El invierno en Nebraska, más allá del termómetro, siempre es
frío, aunque pensándolo, ahora bien, el invierno en el medio del país, puede
ser la estación más dinámica y cambiante de todo el año.
A diferencia de la linda primavera, el caliente verano,
etc., cada día dentro del invierno es diferente, incluso tan diferente que
dentro del mismo día puede haber varios cambios, a veces predecibles, otras no.
De ahí el conocido dicho popular de “si no te gusta el clima de Nebraska, espera
10 minutos”
Pensaba no escribir sobre el invierno, ya bastante jodido es
vivirlo, pero como no puedo llorar pues estoy aquí voluntariamente, me desahogaré
dándole golpes fuertes a las teclas de mi PC mientras escribo.
Ayer, según los termómetros, amanecimos con – 6 ̊̊ F, (traducción - 21̊ C), como para salir corriendo.
Claro, se que habrá quien dirá que tampoco son muchos, si se toman como
referencia las temperaturas polares o lo que está pasando ahora mismo en el
norte del país, donde las temperaturas y su sensación están debajo de los 30 y
40 grados F.
Estar a - 6 ̊
F o sencillamente “six below” como dicen en inglés, para no explicar mucho, son
muchos grados para abajo, son tantos para abajo, que sobran para conocer un
poquito qué cosa es el frío. No hacen falta tantos. Lo puedo asegurar.
Para colmo, no es tan importante lo que dice el termómetro,
sino la sensación de toda esta ciencia en el cuerpo, por lo que la combinación
de humedad, Sol, aire, etc., hacen que se sientan siempre muchos menos grados,
o sea, más abajo. Si ya – 6 ̊̊
F son muchos para abajo, cuando estos se sienten como – 20 ̊ F, (traducción casi – 30 ̊ C) por ejemplo, ya no existe el
cálculo, ni la ciencia, mucho menos los consejos o buenas voluntades y
muchísimo menos los santos y vírgenes.
Pienso que además en todo esto influye la grasa corporal,
veo que los flacos siempre pasan más frío, la ropa que te pones, el lugar donde
estás o transitas. De más está decir que no es momento para hacer media en
ningún lugar en el exterior, no es el momento para sentarse en un parque o
meter muela en una esquina.
Aquí donde vivo e imagino que, en el resto de la Unión, la
vida no para, o sea, no puede parar. Salvo que exista el anuncio de una nevada
enorme o el peligro del hielo sobre la calle, donde se toman medidas por
ejemplo las escuelas o algunas entidades del gobierno, la vida continua igual. Todo
sigue funcionando.
Entonces, independientemente de dónde se encuentre el
termómetro, salimos a trabajar, con más cuidado, mejor abrigados, con más
tiempo de traslado, pero salimos a trabajar. Esto condiciona la mente y el modo
de vida, porque si salimos a trabajar, estamos en condiciones de salir también
a pasear, a ver a los amigos, de compras, etc.
Hoy es más fácil, hemos aprendido a vestirnos, comer,
caminar, hablar e incluso a respirar. Recuerdo nuestro primer invierno aquí
cuando no conocíamos nada, nunca habíamos visto la nieve, los termómetros para
nosotros no medían las temperaturas por debajo de 0 grados y veníamos vestidos
con la ropa de invierno cubana, o sea, una ropa de verano sobre la otra y la
otra y la otra y con los mejorcitos abrigos que compramos en Walmart de Miami
para un inviernito tropical, aquello si fue para llorar.
Hoy, la nieve, el hielo y el invierno, siguen siendo nuevos
cada año, pero al estar aquí desde el 2013, ya somos expertos en estos procesos.
Yo, el más experto porque siempre trato de quedarme con el protagónico y
mi respuesta es la misma, "no hace tanto frío". Así me levanto y así me
acuesto, por aquello de “dale Superman que tú puedes”, pero la realidad real puede
ser otra.
Si no fuera por mi presencia, podría ser esta una linda postal de regalo, obviamente para aquellos que no están en invierno |
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