viernes, 12 de abril de 2024

555.- "Llegó el arroz a la bodega"

Llego el arroz, llegó el arrozzzzzzzzzzzzz, son los gritos que hoy más se escuchan en Cuba, lo del cambio de sistema o constitución puede esperar.

Me parece estar escuchando a una de las personas más emblemáticas, históricas, conocida y querida por todos en Víbora Park, que vivía muy cerca de mi casa, y que caminando en sus recorridos diarios por Villoldo arriba y Villoldo abajo, que hoy estaría diciendo, no sin cierta ironía muy inteligente: _ “Martaaaaaa, Lourdessssss, llegó el arroz”.

Y en efecto, al parecer, el primer barco procedente de China con arroz para Cuba, acaba de llegar. Y esto que podría ser nada, o sea, arroz, se convierte en una gran noticia porque es precisamente el arroz la base de la comida del cubano.

En Cuba, se puede tener carne o no, se puede tener un tomate o no, etc., pero cuando no se tiene arroz el cubano siente que no tiene comida. No es de ocultar que por años comimos arroz blanco con un huevo y habíamos comido. No es de ocultar que durante años transitaba por mi reparto una mujer y luego su heredera hija, que venían del Moro y cambiaban leche por arroz, así como se dice hizo el hombre en aquellos momentos que la historia reconoce de trueque. No es de ocultar que, en momentos malos anteriores, un día llegué a la casa de mi padre y estabas comiendo arroz con azúcar, para que mis dos hermanos pequeños pudieran comer otras cosas. Arroz con azúcar, a falta de pan con guayaba y guarapo con lo que vivían muchos pobres dicen antes de 1959, suficiente energía para el día diría Fidel Castro. ¿Cuánto puede añorar el cubano un tradicional arroz con leche?

Barco de arroz, que no sólo alegra a mi queridísima vecina de Víbora Park, sino a toda Cuba y que deja ver, primero, todo un despliegue informativo por parte del gobierno, o sea, llegóoooo el arrooooooooz y luego despliega todo un operativo policial administrativo tal como si se estuviera hablando de trasladar todo el oro que posee un banco a otro u ojivas nucleares, quizás para trasladar el preciado metal y las ojivas, existan menos custodias. No se puede perder ni un solo grano de arroz, dirían los aún defensores de ese sistema, cosa que la tienen medio jodida a pesar del despliegue policial administrativo, porque ahí están los “imprescindibles camioneros”, por sólo hablar de una de las fuerzas que intervienen en el control y movimiento del arroz. Estando en Cuba, aprendí con un amigo camionero profesional, como “ordeñar” un saco de cualquier cosa, sin abrirlo, sin dejar rastro, sin que se note a corto plazo. Puedo asegurar entonces que muy pocos sacos de, por ejemplo, arroz, llegaran a su destino cubano con el peso que salieron de China y por todos es conocido que el arroz no se evapora y si no, de dónde sale luego, inmediatamente después de descargado y movido, el arroz que aparece en el mercado negro, hoy frente a otra posibilidad, reconocido como mercado informal. Trabajadores portuarios que dejan caer una linga completa por “accidente” de cualquier cosa, camioneros, policías, almaceneros, bodegueros, hoy estarán más que contentos, llegóoooooooooo el arroz.

Llegó el arroz en un barco o llegó un barco lleno de arroz, puede parecer mucho para cualquiera que esté sentado frente al televisor con buena voluntad, pero si estamos hablando de 11 millones de personas esperando para comer, ese barco alcanzará para un almuerzo. Súmese que de ese barco lleno de arroz o del arroz que vino en un barco, tienen que comer todas y cada una de las personas que comen más allá de sus casas. Escuelas y círculos infantiles, holgares de ancianos, casas de mamás embarazadas, unidades militares y de policías, ministerios y empresas, fábricas, cárceles y calabozos, etc., que aún mantienen lo del almuerzo “laboral”, más todas las entidades del gobierno, que no son pocas en toda la isla, por ejemplo, casas de visitas y hoteles en cada provincia, etc., más casas de los jefes, sus amigos, sus novias, etc. Un barco de arroz, el primero en llegar, alcanza para nada, quizás sólo, como en muchos otros casos, ponerlo en el noticiero. Para “estabilizar” como diría mi madre, un producto como el arroz para Cuba, se necesita un barco cada dos días, tal como entraban los chícharos “soviéticos”, durante todos aquellos años hoy vistos como de gloria. Tanto chícharo tuvimos que llegamos a llorar, lo que dio pie a aquel chiste popular de “Moscú no cree en lágrimas”

Claro, una vez más, increíble con orgullo todavía se alerta que se distribuirá dentro de lo que en Cuba se llama ahora “canasta normada y consumo social”, o lo que es lo mismo la más que histórica libreta de abastecimiento, inaugurada allá por el año 1962, antes de yo nacer y ya cargo con 61 años, con el objetivo sacro santo de que todos, blancos y negros, mujeres y hombres, niños, religiosos o no, trabajadores, vagos, delincuentes, patriotas, desafectos a la revolución, recibiéramos y consumiéramos lo mismo, sin tener mucho en cuenta gustos, necesidades, etc. Todos por igual hasta la ridiculez y el absurdo. Cada niño que nace en Cuba, si no muere antes de los 15 días, tiene el derecho de recibir un paquete de café, malo, atrasado, pero tiene derecho a recibirlo, paralelamente los médicos dicen que no se le debe dar café a los niños. Todos los cubanos a partir haber nacido en determinada fecha reciben cigarros, pocos hoy, pero reciben, incluyendo aquellos que no fuman o padecen de cáncer en los pulmones y gargantas. Durante años, por ejemplo, mi madre, recibió por mandato del gobierno, almohadillas sanitarias, cuando por razones biológicas, ya no las necesitaba y por tanto no las utilizaba.

Libreta de abastecimiento, libreta de la bodega, ahora canasta familiar normada y de consumo social, nombres que se van cambiando para dar a entender, imagino que, a los extranjeros no informados, que son cosas diferentes, porque si en algo es pro eficiente el comunismo o cómo se llame, es en crear y cambiar nombres a las cosas. No creo que sea un invento cubano, a pesar del gran inventor que tuvimos, sino que lo debe haber recomendado el mismísimo Carlitos en alguno de sus escritos. No preocuparse, seguro escribió o dijo, cuando la gente no esté de acuerdo o proteste mucho, cambien el nombre de las cosas, utilicen periodo especial para las crisis, descontentos para las protestas, busquen a cuatro anormales que hablen bien de cualquier cosa y eso creará una imagen y siempre muestren imágenes de personas que sonríen. Si encuentran a alguien que dice que se eriza, pues pónganla en todos los medios informativos, nadie sabrá que se eriza porque tiene dolor de estómago. Término nuevo ahora también es “personas más vulnerables” para llamar a casi la indigencia, entendible si se hablara de una, diez o mil personas, pero, ¿Personas más vulnerables a casi 11 millones de habitantes? Está fuerte, a no ser que se haga referencia a las personas en salas de terapias intensiva, en estados de coma, esperando por “la Parca”. (1)

Pues sí, llego al arroz para la canasta familiar normada y con eso se cree que se está también inventando algo. Dicha canasta, o sea, determinado racionamiento, ha existido desde hace muchos años y se ha utilizado siempre para tratar de resolver las necesidades más importantes de los habitantes de un lugar y sobre todo por un periodo determinado. Canasta, racionamiento, libreta que es típica de los periodos de guerra, grandes crisis económicas, enormes desastres naturales, etc. Acciones dirigidas a mantener con vida a las personas más afectadas en un momento.

Lo que si parece un gran invento del gobierno cubano es pretender que esa libreta de abastecimiento para repartir cada día menos exista por 65 años, más de lo que puede durar una guerra moderna, un terremoto, un huracán, etc., y más, pretender que ese mecanismo sea no sólo eterno, sino que haga sonreír y mantenga felices a los que lo reciben. Puede ser más o menos comparado con alguien que recibe como sanción una cadena perpetua.

Aquella idea de equidad que justificó a “nuestro” querido líder en la década del 60, quizás como solución transitoria para sacar adelante a los que más atrás estaban, se convirtió en algo permanente, porque al comprobar el mismo “querido” la inoperatividad del sistema escogió ir poco a poco repartiendo la miseria y quedar siempre con reservas para sus inventos dentro y fuera de Cuba.

Esa libreta de abastecimiento hoy podría tener una sola página y le está sobrando espacio. Los chícharos, las papas, la harina de trigo ya no viene de Moscú, los peces han desaparecido de la plataforma insular cubana a decir de la ministra del ramo, el avestruz africano se ha negado a aparearse con el avestruz mexicano lo que ha demorado el plan del comandante Guillermo García, el huracán del 84 afectó hasta hoy la producción de plátanos, el café ha sido afectado por una plaga que el gobierno americano fabricó especialmente para los campos cubanos, las vacas al no tener aire acondicionado no dan leche, a las gallinas ponedoras se les ha cerrado el hueco por donde ponen los huevos debido al stress que les produce el “bloqueo”.

Llego el barco del arroz, se está organizando la distribución con policía incorporada, algunos se están afilando los dientes y no precisamente para comérselo, los cubanos esperan y esperan más, porque ahora falta un barco de leche y otro barco de azúcar, para que las abuelas hagan su rico “arroz con leche”.

¿Estabilizar? Palabra santa, eliminada del diccionario del gobierno cubano. Puede ser que no encuentren qué dejó dicho Carlitos sobre ese aspecto.


(1) Parecer ser que la definición de la muerte ha tenido y mantiene muchas denominaciones en diferentes culturas desde los mismos inicios de la humanidad. En nuestro idioma, “la Parca” como sinónimo de la muerte puede venir de la mitología romana desde el siglo XV, cuando la muerte comenzó a representarse con una figura femenina, esquelética que vestía una capa con capucha. Con los años, los españoles utilizaron “bautizar” sus cañones para la guerra y tuve la oportunidad de conocer muy bien a “La Parca”, cañón utilizado para defender la Fortaleza de la Cabaña, con el que hoy en los momentos de ceremonias oficiales, se tira el tradicional cañonazo de las 9 pm en La Habana.

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