martes, 19 de diciembre de 2017

Créalo o no lo creas.

Así éramos cuando niños. Víbora Park.
Todos, o al menos una parte de nosotros, nos desgastamos por hacer algo grande, inmensamente grande, algo que quede para la historia. Todos, o al menos una parte de nosotros, queremos dejar una huella de nuestro paso por la vida y nos aferramos a conseguir nuestro David o nuestra Mona Lisa. Sin embargo, poco reparamos en las pequeñas acciones, o como dijera el poeta, "aquellas pequeñas cosas" que son capaces de despertar en el otro, ilusiones, aspiraciones, sentimientos, deseos, esperanzas, etc.


Esto me pasa con mi amigo Ruso, al que casi siempre menciono en mis escritos, por la cercanía, en cuanto a acciones y pensamientos que tenemos y compartimos.


Mi placer y por qué no, mi orgullo enorme, es conocer que cada vez que escribo y publico algo, incluso la idea más tonta, Ruso, no sólo la lee con compromiso y entusiasmo, sino que mi idea, hace brotar en él una infinidad de ideas nuevas, algunas veces en prosa y otras, aunque pueda parecer increíble, en poesía.


Así somos hoy. Lincoln. 2017










Ruso, al cual un día dedicaré uno o varios escritos completos, pues conozco su vida al detalle, nada más y nada menos, me agradece el habernos vuelto a encontrar después de algunos años de separación por él haber emigrado antes que yo. Ruso me agradece el que lo escuche y pueda comprenderlo, respetarlo y apoyarlo. Linda forma de alimentar una amistad.


Quizás, deba reconocer, por lo cual podría parecer muy inmodesto, que esto me ha pasado algunas veces, debe ser, quizás, por mi capacidad histriónica. JAJAJA. La última vez, recién operado del corazón, yo caminaba mucho, varias veces al día, por los pasillos del hospital y de pronto un día, un norteamericano, al que yo nunca había visto, que caminaba frente a mi ayudado por su esposa, se me atravesó en el camino y me dijo, tú eres mi inspiración. Y yo, ni idea tenía que, con mi necesaria caminata, estaba ayudando a alguien. Pues sí, parece que se puede ayudar, incluso cuando uno ni se lo pueda imaginar.


Como ejemplo de esto, cada vez que escribo, inspiro a Ruso a escribir, a sacar lo que tiene adentro de su cabeza, a volcar sobre un papel los sentimientos de los que es dueño, a decir su verdad y eso es lindo entre y para amigos. Lo animo a hablarme y a compartir análisis. No siempre estamos 100% de acuerdo. No es necesario. Lo necesario es compartir.

Ya Ruso escribía antes de yo aparecer, tampoco es que yo sea su "exclusiva musa”. Su musa, a veces, tiene otro nombre. Sólo que, al parecer, esa capacidad, la había dormido.


Dejo entonces aquí para la posteridad, uno, el último de sus poemas, que además como otros, me lo dedica a mí. No le he pedido permiso para hacerlo, entre amigos reales, no hace falta tanto pedir permiso. Sé que estoy autorizado. 

Son estas, esas pequeñas cosas las que hacen la diferencia.


" Créalo o no lo creas"

Crecimos juntos bajo una gran mentira.......
Nuestras familias hicieron lo posible por adoctrinarnos....
nunca pensaron en nuestras mentes....
como tampoco sabían lo capaces que éramos....
liberarnos de toda esa ideología, una lucha realmente sin saber qué destino...
pero siempre todo lo hicimos juntos como vecinos, como amigos...
Nuestra arma es y ha sido la verdad, la honestidad, aunque duela…
es cruda y amarga, así somos y lo logramos.
No tenemos una máquina del tiempo para borrar nuestros errores...
sin embargo, nos sobra voluntad y deseo para demostrar la realidad…
del pasado y el presente con toda la verdad.
Hemos sido criticados, hemos sido admirados por nuestros hechos...
triunfos y fracasos, pero algo muy importante......
no vamos a educar a nuestros hijos como lo hicieron con nosotros...
ellos no tienen la culpa de nuestro pasado que fue un gran desastre...
sin embargo, no podemos luchar contra la mentira.
Somos humanos con virtudes y defectos....

Créalo o no lo creas.

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