sábado, 12 de noviembre de 2016

Elecciones presidenciales en USA 2016. Make America Great Again!. (primera parte)

Acabamos de pasar las elecciones presidenciales en el llamado país más importante del mundo, evento que ocurre cada cuatro años y que desde muchos meses antes al día de la votación final, viene ocupando - entreteniendo a la población de este país y a gran parte de la población mundial. Entonces vale la pena dedicarle unas letras.

Confieso que no soy conocedor de la historia de Estados Unidos, a pesar de que durante muchos años me dediqué a estudiar sobre historia y mucho menos de su sistema político electoral. Pienso que, para conocer ambas cosas a profundidad, lo que permitiría hacer un análisis profundo y objetivo, más allá de pasiones, hay que dedicar muchas, muchas horas, a veces la vida entera.

Para los que venimos de un sistema electoral como el cubano, pienso que nos resulta aún más difícil el asunto, porque las elecciones en Cuba, o las llamadas elecciones, eran muy sencillas, tan sencillas como un funeral si se les despoja de la parte dramática. En Cuba algunos votaban convencidos, a esos los respeto aunque no estuve de acuerdo con ellos, otros asistían como integrantes de una manada que sigue a su líder sin mirar para ningún lugar. No pocos concurrían para anular en secreto su boleta, sólo por un asunto de satisfacción personal y otros, los más arriesgados, se negaban a formar parte del circo, no sin antes tener que soportar la visita de los que trabajaban en los colegios electorales con pioneros incluidos y saber que quedarían marcados con la “letra escarlata” de por vida. En resumen, muchos votaron porque creían ciegamente en algo que se prometió bueno, otros porque vivían del sistema, ya sea porque recibían los beneficios directos o porque le robaban y un pequeñito grupo, que imagino que haya ido creciendo con el paso del tiempo, que se resistía.

Lo primero que me llama la atención como resultado de este evento, es que muchas de esas personas, y ahora me refiero a los cubanos en específico, que callaron ayer, bajaron sus cabezas o vivieron de aparentar y no ser, hoy, después de haber comido un poco de carne de res, han descubierto y más aún se han fanatizado con la “democracia, la libertad y la posibilidad de expresión” a tal punto que defienden más que apasionadamente una posición o postura política atacando a la o a las otras partes por la simple razón de la no coincidencia, haciendo público que de la democracia y libertad de expresión que proclaman, aún saben poco. No es de extrañar, muchas de esas personas fingieron, lo de fingir se convirtió en su forma de vivir y entonces hoy no saben hacer otra cosa realmente.

Los pueblos, la gran masa, a veces no conoce su historia. No es nada anormal, esto ocurre con frecuencia, a pesar de que ese pueblo es quien hace esa historia todos los días. Entonces, en mi opinión, aunque nos cueste trabajo creerlo, la mayor parte del pueblo norteamericano, por lo menos, la parte que yo conozco, no tiene una extensa cultura y preparación, ni conocimientos históricos detallados y menos aún una conciencia política que le permita hacer análisis profundos de nada. Y lo digo porque soy una máquina de hacer preguntas sobre todos los temas que me rodean y vivo diariamente y no pocas veces obtengo la callada por respuesta o el envío a que averigüe en Goglee.

Nosotros, los que durante muchos años miramos a este país desde afuera y los que todavía lo miran, no tenemos ni idea de lo que en realidad Estados Unidos es. Tendríamos que dejar de ver las películas producidas por Hollywood, las revistas de moda, los reallity show y estudiar fuentes serias, investigar y por supuesto vivir aquí pensando.

Una parte, no sé exactamente el tamaño, pero me arriesgaría a decir que una gran parte de este pueblo, se dedica a trabajar generalmente duro de lunes a viernes, pagar cuentas para mantener lo que consideran el modo de vida americano, y cogerla de recreo los fines de semanas, pasear y sobre todo tomar cervezas y hacer parrilladas. No les interesa mucho más otra cosa, no es necesario. Esa parte ha nacido en “America” y fuera de ahí no existe más nada. Aclaración, como todo, no es que todo el mundo sea así por supuesto, pero es muy, pero muy frecuente. Luego los emigrantes que aquí llegamos y vamos formando lo que se llama la “Unión”, vivimos tan complicados con nuestros pasados y nuestros presentes, que no nos da tiempo en corto plazo a dedicarnos muchas veces al espíritu.

Frente a las elecciones y sobre todo a su resultado, a mí lo primero que se me ocurre es una pregunta más que elemental. ¿Cómo puede haber salido presidente de un país como este, nada más y nada menos que Estados Unidos, una persona cuyo discurso por momento fue racista, discriminatorio, agresivo, bufonesco, vulgar, etc., con un pasado medio oscuro como empresario y persona, cuya actuación ha sido criticada hasta por los animales y que no tiene ni la más mínima idea de lo que significa la política, el gobierno, la diplomacia, la toma de decisiones de gobierno, etc., frente a una mujer que primero tiene en su aval haber sido la Primera Dama de esta país, que es elegante e incluso, por qué no linda, que representa a la democracia, a la tolerancia y que además tiene una enorme experiencia como político y como trabajadora dentro de un gobierno?

Amigos, no seamos ingenuos, Hillary Clinton y Donald Trump forman parte del mismo juego. Hillary y Donald son dos actores que participan en un espectáculo que ahora se llamó elecciones presidenciales, que tenían que representar un guion que les pusieron en las manos. Ella y él, que no están solos, pues tienen detrás a 200 ó 2000 personas que les dijeron como vestir, como comer, como llorar, qué decir en cada momento, etc., estaban actuando. Donald actuó mejor y se llevó este año el Oscar.

Ambos, en lo que nosotros nos fajamos y ofendemos a través de Facebook, a esta hora deben seguir disfrutando de sus cuentas bimillonarias, porque entre otras cosas he visto fotos donde aparecen sonriendo a carcajadas en una fiesta, acompañados de sus respectivas parejas que también estaban sonriendo a carcajadas, representando que se la estaban pasando bien en “el party” como dicen en Miami o entretenidísimos también sonriendo a carcajadas mientras jugaban golf. Entonces cómo fajarnos entre nosotros, si las personas que aparentemente tienen diferentes posiciones políticas, tan diferentes como el día y la noche, pues juegan golf y se divierten en una también millonaria fiesta. ¿Qué hay de los principios y valores?

Donald ganó y el que está jodido no es él, para nada y lo demuestra el que he escuchado ayer que acaba de renunciar a su salario como Presidente. El tipo va a trabajar de gratis o por lo menos sin cobrar. Fidel, nuestro líder, cobraba su salario. Dicho por él mismo frente a la TV, no sabía mucho lo que se hacía con él, pero lo cobraba. Lo que está jodido, y es mucho más preocupante, es una gran parte de las personas de este país, aunque nos cueste trabajo creerlo y para nada tiene que ver con la doctrina marxista leninista.

¿Entonces por qué ganó Donald Trump? Es muy pretensioso de mi parte dar una explicación concluyente, por lo que no voy a concluir nada, sólo voy a escribir lo que pienso.

Es cierto, Donald pronunció un discurso racista. Difícil de entender en el 2016, pero la realidad es que una parte de este pueblo es racista, aunque quieran taparlo. Hay muchas, pero muchas personas que no le gustan los negros americanos ni los de ningún lugar y menos los latinos, para qué hablar de los asiáticos. Se tragan a estas personas porque ya están aquí y no les queda más remedio. Donald habló del poder blanco, del poder de los rubios de ojos claros y ese mensaje llegó porque era el mensaje que muchos querían escuchar.

Frente a estas elecciones he visto en internet, asombradísimo, manifestaciones públicas del Ku Kux Klan con uniformes completos y capuchas blancas incorporadas como en sus orígenes. He visto manifestaciones públicas también de personas neo fascistas con la esvástica hitleriana y el más que conocido saludo del brazo levantado hacia el frente incluidos. He preguntado y me han respondido que sí que es legal, sin embargo, para mí una cosa es que tú puedas amar a Hitler en secreto o que el tristemente célebre líder alemán sea tu tío y lo quieras, y otra es permitir que se asocien personas y se manifiesten públicamente a favor de reconstruir esa historia sabiendo lo que ello significó para el mundo. A veces no puedo entender la llamada democracia. A ese grupo de personas les interesa el discurso racista de Donald, el poder blanco es lo que ellos quieren alentar e imponer, poder contra mí, que paso como blanco en Cuba, pero aquí para ellos obviamente, no lo soy.

Donald enuncio un discurso discriminatorio contra, por ejemplo, la mujer. Es duro de entender porque gracias a la Virgen María nació nuestro señor Jesús, pero en realidad sí, hay líos con eso, muchos norteamericanos creen que este país no puede y ni podrá ser dirigido por una mujer y lo más curioso es que una parte de los que piensan así son mujeres, que más curiosamente no se quedaron en sus casas, sino que salieron a votar por el líder republicano.

Les cuento. Tenemos una vecina más o menos de 45 años, nacida y crecida aquí, que estuvo toda la campaña diciéndonos que no votaría por Hillary, porque era mujer y ella no quería una mujer en la Casa Blanca. ¿Contradictorio? Si lo es, pero ese sentimiento de duda frente a una candidata femenina existió en muchas personas. No estoy diciendo que la posición de mi vecina es lo que primó, pero puede ser una muestra a estudiar. Si ella es mujer y no quiere que una mujer sea la presidenta de su país, entonces qué dejaremos para los blancos rubios republicanos y sus seguidores machistas.


Es cómico porque esa vecina nuestra, que de momento hasta donde sabemos no tiene problemas psiquiátricos reconocidos, después de pasar toda la campaña dudando de Hillary, el día de la votación regresó orgullosa pues había votado por ella. Al día siguiente, después de conocerse el triunfo de Donald, estuvo toda la noche hablando bien de él y de sus planes y cómo eso beneficiaría a Nebraska y cuando le pregunté acerca de sus cambios, pues me puso carita de carnero degollado y sonrió. A lo mejor lo único que queda es reconocerle a nuestra vecina lo de psiquiátrico que tiene su problema. A lo mejor es una actuación muy común, hoy es azul, mañana es rojo, pasado estoy con el que gane, entre otras cosas porque ganó.

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