables de que todo aquel plan económico, llamado Tarea de Ordenamiento, sobre el cual se informó que se había trabajado fuertemente por años, como para darle solidez, a las pocas horas de implementarse, fue uno de los fracasos más sonados de esta última etapa de Cuba, sobre todo y precisamente en el plano económico.
A partir de la implementación del tan sonado plan, la crisis que ya existía se convirtió en una mayor crisis de la cual no se ha salido y a decir de expertos no se saldrá. Gil fue removido, sin embargo, el que ayudó, apoyó, probablemente orientó y aprobó, sigue en la silla presidencial, que ya sabemos no es la de Fidel Castro, que sigue simbólicamente vacía presidiendo las reuniones, a la cual pienso que deberían ponerle una foto en el respaldar para explicar su presencia sin uso.
Alejandro Gil, como en muchos otros procesos anteriores, permaneció en secreto, poco se supo públicamente de él, hasta que ahora el 31 de octubre de 2025, a más de un año y medio de su detención, imagino que cuando los investigadores de todos tipos, el gobierno, la policía, la seguridad del estado, la inteligencia y la contrainteligencia, la contraloría, la inteligencia y contrainteligencia militar de las FAR, más aquellos grupos o departamentos que sabemos existen sin nombres públicos, dieron el caso por terminado en su fase investigativa, o sea, la acción de exprimir al “paciente” Gil, la Fiscalía General de la República ha informado fríamente que al exfuncionario se le imputan una decena de delitos graves, incluyendo malversación, evasión fiscal, cohecho, lavado de activos, tráfico de influencias, falsificación de documentos públicos y ... espionajeeeeeeeeeeeee.
Gil tiene, por esas razones aportadas por la fiscalía, la posibilidad de ser fusilado varias veces. ¿Espionaje?
Cuba tiene una larga historia de corrupción, desvíos de recursos, tráfico de influencia, etc., si fuera por esos delitos, no hubiéramos tenido gobierno estos últimos casi 70 años. En realidad, son delitos que se sacan cuando de alguien hay que salir, pero la idea de espionaje a favor de un país o entidad extranjera, son palabras mayores.
El último gran escándalo para lavarle las caras a Fidel y Raúl, aquel espectáculo de Ochoa, los de la Guardia y otros implicados, tuvo de todo, menos de espionaje contra el gobierno y como resultado de todo el montaje, algunos, con mucha más historia pública y secreta junto al gobierno y personalmente a Fidel fueron pasados por las armas. Fusilaron a cuatro personas por lo que todos conocían, por lo que era más que común, por lo que tuvo que haber sido un secreto a voces, sin embargo, jamás se utilizó la fórmula de espionaje. José Abrantes, creación divina del propio Fidel Castro hasta convertirlo en uno de los muy pocos hombres fuertes de Cuba, intocable, fue sancionado a privación de libertad, luego, parece que le dieron un infarto, pero cualquier cosa le sacaron, menos la de ser un espía.
Demás está decir que no siento nada personal por Alejandro Gil, primero no lo conocía, no es de las figuras que venían junto a la revolución dentro de la TV; segundo, cuando lo presentaron pasó a formar parte del grupo que luchó por seguir explotando al pueblo cubano, cada una de sus intervenciones, cada una de sus actuaciones, cada una de sus acciones como plan, estuvieron encaminadas a soportar y anclar al gobierno al cual él pertenecía; tercero, no me extraña que sea corrupto y que haya traficado influencias, porque él mismo es el resultado de ellas hasta llegar a la cima.
Pero es más que conocido que como Saturno, la revolución cubana con tal de sobrevivir no sólo es capaz de devorar a sus hijos, sino que con muestras de antropofagia es capaz de comerse a sí misma en parte.
¿Cuántas veces Fidel Castro salió públicamente a reconocer sus errores, engañando así muchas veces a muchos, y qué pasó? Nada. Se vistió de honesto, dio un discursito calmado de 8 horas, reconoció la metedura de pata, en el supuesto caso de no poder culpar a más nadie, acusó al imperialismo yanqui, se retiró satisfecho del engaño a comer langosta y al día siguiente, todo continuo igual. Borrón y cuenta nueva, los errores son cosas del pasado, hoy es otra cosa. Fin del cuento. Dios no se equivoca, hace el que se equivoca para parecerse a los humanos.
Creo que, si a Gil le echan 30 o 1000 años, al pueblo cubano no le interesará. No cambiará nada. Sufrirá su familia y los pocos allegados que le queden, es sabido que mientras se está en alza y bonanza sobran los allegados, pero inmediatamente que caes en problemas, los supuestos amigos cogen miedo y ni mensajes a través de palomas mensajeras.
El pueblo cubano está acostumbrado a que estas cosas pasan. Sobre la noticia que se dio a través de un comunicado en la TV, ya nadie habla. Gil no es Ochoa. La inclemencia del “oportuno” huracán Melissa, vino a llenar el plano de las ideas.
Ahora, supongamos que Gil es un corrupto, traidor, ladrón, guatacón, inepto y espía, pero dónde están los demás. A ese nivel donde se encontraba, muy, pero muy cerca incluso del presidente, no se puede delinquir solo y menos delinquir en tanto secreto que nadie esté implicado. La lista de Gil tiene entonces que ser tan grande y complicada como la famosa Lista de Epstein.
Lo de espía es más difícil, sino todos lo fuéramos y todos lo sabríamos. Ser espía es ser secreto, tener dos a más personalidades, etc., pero si es cierto que espió, tiene que haber como mínimo un alentador, pagador y receptor de ese espionaje. País, gobierno, institución o persona. ¿Dónde están y quiénes son? Nadie se espía a sí mismo. ¿Para qué?
Ahora, durante todo el tiempo que trabajó y fue muy felicitado públicamente, nadie se dio cuenta de los delitos que se le imputan o todos se dieron cuenta de ellos, pero la inmunidad aparente lo protegía y se la dejaron pasar hasta que hizo falta pasarle la aplanadora. Todos los llamados a controlar, vigilar, informar, que sabemos que en Cuba son muchísimos, estaban dormidos, borrachos, comprados o maniatados.
¿Y qué hay de Díaz Canel? No lo sabía o lo sabía y se hizo el tonto.
¿Cómo es posible que hoy muchos tengan una opinión dentro y fuera de Cuba y que el presidente Díaz Canel, a todas luces, máximo responsable y aparentemente muy cercano a Gil Fernández, no haya salido a mojarse el culo? Es difícil, quizás Gil Fernández pertenecía a esa pequeñita parte de poder que tiene Díaz Canel, el cual es más que conocido que poder real no tiene. Díaz Canel es un presidente donde se está gastando dinero porque hay que tener uno, pero en realidad ni puede con los "históricos", ni puede con las Fuerzas Armadas y su aparente aparataje económico el cual no tiene ni derecho a auditar, ni puede con los "viejos cuadros" del Partido Comunista. Para todos esos poderosos, Díaz Canel es un muñeco para utilizar y un mal necesario.
Gil y su familia, ahora, cuando les han pisado los cayos, se han acordado de los derechos humanos, la libertad de expresión y la transparencia que antes jamás habían mencionado es entendible desde el punto de vista humano porque están tratando de defender a un padre, un esposo, quizás un hermano o primo, ellos quieren un juicio público, presenciado además por visores internacionales y es como para reírse. ¿Ahora juicio público y, además, justo? Pero, ¿Esas personas "ingenuas" de donde salieron?
Creo que a Gil no lo van a fusilar, el gobierno no va a atentar contra la demografía tan disminuida hoy por los miles y miles de emigrantes, pero como todos sabemos la acusación de la fiscalía general, lleva implícita ya la sanción frente a la cual ni el mejor abogado defensor podrá hacer nada. El juicio será otro espectáculo, con quizás Díaz Canel sentado en el público rezando porque Gil Fernández no lo mencione. Gil sería inocente en cualquier otro lugar, al que habría que demostrarle su culpabilidad, eso es en otro lugar, en Cuba Gil con un abogado defensor puesto por la misma fiscalía y con un guion muy corto, tendrá que demostrar su inocencia. Su culpabilidad está ya en el horno.
Gil, respondiendo muy totalmente y teniendo mucho cuidado con los nombres que menciona, pasará muchos años en cárcel, en espera quizás de que le otorguen su infarto.
Gil tiene, por esas razones aportadas por la fiscalía, la posibilidad de ser fusilado varias veces. ¿Espionaje?
Cuba tiene una larga historia de corrupción, desvíos de recursos, tráfico de influencia, etc., si fuera por esos delitos, no hubiéramos tenido gobierno estos últimos casi 70 años. En realidad, son delitos que se sacan cuando de alguien hay que salir, pero la idea de espionaje a favor de un país o entidad extranjera, son palabras mayores.
El último gran escándalo para lavarle las caras a Fidel y Raúl, aquel espectáculo de Ochoa, los de la Guardia y otros implicados, tuvo de todo, menos de espionaje contra el gobierno y como resultado de todo el montaje, algunos, con mucha más historia pública y secreta junto al gobierno y personalmente a Fidel fueron pasados por las armas. Fusilaron a cuatro personas por lo que todos conocían, por lo que era más que común, por lo que tuvo que haber sido un secreto a voces, sin embargo, jamás se utilizó la fórmula de espionaje. José Abrantes, creación divina del propio Fidel Castro hasta convertirlo en uno de los muy pocos hombres fuertes de Cuba, intocable, fue sancionado a privación de libertad, luego, parece que le dieron un infarto, pero cualquier cosa le sacaron, menos la de ser un espía.
Demás está decir que no siento nada personal por Alejandro Gil, primero no lo conocía, no es de las figuras que venían junto a la revolución dentro de la TV; segundo, cuando lo presentaron pasó a formar parte del grupo que luchó por seguir explotando al pueblo cubano, cada una de sus intervenciones, cada una de sus actuaciones, cada una de sus acciones como plan, estuvieron encaminadas a soportar y anclar al gobierno al cual él pertenecía; tercero, no me extraña que sea corrupto y que haya traficado influencias, porque él mismo es el resultado de ellas hasta llegar a la cima.
Pero es más que conocido que como Saturno, la revolución cubana con tal de sobrevivir no sólo es capaz de devorar a sus hijos, sino que con muestras de antropofagia es capaz de comerse algunas partes de sí misma. Saben que el pueblo cubano, al que Gil Fernández tampoco le dice mucho o por el contrario lo deben odiar por aquello de la "Tarea de Ordenamiento", muy rápido olvidará. Quienes pretenden que el pueblo, en medio de lo que se está pasando, salga a defender a Gil Fernández, están locos. La hija del acusado, en defensa de su papá, cosa que veo muy bien, está llamando al pueblo como apoyo, no sé a qué pueblo del que antes nunca se había acordado.
¿Cuántas veces Fidel Castro salió públicamente a reconocer sus errores, engañando así muchas veces a muchos, y qué pasó? Nada. Se vistió de honesto, dio un discursito calmado de 8 horas, reconoció la metedura de pata, en el supuesto caso de no poder culpar a más nadie, acusó al imperialismo yanqui, se retiró satisfecho del engaño a comer langosta y al día siguiente, todo continuo igual. Borrón y cuenta nueva, los errores son cosas del pasado, hoy es otra cosa. Fin del cuento. Dios no se equivoca, hace el que se equivoca para parecerse a los humanos.
Creo que, si a Gil le echan 30 o 1000 años, al pueblo cubano no le interesará. No cambiará nada. Sufrirá su familia y los pocos allegados que le queden, es sabido que mientras se está en alza y bonanza sobran los allegados, pero inmediatamente que caes en problemas, los supuestos amigos cogen miedo y ni mensajes a través de palomas mensajeras.
El pueblo cubano está acostumbrado a que estas cosas pasan. Sobre la noticia que se dio a través de un comunicado en la TV, ya nadie habla. Gil no es Ochoa. La inclemencia del “oportuno” huracán Melissa y sus consecuencias, vino a llenar el plano de las ideas.
Ahora, supongamos que Gil es un corrupto, traidor, ladrón, guatacón, inepto y, además, espía probado, pero, dónde están los demás. A ese nivel donde se encontraba, muy, pero muy cerca incluso del presidente, no se puede delinquir solo y menos delinquir en tanto secreto que nadie esté implicado.
La lista de Gil tiene entonces que ser tan grande y complicada como la famosa Lista de Epstein.
Lo de espía es más difícil, sino todos lo fuéramos y todos lo sabríamos. Los espías llevarían un solapín en el pecho que diría "espía". Ser espía es ser secreto, tener dos a más personalidades, etc., pero si es cierto que espió, tiene que haber como mínimo un alentador, pagador y receptor de ese espionaje. País, gobierno, institución o persona. ¿Dónde están y quiénes son? Nadie se espía a sí mismo. ¿Para qué?
Ahora, durante todo el tiempo que trabajó y fue muy felicitado públicamente, nadie se dio cuenta de los delitos que se le imputan o todos se dieron cuenta de ellos, pero la inmunidad aparente lo protegía y se la dejaron pasar hasta que hizo falta pasarle la aplanadora. Todos los llamados a controlar, vigilar, informar, que sabemos que en Cuba son muchísimos, estaban dormidos, borrachos, comprados o maniatados.
¿Y qué hay de Díaz Canel? No lo sabía o lo sabía y se hizo el tonto.
¿Cómo es posible que hoy muchos tengan una opinión dentro y fuera de Cuba y que el presidente Díaz Canel, a todas luces, máximo responsable y aparentemente muy cercano a Gil Fernández, pero, además, máximo cuestionado, cosa que debe saber, no haya salido a mojarse el culo y se mantenga como si nada estuviera pasando, como si su nombre no estuviera apareciendo vinculado al acusado?
Gil y su familia, ahora, cuando les han pisado los cayos, se han acordado de los derechos humanos, la libertad de expresión y la transparencia que antes jamás habían mencionado, ellos quieren un juicio público, presenciado además por visores internacionales y es como para reírse. ¿Ahora juicio público y, además, justo?
Creo que a Gil no lo van a fusilar, el gobierno no va a atentar contra la demografía, tan disminuida hoy, pero como todos sabemos la acusación de la fiscalía general, lleva implícita ya la sanción frente a la cual ni el mejor abogado defensor podrá hacer nada. El juicio será otro espectáculo, con quizás Díaz Canel sentado en el público enterándose de todo en ese momento.
Gil, respondiendo muy tontamente como ya hemos visto en otros procesos anteriores y teniendo mucho cuidado con los nombres que menciona, pasará muchos años en cárcel, en espera quizás de que le otorguen su infarto.
A veces la tanta cercanía al Sol termina quemando.
miércoles, 29 de octubre de 2025
636.- No siempre el número 13 es de mal augurio.
Una de mis nietas, Mia Isabella, M-1, aquella niña que
se apuró en llegar a la vida fuera de su mamá, que no quizo esperar a los nueve
meses dentro de una bolsa rodeada de líquido, acaba de cumplir 13 años. Entonces
el 13 deja de ser un número complicado para convertirse en algo importante,
lindo y dulce.
Soy un abuelo común, nada extraordinario, por lo que
trataré de no excederme, siempre soy acusado de excesos, no sé mucho de
política o economía, menos de guerras, no puedo orientar a alguien sobre qué
hacer para comprarse un barco o un avión, sin embargo, he tenido la posibilidad
con mis 62 años ya, de relacionarme con muchas personas, decenas y decenas de
ellas, por mi pasión a las relaciones humanas y a muchas de las cuales he podido
ayudar de cerca, no con mi dinero, sino con mi cerebro y mis manos.
Puedo decir, sin haberlo estudiado mucho, que conozco
de seres humanos y puedo asegurar que Mia, ahora ya, a sus cortos años, es una
persona excepcional, que, si no cambia para mal, cosa que pasa en la vida real,
soy un abuelo común, pero no ciego, menos tonto y sé que esto puede pasar, está
llamada a convertirse en una gran mujer. Los que tengamos vida, veremos a Mia realizada
como algo sólido en su madurez. Es ella una de esas personas que podrá hacer bien
lo que ella determine en la vida. Ejemplos en su familia y cerebro tiene.
Lo primero que salta a la vista, ya dije que soy
abuelo hombre, es la bella figura física de Mia. Como herencia más cercana de su
mamá, Mia tiene un cuerpo de competencia, mejorado obviamente con la cantidad
de ejercicios físicos y deportes que practica desde muy chica. Mia ama los deportes
y ellos cuando se practican sistemática y seriamente ayudan.
Sus grandes e inconfundibles ojos muy azules, por lo cual soy el dueño del sobrenombre de “Ojos Bellos”, son algo exclusivo en mi familia de sangre. Aunque mi abuela paterna tenía los ojos muy azules también, no son comunes en la parte de la familia genética de Mia a la cual pertenezco, si en la familia de su papá Yordan, donde priman los ojos claros, azules y verdes.
Mia es indudablemente norteamericana, por lo que
sus momentos y motivaciones más profundos giran alrededor de esa cultura, sin
embargo, al crecer dentro de una familia cubana, hereda con cierta gracia eso
que llamamos cubanía. Su español como segundo idioma es casi perfecto, no sólo
en su dicción, sino en el ritmo que los cubanos imprimimos al castellano
original de la “Madre Patria” europea. Mia puede hablar un perfecto inglés e inmediatamente
cambiar para el cubano, que es más y diferente al castellano o sencillamente
puede hablar paralelamente en los dos idiomas sin perder el ritmo de las
conversaciones en ambas lenguas.
Ahora, precisamente guiada por la música, al ser fanática de uno de los grupos coreanos del sur obviamente, más populares en el área internacional del K-pop, Stray Kids, (스트레이 키즈), comienza a masticar el coreano, que debe ser uno de los idiomas más difíciles y extraños del planeta y bailar tal como lo hacen los jóvenes profesionales asiáticos, acompañada casi siempre por su pequeña hermana Maeve, M-2, que brinca, se contorsiona, mueve las manos y canta en un solo idioma ingléscubanocoreano, imitando a su hermana mayor.
Mia es una buena estudiante, no creo que heredado de sus padres al menos cuando fueron jóvenes, sino creado por ella misma y su interés en cumplir y aprender. Ella, por tener esa personalidad tranquila, sosegada, nunca ha dado problemas con la escuela, tareas, trabajos, etc., para felicidad de sus padres. Mía es, por encima de todo, sencillamente paz.
Mia va a ser una persona de cultura. Lee, escucha
música, canta, se mueve con la tecnología toda como pez en el agua y toca varios instrumentos musicales, piano, guitarra y nada más y nada
menos que viola, algo poco común para los simples mortales. Es más fácil hacer
música con una lata y un palo o con las manos, donde yo me inserto, que tocar cualquier versión de los violines, que
ahora mismo creo que son tres. Eso, ese aprendizaje, que podrá ser desarrollado
hasta el infinito, hace a las personas diferentes. La música purifica el alma.
Pero además Mia practica de forma estable y oficial, o sea, varias veces en la semana, varios deportes, en las tardes, tea kwon do, donde ya exhibe cinta negra para su categoría y varios premios y medallas en competencias oficiales y ahora en las mañanas basquetbol, donde ya anotó su primera canasta e hizo un pase profesional salvando una bola que se salía del terreno, ayudando a su equipo a ganar por paliza, en una competencia oficial frente a un equipo de otra escuela.
Claro, no es que sea genio, no hace falta ser genio, a veces ellos son los humanos más complicados que existen, sino que además de su esfuerzo personal, que satisface sus gustos e intereses personales, tiene detrás a padres que sirven de apoyo, soporte, comisión de embullo totalmente.
No siempre el número 13 es malo, mi nieta acaba de
cumplir sus primeros trece años, ojalá tenga yo vida para verla cumplir
muchos 13 años más.
domingo, 26 de octubre de 2025
635.- El pueblo cubano ha perdido el pueblo.
El pueblo cubano no tiene miedo, no es esa la causa del fenómeno es sencillamente la forma más fácil de verlo. Ese sentimiento, el miedo, con un poco de tiempo y trabajo es posible superarlo. Tiempo que ha pasado y trabajo que se ha venido haciendo.
Creo que es peor, en sentido general, el pueblo cubano
ha perdido la referencia, coincide que no hay solución dentro del país y que la
única posibilidad de mejorar es irse. No existe la ilusión, no existe la
esperanza, no existe la posibilidad de una mejoría dentro del espacio
geográfico que se llama Cuba. Una parte de ese pueblo hoy busca y rebusca en cajones viejos, fotos y documentos de sus antepasados, por ejemplo, españoles, a los que ni a veces conocieron, todo para irse a España. Otros muy casualmente esperan y aspiran a "encontrarse" con el extranjero de su vida en una parada de guagua o en la cola de un agromercado, da igual que esa persona tengo 70 años o que viva en Burundi. El pueblo cubano ha perdido el pueblo.
Si algo logró la adobada doctrina marxista leninista
en Cuba, cocinada con las ideas fidelistas, fue sembrar la idea de que el
cambio no es posible, por lo que el pueblo cubano está llamado a soportar y soportar
en espera de que un día todo, como por arte de magia, cambiará y mejorará.
Todavía hay quienes esperan que después de tantas pruebas y pruebas, el
gobierno de turno, que es como bien se llama continuidad sobre todo del
desastre y la improvisación, pueda resolver todos los problemas acumulados, que
no son pocos.
Si algo Fidel Castro y sus repetidores, que no nos engañemos fueron muchos durante años, fueron capaces
de imponer, fue que antes de 1959 todo era negro, oscuro, problemático. Cuba
era un país caótico, de prostitución, robo, corrupción, hambre, insalubridad,
analfabetismo y que la historia de Cuba comenzaba precisamente después del
triunfo revolucionario de 1959.
La revolución emancipadora, la revolución lumínica, la
revolución que entregaba y reponía a cada cubano el orgullo y sobre todo una
patria que antes no tenía. Y eso se llevó a los libros de historia, que más que
todo son de propaganda, se llevó a las escuelas, a los trabajos y a la familia.
Antes todo era desastroso, caótico, ahora es que, por primera vez, somos libres
y viviremos un futuro inigualable, tal como si todos hubieran perdido la memoria
o todos hubiéramos nacidos justo después de 1959.
Y esto no deja de ser cierto en parte, no existe un
proceso humano linealmente en positivo siempre. La historia está hecha de
triunfos y derrotas, de ir y venir, de cambios, errores y más cambios. ¿Hubo
robo? Sí. ¿Hubo prostitución? Sí. ¿Hubo incluso asesinatos, guerras mafiosas y
gansteriles? Sí. Pero no todos eran asesinos, prostitutas, ni gánsteres. Hasta
en los momentos más dictatoriales de nuestra historia, hubo espacio para la democracia,
para la manifestación, para la reunión. Recuerden que Fidel y sus muchachitos
fueron amnistiados por el dictador Batista, acusado de muy malo, a los 22 meses
de ser enjuiciado por haber asaltado por las armas un cuartel, haber ocasionado
muertes dentro del ejército y disturbios con esa actuación. No lo mataron, no lo deportaron, lo
pusieron preso bajo las leyes públicas que existían, no lo envenenaron en la
cárcel y luego lo soltaron sanos y gordos.
Nuestra última etapa republicana, 1902 – 1959, para
nada fue una panacea. En la misma medida que se aprendía a vivir independiente,
cosa que puede parecer fácil, pero no lo fue, después de cinco siglos de dominación
colonial española, se hicieron muchas cosas malas, pero también muchas cosas
buenas que todavía hoy existen. Cuba aprendió de democracia, de diversidad, de la instauración,
diversa, pero instauración de un sentimiento nacional. Lo cubano no se creó con
la revolución fidelista, cosa que se ha tratado de imponer. Martí no es consecuencia del comunismo, menos su autor intelectual. El luego nombrado Apóstol, existió por sí mismo y fue valorado dentro de la república. La hoy Plaza de la Revolución, presidida por José Martí, fue diseñada por un arquitecto francés e inaugurada como Plaza Cívica durante el gobierno de Fulgencio Batista.
Los ricos se “robaban” parte de Cuba, pero los pobres
vivían y sobre todo tenían una idea clara de mejorar. La mejoría era posible.
De ahí que muchos de nuestros abuelos, pobres, lograran con mucho esfuerzo y
trabajo claro está, crear y desarrollar sus empresas, estudiar en
universidades, hacerse profesionales de éxito para la realidad cubana, crear
familias, moverse dentro de Cuba.
No todos los cubanos, como se ha querido decir, eran
analfabetos, menos vagos y descarados. Los buenos médicos, los buenos abogados,
los ingenieros y arquitectos prestigiosos, los poetas, escritores, los artistas
plásticos, los músicos, pero además las personas trabajadoras con ganas de
superación y mejoría no aparecieron de la noche a la mañana después que Fidel
Castro entró en La Habana encaramado en su carroza verde olivo. Es cierto, se masificó la enseñanza y la cultura, pero sin desdorar a los que vinieron después, los millones de graduados no hacen un Félix Varela, una Dulce Ma. Loynaz, un Wilfredo Lam, un Benny Moré, un Ernesto Lecuona, menos un José Lezama Lima, por sólo citar algunos nombres.
Existían problemas, claro, pero existía un sentimiento
de que Cuba era de los cubanos y había que luchar para cambiarla. La historia
nuestra, a la que lamentablemente por el manejo ideológico hemos llegado a no
soportar, es rica en luchas, manifestaciones de protestas, recoge una inmensidad
de movimientos, desarrollo y clarificación de sectores como los obreros, las
mujeres, los estudiantes, etc., porque, por encima y además de los problemas,
existía un sentimiento de patria.
¿Cómo es que, si todo era un desastre antes de 1959,
Cuba no recoge historia de emigración masiva? Por el contrario, Cuba se convirtió
por excelencia dentro de América Latina, en un lugar que recibió a miles de
migrantes No era común los que se tiraban al mar para huir, no era común buscarse
un extranjero para salir, a pocos se les debe haber ocurrido escaparse a través
de las selvas, cruzando a pie países para salvarse.
Existió imagino un pueblo con miedo, a nadie le gusta
saber que va a ir preso o morir, pero que tenía un sentimiento muy claro de
pueblo.
Para no ir más lejos en la historia, en Cuba, la peor
sanción era, no la muerte, sino el destierro. El destierro más sonado que
conocemos, no el único que existió, fue el de José Martí. La sanción te
separaba de tu familia, de tu tierra, de tu historia y te convertía en un sin
patria en otro lugar. Se te cambiaba la muerte por la vida en otra lejana
geografía, al mismo tiempo que se te dejaba sin vida sentimental.
El destierro era doloroso y siempre albergó la idea, a
veces conseguida, a veces no, de regresar a lo tuyo. Vuelve a ser el caso más
sonado el de José Martí.
Los luchadores anticoloniales, los luchadores contra los
problemas de la república, no luchaban por lo que tenían, precisamente los que
los unió, dentro de la diferencia que tampoco es nueva, siempre la hubo, fue tener una visión de futuro personal y la
existencia de la visión de futuro colectiva. Cuando esas dos visiones se unen,
son posibles. Es importante tener una esperanza, pero más importante es que esa
esperanza sea compartida por muchos. Si esas dos condiciones no existen, o sea,
la personal y la colectiva, sólo se tirarán patadas de ahogados o se estará
arando en el mar. Para el caso cubano de hoy, con un marcado individualismo, quizás forzado por la necesidad, el futuro está en otra parte.
Muchas veces nos decimos que los cubanos antes éramos
más valientes, no lo creo. Los cubanos antes logramos unir nuestras visiones de
futuro con las visiones de otros y entonces convertimos esas visiones en
patria. Hoy nos desgastamos en hablar teorizando sobre la constitución que vamos a imponer cuando Cuba sea libre del comunismo que dice tener, sin saber cómo llegar y menos haber llegado al nuevo momento constitucional.
De Cuba se salía, muchos lo hicieron, a trabajar por
un período en diferentes países, pero con la opción de regresar a vivir en
Cuba. Se quería mejorar económicamente para luego restablecer esa mejoría cerca
de la familia, del barrio, de los amigos, de la patria. Muchos profesionales,
muchos artistas, de los que hoy presumimos, antes de 1959 viajaban en busca de
superación, de experiencias, de dinero y por qué no como paseo, pero casi todos
regresaban. El cubano había sido siempre muy cubano y consideraba, a pesar de todos los problemas, la vida en
Cuba posible.
La revolución logró cambiar esto. Identifico exclusivamente el
proceso revolucionario con la patria, con la cubanía, con la soberanía, con la cultura y con la independencia
y día a día, en absolutamente todas las partes y por todos los medios, tras largas
jornadas de veneno ideológico adaptado a las necesidades, gustos, caprichos de
una persona, se fue instaurando que sin revolución socialista no existía nada. Esa ideología formulada por un solo cerebro se convirtió en un potente veneno, que te mantiene en un limbo, no te mata, pero tampoco te permite vivir.
Cuba es un país que emigra en esta última etapa. Los primeros
en abandonar el país fueron aquellos ricos o muy ricos que fueron o se olieron
serían afectados, los apodados siquitrillados. En esos primeros emigrantes todavía existía ese sentimiento
de patria, ese sentimiento de regresar. Esos se instalaron sobre todo en
Estados Unidos y vivieron añorando y organizando sus regresos.
Luego hemos vivido un movimiento constante silencioso
de salida y otros movimientos muy ruidosos con los que el gobierno cubano ha sido hábil en
quitarse de arriba la gran presión interna, apodados entonces gusanos o escorias. Esos movimientos, Camarioca, Mariel,
la Selva del Darién, la Ruta de los Volcanes nicaragüenses, han sido otra cosa. Han sido la decisión de la auto deportación y el auto exilio voluntarios.
Los cubanos, cansados de esperar, entendedores de que
no se puede luchar por el cambio, no sabemos cómo hacerlo, no tenemos por qué
luchar, porque no tenemos ese sentimiento colectivo de patria, hemos preferido
irnos, entonces el exilio forzado, ese como sanción, se ha convertido en una búsqueda
desesperada y voluntaria de salir para vivir.
Nos seguimos considerando cubanos porque nos empeñamos
en hablar español donde llegamos, comemos frijoles negros y carne de puerco,
pero muy rápido perdemos esa cubanía para convertirnos en americanos,
españoles, mexicanos, italianos, canadienses, etc. Creo que se ha perdido el orgullo por ser cubano y luchar por ello.
Seguimos siendo cubanos, sufrimos decimos, pero nos
cuesta trabajo concebir el regreso. Ya no tenemos miedo, al menos por nosotros
mismos, pero Cuba no es nuestra, ya no nos vemos allí. Entonces la fuerza se pierde, sino cómo entender a los cubanos que viven fuera, que se autoexiliaron voluntariamente en busca de vida y defienden al gobierno cubano y declaran que se vivía mejor en Cuba.
¿Cuántos de nosotros, regresaríamos desde cero a reconstruir
ese país? No conozco a muchos que aspiren a esto sinceramente.






