sábado, 28 de octubre de 2023

530.- Mi madre acaba de cumplir 80 años.

Momentos alegres de confesiones.

Sería moderno comenzar este escrito con lo que veo todos los días. Mami te amo, sin tí, luego de parirme no podría vivir, te extraño aunque viviamos juntos, has sido mi guía y faro, no importa si estas en el cielo o en el cementerio, te quierooooooo, Mami aunque desapareciste fisicamente te felicito por tu cumpleaños 100, etc., etc., etc.

Los que me conocen saben que no he sido de esos hijos extremadamente cariñosos, que todos los días, como muestra de amor, pide las bendiciones a su mamá. Los que la conocen saben que ella no ha sido esa mamá que, como muestra de amor, da las bendiciones todos los días o te espera con un café recién colado. Después que fui niño no recuerdo haberme sentado nunca sobre sus piernas o quedarme dormido en su regazo, es real peso mucho y duermo poco, tampoco recuerdo haberla abrazado desaforadamente con esos abrazos largossssssss y pegagozosssssss. 

Sólo he sido un hijo comprometido, presto para estar siempre, para ayudar a cualquier hora, sobre cualquier cosa, las buenas y las malas. He sido un hijo dispuesto a decir la verdad y asumir sus errores. Sin embargo, hemos logrado mantener durante todos estos años de nuestras vidas, tal como dice una de las leyes fundamentales de la dialéctica, una relación de unidad y lucha de contrarios, donde se dice que los contrarios se hallan unidos indisolublemente entre sí y forman juntos un proceso contradictorio único, o sea, los contrarios son condiciones de su propia existencia.

Sólo con llegar a los 80 años, si alguien me garantizara que yo llegaré a esa edad, me estuviera riendo a carcajadas de todos y todo, ya es suficiente mérito para pasar a la historia, pero además vivir ocho décadas con éxitos de cualquier tipo y pocos fracasos inmensos, es más que suficiente para ser reconocido y quizás recordado. 80 años, para nada es un límite, menos un récord, es sólo un buen average.

No haré la historia de mi madre, lo de contar 80 años, o al menos la parte que de ellos conozco bien, sería largo, sólo diré que está bien viva, porque se puede estar vivo pero mal, que su cerebro aun se mantiene casi intacto, o sea, capacitado en todas las funciones y que se dedica desaforadamente a aquello que siempre se ha dedicado, estudiar, investigar, conocer, obvio de aquellos temas de su interés y a preguntar, a tal punto esto último, que es una suerte que se dedicara al magisterio, si se hubiera dedicado a la investigación policía, muchos de sus entrevistados hubieran muerto mientras se les preguntaba, otros, sin dudas se hubieran dado un “sogazo”. JAJAJA

Nacida en una familia humilde, que a golpes de trabajos y estudios dejó de ser humilde, estudió con monjas, hizo su Primera Comunión como era tradición, engordó un poquito, se hizo joven manteniendo esa gordura bonita, se metió a revolucionaria, se casó con mi padre al cual hizo también revolucionario, estudio en varias universidades, se le olvidó lo de las monjas y la comunión, tuvo tres hijos, yo el primero, después según la tradición cubana más pura por décadas, vinieron Iván e Igor. Fue más revolucionaria, estudió ruso para pronunciar bien los nombres de mis hermano, mamá de tres hijos fue internacionalista de la época gloriosa del internacionalismo proletario, pasó su vida entera trabajado en el magisterio hasta pocos días antes de salir para Estados Unidos, lugar que no sólo desconoció y crítico, que pronosticó que explotaría por lo que jamás viviría en él y más, que en muchas ocasiones, tal como era exigido en su época, deseó que desapareciera, hasta que, es honesto decirlo, mi hermano Igor se mudó a Miami y entonces el deseo de desaparición continuó, pero salvando la cuadra, la casa y las pertenencias de mi hermano, lo que demuestra que se puede ser antimperialista, pero cuando de un hijo se trata todo puede tener sus limitaciones. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. 

Hoy ella vive, dice que muy feliz, en el monstruo de las mil cabezas, compartiendo su vida con la familia que hemos logrado formar, parte en Miami, Florida, parte en San Antonio, Texas.

Creo que es un buen final para la etapa final de una vida de cualquier persona. Los viejos en Cuba, país desde donde todos salimos, no las están pasando nada bien. Al final sólo significa para algunas personas, cambiar un poquito de pensamiento y abrirse, tal como ella misma dice nombrando el blog donde publica sus artículos, “emprendiendo nuevos caminos”. Mi madre ha descubierto los blog, no para de escribir.

Durante algunos años de mi vida, tuve la suerte de compartir con ella en el mismo centro laboral, el afamado Instituto del Comercio Exterior, entonces como la vi nadando en su propia salsa, tengo además muchos recuerdos, valoraciones y opiniones de mi madre como trabajadora. Cosa que no todos los hijos tienen como experiencias vividas. Una cosa es mamá en la casa o la familia, esa mamá como espejo mágico que te dice siempre que eres el más bello y otra es mamá como jefa de trabajo. Muchos de los hijos que son amantes de sus queridas madres, a lo mejor no podrían trabajar con ellas. 

Allí ella fue un personaje, por, primero, su real capacidad y calidad como profesora, segundo, por su enorme capacidad, conocimiento, madurez en su actividad como dirigente. Esa de todas las virtudes, es la que más tiene desarrollada. Dirigir ha sido y hoy a sus 80 años, sigue siendo su pasión, a veces con conocimientos exactos y amplios de lo que dirige, otras sin muchos conocimientos exactos, otras por simple comodidad. Dirigir a que otros hagan, sobre todo, lo que yo quiero que hagan, es un gran éxito. Tal como diría el refrán, que puede ser complicado para este escrito, “el que empuja, no se da golpes”. La he visto dirigir mucho, creo que es fuerte, pero honesta y justa. Eso le ha posibilitado escapar, ha sido recta y fuerte, no obstante, las personas no sólo la han respetado y valorado, sino querido. Todavía hoy, sus alumnos de hace más de 30 años le escriben.

Nunca he sido un subordinado fácil, no lo fui en el instituto, por lo que en esa unidad y lucha de contrarios, tengo miles de cuentos, tantos como para escribir un extenso libro. No obstante, es bueno decir, que, al partir de una condición de honestidad, heredada de aquel hogar humilde que con el tiempo dejó de ser humilde, jamás la vi hacer daño, jamás la vi humillar, ni conspirar, por eso fue querida y respetada. Ella, todavía hoy, siempre va de frente, a veces demasiado de frente, para el gusto de muchos, cosa que yo, como contrario debo reconocer que disfruto, al final ahora soy su jefe y me es fácil detener, aclarar, discutir, ubicar, etc., cualquier manifestación que yo considero “políticamente no correcta”. De eso se trata la vida, los últimos no sólo seremos, sino que somos los primeros.

Ella entonces está bien, ha continuado engordando un poquito, lo que le permite seguir echándole algo de culpa al “imperialismo”. Tiene, siempre ha tenido la gran virtud de comer cualquier cosa y cuando digo cualquier cosa, como hijo mayor que soy, digo cualquier cosa. Hubiera sido una ejemplar guerrillera, porque ni una lata de lecha condensada le hubiera pedido al jefe para la sobrevivencia. Está probado que puede sobrevivir de muy buena gana comiendo algunas hormigas, algunas raíces o sencillamente algunas piedras tomadas del camino. Esta sana y salva, a veces pienso que podría hacer el esfuerzo por coger un simple catarrito que lograra que su cerebro caminara más despacio.

Ahora vinculada todo el día, a mi lado por muchas horas, con internet, más que vinculada extremadamente vinculada, lo que es bueno, porque puede saciar su interés investigativo en aquellos temas de su interés. Su constancia como ama de casa clásica no es muy destacable, por lo que es bueno y mejor que siga vinculada a los estudios. 

Está navegando por Estados Unidos de forma acelerada, por las iglesias y sus diferentes denominaciones, por museos y parques, el clima diario, por conmemoraciones y, sobre todo, para mí demasiado, por noticias amarrillas que todos los días salen y ella no sólo consume, sino, quizás con esa intención y tradición de enseñar, trata de que los que la rodean consuman. Yo reconozco que no me interesa mucho y no presto mucha atención sobre a quién mataron y quién mató, cuál huracán cruzó y destruyó, qué pasa con los perros y gatos en mi localidad, etc. Esos eventos, mucho antes de internet existían, muchos han existido siempre y muchas veces poco podemos hacer. La realidad de los salmones, las vacas, los cerdos, a lo mejor me viene cuando me los estoy comiendo.

Mi madre acaba de cumplir sus 80 años, ojalá yo llegue a esa edad. Acaba de cumplir sus ocho décadas de vida y paralelamente acaba de nacer en la tierra prometida para los cubanos, por lo que está navegando de nuevo por la juventud.

1 comentario:

  1. Muchas gracias Roly por tan valiosos y lindos comentarios ,quedaran en mi memoria para siempre. Ademas formaran parte del legado de la familia que construí y donde tu seras siempre mi primogénito muy querido

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