lunes, 21 de septiembre de 2015

¿Conocen al Papa Francisco?

Aclaración necesaria.
Para mis fieles lectores, religiosos o no, incluso para los más inocentes, quiero aclarar que este artículo que a continuación podrán leer, nada tiene que ver con la visita del Santo Padre a Cuba, pues estoy tratando de escribirlo y publicarlo desde hace varias semanas.
Me llamó la atención algo que leí sobre su historia y quiero compartirlo. Nada más.
La visita del Papa a Cuba, es una más, de las tantas que el gobierno cubano ha recibido durante estos últimos 50 años. No estoy informado bien sobre el asunto, pero no creo que tenga mayores consecuencias.
Como siempre las plazas se llenarán de personas. Para los militantes del PCC y de la UJC movilizados, será una actividad ideológica más. Para los simples trabajadores será un día libre, sin trabajo. Para los creyentes, pues resultará lo mismo que para mí cuando, recién llegado a Estados Unidos, mi hermano Igor me llevó a un concierto de Journey grupo de música que escucho ininterrumpidamente desde los años 80. Para los que no son ni militantes, ni trabajadores, ni fanáticos a Journey, pues será en medio de septiembre un día de carnavales, bueno para reunirse con los amigos, tomar ron, mirar a las muchachas, etc., a ellos les da lo mismo un entierro que un bautizo.
Ahora recuerdo que, por cuestiones de trabajo, llegué a Santiago de Cuba un día después de la visita del Papa Juan Pablo II en el año 1998. Pedí que me llevaran a la Catedral de la Ciudad, pues quería buscar al valiente Pedro Maurice, Obispo de Santiago en aquel momento, para felicitarlo por sus palabras de bienvenida, pronunciadas frente a las cámaras de la TV cubana, las que no tuvieron como suprimirlas de la transmisión. Aquel discurso donde el Obispo, presentándole el pueblo de Cuba al Papa, entre otras cosas dijo:
Le presento, además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología. Son cubanos que al rechazar todo de una vez, sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí y sobrevaloran todo lo extranjero. Algunos consideran esta como una de las causas más profundas del exilio interno y externo. Santo Padre, durante años este pueblo ha defendido la soberanía de sus fronteras geográficas con verdadera dignidad, pero hemos olvidado un tanto que esa independencia debe brotar de una soberanía de la persona humana que sostiene desde abajo todo proyecto como nación”
Al Obispo no lo pude ver, mi coterráneo estaba muy ocupado, pero si pedí que me pasearan por el lugar donde se había realizado la actividad y para mi asombro descubrí que en la avenida paralela a la plaza donde se habían reunido, el gobierno de la ciudad había montado quioscos de color rojo, donde, mientras el Papa y el Obispo daban sus discursos, se vendía ron, cerveza y pan con lechón, lo que recordaba a unos carnavales en pleno mes de enero.
Entonces de aquella histórica visita, donde Juan Pablo II pidió que el mundo se abriera a Cuba y Cuba se abriera al mundo, el gobierno cubano, o sea, Fidel, según cuentan para complacer una petición del Papa, designó el día 25 de diciembre como feriado, lo que es una gran cosa si tenemos en cuenta los pocos días feriados que siempre tuvimos. Imagino que ahora, el gobierno cubano, o sea, Raúl, imitando a su hermano, también para congraciarse con el nuevo Papa, y dejando constancia de los cambios que está haciendo, orientará que le rebajen el precio a los arbolitos de navidad que se venden en las “shopping”. JAJAJA
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Los que me conocen saben que no soy un tipo religioso, cosa que para nada resulta meritorio. Sin embargo, a mis 52 años, me descubro con algunas características que me permitirían ser un “buen hermano” en cualquiera de las religiones existentes. Sobre todo, lo de escuchar confesiones de hermanas pecadoras me vendría muy bien. JAJAJA
                                                                                             
He tenido, como casi todo el mundo, miles de problemas en mi vida y hasta ahora los he podido ir resolviendo sin la intervención de fuerzas extraterrenales, lo que no hace que cierre absolutamente la puerta a la fe religiosa, pues estoy ya un poco viejo para decir “de esa agua nunca beberé”. Digamos que, si Dios se me aparece una madrugada y me dice el número exacto de la Lotería, después de cobrarla, podría pensar en ingresar de lleno en este asunto. Creo que después de ganarse la Lotería, hasta Dios mismo se metería a creyente. JAJAJA

He conocido a muchas personas, muchas de ellas practicantes de diferentes religiones. Personas buenas, solidarias, trabajadoras, religiosas, pero no fanáticas, por lo que mi pensamiento con relación a este tema ha evolucionado mucho. Más allá de la discusión filosófica si Dios creo al mundo o no, creo que no es que existan buenos o malos religiosos, sino que sencillamente existen buenos y malos seres humanos, o al menos personas que actúan o tratan de actuar generalmente bien y otras que lo hacen mal.

Parece ser que las personas necesitamos una fortaleza espiritual además de un cuerpo físicamente sano, entonces nos refugiamos en nuestros propios inventos o en caminos y soluciones propias de nuestra imaginación o aceptación.  A veces es más fácil hablarle a Dios, o a un dios, que a nuestros hijos, parejas, vecinos y amigos. A veces es más fácil creer en una piedra, en un animal o en una imagen, que romperse la cabeza pensando, ganarse problemas con un semejante y buscar - encontrar la solución deseada.

¿Y se preguntarán, bueno y a qué viene esta muela ahora?

En realidad, estoy motivado no con la idea de la religión, sino con un hombre. Recibo y leo mensualmente la National Geographic y en la del mes de agosto viene un artículo sobre Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, del cual reconozco que conocía muy poco. Como hasta hoy sigo prefiriendo al hombre que a un dios, este tipo que parece rebelde, poco ortodoxo para su realidad, revolucionario, dispuesto a cambiar muchas de las cosas que lo rodean, jaranero, sencillo, y quizás medio excéntrico o loco, me gusta. Por tanto, no voy a evaluar el catolicismo ahora, sería incapaz. Sólo quiero compartir lo que he leído, que por demás me parece interesante y cada uno de ustedes, tal como yo, seremos dueños de seguir dónde estamos o de mirar de forma diferente.

¿Conocen al Papa Francisco?

Seguro que sí. El tipo es argentino y … JAJAJA.  Un comercial. Ahora sí los argentinos deben estar más insoportables que nunca, pues para colmo de bienes, además de Maradona y Messi, los mejores; Mercedes Sosa, la Voz de América; Fito Páez, el inconfundible; el Che, comandante y amigo; Gardel, el morocho y la bellísima Mirtha Legrand, etc., el recién estrenado Papa nació allí. El tipo bebe mate, le gusta el football, imagino que también el tango y disfruta caminar por las calles de Buenos Aires. Si hasta ahora los argentinos dicen que miran al cielo y sonríen cuando cae un relámpago porque Dios los está fotografiando, ahora seguro que para Dios tomarle una foto, les va a tener que pagar. JAJAJA. Quiero aclarar, para los más jodidos que yo, que me gustan los argentinos, para nada es un comentario en contra de ellos. Es sólo …, un comentario.


Toda obra humana tiene admiradores y detractores. El papado de Francisco no se escapará de esto, pues el primer Papa no nacido en Europa, está dispuesto, parece, a cambiar las cosas.

Jorge Mario antes de meterse a religioso, jesuita, trabajó como técnico en un laboratorio y como portero en una discoteca, por lo que contactos con lo “mundano” tuvo que tener, incluyendo, asumo yo, que con algunas novias. Luego su labor religiosa escogió el lado de los más necesitados, por lo que se le conoce como un caminador por los barrios y comunidades pobres de su país.

Antes de ser electo Papa, un día, parado frente a la casa del Presidente de Argentina se preguntó públicamente, cómo pueden conocer lo que pasa, si se construyen y viven en casas rodeadas de grandes muros. Incomunicados, digo yo. Ese mismo pensamiento y pregunta se la hice yo muchas veces a los que me atendían, o sea, cómo los altos dirigentes en Cuba conocían lo que pasaba en el pueblo, si vivían en mansiones, a veces mega mansiones, donde por tema de “seguridad”, todo estaba y debe estar aún, controlado por muros, cámaras, guardias y compañeros del Partido que los atienden, con uniformes de domésticos incluidos. ¿Seguridad? No creo. A diferencia de esto, el Tío Ho, el más alto líder de su pueblo durante años, nunca vivió en el Palacio asignado para los presidentes, sino en una modesta casa cerca de él.  Saque usted sus propias conclusiones.

Fue o es todavía una dirigencia que para defender al pueblo del que se había adueñado, comía langosta, tomaban el whisky del enemigo, dormía con aire acondicionado y con las mejores muchachitas de su entorno, se movían en autos hasta para ir al baño, más barcos y aviones. El contacto directo con la gente, con ese tan nombrado proletariado, sólo estaba diseñado para el momento de las cámaras de TV. Recuerdo aquella ridiculez, frente a las llamadas elecciones del Poder Popular, de hacer caminar a los parlamentarios por la zona a la que aparentemente representaban y en la que paradójicamente no vivían. Que locura. Recuerdo que Fidel era electo por el pueblo del Cobre, pueblecito pequeño al que no visitaba desde después de bajar de la Sierra Maestra, Pablo Milanés era electo por Centro Habana y Silvio Rodríguez por San Miguel del Padrón o viceversa y a Alcídes Sagarra, el súper director técnico del boxeo cubano, lo conocí yo un día que lo paseaban por las calles de mi Víbora Park.

Francisco, sin ahora yo querer pintarlo de único, parece diferente. Entre las cosas personales que ha hecho están, renunciar a vivir en el palacio destinado a los papas dentro del Vaticano y cambiarse para un modesto apartamento de dos habitaciones; no utiliza el papa móvil, para como un pez dentro de una pecera moverse de un lugar a otro. No usa chaleco antibalas pues dice que, si Dios lo puso ahí, entonces él lo cuidará. Mira la hora en un reloj plástico que lleva en la muñeca, parecido al mío y se sigue reuniendo con sus antiguos amigos para hablar de otras cosas que no sea solamente Dios. ¿Football y Minas? JAJAJA


Esto hace que dentro del Vaticano el tipo tenga seguidores, gente que lo apoya y gente que no lo quiere ver ni en pintura, o sea, “buenos religiosos” que se lo empujan porque no les queda más remedio, grupo que parece ser no pequeño, lo que me hace pensar que Pancho, no la va a tener fácil. Muchos, incluyendo a cardenales que votaron por él, quieren un nuevo Papa, pero no nuevos cambios.

Para lo que no estamos allí, el Vaticano y toda su parafernalia, parece ser un todo un aparataje sólido, estable, monolítico, sin grandes problemas financieros y de conducta, donde el bien siempre se impone, etc., pues para nada es así. Entonces Francisco conocedor de las intimidades, muy rápido llegado al poder, dirigió su actuación y cambios hacia el interior de la institución que preside y de ahí el grupo de “enemigos” o sorprendidos, que se ha ganado.

Para nada creo que el tipo sea un santo ya o que todas sus decisiones sean acertadas, y menos que quiera o pueda cambiar de un plumazo todo lo que está mal dentro del catolicismo, sin embargo, parece que en su interés de retomar el verdadero camino de la Iglesia Católica y de poner no los pecados del hombre, sino al hombre como centro del objetivo, ha comenzado por meter las manos en aquellas partes o procesos que se han venido deformando para conveniencia de algunos dentro de la máxima dirección católica, lo mismo que en todos lados, o sea, corrupción, vicios, derroches, desvío o mala administración de los fondos, favoritismo, encubrimiento de malas actuaciones como la pedofilia, malas informaciones, exceso de control sobre el Papa, etc.

Francisco parece dispuesto a cambiar y ha comenzado por modificar los procesos y a las personas que históricamente los controlaban. Ha venido poniendo a figuras nuevas, creo yo que de su confianza. El tipo es Papa, pero no bobo y debe saber lo que se está jugando.


No creo que de momento se meta con las doctrinas más antiguas de la fe, pero si irá cambiando aquellas cosas que están más a su alcance. Frente a la pregunta de qué le parece el tema de los curas homosexuales, el tipo simplemente respondió: ¿y quién soy yo para juzgar? Respuesta valiente para su alta responsabilidad en los llamados asuntos morales, que dejó boquiabiertos a los escuchan que esperaban una respuesta de esas dé a raja tablas.

Sus amigos lo reconocen y muchos llaman, el ajedrecista, pues dicen que siempre está montado en dos o tres jugadas más delante del momento donde se encuentra. Él mismo dice que nunca confía en su primera idea, porque generalmente es errada, por lo que está acostumbrado a pensar y repensar cada una de sus palabras y actuaciones.

Parece ser una persona que le gusta la comunicación directa, que disfruta y no tiene miedo de caminar entre la gente más pobre, lo que le ha ganado amigos y admiradores., mírenme a mí escribiendo sobre él, y bastantes enemigos dentro de la élite de los Cardenales y funcionarios del Vaticano. Los primeros porque están acostumbrados a estar por encima de todo y todos, son los intocables y los segundos porque funcionarios, al fin y al cabo, mientras más revuelto esté el río, más ganancia para los pescadores.


¿Durará muchos años?, ¿Lo mataran?, ¿Tendrá su papado un feliz final y más aciertos que errores? Ni idea. El mismo ha planteado que no quiere ser Papa hasta que se muera, porque hay cosas de la vida que quiere disfrutar y parece que añora regresar a su “Buenos Aires querido”.

Nada, tendremos que esperar. De momento y hasta el momento por lo poco que conozco, es una persona, no un Papa, sino una persona a tener en cuenta.

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