Gracias a la belleza, la buena vida y como consecuencia el disfrute de todos aquellos años, hoy con sólo escuchar o mencionar la palabra Lincoln, me resulta muy familiar, allí me reencontré con mis viejos amigos de Cuba, Ruso, Mayincito, Richard, allí hice nuevos amigos.
Abraham Lincoln es, de hecho, una de las personas más importantes, por su carisma, por sus conocimientos y actuaciones de toda la historia de este inmenso país. Nació en 1809, dedicado a la vida política, después de intentos en el Congreso y Senado fue electo presidente y ocupó el cargo el 4 de marzo de 1861.
Durante su gobierno, enfrentó la Guerra de Secesión, reconocida como el conflicto armado más sangriento de la historia de Estados Unidos, el cual, a decir de especialista, por encima de los eventos bélicos, trajo consigo una enorme crisis moral, constitucional y política.
Sus logros fueron grandes, nada más y nada menos que la abolición de la esclavitud, el fortalecimiento del gobierno federal y la modernización de la economía nacional, logros que de por sí solos lo hacen más que grande.
En 1864 fue relecto por aplastante mayoría, lo que lo
hizo continuar frente a la presidencia del país, hasta que, en 14 de abril de
1865, presenciado una obra de teatro junto a su esposa, fue asesinado por la
espalda por John Wilkes Booth, quien le disparó directamente a la cabeza. Una
sola bala fue suficiente para quitarle la vida.
Lincoln, abogado, dicen que muy querido como persona, quizás por su origen humilde que al parecer lo llevó a creer de verdad en la justicia, la libertad y la paz, entre las miles de cosas que hizo, dijo y escribió, dejó, quizás como explicación, quizás como ideas para el futuro de su propio país, lo que hoy se conoce como las “Ocho Leyes de Lincoln”.
Impresionante y muy concreto análisis de cómo administrar y qué hacer o no hacer para lograr un país próspero. Sus ideas, imprescindibles a pesar del tiempo que ha pasado, perfectamente se adaptan y pueden servir de guía, no sólo para Estados Unidos, que creo que ellas forman parte de su psicología, prosperidad y desarrollo, sino para cualquier otro país del mundo.
De más está decir entonces, que esas mismas ideas, así enumeradas, pero hechas totalmente al revés, son las que han llevado a Cuba al descalabro, primero económico y como consecuencia social y humano.
Cuba siempre fue una contradicción, que muchos miraron callados, porque no se puede llegar a pensar que todos fueron o fuimos anormales y otros criticaron hasta donde la crítica fue posible.
Según el marxismo soviético, lo recuerdo de mis clases universitarias, siempre se le prestó mucha importancia a la relación entre la base y la superestructura. El propio Marx, padre teórico de todas estas ideas, aseguró en su “Contribución a la crítica de la Economía Política”, que:
“El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social”.
El marxismo entiende por base el conjunto de las relaciones de producción cuyo carácter está determinado por la forma de propiedad, en la nueva sociedad los “famosos” medios de producción estarán en manos de la sociedad entera, lo que asegura que por primera vez en la historia el hombre de pueblo sería el dueño verdadero de esos medios de producción y por tanto de la riqueza que se genera, para el cual el propio marxismo establece una forma de distribución, sobre todo totalmente humanitaria.
Si estudiamos la realidad cubana, desde el mismísimo comienzo de la llamada Revolución Cubana de 1959, a pesar de que los protagónicos se nombraron marxistas-leninistas y estuvieron muchas décadas asesorados directamente por los propios soviéticos, se hizo exactamente lo contrario y se trató de inventar, en la misma medida que se violaban muchos de los preceptos descritos de la teoría que según los estudiosos era tan completa, detallada y abarcadora, que con sólo seguirla al pie de la letra se resolverían todos los problemas y se conseguiría un hombre no sólo nuevo, sino totalmente feliz y realizado.
Cuba nunca tuvo una revolución
económica, para nada importó la economía, a no ser para satisfacer caprichos e
inventos sobre todo de Fidel Castro. Los llamados momentos de “gloria y
abundancia económica” nunca fueron reales, ellos estuvieron respaldados
totalmente por la gran ayuda e intervención extranjera, por aquellos años comunista.
No existe un solo plan
económico que haya tenido éxito mantenido en el tiempo. Las vacas, las frutas,
el café, los cerdos, la producción industrial de cualquier cosa, tal como
soldaditos de plomo, fueron cayendo uno detrás de otros sin resultados. Los
inventos, experimentos y caprichos de los dirigentes cubanos, muchos de ellos
alocados, como las miles de ideas megalómanas de la fábrica más grande, el
estadio más grande, el parque de diversión más grande, el embalse o presa de
agua más grande, la producción de azúcar, café, carne, cítricos, etc., más
grandes del mundo, para nada sirvieron. De todas ellas hoy no queda nada. Ese
es el verdadero legado de Fidel y de todos aquellos que hasta hoy ocupan el desgobierno
Tal parece que se
hizo a exprofeso, porque en Cuba, la superestructura, o sea, las leyes y sobre
todo la política, no sólo subordinan a la base, sino que la ahogan, la oprimen,
la inmovilizan y la destruyen.
Tal parece que a
nadie le importaba la economía. Según dicen un poquito, al principio, le
importó al Che, que trató de enseñarlo desde la mismísima lucha armada, pero
nadie le hizo mucho caso y un buen día, cuando molestó un poco con sus ideas y
ejemplo, se lo quitaron de arriba. El argentino, inteligente parece, se dijo, “a
buen entendedor, …” y se fue con su idea guerrerista a morir en Bolivia, después
de haber probado y fracasado en el Congo.
Ernesto, dicen los
que lo conocieron de cerca, estudiaba economía de madrugada y obligaba a sus
subordinados a estudiar y someterse a exámenes, sin importar día, hora,
familia, ni nada, mientras Fidel y el resto del combo comían en restaurantes,
fiestaban y se acostaban con intensiones sexuales, no paternales, con las
muchachitas revolucionarias. El Che hablaba del ahorro y la producción industrial
propia y se fijó en los chinos, mientras Fidel y el resto del combo, asesorados
“desinteresadamente” por los padres soviéticos, hacían fiestas, tomaban ron o
whiskey, fumaban tabacos, comían langostas, se adueñaban de un país entero que
habían encontrado funcionando, preguntándose: “¿Economía para qué, si esto es
el paraíso en la tierra? De hecho, está
reconocido que los “hermanos” soviéticos, nunca vieron con buenos ojos a
Ernesto, acusándolo de aventurero, improvisado, etc.
Cualquier idea
política, incluyendo miles de extranjeros que pasaron por Cuba a recibir cursos
de formación ideológica y militar, las guerras y guerrillas en muchos lugares
del mundo en que nos vimos metidos los cubanos, las marchas diarias por toda
Cuba con el sólo objetivo de gritar “gusanos”, “abajo el imperialismo”, los
interminables y casi diarios discursos del “invicto” Comandante en Jefe, etc.,
siempre fueron más importantes que producir yucas o boniatos. La idea de convencer
al mundo con la idea de que todos estábamos alegres, lo que debió y debe
constar miles de millones de dólares, se impuso siempre a la idea de construir
calles, acueductos, casas, etc.
No había que ser
marxista, había sólo que leer a Lincoln, creo que en las leyes que dejó, no
sólo explica cómo lograrlo, sino, explica perfectamente, sin habérselo dedicado
o propuesto por qué Cuba es hoy lo que es. Veámoslas detalladamente, ellas se
explican por sí solas, no obstante, no dejaré de aportar mis comentarios.
1.
No llegarás a la
prosperidad despreciando la economía. Fácil
de entender. Fidel nunca trabajó. Mientras fue estudiante fue mantenido por su
familia. Luego de revolucionario sus compañeros pagaban por su renta, su
comida, su transporte, en la Sierra Maestra dormía sobre sábanas blancas,
tomaba agua fría de un refrigerador que tenía en su comandancia, participó en
muy pocos combates para cuidar su vida, etc. Luego del triunfo descubrió el
camino de los discursos, jamás mantuvo de su salario a su familia y se
convirtió en líder político e ideológico de Cuba y una parte del mundo con una
imagen que él mismo se inventó. Sus intentos económicos, todos, fueron
inventos, malacrianzas y caprichos, nada más pensar en la célebre no lograda
zafra de los 10 millones donde todo el país se paralizó y desvió para lograr un
número que desde el principio era imposible de lograr. Reparar en que los árboles
frutales, los territorios de viandas y frijoles, fueron cortados y destinados a
sembrar productos, también como la caña que, por tradición milenaria se sabían
que no se daba. Recordar el capricho de los Panamericanos, con miles y millones
de pesos y dólares en la construcción de estadios e instalaciones deportivas, para
sólo decir que sí se podía. Recordar los experimentos con el ganado, tratando
de crear en Cuba un ganado vacuno que nunca tuvimos, que diera más carne y más
leche que todas las vacas registradas en el mundo. No menos desacertado fue la intervención
de todos los pequeños negocios, cafeterías, tiendas, talleres, pequeñas
fábricas, etc., en aquella llamada ofensiva revolucionaria del año 1969. Ni
hablar de las guerras, dinero y recursos, más el reconocido olvido del interior
de Cuba y sus problemas, para mantener a miles de hombres luchando en cualquier
lugar del mundo. No existe hasta hoy un plan de los inventados en el sector
económico que se mantenga, que camine, que haya tenido algún resultado estable
durante años. Hoy, gracias a Fidel y por supuesto a sus más cercanos
continuadores Cuba es una ruina económica, una Cuba que en 1959 brillaba dentro
del continente americano. Una Cuba receptora de inmigrantes, de turistas. Un
país que económicamente se mantenía, donde por ejemplo en 1959 tenia más
cabezas de ganado que personas. Un país que no se destruyó con la guerra, por
lo que todo, hasta el último bar, la última bodega, la más pequeña fabriquita
funcionaban. La pregunta es: ¿cómo lograron en tan poco tiempo destruir todo
eso, hasta llegar hoy a no tener ni agua potable de forma estable y constante para
ofrecer?, ¿A quién se le pudo ocurrir intervenir a un pobre hombre que vendía
granizado en una esquina, o sea, hielo y algún sirope de sabor, para crear
entonces la empresa estatal socialista de granizaderos?
2.
No puedes ayudar al
obrero degradando al que le paga su salario. Lo
de los salarios ha sido para llorar. Recuerdo que jamás, jamás alcanzaron bien,
aunque por momentos parecía que servían para comprar los alimentos en la
bodega. Los salarios desestimulan, en la misma medida que eran todos iguales,
por los llamados “tridentes”, donde hicieras lo que hicieras no se estimulaba
al que trabajaba y se les pagaba lo mismo a los vagos, destructores, etc., por
lo que era más conveniente ser vago y destructor. De ahí la confeccionada
teoría del saber popular de que “ellos, refiriéndose al gobierno, hacen que nos
pagan y nosotros, el pueblo, hacemos que trabajamos”. La teoría nos señaló a
TODOS como dueños, pero como todos no podemos administrar se creó una “casta”
de administradores revolucionarios, muchos que ni idea tenían de lo que iban a
administrar, pero se mostraron incondicionales. Se creo un gobierno burocrático
a todas las instancias, cuya única misión era pasar decisiones de arriba abajo,
sin el más mínimo poder de crear, muchas veces sin la mínima posibilidad de resolver
nada. Ejemplo típico de los Delegados del Poder Popular, puros lleva y trae sin
el más mínimo poder, ni recursos. Al eliminarse la propiedad privada sobre los
medios de producción e intervenir y estatalizar hasta el último carrito de
limpia botas, la creatividad, la lucha por el crecimiento, la inventiva, etc.,
desaparecieron, para dar paso a una clase obrera, más los intelectuales que
poco a poco fueron creando la iniciativa de “luchar”, que en buen cubano quiere
decir robar o al menos resolver con los recursos del estado cubano los
problemas privados, hasta llegar incluso al enriquecimiento. Lo que crea enormes
problemas, somos 11 millones de personas tratando de sacarle al gobierno por la
izquierda lo necesitado para vivir. Durante décadas el salario del obrero, del
profesional, para mayor problema, el del campesino, jamás representó un
estímulo para levantarse de la cama. El salario implementado de forma absoluta y
totalitaria por el gobierno comunista, como única fuente de trabajo oficial, hoy
menos que nunca sirve de nada. Los cubanos siempre tuvimos una forma adicional
de vida, el invento a todos los niveles, la “lucha”, el robo y desde hace
varias décadas las remesas familiares y de amigos, provenientes desde el exterior.
Los dueños dejaron de existir, fueron llamados capitalistas abusivos,
mercenarios, explotadores para dar paso a un gobierno lobo vestido de oveja, como
única solución de vida, que en realidad sólo ha explotado tres, cuatro, cinco
veces más a los que dirige. Pensar en los médicos que se alquilan al exterior,
lo que se paga por ellos y lo que ellos en realidad reciben.
3.
No puedes fortalecer
al débil debilitando al fuerte. Más
claro ni el agua. Si debilitas al fuerte, en vez de fortalecer al débil, lo que
logras y es lo que ha logrado el gobierno revolucionario cubano es debilitar y
hacer más pobres a todos. Es cierto había pobres en Cuba en 1959, no se puede
ocultar, personas que vivían mal por diferentes razones incluyendo las
personales, pero hoy somos pobres todos. Si algo se ha logrado es expandir,
engordar, ensanchar, la miseria. Es cierto, hoy todos somos iguales, pero somos
iguales en los problemas, en la escasez, en la no tenencia de oportunidades, en
la pobreza, en la no esperanza y visión de futuro. Preguntar a un cubano hoy, ¿Cómo
estás?, la respuesta siempre es la misma, _Aquí en la lucha. Hoy más
que nunca existen en Cuba barrios enteros de esos llamados de “llega y pon”,
hoy más que nunca se comenten en Cuba delitos de todos tipos, protagónicos los económicos.
Hoy más que nunca existen personas viviendo en casas de pisos de tierras, sin
baños con letrinas coloniales fueran de las casas. Hoy más que nunca la
población cubana deambula por las calles, si trabajos, sin objetivos, tratando
de encontrar cada día qué vender, que comprar para revender, robando,
asaltando, etc.
4.
No promuevas la
hermandad de los hombres incitando al odio de clases. Bueno
para qué hablar de odios. La revolución cubana y su gobierno, llevó la división
no sólo a las clases, sino a la familia. Nos pusieron a vigilarnos entre
vecinos, nos pusieron a criticarnos entre compañeros de trabajo y escuelas y hasta
fajarnos por un ventilador, una lavadora. Se implementó la vigilancia llamada “revolucionaria”
donde entraron además todas las miserias humanas, la envidia, el odio, el revanchismo,
el “quítate tú, para ponerme yo”. Se acusó de homosexuales a personas
por usar una camisa rosada, se acusó de gusanos a todos aquellos que pensaban y
creyendo en la sinceridad expresaban sus ideas, se acusó de traidores a la
patria a aquellos que se les ocurrió realizar una crítica, se marginó a los
religiosos por anticientíficos o anti materialistas, brujos, oscurantistas,
etc. Se fabricaron campos de concentración, se estigmatizo a los religiosos, se
les apartó, se prohibieron las relaciones con todos aquellos que salían del
país, obligando a los padres a olvidar y peor, denigrar de sus hijos, a los
hermanos a considerarse hijos únicos, a los hijos a no comunicarse con sus
padres, todo esto al menos de forma pública, siempre, siempre para los cubanos
existió una izquierda. Fuimos obligados a inventar a un familiar marinero o
diplomático para justificar la tenencia de un par de tenis o un “pitusa”. La
ideología llegó a los niños, a los jóvenes cuando ninguno de ellos sabía de
ideología. Los padres, dirigidos por el gobierno, se convirtieron en el
principal freno de sus hijos, tratando de controlarlos e inmovilizarlos con
ideas absurdas, irreales, irrealizables, que sólo lastraban al pasado. El odio,
vestido de armónica acción revolucionaria todavía hoy existe, quizás más que
nunca, cuando se ordena a golpear, arrastrar, vejar, humillar a mujeres,
jóvenes, pueblo en general por sólo mostrar un determinado descontento. El odio
ha creado en Cuba una de las poblaciones carcelarias más grandes del mundo. Los
cubanos, a los mejor no somos marxistas, ni martianos, quizás ni seamos
fidelistas por más que se diga que se quiere a Fidel, lo que, si somos, muchos,
incluso en diferentes países del mundo donde nos encontramos es odiadores y no
es que seamos malos del todo, es que como resultado de más de seis décadas de
un vivir, hoy somos un pueblo enfermo. Somos un pueblo con miles de reservas,
con miles de frustraciones, muchos con deseos entendibles de venganzas.
5.
No puedes ayudar al pobre destruyendo
al rico. Obvio, creo que no hay que explicar mucho. Recuerdo
cuando estudié Historia en la Universidad y se hablaba de la incorporación patriótica
de los esclavos a las luchas independentistas, tratando un poco de alzar esa
definición ideológica que en realidad no existía. El hasta hoy patrón, que
explotaba, abusaba, pero daba comida, atención médica, ropa, algunos días de
fiestas, etc., reunía a sus esclavos en el patio y les decía, a partir de hoy
son libres, yo me voy a la manigua a luchar por la independencia de Cuba. Los
esclavos se miraban y se preguntaban, ¿libertad? El patrón les decía, si son
libres, entonces ahora caminen para allá y búsquense por ustedes mismos cómo
comer, cómo vestir, dónde dormir, cómo trabajar, etc. Puede parecer fácil, pero
para aquellos africanos bajados de un barco esclavista e internados toda la
vida en un campo cubano y para los que incluso nacidos en Cuba como esclavos,
no conocían más nada que el ingenio, el batey, la iglesia y la casa del amo,
era algo imposible de procesar, así de rápido, tan sólo con que alguien les dijera,
son libres. Entonces muchos, como lo habían hecho hasta ese momento siguieron
al amo, ahora “compañero” a la lucha, sin saber ni tan siquiera mucho lo que
aquello significaba. El obrero, el pobre, no tiene los mecanismos, no tiene la
educación, no tiene la experiencia, no tiene el dinero para poder salir de su
pobreza así de fácil. El pobre necesita ayuda, necesita apoyo, necesita
estudio, necesita que alguien le señale y apoyo en el camino. El pobre, si algo
aspira es a hacerse rico, pero eso cuesta mucho tiempo y trabajo. Muchas
personas nacen inteligentes, incluso genios en determinadas áreas o profesiones
y viven y mueren pobres. Se necesita de políticos hábiles, de gobiernos serios,
no para que les quiten a los ricos y les repartan a los pobres, porque a la
vuelta de años, todos serán pobres, sino para establecer planes, programas
reales que permitan a las personas formarse para progresar. Cuando los pobres
reciben de gratis toda la vida, sólo lo que se crea es una actitud de gorrión,
o sea, bocas abiertas esperando que el gobierno y Estado provea. Hoy Cuba todavía
espera lo que el gobierno prometió. Todos
los días los cubanos esperamos lo que el gobierno dice que nos va a dar e
incluso lo exigimos como un derecho absoluto, creándose esa ley que hoy nos
mantiene, el gobierno dice que nos va a dar, nosotros esperamos que nos de y
entonces el gobierno nos exige agradecimiento y compromiso por lo que nos ha
dado. El gobierno, a veces disculpándose otras no, nos dice ahora no puede ser,
tienen que esperar y nosotros, bravos o contentos, entendiendo y confiando o
no, esperamos. La sabiduría popular dice que el gobierno cubano, primero te
parte la pierna, luego te lleva al médico para que te pongan un yeso y después
de hace declarar que estás contento porque te arreglaron el miembro.
6.
No puedes establecer
una seguridad bien fundada con dinero prestado. De
eso sabemos y por eso tenemos lo que tenemos. El compromiso de Fidel fue gritar
y poner a gritar a un pueblo frente a los Estados Unidos, eso fue lo que más le
importó, mientras eso ocurría, los soviéticos y su campo socialista nos mantenían.
No importaba la economía porque el dinero, las armas de todas las áreas,
aviones, barcos, tanques, submarinos, las comidas, las películas de cine y tv,
las ropas, los perfumes, los relojes, las cámaras fotográficas, los
refrigeradores, los ventiladores, las batidoras, los radios, y, todo lo demás,
nos llegaba por aquella idea de internacionalismo proletario, el Consejo de
Ayuda Mutua Económica, CAME, y el subirles el nivel a los países más pobres de
esa unión. Cuba, mientras mantenía apagones para su interior, llegó a reexportar
el petróleo que los soviéticos enviaban. La deuda externa cubana no sabemos
exactamente cuál puede ser, una gran parte de ella ha sido condonada, la otra
jamás la podrá pagar. Luego dinero prestado como créditos chinos, de
empresarios europeos, etc., para desarrollar planes locos. Dinero cubano que en
1959 tenía el mismo valor que el dólar norteamericano, hoy ha quedado para
jugar a las cartas o coleccionarlo como sellos o postalitas. Economía cubana
totalmente dependiente del exterior. He caminado algo por Estados Unidos, el
dinero lo produce el pueblo norteamericano. La Unión no depende de las
exportaciones, menos del turismo. Los grandes consumidores y productores de un
estado rico son los propios norteamericanos. El dinero prestado, los créditos
blandos engañosos, etc. sólo crean una visión de mejoría, pero efímera, sobre
todo cuando ese dinero se invierte y no es capaz de recuperarse. Cuba acostumbrada
a pagar con azúcar y ron, hoy no tiene que dar a cambio, hoy ruega para que le
den más plazos para pagar los préstamos que ya desde hace mucho están vencidos.
Estados Unidos, por ejemplo, es un país rico, porque sus habitantes, o sea, yo,
soy rico. Lo otro, los sueños alejados de la realidad son locuras. Hoy el
gobierno cubano dueño de un país entero, función totalmente errada y
desproporcionada, sigue teniendo grandes deudas y sigue sin poder pagarlas.
Recuerdo que el crédito chino para mejorar trenes y líneas férreas, Fidel lo utilizó,
sin consultar con los chinos, para comprar refrigeradores, aires
acondicionados, ollas eléctricas para cocinar, etc., con tal de subir su rating
de aceptación popular e hizo aquellas intervenciones desastrosas, donde
presentaba al mundo ventiladores inventados con motores de lavadora, un
refrigerador de 70 años, batidoras manuales, etc., sin aclarar primero que ese
era el resultado de su revolución. El pueblo circo reía y él, una vez más,
quedaba como el salvador que se había enterado ese día del retraso que teníamos
como pueblo. Resultado disgusto del gobierno chino, hoy no tenemos trenes, ni líneas
férreas seguras, menos equipos electrodomésticos o los servicios para
repararlos y la deuda a pagar debe ser inmensa. Caprichos. Pero, además, la
deuda no sólo es externa, aunque sea de la que más se habla. Cuba, adquiere por
ejemplo el café o la miel de los productores, sale en el NTV que se exportó e
ingreso por ese concepto X cantidad de dólares, siempre el número parece
grande, pero no les paga a los productores en pesos cubanos el precio y la compra
de su producto. Eso es igual para todo, por tanto, el productor no tiene como
volver a producir, además de que se le va acabando el estímulo.
7.
No puedes dar al hombre
valor y carácter, quitándole su iniciativa y su independencia. En
Cuba el hombre es sólo una herramienta y lamentablemente es considerado como
uno de esos medios de producción que tanto el marxismo menciona. No puedes
crear, no tienes cómo. No puedes crecer, no tienes cómo y el crecimiento está mal
visto por el gobierno y sus seguidores, y además por muchos de pueblo que como
no lo pueden hacer, “prefieren que te lo quiten”, por lo que un crecimiento,
que te coloque fuera de la manada, puede ser, no sólo mal visto, sino
enjuiciado, encarcelado, etc. El hombre no es independiente para decidir,
porque desde que nace hasta que muere está condenado a depender del gobierno.
El hombre en Cuba está tratado como un animal, al que el gobierno “padre de
todos” le echa comida, la comida que él determina para engordarlo y mostrarlo como
que está contento y satisfechos. El hombre en Cuba está preso, incluso cuando
no vea las rejas. No existe la iniciativa porque lo que está previsto es que
sea solo un disciplinado ejecutor. Las ideas, las tienen otros, los llamados
escogidos, que en muchos casos no tienen ideas
8.
No puedes ayudar a
los hombres haciendo lo que ellos podrían hacer. Seguro.
La idea no es crear anormales que ejecuten “disciplinadamente” sin pensar, porque
entonces el hombre no se crece, no crea, no pare. La idea no es crear gorriones
con la boca abierta todo el tiempo en espera de lo que la madre gobierno pueda
traerle. En Cuba no se habla de busqué, sino hablamos de lo que nos van a dar,
entonces esperamos por un padre gobierno que nos dijo que nos beneficiaría, esperamos
y esperamos, todavía hoy por un gobierno que en realidad cada día debe
levantarse pensando que es el último día. Es un compromiso que ahora mismo no sé
si Marx o Lenin u otro loco describió, pero que convierte al hombre en un ente
que espera para después obligarlo a agradecer. Ese lastre de espera, muchas
veces se manifiesta en los cubanos incluso cuando viven fuera de Cuba,
acostumbrados a que nos den, esperamos a que el gobierno nos mantenga. Para muchos
ha sido durante décadas un negocio, yo me porto bien y el gobierno me premia,
pero con eso se acaba la libertad, la libertad de pensamiento, de expresión, de
movimiento y de creación. La idea que viene de la prehistoria de ese hombre que
lucho contra animales, contra adversidades de la naturaleza, por el dominio del
fuego y lo que eso significó, la idea de asentarse y mejorar constantemente se
destruye con el comunismo. El hombre necesita ilusión, esperanza, saber que si
puede. Necesita levantarse todos los días con la idea de que va a crear algo
nuevo para su propio beneficio y para el de los demás, pero sobre todo el
hombre necesita ver y experimentar la mejoría. Todo éxito exige sacrificio,
años de trabajo, investigación, pensamiento, pero el éxito, la mejoría, la
estabilidad, etc., tiene que verse, porque todos tenemos sólo una vida. La
función de un gobierno no es mantener de por vida a todos, la idea debe ser
darte las herramientas, los caminos, las estrategias y acciones para que tu
puedas lograrlo. La idea no puede ser a que esperes a que yo gobierno me dé cuenta de que tú tienes una cama de 150 años y un día cuando yo pueda o quiera
te la cambie, la idea es que yo gobierno estimule la fabricación de camas,
luego que estimule la venta de camas y luego al final te estimule a trabajar y
crear para que tú puedas comprarte una cama, dos cama, no la cama que yo quiero,
sino la cama que tu quieres y entonces ese sólo hecho de poder comprarte por ti
mismo la cama de tus sueños, enriquece, engrandece y te hace echar para
adelante. Eso el comunismo nunca lo entendió y entonces por incapacidad real,
trata de comprometer sentimentalmente al hombre a cambio de nada, solo de sentimientos.
El hombre defraudado se cansa. Hoy en la presente oleada de cubanos que escapan
y huyen de la isla, mayoría jóvenes, vamos por más de 200 000 que han llegado a
la frontera de los Estados Unidos, el supuesto enemigo. Sólo en esta última
oleada migratoria, lo que debería poner al gobierno en entredicho. Tantas
personas no pueden estar equivocadas, como han tratado de demostrar siempre. ¿Qué
más necesita un gobierno para darse un tiro?
No había que ser marxista, no había que ser genio,
sólo lo que se necesitaba era leer a Lincoln.