La célebre frase del serial Game of Thrones el invierno
viene, se ha hecho realidad para Lincoln, Nebraska este año. El pasado viernes 18 de noviembre, amanecimos con 32 ̊
F, o sea, 0 ̊ C. Entre otras cosas no
se todavía por qué los norteamericanos siguen usando lo de grados Fahrenheit
que me obliga a traducirlo cada vez que escribo para que muchos de ustedes
puedan entender. Debe ser que somos aquí diferentes.
Si, la temperatura
bajó en la noche y el amanecer fue un poquito difícil, pues salir de un lugar
que está alrededor de los 21 ̊ C,
atravesar una puerta y caer en 0 grados no es nada agradable. Se siente como si
alguien te hubiera golpeado en la cara.
El cielo nublado
rápido descargó su contenido y entonces lo que antes hubiera sido agua, ahora
cayó en forma de nieve. En realidad, fue poquita, casi que ni llegó a embarrar
el suelo, pero fue la primera y eso es importante porque la madre naturaleza
nos está diciendo que “the winter is coming”.
Nunca antes había
estado tan preocupado por los cambios en la naturaleza, sin embargo, ahora
descubro que, si lo estoy, o sea, preocupado por mi naturaleza, pues todavía no
llego a proyectarme hacia la capa de ozono o el cambio climático, de eso se
están ocupando mis amigos Al Gore y Leonardito Di Caprio.
He aprendido con
los que aquí viven a estar pendiente del clima para mañana, para pasado mañana,
e incluso a mirar el reporte antes de hacer uno que otro plan en el exterior.
Si te equivocas con el clima por esta época, terminas sufriendo. Para
garantizar la información, me he echado a mi mejor aliada Martica que me
recuerda enormemente a su mamá por muchas cosas y esto de darme el estado del
tiempo para mañana asegura que lo que se hereda no se hurta. Recuerdo que
paralelamente al puesto de mando que se creaba en Casa Blanca para observar e
informar sobre, por ejemplo, la trayectoria de un determinado ciclón, mi suegra
Marta, preocupada y ocupada, creaba su propio puesto en la sala de nuestra casa
y con mucha frecuencia, a veces a cada minuto, nos informaba sobre los últimos
detalles del accidente meteorológico, llegando a tener un conocimiento y manejo
profundo de cada detalle. Debe ella seguir así, a pesar de sus casi 90 años, su
cerebro sigue estando admirable y envidiablemente claro.
No es tan difícil
aquí porque existen todas las condiciones para estar al tanto, entre ellas, con
sólo abrir tu celular tienes un reporte de lo que va a pasar en el día hora por
hora en la localidad donde vives, luego el reporte se extiende por día toda la
semana y todo el mes hacia adelante. Además de que cuando va a existir un
acontecimiento extraño como nevadas, tornados, etc., a tu celular llega un
aviso de alarma. Sólo falta que del teléfono salga una mano y te toque por el
hombro y una voz cariñosa te diga, cuídate hijo, hoy va a hacer frío. Eso tiene
de bueno “America”, los celulares te cuidan. JAJAJA
Esto me hace
recordar a un amigo portugués con el que trabajé un tiempo en Cuba, ya
fallecido, que había vivido en muchos lugares del mundo, y que frente al
reguero que descubría en nuestro país por aquel entonces, me preguntaba, ¿sabes
por qué las personas en los países fríos son más organizadas? Luego él mismo me
respondía, pues sencillamente por el frío. Si no logras sembrar y cosechar,
encurtir y guardar, recolectar y apilar leña, durante los meses precedentes al
invierno, cuando llega el frío pasas hambre, sufres e incluso mueres. El frío
crea la cultura de la organización y sobre todo del tiempo. Eso siempre me hizo
pensar.
Otro amigo cubano,
con esa gracia que caracteriza a algunos de los que nacieron en aquella isla,
siempre me decía, “nosotros mantenemos una cultura recolectora cazadora a pesar
del paso del tiempo y es precisamente por el clima. Los pajaritos o el agua
transportan la semilla y donde cae, ahí nace una planta. Venimos caminando,
incluso ligeros de ropa, aunque vivíamos en pleno siglo XX y vemos un mango,
pues nos subimos en la mata o le tiramos piedra, lo cogemos y comemos. Seguimos
caminando vemos un pez en el río y cogemos un palo lo atravesamos, sacamos y lo
comemos. Seguimos caminando y vemos una mata de hojas grandes, cogemos una
hoja, la enrollamos y la fumanos y así transita nuestro día. Siempre hay
tiempo, el clima nos ayuda” Y eso también me hacía pensar, más allá de la
gracia que me daba el escuchar lo de la cultura recolectora cazadora en Cuba después
de tantos años de “alto desarrollo”
Pues tiene algo de
verdad y sin querer yo definir quién es mejor o peor, cosa que siempre
resultaría arriesgada, me veo haciendo planes en dependencia del tiempo. Mis
compañeros de trabajo, simples hombres de mantenimiento, podrían clasificar
para trabajar en el Instituto de Meteorología Cubano y algunos podrían hacer un
buen papel compitiendo con el más famoso meteorólogo cubano José Rubiera.
Y no creo que es
porque somos mejores o más organizados, o más planificados, sencillamente si te
equivocas con el frío, sufres. No llegas a morir hoy aquí en medio de una
ciudad, porque son muchas las posibilidades, pero no es de ocultar que en
países como por ejemplo Canadá en todos los inviernos hay gente que muere
congelada en viajes largos fuera de las ciudades, en roturas o accidentes de
autos, etc. Entonces en dependencia de la circunstancia, no sólo sufres, sino
que llegas a morir.
El invierno llegó y
siempre crea en nosotros, personas de calor, nuevas expectativas. Cómo será,
cuánta nieve caerá, será más frío que el anterior, etc., etc., etc. Nos
entretiene de momento, pues no hacemos más que poner un pie fuera del
apartamento o del lugar donde estamos y lo primero de que se habla es del frío.
De más está decir que durante estos meses, no dejamos de recordar y reír
siempre con el famoso chiste del latino que va a vivir a Canadá, cuya versión
de un comediante argentino para mí es mejor que la versión conocida de Álvarez
Guedes.
Es lindo ver caer
la nieve desde una ventana de un cálido apartamento. Es un evento que siempre
es emocionante, las combinaciones que se forman en el aire y luego sobre el
suelo son inimaginables e irrepetibles. La luz del sol sobre la nieve crea un
efecto de luminosidad que uno no sabe si es agua o cristal lo que está cayendo.
Cuando tienes que estar debajo de ella, si es poco tiempo, pues también es
lindo, fresco, limpio. Siempre dan ganas de jugar, no sé exactamente el por
qué. Si tienes que estar mucho tiempo debajo de ella, lo de lindo, fresco y
limpio cambia y las ganas de jugar se te quitan.
Lo primero que me
digo cada invierno es, no puede ser que esto me esté pasando a mí. JAJAJA. Si te
has equivocado y estás mal vestido, pues lo de equivocado se convierte en un
trauma que te puede tirar a la sala de emergencia de un hospital.
Ruso, siempre por
esta fecha dice, ah ella o él están alterados, deja que llegue el invierno. Es
una frase que encierra algo de experiencia y conocimiento del ser humano. El
invierno tranquiliza incluso a los más locos. JAJAJA.
Como todo recién
llegado me he equivocado y puedo decir que he sufrido. He salido sin guantes,
con tenis de tela, confiado en que la gestión es rápida y a los pocos minutos
he sentido como si a los dedos de mis manos y pies me le estuvieran cayendo a
martillazos. Es un dolor diferente a cualquier dolor, y lo puedo decir sin
temor a equivocarme porque estoy acostumbrado a los golpes y a aguantar. Fue la
forma en que nuestro padre nos enseñó cómo debía ser un “revolucionario”,
parece ser que los revolucionarios se dan bien en el trópico con calor, en el
frío la historia es diferente. JAJAJA.
El invierno del
2016 ha llegado y …
Hola, Rolando! Muy interesante tu blog. Te cuento que la razón por la que los americanos no usan el sistema métrico decimal es precisamente, en señal de independencia total de Inglaterra. Y de paso, son diferentes, cierto? Sin embargo, gracias a la tecnología, y a los teléfonos inteligentes con sus innumerables aplicaciones que nos facilitan la vida, puedo hacer conversiones rápidamente y contarle a mi familia en Colombia como está la temperatura, cuanto mide mi casa y cuántos kilos (no libras) he ganado en los últimos años! Jajajajajajajaja.
ResponderEliminarMarjorie