Parece ser
que la historia y los primeros cambios con relación a la homosexualidad
comenzaron con Vilma Espín, por aquellos años, Primera Dama por sustitución, Presidenta
de la Federación de Mujeres Cubanas, novia y esposa desde los tiempos de la
Sierra Maestra de Raúl Castro, como consecuencia cuñada íntima de Fidel Castro
y madre de una camada de Castros Espín, de donde Mariela puede ser el más
famoso exponente.
Vilma,
desconozco las razones, debe ser por su trabajo con las mujeres cubanas, se convirtió
en madrina de algunos de los que habían sido repudiados. Recuerdo un día que, con
mucho orgullo un trans algo, no estoy claro en la denominación exacta, en una
entrevista exhibía una carta firmada por Vilma Espín donde se explicaba que
luego de haberse cambiado el sexo, estaba en trámites para el cambio de identidad,
o sea, olvidarse de su nombre de hombre y renacer como mujer con nombre y todo,
algo así como de Francisco Roberto a Wendy.
Pero, al
poco tiempo Vilma murió, quizás antes de lo que mucho de los homosexuales deseaban,
pues se debieron haber quedados enganchados con sus trámites, debido a que la
continuidad en Cuba muchas veces no existe y todo depende del nombre de la
persona que esté frente al gobierno en ese momento, entonces imagino que
Mariela, deprimida por la muerte de su madre y sobre todo aburrida, se dijo que
le había llegado el momento. Para entonces Papá estaba encaminado a pasar de
segundo a primero.
Ella había
pasado desconocida durante todos los muchos años de gobierno de su tío, pero también
quería ser famosa y le pidió a Papá, no a Papá Noel, sino a su Papá Raúl, sustituto
Presidente de Cuba, que quería hacer algo para seguir el ejemplo de su madre y
porque no, su fama, que había descubierto a amigos que decían que estaban a
favor de la Revolución pero que tenían “algunos problemitas de conducta”, no
obstante era una fuerza importante a tener en cuenta para utilizar.
Entonces él,
padre al fin, quizás yo hubiera hecho lo mismo, imagino que le dijo en uno de
los almuerzos de los domingos donde comparten juntos cerca de la piscina con el
esposo capitalista italiano de su hija, quien probablemente cocina la pasta y
trae el vino; _ bueno, está bien, entretente con tus maricones y tortilleras,
pero contrólalos y trata de que no me jodan mucho, porque los vuelvo a meter a
todos presos de nuevo y mira que las cárceles ahora no están nada buenas.
Como algo
muy novedoso en la Revolución Cubana, Mariela, descendiente de una familia de jefes,
su tío presidente, su papá presidente sustituto cuando su tío quiso dejar el cargo,
su mamá presidenta de las mujeres, su primo Fidelito, presidente de la energía atómica,
etc., apareció de la nada como Directorasa de algo que los cubanos nunca habíamos
escuchado mencionar y a lo que a nadie le importaba de verdad a niveles de
gobierno.
A la luz de
los últimos acontecimientos, he leído y visto algunas entrevistas sobre Mariela
y su CENESEX y la historia es la siguiente.
EL CENESEX,
que tiene homólogos en la mayoría de los países del mundo, o sea, que no es
nada nuevo, recibe fondos directamente
de las Naciones Unidas, dólares americanos constantes y sonantes, cuyo objetivo
es colaborar con el desarrollo humano y la defensa de las minorías, en este
caso específico, la llamada Comunidad L.G.B.T.+ y la Comunidad L.G.B.T.Q.Q.I.A, lo que traducido
al español significa la comunidad de lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgéneros,
tratando por esta vía de no dejar a nadie fuera de los llamados grupos
excluidos por los heterosexuales, los gobiernos, algunas denominaciones
religiosas, etc.
Dichos
fondos, al ser donados por la ONU, no son producidos por la economía cubana y,
por ende, no están controlados por ella. Según he entendido después de escuchar
declaración de personas que trabajaron directamente con Mariela, de esas
donaciones, que por momento ascienden a millones de dólares, muy pocas se han
utilizado para fines de trabajo, por el contrario, parece que han servido para
financiar las necesidades, antojos y gustos personales de la Directora, lo que ha
generado un ruido sobre el mal uso de los mismos y es probable que en cualquier
momento el Centro sea desintegrado o al menos intervenido. Como podemos
imaginar, por el momento, todo está calzado por la figura de Papá, no de Papá
Noel, sino de Papá Raúl Castro, pero de continuar la tendencia que lleva,
podría ser que Mariela sea designada como embajadora en un país de poca
importancia para Cuba o alguno pequeñito de África.
Ya sabemos;
como resultado de objetivos de trabajo aparecen los viajes al exterior, para el
interior del país a los jefes les gusta poco viajar, conferencias nacionales y
sobre todo internacionales, reuniones, oficinas, carros, actividades de
bienvenida a amigos extranjeros con problemas, comidas, etc. Mariela, no sé si
con el respaldo de su padre, pero si con el apellido más “reconocido” de Cuba, aunque
no por bueno, se las agenció para tener poco que ver con el Ministerio de Salud
Pública, organismo al cual le tocaba pertenecer y comenzó a navegar a su aire.
Así
aparecieron a mayor las operaciones para cambio de sexo, cambio de identidad,
cosas que te quitaban del cuerpo y otras que te ponían, pastillas para engordar
partes del cuerpo, otras para quitar los pelos y sobre todo personas alegres
que como venganza a todo lo ocurrido anteriormente ahora sonreían, a veces de
alegría real, otras sólo para joder.
Aparecieron
las marchas y como es algo habitual en nuestra cultura, digo lo de las marchas,
una vez al año, se viene efectuando una Marcha Conga por las principales calles
del centro de la ciudad por el orgullo gay, con Mariela bailando y cantando a
la cabeza. Marcha que han devenido en el nombre de la MariConga, por la fusión
criolla de la palabra mariquita o maricón junto a una de las manifestaciones danzarías
y musical más famosas de la cultura popular
cubana, la conga.
Era interesante
verlos marchar, se veían alegres, satisfechos, reconocidos y sobre todo, tras
el telón, había cierto sentimiento de venganza, claro que sí, nadie me lo ha
confesado, pero conociendo al cubano como lo conozco, si yo formara parte de esa
comunidad, por supuesto que me estaría vengando. Ahora me tendrían que soportar
y no se me podría ni mirar un poquito atravesado, porque muy rápido sacaría mi
carnet del CENESEX y evocaría el nombre de mi apóstol Mariela para lograr mis
objetivos.
La Iglesia
Católica ha pedido perdón por los errores, muchas veces ensangrentados,
cometidos por sus representantes en el pasado. Muchos presidentes norteamericanos
han tenido no sólo palabras, sino hechos para disculparse con la política
seguida con las tribus nativas en este país. Mandela perdono a sus carceleros.
Aunque en el caso cubano no ha habido un pronunciamiento del gobierno superior
a favor, menos unas disculpas por lo que hicieron sufrir a esta comunidad en un
pasado no muy lejano, sobre todo por actores que, aunque más viejos, aún están
vivos y coleando, el pertenecer a una comunidad gay en la Cuba comunista, poder
desfilar bailando y cantando, participar en reuniones y conferencias sin tener
que disfrazar la verdad, tiene su onda.
Ya escribí
que en mi último viaje a Cuba el año pasado, el tema que más tenía motivado a
la población sobre el proyecto de constitución que a la sazón se discutía, era
la posibilidad de incluir el matrimonio gay dentro de la Carta Magna como un
derecho civil y como consecuencia la capacidad de heredar oficialmente y de adoptar
o parir hijos dentro de un matrimonio del mismo sexo. Con esto tuvieron
entretenida a la población, de hecho, el tema era más nuevo, interesante,
jocoso e incluso maldito, que la idea del desarrollo sostenido de la economía
que había sido uno de los objetivos propuestos en el año 1959 del que nada se
había logrado.
Entiendo a
la comunidad gay, si yo fuera uno de ellos, pues pensaría y actuaría igual.
Resulta agradable pasar de reprimido y mal visto a tener un centro que me representa
y que fue construido para mí especialmente, con poca vinculación con los
organismos estatales, con fondos en dólares venidos del extranjero y para colmo
de bienes, dirigido por la hija del segundo presidente histórico de la
república y además con la posibilidad de manifestarme públicamente y hacer
marchas por las calles de la ciudad. Es como para ponerse muy alegre, pero creo
que la alegría los ha obnubilado. La comunidad gay vuelve a actuar ingenuamente.
La
comunidad creyó en las mentiras dulces y se acostumbró muy rápido a ellas.
Creyó que era de verdad el interés y no descubre, no porque sean malos, sino
creo por ingenuidad, que estaban siendo utilizados. Se creyeron el cuento de la
dignidad humana, el derecho de las minorías, que nuestros padres patrios habían
cambiado, que la culpa toda era de Fidel, pero él ya había muerto y se dejaron
utilizar como una fuerza más a favor de la Revolución. Mariela, la hija, ahora famosa,
estuvo jugando su juego. Por un lado la fama y el dinero y por otro la búsqueda
de personas que confiaran en el proyecto que tiene más de 60 años y no ha pasado
de proyecto, era algo más a exhibir.
Entonces llegó
el 11 de mayo del 2019. La comunidad L.G.B.T.+, como todos los años se
preparaba para la marcha conga, la Mariconga y de pronto, la actividad fue
suspendida. El gobierno que acababa de realizar una gran marcha el 1 de Mayo por
el Día del Trabajador, dijo que las condiciones económicas no eran buenas, que
el país se enfrentaba a un nuevo período de escasez, por lo que era imposible
aprobar la marcha por el “Orgullo Gay”, obviamente las imágenes de los
comunitarios, muchos disfrazados y pintado, bailando delante de los carros de policías
y los policías con caras de asombro de las marchas anteriores no podían gustar
mucho a los machistas gobernantes.
Los
orgullosos comunitarios no entendieron qué tenía que ver la marcha del orgullo
gay con la situación económica del país. Se sintieron dañados, engañados y
entonces, una parte de ellos, decidieron marchar. No hacía falta economía, no
necesitaban movilizar el transporte de la ciudad, no necesitaban meriendas,
solo querían ejercer el derecho que años anteriores les dijeron que tenían.
Mariela, la Directorasa, por su parte, la persona que utiliza en mayor escala
los fondos del CENESEX para sus encantos, declaró que no había marcha, que
quedaba suspendida y que si se hacía era a riesgo de los marchantes. Si el
gobierno no autorizaba, pues no había nada que hacer, y como siempre utilizando el argumento más
fácil y retomado durante estos últimos 60 años, argumentó sin argumentos que el
evento quería ser utilizado por grupúsculos
de personas que estaban en contra de la Revolución y por supuesto por la
gusanera de Estados Unidos, dejando huérfanos y sin poder a los que hasta ese
día habían sido sus hijos queridos y se fue a organizar una actividad cultural por
el orgullo gay a puertas cerradas acompañada de sus más fieles y amenizada por
la Charanga Habanera. Dicha actitud, como se puede suponer, dividió a la
comunidad en dos partes, los que se plegaron a Mariela y a la orden oportuna
ahora del gobierno y los que obstinados con soportar su orgullo pretendieron
marchar. Obvio, para Mariela, los segundos ya no servían y la idea del orgullo
se había comenzado a fracturar.
No sigo la
idea de la prensa extranjera, menos la opinión de ningún grupo “clandestino”.
He visto varios videos hechos con celulares de personas comunes. La fracción de
la comunidad que intentaba mantener la tradición se concentró frente al Capitolio
Nacional, lindo lugar para iniciar una marcha. Portaban banderas cubanas y unas
banderas de muchas franjas y colores que imagino que identifica al grupo y a su
diversidad. Primaba la buena onda, las personas reían, se abrazaban, se
alegraban y agradecían a amigos por su presencia. Ese debió ser el núcleo.
Es cierto que
cualquier marcha, incluso la más organizada, es susceptible que aparezcan personas
ajenas al objetivo de la actividad. En el caso cubano es normal ver a parte del
pueblo que como entretenimiento mira y camina, como la marcha por el orgullo
gay está siempre acompañada de música, es mucho más entendible que se utilice
como entretenimiento para una parte del pueblo que tiene poco en qué
entretenerse. Las marchas más serias en Cuba siempre son acompañadas por
personas que desfilan incluso con botellas de ron en las manos, también
aparecen los delincuentes, las marchas, las aglomeraciones de personas, los discursos,
los carnavales, son buen ambiente para carteristas, ladrones, rescabuchadores, etc.,
es posible, no lo descarto que algunos de los llamados disidentes quisieran
aprovechar para hacer de las suyas, al final ellos no tienen un Centro ni una Directora
que los atienda y menos son reconocidos como el orgullo disidente. En esta ocasión,
en los videos publicados yo vi además parejas de heterosexuales, que se hacían acompañar
por sus hijos. Era una gran fiesta de familias y amigos.
La marcha
comenzó organizada y el objetivo era caminar Prado abajo por el Paseo, para no
interferir ni molestar el tráfico de autos que viajan del Capitolio al Malecón
y viceversa. Me llamó la atención algunas de las declaraciones de los
marchantes, que decían estar allí en defensa de los derechos civiles de la
comunidad gay cubana, por el reconocimiento de la diversidad, la tolerancia y
en favor de los logros de la Revolución. Fue lo único que vi, en ningún momento
se dijeron consigna en contra de la Revolución, ni se exhibieron carteles
alegóricos a temas políticos.
Y entonces
para sorpresa de los marchantes, ya les cuento para mi un poco ingenuos, el
final del Paseo del Prado, bloqueando todo el paso, había policías con sus uniformes
y otros muchos policías vestidos de civil. No sólo bloquearon el camino, sino
que estaban determinados a no dejar pasar y disolver la manifestación hasta ese
momento muy pacífica.
Conversaciones.
El jefe de los policías, evidentemente un oficial de mayor rango, creo que
mayor, vestido de civil, trataba de explicar que la fiesta había acabado, que estaba
prohibido continuar. Por su lado los miembros del CENESEX decían que ellos
querían ir por el Malecón hasta llegar a incorporarse a la actividad que se
estaba realizando por el orgullo gay con Mariela, su Directora al frente. Como siempre
pasa, dialogo de sordos, ambiente acalorado y entonces comenzó la verdadera fiesta.
Policías armados y entrenados vestidos de uniforme y algo que cada vez se ha puesto más de moda en Cuba, policías, militares o miembros del Ministerio del Interior vestidos de civil que muy rápido pasaron a acabar con el orgullo de los gays reunidos. Represión, golpes, personas arrastradas por la calle, personas cogidas por los cuellos e inmovilizadas, personas metidas violentamente en los carros de policías.
¿Dónde
estaba Mariela? Dicen que estaba en la actividad bajo techo bailando al ritmo
de la Charanga. Hipócrita y manipuladora. Es cierto, ella había declarado que
no se prestaría a las maniobras de la disidencia y la gusanera de Miami, aunque
yo no acabo de entender qué tiene que ver aquí ahora la gusanera.
Creo que,
siendo digna, debería habérsela jugado y marchado como en años anteriores con
su Comunidad, aunque después junto a la piscina tuviera que explicarle sólo a
su papá porque no creo que ella tenga que explicarle mucho al Presidente Díaz
Canel. Por qué no estaba allí para evitar que le cayeran a golpes a los que
hasta ese momento eran sus hijos, por qué no estuvo en el cordón para hablar
con los policías y evitar la violencia, por qué no sacó un megáfono y le hablo
a los marchantes. Por qué no partió la naranja a favor de los que hasta ese
momento la apoyaron y la ayudaron en su reality show. Por qué no dijo en ese
momento, ojo, soy la hija de Raúl Castro y el que me toque a uno de estos, se
las tendrá que ver con mi marido que es italiano y mi papá. Por qué permitió
que se dividiera la Comunidad haciendo una actividad cultural para algunos dejando
a otros a lo que ella debía suponer que pasaría, es más a lo que ella estaba
segura e informada que pasaría.
¿Por qué?
Pues sencillamente porque todo lo de la Comunidad y la igualdad y la diversidad
y el orgullo gay es un puro cuento. Es algo para morder a los más ingenuos o
quizás necesitados de afectos y reconocimientos y ponerlos a favor del proceso
revolucionario. Es toda una maniobra que le ha permitido vivir bien, mejor de
lo que ya vivía antes. Es algo que le ha permitido matar el aburrimiento y de
paso aprovechar el dinerito donado por la ONU sin grandes controles del
riguroso escrutinio del gobierno. Es algo para contar a sus nietos, donde ella,
para quitarse el golpe de lo que su familia generó, pueda aparecer como buena.
No soy
homosexual, aún, pero de serlo no me gustaría estar en Cuba, pues la idea va
más allá de estar a favor o no de la Revolución. La idea pasa por los
sentimientos.
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