domingo, 24 de enero de 2021

Trump políticamente incorrecto.

Políticamente correcto. ¿Ser o no ser? Este es uno de los grandes dilemas modernos.

Si hay algo que he escuchado con frecuencia desde que llegué a este país, lo que no pocas veces me resulta difícil de entender, es la necesidad de ser políticamente correcto. Difícil de entender porque detrás de ese noble, necesario y, por momentos, bien intencionado postulado, se esconden complejos sociales y personales, escapatorias, voluntarismos, revanchas, venganzas y no pocas veces, malas voluntades.

Contemplándolo sólo desde el lado positivo, diríamos bueno, es muy útil, todos deberíamos ser políticamente correctos, en realidad sólo bastaria con ser correctos y entonces viviríamos mejor.

Siendo todos correctos no serían necesarias las leyes, ni la policía y los ejércitos. Primarían en cada ser humano de forma absoluta los intereses colectivos. No mentiríamos nunca, no nos desgastaríamos en poseer para aparentar ser y trabajaríamos por el placer de servir.

Ser correctos nos conduciría amorosamente a trabajar para el otro o los otros, sin pretender o esperar algo a cambio. Nos condicionaría a ser siempre justos, equitativos, solidarios. Nos convertiría en grandes entendedores, incluso cuando lo de entender nos ponga a pueda poner detras. Ser correctos sería además de lindo, muy necesario.

En líneas generales, crecemos escuchando sobre valores humanos, entre ellos, uno de los más importante, la honestidad. Escuelas y familias se encargan, al menos, de tratar de inculcarnos esto, tal como se pone un remache para unir dos piezas que están separadas.

Luego, nosotros domesticados, tratamos de remachar en otros lo que en nuestro "proceso de domesticación" recibimos. Hijos, hermanos, amigos, vecinos, etc., son nuestra arcilla para modelar esos llamados valores generalmente aceptados.

Pero, basta media vez que algo no nos gusta, no nos conviene, no queremos escuchar, nos daña, etc., nos parapetamos protegiéndonos detrás de lo que nos resulta políticamente o no correcto. A veces la verdad del otro o los otros, nos laceran. A veces, incluso de aquellos a los que enseñamos y pedimos honestidad, cuando ella no nos gusta o no nos conviene, les exigimos menos honestidad o peor, tratamos de coartar sus pensamientos con aquello de "eso no es políticamente correcto".

¿Qué es lo políticamente correcto?, ¿Quién es el encargado de definir?, ¿Siempre es la mayoría?

Por momentos y de ahí mi posible rechazo, me recuerda a aquel invento de "centralismo democrático", o sea, no estabas de acuerdo, tus argumentos apoyaban tu decision, pero como otros 10 si estaban  a favor, como castigos, no sólo tenías que aceptar, sino muchas veces, tenías que accionar de una forma estando en contra de ella. Centralismo democrático, correcto políticamente, como herramienta, muchas veces para lograr voluntades incorrectas que anulaban la individualidad.

A mi edad, casi 58 años, he concluído que nadie es totalmente bueno o definitivamente malo. Las personas viven y cambian, por lo que es posible que en cada momento, frente a cada pensamiento o acción, la respuesta sea diferente. Se puede ser malo y bueno, luego bueno y malo. Se puede actuar bien y luego, segundos después, actual mal. ¿Podría una joven prostituta, drogadicta sin alma, enamorarse, ser buena madre, buena trabajadora? Si. ¿Podría un ladrón reincertarse en la sociedad y llegar a ser un hombre honesto? Si. No siempre la cabra tira al monte. No es cierto que el león siempre vuelve a la selva.

Hitler, la mejor representación del Diablo en la Tierra, dicen que amaba y fue muy bueno con sus perros, entonces los defensores de los animales podrían tomarlo como su líder y crear la fundación protectora de animales, "Adolf y los perros". Martí, nuestro Apóstol, fue insuperable patriota y revolucvionario, pero no muy buen esposo y poco padre, entonces las mujeres, al menos las cubanas, podrían odiarlo y utilizarlo como ejemplo de "candil de la calle y oscuridad de la casa".

Muchas ejemplares personas, un dia tienen problemas en el trabajo y para resolver se van a ver a su "Tata" para hacerle un trabajito a su jefe laboral. No quieren que muera, la muerte siempre es más mala, solo quieren que el trabajito pagado a su palero, resulte en un accidente donde el jefe se fracture las dos piernas y esté un año sin poder trabajar. ¿Qué hay de los cambios de cabezas en un hospital para salvar a un ser querido y lograr que la enfermedad pase al de la cama de al lado?

República Dominicana, país que recuerdo con agrado, recoge en su constitución la prohibición del aborto. Todos allí están formalmente en contra de lo que llaman crimen, pero cuando aparece el problemita pequeño, las mujeres pobres se van al campo en busca de una experta en abortos y las ricas se van o llevan a sus hijas de vacaciones a Miami, de donde pueden regresar incluso virgenes. ¿Qué hacen las monjas? Todos proclaman que hay que parir, no se puede matar a una vida, y luego, friamente, muchos aseguran que la criatura recién nacida, si no es querida o aceptada, se puede regalar. Si, regalar.

Lo bueno y lo malo. Lo honesto o deshonesto. Lo políticamente o no correcto.

Hoy Estados Unidos, por suerte tiene un nuevo presidente, Biden,  para los proximos 4 años. Digo por suerte, gústeme o no,  porque la incertidumbre, el caos y los anuncios fatalista, son peores. El presidente saliente, Trump, bueno o malo o sencillamente bueno y malo, que es lo que somos todos, pasará como el político menos políticamernte correcto de la historia de este país, sus detractores seguro tienen más reclamos. Como la historia la escriben los vencedores, lo que no quiere decir que ellos sean los buenos, sólo, hasta la saciedad, se repiten sus malos actos, sus errores, sus desaciertos, incluso sus muecas, tal como si la categoria de presidente de pronto te garantizara la perfección. Nosotros nos podemos equivocar, somos nuevos, no tenemos experiencia, no conocemos tal o más cual proceso, pero el presidente no. Aunque no lo queramos reconocer, estamos siempre jugando a los súper héroes.

Ahora muchos están contentos, sin embargo, la pregunta es, ¿Son mejores que él o sólo son más políticamente correctos a la vieja usanza?

En Cuba, los jefes decían que el problema no era bañarse, sino saber esconder bien la ropa. Refrán viejo que asegura que lo importante es saber esconder, camuflagear, quizás sonreir y por detrás atacar. Algo así como: puedes hacer lo que te de la gana, incluso cosas muy malas, pero muestrate siempre políticamente correcto. Las personas al final no te avaluaran por ti y tus verdaderos logros, sino, muchas veces por tus poses, tu sonrisa, tus falsos argumentos, aunque sean hipócritas y engañosos. Para muchos el engaño, mietras más colectivo mejor. Vean la historia de Fidel Castro y se darán cuenta de lo importante de una cara, de una pose, de una sonrisa, el reflejo del dolor y el sentimiento. Dicen los que lo conocieron de cerca que no fue bueno ni jugando a las bolas, mientras para otros fue un alma angelical que sólo dedicó su vida al bien.

Hoy muchos le pidieron a Trump que asistiera a la actividad del traspaso de poder, a esa actividad tradicional y, sobre todo, polítitcamente correcta, que se sucede cada vez que un presidente sale y otro llega. Muchos exigieron a Trump que se abrazara con Biden, se sonriera, se tomara una o muchas fotografías e incluso que le hiciera algún regalito importante y simbólico. Muchos exigían que el presidente saliente no rompiera la tradición de la política norteamericana, no porque esto les interese mucho, sino por el morbo. Lo morboso también, a veces, se disfraza de correcto.

Trump escogió el camino más fuerte, no asistir e irse a despedir pacíficamente de Norteamerica frente a sus amigos y familia que lo apoyaron, que lo apoyan. Frente a aquellos que, siendo bueno o malo, hasta el final creyeron en él. A aquellos a los que Trump les debe su verdad políticamente correcta o no. Yo, donde ya pocas cosas me presionan fuera de un reducido y selecto grupo de algunos amigos y familiares, también lo hubiera escogido así. Trump es un tipo con verguenza.

Yo bajo estas circunstancias hubiera hecho lo mismo, al final, una crítica más, solo significa una oración más en el informe de los hoy vencedores. A veces, la mejor forma de contar una historia es la de ser políticamente no correcto, alguien al pasar del tiempo se preguntara por qué.

Y es que lo que hemos visto dista mucho de ser correcto a gran escala. Hemos vivido, sobre todo en estos últimos meses, una furiosa guerra personal. A pocos les importó un programa de gobierno, ni tan siquiera los resultados de un gobierno. no hubo equilibrio, justeza, menos mesura, porque poco se reconoció de lo poco que algunos dicen que se hizo. 

Vivimos una guerra contra una persona, a la que por momentos no sólo no se apoyó, sino que se obstaculizó en cada idea, en cada acción. No fue una tradicional campaña política, el oponente, hoy presidente y sus seguidores nunca dejaron un programa claro, o sea, el cómo y el cuándo y todo se concetró en desprestigiar, acusar e incluso ofender. El oponente llamó payaso al presidente, ¿Eso fue políticamente correcto? Por menos que eso dos hombres se hubieran caído a piñazos.

Yo no puedo demostrar si Trump ganó o no las elecciones, tenía a muchos políticamernte correctos en su contra, pero si puedo argumentar sobre las llamadas irregularidades, errores, problemas, deslices, fallos, etc., a los que incluso los políticamente correctos y para mí, ciegos o comprados, de seguro de haber sucedido en países de Africa o Latinoamerica, no dudarían en catalogar, quizás gritar, de fraude.

Muchos dicen que no existieron pruebas reales y que Trump y 75 millones de personas que sí votaron por él, se han inventado todo el espectáculo. Quizás ellos, esos muchos, están esperando que los mismos muertos que votaron, se reunan, firmen un documento y hagan unas declaraciones públicas a la prensa. Bueno a la prensa no, en realidad no se a quién, porque paralelamente los políticamente correctos son los dueños de una gran parte de los canales oficiales de TV, la prensa y las plataformas de redes sociales, donde la censura llegó a su mayor expresión, bien vista y apoyada por los hoy ya vencedores. Trump en su calidad de presidente de los Estados Unidos no pocas veces fue censurado, sacado de contexto, escondido y prohibido bajo el brazo escondido del poder que está detrás del poder. Ese mismo brazo que hoy, a pocas horas del cambio de presidente, declara que habrá que revisar las leyes y regulaciones de esos medios de comunicación, porque la censura de esa forma y a esa magnitud, no es buena. Lo bueno y lo malo en dependencia de conveniencias.

Los políticamente correctos, como fantasmas, dirigen y apoyan el atentado contra la libre expresión. Ellos deciden qué se publica, qué se lee, qué se escucha. Ellos atentaron contra Trump porque el "jefe" atentaba contra la democracia, por lo que entonces ellos han impuesto su "salvadora" forma de democracia, para salvarse ellos mismos.

Ahora la ultima acusación, bueno la última hasta ahora, es que el presidente Trump fue un terrorista doméstico, o sea, interno. Con eso tratan de liquidar su imagen para "un nunca jamás". Esos mismos correctos que hicieron mutis total frente a las semanas y semanas de destrucción de ciudades, establecimientos, monumentos, ataque a la policía, a las regulaciones, a las personas. Crímen y vandalismo. Los correctos hoy, que acaban de recobrar la visión luego del 20 de enero, se sienten ofendidos y dolidos por la entrada de personas de forma no pacífica al Capitolio de Washington y dicen que Trump la dirigió, algo así como su "autor intelectual". Los correctos de hoy, amenazan con juicio político, mientras permaneciaron en silencio, todos, políticos, muchos actores, muchos músicos, los analistas, los estudiosos, los profesores, los politólogos, los académicos, los periodistas, las grandes cadenas de la información desinformadora, etc., ahora piensan en la democracia y las afectaciones.

Frente a toda esta anormalidad, críticas despiadadas, sancadillas, censura, mentiras y lo que hubieramos reconocido como fraude en otro contexto geográfico, los correctos esperaban un traspaso de poder tradicional, incluso esperaban más. Imagino que aspiraban a que Trump invitara a Biden a un bar de la esquina de la Casa Blanca, donde seguro tiene acciones la Pelosi y todos fueran felices burlándose de Estados Unidos, de la política, de los votantes, y se divirtieran fajándose para ver cuál de ellos pagaba la próxima ronda de Chibas Regal Royal Salute, mientras confeccionaban, todos juntos, una listas de lo que va a ser políticamente correcto o no para los próximos años.





lunes, 11 de enero de 2021

Trump, algún día se le reconocerá, defendió a los norteamericanos.

Estuve de vacaciones y como vacacionista me dediqué a cualquier cosa menos al estudio y el trabajo. No miré una computadora, ni mi celular. Entonces me desconecté de mi macro realidad y me concentré sólo en la micro vida, o sea, comer, pasear, fiestar, compartir con mi familia y amigos texanos. Pero como todo lo bueno dura poco, las vacaciones, al no ser yo millonario, se acabaron y he tenido que regresar a la realidad.

Entonces encuentro que finalmente Biden, el candidato por el partido demócrata en estas elecciones pasadas fue proclamado oficialmente presidente y con esto terminan los 4 años de su opuesto, el republicano Donald Trump, que muchos suponían, incluyéndome, que podría continuar por otro período más.

En esta carrera política ganaron los demócratas, cosa que no es nueva, al ser los partidos, demócrata y republicano, los dos partidos políticos más importantes de Estados Unidos, desde hace siglos se turnan en el poder, republicanos-demócratas, demócratas-republicanos. En realidad, por muchos años, ambos grupos tenían la misma base, defendía los mismos objetivos, representaban los intereses de una parte importante del país y a penas se diferenciaban en algunas ideas, algunos métodos, etc.

Sin embargo, para estas elecciones muchas cosas cambiaron, a no ser por lo de catastróficas y problemáticas, estuvieron entretenidas. Lo primero que habría que decir es que ellas dejaron de ser elecciones a partir de programas para futuros gobiernos y se convirtieron en una guerra, por muy difícil que parezca, entre una parte de los republicanos sumados a los demócratas, contra una figura, una persona. La guerra política dejó de ser política para convertirse en una guerra personal, públicamente ofensiva contra el presidente actual, ahora candidato de una parte, si sólo una parte del partido por el cual llegó a la Casa Blanca y el partido clásico opositor. Un hombre que, no proveniente de la política tradicional, no visitante de los salones y festines donde se cuadran las decisiones, se quitan y ponen personas, se promueven leyes, etc., no traía los compromisos históricos que todos sabemos existen, se crean y desarrollan para llegar, vivir y sobrevivir dentro de la llamada “democracia” en este caso la norteamericana.

Espero que Trump, el objeto de todas las críticas justas e injustas durante estos cuatro últimos años, pueda irse a descansar en paz, sabiendo que su economía no depende del cargo de presidente de los Estados Unidos y menos de un salario como trabajador de la política. Espero, que, a pesar de no poder continuar, esté tranquilo. Hay muchos millones de personas, que, a pesar de la super y mega propaganda en su contra, confían en que hizo lo mejor posible. A pesar de que los ganadores y sus seguidores, no reconocen nada, absolutamente nada favorable en cuatro años de presidencia, es justo decir, más allá de que guste o no la persona, que Trump movió al país, elevó ese sentimiento, que no es su invento, pero si su mejor proyecto de “America first” y si se revisa con calma y desprejuiciadamente, se podrán descubrir logros.

Se sabe que la historia la escriben los vencedores, y se sabe que, para ello, inventan sus mejores mentiras, de esta forma la historia queda para futuro bien cuadrada. Descubro entonces una enorme cantidad de escritos, opiniones y periodismo televisivo, vencedor y más que eso, burlonamente vencedor, que ya no encuentran más nada malo que decir del presidente. Creo que de lo único que no se le ha acusado, al menos no lo he leído, es de homosexualidad, todo lo demás, las peores caracterizaciones, de incluso muchos que hasta ahora estaban en silencio, se pueden encontrar. Trump, lo que faltaba ahora mismo está señalado como terrorista doméstico, o sea, una persona que estimula y organiza, más promueve la destrucción de todo un país. Esto, imagino que al mismísimo Trump y a la mayoría de sus allegados, les debe dar risas, por lo grosero de la idea.

Otra de las cosas que se han evidenciado en el paso de estos cuatro años es la existencia de más de 10 canales de televisión y plataformas de comunicación sociales, que no sólo han publicado toda una serie de mentiras, agrandando los posibles errores, maniobrando o manipulando los números, sino que se han dedicado a censurar abierta y públicamente no sólo al protagonista, sino a todos aquellos que, por un lado, lo defiende y por otro tratan de evidenciar el manejo de los demócratas. Trump en muchas ocasiones ha sido no sólo censurado, sino sacado del aire, prohibido a publicar informaciones o ideas, etc., cosa que, según expertos, es la primera vez que se ve, al menos de esa forma, en la historia de la Unión. Durante muchos días, las ideas que no convienen que se digan, pues son prohibidas de publicar. ¿Qué hay de la libertad de pensamiento y expresión de la que tanto se alardea en la Unión como ejemplo para el resto del mundo?

Los detractores de Trump, convertidos en francos y públicos enemigos, al menos deberán reconocer que al final de estos días se ha portado bien. Ha dado todos los pasos legales que la constitución y las leyes le permiten, no ha violentado nada y por el contrario ha dado muestras de paciencia y de orden. Ha luchado, pero sin histeria, he reconocido incluso que tiene que ceder y ha llamado a sus seguidores a la calma, a la tranquilidad, a la paz, tratando de poner por encima de intereses personales, los intereses del país.

A lo mejor, de haber sido tan prepotente, loco, antidemocrático, anti ley, payaso, ahora terrorista, etc., como se han cansado de llamarlo y caracterizarlo, bien podría haberse defecado en la madre de todos los que lo han mortificado, bloqueado, jodido, durante estos años de trabajo, incluyendo a muchos republicanos a los que ayudó a promover y a su propio vicepresidente, al final una pequeñita acción de recordarles la madre a algunos, que no poco se lo merecen, no pasaría de ser otra acción de las “políticamente no correctas” de las que tanto se le ha acusado. A lo mejor, yo, un poco más joven, un poco menos político lo hubiera hecho, a lo mejor él, en un círculo cerrado de personas también lo hizo.

Es cierto, a pesar de que yo aposté porque existían miles de pruebas, de irregularidades, errores, maniobras, etc., parece que a nadie en el gobierno le interesó demostrar el fraude. Quizás existan muchos compromisos, quizás Trump es tan malo que era mejor quitarlo de una vez, aunque se tenga que afectar un poquito la imagen del país y de sus elecciones. Quizás las cortes estatales, la corte suprema, los senadores, los congresistas prefieran seguir por el camino llamado “políticamente correcto”, que incluye dentro de él la hipocresía y las maniobras sucias.

No obstante, para mí, que no lo puedo probar desde mi casa, existió no un fraude, sino un MEGA FRAUDE a todos los niveles, sobre todo en esos estados conocidos donde se trató de reclamar. Si hubo un ENORME FRAUDE, ahora sólo reconocido como irregularidades que siempre pasan. No creo necesario enumerar de nuevo lo que se planteó en cada estado, pero si lo de los muertos que votaron, los que votaron tres y cuatro veces, los menores de edad recibiendo boletas para votar, la no solicitud de identificaciones para votar, el manejo de las boletas, la introducción de boletas desde afuera, los manejos de las máquinas diseñadas para contar y utilizadas, parece por casualidad, en los estados comprometidos, etc., etc., etc., no es evidencia de un fraude, no existen los fraudes nunca. ¿Qué diferencia tiene lo ocurrido aquí con lo que dicen que ocurre en los países, por ejemplo, del llamado “Tercer Mundo”, los pobres y corruptos países que siempre se mencionan como ejemplo del mal? A mi entender nada. Creo, además, que estamos peor, porque sencillamente Estados Unidos, aunque con problemas, siempre ha sido prueba y ejemplo de lo contrario. Repito, es hasta cierto punto de vista normal y aceptable que vote un muerto, las personas pueden morir incluso el mismo día de las votaciones, pero cuando los muertos son más que los que utilizó Michael Jackson en su video “Thriller”, la idea debería ser preocupante.

Hubo un SUPER FRAUDE y esperemos, a lo mejor dentro de 20 años, 50 años, 100 años nos enteraremos. Si los demócratas fueran honestos, ya con la victoria, deberían explicar cómo lo hicieron y así todos aprenderíamos.

Ahora, los increíblemente asustados demócratas, a pesar de la victoria obtenida y la colocación de Biden como presidente, están culpando al “malvado” ya no de prepotente, loco, payaso, sino de terrorista, con mayúscula, como ya dije anteriormente y de personalmente estimular a la sedición, el ataque violento al Capitolio Nacional y a la agresión a los senadores y congresistas, con la debida afectación a los que los demócratas, que para mí, a pesar de todas las explicaciones que he leído y escuchado, se HAN ROBADO LAS ELECCIONES, se le ha infringido a la democracia norteamericana. A mí me parece una burla.

Yo no entiendo mucho la política. ¿Tiene ella que ver con el compromiso? Entonces el vicepresidente Pence tenía que haber pedido la baja y renunciar antes de dar el paso que dio. No entiendo mucho la política. ¿Tiene que ver con la honestidad? Entonces los congresistas, las jueces, deberían haber pedido la baja y renunciar antes de hacerse los ciegos y los sordos.

No entiendo mucho de política, pero me llama la atención que los que nunca se manifestaron en contra de las semanas y semanas de destrucción, de vandalismo, de robo, de agresión personal y a negocios privados ocurridos en muchas ciudades del país, semanas y semanas de agresión a las fuerzas del orden, muchas veces limitada a actuar, donde incluso ni el mismísimo candidato demócrata Biden y su segunda Harris se manifestaron en contra o sancionaron los hechos, hoy se sienten dolidos porque un grupo de personas rompieron tres o cuatro ventanas del Capitolio y entraron por la fuerza. Los mismos que callaron o trataron de minimizar aquella barbarie que nada tuvo que ver con manifestaciones pacíficas y de reclamos de derechos civiles, hoy repiten y repiten las imágenes de la manifestación del 6 de enero y repiten y repiten que ahora, esos que se congregaron para decir, quizás gritar que les habían robado las elecciones, son terroristas y que tienen frente a ellos al “capitán terrorista” Trump. Por favor.

No sé mucho de política, pero las elecciones fueron ROBADAS. Los demócratas, que repito, no creo que sean comunistas, si son unos LADRONES.

Les dejo una foto linda del que, a pesar de todo, de todos sus errores, de todos sus desaciertos, ha sido llamado patriota y es sencillo, frente a los demócratas y sus maniobras, muchas de ellas, aún no públicas, pero seguro agendadas, frente a la censura, frente a la presencia o injerencia extranjera, Trump, algún día se le reconocerá, defendió a los norteamericanos. 

Dicen que una imagen vale por mil palabras, entonces les dejo también una fotico de una demócrata cuando se enteró que su candidato Biden había ganado. Su cara dice que ni ellos mismos se lo creen.