Las temperaturas han
venido bajando poco a poco como para darnos tiempo a que nos
acostumbremos a ir usando abrigos. Mientras el Sol está afuera es
agradable, pero cuando el astro rey se va a dormir, entonces reparas
en su verdadera importancia.
Bajando, bajando, hasta
que al final, el lunes 9 de noviembre nevó. No fue mucho, en
realidad una especie de llovizna convertida en nieve que los
americanos llaman shower snow. Lindo, las autoridades de la Ciudad no
estaban preparadas para tal evento en ésta fecha del año y entonces
el caos.
La poquita nieve que
cayó, se congeló sobre la calle y convirtió todo en una hermosa
pista de patinaje. Los carros que limpian las calles no salieron
temprano.
Esa poquita nieve
congelada, o sea, convertida en hielo, bastó para que me llamaran a
las 5:20 am del martes para quitar la nieve y repartir sal con
gravilla a diestra y siniestra en el residencial donde trabajo.
De madre esto. Antes de
salir el Sol, con la calle totalmente congelada y todo teñido de
blanco, tener que salir de una cama caliente a quitar la nieve de un
residencial para “proteger” a clientes que no conozco. No es
fácil. Bienvenido a “América”.
No voy a reproducir
aquí lo que pasa por mi cabeza en los primeros minutos después de
que pongo el primer pie en la calle, pero puedo asegurar que vienen a
mi cerebro varias malas palabras y varios nombres de santos. A veces
combino ambas cosas y el resultado es fatal, casi como una guerra.
Manejar en estas
condiciones es complicado, muchas veces no puedes subir la
aceleración a más de 10 ó 15 millas por hora, por lo que el
traslado a cualquier lugar se convierte en algo estresante. El hielo,
la nieve, y los patinazos pasan a ser tu primera preocupación. Si te
equivocas, resbalas y puedes parar contra un árbol, un contén o
peor, otro carro. Tampoco es que tengas el 100% de la historia
garantizada si manejas bien, porque puedes convertirte con facilidad
en el objeto que para a un automóvil que ha patinado.
Primer objetivo, llegar
ileso al lugar donde vas.
Quitar nieve es un
trabajo relativamente fácil. Existen máquinas que empujas y hacen
el trabajo que muchos abuelos hacían solamente con una pala, pero la
experiencia sigue siendo jodida. Estar empujando una maquina de
quitar nieve o de echar sal a las seis de la mañana no es del todo
agradable, por mucho que en los comerciales de la TV se vea a la
gente sonriendo. Sonreir??????????????????
Como estamos en
invierno ya, tienes que cambiar el atuendo y vestirte para la
ocasión, entonces aparece la estrategia, imagino que inventada por
los chinos como todo, de vestirte por capas, o sea, ponerte una cosa
sobre otra y sobre otra, igual que la ropa de invierno en Cuba. La
idea, salvando las diferencias, aquí tampoco es ponerte un solo
abrigo.
Esto está muy bien
para los que van a salir de paseo, pero cuando estas empujando una
máquina de quitar nieve o limpiando con una pala las escaleras de
los edificios, a los 15 minutos empiezas a sudar copiosamente y te
comienzas a ahogar.
Tengo la experiencia de
haber tenido puesto un gorro, unos guantes, un pasamontañas para
evitar que el aire frío me queme la cara, un pullover, un suéter y
un buen abrigo para trabajo, un pantalón y un calzoncillo térmico y
de momento en el medio de la nieve, tener que quitarme la mitad de
todas esas cosas, porque me parece que me voy a ahogar. Lo de vestir
con capas es bueno, ya saben, lo inventaron los chinos, pero todo
depende de lo que pretendas hacer. No te puedes equivocar con las
capas tampoco, porque terminas peor que si tuvieras frío. Es una
experiencia, sino desagradable, muy nueva para mi, sudar mucho en
medio de tanto frío.
Nada. Es difícil, pero
no imposible. Lo que no te mata, te hace más fuerte. Éste es sólo
el comienzo del invierno del 2014, que según dicen los expertos comenzó antes de lo previsto, pero se prevé que sea fuerte.
A veces pienso en lo agradable del clima cálido, no los voy a engañar, pero ahora estamos obligados a sonreír
como en los comerciales de TV, pues como dice siempre mi amigo el
Ruso: “No hay más nada. Esto es lo que tenemos”.
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