lunes, 12 de mayo de 2014

Arquitectura de Lincoln. (primera parte)

Esto va dedicado a mis dos cuñadas, arquitectas de verdad, que representaron para mí siempre una fuente de información, formación, pruebas, etc., en mis aventuras constructoras, que dicho sea de paso, no fueron pocas y para alguien muy importante, el Leonardo da Vinci cubano, mi hermano Iván, genio silencioso para el cual no existe el imposible a la hora de trabajar con la cabeza y las manos. Con ellos tres aprendí un montón. Me divertí diseñando paredes, pisos, muebles, cercas, construyendo cosas nuevas y reparando miles de cosas viejas que necesitábamos para vivir. Cientos de horas de diversión - aprendizaje que me han servido para resolver, ayudar e incluso, ganarme la vida. Resulta relativamente fácil para mi hoy pintar en un papel o en una pizarra lo que quiero, puedo o no puedo hacer. Es fácil porque los imito, porque constantemente los recuerdo.

Uno de los temas sobre los que primero pensé escribir tan pronto llegué aquí fue acerca de las casas, edificios e iglesias de Lincoln, pero como han visto, otros temas se me fueron atravesando en el camino, de ahí la demora de este escrito. Primero, en mis caminatas por placer, luego como tratamiento médico, todavía hoy siempre que manejo, al borde de cansar a los mios, una de las cosas que más me llama la atención y me gusta de ésta ciudad es su diseño urbanístico y su arquitectura. Creo haber escrito anteriormente que es como caminar dentro de un set de una película o vivir dentro de un libro de historia. Como deben recordar los que bien me conocen, no soy fanático a las tiendas y supermercados.


Lincoln es una ciudad plana, lo que beneficia a los que caminan o montan bicicletas, con calles estructuradas a partir de un trazado paralelo y perpendicular, fácil para conocer y orientarse. Las calles son muy amplias, donde quizás caben 4 autos de contén a contén. Los parterres son anchos, sembrados de césped y árboles grandes que se cruzan por encima de las calles sirviendo de puente a las ardillas y garantizando sombra y fresco. Todas las casas y edificios, después de amplias aceras, tienen jardines generalmente sin cercas.

A mí, salvando las diferencias de espacio y tiempo, me recuerda al Reparto Apolo, devenido en Víbora Park, de mí infancia, del que, según me han contado, queda poco, o sea, aquella estructura de calles, contenes, parterres con césped y arboles, aceras y jardines sin cercas, sin hierros, sin nada que los incomunicara. Época linda aquella.

Los diseños de las construcciones aquí son diferentes por razones obvias, principalmente la nieve, entonces las casas tienen sótanos, uno o dos pisos, áticos y techos a dos o más aguas. Como son construcciones privadas e independientes, ninguna se parece a la otra, lo que le da a la ciudad una inigualable belleza y diversidad.

Las más lindas son de ladrillos expuestos, de color rojo, naranja, amarillo, o de piedras en el exterior. Otras son de madera, generalmente pintadas de colores claros. Me llama la atención la calidad de los ladrillos, pues sus perfiles o bordes son perfectos, casi como si fueran de plásticos. Recuerdo que en mi casa de Villoldo habían dos ladrillos que nosotros utilizábamos para aguantar los libros en el librero, muy parecidos a estos que aquí veo. Imagino que todavía deben estar allí, las cosas en Cuba no cambian con facilidad. Me encantaban porque eran perfectos. Casi obra de arte. Aquellos eran del tipo refractarios, o sea, esos que se utilizan para construir hornos, por tanto bastante exclusivos en la construcción cubana. Hoy además deben ser más importantes porque los había traído mi suegro de no que empresa como muestra comercial.

En Lincoln las construcciones no son altas, o sea, no existen mega edificios, porque hay una disposición que determina que ninguna construcción puede ser mayor que el Capitolio que tiene 120 metros de altura. Ni idea tengo del por qué de esta disposición.

Las casas son generalmente grande, con jardines y patios. Algunas muy grandes. Por fuera se ven muy sólidas, gracias a los ladrillos y piedras. Por dentro, las más antiguas utilizan madera de verdad, marcos sólidos para puertas y ventanas, pisos de madera, alfombras, etc. Las más recientes, caen en la modernidad y la economía, ya no son lo mismo que antes. Están construidas a partir de una estructura de madera, nada de cedro a alguna de esas buenas maderas, sino mucho pino común, que luego son forradas por dentro y por fuera. En los entrepisos nada de concreto, porque al ser la estructura de madera el peso seria mucho, entonces más madera a la que se le agrega un mezclón de cemento de secado rápido, el cual luego es cubierto con madera bonita para pisos, alfombras o linólio para el acabado.


Paredes interiores? No son tal como las conocemos. Nosotros estamos acostumbrados a la construcción de ladrillos o bloques de cemento, cubiertos de una mezcla de cemento, arena y recebo, que le daban a la pared cierta dureza. En República Dominicana, donde también tuve muchas experiencias constructivas es peor, porque generalmente no utilizan recebo y entonces todo lo hacen a base de cemento, mucho cemento y arena, dando a las paredes y muros una dureza descomunal. Aquí es como en las películas de Bruce Lee, es cierto aunque cueste trabajo creerlo, las paredes interiores son un bastidor de maderas verticales, puestas generalmente a 30 cm unas de otras, tapadas o forradas con planchas de lo que comúnmente llamamos chirró, lo que las hace más livianas y sobre todo se construyen muy rápido. Tal como en las películas, si le das un buen piñazo o una buena patada, le abres un hueco.













































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