miércoles, 5 de septiembre de 2018

Envidia y Perfeccionismo

Desde Cuba, mi madre me ha enviado este artículo que a continuación reproduzco, publicado por la revista Sputnik, que durante tantos años se vendió en los estanquillos cubanos y que quizás muchos recuerden con agrado. Pequeño magazín parecido a la famosa Selecciones norteamericana y que un buen día, sin que la revista se hubiera metido con nuestra realidad, desapareció absoluta y radicalmente.

Es una pena, la Sputnik fue y parece sigue siendo una buena revista de bolsillo, variada y actualizada, con temas muy ligeros, pero que contribuyen sin dudas al ensanchamiento de la cultura.

El tema tratado, sólo de forma general, pues es más que todo un artículo informativo sin grandes pretensiones científicas tiene que ver con algo que podemos ver a nuestro alrededor cotidianamente y analizamos en conversaciones familiares y de amigos todos los días, obviamente entre familiares y amigos que se interesan más allá de ... Tan cotidianas son algunas de estas conductas, que llegan a parecernos normales e incluso, no pocas veces, nos ponen en el cuestionamiento de si soy yo o tú el que está obrando bien o mal.

La información viene de un estudio realizado en un grupo, parece que bastante grande, de estudiantes, pero creo que lo que se concluye, no sólo afecta a ese determinado grupo, sino que se extiende a todos los humanos, a veces sin distinción de razas, países, edades, grupos sociales, profesiones, etc.

Sin saber mucho del tema, me atrevería a decir que estamos en presencia de estos problemas, como nunca antes o es que antes yo no reparaba en esos problemas. Creo que la vida antes era más pragmática, más real, las personas luchaban objetivamente por ser primero, sin muchos intereses de apariencia. 

Recuerdo, haber escrito hace ya algunos meses sobre la mentira y las posibles razones generales del por qué mentimos. Ahora este escrito viene bien para pensar en lo que nos pasa, las comparaciones, la imitación, el querer aparentar que estamos donde no estamos, la envidia y el perfeccionismo como telón para ocultar el verdadero yo y atraer cariño, respeto, consideración, atención, etc.

Claro, un tema tan complicado e inagotable, no se puede resolver con sólo leer este artículo. Es sólo una primera aproximación, para la cual reconozco que hay que tener algunas otras cosas resueltas, pero por sí solo puede llevarnos a pensar.

Teoría de la envidia: psicólogos rusos demuestran el “lado oscuro” 
del perfeccionismo.

Los especialistas de la Universidad Estatal de Psicología y Pedagogía 
de Moscú (UEPPM) analizaron el muestreo de centenares de estudiantes y 
revelaron la estrecha relación de toda una serie de fenómenos 
psíquicos negativos con el perfeccionismo. Los resultados de este 
estudio se publican en la revista Psicología y Psicoterapia 
Consultativa.

En los últimos años se observa el brusco crecimiento de trastornos de 
angustia y depresiones clínicas entre los estudiantes. Los 
especialistas vinculan este fenómeno con el aumento del nivel de la 
competición, en diferentes ámbitos de la vida de la juventud, y 
además con las esperanzas exageradas de los jóvenes de hoy.

Entre diferentes factores se discute ampliamente el perfeccionismo, es 
decir, la aspiración extremada a la perfección. Este elemento, al lado 
de la envidia, competitividad y depresión fue elegido como el índice 
clave para las investigaciones en la UEPPM.

"Del muestreo general los índices claramente más altos de la depresión 
fueron mostrados por el grupo de los “perfeccionistas más acusados. 
Es decir, este rasgo precede a la aparición de síntomas emocionales 
desfavorables en los jóvenes", comenta la profesora del Departamento 
de Matemáticas Aplicadas de la Facultad de Tecnologías Informáticas de 
la UEPPM, Marina Sorókova.

Según sus palabras, los índices de la envidia y la "orientación a la 
comparación social" resultaron factores intermedios estadísticamente 
fidedignos de la relación entre el perfeccionismo y la depresión.

Conforme a la teoría moderna de la envidia, dominar el dolor provocado 
por comparaciones sociales desfavorables es posible por dos vías: 
constructiva y destructiva.

La primera supone una clara comprensión de la envidia y la clara 
disposición a desarrollar los recursos propios; la segunda, la 
concentración en la propia insuficiencia y la activación de defensas 
(por ejemplo, lisonjas o, al contrario, hostilidad).

"Según nuestros datos, los estudiantes con perfeccionismo expresado 
prefieren la segunda vía. Para ellos no es característico contrastar 
sus juicios con las opiniones de otras personas, tampoco tener 
orientaciones positivas de competición, que pueden contribuir al 
verdadero desarrollo de la persona", declaran las coautoras del 
artículo, la profesora del Departamento de Psicología Clínica y 
Psicoterapia, Natalia Garanián, y la estudiante de la UEPPM 
AlexandríaKlíkova.


Según ambas, los estudiantes perfeccionistas, para 
compensar efectos desfavorables de las comparaciones sociales y de la 
envidia, recurren más a menudo que sus coetáneos a la 
hipercompetitividad y utilizan estrategias desfavorables de 
comparaciones basadas en contrastes.

Los datos de los psicólogos de la UEPPM confirman lo paradójico del 
perfeccionismo: desarrollándose en búsqueda del respeto y amor por 
parte de otros, este rasgo fácilmente puede llegar a ser un obstáculo 
para estas relaciones y condenar al individuo a la soledad. 

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