domingo, 12 de enero de 2025

601.- Gloria al Bravo Pueblo”. “Ganamos y Ahora Vamos a Cobrar”. (Parte II)

OJO. Escenas y lenguaje de adultos. Si padeces de los nervios, 

lee con alguien que te proteja.

Como era de esperar, el perro malo, porque hay perros buenos, Nicolás Maduro, el 10 de enero se juramentó como presidente de Venezuela para un nuevo período hasta el 2031. Aspirar a que ocurriera otra cosa era un sueño. Se juramentó luego de militarizar las principales ciudades del país, clausurar todos los puntos fronterizos para evitar la entrada y salida de personas, cerrar el espacio aéreo y marítimo, prohibir por tanto cualquier movimiento de aviones y barcos y activar toda su fuerza antiaérea con declaradas intenciones de derribar cualquier intento de llegada por el aire. Se juramento solo, sin fiestas, ni apoyo popular. Se juramento en algo muy parecido a un velorio.

Aunque esperada, fue una mala obra de teatro, una actuación circense o bufonesca de muy mal gusto, donde el ya narco dictador que viene ilegal desde el 2018, acaba de dar un golpe de estado, en la misma medida que se caga en la opinión de casi el total del mundo democrático y las organizaciones a nivel internacional y peor para el momento, se caga olímpicamente en las elecciones del pasado julio, donde la oposición salió victoriosa con más del 37% de los votos a su favor, lo que define no una victoria, sino una masacre en las urnas. Maduro se ha proclamado presidente, asistido por cuatro o cinco corruptos funcionarios sin mostrar un acta, lo que declara que para nada ellas hacen falta, sencillamente, con unas servilletas escritas a mano que lo llaman presidente, basta.

La inasistencia a la más parecida coronación feudal fue notoria, sólo se presentaron personalmente dos presidentes latinoamericanos por razones más que obvias; el desagradable y muy bruto dictador Daniel Ortega de Nicaragua y el incapaz “Puesto a Dedo” también coronado por los Castros, Miguel Díaz Canel de Cuba. Los otros importantes por sus cargos fueron Brahim Gali, primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática y Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, imagino yo que por no tener nada más importante que hacer y se fueron allí en busca de la merienda. Dicen que estuvo el presidente del Congo, que imagino sea negro, al cual no conozco, ni me interesa conocer, creo haber escuchado que es otro dictador con muchos años en el poder.

Los gobiernos latinoamericanos que más han apoyado a Maduro, cuyos presidentes han jugado históricamente a los amigos con el chavismo – madurismo, que incluso se han negado hasta hoy a reconocer el gran fraude y han aceptado en silencio las servilletas de Maduro, México, Colombia y Brasil no asistieron, sólo enviaron representantes, quizás como para no aparecer en las fotos y no embarrarse tanto o más de mierda de lo que ya están.

Maduro se ha hecho llamar presidente y cree que con esto basta y es hasta cierto punto entendible, Maduro, superando las sanciones, las opiniones, las manifestaciones populares en su contra, aun está ahí, entonces por qué no pensar que puede seguir. Confía Maduro en la fortaleza que le da el apoyo de los corruptos y comprados altos militares y cree que, si hasta ahora ha podido, podrá.

El planeta nuevamente ha sido flojo, débil, permisivo y se desgasta en discursos y llamados de atención a un tipo que ha dicho que no le importan los llamados. El planeta ha estado apostando para que el brutísimo dictador se arrepienta, renuncie a sus privilegios y se marche en paz a disfrutar de vacaciones. Hubiera sido igual que esperar que Hitler dijera que se equivocó con matar a seis millones de judíos, que no sabía por qué lo había hecho porque ellos no les caían tan mal o que Hussein dijera que se arrepentía de eliminar casi totalmente por vía incluso de masacres masivas a las minorías kurdas, que no sabía por qué lo había hecho, porque los kurdos tampoco le caían mal.

Maduro, ladrón, apoyado todavía hoy en el poder militar y como siempre, en un grupo muy pequeño de ese pueblo que vive “feliz” de cupones de comida y de la delincuencia, con un discurso que sólo logra nauseas y ganas de vomitar, logró llegar al 10 de enero y se hace coronar de nuevo como absoluto y no sólo se corona, sino que guapea y se echa en las espaldas a los organismos internacionales, a muchos gobiernos y a la mayoría del pueblo venezolano.

No me escondo para decir que me gustaría ver a Nicolás Maduro cazado como un animal y colgado de un poste de luz en Caracas. Para no ser demasiado malo, no lo torturaría como él he hecho con miles de venezolanos, pero disfrutaría verlo balancearse con una soga al cuello. Para los más demócratas que me pueden leer, si quieren un juicio justo, pues lo enjuiciaría frente al poste a las 10:00 am de cualquier día y a las 10:01 am lo colgaría. Tiempo justo para leerle el final de la sentencia, muerte.

Es imposible pensar que, por las buenas, por las conversaciones, por las negociaciones, Maduro se va a ir. Los dictadores no se van por las buenas. A los dictadores de aquí y de allá, de ayer y de ahora hay que darles fuego para sacarlos, hay que ahogarlos en su propia mierda, hay que perseguirlos y sobre todo hay que hacerles sentir miedo, el mismo miedo que fueron capaces de infundir en hombres y mujeres del pueblo al que han llevado a la casi miseria. Otro Nicolás, pero Ceausescu, pagó, en 1989, bien caro el haber casi eliminado por hambre y enfermedades, muchas de ellas nunca antes vistas, al pueblo rumano. Venganza no, justicia.

El pueblo venezolano está resistiendo, en medio, entendible, de desalientos, desesperanzas, cansancio y miedo. El pueblo venezolano parece decidido a reconquistar su libertad y es duro, pero puede cansarse, el paso del tiempo puede hacer mellas. La represión desatada por el gobierno de Maduro, ahora más fuerte, trata de ahogar la más mínima expresión de oposición.

La oposición, Edmundo González y la muy admirada María Corina Machado, la tienen bien difícil. Han prometido que cobraran y tratan de enviar mensajes de esperanza y aliento al pueblo. Sobre todo, mensajes de resistencia, pero los pueblos tienen límites y frente a la aparente imposibilidad pueden bajar los brazos. María Corina sigue dentro de Venezuela, presencia de respetar, pero, hasta cuándo lo logrará.

Todos los entendidos dicen que Maduro está derrotado, que con su autonombramiento injustificado ha cavado su tumba, que está más debilitado, que las sanciones ahora si le van a hacer efectos, que es ilegal como ya sabemos, que existen fisuras dentro del ejército que en realidad nadie ve, pero lo cierto es que Maduro sigue allí, campeando por su respeto.

Estados Unidos aumenta la recompensa por su cabeza, al estilo del Viejo Oeste, ahora a 25 millones de dólares, igualándolo a Osama Bin Laden, pero Maduro se las arregla para no andar caminando solo por las calles.

Timorata acción de Biden, quien, por el momento, dice que, por no saber las consecuencias exactas para los Estados Unidos, le sigue comprando petróleo a Venezuela. Biden con cuatro años de presidente y ocho anteriores de vicepresidente, dice que no sabe las consecuencias de dejar de comprar el petróleo venezolano. De madre, por un lado, se declaran sanciones, se pone precio a cabezas, se reconoce al nuevo presidente electo por el pueblo y por otro lado se le sigue dando vida al gobierno que se dice sancionar. Sanciones en abstracto que nada van a solucionar mientras el pueblo venezolano se desgasta, es reprimido y como solución más inmediata comenzará nuevamente a emigrar.

María Corina, a la cual ya no encuentro palabras para reconocer y halagar, dando muestras de su valentía, sigue dentro de Venezuela y dice que no va a salir al exterior, sigue viviendo en la clandestinidad. Creo que el gobierno de Maduro la está dejando pasar y está jugando con ella al ratón y al gato, porque de haberla querido coger presa y quizás desaparecerla, hace rato que fuera historia. Sigue emitiendo mensajes lindos, dulces, cariñosos, efervescentes, victoriosos, esperanzadores, pero no puede hacer más nada. Edmundo sigue viajando por el mundo tratando de lograr reconocimiento y apoyo, cosa que es honesta decir, ha logrado con gobiernos y políticos actuales, expresidentes y varias organizaciones internacionales, pero Maduro y sus varias instituciones militares siguen allí, reprimiendo, desapareciendo, torturando e incluso violando a venezolanos.

Si, ya sabemos, Maduro perdió las elecciones por mucho. La oposición ha ganado por mucho también porque, como nunca antes, ha logrado unir a los venezolanos. El mundo casi completo, menos los casos más que conocidos comprometidos con Maduro apoyan el cambio democrático. Los líderes opositores están accionando, en un orden de acciones que pueden hacer. El pueblo, ese gran por ciento que votó por la libertad, sigue luchando dentro y fuera del país, todos dicen que a Maduro le queda menos que a un dulce frente a la puerta de un colegio, pero, Maduro sigue allí sin colgar de un poste de luz.

Venezuela vive en un luto absoluto, casi como de duelo nacional por la muerte de alguien muy querido. Las calles de las principales ciudades están vacías, quizás, visto con gran optimismo, en espera del próximo movimiento.

Entonces, ahora qué.


Nota: En medio de todo esto, si alguien puede decirme dónde está Maduro, se lo agradecería, la recompensa de 25 millones de dólares ofrecida por él, no me vendría mal, al menos resolvería algunos problemas económicos que tengo.

viernes, 10 de enero de 2025

600.- Gloria al Bravo Pueblo”. “Ganamos y Ahora Vamos a Cobrar”. (Parte I)

OJO. Escenas y lenguaje de adultos. Si padeces de los nervios, lee con alguien que te proteja.

“Gloria al bravo pueblo”, es parte de una composición musical patriótica que se convirtió en Himno Nacional de Venezuela en 1816, que hoy corea todo ese país y todos los venezolanos que se encuentran, como nosotros los cubanos, regados por todo el mundo.

Los que no conocen del tema Venezuela, será muy difícil ponerlos al día hoy en este artículo. Durante días he escrito y publicado mucho sobre él en este blog, pueden revisarlo.

Para los que como yo hemos seguido el proceso, por interés venezolano y cubano, sobre todo de estos últimos meses, es fácil concluir que estamos en presencia de un narco estado, con un gobierno totalitario, despótico, represivo, dictatorial, mafiosillo, la mafia era otra cosa y asesino, y además según mi consideración personal, asqueroso, por sólo definirlo con algunos adjetivos. Para colmo de males, dirigido por un destacado grupo de semi analfabetos políticos, muy, pero muy brutos y vulgares, que se auto proclaman hijos del salvaje y oportunista Hugo Chávez, lo que es hasta cierto punto cierto, él fue el padre que hace más de 25 años comenzó todo este desastre que tenemos hoy con su idea grandilocuente de crear o mejor crearse para sí y los suyos un llamado socialismo del siglo XXI. Suma entonces a lo de brutos y asquerosos, lo de hijos de puta.

El último fracaso de este grupo fue el pasado julio, cuando, contra todo pronóstico de ellos por supuesto, el pueblo venezolano, por lo menos el 70% de los autorizados a votar, ejercieron su derecho en contra de Nicolás Maduro y a favor del exdiplomático Edmundo González, ultima variante de representación que la oposición logró pasar como candidato.

A partir de ahí mismo Maduro se niega a aceptar la derrota y sin pruebas se declara ganador de las elecciones y se auto propone para un nuevo período de gobierno. Por su parte la oposición con todas las pruebas, o sea, las actas de los votos a nivel nacional, declara que ganaron las elecciones y que les toca la presidencia. Es hora de sacar a Maduro y a todos sus secuaces civiles y militares.

Inmediatamente desde el mismo día de las elecciones, como todo buen y destacado gobierno represor, aumentaron las persecuciones, los encarcelamientos injustificados, las torturas y las muertes de muchos que trabajaron en la oposición y de otros muchos que simplemente mostraban una variante inclinada a favor de ella, incluyendo a muchos menores de edad e increíblemente extranjeros, todos acusados de terroristas, mafiosos, traidores, mercenarios, etc., más menos las mismas justificaciones utilizadas por estos regímenes para convertir su represión en selectiva. Está probado, veamos a Cuba, cuando algo o alguien le molesta al gobierno, lo más fácil es apelar a defenderse de traidores y mercenarios que trabajan para poderes externos.

Maduro arreció su política y no sólo reprime a su pueblo, sino que descarga su visceral odio contra aquellos gobiernos y políticos que no lo apoyan en su nuevo intento de quedarse, no sólo con el gobierno, sino con todo el país, para, como única solución que pudiera parecer un entretenimiento, seguir descojonándolo a su favor.

La oposición que dejó de serla pues evidentemente habían ganado, tuvo que huir, esconderse, pedir asilo político en embajadas, etc. Muchos están hoy presos. Edmundo González estratégicamente viajó a España y María Corina, la gran heroína, tuvo que pasar a la clandestinidad y desde allí ha tratado, creo yo que, logrado, mantener en alto la moral de ese pueblo, la esperanza y la garantía de cambios.

Quisiera decir que estoy enamorado de esa mujer, en el mejor y más amplio sentido de la palabra amor. Trato de revisar la historia y no recuerdo, al menos en nuestro continente, al menos en estos últimos años, una persona tan integra, tan fuerte, tan decidida, tan valiente. No puedo escucharla sin que, no sólo me ilusione con lo del cambio, sino en que no me emocione. En un continente de hombres, una mujer, exactamente una mujer, ella muchas veces sola, con su presencia, con su discurso fuerte, claro, objetivo, a veces incendiario, pero paralelamente dulce, familiar, sentimental, ha puesto en crisis a todo un gobierno con más de 25 años de presencia en Venezuela.

Ella, hoy Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, que le fue otorgado por el Parlamento Europeo en pasado año 2024 y para mí, más que destacada por mucho, para obtener un futuro Premio Nobel de la Paz, desde una opción públicamente no violenta, ha logrado destruir, porque aunque aún están en las sillas, están destruido no sólo para el interior, sino para la casi totalidad del planeta, a un gobierno que alardea de su fortaleza.  

Edmundo González, figura pública, presidente electo el 28 de julio por abrumadora mayoría de los que, repito, el gobierno de Maduro dejó votar, y la gran líder, esa mujer que se movió por toda Venezuela sorteando todos los impedimentos del gobierno, moviéndose en motocicletas, en botes, a pie, encaramada en un camión, han prometido que el pueblo venezolano será libre y han establecido una frase que sólo los pueblos oprimidos pueden entender. “Ganamos y entonces Vamos a Cobrar”,

Por supuesto, el gobierno y sus más afamados sicarios no han dejado de, no sólo oprimir más, sino de limitar a todos y todo lo que signifique esta nueva opción. Y es más que evidente, son tan asquerosas las maniobras de los gobiernos totalitarios, que no tienen en cuenta nada, menos los valores y la ética, que incluso, los que hemos vivido dentro de ellos, llegamos a saber que uno nunca sabe el pasado que le espera.

Mis mayores respetos y reconocimientos para el pueblo venezolano, que, a pesar de la represión, las torturas, la muerte, que son muy reales, está en la calle, sin armas, sin partidos políticos a defender, sin discursos ideológicos prediseñados. Llama a la admiración las personas mayores, a veces muy mayores y los niños, imágenes poco frecuentes en las llamadas movilizaciones populares.

Creo que me acerco al tema venezolano con más pasión por ser cubano. Venezuela lleva 25 años con un sistema totalitario que ha logrado llevar a la pobreza a todo el país, Cuba lleva 65 años en el mismo escenario y hoy los cubanos viven casi rozando con la miseria. Venezuela tiene casi 9 millones de sus ciudadanos regados por el mundo, Cuba ha visto salir a sus hijos, no sé si en el orden de los casi 3 millones por más o menos las mismas causas. El gobierno venezolano como único recurso para mantenerse implementa el terror con todo lo que él lleva adentro, el gobierno cubano, no sólo ha implementado el mismo terror para el interior de Cuba, sino que se ha dedicado, incomprensiblemente por lo fácil que lo ha tenido a partir de los actores mundiales, a convertirse de plataforma de lanzamiento e instrucción de ese terror como mecanismo de poder, no sólo en aulas, no sólo en secreto, no sólo en la sombra, sino “in situ”, de esas maniobras, Venezuela hoy es el mejor ejemplo de esa influencia.

Venezuela ha experimentado la separación familiar, la angustia por lo que se ha tenido que dejar, el nacimiento de niños en suelos extranjeros que no conocen a sus abuelos, tíos, primos, la añoranza de un día poder regresar en libertad. Cuba ha experimentado y experimenta ese mismo problema, familias que ya casi no son familias, más allá de llamadas por teléfonos, fotos y alguna que otra ayuda económica. Los gobiernos de Venezuela y Cuba son maquinarias de destrucción, sobre todo, de los humanos. Los venezolanos y los cubanos que vivimos en el exterior, generalmente estamos mejor, comemos y vestimos a la altura de los años que corren, pero hemos dejado lo más importante, hemos dejado de ser cubanos para convertirnos en una suerte de engendro estemos donde estemos, obligados por la sobrevivencia, sobre todo grandes soñadores de que un día todo cambiará.

El pueblo venezolano ha decidido cambiar, se moviliza, está en la calle, apoyan el cambio, están luchando por ello, respaldan a Edmundo y sobre todo a María Corina, a la cual esconden, dan soporte, no sólo la respetan y siguen como única opción de esperanza, sino la miman. El pueblo venezolano, respondiendo con su apoyo a su inigualable líder, responde a sus llamados. Los venezolanos que viven, repito, en un país donde te cogen, te torturan y te matan sin muchos procedimientos, está enfrentado al gobierno, dentro y fuera de Venezuela. Los venezolanos han logrado movilizar al mundo, el pueblo cubano, lamentablemente, no.

Y mi admiración por el pueblo venezolano y, sobre todo, no lo niego, por María Corina Machado, va seguida de preguntas: ¿Cómo lo logran?, ¿Cómo han logrado enfocar a un enemigo y no se han desgastado fajándose entre ellos?, ¿Cómo han logrado perder el miedo?, ¿Cómo han logrado entender que el gobierno y la patria son dos cosas diferentes y que el primero no es dueño único y absoluto de la segunda?, ¿Cómo han logrado entender que es mejor ponerse rojo un día y salir de la miseria económica y sobre todo espiritual, que rosados todos los días y vivir con ellas como un pesado lastre del cual no se puede salir?, ¿Somos los cubanos y los venezolanos tan diferentes?

El pueblo venezolano va a ser libre, no sé si este 10 de enero, pero va a ser libre porque quiere y está luchando por la libertad. Nosotros los cubanos, lamentablemente, no.