lunes, 12 de mayo de 2014

Arquitectura de Lincoln. (segunda parte)

Con mucha frecuencia reparo paredes en el residencial donde trabajo. Voy con un cubito plástico, que tiene un producto llamado joint compound, o sea, una masilla de secado rápido con nombre en inglés y una espátula. Pongo el producto, en dependencia de si el hueco o la grieta es más o menos grande, pongo una cinta de papel, parecido al papel precinta que había en Cuba cuando éramos niños, espero que se seque, doy una ligera lija, ligera porque si le metes mucho la mano te la vuelves a llevar y pinto. Es así de sencillo. Se construyen edificios en unas pocas semanas. Todo es medio de verdad o medio de mentira. Claro que las paredes de las casas y los edificios no son para caerle a patadas y piñazos, ni tampoco son para aguantar ataques de enemigos medievales, así que mientras más sencillo más económico y mientras más económico, más dólaresssssssssssss.


Con los techos pasa algo parecido, como no son de concreto, sino una estructura de la misma madera forrada también con planchas de chirró, casi ninguna terminación es lisa, por lo que cuando hay que reparar un techo, se sustituye el pedazo malo de chirró, tornillos a la madera, papel precinta para las uniones, masilla y luego se cubre todo, generalmente con un producto proyectado con una pistola de textura. Así de fácil. Los techos generalmente son blancos, asi que despues de la textura no se pintan.

Los marcos de puertas y ventanas, ni remotamente se parecen a los nuestros. Aquellos marcos machihembrados, que había que barrenar para ponerles un tornillo, ya no se utilizan. Los marcos son de maderitas forradas, que se clavan a la pared con presillas o clavos puestos con pistolas. Las puertas si son algo horrible. Muchos de los esqueletos son de cartón prensado, que parece madera pero no lo es, que tienen además dentro unas tiras de cartón y nada mas. Luego las dos chapas imitando madera y se acabó. Uno tiene que tener cuidado para trabajarlas, pues si le metes demasiado, las destruyes. Generalmente cuando tengo que trabajar en el marco o en la puerta utilizo una cuchilla, la misma que uso para sacarle punta a los lapices. Así de cuidadoso tiene que ser el asunto. La madera de verdad es muy cara y estamos reduciendo costos. La modernidad y los dólares. Buen conjunto.

Como ya dije que no hay placas de cemento entre los pisos, el día que hay un salidero en el tercer o segundo piso, gracias a la gravedad el agua llega al primero en minutos. Todo se moja irremediablemente. A veces el agua corre por las paredes, o gotea como cascada desde los techos. Llega a ser impresionante ver como el agua corre, echando a perder todo lo que se encuentre a su paso.

Pienso que es un tema medio cultural. Nosotros, al menos yo, estamos acostumbrados a las casas construidas para toda la vida, idea heredada del concepto de la época colonial. Eso aquí no se le ocurre a nadie. Salvo, imagino, las casas que se hacen a pedido de los dueños ricos, de las que no conozco ninguna en detalles. Las sigo viendo por TV.

Los residenciales o condominios, generalmente tienen 3 pisos, nada de elevadores, porque la estructura no los soporta. Hay que subir y bajar escaleras como recurso para mantener la salud en forma y quemar la enorme cantidad de comida que se come.

Como saben trabajo en mantenimiento dentro de un residencial que tiene 17 edificios, algunos de 24 apartamentos y otros de 36. Siempre hay cosas que hacer, aunque para decir verdad, como todo está bien cuadrado por estar en USA, las cosas se hacen con relativa facilidad. Cubitos con pasta para arreglar paredes, pistolas de clavos para arreglar marcos y ventanas, taladros y tornillos para enderezar todo lo que esta jorobado, pinturita y un sin fin de repuestos para sustituir. Arreglar? Casi nada. Quita lo viejo, échalo a la basura y pon uno nuevo. Así, desde una pila de baño, hasta un ventilador de techo y un lavaplatos.

Con lo que yo echo a la basura todos los días, podríamos llevar a Cuba a un desarrollo descomunal.
Aquí les dejo las fotos, ellas hablan por sí solas mejor que las letras.

 






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