La idea de
escribir un poquito sobre los chinos, parte de que desde hace dos días me estoy
leyendo un libro escrito por una periodista china, que me ha llamado
enormemente la atención, del cual luego les contaré.
A veces
resulta difícil entender a un gobierno, a un país, a una población, etc. Las
diferencias y variantes son tantas, que imposibilita o al menos me imposibilita, dar una definición abarcadora y concluyente. Y como tengo la comida segura, me
provoca miles de preguntas y reflexiones.
China es un
país rico o pobre?
Parece ser
que es ambas cosas a la misma vez. Deben existir polos y grupos de personas que
han alcanzado altos niveles económicos, sólo polos y grupos, mientras que la
otra parte, la gran mayoría vive aún sumida en el más terrible atraso y
pobreza. Terrible, a nivel de un feudalismo brutal, con aldeas, no pueblos y
ciudades, sino aldeas incluidas.
Lincoln,
como muchos otros lugares, se está llenando de chinos. Esto lo puedo asegurar,
porque a diario observo en el residencial donde trabajo, el crecimiento sostenido
de la población china. A veces entro en la oficina y mi manager está reunida
con 12 chinos, uno de ellos viene como traductor, lo que permitiría formar por
ejemplo un equipo de voleibol.
Todos son
jóvenes que tienen entre 19 y 24 años. Todos son estudiantes. Todos pesan más o menos de 100 a 110 libras. Son tan parecidos entre ellos que podrían pasar como
primos. A veces estoy caminando y me
cruzo con uno de ellos y me digo, a este ya lo saludé hace unos minutos, unos
metros detrás y resulta ser que no es la misma persona.
Es típico en
el movimiento histórico de los chinos. Primero viene uno, cosa que parece
inofensiva y luego ese trae al otro. Como son pequeños y tranquilos no llaman mucho la atención, diferente por ejemplo a los cubanos que hacemos evidente
nuestra presencia, no siempre por buenas actuaciones. Cierras los ojos y cuando
los abres tienes miles de chinos a tu alrededor. Imagino que muchas personas se
levantarán un día y se preguntarán, pero bueno, cuándo vinieron.
Podría
arriesgarme a definir a estos chinitos míos, sin la intensión de definir nada.
Descubro en ellos como mínimo cuatro características comunes que los distinguen.
1.- Son
chinos
2.- Son
agradables, tranquilos y bondadosos. Siempre saludan. A diferencia de otros
residentes, incluyendo a los norteamericanos, siempre que vas a un apartamento
de chinos a trabajar, ellos te ofrecen algo. A veces una botella de agua
caliente, un refresco, o un chocolate, lo que evidencia una fuerte tradición o
costumbre. El momento siempre me recuerda a Cuba y la costumbre de brindar como
mínimo un café al visitante, obviamente durante todos aquellos años en que los
cubanos teníamos café para brindar.
3.- Todos,
muchachos y muchachas, viven como animales, para mi concepto. Son famosos aquí
los apartamentos de los chinos. Comidas crudas y cocinadas por donde quiera. Todos
los zapatos, a veces 20 pares, tirados unos sobre otros, exactamente detrás de
la puerta de entrada. Todas las pertenencias, incluyendo equipos electrónicos
regados y tirados, tal como si en los apartamentos existieran tornados
permanentes y un olor único e inconfundible a partir del reguero y lo que comen
o no comen y dejan tirado. Olor que cuesta trabajo quitar incluso cuando ya los
chinos no están y hay que preparar el apartamento para otro cliente.
4.- Los
carros que usan. Los chinitos, recuerdo que me refiero a los que veo todos los
días, no utilizan autos norteamericanos y menos usados, sólo compran autos
europeos de la alta gama del automovilismo, AUDI, BMW, Porche. Autos cuyos
precios están siempre por encima de los 45 dólares.
Quienes son
sus papás?
Los padres
de estos chinitos, viviendo en China, están pagando renta en un residencial en
Lincoln que no es de los más caros, pero tampoco es regalado, comidas chinas y
americanas, ropas, nada más y nada menos que carreras universitarias, cervezas
e imagino que hasta condones y además pagan 40, 50, 60 mil dólares americanos
al contado para comprar carros para que sus hijos se trasladen a la Universidad.
La semana
pasada nos movíamos en compañero mío y yo en nuestro carro de golf y pasamos
por el lado de uno de estos chinitos que estaba pasando tremendo trabajo para
ponerle la chapa o placa al carro que acababa de comprar. 0 millas.
Nos
detuvimos y le ofrecimos ayuda y por supuesto hablamos de su auto, era
imposible dejar de hablar del auto, porque más que eso, es una nave casi que extraterrestre.
Un SUV Porche nuevo de paquete por el cual había pagado 65 000 dólares, más 7 000
dólares por el impuesto y la chapa. 72 000 dólares para ir a la escuela.
Esto puede
parecer una locura, pero no lo es. Es algo más complejo.
Como les
conté hace dos días leo un libro sobre la China de hoy. Buscando y buscando
para leer, tropiezo con un libro, Nacer mujer en China, escrito por una
prestigiosa periodista de ese país. El título me llamó la atención y como nunca
antes había leído un libro de un autor chino más allá de Mao Tse Tung y algunos
documentos del Partido Comunista Chino, me dispuse a leerlo.
El libro es
el resultado de una, al parecer, seria y profunda investigación y escoge dentro
de decenas de mujeres, la historia de 15 mujeres chinas, mujeres reales. Trata
entonces sobre la humillación, la explotación, la compra y venta de muchachas e
incluso de torturas físicas que sufren muchas mujeres en China, especialmente
las adolescentes y jóvenes.
Esto no
está del todo mal. A lo mejor la mujer fue inventada para ser torturada.
JAJAJA. Lo llamativo del asunto es que todo esto ocurre bajo el conocimiento de
familias y las autoridades civiles y militares de ese, hoy, famoso país. Sobre
todo ocurre en las aldeas, donde parece que las mujeres son abusadas,
incluyendo sexualmente por sus padres, vendidas con 12, 14 años a viejos "babosos" con
algún dinero y sólo sobre esto se obtiene como respuesta, la callada. Las
familias tienen miedo, las autoridades también. Los jefes de las aldeas son los
dueños absolutos.
Me torturo
leyendo este libro, pues como saben, tengo una hija y una nieta hembras. A
Martica ya no hay quien la torture, ha aprendido demasiado y mucho menos
aparece quien quiera comprarla. JAJAJA. Me torturo porque esto que leo no es
sobre la China del Siglo XV, sino la China de ayer martes y de hoy. Me “encojona”
tanta hipocresía de muchas personas y gobiernos que ahora nos quieren hacer ver
a los chinos como fantásticos.
En qué
creer entonces? En la China desarrollada, que tiene dinero para comprar al
resto del mundo incluyendo a mega compañías norteamericanas o en la China
salvaje que todavía hoy en el Siglo XXI, compra, vende y aún más, tortura a sus
jóvenes mujeres.
Es el
experimento chino un gobierno con dos economías diferentes o una economía con
un desgobierno? En qué tiempo aquel pueblo pobre, uniformado, que consideraba a
Mao no un líder, sino un Dios, se ha convertido en multimillonario lo que le
permite a algunos pagar astronómicas sumas de dinero por un auto? En quién
creer, en el gobierno que fabrica cualquier cosa que le lleven o en la
cruda realidad de millones de personas ganando un salario de muerte en esas mismas
fábricas, que aún viven en condiciones de extrema pobreza?
Deberá ser
que algunos miembros del poliburó, la policía secreta, el ejército, los
ministerios, etc, tal como pasó en la
desaparecida URSS, durante todos estos años de socialismo, y gracias a la
intocabilidad que este sistema genera para sus “cuadros”, se apoderaron de
contactos, mecanismos y cuentas bancarias que clavaron en el exterior secretamente
mientras hipócritamente defendían al pueblo. Estoy casi seguro. El dinero no se
da en los árboles, ni siquiera aquí en USA.
Pasará
igual en Cuba? Los políticos y militares que queden, pasaran a millonarios? Se
los dejo de tarea a mis queridos lectores