OJO. Escenas y lenguaje de adultos. Si padeces de los nervios, lee con alguien que te proteja.
“Gloria al bravo pueblo”, es parte de una composición
musical patriótica que se convirtió en Himno Nacional de Venezuela en 1816, que
hoy corea todo ese país y todos los venezolanos que se encuentran, como
nosotros los cubanos, regados por todo el mundo.
Para los que como yo hemos seguido el proceso, por
interés venezolano y cubano, sobre todo de estos últimos meses, es fácil
concluir que estamos en presencia de un narco estado, con un gobierno
totalitario, despótico, represivo, dictatorial, mafiosillo, la mafia era otra
cosa y asesino, y además según mi consideración personal, asqueroso, por sólo
definirlo con algunos adjetivos. Para colmo de males, dirigido por un destacado
grupo de semi analfabetos políticos, muy, pero muy brutos y vulgares, que se auto
proclaman hijos del salvaje y oportunista Hugo Chávez, lo que es hasta cierto
punto cierto, él fue el padre que hace más de 25 años comenzó todo este
desastre que tenemos hoy con su idea grandilocuente de crear o mejor crearse
para sí y los suyos un llamado socialismo del siglo XXI. Suma entonces a lo de
brutos y asquerosos, lo de hijos de puta.
El último fracaso de este grupo fue el pasado julio,
cuando, contra todo pronóstico de ellos por supuesto, el pueblo venezolano, por
lo menos el 70% de los autorizados a votar, ejercieron su derecho en contra de
Nicolás Maduro y a favor del exdiplomático Edmundo González, ultima variante de
representación que la oposición logró pasar como candidato.
A partir de ahí mismo Maduro se niega a aceptar la
derrota y sin pruebas se declara ganador de las elecciones y se auto propone para
un nuevo período de gobierno. Por su parte la oposición con todas las pruebas,
o sea, las actas de los votos a nivel nacional, declara que ganaron las
elecciones y que les toca la presidencia. Es hora de sacar a Maduro y a todos
sus secuaces civiles y militares.
Inmediatamente desde el mismo día de las elecciones,
como todo buen y destacado gobierno represor, aumentaron las persecuciones, los
encarcelamientos injustificados, las torturas y las muertes de muchos que trabajaron
en la oposición y de otros muchos que simplemente mostraban una variante
inclinada a favor de ella, incluyendo a muchos menores de edad e increíblemente
extranjeros, todos acusados de terroristas, mafiosos, traidores, mercenarios, etc.,
más menos las mismas justificaciones utilizadas por estos regímenes para
convertir su represión en selectiva. Está probado, veamos a Cuba, cuando algo o
alguien le molesta al gobierno, lo más fácil es apelar a defenderse de
traidores y mercenarios que trabajan para poderes externos.
Maduro arreció su política y no sólo reprime a su
pueblo, sino que descarga su visceral odio contra aquellos gobiernos y
políticos que no lo apoyan en su nuevo intento de quedarse, no sólo con el
gobierno, sino con todo el país, para, como única solución que pudiera parecer
un entretenimiento, seguir descojonándolo a su favor.
La oposición que dejó de serla pues evidentemente
habían ganado, tuvo que huir, esconderse, pedir asilo político en embajadas,
etc. Muchos están hoy presos. Edmundo González estratégicamente viajó a España
y María Corina, la gran heroína, tuvo que pasar a la clandestinidad y desde
allí ha tratado, creo yo que, logrado, mantener en alto la moral de ese pueblo,
la esperanza y la garantía de cambios.
Quisiera decir que estoy enamorado de esa mujer, en el
mejor y más amplio sentido de la palabra amor. Trato de revisar la historia y
no recuerdo, al menos en nuestro continente, al menos en estos últimos años,
una persona tan integra, tan fuerte, tan decidida, tan valiente. No puedo
escucharla sin que, no sólo me ilusione con lo del cambio, sino en que no me
emocione. En un continente de hombres, una mujer, exactamente una mujer, ella
muchas veces sola, con su presencia, con su discurso fuerte, claro, objetivo, a
veces incendiario, pero paralelamente dulce, familiar, sentimental, ha puesto
en crisis a todo un gobierno con más de 25 años de presencia en Venezuela.
Ella, hoy Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, que le fue otorgado por el Parlamento Europeo en pasado año 2024 y para mí, más que destacada por mucho, para obtener un futuro Premio Nobel de la Paz, desde una opción públicamente no violenta, ha logrado destruir, porque aunque aún están en las sillas, están destruido no sólo para el interior, sino para la casi totalidad del planeta, a un gobierno que alardea de su fortaleza.
Edmundo González, figura pública, presidente electo el
28 de julio por abrumadora mayoría de los que, repito, el gobierno de Maduro
dejó votar, y la gran líder, esa mujer que se movió por toda Venezuela
sorteando todos los impedimentos del gobierno, moviéndose en motocicletas, en
botes, a pie, encaramada en un camión, han prometido que el pueblo venezolano
será libre y han establecido una frase que sólo los pueblos oprimidos pueden
entender. “Ganamos y entonces Vamos a Cobrar”,
Por supuesto, el gobierno y sus más afamados sicarios
no han dejado de, no sólo oprimir más, sino de limitar a todos y todo lo que
signifique esta nueva opción. Y es más que evidente, son tan asquerosas las
maniobras de los gobiernos totalitarios, que no tienen en cuenta nada, menos
los valores y la ética, que incluso, los que hemos vivido dentro de ellos,
llegamos a saber que uno nunca sabe el pasado que le espera.
Mis mayores respetos y reconocimientos para el pueblo
venezolano, que, a pesar de la represión, las torturas, la muerte, que son muy
reales, está en la calle, sin armas, sin partidos políticos a defender, sin
discursos ideológicos prediseñados. Llama a la admiración las personas mayores,
a veces muy mayores y los niños, imágenes poco frecuentes en las llamadas
movilizaciones populares.
Creo que me acerco al tema venezolano con más pasión
por ser cubano. Venezuela lleva 25 años con un sistema totalitario que ha
logrado llevar a la pobreza a todo el país, Cuba lleva 65 años en el mismo escenario
y hoy los cubanos viven casi rozando con la miseria. Venezuela tiene casi 9 millones
de sus ciudadanos regados por el mundo, Cuba ha visto salir a sus hijos, no sé
si en el orden de los casi 3 millones por más o menos las mismas causas. El
gobierno venezolano como único recurso para mantenerse implementa el terror con
todo lo que él lleva adentro, el gobierno cubano, no sólo ha implementado el
mismo terror para el interior de Cuba, sino que se ha dedicado, incomprensiblemente
por lo fácil que lo ha tenido a partir de los actores mundiales, a convertirse
de plataforma de lanzamiento e instrucción de ese terror como mecanismo de
poder, no sólo en aulas, no sólo en secreto, no sólo en la sombra, sino “in
situ”, de esas maniobras, Venezuela hoy es el mejor ejemplo de esa influencia.
Venezuela ha experimentado la separación familiar, la
angustia por lo que se ha tenido que dejar, el nacimiento de niños en suelos
extranjeros que no conocen a sus abuelos, tíos, primos, la añoranza de un día
poder regresar en libertad. Cuba ha experimentado y experimenta ese mismo
problema, familias que ya casi no son familias, más allá de llamadas por
teléfonos, fotos y alguna que otra ayuda económica. Los gobiernos de Venezuela
y Cuba son maquinarias de destrucción, sobre todo, de los humanos. Los
venezolanos y los cubanos que vivimos en el exterior, generalmente estamos mejor,
comemos y vestimos a la altura de los años que corren, pero hemos dejado lo más
importante, hemos dejado de ser cubanos para convertirnos en una suerte de
engendro estemos donde estemos, obligados por la sobrevivencia, sobre todo grandes
soñadores de que un día todo cambiará.
El pueblo venezolano ha decidido cambiar, se moviliza,
está en la calle, apoyan el cambio, están luchando por ello, respaldan a Edmundo
y sobre todo a María Corina, a la cual esconden, dan soporte, no sólo la
respetan y siguen como única opción de esperanza, sino la miman. El pueblo
venezolano, respondiendo con su apoyo a su inigualable líder, responde a sus
llamados. Los venezolanos que viven, repito, en un país donde te cogen, te
torturan y te matan sin muchos procedimientos, está enfrentado al gobierno,
dentro y fuera de Venezuela. Los venezolanos han logrado movilizar al mundo, el
pueblo cubano, lamentablemente, no.
Y mi admiración por el pueblo venezolano y, sobre todo,
no lo niego, por María Corina Machado, va seguida de preguntas: ¿Cómo lo
logran?, ¿Cómo han logrado enfocar a un enemigo y no se han desgastado fajándose
entre ellos?, ¿Cómo han logrado perder el miedo?, ¿Cómo han logrado entender
que el gobierno y la patria son dos cosas diferentes y que el primero no es dueño
único y absoluto de la segunda?, ¿Cómo han logrado entender que es mejor
ponerse rojo un día y salir de la miseria económica y sobre todo espiritual, que
rosados todos los días y vivir con ellas como un pesado lastre del cual no se
puede salir?, ¿Somos los cubanos y los venezolanos tan diferentes?
El pueblo venezolano va a ser libre, no sé si este 10
de enero, pero va a ser libre porque quiere y está luchando por la libertad.
Nosotros los cubanos, lamentablemente, no.
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