Trump habló de reducir la ayuda a los pobres. Eso es una
locura individualista, que representa el más despiadado pensamiento
capitalista. Eso es verdad, pero también es verdad que muchos, muchísimos
americanos están jodidos con lo de la ayuda y no quieren saber de ella. Muchos
se quejan de que trabajan y pagan impuestos para mantener a personas que no
trabajan ni pagan nada. ¿Difícil de entender la falta de solidaridad? Si es
cierto, pero lo que pasa también es que hay millones de personas que necesitan
ser ayudadas y otros millones de personas que viven descaradamente del gobierno
y eso para ellos no está bien. Lo de la solidaridad, más allá de un discurso e
ideas lindas cuando se dicen frente a un micrófono, parece no ser la esencia de
un sistema como este. Está mal para mi forma de verlo, pero mi forma de ver no
se parece mucho a la de muchos norteamericanos. La esencia de este capitalismo
es, lamentablemente, salvase el que pueda. Si les das a escoger a muchos entre
la solidaridad y hacer una Norteamérica grande de nuevo para los
norteamericanos, pues se van por la segunda idea y esos que piensan así, que
como evidencian los resultados no son pocos, apoyaron a Donald y lo sacaron presidente
para los próximos 4 años.
Observo mucho y no pocas veces veo a mujeres solas que no
trabajan y han parido 4 o 5 niños. ¿Cómo viven? Pues fácil, llenan unas
planillas y reciben ayuda del gobierno, o sea, de los trabajadores de este
país, porque los gobiernos no producen dinero. Conozco cuentos de personas,
siempre norteamericanas, que van a trabajar a una fábrica de jamones, entran a
las 7 de la mañana y en el primer receso a las 10:30 am, se retiran y no
vuelven porque dicen que el trabajo es muy duro. ¿De qué viven? Pues nada,
llenan una planilla y el gobierno los mantiene.
Esto de la solidaridad es lindo, pero para muchos
norteamericanos es un problema y se quejan constantemente de tener que pagar
trabajando, para que otros disfruten sin trabajar, pudiendo hacerlo. Entonces
esa idea, pues gustó en muchas personas que declaran, pues a quién le van a
quitar la ayuda, a los vagos y muchas veces a los delincuentes, pues que se la
quiten, que salgan a trabajar. Es una contradicción, a veces vemos a un tipo
joven parado con un cartel pidiendo ayuda y detrás de él hay una enorme valla
que dice que están contratando personas para trabajar. A veces, no digo que
siempre, sólo a veces, esas personas, tienen de todo, albergue, comida y ropa gratis,
sin embargo, piden dinero para tomar o …
Trump hizo el ridículo y en su discurso se burló y
ridiculizó a otras personas, las agredió verbalmente. Eso es increíble para una
persona que aspira a ser presidente, no importa de Estados Unidos o de Burundi.
Sin embargo, ese comportamiento gustó a muchos, los entretuvo, los hizo reír,
los hizo sentir superiores. Vivimos en un momento donde muchas personas están
embobecidas detrás de un celular o de una pantalla de computadora, creyendo
todo lo que ven y se publica, adorando a los nuevos líderes de opinión porque
tienen el abdomen definido. Vivimos un momento donde las hermanas Kardashian atrapan la atención de no pocas personas que
quieren imitar sus formas de vida. Entonces, para esas personas atrapadas,
embobecidas, seguidoras de lo insulso, de lo intrascendente, de la belleza ridícula
y absurda, Trump fue una buena diversión y como pago le dieron su LIKE.
Donald puede que no sea tan malo
como lo representó en su papel protagónico, ni Hillary sea tan buena como la
han querido pintar los que defienden la democracia a través de ella.
Lo cierto es que muchas personas
votaron a favor de Donald por vengarse de los 8 años seguidos que estuvieron
los demócratas en el poder y sobre todo para vengarse de haber tenido que
soportar a un presidente negro, hijo de una mujer blanca americana con un nada
más y nada menos inmigrante negro africano. Si es cierto, instruido, buena
persona, quizás buen padre, pero negro. Fatal para muchísimas personas de este
pueblo. Ya saben, americana casada con negro africano, para muchos es un buen
argumento para vengarse todos los días.
Votaron por Trump porque el
Partido Demócrata cometió el gran error de su vida. No propuso una nueva cara, evidentemente
no la tenían. Quizás un joven o una joven, de menos experiencia, pero de
trayectoria más limpia y se embarca con Hillary, que para muchos significa más
de lo mismo. Para colmo de males, la candidata demócrata, que parece tiene su
historia media complicada, más allá de la Lewinsky, con actuaciones no
“políticamente correctas” le han salido bastantes “cacas” que le han servido a
muchos para demostrar que de buena, buena, no tiene nada.
En realidad, cada candidato llevó
un programa o pedazo de programa como propuesta, pero eso a mi entender no fue
el fuerte de las elecciones, a tal punto que tanto los que defienden a una
parte y le echan a la otra y viceversa no apoyan sus criterios con elementos
serios comparativos, sencillamente ha primado el espectáculo, las agresiones
incluso físicas, las faltas de respecto, las pasiones elevadísimas a niveles
extraordinarios, la burla, etc. Esto de las elecciones ha puesto a fajarse a
supuestos amigos, que, para hacer su contradicción más moderna, la han
publicado en las redes sociales. Esto ha desvelado a personas que están fuera
de las fronteras de la Unión, preocupadas por las consecuencias que pueda tener
la actuación de este presidente con relación a temas fuera de las fronteras.
Quizás esas personas también están un poquito aburridas y esto de las elecciones
los ha entretenido y ellos luego han entretenido a los demás.
“Make America Great Again!”, o sea, Hacer a Norteamérica Grande
de Nuevo, el famoso slogan repetido por Donald para nada es una casualidad. De
casualidad aquí no hay nada. Es un tremendo slogan para una campaña
presidencial en este justo momento frente a sentimientos nacionalistas y quizás
medio chovinistas que existen, que se habían debilitado, pero existen. Puede
parecer prepotente, arrogante e insultante, pero esa idea es la que muchos
tienen en sus cabezas. Norteamérica es grande, estuvo sufriendo y tenemos que hacerla
grande nuevamente.
Norteamérica es para los blancos norteamericanos que vamos a hacer un
esfuerzo por soportar a los que no lo son. Norteamérica es el mejor país del
mundo, incluso para muchos es el único país en el planeta, los otros países
deberían desaparecer.
Bueno, los que conocen de historia, reconocerán que estas ideas
aparentemente locas, bien desarrolladas dan resultados, recuerden la
experiencia de Hitler en Alemania y la de Fidel en Cuba, por sólo citar dos
ejemplos más que conocidos por todos. Tantas veces se dice una mentira hasta
que la gran masa termina reconociéndola como verdad, porque la gran masa
necesita que le digan o le pongan en sus cabezas una idea.
Hacer Norteamérica grande otra vez, no está malo, sólo que se puede
estar refiriendo exclusivamente a la parte económica, porque esa es la parte
que interesa a la mayoría, lo otro, lo de la democracia, la igualdad, la
solidaridad, viene luego. Trump y Hillary, que forman parte del mismo modo de
vida, hoy son privadamente multimillonarios precisamente por no repartir lo que
tienen. Lo de repartir es un cuento.
Entonces tenemos un nuevo presidente, el cual estoy convencido que irá
cambiando su discurso por otro más moderado que le sugieran los que trabajan
para él. Una cosa es ganar una campaña presidencial y otra es ser presidente.
Tendrá que consultar, como todos, cada una de sus decisiones y entonces para
nuestra tranquilidad en ese momento se deberá imponer la experiencia, la
cordura, lo sensato y “políticamente correcto”. Ya hemos pasado por presidentes
malos, recordar a Bush y nada, en la base, la vida siguió igual.
Entonces como canta Serrat en una de sus bellas canciones, Fiesta,
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
La ventaja fue sencillamente aplastante. |
A mí en el plano
personal me gusta Obama, más allá de su labor como presidente, la cual no puedo
evaluar porque reconozco no conocer a exactitud los detalles de sus 8 años de
mandato, pues no me pagan para que sea su biógrafo, me gusta Barak como persona.
Es un tipo elegante,
de posiciones inteligentes, es un hombre sencillo, que programado o no, camina
por las calles en mangas de camisa y saluda con una enorme sonrisa a un tipo
que vende helados, a otro que juega basquetball, a los que trabajan detrás de
un mostrador en una tienda, es un tipo que paga de su bolsillo lo que compra.
Fue un presidente que
ha dejado, como ningún otro, una imagen clara de su familia, y sobre todo de su
esposa e hijas, con la que tuvo miles de acciones de amor en público, dejando claro
que primero es lo primero. Lindo para mí pues vengo de un país donde nuestro
presidente no tenía esposa, nunca se vio en público con sus hijos y para colmo
de males cada vez que necesitaba, si necesitaba, la presencia femenina a su
lado, utilizaba a su cuñada después de pedírsela prestada a su hermano, como el
que pide prestado una camisa o un par de zapatos, lo que distorsiona frente a
un país entero la más elemental idea de lo que una familia significa.
Me gusta Obama, su
forma de hablar, tono y ritmo, me trasmite tranquilidad. Me gusta porque las imágenes
que veo del tipo cargando y jugando con niños son las imágenes más tiernas que
se pueden ver en la historia de los presidentes norteamericanos.
Me gusta porque fue
capaz de convertir la Casa Blanca es un escenario sistemático para homenajear a
grandes figuras de la cultura de este país y de otros. Me gusta porque le gusta
la música, porque baila y canta delante de miles de personas.
Me gusta porque morirá
con el mérito de haber sido el primer presidente que, con muchos en contra,
cruzó el mar y de frente le dijo a Raúl, estoy aquí, no soy tu enemigo, podemos
trabajar juntos, te quiero ayudar, sólo que el pobre Obama, nadie le dijo que
nuestro Raúl era sordo.
Me gusta Obama, porque
se parece a lo que yo quiero ser y no es precisamente ser negro. JAJAJAJA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario