2.- Una parte de nosotros, los de siempre, aprovechamos para
volver a meterle un ramalazo al Gobierno Cubano y entonces condicionamos la ayuda
a que se quite del gobierno a los que están. Si se van del gobierno ayudamos,
si no se van, no ayudamos. Eso resulta, además de viejo y obsoleto, imposible.
Fidel murió en su Trono de Hierro y Raúl ha anunciado que dejará
voluntariamente la presidencia el próximo año, después obviamente de garantizar
que el que lo sustituya, aguante el palo bajo su supervisión. Entonces la idea
de que nos interesa ayudar al sufrido pueblo de Cuba, pero sin los Castros, es
más de lo mismo.
No digo que esa variante no tenga parte de razón, no puedo
cuestionarla, porque también es sabido lo que durante muchos años se ha hecho
con la ayuda que se ha recibido, acciones que van desde perderse, repartirse
entre los amigos y familiares de la Corte Real, hasta venderla en las tiendas
en divisa.
Entonces lo que se debía exigir es que el gobierno cree
instituciones serias, confiables, quizás integrada por cubanos que están allí y
por cubanos que están fuera y que la ayuda se distribuya por prioridad. Y esto
es lo más difícil porque el dialogo es entre dos bandos que son ciegos y sordos.
Si una persona que vive fuera de Cuba, digamos yo, quiero
enviar 5 sacos de arroz, y como se supone no puedo irme y pararme en una
esquina a distribuir gratis laticas de arroz por persona en Santa Clara, ¿cómo
hacer para que el arroz llegue a los que no tienen comida? ¿A nombre de quién
podría enviarse el arroz? ¿Cómo garantizar que mi arroz llegue a Santa Clara y
no sea desviado para un hospital en Pinar del Río o peor que aparezca mañana en
las tiendas recaudadoras de divisas? ¿Tendría que pagar, además del arroz y el
envío, altos aranceles de importación en la aduana cubana? Digo arroz, puede
ser ropa, cemento, clavos, madera, etc., etc., etc., agua potable, porque hace
falta mucha agua potable.
Antes existía algo que se llamaba ICAP, que estuvo hasta
donde conozco dirigido por Sergio Corrieri a última hora, pero también conozco
de las barbaridades que se hacían dentro de esa institución con las famosas
donaciones. Entonces …
Es real, no se puede ocultar, el gobierno cubano, tiene una
experiencia grande en el asunto huracanes, pero antes llamaba a nuestros
“hermanos” los soviéticos y en pocos días los barcos de ese país comenzaban a
llegar a la isla, luego, cuando cambiamos de hermanos, llamaba a uno que otro
país latinoamericano y algo aparecía de ayuda, pero los hermanos soviéticos ya
no están, se cansaron de todo, incluso de Cuba y a los latinoamericanos
hermanos que quedan, se los está llevando el Diablo.
3.- Siempre se apela a la emigración. Cada día que pasa, esa
emigración disimuladamente, o sea, sin reconocimiento oficial, se ha hecho
importante, lo que termina en que se responsabiliza a esa parte de los cubanos
con parte de la solución, pero ¿qué pasa dentro de Cuba?
Si somos sinceros, no solo los integrantes del gobierno
cubano viven bien. En Cuba hay muchos cubanos que viven muy bien, me
arriesgaría a decir que muchísimo mejor que la mayoría de los que trabajan
fuera de Cuba.
¿Por qué los artistas cubanos, que trabajan en películas de
productoras extranjeras y cobran su trabajo en dólares americanos, no se
pronuncian?, ¿Qué pasa con los músicos que viajan por todo el mundo, incluyendo
a los Estados Unidos, dando conciertos y cobran ellos y sus representantes muy
buen dinero y que hoy gracias a eso y a la Revolución que se lo permite, se han
construido mansiones, casi palacios, estudios privados de grabación, ruedan
modernos y súper caros autos, etc.? ¿Por qué el hijo de Raúl que acaba de
escribir un libro sobre no sé qué mierda y lo está promocionando por el mundo,
no dona lo que gana como resultado de las ventas? ¿Por qué el hijo de Fidel,
que se dedica a publicar libros de fotografías que tienen como centro a su
padre, no hace una donación en dólares de su cuenta privada? ¿Por qué los
cubanos del Cuerpo Diplomático que celebran en sus embajadas todas las fechas
patrias y los cumpleaños de los líderes cubanos vivos y muertos, que aunque
sabemos que no se les paga mucho, si ganan mejor que un médico o un maestro que
trabaja en Cuba, no hacen una colecta y envían dinero a su patria como
agradecimiento de estar escapando?
¿Qué pasa con los cubanos que son dueños de paladares,
cafeterías y de hoteles, gracias en parte a que se le colaron a las
regulaciones que en un momento de debilidad y necesidad el gobierno cubano
autorizó? ¿Por qué los campesinos millonarios en pesos cubanos y en dólares que
tenemos en Cuba, gracias a acuerdos de venta con el turismo y el Consejo de
Estado, etc., no donan una parte, una pequeña parte de sus ganancias?, ¿Qué
pasa con los herederos, por ejemplo, del cantante Compay Segundo o los
integrantes del tan mencionado Buena Vista Social Club, o los descendientes del
viejito Robaina, el priorizado productor de tabacos en Pinar del Río?, ¿Qué
pasa con la buena cantidad de extranjeros que viven en Cuba y son dueños de
compañías comerciales autorizadas por el gobierno y que muchos de ellos se han
hecho millonarios gracias a que el gobierno los priorizo por delante de sus
ciudadanos, empezando por el esposo, nada más y nada menos que de una de las
hijas del mismísimo Raúl Castro?
Cualquiera de estas personas que menciono, y muchas otras
más, viven en Cuba mejor que la mayoría de los que han emigrado. Ellos son
ricos en dólares, poseen cuentas en el exterior y de seguro casas e inversiones
en el exterior y disfrutan demagógicamente de las ventajas de los dos sistemas
más antagónicos que recoge la historia.
¿Debería yo ayudar al pueblo de Cuba, más allá de mi familia
y amigos? Si, seguro que debería, pero Riqui Martin se presentó en Puerto Rico
y ofreció la entrega de toneladas de comida. Pitbull ofreció costear de su
bolsillo un avión para llevar todo lo que se pudiera llevar a ese pueblo.
¿Dónde está Silvio Rodríguez, Perugorria, los amiguitos de Gente de Zona y los
de Buena Fe? Ahora es cuando tienen que aparecer y no precisamente para cantar.
¿Quieren Revolución? Pues este es el momento mejor para ayudarla a salir del
problema. Entonces yo, como un cubano más, cuando los vea colaborar de verdad,
me sentiré más comprometido y haré un esfuerzo por enviar 1, 5 ó 10 dólares, o
un poco de arroz o agua potable, porque hace falta mucha agua potable, a las
personas que NO conozco y que están metidas dentro de esa gran palabra que es
pueblo.
Al final soy cubano y eso significa que tengo una cuota
adicional para entender lo que pasa en mi país de origen, pero incluso con esa
cuota, a veces se hace difícil. He visto imágenes de personas en Cuba con el
agua por la cintura bailando una conga en el medio de la calle, he visto a
amigos sentados en sillas con el agua en las nalgas, sin comida, sin
electricidad, sin agua para tomar, pero jugando dominó.
He visto a una mujer cubana, negra, gorda, sentada en un
muro porque no tenía para dónde ir, que, pasándole la cuenta al gobierno
actual, dijo frente a una cámara que Fidel si se presentaba en los lugares y
todo lo resolvía, apelando a aquella imagen de salvador que tenía el amigo. A
muchos nos costará trabajo y dolor, pero si somos sinceros, tenemos que
reconocer que es verdad. Fidel, que carga con dos condiciones totalmente
contrapuestas, la de el “gran destructor” y a la misma vez, la de el “gran
salvador”, se presentaba siempre seguido por las cámaras. Llegaba, le tiraba el
brazo por arriba a esa cubana y le preguntaba, qué te hace falta mi negra y entonces
ella, enseñando los blancos y fuertes dientes, típicos de la gente de su raza,
le decía, Comandante no tengo refrigerador. Inmediatamente Fidel, real dueño, escenificando
uno de sus mejores papeles, se viraba y le decía a uno de sus colaboradores-lacayos,
veté a uno de mis almacenes privados, ahora mismo y tráeme un refrigerador ruso.
Lo voy a esperar aquí porque quiero entregárselo personalmente a esta abnegada
compañera.
Se paraba el tránsito, se movilizaban personas, se
encontraba a las menos cuarto un camión y en menos de lo que canta un gallo,
las cámaras recogían la imagen del Comandante en Jefe, Destructor y Salvador,
entregándole personalmente un refrigerador nuevo, gratis, a la vecina del solar
1546. Muchos cubanos conocíamos la estrategia, el mundo entero quedaba
impactado de ver a un presidente en el terreno, vestido de traje de campaña, mojado,
sin miedo a enfermarse o despeinarse, resolviendo los problemas de los suyos.
La negra cubana contenta, en realidad no era revolucionaria,
pero lo menos le había cogido algo al sistema. Los vecinos contentos, como ella
era buena persona, todos los del solar 1546, tendrían un poquito de hielo para
enfriar el agua en los calurosos veranos. Fidel satisfecho, sobre todo por los
puntos logrados en el rating, se retiraba satisfecho y tranquilo por el deber
cumplido a su Trono de Hierro y a lo del buen vino y los mariscos, reservado
sólo para aquellos cercanos que no fueron afectados por el huracán de turno.
Es difícil de entender, por más que hemos pasado a la
historia como un pueblo que nos da lo mismo un bautizo que un velorio y por
burlarnos, nos burlamos de nosotros mismos, por aquello de que, “a mal tiempo,
buena cara”, pero es que todo tiene un límite.
Las imágenes de México, Puerto Rico, etc., son diferentes.
La gente llora, las personas se ven desesperadas, angustiadas, la gente grita y
pide a Dios, por momentos puede parecer que las personas sobreactúan. Nosotros,
muchos, bailamos, tal como si estuviéramos celebrando la entrada del huracán y
la destrucción, como se hacía en la antigüedad, donde el hombre bailaba para
pedir o celebrar la llegada de la lluvia, por lo que eso significaba para las
cosechas. ¿Nos habremos vuelto tan primitivos?, ¿Nos habremos vuelto más
inconsciente?, ¿Se podrá aplicar aquí lo de cría cuervos que te sacaran los
ojos?
Es difícil de explicar a los que no conocen a los cubanos.
Es difícil de creer que se está pasando por un mal momento, cuando el momento
se utiliza para fiestar, enamorarse, jugar dominó, tomar ron, etc., y lamentablemente
pagamos todos por la actuación de unos pocos. Hoy las imágenes vuelan.
En fin, creo que los catalanes interesados en separarse de
España, cosa que muchos consideran muy seria y que como todo no es un proceso
de ayer, sino que viene caminando, solo o ayudado, desde hace muchos años, los
españoles que no están de acuerdo y los cubanos que nos desgastamos, a veces
furiosamente, en defensa de uno de los dos bandos, no tienen ni la más puta
idea, para decirlo en castellano de la Madre Patria, de lo que tener un gran problema
significa. Si quieren comprobar que lo de la independencia o no de Cataluña no
es nada, pues cojan un avión ahora mismo y váyanse a Cuba
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