lunes, 17 de agosto de 2015

Martica. 53 agostos.

La próxima semana es el cumpleaños de Marty, entonces, como ella es la más vieja de todos nosotros y puede ser como nuestra mamá, teniendo en cuenta lo bien que se porta, nosotros los jóvenes hemos decidido celebrar, con una jornada llena de actividades, su fecha más importante del año, 53 AGOSTOS.

Comenzamos hoy por llevarla a almorzar a un restaurante de comida mexicana, para así evitar que ella tuviera que cocinar. Cosa que no tengo que decir que fue por ella muy bien recibida. JAJAJA

El lugar desde afuera es feo, si pasas y no miras el nombre, más parece una oficina de cualquier cosa o un simple almacén, además el color escogido para las paredes exteriores, para mi gusto, es horrible.

Sin embargo, cuando traspasas la puerta todo cambia. El lugar es muy lindo, muy tranquilo. Está presidido por un bar que tiene en toda la pared del fondo un enorme y hermoso vitral. Los muebles todo son de madera y cuero, al igual que las lámparas que cuelgan del techo, tal como podría ser en México y lo más importante, la comida es sencillamente espectacular. La música mexicana, pero aceptable, o sea, no rancheras, no música de bandas.

Hemos estado en este lugar dos veces ya, y no es por casualidad, la comida es rica y muy, pero muy abundante. Cantidad que para tipos como yo, el Jonathan o el Ruso resulta más que suficiente. La variedad de comida es enorme, no tengo la idea exacta de cuántos platos y combinaciones puede tener, pero es impresionante.

Lo lindo  y hasta típico del lugar, contrasta un poquito con las personas que atienden. Todas las chicas son americanas, rubias y bonitas, con caras de no saber mucho dónde queda México.  Aprovechando la simpatía de la que nos atendió, le pregunté, que si el lugar tenía trabajadores mexicanos, y ella sonriendo me respondió que sí, que estaban trabajando en la cocina.

Eso me satisfizo. A lo mejor es que por un tema de excelencia en el servicio, ya saben,  el idioma, la cultura, etc, prefieren tener americanos de cara al público. A lo mejor es que los mexicanos que están allí pueden trabajar, o sea, cocinar, lavar platos, etc, detrás de las mamparas, porque, aunque conocen bien su oficio, no dominan a exactitud el idioma, o en el peor de los casos no tienen sus papeles muy en regla. Conozco sobre el tema, trabajo todos los días en mantenimiento de un residencial, no porque los americanos sean malos, menos por un tema de discriminación, sencillamente no trabajo como profesor o dirijo una empresa comercial, porque no estoy lo suficientemente preparado para ello
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Es una lástima, porque creo que mexicanos auténticos o al menos sus descendientes, podrían enriquecer la rica comida, con buenas explicaciones de cómo se logran los platos, qué significa cada uno de ellos, etc. A mí, me rompe un poco la imagen, aspiraría a que si el restaurante es de comida mexicana, pues también se vieran a los mexicanos que la inventan o las hacen, pero ….  A  mí me costaría trabajo ir a comer comida cubana y ser atendido y servido por un árabe o un búlgaro, aunque la comida sea la más rica del mundo. Habría que preguntar  a los mexicanos que allí comen, como les va.

No obstante, la comida, que ya sé que es hecha por manos sabías, es realmente exquisita y sobre todo, mucha. No creo que sea la última visita que hagamos a ese lugar. Además las chicas, aunque no mexicanas son agradables. JAJAJA

De ahí llenos como cerdos, nos fuimos al parque de las flores, teníamos que caminar, no podíamos correr el riesgo de sentarnos. Ese parque tiene un nombre en inglés que nunca recuerdo, por lo que lo hemos bautizado como parque de las flores y así de fácil todos sabemos del lugar que hablamos.

Dicho lugar es un parque común que está en una común esquina de nuestra ciudad. Entonces qué tiene de diferente? Primero, la cantidad y diversidad de flores que están sembradas. Segundo, la enorme variedad de colores que eso crea y los diseños que logran con las plantas y sus flores. Tercero, casi lo más importante, es que cada año es un parque diferente.

Como en invierno todo lo que está sobre la tierra muere, y todo el parque queda totalmente en tierra pelada, cada primavera y verano es resembrado con plantas que ya traen las flores, obviamente cultivadas en otro lugar. Imagino que frente a la actividad de sembrar, existan esos famosos diseñadores graduados de universidades de la carrera de jardinería, porque, como ya dije, cada año los diseños son diferentes y muy especiales.
  
Esto hace que ese parque común de una común esquina,  se convierta en una atracción tanto para las personas de Lincoln como nosotros, como para visitantes de otras ciudades y países que por aquí pasan.  El lugar siempre está lleno.

Pasear por el parque nos mejoró el alma, la observación de las flores, sus colores y olores, es una actividad que reconstruye, pero sobre todo caminar después de la hartera que nos dimos, nos permitió continuar con vida.

Esta semana promete ser movidita. Hay que seguir trabajando para poder regresar al restaurante. De seguro habrá un extra plan en el acápite relacionado con las relaciones sexuales, JAJAJAJA. El día de los regalos materiales será el miércoles y pensamos para el fin de semana próximo hacer una enorme paella de carne, la de mariscos para tantas personas resulta un poco difícil, para la cual se incorporaran los que hoy no estuvieron en la inauguración de la jornada.

Les contaré, obviamente sobre las actividades que les pueda contar. JAJAJAJA

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