Aclaración
necesaria.
Para mis
fieles lectores, religiosos o no, incluso para los más inocentes, quiero
aclarar que este artículo que a continuación podrán leer, nada tiene que ver
con la visita del Santo Padre a Cuba, pues estoy tratando de escribirlo y publicarlo
desde hace varias semanas.
Me llamó la
atención algo que leí sobre su historia y quiero compartirlo. Nada más.
La visita
del Papa a Cuba, es una más, de las tantas que el gobierno cubano ha recibido
durante estos últimos 50 años. No estoy informado bien sobre el asunto, pero no
creo que tenga mayores consecuencias.
Como
siempre las plazas se llenarán de personas. Para los militantes del PCC y de la
UJC movilizados, será una actividad ideológica más. Para los simples
trabajadores será un día libre, sin trabajo. Para los creyentes, pues resultará
lo mismo que para mí cuando, recién llegado a Estados Unidos, mi hermano Igor
me llevó a un concierto de Journey grupo de música que escucho ininterrumpidamente
desde los años 80. Para los que no son ni militantes, ni trabajadores, ni fanáticos
a Journey, pues será en medio de septiembre un día de carnavales, bueno para
reunirse con los amigos, tomar ron, mirar a las muchachas, etc., a ellos
les da lo mismo un entierro que un bautizo.
Ahora
recuerdo que, por cuestiones de trabajo, llegué a Santiago de Cuba un día después
de la visita del Papa Juan Pablo II en el año 1998. Pedí que me llevaran a la
Catedral de la Ciudad, pues quería buscar al valiente Pedro Maurice, Obispo de
Santiago en aquel momento, para felicitarlo por sus palabras de bienvenida,
pronunciadas frente a las cámaras de la TV cubana, las que no tuvieron como suprimirlas
de la transmisión. Aquel discurso donde el Obispo, presentándole el pueblo de
Cuba al Papa, entre otras cosas dijo:
“Le
presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria
con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las
últimas décadas, y la cultura con una ideología. Son cubanos que al rechazar
todo de una vez, sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí y
sobrevaloran todo lo extranjero. Algunos consideran esta como una de las causas
más profundas del exilio interno y externo. Santo Padre, durante años este
pueblo ha defendido la soberanía de sus fronteras geográficas con verdadera
dignidad, pero hemos olvidado un tanto que esa independencia debe brotar de una
soberanía de la persona humana que sostiene desde abajo todo proyecto como
nación”
Al Obispo no lo pude ver, mi coterráneo estaba muy ocupado,
pero si pedí que me pasearan por el lugar donde se había realizado la actividad
y para mi asombro descubrí que en la avenida paralela a la plaza donde se habían
reunido, el gobierno de la ciudad había montado quioscos de color rojo, donde,
mientras el Papa y el Obispo daban sus discursos, se vendía ron, cerveza y pan
con lechón, lo que recordaba a unos carnavales en pleno mes de enero.
Entonces de aquella histórica visita, donde Juan Pablo II
pidió que el mundo se abriera a Cuba y Cuba se abriera al mundo, el gobierno cubano,
o sea, Fidel, según cuentan para complacer una petición del Papa, designó el día
25 de diciembre como feriado, lo que es una gran cosa si tenemos en cuenta los
pocos días feriados que siempre tuvimos. Imagino que ahora, el gobierno cubano,
o sea, Raúl, imitando a su hermano, también para congraciarse con el nuevo
Papa, y dejando constancia de los cambios que está haciendo, orientará que le
rebajen el precio a los arbolitos de navidad que se venden en las “shopping”. JAJAJA
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Los que me
conocen saben que no soy un tipo religioso, cosa que para nada resulta meritorio.
Sin embargo, a mis 52 años, me descubro con algunas características que me
permitirían ser un “buen hermano” en cualquiera de las religiones existentes. Sobre
todo, lo de escuchar confesiones de hermanas pecadoras me vendría muy bien.
JAJAJA
He tenido,
como casi todo el mundo, miles de problemas en mi vida y hasta ahora los he
podido ir resolviendo sin la intervención de fuerzas extraterrenales, lo que no
hace que cierre absolutamente la puerta a la fe religiosa, pues estoy ya un
poco viejo para decir “de esa agua nunca beberé”. Digamos que, si Dios se me
aparece una madrugada y me dice el número exacto de la Lotería, después de
cobrarla, podría pensar en ingresar de lleno en este asunto. Creo que después
de ganarse la Lotería, hasta Dios mismo se metería a creyente. JAJAJA
He conocido
a muchas personas, muchas de ellas practicantes de diferentes religiones. Personas
buenas, solidarias, trabajadoras, religiosas, pero no fanáticas, por lo que mi
pensamiento con relación a este tema ha evolucionado mucho. Más allá de la
discusión filosófica si Dios creo al mundo o no, creo que no es que existan
buenos o malos religiosos, sino que sencillamente existen buenos y malos seres
humanos, o al menos personas que actúan o tratan de actuar generalmente bien y
otras que lo hacen mal.
Parece ser
que las personas necesitamos una fortaleza espiritual además de un cuerpo físicamente
sano, entonces nos refugiamos en nuestros propios inventos o en caminos y
soluciones propias de nuestra imaginación o aceptación. A veces es más fácil hablarle a Dios, o a un
dios, que a nuestros hijos, parejas, vecinos y amigos. A veces es más fácil
creer en una piedra, en un animal o en una imagen, que romperse la cabeza
pensando, ganarse problemas con un semejante y buscar - encontrar la solución
deseada.
¿Y se
preguntarán, bueno y a qué viene esta muela ahora?
En realidad,
estoy motivado no con la idea de la religión, sino con un hombre. Recibo y leo mensualmente
la National Geographic y en la del mes de agosto viene un artículo sobre Jorge
Mario Bergoglio, el Papa Francisco, del cual reconozco que conocía muy poco.
Como hasta hoy sigo prefiriendo al hombre que a un dios, este tipo que parece
rebelde, poco ortodoxo para su realidad, revolucionario, dispuesto a cambiar
muchas de las cosas que lo rodean, jaranero, sencillo, y quizás medio excéntrico
o loco, me gusta. Por tanto, no voy a evaluar el catolicismo ahora, sería
incapaz. Sólo quiero compartir lo que he leído, que por demás me parece
interesante y cada uno de ustedes, tal como yo, seremos dueños de seguir dónde
estamos o de mirar de forma diferente.
¿Conocen al
Papa Francisco?
Seguro que
sí. El tipo es argentino y … JAJAJA. Un
comercial. Ahora sí los argentinos deben estar más insoportables que nunca,
pues para colmo de bienes, además de Maradona y Messi, los mejores; Mercedes
Sosa, la Voz de América; Fito Páez, el inconfundible; el Che, comandante y
amigo; Gardel, el morocho y la bellísima Mirtha Legrand, etc., el recién
estrenado Papa nació allí. El tipo bebe mate, le gusta el football, imagino que
también el tango y disfruta caminar por las calles de Buenos Aires. Si hasta
ahora los argentinos dicen que miran al cielo y sonríen cuando cae un relámpago
porque Dios los está fotografiando, ahora seguro que para Dios tomarle una
foto, les va a tener que pagar. JAJAJA. Quiero aclarar, para los más jodidos
que yo, que me gustan los argentinos, para nada es un comentario en contra de
ellos. Es sólo …, un comentario.
Toda obra
humana tiene admiradores y detractores. El papado de Francisco no se escapará
de esto, pues el primer Papa no nacido en Europa, está dispuesto, parece, a
cambiar las cosas.
Jorge Mario
antes de meterse a religioso, jesuita, trabajó como técnico en un laboratorio y
como portero en una discoteca, por lo que contactos con lo “mundano” tuvo que
tener, incluyendo, asumo yo, que con algunas novias. Luego su labor religiosa
escogió el lado de los más necesitados, por lo que se le conoce como un
caminador por los barrios y comunidades pobres de su país.
Antes de
ser electo Papa, un día, parado frente a la casa del Presidente de Argentina se
preguntó públicamente, cómo pueden conocer lo que pasa, si se construyen y
viven en casas rodeadas de grandes muros. Incomunicados, digo yo. Ese mismo
pensamiento y pregunta se la hice yo muchas veces a los que me atendían, o sea,
cómo los altos dirigentes en Cuba conocían lo que pasaba en el pueblo, si
vivían en mansiones, a veces mega mansiones, donde por tema de “seguridad”,
todo estaba y debe estar aún, controlado por muros, cámaras, guardias y
compañeros del Partido que los atienden, con uniformes de domésticos incluidos.
¿Seguridad? No creo. A diferencia de esto, el Tío Ho, el más alto líder de su pueblo
durante años, nunca vivió en el Palacio asignado para los presidentes, sino en
una modesta casa cerca de él. Saque
usted sus propias conclusiones.
Fue o es
todavía una dirigencia que para defender al pueblo del que se había adueñado,
comía langosta, tomaban el whisky del enemigo, dormía con aire acondicionado y
con las mejores muchachitas de su entorno, se movían en autos hasta para ir al
baño, más barcos y aviones. El contacto directo con la gente, con ese tan
nombrado proletariado, sólo estaba diseñado para el momento de las cámaras de
TV. Recuerdo aquella ridiculez, frente a las llamadas elecciones del Poder Popular,
de hacer caminar a los parlamentarios por la zona a la que aparentemente
representaban y en la que paradójicamente no vivían. Que locura. Recuerdo que
Fidel era electo por el pueblo del Cobre, pueblecito pequeño al que no visitaba
desde después de bajar de la Sierra Maestra, Pablo Milanés era electo por
Centro Habana y Silvio Rodríguez por San Miguel del Padrón o viceversa y a
Alcídes Sagarra, el súper director técnico del boxeo cubano, lo conocí yo un día
que lo paseaban por las calles de mi Víbora Park.
Francisco, sin
ahora yo querer pintarlo de único, parece diferente. Entre las cosas personales
que ha hecho están, renunciar a vivir en el palacio destinado a los papas
dentro del Vaticano y cambiarse para un modesto apartamento de dos habitaciones;
no utiliza el papa móvil, para como un pez dentro de una pecera moverse de un
lugar a otro. No usa chaleco antibalas pues dice que, si Dios lo puso ahí,
entonces él lo cuidará. Mira la hora en un reloj plástico que lleva en la
muñeca, parecido al mío y se sigue reuniendo con sus antiguos amigos para
hablar de otras cosas que no sea solamente Dios. ¿Football y Minas? JAJAJA
Esto hace
que dentro del Vaticano el tipo tenga seguidores, gente que lo apoya y gente
que no lo quiere ver ni en pintura, o sea, “buenos religiosos” que se lo
empujan porque no les queda más remedio, grupo que parece ser no pequeño, lo
que me hace pensar que Pancho, no la va a tener fácil. Muchos, incluyendo a
cardenales que votaron por él, quieren un nuevo Papa, pero no nuevos cambios.
Para lo que
no estamos allí, el Vaticano y toda su parafernalia, parece ser un todo un
aparataje sólido, estable, monolítico, sin grandes problemas financieros y de
conducta, donde el bien siempre se impone, etc., pues para nada es así.
Entonces Francisco conocedor de las intimidades, muy rápido llegado al poder,
dirigió su actuación y cambios hacia el interior de la institución que preside
y de ahí el grupo de “enemigos” o sorprendidos, que se ha ganado.
Para nada
creo que el tipo sea un santo ya o que todas sus decisiones sean acertadas, y
menos que quiera o pueda cambiar de un plumazo todo lo que está mal dentro del
catolicismo, sin embargo, parece que en su interés de retomar el verdadero
camino de la Iglesia Católica y de poner no los pecados del hombre, sino al
hombre como centro del objetivo, ha comenzado por meter las manos en aquellas
partes o procesos que se han venido deformando para conveniencia de algunos
dentro de la máxima dirección católica, lo mismo que en todos lados, o sea,
corrupción, vicios, derroches, desvío o mala administración de los fondos,
favoritismo, encubrimiento de malas actuaciones como la pedofilia, malas
informaciones, exceso de control sobre el Papa, etc.
Francisco
parece dispuesto a cambiar y ha comenzado por modificar los procesos y a las
personas que históricamente los controlaban. Ha venido poniendo a figuras
nuevas, creo yo que de su confianza. El tipo es Papa, pero no bobo y debe saber
lo que se está jugando.
No creo que
de momento se meta con las doctrinas más antiguas de la fe, pero si irá
cambiando aquellas cosas que están más a su alcance. Frente a la pregunta de qué
le parece el tema de los curas homosexuales, el tipo simplemente respondió: ¿y
quién soy yo para juzgar? Respuesta valiente para su alta responsabilidad en
los llamados asuntos morales, que dejó boquiabiertos a los escuchan que
esperaban una respuesta de esas dé a raja tablas.
Sus amigos
lo reconocen y muchos llaman, el ajedrecista, pues dicen que siempre está
montado en dos o tres jugadas más delante del momento donde se encuentra. Él
mismo dice que nunca confía en su primera idea, porque generalmente es errada, por
lo que está acostumbrado a pensar y repensar cada una de sus palabras y
actuaciones.
Parece ser
una persona que le gusta la comunicación directa, que disfruta y no tiene miedo
de caminar entre la gente más pobre, lo que le ha ganado amigos y admiradores.,
mírenme a mí escribiendo sobre él, y bastantes enemigos dentro de la élite de
los Cardenales y funcionarios del Vaticano. Los primeros porque están
acostumbrados a estar por encima de todo y todos, son los intocables y los
segundos porque funcionarios, al fin y al cabo, mientras más revuelto esté el río,
más ganancia para los pescadores.
¿Durará
muchos años?, ¿Lo mataran?, ¿Tendrá su papado un feliz final y más aciertos que
errores? Ni idea. El mismo ha planteado que no quiere ser Papa hasta que se
muera, porque hay cosas de la vida que quiere disfrutar y parece que añora
regresar a su “Buenos Aires querido”.
Nada, tendremos que esperar. De momento y
hasta el momento por lo poco que conozco, es una persona, no un Papa, sino una
persona a tener en cuenta.