2016, este es mi cuarto otoño en Lincoln, Nebraska y cada
año que pasa me gusta más.
Por tradición se menciona a la primavera como la estación
del amor y los enamorados, imagino que sea, sobre todo en los climas parecidos
al que tenemos aquí, porque en ese período aparecen las flores, los colores,
los árboles se visten de verde, etc., o sea, después del gélido invierno, donde
todo permanece mucho tiempo blanco, la vida vuelve a ser linda o al menos,
menos fea.
Sin embargo, el otoño, que ya dije que me gusta, se me
antoja como una suerte de nostalgia y también, por qué no, amor. Me parece
lindo para los que están enamorados y acompañados, y también para los que
camina solos por la vida.
Caminar en Lincoln por estos días es, ya dije creo en uno de
mis escritos anteriores, como estar en un set de una de esas lindas películas,
donde las hojas marchitas de los árboles caen sobre el suelo y el aire las
mueve de un lugar para otro, como una improvisada danza, que no tiene rumbo
fijo, ni ritmo.
Lincoln es una ciudad de muchos parques, árboles grandes, y
mucha vegetación. Todo eso cambia saliendo del verano de un verde muy intenso a
tonos de amarillo, carmelita, incluso negro. Resulta como un aviso de la madre
naturaleza, es como si alguien todas las mañanas nos dijera, Eh, oye, prepárate
para lo que viene.
Las temperaturas este año han comenzado a descender antes
que el año anterior. Ya no hay ese calor insoportable del verano. Hemos tenido
días de 30 grados F, que es más o menos 0 grados C. Es una temperatura
agradable aún. No es que se pase el día con frío, porque estamos en Nebraska,
en la medida que el día camina, la temperatura sube un poquito, y estamos como
promedio entre los 45 grados F a los 60 grados F.
Hemos tenido días de lluvia, o sea, todo el día lloviendo. No es agradable, sobre todo para los que, como yo, tenemos que movernos en el exterior. Estamos en “America” por lo que no importa que esté lloviendo, nevando, cayendo cadáveres del cielo o cayendo raíles de punta, hay que trabajar.
Sin embargo, sigo diciendo que el otoño es lindo, es nostálgicamente bello, incluso puede ser romántico. Todo dependerá del cerebro de cada cual, o de la cantidad de cervezas que tengas dentro, por ejemplo. JAJAJA.
Les dejo las fotos.
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