Advertencia para el lector.
Algunas de las ideas que leerás a continuación pueden ser perturbadoras, o dar la imagen de que soy un tipo perturbado. Si te comienzas a sentir mal mientras lees, pues déjalo y sigue tu vida. Te aseguro que tu mal no es de gravedad, al menos por ahora.
Lo de los temas religiosos ha desbordado el nivel. Ahora
todos somos religiosos y nos pasamos el día en labores proselitistas en las
redes sociales. Entonces nos vemos obligados a responder con “amén” o la
palabra más utilizada en las redes sociales hoy día, “bendiciones”
Me gustan los religiosos de verdad, los buenos, los que
obran guiados por determinada fe para hacer el bien, ayudar, etc. Pero detesto
aquellos religiosos modernos, que tienen a la religión como una canción de moda,
que además tratan de metértela por los ojos, aunque la canción sea mala.
Conozco a muchas personas religiosas, y tuve la suerte de
compartir muchos años con dos personas católicas de verdad, Tía Angelita y Tía
Georgina. Digo católicas de verdad, porque, primero las cogió la Revolución
Cubana y ya eran católicas; segundo, nunca renunciaron a su religión pública en
los años que la mayor parte de los cubanos ocultaron sus santos y creencias;
tercero, esas dos personas, dedicaban en silencio, parte de su vida a ir a la
Iglesia diariamente, a ayudar a otros, a visitar hospitales y cuidar enfermos,
etc.
Vivían a dos casas de la de mi mujer Martica, por lo que durante muchos
años nos veíamos todos los días y yo no recuerdo a ninguna de las dos, meterle
una muela a nadie a cerca de la religión católica, no recuerdo que se dedicaran
a el proselitismo religioso, no recuerdo que para todo mencionaran a Dios y a
todos los santos, no andaban por la calle en procesión, con candelabros,
cruces, velas, cantando villancicos y leyendo la Biblia a todo momento.
Eran personas que respetaban y entonces fueron, al menos en
el plano familiar y el más cercano que conozco, sus vecinos, muy respetadas.
Eran queridas y no porque eran religiosas, sino porque eran muy buenas
personas.
Ahora me llama la atención que todos somos religiosos en
Facebook, todos deseamos bendiciones, y no pocos, nos dedicamos a meter muela a
cerca de lo bueno que sería que todos fuéramos religiosos. Creo que es bueno
tener fe en algo, si usted confía en una piedra o en un sapo y eso le da
fuerzas para ser mejor, para trabajar, para ayudar, pues siga confiando en la
piedra o el sapo. Lo importante es ser bueno de verdad. Pero aquello de desear
bendiciones y luego robar, o estafar, o mentir, o sencillamente pisar al que
tienes al lado para escalar o beneficiarte, pues eso me parece mal. Ser
religioso, es, ante todo, una concepción de vida, una determinación de cómo ser
y proceder siempre. Acomodar la religión tal como una moda es un descaro.
Si usted está aburrido y se mete en la religión, usted no es
religioso, usted está aburrido. Si usted está solo, sin pareja, sin familia,
podría ir a una iglesia o un templo, claro que si, pero también podría ir a un
club de amigos o de parejas, a una asociación determinada, a un grupo de
personas que se unen para salvar a las hormigas que se extinguen, etc., porque
usted no es religioso, usted lo que está es sólo. Si usted tiene tantos
problemas del pasado en su cabeza, rencores, miedos, tabúes, etc., podría ir a
una iglesia, pues claro, pero también podría ir a un psicólogo o terapeuta. Usted
no es religioso, usted tiene problemas psicológicos. Si ha decidido ser
religioso fantástico, pero no tiene por qué convertirse en un auto parlante
tratando de que todo el mundo reconozca que usted es buena persona porque es
religiosa, o no tiene por qué meterle muela a todo el mundo, incluso a través
de las redes sociales, creando una imagen de que ahora si está bien, gracias a
que cree en algo y los que no creen, pues están jodidos.
Lo del amor en las redes sociales, llega a ser irreal y ridículo.
Creo que es bueno, lo puedo aconsejar, decirle a tu pareja
todos los días que la amas, es importante reconocerle cada cosa que haga, es lindo halagar, es imprescindible hacer regalos. No se puede pensar que tu pareja lo
sabe, no se puede asumir que lo demuestras, hay que decirlo. Ahora, las
declaraciones públicas de amor son ridículas y según he leído, pues la mayor
parte de ellas mentira.
Te acuestas, duermes y despiertas todos los días al lado de
alguien, y entonces tienes que utilizar una red social para decirle, “fulana,
te amo”. Eso me parece una locura. Si la amas, pues díselo a ella. El amor es
algo entre dos, que ojalá en nuestra cultura se permitiera entre tres o cuatro,
pero hasta ahora es entre dos. Las personas que te rodean se darán cuenta muy rápido
si el amor es verdadero, no tenemos que torturar con aquello de “fulana te amo”
con carita de carnero degollado.
A veces conocemos a la pareja en cuestión que publica su
amor en la red y sabemos que se están matando, que no se hablan, que no se
protegen, que ni se miran prácticamente, que cada cual lleva su vida por
separado y entonces cuando vemos esa foto prefabricada y el mensaje de “fulana
te amo” no podemos más que decirnos, que jodido estamos. Lo cierto es que son
tantas las personas que se aman en la red social, que los que no publican este
tipo de mensajes están o caen en desventajas, apareciendo la pregunta de que,
si está de moda decir que te amo en la red, pues como a mí nadie me dice eso. Estamos
medios entretenidos con esto, el problema ya no es amar, amar mucho, el asunto
u objetivo ahora es publicarlo.
Igual pasa con los papás. Me canso de ver publicaciones de
personas celebrándole el cumpleaños a los papás que están muertos. Una cosa, me
parece, es recordar a alguien y decir, lo recuerdo y otra es celebrarle el
cumple, o el día de las madres, o el de los padres, a alguien que está muerto. El
muerto, muerto está, lo que se le puede celebrar o mejor reconocer es que lleva
tantos años de muerto, pero felicitar a un papá muerto por el Día de los
Padres, me parece una necesidad enorme de poner algo por poner. Para mi gusto
no hace falta hacer una declaración de amor, los muertos se llevan por dentro,
sobre todo porque al muerto no le va a llegar el mensaje de Facebook, no lo va
a poder leer.
Lo de las mujeres y algunos hombres y las fotos no tiene
nombre. Las primeras, casi todas, tienen ahora una pose única para tomarse
fotos. Todas, las de tetas grandes y las de las tetas chicas, las que tienen nalgas
naturales, las que tienes implantes y las que incluso, no tienen ni gota de
nalga, se retratan de lado, arqueando el cuerpo hacia atrás. No he averiguado,
pero de seguro esta posición está creando serios problemas ortopédicos. Lo de
las caritas frente a la cámara del celular, no tiene igual. Tanto que escuché
criticar a Sarita Montiel por aquellas caritas melosas de labios arrugaditos y
hoy muchas mujeres están exactamente iguales. Pobre Sarita.
Lo de los aeropuertos es increíble. No hay nada más jodido
que un hospital, una funeraria y un aeropuerto. Sin embargo, ahora, gracias a
la tecnología, muchas personas sonrientes se retratan en el aeropuerto sin
mucha explicación, sólo para que se conozca que están viajando. Saliendo para
La Habana, llegando a La Habana, ahora regresando a X punto, abordando el avión,
ahora sentados dentro del avión, etc, etc, etc, son algunos de los comentarios
más frecuentes y por supuesto, las decenas de zombies que inmediatamente dicen,
vaya que bueno, viajando de nuevo, se ven muy bien, a disfrutar de lo lindo, que
bien se ven sentaditos en el avión y por supuesto, bendiciones.
Entonces creo que nos estamos dejando llevar por la moda,
por lo que otros hacen y no nos damos cuenta de que estamos metidos en lo que
sería un tanque de gelatina, o de miel, o de crema, lo que hace nuestra vida un
pastosín. La idea es ser bueno o por lo menos tratar de ser real.
Hace unas semanas tuve una conversación con Martica, de esas
conversaciones que tratan de ser inteligente, pero que uno sabe que no va a
ningún lugar. De esas que uno podría ahorrarse, pero ..., la comunicación es la
comunicación.
Adelanto que me gustan las corridas de toros. No he visto
ninguna en vivo, cosa que lamento, pero si he tratado de aprender sobre ellas a
través de la TV. Fui de niño fanático a Palomo Linares y traté de torear a uno
que otro amigo en posición de toro.
Creo que hay que ser muy valiente o muy loco para pararse
delante de un animal que pesa más de una tonelada, y que está entrenado para
por lo menos agredir. Valiente o loco, que me lleva a pensar que yo nunca lo
haría.
Me parecería mal que el torero, saliera dentro de un tanque
de guerra a matar al toro, o que le disparara a mansalva con un rifle de
mirilla telescópica parapetado detrás de la barrera, o que saliera con una
granada y se la amarrara al toro en el fondillo. Pero el tipo sale vestido con
un simple trajecito de tela, muy caro, por cierto y tiene que jugársela
frente al toro, primero con una manta o capa llamada verónica, no sé por qué,
para luego tratar de meterle una espada por un lugar específico, no muy grande,
en el lomo. Lo de pararse frente a un toro furioso con una sábana y alentarlo a
que ataque ya es bastante, luego tratar de matarlo con una espada es heroico. Podría
no obstante considerarse un abuso de un animal superior contra un animal
inferior, es cierto, pero casi todo en la historia del propio animal superior
se ha logrado por abuso, fuerza, violencia, muertes, etc.
Entonces, como todo fanático a las corridas, pues, soy fanático.
Martica, por el contrario, que se mostraba triste por la suerte que corría el
toro, la sangre, el stress del animal, etc., es enemiga de las corridas. Y entonces
es cuando yo, complicadito, tratando de entender, le dije, bueno si, es verdad,
pero lo que no entiendo es cómo puedes comer carne, pues a los animales hay que
matarlos para que luego te lo puedas comer y puedo asegurar que, a ella, Martica,
le gusta muchísimo la carne.
Martica, apeló al stress que sufre el toro de lidia y entonces
es cuando yo, complicadito, le pregunté, pero has visto cómo matan a las vacas
en un matadero, o como matan a los cerdos y a los pollos en las respectivas granjas
de crianza. A ninguno le piden permiso para matarlos, no le ponen un suero para
adormecerlos, no le dan pastillas para el stress, no los acuestan en cómodas
camas con aire acondicionado, para luego inyectarle algo que los sede y así que
pasen a la muerte sin darse cuenta.
Acepto la posición de estar en contra de las corridas de
toros, pero y qué pasa con la caza submarina, donde un hombre con una escopeta
mata al pez, o la famosísima pesca de la aguja, convertida en torneos
competitivos por lo difícil que resulta, o la caza de un venado o un ciervo con
escopeta o arcos y flecha. Y que pasa con el sacrificio de animales para los
dioses y santos en las diferentes religiones mundiales, ¿Esos animales no sufren stress?
¿Qué hay de la pesca con redes de las sardinas, los calamares, los cangrejos? ¿Cómo
se sentirá el rico atún cuando lo pescan? ¿Hemos pensado en su mamá cuando se
entere de que a su hijo lo han metido en una lata? ¿Y los salmones que viene a
poner sus huevos ríos arriba y nosotros, más los osos, lo cogemos mansitamente?
Cuando trabajaba como historiador, una vez compartí en Cuba con
un joven italiano y su novia inglesa, que por cierto es hoy una famosísima compositora
de música para películas, ambos amigos de mi amigo Francesco. A la hora de
almorzar los llevé al Hotel Inglaterra y pedimos una rica comida cubana. El
congrí que le pusieron a Rachel traía un pedazo de chicharon de puerco y ella,
declarada vegetariana, llamó al camarero y le dijo que le retirara el congrí
pues tenía un pedazo de carne y que le trajera otro plato de congrí que hubiera
sido cocinado sin contacto con animales. El camarero y yo la miramos y nos
miramos, el tipo recogió el plato, no tengo que jurar lo que pasó después, de
seguro fue a la cocina, le quitó al congrí el pedazo de puerco, hizo un
comentario jocoso con el cocinero, volvió a acomodar en el plato el congrí y se
lo puso en la mesa, y ella terminó comiendo contentísima su plato de arroz con
frijoles de origen haitiano que había sido cocinado para personas que no comían
carne.
La idea a mí me asombró, pues no era yo, ni seré vegetariano
nunca y entonces le pregunté, por qué ella había decidido esa posición en su
vida y me dijo que a ella le gustaban los conejos y su papá los criaba para
comerlos y entonces en contra de que mataran a los conejos se había negado a
volver a probar carne de ningún tipo. Eso me pareció loco, pero real. Ella está
en contra de la matanza animal, y entonces no come ninguna carne.
Pero cuando se es fanático a la carne de cualquier animal,
se escoge, se cocina y se come disfrutándola, pues no es muy real que se esté
preocupado por lo que le pasa al dichoso toro que se utiliza para torear, más
allá de que existe ahora una parte del mundo comedor de carne que está en contra
de las corridas de toros y esto se hace viral. Más stress y sangre se derrama
en una pelea entre humanos de la UFC o el boxeo profesional, ambos deportes
legales y con una increíble creciente audiencia.
Claro, otras ideas para apoyar el asunto del pobre toro, que
como sabemos no siempre sale muerto, es que al torero se le paga por torear,
los dueños de las plazas se hacen millonarios, los granjeros que crían los
toros son ricos, y todos ellos abusan del toro. En realidad, esto puede ser un
ejemplo más del despiadado capitalismo, pero qué diferencia hay con que Messi,
del cual también soy fanático, exija que le tienen que pagar 4 millones de
euros semanales por jugar football. Es horrible pues yo tengo que trabajar como
un mulo 40 horas semanales, para que después de pagar mis deudas solo me quede
esperar otros 15 días para volver a cobrar. Si me pagaran por hablar, otra cosa
sería.
En fin, los humanos, las realidades y los inventos. Hoy, a
mi entender, mucho más inventos que realidades.
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