Hay dos formas de tener sexo. Una es por acuerdo, lo que va desde el amor hasta la prostitución u otro intercambio como negocio y la otra es una violación, cañona, fuerza, donde una parte, generalmente un hombre, aunque la historia recoge casos de mujeres, asumen violentamente, con más o menos violencia, el derecho de poseer físicamente a la otra.
La llamada Revolución Cubana, que en realidad es un
gobierno como otro cualquiera al que se le sigue llamando convenientemente
revolución para afectar los sentimientos y tratar de mantenerse anclada en una
isla que naufraga, es un ejemplo de la
segunda variante.
Todo, exactamente todo, se logró y se logra como por violación,
a pesar del aparente apoyo “convencido” de una parte o en determinado momento una
gran parte de la población cubana durante décadas. Fidel, su hermano Raúl y su
muñeco Díaz Canel, partiendo del control y la fuerza, nunca han necesitado del
pueblo para decidir, todo lo contrario, se decide y luego se le comunica el
pueblo lo que se decidió, en busca de “auto parlantes” humanos que repitan las
decisiones.
Ustedes, los comunistas, ustedes los revolucionarios de
ayer e incluso ustedes, los absurdamente y fuera de toda lógica existente, que
se siguen llamando revolucionarios de hoy, son los culpables de lo que Cuba
vive.
Todo el que apoyó convencido o inocentemente, todo el
que levantó la mano para apoyar y ratificar hasta el más salvaje invento, todo el
que trató de apagar, callar, disminuir, opacar, reprimir, etc., una nueva idea,
un cuestionamiento, una acción fuera de lo que dictaba la “nueva moral
revolucionaria”, tiene o debe tener un por ciento de esa culpa en sus espaldas.
Todos, incluso los que estando fuera de Cuba, todavía
hoy, casi al cierre del 2025, cuando Cuba compite con los países más pobres y
desaliñados del mundo, cuando Cuba va en camino a la haitianización, cuando Cuba
se fragmenta y se cae, incluso literalmente, en pedazos, son parte culpables de
lo que ocurre. Todos aquellos que, incluso, desde sus cómodas posiciones “capitalistas”,
confían y estimulan que ahora sí el gobierno cubano y su “jefe” el partido
único comunista o el “jefe” único partido comunista cubano con un gobierno subordinado,
anunciando por enésima vez otro paquete de medidas para rectificar el rumbo y
bajo el más que definido teóricamente como única opción, el socialismo cubano, puede
resolver algo, son parte culpables de lo que está pasando.
El gobierno cubano y su partido llevan casi 70 años
rectificando el rumbo, tomando medidas de urgencia, cambiando y cambiando hasta
lo absurdo o conveniencia del poder, tal como una nave, quizás las de Colón o
la de los vikingos que navegaron guiados por el Sol, las estrellas, el calor o
frío del agua de mar, con precarios instrumentos de medición y orientación, en
medio de un océano revuelto con olas de 5, 6 metros de altura. Pienso que los
primeros navegantes que menciono, al menos en el acercamiento a lo que luego se
llamó Nuevo Continente, tuvieron más olfato, mejores ojos y cerebros para conducir
sus naves, que las que tiene hoy los que gobiernan Cuba. Ellos no tienen
olfato, ni ojos, ni oídos, tan siquiera ni paladar para poder resolver algo. El
cerebro de esas personas sólo va dirigido a sobrevivir, tal como debe haber
dejado orientado Fidel Castro, el cual, según el mismísimo presidente, dice que
le habla por las noches, sin decir exactamente si le dice: vas bien Canel o le
dice hijo de puta, cómo has podido acabar más rápido que yo con la obra.
Terminamos el 2025 y Cuba, en voz temblante de su
presidente y errores en la lectura, a pesar de su doctorado, reconoce que la
economía cubana se ha contraído en un 4%, sobre la contracción que ya venía experimentando.
Díaz Canel, el singa´o, el limonardo, el absolutamente gris, que ni leer sabe,
en sus casi 7 años de ostentar la presidencia, no ha podido, a pesar de
rectificaciones y rectificaciones, resolver uno solo de los problemas que la
población vive, más allá de ratificar como única opción para el pueblo cubano tiene
que seguir viviendo bajo el llamado socialismo. Lo que, para mí, entre líneas, anuncia,
que, si Jesús no regresa de su largo viaje y aparece especialmente en y para
Cuba, el 2026 será un año peor.
Díaz Canel y su farsante gobierno, todos sabemos quién
o quiénes son los que gobiernas, es como un papá abochornado que, frente a sus
hijos famélicos y encerrados dentro de su casa, declara, no han podido comer
este año, se nos murió uno, no resistió, se nos fue otro, nos traicionó, ha
sido un año malo y les comento que el próximo año será peor, ustedes tiene que resistir.
Es tan sencillo como decirle a un preso, estás preso,
como comentarle a una persona que está siendo violada, quiero decirte que te
estoy violando, como comentarle a alguien al que le quedan segundos de vida, vas
a morir. El gobierno cubano debería redactar comunicados para los suecos, los
noruegos, los canadienses, los australianos, alejados de la realidad cubana,
pero contarle al pueblo cubano que no tiene luz, que no tiene agua, que no
tiene medicina, que las casas se les están cayendo, que no existe el futuro
mejor a corto plazo, a ese pueblo que padece todos estos males diariamente, es
sólo el ejemplo del odio que se siente por ese pueblo. Es sólo la noticia de
que estaremos aquí en el poder, por encima de sus muertes, sus miserias, sus
angustias, su abandono, escapada o huida.
Es más, de los mismo, por los mismos.
Recién a concluido el XI Pleno del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba, once reuniones grandes en 67 años para rendir
cuentas y proponer acciones futuras. Once plenos que se han dedicado a pasarle
la mano por arriba a los errores y proponer como única solución frases vacías,
grandilocuentes, imaginarias, apartadas todas ellas de la realidad. Venceremos, no se dice a qué, ni cuándo. Avanzamos, no se aclara hacia dónde, en qué tiempo. Triunfaremos, menos se aclara cuándo termina la guerra a ganar. Soberanía alimentaria, sin reconocer que el mayor por ciento de comida se compra al "enemigo" Estados Unidos. Resistencia creativa e inteligente, ¿Creatividad? Socialismo o Muerte, deberían decir para resumir muerte.
En su intervención, larga y aburrida, que podría haber
sido muy corta, algo así como: hemos fracasado, leyendo o mal leyendo un discurso
que de seguro se lo redactó alguien porque no pudo apartar la vista un segundo
del papel, con una voz apagada y temblorosa, lo que hace más difícil la
escucha, el Secretario General del PCC, “por casualidad” presidente del
gobierno, dijo:
Como no puedo reproducir aquí el tembleteque, lo más
aproximado a lo que pasó, lo expreso en el cambio de letra, o al menos así me
lo imagino. ¿Difícil de leer? Lo sé, puedo garantizar que es más difícil de escuchar
“Aquí no se va a rendir
nadie. Y yo siempre lo digo, la responsabilidad que nos ha tocado como generaciones
que estamos viviendo este momento de la revolución y el legado que podemos
dejar como generaciones es sentirnos que fuimos gente de nuestro tiempo, es que
la revolución siga venciendo a pesar del bloqueo recrudecido y que cada vez esté
mejor y que el país avance, y eso es lo que hay que defender, por eso es lo que
hay que luchar. Si se puede compañeros, si se puede”.
Y aquí es donde me digo y les escribo, qué locura es
esta. ¿La revolución está venciendo?, ¿Cada vez está mejor?, ¿El país avanza?
Yo creo que a lo mejor el “limonardo” se está refiriendo
a su dieta evidente para bajar aceleradamente de peso, quizás abochornado del
reclamo popular de que el pueblo es hueso y pellejo y cada día los
dirigentes están más gordos. Tan gordos que a veces no caben todos en la misma
foto y más que obvio dentro de sus ropas.
Díaz Canel debe nombrar a su dieta como cambiar todo
lo que tiene que ser cambiado y revolucionar la revolución, a su fuerte
trabajo, constancia y sacrificio para perder libras de peso. Quizás llama
vencer y avanzar a la concentración en proteínas, carnes y mariscos y vencer a
las papas fritas, el pan, las pastas, etc.
El daño causado al pueblo de Cuba no tiene solución,
lo pasado, pasado está y ese daño quizás no se pueda recuperar nunca. El
sufrimiento, las separaciones, las muertes, las prisiones, la carencia, la
miseria, el odio, la venganza son características sociales que sobreviven
incluso cuando los aparentes o reales problemas que las causan desaparecen.
Un pueblo dividido, poco honesto, apático, vigilante
del otro, no se arregla como se puede arreglar la producción de yuca.
No existirán cambios reales en un pueblo, mientras la
fuerza que lo destruyó siga dirigiendo sus destinos, aunque mañana la carne de
cerdo esté por la libre a precios alcanzables. Los cambios “cosméticos” son
sólo para garantizar la violación.
Para que exista un cambio real, todos, incluyendo al
Partido Comunista de Cuba tienen que desaparecer y así y todo no pagarían el daño. ¿Es
un pensamiento antidemocrático? Si, lo es, pero: ¿Es que el comunismo es
realmente democrático?, ¿Se les puede llamar antidemocráticos a los alemanes que
tienen prohibido de por vida que surja, se legalice y exista de nuevo el
nazismo?, ¿Se puede considerar a Polonia antidemocrática cuando recientemente
ha prohibido la existencia de partidos totalitarios como el comunista?
No lo digo yo, sino dicen que lo dijo el gran Winston Churchill,
a él, a su historia, reclamarle tus posibles inconformidades.

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