Si hay algo que hoy se repite y se repite como consigna
o conga carnavalesca, más o menos es lo mismo, es que Cuba tiene un “estado
fallido” y esto entonces nos obliga a pensar para no repetir o repetir sólo en
parte siempre que sea cierto.
¿Tiene Cuba un “estado fallido”? A mi consideración SI
y NO, o lo que es lo mismo, no clasifica como estado fallido clásico y de ahí
su sobrevivencia y el trabajo que cuesta lograr dicho reconocimiento incluso
por expertos internacionales acostumbrados a estos temas.
Veamos una definición general y sencilla, siempre a la
mano para por lo menos aclararnos nosotros mismos.
Estado: “Es una organización política y social con
gobierno, un territorio definido y una población. Sus funciones principales son
mantener el orden, garantizar la seguridad y promover el bienestar general de
sus ciudadanos a través de un conjunto de instituciones, leyes y políticas
públicas”.
De ella se deriva que existen tres elementos claves:
el territorio, la población y el gobierno, cuyo objetivo principal es crear
bienestar para TODOS los ciudadanos, por lo que no cabe de opción de que a unos
si y a otros no. Nada tiene que ver con el color, la edad, el estatus social,
la pertenencia a determinado grupo político o el apoyo al mismísimo gobierno encargado
de generar los beneficios.
La palabra TODOS debe significar la no distinción e
incluso, para los más avanzados y modernos, el estado y sus representantes
existen para proteger y garantizar una vida digna a las llamadas mascotas y
animales en general, o sea, perros, gatos, caballos, palomas, ratones, grillos,
ranas y cucarachas, algunos de ellos, no es de ocultar, que en muchos lugares
del planeta se ingieren por su alto nivel alimenticio, por simple tradición o
por hambre.
Veamos entonces qué se dice de un “estado fallido”. Es
el estado – gobierno que ha perdido su capacidad de ejercer un control efectivo
sobre el territorio y la población, dejando de cumplir sus funciones básicas,
entre ellas el hacer cumplir la ley.
Los estados fallidos suelen aparecer a partir de
guerras, elevadísimos niveles de corrupción que involucran no sólo a los
gobernantes, sino a gran parte de la población existente, divisiones internas,
sobre todo políticas, que pueden derivar en diferentes facciones al gobernar,
todo lo que se resume en crímenes organizados, grupos armados fajados entre ellos
y contra el gobierno o los representantes que queden y terrorismo de cualquier
tipo, que no es más nada que terrorismo.
Los casos más conocidos hoy son aquellos países dónde
el gobierno no existe, renunció o lo renunciaron y el poder, las leyes y la
justicia están en manos de grupos “banderiles” o “gansteriles”, casi siempre
armados, donde prima la ley del más guapo, el que más armas tiene, el que más
asesina, etc. En esos lugares, generalmente en guerras internas, venganzas,
asesinatos, etc., a nadie coherente, por muy buenos sentimientos e intenciones que
tenga, se le ocurre arreglar nada y entonces el país entero navega hacia donde
lo impulse el viento sin tener incluso velas.
¿Entonces, según estas definiciones puestas aquí a la
ligera, Cuba ha llegado a ser y exhibe un estado fallido? NO.
Olvidando a los mambises y sus inigualables historias,
cosa que hoy nos queda muy lejos, olvidando al Moncada, la Sierra, el triunfo
de la “gloriosa” revolución, cosas que también nos están quedando lejos, hoy en
2025, es más que evidente que el gobierno cubano no tiene la más mínima capacidad
de crear y mantener un solo beneficio para TODOS, pero por más que nos pese, el
gobierno cubano mantiene el control político, territorial y militar.
Ha sido experto y no se le puede desconocer el mérito,
en crear leyes, mecanismos y acciones durante estos casi 70 años, a su única conveniencia,
que les ha garantizado la permanencia en el poder e incluso alardear sobre
ello.
El gobierno cubano, por miles de razones, ahora
imposible de analizar, mantiene la narrativa de un estado socialista en
construcción, con un único partido comunista en el poder que incluso se anuncia
públicamente por encima de la constitución del país, la actual y las posibles
venideras.
Desde aquella idea de la revolución verde como las
palmas o las elecciones en año y medio hasta hoy con la “Continuidad” de no sé
qué, los gobernantes Fidel, Raúl y Díaz Canel, como un mismo dragón de tres cabezas, se las han arreglado, no sin
trabajos y maniobras, para cambiar y cambiar todo, incluyendo a personas, lo
que le ha garantizado dominar a Cuba como la mafia domina. Cuba es una granja
de cerdos, quizás perdón por la comparación, a la que los dueños manejan a su
antojo, incluyendo la muerte.
El gobierno cubano es prolifero en leyes, normas,
regulaciones, procesos de rectificaciones, saneamientos políticos, todos a conveniencia.
Cambios y más cambios que no van a ningún lugar, sólo para dar la imagen de que
se avanza en algo.
El gobierno cubano, el partido único comunista,
mantiene, también por miles de razones, desde la real fidelidad cada día más
menguada hasta el soborno, la compra y el chantaje al ejército de su lado o al
menos a los muy altos oficiales encargados de administrar a toda la tropa a lo
largo y ancho del país, pero, además, si en algo han sido inteligentes es en
crear, alimentar y engordar a todos los mecanismos represivos.
Cuba tiene un diseño milimétrico, a veces corrupto,
pero milimétrico de la inteligencia, la contrainteligencia, las tropas regulares,
las tropas especiales, más las tropas más especiales, más los grupos más
especiales que las tropas y las tropas especiales. Cuenta con un ejército de aparentes
civiles distribuidos por y dentro de todos los estratos de la sociedad cubana,
capaz de controlar cuadras, vecindarios, centros de trabajo, familias, etc. Tal
es ese diseño que todos los cubanos nos llegamos a sentir vigilados, incluso
cuando no hemos hecho nada malo.
Es cierto, nada funciona, pero los órganos de
inteligencia y control siempre están afilados sobre todo para aplicar acciones “saneadoras”
cuando el poder lo requiera. En Cuba, tal como dice la sabiduría popular, uno
nunca sabe el pasado que le espera.
El gobierno cubano mantiene el control, las leyes son
fabricadas y cambiadas a conveniencia, el enorme y caro aparataje represivo
experto en liquidación de masas y trabajos a los que llaman profilácticos
funciona aún y una parte de ese pueblo cubano, desinteresado, desesperanzado, aburrido,
sin referencias internacionales, dudoso de su futuro y hasta incapaz de imaginárselo,
por no tener otra cosa que hacer, prefiere penar y mantenerse al lado del
gobierno, al menos de forma formal. El gobierno amenaza, el cubano no cree,
pero obedece en espera, tal como dice la canción, que un día “llueva café en el
campo”.
¿A pesar de todo este entramado que aparenta fortaleza,
nada nuevo, pasó lo mismo en todo el campo socialista y en otros gobiernos
totalitarios, hasta el último día de su existencia, es el gobierno cubano un
gobierno fallido? SI.
Es más que un gobierno fallido, un gobierno de mierda
o un desgobierno, que ha logrado no sólo destruir la economía, la historia, el
futuro de un país, sino peor, ha destruido al cubano. Los más risueños, los más
gordos, los aparente con mejores condiciones de vida, los revolucionarios de
ayer, los profesionales, los técnicos, los viejos y los jóvenes, las amas de
casas, las abuelas, tú y yo, todos estamos destruidos.
Imaginar que hoy, pero desde hace muchas décadas, el
gobierno cubano es incapaz de crear algún beneficio. Los aparentes beneficios
son carnadas que luego son cobradas.
No vale la pena hablar de economía en un país que no
tiene economía.
Díaz Canel textual.
Finales del 2019. “La economía. Este tiene que ser
el año, [2020], en que nosotros terminemos de quitar o proponer todo lo que hay
que proponer para destrabar la economía. Para realmente desatar las fuerzas
productivas”. NADA
Finales del 2020. Llegará el 2021, lo vamos a
esperar con deseos, con ganas y sobre todo con mucha confianza que también juntos
vamos a vencer en el 2021”. NADA
Finales del 2021. “Nadie sabe cómo será el 2022,
sólo me acompaña una certeza, cada uno y todos juntos podemos hacerlo mejor”
NADA
Finales del 2022. “EL 2023 debe ser un año mejor,
pero lograrlo demanda más que un plan integral y vamos a vencer”. NADA
Finales del 2023. “El 2024 tiene que ser un año
mejor”. NADA
Finales del 2024. “En las vísperas del 2025 y sobre
todo con la convicción de que trabajando y defendiendo la unidad con
inteligencia, con talento y con esfuerzo, una vez más, venceremos”. NADA.
La pregunta entonces es: ¿Cuándo lo van a sacar por
incapaz y mentiroso?, ¿Cuántos NADA tiene que acumular?
Con sólo cinco cuentos de mi experiencia, basta para
entender la incapacidad, el desinterés, el olvido y la mentalidad de dueño de
granja porcina que tiene ese mismo gobierno cubano desde 1959.
1. La casa de mis bisabuelos estaba en la calle Concordia, a dos cuadras de
Belascoain, junto detrás del hoy Hospital Almejeiras. Durante toda mi infancia,
luego en mi adolescencia, fue un lugar de visitas muy frecuentes, a veces todos
los fines de semana. Mi abuela “Mamá Yuya” nos llevaba a las tiendas, a los
cines, a las pizzerías y restaurantes, pero al final del paseo, siempre
parábamos en casa de sus padres y hermanos. Siempre me llamó la atención,
repito siendo niño, o sea, década del 60 y 70, que había personas que, halando
una carretilla por el medio de la calle, vendían latas de agua a los vecinos. Siempre era siempre. en Centro Habana el agua siempre fue un producto de lujo.
2. Recuerdo que, estudiando en la universidad, 1981 - 1986, un buen amigo,
de apodo Ñiki, muy famoso en mi carrera, no digo su nombre porque sigue
viviendo en Cuba y si leen esto con malas intenciones pueden acusarlo de
problemas ideológicos, aseguraba que nunca había visto caer el agua en la ducha
de su casa. Vivía en Santiago de las Vegas y el agua que utilizaban para todo,
siempre venía en cubos o baldes.
3. Crecí y viví siempre en Víbora Park, todavía sueño con ese lugar, y
recuerdo que mi padre se quejaba de la presión que tenía el agua, que, según
él, echaba a perder las zapatillas que eran de mala calidad. Con el tiempo, Víbora
Park se llenó de cisternas y tanques enterrados en los jardines y patios, hubo
que comprar bombas de agua y poner tanques en los techos. Desde hace ya años,
el agua primero la ponían y quitaban cada 24 horas, hoy no hay horas, ni días,
el agua llega cuando quiere o quieren, a veces cada 5 días, a veces cada 8
días, y así, sólo a veces.
4. Tengo un hermano que aún vive en un pueblo que está a 50 kilómetros de
la Ciudad de La Habana. Vive desde hace muchos años comprando en el mercado
negro, cada cuatro, cinco días o cuándo aparece porque alguien se la ha robado,
pipas de agua. Por momentos en ese lugar, imagino que en sus alrededores por lo
menos, han pasado como normal, más de un mes sin agua y nosotros, "los
habaneros", nos veíamos llevándoles agua en todos los tanques que podíamos
encontrar. Agua para vivir.
5. Si en algo Cuba puede dar ejemplos, es de las construcciones coloniales,
algunas de ellas ya no están, otras están en muy mal estado, otras, increíblemente
sobreviven a todas las inclemencias, que no son sólo las del tiempo y están
aún en pie. Esas construcciones, civiles y militares, tenía los techos diseñados
para hacer rodar el agua de lluvia hacia determinados lugares y por canales,
recogerla en los famosas aljibes, hoy cisternas. Gran solución de la
arquitectura y sabiduría arquitectónica colonial heredada de España, en momentos
donde no había acueductos o los lugares eran poco accesibles a ellos. La etapa
colonial en Cuba terminó en 1898. Hoy, más que nunca, en el 2025, las personas,
cada cual, a su posibilidad y creatividad, en la Cuba socialista, que dice que
vencerá, siguen dependiendo del agua de lluvia, la cual es recogida con mucho
recelo y cuidado, para poder tener agua.
¿Qué decir entonces?, ¿De qué hablamos? No vale la
pena hablar y analizar temas profundos, como libertad, democracia, esperanza,
futuro. Tampoco es necesario listar lo que se ha perdido: comidas, servicios, medicinas,
escuelas y enseñanzas, deportes y cultura, dinero, etc. Sólo hay que pensar que
el gobierno, su gran revolución, su único partido comunista, más la enorme
cantidad de dirigentes “come vacas”, no han sido capaces de garantizar en casi 70 años, de forma
estable, continua y sobre todo limpia, el AGUA.