OJO. Si no soportas a Donald Trump,
tómate una pastilla para el estómago.
En realidad, muy pocas cosas en la vida están escritas en piedra, creo que sólo que nacemos y después de nacidos, moriremos un día, se podría asegurar con un cincel. Para aquellos expertos planificadores, la maestra vida enseña y nos dice: no hagan muchos planes.
A pesar de todos los pesares y en contra de todos los
pronósticos oficiales y oficialista, más de las conspiraciones, a pesar de la persecución
con medias verdades y enormes, medias y pequeñas mentiras, todas exageradas, a
pesar de tener en contra a casi todos los medios de comunicación existentes,
con una vida expuesta públicamente más allá de los intereses de la política, a
pesar de ser ofendido, maltratado, humillado, vilipendiado como pocas veces se
ve, a pesar de que menos de homosexual fue acusado de todo lo que sirvió para
acusarlo, haciendo casi una recolección de todos los males humanos que existen:
ladrón, racista, machista, fascista, nazista, deshonesto obviamente,
prepotente, demagogo, mujeriego, antidemocrático, totalitario, violento, a
pesar del y desde ese sentido común para esta ocasión lidereado, comunicado y
en no pocas ocasiones tratado de imponer por políticos en función y expolíticos, periodistas, influencers y hasta el
último que se permitió dar una opinión, a pesar de que se planificó atentar contra
su vida física en varias ocasiones, una de ellas de planificación paso a la
acción y estuvo a escasos milímetros de matarlo, hoy, 20 de enero de 2025,
Donald Trump, estrenando nuevo corte de cabello, mucho mejor para mí gusto que
el típico peinado anterior, se acaba de juramentar como presidente 47 de los
Estados Unidos.
Creo que debería ser una fiesta de todos, los seguidores y los oponentes, porque, primero, tenemos un presidente, hay muchos países en la actualidad que no logran esto y se desgastan en bandas, asesinatos, golpes de estados, etc., y segundo, porque estamos en paz, la paz general y muchas veces la personal, escasea en estos días.
Los seguidores debemos celebrar con grandes fiestas,
sin pena, no hay porque esconderse, apoyar a un candidato no significa que lo
conviertas en Dios y no veas lo mal hecho; los no seguidores, pues deben ir a
sus casas tranquilos y prepararse, quizás bajo oraciones, para los próximos
cuatro años, tiempo suficiente para que engrasen sus mecanismos y sobre todo
encuentren un líder que pueda promover ideas diferentes. Para su ventaja, Trump
sólo tiene personalmente los próximos cuatro años, si no se ponen las pilas les
costará mucho trabajo regresar como poder a la Casa Blanca.
Creo que lo mejor que podría pasar es que todos,
seguidores y oponentes que tienen responsabilidades, se pongan de acuerdo para
trabajar y los amantes de ambas partes dejemos de discutir y sacar trapos
sucios. Al final, una vez más, salvo pocas excepciones, los que hasta ayer
parecían enemigos irreconciliables, hoy se dan la mano, sonríen, se reúnen y
hasta al parecer se hacen chistes graciosos de amigos.
La política tiene sus cosas, en ella, menos que en
otra cosa, nada está escrito en piedra. J.D. Vance, antiguo senador de Ohio, en
el pasado no muy lejano, fue fuerte oponente de Trump, llegando a utilizar
adjetivos poco agradables que darían la impresión de crear una enemistad de por
vida, hoy es su vicepresidente. ¿Hipocresía?, ¿Oportunismo?, ¿Teatralidad?,
¿Utilitarismo? Nada de eso, sólo política.
Los pronósticos se promovieron negativos, era
imposible que un hombre acusado y llevado a tribunales por tantas causas
legales, pudiera sobrevivir, sin por lo menos atentar contra su vida y salirse
de todo o enfermarse de los nervios, parecía imposible que un hombre sancionado
de culpable, de no sé cuántos delitos, pudiera ganar las elecciones presidenciales
como las ganó.
Para los demócratas, que de eso hablan poco, no sólo
ganó las elecciones luchando no contra un candidato, que por demás era la vicepresidente
del país en ejercicio, sino contra el mismo presidente en ejercicio que
promovió y apoyo absolutamente a su vice, pero además contra varios
expresidentes y funcionarios de altísimo nivel o responsabilidad que
participaron más que activamente a favor del candidato demócrata, hasta el
punto de llegar a salir a chantajear sentimentalmente a los votantes, sino que
ganó arrasadora y apabullantemente, hasta en muchos de los estados llamados
decisores donde los demócratas pensaban que tenían el voto asegurado. Poco que
decir, Trump los barrió.
Pero, además, no sólo ganó el tema oficial de los
votos estatales, sino que ganó el voto popular, o sea, los norteamericanos, el
pueblo que votó, le dio su consentimiento a Trump. Enorme mérito para la
historia, que sabemos que muchas veces, con el paso del tiempo, puede no
significar mucho, pero de que es un récord para la historia de este país, cosa
que no se podrá ocultar, lo es.
Entonces, lo que parecía imposible se hizo realidad, llegó
el día. Donald Trump pasa de ser expresidente a nuevo presidente No.47 de los
Estados Unidos de América. Le costó cuatro largos años, pero el incansable
trabajador y poco deprimido hombre, lo logró.
Ceremonia muy sencilla y emotiva, para mi gusto un
poco cansona con aquello de la entrada de personajes y anuncios, que parece más
a las películas de reyes cuando anunciaban y entraban los visitantes al reinado.
Discurso de Trump, calmado, sin ofensas, tranquilo e imagino satisfecho, porque
no sólo se sabe ganador, sino que ahora es realmente ganador, ratifica lo que
ha venido diciendo durante meses, por lo que no hay que sorprenderse.
Lo que escuché como norteamericano que viven en
Estados Unidos, no sólo me interesó, sino que me gustó, más allá de detalles
que siempre se pueden analizar, para esos detalles tenemos los próximos cuatro
años.
Fue claro y valiente una vez más y con todos los altos
demócratas sentados frente a él, que no necesitaban, creo yo, de estar allí por
la merienda, no dándoles vítores, pero obligados a reconocerlo y aplaudir, así
es la democracia norteamericana, Biden y Kamala, presidente y vicepresidente salientes,
los Clinton, Obama, para esta ocasión solito, su mujer, dicen, se negó a
acompañarlo y se mantuvo de vacaciones en Hawái, lo que me parece muy bien, puede
ser muy honesta, quizás muy excéntrica o poco diestra en el arte de fingir, más
todo el combo de los demócratas invitados, algunos de ellos destacados oponentes
a Trump, tuvieron que escuchar, imagino yo soportar, como despedida de su duelo,
sobre el desastre que hicieron durante estos cuatro últimos años y lo que es
peor, tuvieron que escuchar los aplausos y vítores de los invitados cada vez
que Trump hizo referencia al gobierno anterior. ¿Se mostraron bravos? Para
nada, entendámoslo, es sólo “muestra” de la democracia norteamericana.
Trump fue radical, seguro y claro, se va a perforar
para extraer petróleo y ponerlo a funcionar dentro del país y exportarlo. (Aplausos
de los presentes). Se va a reforzar la frontera para evitar la entrada de
enemigos de la sociedad norteamericana y se declaran como enemigos terroristas
a las bandas de narcotraficantes. (Aplausos de los asistentes). Se van a traer nuevamente
a productores norteamericanos para crear puestos de trabajos y riqueza.
(Aplausos de los asistentes). Se va a poner a los chinos en su justo lugar. (Aplausos
de los asistentes). Se va a impedir la censura. (Aplausos de los asistentes). Volveremos,
al menos oficialmente, a ser resultados de dos géneros nada más, por lo que los
trans, los trans, los trens, los trox, los LGPRQTVB+-*:, etc., más los humanos
que se consideran jirafas o hipopótamos, al menos oficialmente, tendrán que
reorganizarse o mudarse. (Aplausos prolongados)
¿Todo esto será fácil? No lo sé. ¿Será difícil? No lo sé. Sólo me parece que puede ser diferente. Por el momento, por lo que vi, nadie me lo contó, muchas personas, millones de personas, están contentas.