domingo, 30 de agosto de 2015

Políticamente correcto o incorrecto. (Segunda parte)

Vivo en el centro del país, región, que según cuentan fue poblada por alemanes, holandeses, irlandeses, y de ahí, según también cuentan, un poco su tendencia conservadora.

En el poco tiempo que llevo aquí en varias ocasiones he escuchado lo de “políticamente correcto o incorrecto”. Para mi asombro he descubierto que aquello de la famosa libertad de expresión, sigue coaccionado, no por las leyes explícitas de los gobiernos, sino por las leyes ocultas de las personas. Todo dependerá entonces del grupo social donde te encuentres o de las personas que escuchen tus ideas, o de la payasada con que quieras vivir. Políticamente correcto o incorrecto, es el término que puede encubrir formas de pensamientos reales, siempre hay personas sinceras y buenas o de pura conveniencia.

Digamos, para los norteamericanos promedio, los negros de África o de Latinoamérica son simplemente negros, no hay confusión, sin embargo los negros de Estados Unidos son afroamericanos. Decirle a un negro aquí negro, puede convertirse en una enorme ofensa, vinculada obviamente al tema racista. A mí me llama la atención cómo se puede ser tan complicado. Resulta que el papá del tipo nació aquí, el abuelo del tipo nació aquí, el bisabuelo nació también aquí y sin embargo ellos se dicen y hay que decirles afroamericanos, cuando convencido estoy de que incluso muchos no saben dónde queda el continente negro.

Los descendientes de los aborígenes norteamericanos, no son indios. Indios para los norteamericanos son los de Latinoamérica, o sea, Bolivia, Perú, México, etc, los indios de aquí no son indios, son nativos americanos. Parece ser que decirle indios crea un conflicto, en y hacia esa población, problema que los gobiernos han tratado de disminuir un poco como compensación a lo que le metieron en siglos anteriores, o sea, el joven indio de hoy, que nació hace unos pocos años, no es llamado sencillamente norteamericano, sino hay que seguirle diciendo nativo americano.

Para que vean, donde quieran cuecen habas. Entonces aparece la evaluación que dice lo que es políticamente correcto o incorrecto y lo más cómico es que las personas se lo creen o al menos aparentan creencia y tratan de que tú también lo creas.

Recuerdan la pegunta que le hice a la joven del restaurante de comida mexicana, aquella de si ellos tenían mexicanos trabajando en el restaurante. Aquella pregunta sencilla, transparente, sin doble sentido que le hice a una chica rubia de ojos azules que vendía tortillas y burritos mexicanos, pues aquella pregunta creó media hora de conversación – interpretación en la mesa donde estábamos.

Ojo, me dijeron, tu pregunta puede ser políticamente no correcta. Qué?, Hasta dónde vamos a seguir con esto?,pregunté yo. Pues sí, la vida me dice que sí, que en dependencia de las personas que estén presente, la pregunta pudiera haberse convertido en algo desagradable, no aprobado, que se definiría como políticamente incorrecto, incluso la chica rubia de ojos azules pudo haberse molestado. La pregunta pudo haber sido interpretada como un tema de discriminación racial y eso aquí es problemático. No creo porque ellos sean la mata de la igualdad realmente, sino porque se han inventado esa fórmula para parecer diferentes.

Una cosa son los gobiernos y otras son las personas, aunque parezca que todos estamos metidos en lo mismo y de la misma forma. Hay fórmulas humanas, no escritas, que actúan en silencio,  que son más fuertes que les leyes.

Para muchas personas aquí parece ser que este es el único lugar en el mundo que ha sufrido procesos de racismo, aniquilación de poblaciones, discriminación por inclinación sexual, incluso oleadas de migraciones. Para ellos, lo que aquí ha pasado es exclusivo y totalmente diferente y entonces enseguida apelan a actuaciones de esas, esto no se puede decir, no se puede hablar, no se le puede decir así, esto es incorrecto, etc. Increíble, un  país tan desarrollado, con tantas y tantas personas geniales y se traba en temas tan sencillo, dándole carácter de tabú.

Nosotros en Cuba también tuvimos indígenas que fueron exterminados totalmente por los colonizadores españoles básicamente, y esos pobres pobladores, además de que fueron pobres, fueron indios, ni más ni menos. A nadie se le ocurre llamarlo nativos cubanos, o nativos caribeños, menos nativos latinoamericano, son sencillamente indios. También recordarán que los colonizadores españoles, trajeron a otras personas para trabajar. De dónde las sacaron, pues de donde sacaron en esa época a todos para trabajar, o sea, África. Tuvimos en nuestra historia cinco siglos de racismo y brutal esclavitud y a nadie se le ha ocurrido llamar a los negros de hoy afrocubanos. Si, son negros, sus tátara, tátaras abuelos vinieron de África, pero ellos son sencillamente cubanos. Creo que si los llamas afrocubanos, lo primero que pasaría es que no te entenderían. Sería lo mismo que llamarme a mí español, porque mis bisabuelos vinieron de España. No soy español, aunque me he averiguado dónde queda España por si acaso, JAJAJA, no soy asturiano, ni gallego, soy sencillamente cubano.

Entonces a pesar de la represión que tuvimos a partir de 1959, y los problemas que esto generó y puede generar aun, somos menos complicados. El indio es indio, el negro es negro, el mexicano es mexicano, todos con ojos rasgados son chinos y los gallegos son tacaños y brutos. JAJAJA. Negro es el color de la piel, mi negro, es una frase cariñosa para reconocer a un amigo, negro de mierda es lo mismo que decir blanco de mierda. No es el color lo que identifica el problema.

Aquí, me parece, siguen interesados en defender a los indios y a los negros, sobre todo porque están interesados en defenderse ellos mismos, o sea, déjenme ver si puedo explicar lo que siento. En una  parte de los norteamericanos, si es cierto que son norteamericanos, también es cierto que prima aquello de que mis padres o abuelos son alemanes, holandeses, etc. Yo no acabo de entender ese doble sentimiento. Es sabido que este es un país de emigrantes, pero Cuba también lo fue, al desaparecer prácticamente el “nativo cubano”, que además no era tan nativo, sino que había venido en oleadas desde el norte de América del Sur, la Isla fue poblada por españoles de toda España, negros africanos, chinos, ahora sí de China, piratas o expiratas franceses, ingleses, holandeses, más todo el que hacía escala en los puertos cubanos y tiraba una canita al aire con una bella criollita y dejaba en ella su espermatozoide fecundador, etc., tuvimos mucha inmigración española y china incluso hasta las primeras décadas del siglo XX y no somos muy dados a definirnos como cubanos de aquí, o cubanos de allá, somos sencillamente cubanos.

Claro, todo dependerá de la persona que te escuche. Tengo la experiencia de tener en mi residencial, casi al frente de mi taller, un apartamento alquilado por Georgiana Lee, una “nativa americana”. La primera vez que entré a su apartamento quedé fascinado, las paredes están decoradas con imágenes de caballos, fotos de aldeas y de abuelos indios, adornos con plumas, etc. El ambiente es como estar en la película Danza con Lobos. Genial. 

La residente apareció en segundos, sus facciones más que evidente eran indias, después de aclararle que yo era cubano y acababa de llegar a Estados Unidos, emocionado, le pregunté, eres tu india y la muchacha, con una sonrisa amplia, que denotaba orgullo me respondió que sí y entonces conversamos un poquito sobre su origen. Ella no se disgustó, yo no dije india de mierda, todo lo contrario yo estaba como que viviendo dentro del clásico de Kevin Costner. Ella, debe haber notado, primero mi asombro y luego un poquito mi admiración, por lo que el término india no le vino para nada mal. Hoy es amiga nuestra, a cada rato nos manda galleticas y dulces típicos. Ella siempre sonríe. A lo mejor no sabe nada o no le importa lo del término políticamente incorrecto. Es sencillamente norteamericana y feliz.

Lo que nunca pude imaginar, es que en Estados Unidos, en medio de este lugar, fuera a escuchar tantas veces lo de políticamente incorrecto o correcto, ya no enunciado por el gobierno, lo cual tuviera determinada justificación, sino por personas comunes, de a pie.

Nada, que donde quiera que uno va, siempre es la misma mierda y aunque esto no sea la típica sociedad que Orwell menciona en su obra, siempre y donde quiera habrá un Gran Hermano que te vigila, porque a veces ese hermano grande y oculto somos nosotros mismos.


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