Entre las cosas que hemos tenido que aprender aquí, están
las fechas históricas, las celebraciones y muy importante, los días feriados,
porque algunos son diferentes a las que traíamos de nuestro país de origen.
Para muchos países, donde se incluye Cuba, el Día del
Trabajador se celebra el 1ro de mayo de cada año. En Cuba, era un día no
laborable, pero se citaba a los trabajadores desde muy temprano en la mañana,
para organizadamente desfilar frente a la Plaza de la Revolución, donde ese día,
el presidente de la Central de Trabajadores de Cuba de turno, leía un discurso
que ratificaba todo lo que se sabe que había que ratificar. Horrible día, mal
discurso, la improvisación de muchos líderes políticos y obreros cubanos era
fatal, malas lecturas, Sol, caminatas, sed, etc., por lo que, aunque era un día
no laborable, se terminaba trabajando más que de costumbre.
Lo de la celebración tiene su origen precisamente en la
muerte de 6 obreros y otros heridos, ocurrida en la ciudad de Chicago en mayo
de 1886. Los trabajadores de aquellos años luchaban por el reconocimiento de la
jornada laboral de 8 horas, para lo cual protagonizaron una huelga desde
mediados de febrero de ese año. A principios de mayo, aparecieron los rompe
huelgas, se formó la piñacera, intervinieron las autoridades y hubo muertos y
heridos. No sé por qué yo siempre repetía que eran 8 muertos, no sé ahora mismo
si el número lo escuché, cosa que es posible, sabemos que en Cuba las cosas
pueden ser cambiadas a conveniencia para darles mayor importancia o hubo dos
personas que luego murieron en los hospitales por las heridas graves que les
hicieron o sencillamente me lo inventé.
Lo cierto es que aquello de los Mártires de Chicago, se hizo
tan familiar que llegamos a pensar que podrían ser familiares nuestros y por
eso el día se hacía más importante. La muerte de un familiar no importa si está
en Chicago y si fue a finales del siglo XIX, siempre es algo a rememorar.
La fecha del 1ro de mayo quedó señalada por Francia y luego
por la mayor parte del movimiento obrero internacional, sobre todo de corte
anarquista y socialista.
En Estados Unidos, la celebración del Dia del Trabajador, Labor
Day, parece que venía existiendo desde antes de los sucesos de Chicago, una
cosa no tiene que ver con la otra, por lo que lo de escoger un día para
celebrar los trabajadores, no está vinculado a los sucesos ocurridos en esa
ciudad por aquellos años súper industrializada. Ahora, claro, los gobiernos
sucesores del hecho de 1886, no muy interesados en reconocer la importancia de
la huelga, los muertos y heridos y de paso restarle fuerzas al asunto obrero y
no seguir revolviendo la mierda año tras año de los pobres muertos de Chicago,
escogieron el 5 de septiembre para celebrar, haciéndolo coincidir con las
celebraciones de los Caballeros del Trabajo primero, hasta que en 1955 quedó
establecido el primer lunes de septiembre como día feriado oficial.
El Labor Day hoy, es sencillamente un día feriado que todos
aquí tomamos para disfrutar. No creo que a muchos les importe el tema de los
muertos, las huelgas, las reivindicaciones obreras, etc. Según los expertos,
los obreros sindicalizados han disminuidos en estos a últimos años, por lo que
aquello de los sindicatos para luchas por demandas obreras cada día se ve
menos.
No dudo que existan alguna que otras manifestaciones en
ciudades importantes del país, donde un grupo de personas, a lo mejor los
descendientes de las víctimas de Chicago, dirigidos por alguien con un megáfono
frente a la boca, se entretengan un ratico en gritar consignas, lemas, etc.,
pero eso en un país de más de 300 millones de habitantes es sencillamente nada.
Según los mismos expertos que mencioné, Labor Day es un día
para cocinar carnes al horno o a la parrilla, tomar cervezas, viajar, practicar
deportes, etc. Cosas populares que sí, los obreros y no obreros, sin discursos,
sin marchas, gustan de hacer y disfrutar.
Cuando ese día cae entre semana, es fantástico, la semana se
hace corta, pero cuando ese día cae viernes o lunes, es sencillamente
genial. Los obreros aquí, que no se
harán millonarios y no les importa y muchos menos saben de fechas históricas,
se dedican a cogerla para vacacionar, pues es, entre otras cosas, el aviso de
que el verano, ese del calor, las piscinas, los lagos, las caminatas sin
zapatos y sin camisas, se va echando y viene, lo que viene.
Para que se tenga una idea de lo que significa este día como
muestra de un feriado, una noticia que vi el viernes dijo que se calculaba que más
de 15 millones de personas se desplazarían de un lugar a otro del país en
aviones en estos tres días, sábado, domingo y lunes y que más de 36 millones de
personas lo harían por carreteras. Los números dejan a cualquiera boquiabierto,
en tres días, en solo tres días, más de la población cubana total montará en
aviones y más de tres veces de esa población se trasladará por carreteras,
calles, caminos, etc., con un solo objetivo, disfrutar. ¿A quién se le pudo
ocurrir comparar a Cuba con los Estados Unidos? ¿Cómo los cubanos “ingenuos”
nos creímos esa comparación? Una mentira muchas veces repetida a, por llamarnos
de alguna forma “ingenuos”, termina por convertirse en verdad que nadie
cuestiona.
Las cifras son impresionantes, vale la pena decir que los
norteamericanos, obreros o no, son un pueblo que se mueve constantemente. Este
país, por su tamaño y la enorme variedad de las ofertas de todos tipos, no
depende del turismo internacional, por mucho que ello sea importante. Los
primeros turistas, que se mueven libremente de norte a sur y de este a oeste y
gastan enormes cantidades de dólares son los que aquí trabajan y viven. Las
cifras de las movidas en avión y por carreteras son cada día más impresionantes,
podría llegarse a pensar que son un invento, lo que supone toda una
infraestructura que funciona, porque en realidad funciona muy bien, capaz de tragarse
a todo el que se quiera desplazar, no para marchar frente a ninguna plaza, no
para pedir nada que mejore las condiciones laborales, sencillamente para
vacilar.
Pues por increíble que parezca, nosotros, con una enorme
facilidad, después de revisar nuestros árboles genealógicos y descubrir que no
teníamos a nadie en Chicago a finales del siglo pasado, hemos cambiado con
enorme rapidez la celebración del día de los trabajadores. Pasamos los 1ro de
mayo, sin reparar ni extrañar nada, quizás ni cuenta nos damos que vivimos ese
día, no son muy agradables para recordar los discursos de Pedro Ross y
esperamos con ansias cada año el primer lunes de septiembre, no para quejarnos,
ni cogerlas con nuestros jefes, para eso tenemos todo el año, menos para salir
a la calle a reclamar nada en particular, sencillamente esperamos para
disfrutar. Yo en lo particular siempre tengo el mismo sentimiento concluyente,
en vez de un día debería ser toda una semana, así sí demostraríamos la
importancia del proletariado nacional. JAJAJAJA
No es mi culpa lo de Cuba Libre, yo no le puse el nombre al trago.
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