lunes, 11 de enero de 2021

Trump, algún día se le reconocerá, defendió a los norteamericanos.

Estuve de vacaciones y como vacacionista me dediqué a cualquier cosa menos al estudio y el trabajo. No miré una computadora, ni mi celular. Entonces me desconecté de mi macro realidad y me concentré sólo en la micro vida, o sea, comer, pasear, fiestar, compartir con mi familia y amigos texanos. Pero como todo lo bueno dura poco, las vacaciones, al no ser yo millonario, se acabaron y he tenido que regresar a la realidad.

Entonces encuentro que finalmente Biden, el candidato por el partido demócrata en estas elecciones pasadas fue proclamado oficialmente presidente y con esto terminan los 4 años de su opuesto, el republicano Donald Trump, que muchos suponían, incluyéndome, que podría continuar por otro período más.

En esta carrera política ganaron los demócratas, cosa que no es nueva, al ser los partidos, demócrata y republicano, los dos partidos políticos más importantes de Estados Unidos, desde hace siglos se turnan en el poder, republicanos-demócratas, demócratas-republicanos. En realidad, por muchos años, ambos grupos tenían la misma base, defendía los mismos objetivos, representaban los intereses de una parte importante del país y a penas se diferenciaban en algunas ideas, algunos métodos, etc.

Sin embargo, para estas elecciones muchas cosas cambiaron, a no ser por lo de catastróficas y problemáticas, estuvieron entretenidas. Lo primero que habría que decir es que ellas dejaron de ser elecciones a partir de programas para futuros gobiernos y se convirtieron en una guerra, por muy difícil que parezca, entre una parte de los republicanos sumados a los demócratas, contra una figura, una persona. La guerra política dejó de ser política para convertirse en una guerra personal, públicamente ofensiva contra el presidente actual, ahora candidato de una parte, si sólo una parte del partido por el cual llegó a la Casa Blanca y el partido clásico opositor. Un hombre que, no proveniente de la política tradicional, no visitante de los salones y festines donde se cuadran las decisiones, se quitan y ponen personas, se promueven leyes, etc., no traía los compromisos históricos que todos sabemos existen, se crean y desarrollan para llegar, vivir y sobrevivir dentro de la llamada “democracia” en este caso la norteamericana.

Espero que Trump, el objeto de todas las críticas justas e injustas durante estos cuatro últimos años, pueda irse a descansar en paz, sabiendo que su economía no depende del cargo de presidente de los Estados Unidos y menos de un salario como trabajador de la política. Espero, que, a pesar de no poder continuar, esté tranquilo. Hay muchos millones de personas, que, a pesar de la super y mega propaganda en su contra, confían en que hizo lo mejor posible. A pesar de que los ganadores y sus seguidores, no reconocen nada, absolutamente nada favorable en cuatro años de presidencia, es justo decir, más allá de que guste o no la persona, que Trump movió al país, elevó ese sentimiento, que no es su invento, pero si su mejor proyecto de “America first” y si se revisa con calma y desprejuiciadamente, se podrán descubrir logros.

Se sabe que la historia la escriben los vencedores, y se sabe que, para ello, inventan sus mejores mentiras, de esta forma la historia queda para futuro bien cuadrada. Descubro entonces una enorme cantidad de escritos, opiniones y periodismo televisivo, vencedor y más que eso, burlonamente vencedor, que ya no encuentran más nada malo que decir del presidente. Creo que de lo único que no se le ha acusado, al menos no lo he leído, es de homosexualidad, todo lo demás, las peores caracterizaciones, de incluso muchos que hasta ahora estaban en silencio, se pueden encontrar. Trump, lo que faltaba ahora mismo está señalado como terrorista doméstico, o sea, una persona que estimula y organiza, más promueve la destrucción de todo un país. Esto, imagino que al mismísimo Trump y a la mayoría de sus allegados, les debe dar risas, por lo grosero de la idea.

Otra de las cosas que se han evidenciado en el paso de estos cuatro años es la existencia de más de 10 canales de televisión y plataformas de comunicación sociales, que no sólo han publicado toda una serie de mentiras, agrandando los posibles errores, maniobrando o manipulando los números, sino que se han dedicado a censurar abierta y públicamente no sólo al protagonista, sino a todos aquellos que, por un lado, lo defiende y por otro tratan de evidenciar el manejo de los demócratas. Trump en muchas ocasiones ha sido no sólo censurado, sino sacado del aire, prohibido a publicar informaciones o ideas, etc., cosa que, según expertos, es la primera vez que se ve, al menos de esa forma, en la historia de la Unión. Durante muchos días, las ideas que no convienen que se digan, pues son prohibidas de publicar. ¿Qué hay de la libertad de pensamiento y expresión de la que tanto se alardea en la Unión como ejemplo para el resto del mundo?

Los detractores de Trump, convertidos en francos y públicos enemigos, al menos deberán reconocer que al final de estos días se ha portado bien. Ha dado todos los pasos legales que la constitución y las leyes le permiten, no ha violentado nada y por el contrario ha dado muestras de paciencia y de orden. Ha luchado, pero sin histeria, he reconocido incluso que tiene que ceder y ha llamado a sus seguidores a la calma, a la tranquilidad, a la paz, tratando de poner por encima de intereses personales, los intereses del país.

A lo mejor, de haber sido tan prepotente, loco, antidemocrático, anti ley, payaso, ahora terrorista, etc., como se han cansado de llamarlo y caracterizarlo, bien podría haberse defecado en la madre de todos los que lo han mortificado, bloqueado, jodido, durante estos años de trabajo, incluyendo a muchos republicanos a los que ayudó a promover y a su propio vicepresidente, al final una pequeñita acción de recordarles la madre a algunos, que no poco se lo merecen, no pasaría de ser otra acción de las “políticamente no correctas” de las que tanto se le ha acusado. A lo mejor, yo, un poco más joven, un poco menos político lo hubiera hecho, a lo mejor él, en un círculo cerrado de personas también lo hizo.

Es cierto, a pesar de que yo aposté porque existían miles de pruebas, de irregularidades, errores, maniobras, etc., parece que a nadie en el gobierno le interesó demostrar el fraude. Quizás existan muchos compromisos, quizás Trump es tan malo que era mejor quitarlo de una vez, aunque se tenga que afectar un poquito la imagen del país y de sus elecciones. Quizás las cortes estatales, la corte suprema, los senadores, los congresistas prefieran seguir por el camino llamado “políticamente correcto”, que incluye dentro de él la hipocresía y las maniobras sucias.

No obstante, para mí, que no lo puedo probar desde mi casa, existió no un fraude, sino un MEGA FRAUDE a todos los niveles, sobre todo en esos estados conocidos donde se trató de reclamar. Si hubo un ENORME FRAUDE, ahora sólo reconocido como irregularidades que siempre pasan. No creo necesario enumerar de nuevo lo que se planteó en cada estado, pero si lo de los muertos que votaron, los que votaron tres y cuatro veces, los menores de edad recibiendo boletas para votar, la no solicitud de identificaciones para votar, el manejo de las boletas, la introducción de boletas desde afuera, los manejos de las máquinas diseñadas para contar y utilizadas, parece por casualidad, en los estados comprometidos, etc., etc., etc., no es evidencia de un fraude, no existen los fraudes nunca. ¿Qué diferencia tiene lo ocurrido aquí con lo que dicen que ocurre en los países, por ejemplo, del llamado “Tercer Mundo”, los pobres y corruptos países que siempre se mencionan como ejemplo del mal? A mi entender nada. Creo, además, que estamos peor, porque sencillamente Estados Unidos, aunque con problemas, siempre ha sido prueba y ejemplo de lo contrario. Repito, es hasta cierto punto de vista normal y aceptable que vote un muerto, las personas pueden morir incluso el mismo día de las votaciones, pero cuando los muertos son más que los que utilizó Michael Jackson en su video “Thriller”, la idea debería ser preocupante.

Hubo un SUPER FRAUDE y esperemos, a lo mejor dentro de 20 años, 50 años, 100 años nos enteraremos. Si los demócratas fueran honestos, ya con la victoria, deberían explicar cómo lo hicieron y así todos aprenderíamos.

Ahora, los increíblemente asustados demócratas, a pesar de la victoria obtenida y la colocación de Biden como presidente, están culpando al “malvado” ya no de prepotente, loco, payaso, sino de terrorista, con mayúscula, como ya dije anteriormente y de personalmente estimular a la sedición, el ataque violento al Capitolio Nacional y a la agresión a los senadores y congresistas, con la debida afectación a los que los demócratas, que para mí, a pesar de todas las explicaciones que he leído y escuchado, se HAN ROBADO LAS ELECCIONES, se le ha infringido a la democracia norteamericana. A mí me parece una burla.

Yo no entiendo mucho la política. ¿Tiene ella que ver con el compromiso? Entonces el vicepresidente Pence tenía que haber pedido la baja y renunciar antes de dar el paso que dio. No entiendo mucho la política. ¿Tiene que ver con la honestidad? Entonces los congresistas, las jueces, deberían haber pedido la baja y renunciar antes de hacerse los ciegos y los sordos.

No entiendo mucho de política, pero me llama la atención que los que nunca se manifestaron en contra de las semanas y semanas de destrucción, de vandalismo, de robo, de agresión personal y a negocios privados ocurridos en muchas ciudades del país, semanas y semanas de agresión a las fuerzas del orden, muchas veces limitada a actuar, donde incluso ni el mismísimo candidato demócrata Biden y su segunda Harris se manifestaron en contra o sancionaron los hechos, hoy se sienten dolidos porque un grupo de personas rompieron tres o cuatro ventanas del Capitolio y entraron por la fuerza. Los mismos que callaron o trataron de minimizar aquella barbarie que nada tuvo que ver con manifestaciones pacíficas y de reclamos de derechos civiles, hoy repiten y repiten las imágenes de la manifestación del 6 de enero y repiten y repiten que ahora, esos que se congregaron para decir, quizás gritar que les habían robado las elecciones, son terroristas y que tienen frente a ellos al “capitán terrorista” Trump. Por favor.

No sé mucho de política, pero las elecciones fueron ROBADAS. Los demócratas, que repito, no creo que sean comunistas, si son unos LADRONES.

Les dejo una foto linda del que, a pesar de todo, de todos sus errores, de todos sus desaciertos, ha sido llamado patriota y es sencillo, frente a los demócratas y sus maniobras, muchas de ellas, aún no públicas, pero seguro agendadas, frente a la censura, frente a la presencia o injerencia extranjera, Trump, algún día se le reconocerá, defendió a los norteamericanos. 

Dicen que una imagen vale por mil palabras, entonces les dejo también una fotico de una demócrata cuando se enteró que su candidato Biden había ganado. Su cara dice que ni ellos mismos se lo creen.



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