sábado, 27 de diciembre de 2025

642.- La indignidad de una muerte digna.

Recuerdo haber escrito aquí sobre la muerte y los cementerios en Cuba, pero como estamos casi terminando el 2025 y sigo vivo, es buen momento para retomar el tema, ya no del pasado sino del presente cubano.

Si hay algo para el cubano importante es la muerte, no por el hecho en sí, la muerte existe y no podemos desconocerla, sino por todo lo que esto significa para nuestra cultura y tradición. Somos un pueblo, que parece medio salvaje o ha llegado a manifestar cierto salvajismo, pero en realidad somos para algunos temas, sentimentales, tradicionales, y, a veces hasta medio dramáticos, pienso que herencia española en nuestra presencia.

La historia del tratamiento de la muerte, los velorios, los entierros es muy rica en Cuba, por sus diferentes variantes. Los entierros en las iglesias, los cementerios adelantados para la época en que surgieron comparados con otros países del área, el desarrollo y diversidad de los servicios funerarios, incluyendo la contratación de mujeres lloronas, reconocidas como plañideras, porque al muerto que más se lloraba era el más importante y querido, delata la importancia que el tema tuvo para el cubano.

Somos, de forma general, un pueblo que prefiere los velorios de 24 horas en funerarias o en las casas particulares sobre todo en el campo cubano, las procesiones hacia y dentro de los cementerios, el entierro generalmente en bóvedas, nichos, y, sobre todo, las flores, muchas flores. Flores como símbolo de recuerdo, de admiración, quizás como compañía para el largo viaje que se dice comienza cuando se muere.

Cuba fue española, africana, antes de ser criolla y cubana. Cuba es una diversidad grande de religiones, semi religiones, creencias y en cada una de ellas se le dedica un espacio a venerar la muerte y sus muertos. Cantos, bailes, música, comidas, discursos, homilías y sobre todo mucho respeto, sin desconocer que existen casos, sobre todo en esas 24 largas horas de velorio, que van a las funerarias para enamorarse o hablar de pelota.

Terminamos casi el 2025, que se prometió sería un año mejor que el anterior y que sólo logró decrecer en un 4%, o sea, después de mucha “resistencia creativa”, el presente año estuvo cuatro veces más mal que su predecesor, que ya había sido peor que a su antecesor, que también fue peor que su antecesor y eso se siente en todos y cada uno de los aspectos de la vida cubana, incluyendo el tema muerte, velorios, entierros, etc.

Y sé que algunos podrán pensar, bueno, si el muerto ya está muerto, qué más da. Sin embargo, junto al muerto, que es verdad que está muerto y, por tanto, ni siente, ni padece, están sus familiares, sus amigos y una enorme sociedad que observa, piensa y evalúa, por lo que el tema daña a los que quedan.

No hablaré ahora de los cementerios, ya lo hice aquí mismo en el pasado, sólo diré que, de lugares respetados, cuidados, organizados y hasta cierto punto bellos por sus diseños, arquitecturas, mármoles y muestras de obras de arte, hoy han parado en solares, en basureros, en lugares totalmente descuidados y olvidados, llenos de hierbas, bóvedas abiertas, destruidas, cadáveres expuestos, animales que deambulan transportando huesos, saqueadores de tumbas en busca de ropas viejas y huesos para ritos y “trabajos” religiosos. Cementerios más parecidos a basureros que los propios basureros y de basureros Cuba puede enseñar al mundo, por aquello de “en cada cuadra un Comité” acompañado de un basurero.

Escribiré sobre los muertos, lo que pasan en su nuevo camino y los familiares que tratan de dignificar la muerte. Morirse en Cuba hoy es complicarle la vida, más allá de los sentimientos, a las personas que sobreviven. De ese camino gris, oscuro, no se salva hoy nadie. No se salvó Fidel Castro y sus familiares, en aquel viaje por carretera que trasladó, dicen, las cenizas del "Invicto" desde La Habana hasta la piedra que le sirve de sepultura en Santiago de Cuba, cuando el jeep que tiraba de la carroza fúnebre se rompió en medio de la carretera y todos los militares acompañantes tuvieron que poner pie en tierra para empujarlo, pienso, hasta el taller más cercano. En medio de su traslado carnavalesco, Fidel pasó el susto de parar en un taller de mecánica o al menos soportar el cambio del jeep fúnebre. ¿Qué dejar para el simple pueblo?

Las tradicionales flores y coronas no existen, si se consiguen hay que pagarlas muy caras en el antiguo llamado mercado negro, hoy, con esa gran creatividad del gobierno cubano, mercado alternativo o, pienso, arrancar las flores del jardín de tu casa o de algún vecino amigo. Las flores no existen debido al “bloqueo” norteamericano.

Las llamadas cajas de muerto, que estoy seguro deben tener otro nombre oficial, no sirven, porque están hechas de cualquier pedazo de madera mala, a tal punto de romperse en el traslado o los familiares tener miedo a meter a su fallecido dentro. La industria de ese tipo de cajas ahora está, escuché, en manos de las llamadas MyPimes, otro sinónimo del gobierno a instaurar en la mente del cubano para no reconocerlas públicamente como simples empresas privadas, aparentemente de mejor calidad, pero entonces el costo de ellas es siempre mayor que el costo que podría tener el mismísimo fallecido. El costo de una caja de muerto por esta vía es tan preciado como el de obtener una planta eléctrica o un automóvil.

Las funerarias, han seguido el camino de todo lo demás, destrucción total. No agua, no luz eléctrica, no asientos y la indolencia o imposibilidad de los que allí trabajan. Recuerdo en el comienzo del Período Especial y los apagones, las funerarias, casi siempre sin ventanas, entregaban un quinqué de keroseno, a lo que los cubanos llamamos “lubrilante”, por capilla o lo que es lo mismo por muerto, lo que hacía imposible permanecer dentro de aquellos lugares. Sólo dentro de las capillas terminaban quedando los fallecidos, por razones más que evidentes. Lo que llegó a contradecir el refrán popular de “el muerto adelante y la gritería atrás” para convertirse en el muerto adentro y la gritería afuera.

Pero todo esto, más bien parecido que es sacado de un guion de una película hiper satírica o de humor negro, no es nada, la realidad hoy es peor.

Los familiares de las personas fallecidas tienen que penar un poco más. A veces el fallecido está en su casa o en algún policlínico u hospital, 15, 16 horas para ser recogido. No neumáticos, no combustible, no baterías, o sea, no transporte, debido siempre dicen, al “bloqueo”. Imaginar 15 horas con tu mamá o papá, tu abuela o abuelo, tu esposa o esposo, peor, tu hijo o hija en la cama o sofá de tu casa, esperando a que aflojen el “bloqueo” y aparezca un carro para trasladarlo a la funeraria.

Luego la funeraria, aquella misma destruida, sin electricidad, sólo se responsabiliza en muchos casos con el trámite de contabilidad, o sea, el registro y la baja, el traslado a los cementerios corre por parte de los dolientes y entonces aparecen imágenes de transporte de cadáveres en carros de empresas, camiones, carretones tirados por bueyes o empujados por seres humanos solidarios.

No tenemos en Cuba de forma general tradición de llevar a los muertos en hombros, nuestra historia recoge algunos momentos casi siempre vinculados a manifestaciones sociales, personas que murieron luchando y fueron reconocidos, etc., ahora los familiares declaran que no se arriesgan a cargar los cajones de madera, por miedo a que el fallecido se salga por el camino.

Los funcionarios funerarios, o sea, los llamados antes funerarios, declaran, con lo que se quitan un gran problema de arriba, que su responsabilidad llega a la salida de las puertas de la funeraria, de ahí para adelante, que puede ser una cuadra o mil, es responsabilidad, por sus medios, de los que insisten en llevar al muerto al Campo Santo, que como sabemos hoy tiene mucho más de campo, o sea, de potrero, que de santo.

Las historias de las personas que hoy se ven obligadas a luchar con estos temas, dan miedo, más las imágenes o videos de cadáveres que se salen de los carros y paran tirados en las calles, por las malas o ningunas condiciones que tienen hoy los transportes que se dedican al tema o se resuelven.

A como están las cosas hoy y se perfilan a futuro, será mejor incinerar a los fallecidos por medios propios, nada absurdo, países como India lo hacen desde siempre, lo que en el caso cubano serviría al menos esa última vez para cocinar; enterrarlos en los patios o jardines, nada extraño los primeros cementerios privados de las familias e incluso todavía hoy, son parte de terrenos escogidos dentro de las propiedades o hacer lo mismo que hacen los habitantes de la región cultural de Tana Toraja, en la isla Sulawesi, Indonesia, donde las familias mantienen a sus fallecidos por meses  incluso años, vestidos, en camas o sillones, sacándolos a coger Sol de vez en cuando, hablándoles y ofreciéndoles comida, en espera de poder celebrar un funeral.

Ya no agua, electricidad, comida, atención médica, ropa, zapatos, casas, etc.; sino simplemente, cómo hacer más digna la muerte en Cuba.

 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

641.- Díaz Canel se compromete a seguir luchando por bajar de peso y vencer.

Hay dos formas de tener sexo. Una es por acuerdo, lo que va desde el amor hasta la prostitución u otro intercambio como negocio y la otra es una violación, cañona, fuerza, donde una parte, generalmente un hombre, aunque la historia recoge casos de mujeres, asumen violentamente, con más o menos violencia, el derecho de poseer físicamente a la otra.

La llamada Revolución Cubana, que en realidad es un gobierno como otro cualquiera al que se le sigue llamando convenientemente revolución para afectar los sentimientos y tratar de mantenerse anclada en una isla que naufraga, es un ejemplo de la segunda variante.

Todo, exactamente todo, se logró y se logra como por violación, a pesar del aparente apoyo “convencido” de una parte o en determinado momento una gran parte de la población cubana durante décadas. Fidel, su hermano Raúl y su muñeco Díaz Canel, partiendo del control y la fuerza, nunca han necesitado del pueblo para decidir, todo lo contrario, se decide y luego se le comunica el pueblo lo que se decidió, en busca de “auto parlantes” humanos que repitan las decisiones.

Ustedes, los comunistas, ustedes los revolucionarios de ayer e incluso ustedes, los absurdamente y fuera de toda lógica existente, que se siguen llamando revolucionarios de hoy, son los culpables de lo que Cuba vive.

Todo el que apoyó convencido o inocentemente, todo el que levantó la mano para apoyar y ratificar hasta el más salvaje invento, todo el que trató de apagar, callar, disminuir, opacar, reprimir, etc., una nueva idea, un cuestionamiento, una acción fuera de lo que dictaba la “nueva moral revolucionaria”, tiene o debe tener un por ciento de esa culpa en sus espaldas.

Todos, incluso los que estando fuera de Cuba, todavía hoy, casi al cierre del 2025, cuando Cuba compite con los países más pobres y desaliñados del mundo, cuando Cuba va en camino a la haitianización, cuando Cuba se fragmenta y se cae, incluso literalmente, en pedazos, son parte culpables de lo que ocurre. Todos aquellos que, incluso, desde sus cómodas posiciones “capitalistas”, confían y estimulan que ahora sí el gobierno cubano y su “jefe” el partido único comunista o el “jefe” único partido comunista cubano con un gobierno subordinado, anunciando por enésima vez otro paquete de medidas para rectificar el rumbo y bajo el más que definido teóricamente como única opción, el socialismo cubano, puede resolver algo, son parte culpables de lo que está pasando.

El gobierno cubano y su partido llevan casi 70 años rectificando el rumbo, tomando medidas de urgencia, cambiando y cambiando hasta lo absurdo o conveniencia del poder, tal como una nave, quizás las de Colón o la de los vikingos que navegaron guiados por el Sol, las estrellas, el calor o frío del agua de mar, con precarios instrumentos de medición y orientación, en medio de un océano revuelto con olas de 5, 6 metros de altura. Pienso que los primeros navegantes que menciono, al menos en el acercamiento a lo que luego se llamó Nuevo Continente, tuvieron más olfato, mejores ojos y cerebros para conducir sus naves, que las que tiene hoy los que gobiernan Cuba. Ellos no tienen olfato, ni ojos, ni oídos, tan siquiera ni paladar para poder resolver algo. El cerebro de esas personas sólo va dirigido a sobrevivir, tal como debe haber dejado orientado Fidel Castro, el cual, según el mismísimo presidente, dice que le habla por las noches, sin decir exactamente si le dice: vas bien Canel o le dice hijo de puta, cómo has podido acabar más rápido que yo con la obra.

Terminamos el 2025 y Cuba, en voz temblante de su presidente y errores en la lectura, a pesar de su doctorado, reconoce que la economía cubana se ha contraído en un 4%, sobre la contracción que ya venía experimentando. Díaz Canel, el singa´o, el limonardo, el absolutamente gris, que ni leer sabe, en sus casi 7 años de ostentar la presidencia, no ha podido, a pesar de rectificaciones y rectificaciones, resolver uno solo de los problemas que la población vive, más allá de ratificar como única opción para el pueblo cubano tiene que seguir viviendo bajo el llamado socialismo. Lo que, para mí, entre líneas, anuncia, que, si Jesús no regresa de su largo viaje y aparece especialmente en y para Cuba, el 2026 será un año peor.

Díaz Canel y su farsante gobierno, todos sabemos quién o quiénes son los que gobiernas, es como un papá abochornado que, frente a sus hijos famélicos y encerrados dentro de su casa, declara, no han podido comer este año, se nos murió uno, no resistió, se nos fue otro, nos traicionó, ha sido un año malo y les comento que el próximo año será peor, ustedes tiene que resistir.

Es tan sencillo como decirle a un preso, estás preso, como comentarle a una persona que está siendo violada, quiero decirte que te estoy violando, como comentarle a alguien al que le quedan segundos de vida, vas a morir. El gobierno cubano debería redactar comunicados para los suecos, los noruegos, los canadienses, los australianos, alejados de la realidad cubana, pero contarle al pueblo cubano que no tiene luz, que no tiene agua, que no tiene medicina, que las casas se les están cayendo, que no existe el futuro mejor a corto plazo, a ese pueblo que padece todos estos males diariamente, es sólo el ejemplo del odio que se siente por ese pueblo. Es sólo la noticia de que estaremos aquí en el poder, por encima de sus muertes, sus miserias, sus angustias, su abandono, escapada o huida.

Es más, de los mismo, por los mismos.

Recién a concluido el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, once reuniones grandes en 67 años para rendir cuentas y proponer acciones futuras. Once plenos que se han dedicado a pasarle la mano por arriba a los errores y proponer como única solución frases vacías, grandilocuentes, imaginarias, apartadas todas ellas de la realidad. Venceremos, no se dice a qué, ni cuándo. Avanzamos, no se aclara hacia dónde, en qué tiempo. Triunfaremos, menos se aclara cuándo termina la guerra a ganar. Soberanía alimentaria, sin reconocer que el mayor por ciento de comida se compra al "enemigo" Estados Unidos. Resistencia creativa e inteligente, ¿Creatividad? Socialismo o Muerte, deberían decir para resumir muerte. 

En su intervención, larga y aburrida, que podría haber sido muy corta, algo así como: hemos fracasado, leyendo o mal leyendo un discurso que de seguro se lo redactó alguien porque no pudo apartar la vista un segundo del papel, con una voz apagada y temblorosa, lo que hace más difícil la escucha, el Secretario General del PCC, “por casualidad” presidente del gobierno, dijo:

Como no puedo reproducir aquí el tembleteque, lo más aproximado a lo que pasó, lo expreso en el cambio de letra, o al menos así me lo imagino. ¿Difícil de leer? Lo sé, puedo garantizar que es más difícil de escuchar

“Aquí no se va a rendir nadie. Y yo siempre lo digo, la responsabilidad que nos ha tocado como generaciones que estamos viviendo este momento de la revolución y el legado que podemos dejar como generaciones es sentirnos que fuimos gente de nuestro tiempo, es que la revolución siga venciendo a pesar del bloqueo recrudecido y que cada vez esté mejor y que el país avance, y eso es lo que hay que defender, por eso es lo que hay que luchar. Si se puede compañeros, si se puede”.

Y aquí es donde me digo y les escribo, qué locura es esta. ¿La revolución está venciendo?, ¿Cada vez está mejor?, ¿El país avanza?

Yo creo que a lo mejor el “limonardo” se está refiriendo a su dieta evidente para bajar aceleradamente de peso, quizás abochornado del reclamo popular de que el pueblo es hueso y pellejo y cada día los dirigentes están más gordos. Tan gordos que a veces no caben todos en la misma foto y más que obvio dentro de sus ropas.

Díaz Canel debe nombrar a su dieta como cambiar todo lo que tiene que ser cambiado y revolucionar la revolución, a su fuerte trabajo, constancia y sacrificio para perder libras de peso. Quizás llama vencer y avanzar a la concentración en proteínas, carnes y mariscos y vencer a las papas fritas, el pan, las pastas, etc.

El daño causado al pueblo de Cuba no tiene solución, lo pasado, pasado está y ese daño quizás no se pueda recuperar nunca. El sufrimiento, las separaciones, las muertes, las prisiones, la carencia, la miseria, el odio, la venganza son características sociales que sobreviven incluso cuando los aparentes o reales problemas que las causan desaparecen.

Un pueblo dividido, poco honesto, apático, vigilante del otro, no se arregla como se puede arreglar la producción de yuca.

No existirán cambios reales en un pueblo, mientras la fuerza que lo destruyó siga dirigiendo sus destinos, aunque mañana la carne de cerdo esté por la libre a precios alcanzables. Los cambios “cosméticos” son sólo para garantizar la violación.

Para que exista un cambio real, todos, incluyendo al Partido Comunista de Cuba tienen que desaparecer y así y todo no pagarían el daño. ¿Es un pensamiento antidemocrático? Si, lo es, pero: ¿Es que el comunismo es realmente democrático?, ¿Se les puede llamar antidemocráticos a los alemanes que tienen prohibido de por vida que surja, se legalice y exista de nuevo el nazismo?, ¿Se puede considerar a Polonia antidemocrática cuando recientemente ha prohibido la existencia de partidos totalitarios como el comunista?

No lo digo yo, sino dicen que lo dijo el gran Winston Churchill, a él, a su historia, reclamarle tus posibles inconformidades.



 

viernes, 5 de diciembre de 2025

640.- ¡Agua!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Si hay algo que hoy se repite y se repite como consigna o conga carnavalesca, más o menos es lo mismo, es que Cuba tiene un “estado fallido” y esto entonces nos obliga a pensar para no repetir o repetir sólo en parte siempre que sea cierto.
¿Tiene Cuba un “estado fallido”? A mi consideración SI y NO, o lo que es lo mismo, no clasifica como estado fallido clásico y de ahí su sobrevivencia y el trabajo que cuesta lograr dicho reconocimiento incluso por expertos internacionales acostumbrados a estos temas.
Veamos una definición general y sencilla, siempre a la mano para por lo menos aclararnos nosotros mismos.
Estado: “Es una organización política y social con gobierno, un territorio definido y una población. Sus funciones principales son mantener el orden, garantizar la seguridad y promover el bienestar general de sus ciudadanos a través de un conjunto de instituciones, leyes y políticas públicas”.
De ella se deriva que existen tres elementos claves: el territorio, la población y el gobierno, cuyo objetivo principal es crear bienestar para TODOS los ciudadanos, por lo que no cabe de opción de que a unos si y a otros no. Nada tiene que ver con el color, la edad, el estatus social, la pertenencia a determinado grupo político o el apoyo al mismísimo gobierno encargado de generar los beneficios.
La palabra TODOS debe significar la no distinción e incluso, para los más avanzados y modernos, el estado y sus representantes existen para proteger y garantizar una vida digna a las llamadas mascotas y animales en general, o sea, perros, gatos, caballos, palomas, ratones, grillos, ranas y cucarachas, algunos de ellos, no es de ocultar, que en muchos lugares del planeta se ingieren por su alto nivel alimenticio, por simple tradición o por hambre.
Veamos entonces qué se dice de un “estado fallido”. Es el estado – gobierno que ha perdido su capacidad de ejercer un control efectivo sobre el territorio y la población, dejando de cumplir sus funciones básicas, entre ellas el hacer cumplir la ley.
Los estados fallidos suelen aparecer a partir de guerras, elevadísimos niveles de corrupción que involucran no sólo a los gobernantes, sino a gran parte de la población existente, divisiones internas, sobre todo políticas, que pueden derivar en diferentes facciones al gobernar, todo lo que se resume en crímenes organizados, grupos armados fajados entre ellos y contra el gobierno o los representantes que queden y terrorismo de cualquier tipo, que no es más nada que terrorismo.
Los casos más conocidos hoy son aquellos países dónde el gobierno no existe, renunció o lo renunciaron y el poder, las leyes y la justicia están en manos de grupos “banderiles” o “gansteriles”, casi siempre armados, donde prima la ley del más guapo, el que más armas tiene, el que más asesina, etc. En esos lugares, generalmente en guerras internas, venganzas, asesinatos, etc., a nadie coherente, por muy buenos sentimientos e intenciones que tenga, se le ocurre arreglar nada y entonces el país entero navega hacia donde lo impulse el viento sin tener incluso velas.
¿Entonces, según estas definiciones puestas aquí a la ligera, Cuba ha llegado a ser y exhibe un estado fallido? NO.
Olvidando a los mambises y sus inigualables historias, cosa que hoy nos queda muy lejos, olvidando al Moncada, la Sierra, el triunfo de la “gloriosa” revolución, cosas que también nos están quedando lejos, hoy en 2025, es más que evidente que el gobierno cubano no tiene la más mínima capacidad de crear y mantener un solo beneficio para TODOS, pero por más que nos pese, el gobierno cubano mantiene el control político, territorial y militar.
Ha sido experto y no se le puede desconocer el mérito, en crear leyes, mecanismos y acciones durante estos casi 70 años, a su única conveniencia, que les ha garantizado la permanencia en el poder e incluso alardear sobre ello.
El gobierno cubano, por miles de razones, ahora imposible de analizar, mantiene la narrativa de un estado socialista en construcción, con un único partido comunista en el poder que incluso se anuncia públicamente por encima de la constitución del país, la actual y las posibles venideras.
Desde aquella idea de la revolución verde como las palmas o las elecciones en año y medio hasta hoy con la “Continuidad” de no sé qué, los gobernantes Fidel, Raúl y Díaz Canel, como un mismo dragón de tres cabezas, se las han arreglado, no sin trabajos y maniobras, para cambiar y cambiar todo, incluyendo a personas, lo que le ha garantizado dominar a Cuba como la mafia domina. Cuba es una granja de cerdos, quizás perdón por la comparación, a la que los dueños manejan a su antojo, incluyendo la muerte.

El gobierno cubano es prolifero en leyes, normas, regulaciones, procesos de rectificaciones, saneamientos políticos, todos a conveniencia. Cambios y más cambios que no van a ningún lugar, sólo para dar la imagen de que se avanza en algo.
El gobierno cubano, el partido único comunista, mantiene, también por miles de razones, desde la real fidelidad cada día más menguada hasta el soborno, la compra y el chantaje al ejército de su lado o al menos a los muy altos oficiales encargados de administrar a toda la tropa a lo largo y ancho del país, pero, además, si en algo han sido inteligentes es en crear, alimentar y engordar a todos los mecanismos represivos.
Cuba tiene un diseño milimétrico, a veces corrupto, pero milimétrico de la inteligencia, la contrainteligencia, las tropas regulares, las tropas especiales, más las tropas más especiales, más los grupos más especiales que las tropas y las tropas especiales. Cuenta con un ejército de aparentes civiles distribuidos por y dentro de todos los estratos de la sociedad cubana, capaz de controlar cuadras, vecindarios, centros de trabajo, familias, etc. Tal es ese diseño que todos los cubanos nos llegamos a sentir vigilados, incluso cuando no hemos hecho nada malo.
Es cierto, nada funciona, pero los órganos de inteligencia y control siempre están afilados sobre todo para aplicar acciones “saneadoras” cuando el poder lo requiera. En Cuba, tal como dice la sabiduría popular, uno nunca sabe el pasado que le espera.
El gobierno cubano mantiene el control, las leyes son fabricadas y cambiadas a conveniencia, el enorme y caro aparataje represivo experto en liquidación de masas y trabajos a los que llaman profilácticos funciona aún y una parte de ese pueblo cubano, desinteresado, desesperanzado, aburrido, sin referencias internacionales, dudoso de su futuro y hasta incapaz de imaginárselo, por no tener otra cosa que hacer, prefiere penar y mantenerse al lado del gobierno, al menos de forma formal. El gobierno amenaza, el cubano no cree, pero obedece en espera, tal como dice la canción, que un día “llueva café en el campo”.
¿A pesar de todo este entramado que aparenta fortaleza, nada nuevo, pasó lo mismo en todo el campo socialista y en otros gobiernos totalitarios, hasta el último día de su existencia, es el gobierno cubano un gobierno fallido? SI.
Es más que un gobierno fallido, un gobierno de mierda o un desgobierno, que ha logrado no sólo destruir la economía, la historia, el futuro de un país, sino peor, ha destruido al cubano. Los más risueños, los más gordos, los aparente con mejores condiciones de vida, los revolucionarios de ayer, los profesionales, los técnicos, los viejos y los jóvenes, las amas de casas, las abuelas, tú y yo, todos estamos destruidos.
Imaginar que hoy, pero desde hace muchas décadas, el gobierno cubano es incapaz de crear algún beneficio. Los aparentes beneficios son carnadas que luego son cobradas.
No vale la pena hablar de economía en un país que no tiene economía.
Díaz Canel textual.
Finales del 2019. “La economía. Este tiene que ser el año, [2020], en que nosotros terminemos de quitar o proponer todo lo que hay que proponer para destrabar la economía. Para realmente desatar las fuerzas productivas”. NADA
Finales del 2020. Llegará el 2021, lo vamos a esperar con deseos, con ganas y sobre todo con mucha confianza que también juntos vamos a vencer en el 2021”. NADA
Finales del 2021. “Nadie sabe cómo será el 2022, sólo me acompaña una certeza, cada uno y todos juntos podemos hacerlo mejor” NADA
Finales del 2022. “EL 2023 debe ser un año mejor, pero lograrlo demanda más que un plan integral y vamos a vencer”. NADA
Finales del 2023. “El 2024 tiene que ser un año mejor”. NADA
Finales del 2024. “En las vísperas del 2025 y sobre todo con la convicción de que trabajando y defendiendo la unidad con inteligencia, con talento y con esfuerzo, una vez más, venceremos”. NADA.
La pregunta entonces es: ¿Cuándo lo van a sacar por incapaz y mentiroso?, ¿Cuántos NADA tiene que acumular?
Con sólo cinco cuentos de mi experiencia, basta para entender la incapacidad, el desinterés, el olvido y la mentalidad de dueño de granja porcina que tiene ese mismo gobierno cubano desde 1959.
1.    La casa de mis bisabuelos estaba en la calle Concordia, a dos cuadras de Belascoain, junto detrás del hoy Hospital Almejeiras. Durante toda mi infancia, luego en mi adolescencia, fue un lugar de visitas muy frecuentes, a veces todos los fines de semana. Mi abuela “Mamá Yuya” nos llevaba a las tiendas, a los cines, a las pizzerías y restaurantes, pero al final del paseo, siempre parábamos en casa de sus padres y hermanos. Siempre me llamó la atención, repito siendo niño, o sea, década del 60 y 70, que había personas que, halando una carretilla por el medio de la calle, vendían latas de agua a los vecinos. Siempre era siempre. en Centro Habana el agua siempre fue un producto de lujo.
2.    Recuerdo que, estudiando en la universidad, 1981 - 1986, un buen amigo, de apodo Ñiki, muy famoso en mi carrera, no digo su nombre porque sigue viviendo en Cuba y si leen esto con malas intenciones pueden acusarlo de problemas ideológicos, aseguraba que nunca había visto caer el agua en la ducha de su casa. Vivía en Santiago de las Vegas y el agua que utilizaban para todo, siempre venía en cubos o baldes.
3.    Crecí y viví siempre en Víbora Park, todavía sueño con ese lugar, y recuerdo que mi padre se quejaba de la presión que tenía el agua, que, según él, echaba a perder las zapatillas que eran de mala calidad. Con el tiempo, Víbora Park se llenó de cisternas y tanques enterrados en los jardines y patios, hubo que comprar bombas de agua y poner tanques en los techos. Desde hace ya años, el agua primero la ponían y quitaban cada 24 horas, hoy no hay horas, ni días, el agua llega cuando quiere o quieren, a veces cada 5 días, a veces cada 8 días, y así, sólo a veces.
4.    Tengo un hermano que aún vive en un pueblo que está a 50 kilómetros de la Ciudad de La Habana. Vive desde hace muchos años comprando en el mercado negro, cada cuatro, cinco días o cuándo aparece porque alguien se la ha robado, pipas de agua. Por momentos en ese lugar, imagino que en sus alrededores por lo menos, han pasado como normal, más de un mes sin agua y nosotros, "los habaneros", nos veíamos llevándoles agua en todos los tanques que podíamos encontrar. Agua para vivir.
5.    Si en algo Cuba puede dar ejemplos, es de las construcciones coloniales, algunas de ellas ya no están, otras están en muy mal estado, otras, increíblemente sobreviven a todas las inclemencias, que no son sólo las del tiempo y están aún en pie. Esas construcciones, civiles y militares, tenía los techos diseñados para hacer rodar el agua de lluvia hacia determinados lugares y por canales, recogerla en los famosas aljibes, hoy cisternas. Gran solución de la arquitectura y sabiduría arquitectónica colonial heredada de España, en momentos donde no había acueductos o los lugares eran poco accesibles a ellos. La etapa colonial en Cuba terminó en 1898. Hoy, más que nunca, en el 2025, las personas, cada cual, a su posibilidad y creatividad, en la Cuba socialista, que dice que vencerá, siguen dependiendo del agua de lluvia, la cual es recogida con mucho recelo y cuidado, para poder tener agua.
¿Qué decir entonces?, ¿De qué hablamos? No vale la pena hablar y analizar temas profundos, como libertad, democracia, esperanza, futuro. Tampoco es necesario listar lo que se ha perdido: comidas, servicios, medicinas, escuelas y enseñanzas, deportes y cultura, dinero, etc. Sólo hay que pensar que el gobierno, su gran revolución, su único partido comunista, más la enorme cantidad de dirigentes “come vacas”, no han sido capaces de garantizar en casi 70 años, de forma estable, continua y sobre todo limpia, el AGUA.