Conozco que algunos de mis
amigos lectores son un poco sensibles, por lo que quisiera aclarar que, con lo
que voy a escribir no estoy evaluando, censurando y mucho menos
comparando a nadie. Solo voy a hacer el
cuento de lo que veo todos los días. Claro que como este cuento es mío y
estamos en “América” no tengo que pedir mucho permiso para hacerlo. Si quieren
otro cuento, tendrán que buscar otro escritor. JAJAJAJAJAJA
Hoy que voy a escribir sobre
las culturas, costumbres, tradiciones y formas de vida, me viene a la memoria
que todavía trabajando en el Museo de la Ciudad, planificábamos las actividades
para celebrar el V Centenario de la llegada de los “cabrones” primeros
españoles a América. El mundo entero hablaba del “Descubrimiento del Nuevo
Mundo”, mientras que en Cuba y creo que algún otro país en Latinoamérica se
peleaba porque fuera reconocido el hecho como el “encuentro entre dos culturas”. ¿Encuentro? Ya
saben, tremendo desgaste. Un mismo evento, dos grandes filosofías detrás de los
nombramientos. Cuba como siempre igual que el curro con aquello de, "si muero en
Madrid que me entierren en …"
El tema de las semejanzas y diferencias entre los seres humanos, las culturas, la idiosincrasia, las tradiciones es muy
basto. Tanto que es difícil dar una definición exacta. No pensar que yo aquí
pretendo agotarlo. Ni que estuviera loco. Lo cierto es que trabajo en
Tanglewood, uno de los residenciales de Richdale Apartment Group y eso me
permite todos los días chocar con este asunto. Todo el santo día.
Las personas en mi residencial
son muy diferentes unas de otras. Me parece que priman los jóvenes, aunque lo
de las edades es muy variado; tenemos una cliente fuerte como un roble, que vive
sola y tiene 94 años. Más diverso aún es el tema de los orígenes, entonces
tenemos norteamericanos blancos por supuesto y afroamericanos, invento para
llamar a los negros nacidos en USA, latinos, denominación para meter a todos
los que nacieron debajo del Río Bravo incluyendo a las Islas del Caribe, unos
pocos europeos, verdaderos africanos de África, árabes y asiáticos, estos últimos
divididos en chinos, vietnamitas, algún que otro japonés y otros, grupo donde
se meten a todos los humanos con ojos rasgados y un poquito más de un metro de
estatura. Toda esta diversidad de orígenes genera una enorme diferencia en las
formas físicas, las vestimentas, la manera de hablar el inglés, de comer, en
fin de vivir.
Como la mayor parte de mi
trabajo es arreglar cosas dentro de los apartamentos, tengo la autoridad y las
llaves para poder entrar cuando los residentes no están y es ahí de donde
proviene mi experiencia.
Para comenzar, en muchos
apartamentos es difícil abrir la puerta porque el reguero comienza justo detrás
de ella; hay lugares donde parece haber pasado una guerra o un enorme tornado. Todo está tirado en el piso, exactamente todo, ropas interiores y exteriores,
papeles, zapatos, restos de comida, latas y pomos de todos los líquidos
inventados, equipos electrodomésticos, tal como si en vez de una vivienda
estuviera presenciando uno de esos basureros que se ven con frecuencia en las
películas.
A veces existe un pequeño
trillo para caminar desde la puerta de entrada hacia la cocina y hacia el
cuarto, todo lo demás está cubierto de las propiedades limpias y/o sucias del
residente.
Al principio pasaba mucho
trabajo, pues trataba de entrar y moverme sin pisar un ajustador o una media, un
pantalón, etc. Hoy, como a todo se acostumbra uno, entro con lo que traiga
conmigo y le paso por encima a lo que me encuentre. A veces, los trillos entre
cajones, muebles y ropa, son tan estrechos que de frente con algo en la mano no se puede pasar.
Aunque pueda parecer mentira, es real. Es sencillamente para mi gusto, una locura.
Tengo muchas fotos de estos
apartamentos tomadas clandestinamente para enseñárselas a los míos, no las
puedo poner aquí porque son clandestinas y nadie sabe a dónde puedan llegar una
vez publicadas. Esperaré y ustedes conmigo, a hacerme famoso, quizás después
pueda montar una exposición en alguna galería de arte, de seguro será todo un
éxito. Tengo que conservar mi trabajo y como saben, aquí te cancelan a las
menos cuarto.
Martica se queda horrorizada
al ver cómo viven algunas personas y piensa en todo lo que le hemos exigido a nuestros hijos. Tengo aquí una amiga que, siempre riendo,
nos dice que los latinos tenemos un gran problema con la limpieza y la
organización. Puede ser cierto, los apartamentos donde viven latinoamericanos generalmente se mantiene todo recogido.
Caso particular el de los
chinos, además del reguero, desde que entras a un apartamento de chinos, el
olor impregnado en los muebles, paredes y alfombra, los delata. Ellos echan a
la comida cuanta salsa y polvo se ha inventado, pero además pueden comer y
perfectamente dejar lo que sobró de la comida en los platos sobre la mesa de un
día para otro o para otro más. Lo del olor diferente llega a convertirse en tremenda peste.
Las cocinas de los chinos
son todas iguales, pomos y más pomos por dondequiera, cazuelas y sartenes
usados con restos de comida o salsas y los fregaderos llenos hasta el techo de
cosas por fregar. Muchos de ellos fuman como locos, por lo que a todo lo
anterior hay que agregar el olor a cigarros chinos, que no sé con qué los fabrican,
pero su olor y sabor es muy diferente a lo que al menos yo conozco.
Es llamativo, porque los
asiáticos, también los árabes, siempre se quitan los zapatos para entrar a los
apartamentos, entonces desde que te paras frente a la puerta, comienzas a ver
todos los zapatos que poseen, lo que se extiende detrás de la puerta y por todo
el apartamento, complicándonos la vida a los que entramos a trabajar y
pretendemos salir ilesos.
Los problemas más frecuentes en mi residencial son, las tasas de
baños y fregaderos tupidos. Tema cultural. No existe un día que no aparezcan estas órdenes de
trabajo. Al principio yo me preguntaba
¿qué comen estas personas?, por aquello de "como come el mulo así ...", porque
conozco que las tasas de baño se tupen en cualquier lugar e incluso cualquier
sistema político, pero no tanto.
Con el tiempo descubrí, cosa que he corroborado con Jill
y Joaquín, que muchas personas no tienen costumbre de utilizar el cesto para el
baño. ¿Será antihigiénico? Entonces todo lo que usan lo echan por la tasa para
abajo, quizás confiando en la suavidad del papel sanitario, los modernos
diseños, la costumbre de letrinas rurales, etc. Esto me hace
pensar en Cuba y la clásica limpiada con el periódico Granma. Ni las más modernas tasas están preparadas
para eso. Me rio de vez en cuando, pues recuerdo a mi padre protestando porque
nosotros, tres hijos varones de buen comer, con mucha frecuencia tupíamos la
tasa del baño. Si él trabajara en uno de estos residenciales, ya hubiese pedido
la baja.
Otro tema es el de los fregaderos. En mi residencial son dobles y en una
de las partes tienen un “garbage disposal”, que en español es más o menos algo
así como máquina o equipo para moler o triturar los desechos. Y es esto
precisamente lo que complica el asunto.
¿Qué hacemos nosotros en el nuestro? Primero tiramos
a la basura lo que nos sobró de la comida, que aseguro que no es mucho porque no hemos dejado de ser cubanos, enjuagamos lo utilizado y luego lo fregamos. Claro, como dice mi amiga, somos latinos. Siempre se va
algo para el fregadero, granos de arroz,
un poco de salsa, algún que otro frijol y eso es lo que trituramos.
¿Qué hacen los de mi residencial? Todo lo tiran por
el fregadero. Toneladas de comida cruda, incluyendo pedazos de carne o la mitad de una cazuela de
espaguetis que no llegaron a preparar; todo lo que sobró, independientemente de
la cantidad o tipo, pero además todo lo que hay que desaparecer como pedazos de
plástico o vidrios de un vaso o tasa que se rompió, pedazos de cables, etc.
Alguien dijo que el aparato sirve para triturar,
entonces no compran ni jabas, ni cestos para la cocina. Todo va por el
triturador, hasta que obviamente todo ese sistema moderno bien diseñado colapsa
y el agua negra y podrida de la tupición pasa a veces de un apartamento a otro.
Las tupiciones son tan grandes que después de trabajar
horas y probar todos los métodos a nuestro alcance, no hemos podido resolver y
terminamos llamando a una compañía especializada que posee aparatos más grandes
y obviamente más experiencia en las tupiciones. ¡Qué fenómeno!!!!!!!!!!!
A veces los problemas son en los refrigeradores. Se congelan
y comienzan a meter el agua para adentro. Normal, eso pasa también en cualquier
lugar y sistema político. ¿qué hacía mi suegra Marta como símbolo de la mujer cubana?,
lo desconectaba de la corriente, abría la puerta y le ponía al frente un
ventilador sobre una banqueta, esperaba que se descongelara, lo limpiaba y le
dejaba adentro un platico con un pedazo de carbón para recoger los olores, lo
conectaba a la corriente nuevamente y san se acabó.
Aquí de forma urgente llaman a mantenimiento. Entonces eso me permite
ver lo que compran y comen, como si estuviera haciendo una investigación de mercado.
Como ya les dije, la mayor parte de los residentes son jóvenes norteamericanos,
por lo que los productos estrellas son las pizzas congeladas y las bebidas, no
alcohólicas en menor escala y en grandes cantidades las alcohólicas, sobretodo cervezas. Cuando la residente es una muchacha joven aparece algún que otro heladito y
paqueticos de vegetales congelados. Los chinos siguen siendo los líderes en el
tema comida, aunque no puedo definir lo que comen porque todos los pomos,
paquetes, incluyendo las cervezas, están en chino. En los refrigeradores de las
personas mayores pasa lo contrario. Quizás por la intención de prever, no cabe ni
un chícharo más dentro del congelador, comida y más comida. Esto hace complicado mi trabajo porque
luego de descongelar el aparato tengo que meter todo lo que saqué de él y la
mayor parte de las veces, nunca cabe todo de la primera vez. Gran alivio cuando
la residente, luego de verme meter y meter paquetes, me dice sonriendo que no
me preocupe que ella lo organiza nuevamente. JAJAJAJA. Las mujeres tienen un sexto sentido para organizar congeladores.
Llamativo en los árabes, africanos y los chinos, es
la temperatura que ponen en sus calefacciones. Algunas veces nos llaman porque
la calefacción no funciona bien y después de salir casi corriendo, cuando llego al apartamento y abro la puerta
siento una bola de candela que me viene para arriba, voy al control y tienen 84º
Fahrenheit. Es como para cocinarse y lo asombroso es que lo quieren aún más
alto.
Tema similitudes y diferencias. Nada, debería yo pagarle a la empresa por permitirme
este curso divertido, a través del cual todavía estoy aprendiendo.
En realidad, a veces no
tan divertido. JAJAJAJAJAJA
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