viernes, 5 de diciembre de 2025

640.- ¡Agua!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Si hay algo que hoy se repite y se repite como consigna o conga carnavalesca, más o menos es lo mismo, es que Cuba tiene un “estado fallido” y esto entonces nos obliga a pensar para no repetir o repetir sólo en parte siempre que sea cierto.
¿Tiene Cuba un “estado fallido”? A mi consideración SI y NO, o lo que es lo mismo, no clasifica como estado fallido clásico y de ahí su sobrevivencia y el trabajo que cuesta lograr dicho reconocimiento incluso por expertos internacionales acostumbrados a estos temas.
Veamos una definición general y sencilla, siempre a la mano para por lo menos aclararnos nosotros mismos.
Estado: “Es una organización política y social con gobierno, un territorio definido y una población. Sus funciones principales son mantener el orden, garantizar la seguridad y promover el bienestar general de sus ciudadanos a través de un conjunto de instituciones, leyes y políticas públicas”.
De ella se deriva que existen tres elementos claves: el territorio, la población y el gobierno, cuyo objetivo principal es crear bienestar para TODOS los ciudadanos, por lo que no cabe de opción de que a unos si y a otros no. Nada tiene que ver con el color, la edad, el estatus social, la pertenencia a determinado grupo político o el apoyo al mismísimo gobierno encargado de generar los beneficios.
La palabra TODOS debe significar la no distinción e incluso, para los más avanzados y modernos, el estado y sus representantes existen para proteger y garantizar una vida digna a las llamadas mascotas y animales en general, o sea, perros, gatos, caballos, palomas, ratones, grillos, ranas y cucarachas, algunos de ellos, no es de ocultar, que en muchos lugares del planeta se ingieren por su alto nivel alimenticio, por simple tradición o por hambre.
Veamos entonces qué se dice de un “estado fallido”. Es el estado – gobierno que ha perdido su capacidad de ejercer un control efectivo sobre el territorio y la población, dejando de cumplir sus funciones básicas, entre ellas el hacer cumplir la ley.
Los estados fallidos suelen aparecer a partir de guerras, elevadísimos niveles de corrupción que involucran no sólo a los gobernantes, sino a gran parte de la población existente, divisiones internas, sobre todo políticas, que pueden derivar en diferentes facciones al gobernar, todo lo que se resume en crímenes organizados, grupos armados fajados entre ellos y contra el gobierno o los representantes que queden y terrorismo de cualquier tipo, que no es más nada que terrorismo.
Los casos más conocidos hoy son aquellos países dónde el gobierno no existe, renunció o lo renunciaron y el poder, las leyes y la justicia están en manos de grupos “banderiles” o “gansteriles”, casi siempre armados, donde prima la ley del más guapo, el que más armas tiene, el que más asesina, etc. En esos lugares, generalmente en guerras internas, venganzas, asesinatos, etc., a nadie coherente, por muy buenos sentimientos e intenciones que tenga, se le ocurre arreglar nada y entonces el país entero navega hacia donde lo impulse el viento sin tener incluso velas.
¿Entonces, según estas definiciones puestas aquí a la ligera, Cuba ha llegado a ser y exhibe un estado fallido? NO.
Olvidando a los mambises y sus inigualables historias, cosa que hoy nos queda muy lejos, olvidando al Moncada, la Sierra, el triunfo de la “gloriosa” revolución, cosas que también nos están quedando lejos, hoy en 2025, es más que evidente que el gobierno cubano no tiene la más mínima capacidad de crear y mantener un solo beneficio para TODOS, pero por más que nos pese, el gobierno cubano mantiene el control político, territorial y militar.
Ha sido experto y no se le puede desconocer el mérito, en crear leyes, mecanismos y acciones durante estos casi 70 años, a su única conveniencia, que les ha garantizado la permanencia en el poder e incluso alardear sobre ello.
El gobierno cubano, por miles de razones, ahora imposible de analizar, mantiene la narrativa de un estado socialista en construcción, con un único partido comunista en el poder que incluso se anuncia públicamente por encima de la constitución del país, la actual y las posibles venideras.
Desde aquella idea de la revolución verde como las palmas o las elecciones en año y medio hasta hoy con la “Continuidad” de no sé qué, los gobernantes Fidel, Raúl y Díaz Canel, como un mismo dragón de tres cabezas, se las han arreglado, no sin trabajos y maniobras, para cambiar y cambiar todo, incluyendo a personas, lo que le ha garantizado dominar a Cuba como la mafia domina. Cuba es una granja de cerdos, quizás perdón por la comparación, a la que los dueños manejan a su antojo, incluyendo la muerte.

El gobierno cubano es prolifero en leyes, normas, regulaciones, procesos de rectificaciones, saneamientos políticos, todos a conveniencia. Cambios y más cambios que no van a ningún lugar, sólo para dar la imagen de que se avanza en algo.
El gobierno cubano, el partido único comunista, mantiene, también por miles de razones, desde la real fidelidad cada día más menguada hasta el soborno, la compra y el chantaje al ejército de su lado o al menos a los muy altos oficiales encargados de administrar a toda la tropa a lo largo y ancho del país, pero, además, si en algo han sido inteligentes es en crear, alimentar y engordar a todos los mecanismos represivos.
Cuba tiene un diseño milimétrico, a veces corrupto, pero milimétrico de la inteligencia, la contrainteligencia, las tropas regulares, las tropas especiales, más las tropas más especiales, más los grupos más especiales que las tropas y las tropas especiales. Cuenta con un ejército de aparentes civiles distribuidos por y dentro de todos los estratos de la sociedad cubana, capaz de controlar cuadras, vecindarios, centros de trabajo, familias, etc. Tal es ese diseño que todos los cubanos nos llegamos a sentir vigilados, incluso cuando no hemos hecho nada malo.
Es cierto, nada funciona, pero los órganos de inteligencia y control siempre están afilados sobre todo para aplicar acciones “saneadoras” cuando el poder lo requiera. En Cuba, tal como dice la sabiduría popular, uno nunca sabe el pasado que le espera.
El gobierno cubano mantiene el control, las leyes son fabricadas y cambiadas a conveniencia, el enorme y caro aparataje represivo experto en liquidación de masas y trabajos a los que llaman profilácticos funciona aún y una parte de ese pueblo cubano, desinteresado, desesperanzado, aburrido, sin referencias internacionales, dudoso de su futuro y hasta incapaz de imaginárselo, por no tener otra cosa que hacer, prefiere penar y mantenerse al lado del gobierno, al menos de forma formal. El gobierno amenaza, el cubano no cree, pero obedece en espera, tal como dice la canción, que un día “llueva café en el campo”.
¿A pesar de todo este entramado que aparenta fortaleza, nada nuevo, pasó lo mismo en todo el campo socialista y en otros gobiernos totalitarios, hasta el último día de su existencia, es el gobierno cubano un gobierno fallido? SI.
Es más que un gobierno fallido, un gobierno de mierda o un desgobierno, que ha logrado no sólo destruir la economía, la historia, el futuro de un país, sino peor, ha destruido al cubano. Los más risueños, los más gordos, los aparente con mejores condiciones de vida, los revolucionarios de ayer, los profesionales, los técnicos, los viejos y los jóvenes, las amas de casas, las abuelas, tú y yo, todos estamos destruidos.
Imaginar que hoy, pero desde hace muchas décadas, el gobierno cubano es incapaz de crear algún beneficio. Los aparentes beneficios son carnadas que luego son cobradas.
No vale la pena hablar de economía en un país que no tiene economía.
Díaz Canel textual.
Finales del 2019. “La economía. Este tiene que ser el año, [2020], en que nosotros terminemos de quitar o proponer todo lo que hay que proponer para destrabar la economía. Para realmente desatar las fuerzas productivas”. NADA
Finales del 2020. Llegará el 2021, lo vamos a esperar con deseos, con ganas y sobre todo con mucha confianza que también juntos vamos a vencer en el 2021”. NADA
Finales del 2021. “Nadie sabe cómo será el 2022, sólo me acompaña una certeza, cada uno y todos juntos podemos hacerlo mejor” NADA
Finales del 2022. “EL 2023 debe ser un año mejor, pero lograrlo demanda más que un plan integral y vamos a vencer”. NADA
Finales del 2023. “El 2024 tiene que ser un año mejor”. NADA
Finales del 2024. “En las vísperas del 2025 y sobre todo con la convicción de que trabajando y defendiendo la unidad con inteligencia, con talento y con esfuerzo, una vez más, venceremos”. NADA.
La pregunta entonces es: ¿Cuándo lo van a sacar por incapaz y mentiroso?, ¿Cuántos NADA tiene que acumular?
Con sólo cinco cuentos de mi experiencia, basta para entender la incapacidad, el desinterés, el olvido y la mentalidad de dueño de granja porcina que tiene ese mismo gobierno cubano desde 1959.
1.    La casa de mis bisabuelos estaba en la calle Concordia, a dos cuadras de Belascoain, junto detrás del hoy Hospital Almejeiras. Durante toda mi infancia, luego en mi adolescencia, fue un lugar de visitas muy frecuentes, a veces todos los fines de semana. Mi abuela “Mamá Yuya” nos llevaba a las tiendas, a los cines, a las pizzerías y restaurantes, pero al final del paseo, siempre parábamos en casa de sus padres y hermanos. Siempre me llamó la atención, repito siendo niño, o sea, década del 60 y 70, que había personas que, halando una carretilla por el medio de la calle, vendían latas de agua a los vecinos. Siempre era siempre. en Centro Habana el agua siempre fue un producto de lujo.
2.    Recuerdo que, estudiando en la universidad, 1981 - 1986, un buen amigo, de apodo Ñiki, muy famoso en mi carrera, no digo su nombre porque sigue viviendo en Cuba y si leen esto con malas intenciones pueden acusarlo de problemas ideológicos, aseguraba que nunca había visto caer el agua en la ducha de su casa. Vivía en Santiago de las Vegas y el agua que utilizaban para todo, siempre venía en cubos o baldes.
3.    Crecí y viví siempre en Víbora Park, todavía sueño con ese lugar, y recuerdo que mi padre se quejaba de la presión que tenía el agua, que, según él, echaba a perder las zapatillas que eran de mala calidad. Con el tiempo, Víbora Park se llenó de cisternas y tanques enterrados en los jardines y patios, hubo que comprar bombas de agua y poner tanques en los techos. Desde hace ya años, el agua primero la ponían y quitaban cada 24 horas, hoy no hay horas, ni días, el agua llega cuando quiere o quieren, a veces cada 5 días, a veces cada 8 días, y así, sólo a veces.
4.    Tengo un hermano que aún vive en un pueblo que está a 50 kilómetros de la Ciudad de La Habana. Vive desde hace muchos años comprando en el mercado negro, cada cuatro, cinco días o cuándo aparece porque alguien se la ha robado, pipas de agua. Por momentos en ese lugar, imagino que en sus alrededores por lo menos, han pasado como normal, más de un mes sin agua y nosotros, "los habaneros", nos veíamos llevándoles agua en todos los tanques que podíamos encontrar. Agua para vivir.
5.    Si en algo Cuba puede dar ejemplos, es de las construcciones coloniales, algunas de ellas ya no están, otras están en muy mal estado, otras, increíblemente sobreviven a todas las inclemencias, que no son sólo las del tiempo y están aún en pie. Esas construcciones, civiles y militares, tenía los techos diseñados para hacer rodar el agua de lluvia hacia determinados lugares y por canales, recogerla en los famosas aljibes, hoy cisternas. Gran solución de la arquitectura y sabiduría arquitectónica colonial heredada de España, en momentos donde no había acueductos o los lugares eran poco accesibles a ellos. La etapa colonial en Cuba terminó en 1898. Hoy, más que nunca, en el 2025, las personas, cada cual, a su posibilidad y creatividad, en la Cuba socialista, que dice que vencerá, siguen dependiendo del agua de lluvia, la cual es recogida con mucho recelo y cuidado, para poder tener agua.
¿Qué decir entonces?, ¿De qué hablamos? No vale la pena hablar y analizar temas profundos, como libertad, democracia, esperanza, futuro. Tampoco es necesario listar lo que se ha perdido: comidas, servicios, medicinas, escuelas y enseñanzas, deportes y cultura, dinero, etc. Sólo hay que pensar que el gobierno, su gran revolución, su único partido comunista, más la enorme cantidad de dirigentes “come vacas”, no han sido capaces de garantizar en casi 70 años, de forma estable, continua y sobre todo limpia, el AGUA.