lunes, 20 de noviembre de 2017

Las mismas viejas medidas anunciadas como nuevas. (Tercera Parte)

Cuba ha sido un país muy ayudado. Recordemos muy por arribita. Primero nos ayudaron los hermanos del campo socialista, liderados por los soviéticos en aquellos años. Nos llenaron el país de comida, siendo un país agrícola por excelencia desde el siglo XV, llegamos a comer papas y zanahorias encurtidas y coles rellenas rusas, sopa de letricas y estrellitas polacas, carnes y frijoles enlatadas, se vendía vodka, etc., nos proveyeron de ropas, zapatos, petróleo en grandes cantidades incluso para que el gobierno cubano lo vendiera en el mercado a precios internacionales, armas para mantener al ejército más poderoso de Latinoamérica, con cohetes nucleares incluidos, nos inundaron la programación de la TV y los cines con muñequitos y películas de los hermanos, los soviéticos comenzaron a caminar por las calles cubanas, siendo sus mujeres las pioneras del mercado negro en Cuba y nos hicieron creer que estudiando ruso nos salvaríamos. El inglés era el iddioma del Diablo. Recuerdo y me río, a  mis dos padres sentados frente a nuestro viejo radio estudiando ruso y tratando de repetir aquellas palabras que para nada parecían de un idioma civilizado.

Tanto nos ayudaron que nos desformaron. Se llegó a plantear que estábamos construyendo en Cuba, nada más y nada menos que en Cuba, el comunismo desarrollado. Tanto nos ayudaron que nos hicieron creer que éramos una súper potencia y que el mundo estaba siempre paralizado esperando por la decisión cubana.

¿Y qué quedó de todo aquello? Nada. Los soviéticos una noche decidieron volver a ser rusos y en la mañana Cuba despertó en la crisis más grande de su historia después de la llegada de los españoles en 1492.

Luego, pues nos ayudaron no pocas personas y empresarios de Latinoamérica, liderados por México querido. La misma Latinoamérica a la que por muchos años, excepto dos o tres guerrillas, habíamos olvidado. ¿Y de esto qué quedó? Nada. Hicimos millonarios a varios “empresarios” que se acercaron “desinteresadamente” y hoy deben quedar muy pocos. A muchos incluso todavía se les debe dinero.

Los chinos y su cultura milenaria. Aparecieron los chinos y nos dieron créditos para unos fines, que obviamente cogimos para otras cosas. Crearon empresas, Martica trabajo en una de ellas, aceleradamente se puso a los jóvenes a estudiar chino, lo que debió resultar bien incómodo por su poco parecido con el español, se hablaba de crear hoteles para el turismo chino específicamente y no sé que pasó, pero hoy, ni el arroz logramos tener de forma estable.

Nuestro ahijado apareció, Hugo, y como una mala copia de lo que en Cuba se había hecho, comenzó a transformar a Venezuela con asesoría cubana. Nos compró los centrales azucareros y Cuba dejó de producir azúcar. Increíble esa pequeña isla que fue uno de los mayores productores de azúcar de caña del planeta Tierra, hoy no tiene azúcar, sigue por la libreta. Ese “hermano país” no tiene qué comer y sus gentes, poderosas y ricas ayer, conocedoras de que el agua era más cara que la gasolina, grandes productores y por supuesto consumidores de carne de res, hoy están en las calles manifestándose contra el heredero del trono porque sencillamente no tiene qué comer.

Hemos sido muy ayudados, por muchos años, la ayuda nos compró y nos puso a fajarnos con el llamado imperialismo yanqui, llegando a pensar y a convencer a muchos, de que, en un posible conflicto armado, Cuba saldría vencedora, tal como lo hizo Viet Nam, sin tener en cuenta que no somos vietnamitas. OJO, seamos realistas, el primer golpe masivo aéreo de Estados Unidos hacia Cuba, por plan, demora 7 minutos, o sea, en 7 minutos dejamos de ver el Sol. En 7 minutos, seamos sinceros, no logramos arrancar los camiones rusos que tiene nuestro ejército y no logramos bajar de los estantes a los tanques de guerra, y en 7 minutos las Brigadas de Producción y Defensa no llegan a sus destinos para producir la comida que necesitarán nuestros militares. No somos Viet Nam.

Ayudar al pueblo de Cuba, idea que la mayor de las veces suena irreal, hueca, ficticia, y por qué no, hasta romántica, es difícil de visualizar en la práctica. Dulces sueños de los más buenos, que repetidos y repetidos cobra fuerzas como la buena publicidad.

He sido un tipo muy ayudado toda mi vida, por eso uno de mis grandes compromisos y exigencias conmigo mismo, y un poco con los más cercanos que me rodean, es el de ayudar. Como pago a la ayuda que he recibido, ayudo y ayudaré, muchas veces, llegando a hacer mío el problema ajeno, por lo cual he sido criticado. Las personas están dispuestas ayudar, pero no tanto. Yo estoy convencido de que, como postulado de vida, lo de ayudar siempre, está bien. Sin mirar a quién, sin pensar en cuánto me cuesta. Ayudar satisface, ayudar engorda.

Pero cuando me pongo a pensar en más allá de mi familia y amigos, lo de ayudar al pueblo de Cuba, bajo las estructuras actuales, no lo logro ver y entonces me entran dudas. Por lo que me gustaría pensar y hacer pensar en qué significa pueblo, porque así sola, la palabra es inmensamente grande.

Los hijos y nietos de Raúl son pueblo. Los familiares de los generales y los ministros son pueblo y todos sabemos que tienen determinadas ventajas que les permitirían incluso a ellos, ayudar. Los hijos de los que administran hoy paladares y hoteles son pueblo y aunque se disfrazan de sencillez, llevan a las escuelas Coca Cola en envases plásticos no transparentes y llaman a la langosta pescado, mientras sus papás toman “cervezas de latas” en los patios de la casa y echan la basura tres cuadras abajo, viven mejor que el hijo de la maestra de preescolar de la escuela del barrio, incluso que la propia maestra.

Los hijos de los que trabajan en firmas extranjeras, que aceptan como regalos silenciosos, las comisiones en divisas por sus resultados y los de los trabajadores del turismo, tiendas, etc, que día a día “luchan” su dinero, también son pueblo. Es duro de decir, pero la joven cubana, linda, de buen cuerpo, que cobra por sus servicios sexuales 100 dólares y tiene la ventaja de poder salir con un tipo en la mañana y luego otro en la tarde y si la cosa está buena con otro por la noche, también es pueblo y gana más que un cirujano de corazón, en realidad gana en pocas horas mucho más que lo que ese médico hace operando corazones todo el mes.

Una madre que recibe 300 dólares mensuales porque tiene 3 hijos “afuera” y con ellos mantiene como reyes y princesas a los “pobres que se quedaron” en Cuba, ella que administra 300 dólares mensualmente y todos los suyos que no trabajan, pero están a la moda en las ropas, las comidas, los paseos, también son pueblo.

Entonces a qué pueblo hay que ayudar. Es conocido que somos un pueblo complicado, imaginen, usted recibe 300 dólares mensuales, pero pelea cuando el café de paquetico, malo, muy malo, se demora en llegar a la bodega. Usted recibe 300 dólares mensuales, tiene dos tanques en el techo y una cisterna, pero se queja cuando no llega el agua todos los días. Usted recibe 300 dólares mensuales, pero hace guardia en el Comité y va a las fiestas cederistas con un viejo jarro a recoger un poco de caldosa hecha con motivos de celebrar el triunfo de la Revolución Cubana. Usted maneja 300 dólares mensuales y todo lo que de ello se desprende, pero está desesperada porque el mensajero le traiga el pan, malo y todo, porque el gobierno dice que a pesar de que usted tiene 300 dólares mensuales, hay que darle un pan todos los días.

El otro extremo, aquel del tipo joven fuerte, de sanos dientes y amplia sonrisa, que dice que no vale la pena trabajar y que es preferible sentarse en un contén a las 9 de la mañana a tomarse una botella de ron y esperar a que sus amigos aparezcan para jugar dominó y tomarse otra botella de ron. ¿Hay que ayudar a ese que no quiere trabajar? ¿Habría que ayudar a una persona que, todavía hoy en el 2017, a pesar de los desastres y descalabros, histericamente da gritos frente a una cámara de televisión enunciando las gloriosas frases de Viva la Revolución Cubana, Socialismo o Muerte, Viva Raúl y San Fidel o a aquel joven de unifirme del MINIT, policia o incluso de civil, judoca y karateca, que sale a la calle a golpear salvajemente a mujeres que caminan, equivocadas o no, con una flor en la mano? ¿Tendríamos que ayudar a un tipo que bajo el criterio de que estamos todos luchando, entra en casa de una viejita, la estrangula con sus propias manos para robarle su viejito televisor y la pensión que ella cobra mensualmente? ¿Tedríamos que ayudar a los recién repatriados, que huyeron del comunismo porque no lo soportaban y ahora, hipócrita, demagógica y oportunistamente, bajo la condición de residentes o ciudadanos americanos y también cubanos, van a Cuba a recibir servicios médicos gratuitos del mismo gobierno que no soportaban, o los maltrató e incluso los echó?

No sé, yo que siempre estuve confundido y ahora, sigo confundido.

Cuando llegamos a Lincoln fuimos ayudados, diría que muy ayudados. Una institución nos regaló, y no sólo eso, sino nos transportó y cargó los muebles que necesitábamos para no vivir en el piso y algún efectivo para comprar ropas de invierno. Luego nos dijeron, bueno, ahora ustedes necesitan conseguirse un trabajo, Welcome to America. Y yo, el historiador, el ilustrado, el que puede pensar, hablar e incluso escribir, el profesor universitario y profesorísimo del nada más y nada menos que Instituto del Comercio Exterior, único de su tipo en Cuba, y poseedor de un infarto y un stent en una de sus arterias coronarias, fui a parar a una fábrica de hacer jamones, que estoy casi seguro que después del trabajo que realizó Martí en las canteras de San Lázaro picando piedra, debe ser uno de los trabajos más inhumanos que se han inventado. (1) Welcome to America significa bienvenido al trabajo, al sacrificio, al esfuerzo, a las horas sin dormir, al cansancio y agotamiento, etc. Welcome to America significa "no hay ganancias sin dolor" como dice la frase que adoro y tengo puesta al principio de este blog.

La ayuda no se puede ver como una vacuna que se le pone a alguien una vez al año para que no le dé catarro, o unos zapatos viejos que se le regalan a una persona que viene descalzo. El pueblo de Cuba necesita desayunar, almorzar y comer todos los días, con alguna proteína incluida en las comidas. El pueblo necesita lavarse los dientes como mínimo dos veces al día, soy testigo de lo que significa lavarse los dientes con agua, sal, bicarbonato y jabón, con un solo cepillo de dientes para Martica y para mí, lo que es una muestra inigualable de amor, pero ….,  o un cepillo de diente partido a la mitad, nada de eso es lavarse los dientes, es sencillamente torturarse y torturar, por ejemplo, a los hijos pequeños. El pueblo de Cuba necesita recuperar aquella sensación de sentarse frente a una cesta de pan y comerse muchos panes con mantequillaaaaaaaa, en contra obviamente de lo que dicen los dietistas y médicos. El pueblo de Cuba necesita vestir luego de poder decidir qué ropa, qué color, qué modelo quiere usar y no conformarse con las ropas usadas que obtiene como regalos de los familiares comunitarios. 

El pueblo de Cuba necesita pintar su casa, arreglarla, poner flores a los santos, poner luces por fin de año, ampliarse, comprar, alquilarse. El pueblo de Cuba necesita tener la posibilidad de un auto que lo lleve y lo traiga sin sudarse o ensuciarse, o tener que compartir con … El pueblo de Cuba necesita tener dinero para vacaciones como lo tenía cuando yo era niño y poder aspirar a un hotel, una playa, un restaurante. El pueblo de Cuba necesita trabajar honestamente, dejar de luchar con lo que aparezca y se pueda vender en el mercado negro y que como resultado de su trabajo pueda vivir en paz. El médico no debería cambiar sus servicios por aguacates o dulces. El abogado no debería dar sus servicios a cambio de gasolina. Los maestros no deberían depender de los regalos de los papás para poder tener champú, jabones, una botellita de aceite o buen ron, o peor, los materiales para preparar sus clases. La prostituta no debería prostituirse para comer o comprar ropa para su pequeño hijo, ella debería prostituirse porque le gusta el sexo, porque es insaciable, porque le gusta ser puta y entonces cobrar no 100, sino 1000 dólares por prestar su lindo y joven cuerpo a un sesentón turista baboso.

El pueblo de Cuba no necesita ayuda para un día, pero lamentablemente no existe la ayuda para siempre. El pueblo de Cuba necesita saber que, si trabaja, como yo, en una fábrica de jamones, puede vivir honestamente, a su nivel, pero VIVIIIIIIIIIIIIIIIIIR y sobre todo SOÑARRRRRRRRRRRR y eso bajo las estructuras actuales es, además de imposible, un chiste.

(1) Si quieres saber cómo se fabrica el rico jamón que comes y recordarme cada vez que te pongas un pedacito en la boca, puedes leer lo que publiqué en mi blog bajo el nombre de "Farmland. The nightmare", el día 12 de abril del 2013. A lo mejor Martí no hubiera hablado tan mal de lo que le tocó hacer en las canteras habaneras. JAJAJA





Las mismas viejas medidas anunciadas como nuevas. (Segunda Parte)

En otras de las medidas dadas a conocer por el gobierno norteamericano, se trata de incentivar la ayuda al pueblo de Cuba. Ya Obama había hablado de motivar y apoyar a la empresa privada en Cuba y ahora se repite la misma historia, o sea, se está pidiendo a los turistas y empresarios que visiten y hagan negocios con los privados. Y entonces hay dos cosas que me llaman la atención, primero, ayudar al pueblo de Cuba y segundo, incentivar la propiedad privada.
Ambas ideas, lindas en el plano teórico como sacadas de un viejo manual de cómo destruir al comunismo, son imposibles de realizar, me parece un discurso facilista y trataré de explicar el por qué. Lo de pueblo lo voy a dejar para luego, es más complicado.

Se trata de incentivar el sector privado. ¿Existe en Cuba la empresa privada? Que yo sepa NO. Lo que existe en Cuba es una licencia, totalmente volátil, mediante la cual el gobierno, siempre el gobierno,  autoriza a trabajar por cuenta propia, o sea, un chofer que maneja un carro o camión destartalado, un restaurante o cafetería que puede tener sólo 4 mesas, casas con 2, 3, 4 cuartos habilitados para rentar, un mecánico que arregla carros, un plomero que remienda tuberías, una manicura que pinta uñas, un amolador de cuchillos, un afinador de instrumentos musicales, etc.

He leído para escribir estas ideas y la última información que sobre esto encontré dice que en el año 2016 habían cerca de 500 000 personas que poseían la categoría de trabajadores por cuenta propia. Por supuesto el mayor por ciento se localiza en la Ciudad de la Habana y las actividades más autorizadas son la de vendedores de comida, cafeterías y paladares, y transportista de mercancías y pasajeros, o sea, los llamados boteros. Ya sabemos que resulta más difícil vivir de afinar instrumentos musicales.

Hasta donde conozco, no existe la estructura de empresa privada. Esos lugares no tienen cuentas en el exterior, ya que a nadie se le ocurre poner su dinero en los bancos del gobierno porque puede ser extremadamente complicado y peligroso, no pueden importar materias primas directamente, no pueden negociar créditos con bancos internacionales, no pueden crecer mucho públicamente porque corren el riesgo de ser cerrados. No pueden, como en otros lugares, comprar a los precios que su actividad como minoristas exige.

Luego, esos poseedores de licencias como trabajadores por cuenta propia, al final de su historia, tienen que pagar impuestos al mismísimo gobierno que se está tratando de ahogar. Si cobran en moneda nacional, pues pagan en moneda nacional, si cobran públicamente en divisas, los impuestos son en esa moneda. Los que mantienen negocios de comidas, por ejemplo, tienen que comprar al menos una parte de lo que venden, a precios muy caros, en las tiendas del gobierno habilitadas para vender a la población en divisa, los que trabajan como taxistas tienen que comprar al menos una parte del combustible, extremadamente caro, en las gasolineras del gobierno, en ambos caso digo una parte, porque todos los que hemos estado en Cuba, sabemos que hay otra parte, a veces la mayor, que se resuelve en el muy importante, imprescindible e histórico mercado negro.

Entonces, si se pretende ayudar o incentivar al trabajador por cuenta propia, falsamente reconocido como propietario de un negocio, se está ayudando al gobierno. El gobierno es el proveedor de todo. Primero de lo legal y luego también de lo ilegal, pues las cosas pasan de las empresas estatales a manos privadas que las revenden bajo cuerdas. Por último, el gobierno es el gran cobrador de impuestos.

Resulta romántico eso de incentivar la empresa privada, cuando se sabe que el gobierno controla su creación, controla lo que venden, lo que compran y luego, porque también está recogido en la historia, las puede cerrar de la noche a la mañana, decomisar todo lo que está adentro e incluso poner preso a los dueños bajo el tan utilizado criterio de “enriquecimiento ilícito”.

¿Realmente, de qué sector privado se habla?, ¿Dónde están en Cuba los almacenes para que el carpintero pueda comprar clavos, maderas, herramientas y un plomero pueda comprar las tuberías, las piezas para baños, los azulejos, a precios de empresas? ¿Dónde quedan los almacenes y distribuidoras donde los dueños de cafeterías, restaurantes y pequeños hoteles pueden comprar comida e insumos para ofrecer sus servicios? ¿Dónde están los bancos que puedan dar líneas de crédito a esos pequeños privados para que empiecen o crezcan en sus negocios?

Lo de favorecer al propietario privado es una ficción más como concepto estratégico empresarial. Es cierto, algunos de los cubanos que hoy trabajan como trabajadores por cuenta propia, viven mejor que los que dependen de un salario del gobierno. Nada más. Muchos han logrado, en medio del desastre, las enormes restricciones y la inseguridad a futuro, hacer, con su trabajo legal, y un poquito de apoyo de la corrupción y el mercado negro, un poco de dinero y con esto vivir por encima del estándar del llamado ciudadano de a pie, pero, cuántos negocios de esos llamados privados existen en la Cuba de 11 millones de personas.

Cuba no es la Ciudad de la Habana y Varadero. Cuba es un pueblecito que se llama Piedrecita, que pertenece al Municipio Florida, que pertenece a la provincia Camagüey, que está a más de 600 kilómetros de La Habana. Cuba no son solo los bien formados profesionales, antiguos dirigentes, exmiembros del MINIT, etc., devenidos hoy en seudo empresarios porque de una forma u otra se hicieron de las casas de Miramar y Nuevo Vedado y de algún que otro dinero, sino los que viven en un pueblo que se llama López Peña que está en el lejano Pinar del Río. (1)

Es cierto, si se estimula que se coma en los paladares y se duerma en las casas hoteles, se beneficiará a los que son dueños y a los que en esos lugares trabajan, aunque bien mal pagados están. Imaginemos que se beneficia a medio millón de personas con licencias y contratos y entonces esto repercute como consecuencia en 4 personas por cada uno de ellos, por lo que los que se están beneficiando serían más o menos 2 millones de personas, o sea, la familia y amigos, pero, qué hacemos entonces con los 9 millones de personas que no sólo no tiene licencia de trabajador por cuenta propia, sino que nunca han entrado a un paladar, menos se han hospedado en hoteles en Varadero y los Cayos y siguen esperando 2 o 3 horas por el transporte público por no tener 10 pesos para pagar un botero y que para su mayor desgracia, quizás la mayor de todas las desgracias, hoy, no lograron colocar a un familiar o amigo cercano en el exterior, a esos, quién y cómo se les ayuda.

No se puede ayudar a incentivar la empresa privada en la isla, pensando o teniendo como referencia la mentalidad y leyes norteamericanas, porque ellas allí no funcionan. Para incentivar la economía en Cuba hay que ayudar a su gobierno, a ese gobierno que el pueblo cubano, por diferentes razones en Cuba hoy mantiene. El gobierno es el padre y sus ciudadanos son los hijos, entonces no se puede pretender ayudar a un niño dándole un pedazo de pizza un día al mes, lo que hay que hacer es conseguirle un trabajo decente y bien pagado al padre para que pueda mantener a su hijo los 365 días del año.

Claro que esto resulta difícil. Sólo lo idea puede meter miedo, pero si llegáramos a ser sinceros, la única forma de que le llegue a Piedrecitas o a López Peña la ayuda es ponerla en manos de la estructura que mantiene, organiza y controla a esos lugares, o sea, el gobierno. Si caemos en el juego de que queremos ayudar a los cubanos, pero sin los Castros, pues tendremos que esperar a que mueran hasta los bisnietos de esa familia y prohibirles que se sigan reproduciendo, de lo contrario llevará siglos.

Es duro, claro, porque significa para muchos perdonar, dejar de pensar en el daño hecho, dejar de pensar en lo que se dejó o perdió, para entonces hacer el bien. Es duro, porque los que más podían ayudar, están negados, llenos de malos recuerdos y los que queremos ayudar, en realidad, no podemos.


(1)  No es que yo sepa mucho de geografía cubana, es que tengo aquí en Lincoln dos muy buenas amigas, casi familia, que vivieron en esos pueblos que menciono, y que reconozco, nunca antes los había escuchado mencionar.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Estos americanos son la candela. Todo lo tienen inventado

El residencial de apartamentos donde trabajo, a diferencia de otros en Lincoln, permite las mascotas. En mis cuatro años y medio que trabajo ahí, he visto peces, serpientes, ratas, conejos, iguanas, gatos y perros.

Lo de los gatos y los perros no tiene comparación. Hay residentes que tiene los primeros, varios, otros tienen los segundos, varios y muchos tienen los dos.

Los gatos son tan grandes y gordos como las almohadas. Se pasan todo el día acostados comiendo bolas de cereal y carne. Son tan perezosos que los ratones les pasan por arriba y ni se inmutan. Los perros, bueno, hay casi la misma cantidad de perros que de personas, que además por su condición de mejor amigo del hombre, viven como reyes, por aquello de la compañía que brindan a los residentes, sobre todo a los que viven solos.

Por primera vez en mi vida conozco de una nueva categoría que en Cuba nunca vi. Muchas de estas mascotas, sobre todo los gatos y perros tienen una categoría otorgada por un médico, imagino que un psicólogo, que aquí se llama soporte emocional o gatos y perros para terapia. No sé si es que en Cuba la gente tiene tantos problemas que no soportan echarse un problema más arriba, o que los gatos y perros tiene menor “nivel intelectual” lo que hace que no puedan trabajar como terapeutas. Muchos utilizan lo de soporte emocional para no pagar la mensualidad que hay que pagar al residencial por la presencia de las mascotas, porque hay de todo en la viña del señor.

Sobre todo, los dueños de los perros tienen un gran trabajo. Todos los apartamentos son alfombrados, por lo que tienen que sacar a pasear a sus mascotas-familia, como mínimo dos veces al día. Esto resulta fabuloso en verano, porque el residencial tiene muchas áreas verdes con grandes árboles, entonces los residentes pueden pasear, hacer un poco de ejercicios, conocer a otros residentes, etc., pero en el invierno se pone fea la cosa.

Para mí es increíble que bajo una nevada y el termómetro a menos de 17 grados C, las personas estén caminando con sus perros. He llegado a mi trabajo a las 5:00 am para quitar la nieve, adolorido del alma y a esa hora, me he encontrado con personas que están “voluntariamente” paseando a los perros.

El tema es que, si sólo fuera pasear al perro no estaría mal, pero el reglamento de la residencia exige que cuando el perro haga sus necesidades sólidas, el dueño tiene que recogerlas y echarlas en tanques habilitados especialmente para ese tipo de basura.

Eso me recuerda cuando estuve en Londres en el año 1994. Mi amigo Francesco, con un frío enorme para mí en aquel momento, viviendo aquí me río del frío londinense, me invitaba a pasear a su labrador Traffic. De madre aquello, todas las noches había que caminar en el parque de una iglesia cercana a la casa para que el perro caminara, corriera, estirara los músculos, etc. Cuando Traffic “daba de cuerpo”, como diría mi suegra, había que agacharse y recoger sus heses fecales, excrementos, deposiciones, a lo que es lo mismo, a lo que en este escrito, de aquí en adelante llamaré sencillamente por su nombre de pila, mierda.

Tantas veces lo vi agacharse en medio de aquel frío que le dije, pero Francesco, aquí no hay nadie a esta hora, no podemos dejar la mierda en la hierba, su respuesta hizo que casi me desmayara y comprendí que yo era un salvaje que venía de un mundo medio salvaje donde el salvajismo era incluso premiado, los niños vienen a jugar mañana a este parque y se pueden ensuciar, me dijo.

Entonces quedé enamorado de Londres, de la cultura y sensibilidad de sus habitantes. Todos sabemos que cuando nos están vigilando, somos evaluados o sancionados, los seres humanos podemos hacer cualquier cosa, incluso las muy buenas, pero lo de recoger mierda a las 10 de la noche con un frio que pela, en un parque donde no había nadie, pensando en los niños del día siguiente, es algo de seres humanos superiores.

Llegue a Lincoln y llevo años viendo a personas, independientemente de si llueve, truene o relampaguee, sacar una javita del bolsillo, agacharse y recoger la mierda de su perro. Claro vale la pena aclarar que aquí los perros hacen cacas duras, debido a la comida que comen, carnes y bolas de cereal. No sé cómo pudiera ser si los perros comieran lechuga, arroz, frijoles, un huevito crudo, algo de picadillo de soya, etc. A lo mejor frente a la presencia de buenos ciudadanos, la gente andaría con escobas, detergentes, cubos de agua, un poco de arena o aserrín, etc. JAJAJAJA

Todo me parecía ideal hasta que hace pocos días, nos llaman de la oficina y nos dicen que tenemos que ir a recoger una muestra de la mierda de un perro y llevarla a la oficina.

¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeee???????, dije yo acostumbrado a hacer trabajos de mantenimiento y me di a la tarea de averiguar sobre el tema de la muestra y entonces me caí de culo con algo que a todas luces es más que lógico.

Existe un reglamento que multa a los residentes cuando no atienden la limpieza del residencial, entonces es porque existe un mecanismo para controlar esto. La primera multa por no recoger la caca del perro comienza por 150 dólares, cosa que, no para mí, sino para nadie, es graciosa.

Fuimos a la oficina, recogimos bajo todo un protocolo uno de esos potecitos de laboratorio sellado, tal como en los laboratorios para humanos, recogimos, en realidad mi compañero que es más nuevo que yo, recogió una muestra de la mierda de un perro, y devolvimos el potecito metido dentro de un nylon cerrado a la oficina.

Entonces pregunté, ¿y ahora cómo sabemos cuál es el perro dueño de esto? Pobre de mí, esto es “America”, el que no sabe es como el que no ve.

Cuando las personas firman el contrato del residencial, tienen que declarar si tienen mascotas y de qué tipo son, o sea, perro, gato, etc. De eso depende el pago mensual que tiene que hacer al residencial, pero además en el caso de estos animales que mencioné, tienen que traerlos a la oficina y las chicas de allí, o sea, mis compañeras, con un palito de esos que tiene algodón por las dos partes, que deben tener un nombre exacto que no recuerdo, le abren la boca al animalito y le toman una muestra de saliva, esa muestra va a un laboratorio y ellos devuelven un informe con la definición del ADN del animal en cuestión, con un número de registro.

Cuando la muestra de la mierda que se recoge se envía al laboratorio, ellos la analizan y describen al dueño, por lo que cuando la oficina te llama para clavarte la multa, no hay nada que hacer. Es casi lo mismo que se hace a los deportistas con el examen del dopaje. Hay tres escalas de multa, la máxima cuando se repite por tercera vez es de 300 dólares. No sé qué tiene preparado el reglamento cuando la infracción se repite más de tres veces.

Todo esto me hace recordar a mi amigo Francesco y su amor por los niños, y paralelamente las veces que “me corté” con mierdas de perro mientras caminaba por La Habana. En lo que los seres humanos nos organizamos y nos salen las cosas por cultura, existen las leyes que te obligan. “La letra entra con sangre” decían los viejos en Cuba.


Es cierto, la limpieza de un lugar es responsabilidad de sus habitantes, no de su gobierno. Si existen aquí tantos perros como personas y todos, los animales obviamente, dos veces al día dan de cuerpo en las calles, jardines y parques, no se podría caminar sin unas buenas botas de goma. 

La mínima historia, aquello que parece lo menos importante, está organizado. Estos americanos son la candela. Todo lo tienen inventado.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Las mismas viejas medidas anunciadas como nuevas. (Primera Parte)

Cada vez que uno trata de acercarse a la política de Estados Unidos hacia Cuba y viceversa como simple observador, la conclusión es que es toda una locura, plagada a veces de chusmería de ambos lados. Medidas y acciones que se vienen aplicando en ambas direcciones desde hace más de 50 años, y cada año nuevo se quiere hacer ver como algo novedoso y diferente. Por lo que tratar de abordar esto desde un ángulo medianamente serio, sin repetir ideas, siempre es un gran riesgo. Demasiado sentimiento puesto en la misma canasta, lo que hace que se disparen siempre los pasionímetros. (1)

Ahora, hace pocos días, el gobierno norteamericano, acaba de hacer públicas un conjunto de medidas que vienen a respaldar o completar otras que se habían tomado algunas semanas atrás. Y lo más cómico-triste de esto, es que lo anuncian como “nuevas medidas” contra el gobierno cubano o al menos para regularizar, de acuerdo a lo establecido, las relaciones entre ambos países, ambos gobiernos y ambos pueblos.

Me gustaría entonces recordar a Obama, del cual ya he dicho que no me siento capaz de evaluar profundamente su labor como presidente, porque me faltan muchísimas herramientas, mucha información y muchísimo conocimiento sobre el funcionamiento del gobierno norteamericano, pero que al final de la historia, me cae bien como persona.

Obama, quien estuvo 8 años en la Casa Blanca y no precisamente como sirviente, dejó para lo último, casi lo más último (2), su actuación pública hacia Cuba. Viajó a mi país de origen, se entrevistó con el Presidente, o al menos apareció junto a él, conversó con personas de la llamada oposición, dentro de los que tengo un buen amigo, paseó por las calles cubanas, comió en un “paladar”, fue al Latinoamericano a ver un juego de pelota y en sus discursos públicos dejó claro que Estados Unidos no era enemigo de Cuba, que el pueblo americano no era enemigo del pueblo cubano, y que juntos podríamos lograr un futuro mejor. Habló de futuro.

Paralelamente, sin mucha explicación, quitó la posibilidad de que los cubanos siguiéramos entrando, con relativa facilidad, a través de las fronteras. Como la medida no fue anunciada con anticipación, miles de cubanos quedaron embarcados en sus terceros países o en sus viajes hacia el “Norte”, por lo que entiendo que estos cubanos no quieran tanto a Obama como yo, que logré entrar en el 2012.

Obama dejó Cuba y lo primero que hicieron las autoridades cubanas a través de sus representantes fue descalificarlo, lo menos que dijeron fue que no sabía nada de historia, y, sin embargo, él, “bondadoso” nada pidió a cambio de lo que dio, pues incluso dicen que pagó de su bolsillo, o sea, del mío, lo que se comió y compró en Cuba. Cuba, su gobierno y su gente, siguió estando exactamente igual. Digamos que un poquito peor.

¿Entonces, Obama fue un gran ingenuo, un gran camaján, el más hipócrita de todos los hipócritas, un hombre consecuente, un mentiroso o, sencillamente, alguien que, al igual que Katy Perry, Kim Kardashian, y la mismísima Madonna, por sólo citar algunos nombres, estaba interesado en acumular méritos para su curriculum personal y su historia, con aquello de haber sido el primer presidente negro y que además el primer presidente norteamericano que pisó tierra cubana y re abrió las relaciones diplomáticas entre los dos países?

¿Si mi querido Obama hubiera estado interesado de verdad en el tema cubano, en la ayuda y el futuro, por qué escogió el último momento de su mandato para hacer lo que hizo y no le dedicó tiempo antes, para lo cual tuvo, no un año, no dos, sino ocho?

Cualquiera de las medidas que él hubiera tomado al principio de su mandato, hubiera tenido tiempo para ejecutarse y consolidarse y entonces hoy, quizás, podríamos hacer otro análisis. Pero no, Obama anotó la carrera que ganaba el juego para la publicidad e inmediatamente recogió el bate y los guantes, o sea, acabó el juego al menos para él y los suyos. Lo que hace que muchos, para no echarle con el rayo, nos lamentemos con aquello de que no lo dejaron hacer lo que él quería, no tuvo tiempo, el pobre, para desarrollar su estrategia, lo bloquearon, etc., etc., etc.

Sabiendo que se tenía que ir ya, se lavó las manos como Pilato y se debe de haber dicho, bueno, después de mí el diluvio, tal como dicen que dijo el rey francés Luis XV y entonces, después de él realmente el diluvio llegó.

Trump, nuestro nuevo presidente electo, sucesor de Obama, en menos de 1 años de gobierno ha convertido el tema Cuba en uno de los puntos importantes de su agenda presidencial. Tal parece que además de querer hacer todo lo contrario a lo que su antecesor dejó, por convicción o por joder, su historial de hombre capitalista de éxito, lo lleva a oponerse per se a lo que a comunismo huela. No está equivocado, lo que a comunismo huele, huele mal, pero donde se equivoca, a mi modesto modo de ver, es en la acción.

Recién acaba de publicarse un paquete de “nuevas medidas” para respaldar lo que Trump dijo en su visita a la Florida. Nuevas medidas que son más o menos las mismas medidas redactadas de forma diferentes, que se han venido tomando en estos últimos 50 años, por lo que lo de nuevo se puede cuestionar.

A todas luces se habla del pueblo de Cuba y de beneficiarlo, tal como si se hablara de una escultura de mármol, de una planta o de una especie específica de molusco. Se habla de un pueblo que en realidad no se conoce cómo vive diariamente y qué habría que hacer, si es que algo se puede hacer, para ayudarlo desde el exterior.

Por supuesto, una vez más se habla de ahogar al gobierno, gobierno que se ha tratado de ahogar por décadas y que, aunque resulte imposible de creer y entender, aún puede respirar, no con el agua por la nariz, sino sencillamente con la nariz completamente metida dentro del agua. Duélanos o no, eso es lo que ha quedado demostrado. Habría que pensar en aquella película soviética, “El hombre anfibio” que tanto se puso en los cines cubanos. ¿Los más viejos, la recuerdan? Lindas imágenes bajo el mar, lindo hombre anfibio, pero muy lento guion.

Veamos algo de las medidas específicamente. Y entonces ahora es recomendable utilizar el pasionímetro. Si descubres que el nivel está cerca del máximo en la escala, por favor, deja la lectura para otro momento.

Una de las medidas es prohibir los viajes de turistas norteamericanos de forma independiente. A partir de ahora, sólo podrán visitar la isla a través de visitas programas y organizadas por las instituciones norteamericanas que están aprobadas para tal cosa y, sobre todo, se enfatiza, que los norteamericanos tienen que viajar acompañados por lo menos de una persona responsable de una de esas instituciones. Esta medida parece redactada por un exmiembro del gobierno cubano, cosa que perfectamente puede ser. Para nosotros los cubanos, es más entendible aquello de estar vigilados todo el tiempo, de que cada grupo de más de dos personas tiene que tener un responsable confiable, de que siempre hay directivas y regulaciones a tener en cuenta, pero, los norteamericanos, expertos en viajar a cualquier lugar del mundo sin restricción alguna y hacer en cada uno de esos lugares lo que les da la gana, no sé cómo lo entenderán. ¿Quién podrá controlar a un americano que se ha tomado una botella de Havana Club 7 años, se ha fumado dos Habanos de un tirón y tiene abrazadas a dos lindas chicas cubanas?

Luego como parte del plan de ahogo, se prohíbe a empresas norteamericanas comercializar sus productos y servicios con un listado de empresas cubanas que, según ellos, pertenecen al esquema empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Tontos los que redactaron y creen que esto puede afectar y creo que la supuesta medida está basada en el desconocimiento. Es cierto, existen desde hace muchos años, empresas que se crearon a partir del llamado sistema empresarial de las FAR, que, como una vía para la confiabilidad, ingresan todas sus ganancias al gobierno, no para rearmar al ejército, sino para colaborar con la economía nacional, pero y qué pasa con el resto de las empresas cubanas que también, aunque no dirigidas por militares vestidos de civil o provenientes del sistema empresarial militar, pertenecen al gobierno.

Se desconoce que, en Cuba, la totalidad de las empresas, más allá de las cuatro firmas extranjeras y empresas mixtas que sobreviven, todas son estatales, bajo el franco y público gobierno del Estado o con inscripciones de supuestas sociedades anónimas con capital propio para protegerse, pero que al final pertenecen a un determinado ministerio del gobierno, que trabajan bajo un presupuesto estatal y que tienen que aportar sus ganancias, todas, al Estado Cubano, por lo que de independencia nada.

No sé cómo se puede pensar en ahogar a un gobierno y para ellos sólo se selecciona un pequeño grupo de empresas porque su origen y quizás sus directivos sean provenientes del Ministerio de las Fuerzas Armadas. No sé cómo se puede pensar en que las otras empresas, públicamente estatales, no tienen nada que ver con el gobierno o gozan de determinada autoridad para su gestión. Lo que evidencia un total desconocimiento de la situación cubana a pesar de todo el tiempo que Cuba ha estado en la mira o es que están tomando medidas, por decir que están tomando nuevas medidas.

A mí me parece que el gobierno norteamericano, que representa, además de los intereses políticos, el interés económico de sus ciudadanos, con esto quiere, pero no quiere, pero no quiere y quiere, o sea, el clásico remandingo de más de medio siglo. Creo, sin poder confirmarlo, que el presidente Trump debe estar pagando algún que otro favorcillo electoral a algún que otro insaciable ahogador del gobierno cubano. Creo que trata de aparentar mano dura, con aquello de que no se va a comercializar con compañías que provengan del esquema militar, pero paralelamente permite o continua el posible comercio con el resto de las empresas, cuando es más que publico que pertenecen al mismo gobierno, donde el presidente actual, además de hermano heredero de Fidel Castro, es Primer Secretario del PCC, por cierto el único partido que existe desde hace cinco décadas a pesar del reclamo internacional de que se permita aunque sea otro partido pequeñito, fue durante toda su vida el único ministro de las Fuerzas Armadas que tuvo ese país y que hoy y siempre ha tenido a los militares, amigos, cogidos por el gaznate.

(1)  Pasionímetro. Equipo de medición parecido a un termómetro, que los cubanos deberíamos usar siempre para medir nuestros niveles de pasión.

(2)  Antes de que me critiquen, quiero decir que no conozco exactamente si el castellano recoge la posibilidad de “lo más último”. Hasta mí mismo me suena feo, pero la utilizo porque quiero expresar que de todo lo que dejó para última hora, el asunto Cuba fue lo que escogió para lo último, casi que el asunto fue decidido en el portal de la Casa Blanca, minutos antes de entregar las llaves de la puerta principal.

jueves, 9 de noviembre de 2017

¿Quiénes y de dónde somos?

Jonathan, mi hijo, me he enviado un mensaje, que al final voy a reproducir completo, que me ha hecho tomarme varios minutos y pensar, en algo que, sinceramente, trato de no pensar.

El autor es un joven amigo y compañero de escuela de mi hijo, por lo que asumo que tiene más o menos su misma edad y que por lo que cuenta lleva un año fuera de Cuba. Debe ser uno de esos mensajes que hoy se cuelgan en las redes sociales y que nos enviamos unos a otros y así, de esta forma medio silenciosa, recorre el mundo, tocando los cerebros y los sentimientos de muchos, porque trata de nada más y nada menos, sobre lo que siente alguien que dejó su país de origen para ir detrás de un sueño.

En este caso está redactado desde el punto de vista de un cubano, pero en realidad, estoy seguro, que podría servir para cualquiera. Las cosas que aquí se narran, pueden, me arriesgaría a decir que son comunes para esa categoría humana que se llama emigrante.

Y entonces he comenzado por pensar que desciendo de emigrantes. De los 4 bisabuelos que todos tenemos, 3 habían viajado desde España para instalarse en Cuba, país por algún tiempo próspero económicamente y receptor de personas, entre ellas, muchísimos españoles, que en busca también de un sueño, viajaron por propia voluntad o fueron enviados por sus familias para salvarse.

Mis bisabuelos Angelita y Ramón eran gallegos, y a golpe de muchísimos esfuerzos formaron una familia en Cuba. Vivían en la calle Concordia, Centro Habana. Recuerdo que nos gustaba ir de visitas a ver a los “abuelos”. Era una casa grande, donde vivían juntos muchos de los hijos que ellos tuvieron. Más que voluntario, era casi obligatorio pasar por allí los sábados, después que nuestra abuela “Mamá Yuya”, nos hacia recorrer todas las tiendas y nos cambiaba el paseo por una película en los cines cercanos y unas meriendas en una de las tiendas visitadas.

En casa de mis bisabuelos, se hablaba un español medio extraño, era obligatorio tomar sopas todos los días, las más ricas que recuerdo y era una tradición de los sábados, el café con leche y pan con mantequilla, ¡pan acabado de comprar en la panadería de la esquina!!!!!!!!! Y por supuesto, siempre, en medio de cualquier conversación, se hablaba de España, de Galicia, de sus tierras, de la comida, de las canciones. Cosa que, yo niño sin saber dónde estaba España, encontraba divertida y apasionante.

Mi otra bisabuela, “Abuela Alicia”, alta, elegante, con un cabello blanco brillante y con unos lindos ojos azules, había nacido en Asturias. Ella, madre de mi abuelo, paradógicamente nunca quiso irse a vivir con él cuando se divorció de mi abuela y decidió quedarse a vivir toda su vida, hasta que murió, en la casa de su nuera, sus nietos y biznietos. Aunque hoy puedo darle miles de explicaciones al por qué, no sé exactamente la razón, pues mi Abuela Alicia murió cuando aún yo era un niño. No tuve tiempo para preguntarle.

Pero con esa abuela viví toda mi infancia por lo que tengo muchos recuerdos. Era fuerte de carácter y parecía una de aquellas damas de las películas o revistas antiguas. Con ella, conocí que venía de Asturias, lugar que, sin conocer conozco, y me gustaría ir a visitar un día. No tengo ni idea de dónde nació exactamente mi abuela Alicia, pero creo que si algún día logro pararme sobre la tierra asturiana,  me agacharé, la tocaré y la consideraré también un poquito mía.

Mi abuela Alicia, mientras fue envejeciendo, fue incrementando las sesiones de llanto. Recuerdo que lloraba, sin yo entender mucho la explicación. Recuerdo muy claro su añoranza por su patria, por su familia. Patria y familia a las que nunca volvió a ver. Con ella conocí el verde asturiano, sus hórreos, las famosas y luego desaparecidas “Cartas de España”, revistas precisamente hechas para que los españoles de ultramar mantuvieran relaciones con sus orígenes e incluso se conectaran de nuevo con sus familiares.

Cuando fui niño, jamás darme cuenta, pero hoy, al mirar para atrás, puedo garantizar que mis bisabuelos, en medio de aquella aparente alegría con que vivían, sufrieron. A veces lloraban, a veces no, pero si algo puedo recordar exactamente es la nostalgia con que vivieron durante todos aquellos años. Recordar que después de 1959, con el triunfo la Revolución de Fidel, todo, exactamente todo, cambió. Complicado, pero al final entendible.

Ellos lograron mejorar, porque en España se los estaba llevando el Diablo, lograron insertarse en la sociedad cubana con orgullo, lograron vivir bien desde el punto de vista económico, crearon familias y las vieron y ayudaron a crecer, o sea, sus hijos luego trajeron nietos y estos, biznietos, pero la idea de que no soy de aquí 100%, la constante comparación con lo que dejaron atrás y la idea de que algún día regresarían era una constante en aquellas personas.

Y creo que no tiene nada que ver con la economía, la política, ni el comunismo. El ser humano es historia, y esa historia, incluso cuando no lo quieres, viene un día, te toca, te asalta. Los recuerdos sólo se dejan de tener cuando tu cerebro muere. Es llamativo lo de la historia en el ser humano, porque a muchos viejitos se le borra la historia más reciente y el presente, sin embargo, vuelven al pasado, a veces al pasado lejano y recuerdan con lujos de detalles eventos que en sus vidas ocurrieron hace más de 50, 60 años.

Me llama la atención el escrito del amigo de mi hijo, porque es un mismo sentimiento independientemente de la edad, la Cuba que te tocó vivir, el espacio geográfico que ocupaste, etc. Me llama la atención porque, sin presumir yo de patriota, porque no lo soy, te encuentras un día pensando en Cuba, o al menos en tu Cuba, que puede ser perfectamente una cuadra, un reparto, un edificio, un parque, un grupo de amigos, la familia.

Entonces, como creo haber dicho en uno de mis anteriores escritos, pretendiendo no pensar mucho en Cuba, piensas y un poco en silencio añoras cosas que tuviste o viviste, aunque puedas reconocer que en el lugar donde te encuentras se vive mejor. Luego, al mismo tiempo, y de forma contradictoria, sientes que no eres ya de allí. Que el desfase en el tiempo y las experiencias, hacen que no tengas solución, ni para las mínimas cosas de la vida cotidiana. 

Dejas muy rápido de conocer. Cosa que se siente cuando llegas un día de regreso. Si, estás bien. Estás rodeado de tu familia y amigos. Comienzas a recordar los pequeños espacios, los huecos de siempre, quizás algunos o todos los olores. Llegas incluso a sentir cariños por ellos, pero muy rápido descubres que tu presencia es sólo temporal, que perteneces también a otro lugar, que gracias a …., ya no vives allí todos los días.

Y esa es la más grande contradicción de todas las contradicciones. Ya no eres de allí, pero al final, también sabes, aunque a veces no te arriesgues a reconocerlo, que tampoco eres de aquí.

A mi nieta Mia, quizás cuando crezca le pasará lo mismo. Descubrirá a sus abuelos que hablan un inglés medio extraño, medio primitivo y se reirá. Abuelos que a sus 80 años siguen hablando del tamal cubano, cosa que para ella nacida en Texas representará poco a nada, siguen, ya sin dientes, recordando los ricos chicharrones de puerco cubano, no de cerdo porque nunca dijimos cerdo. Abuelos que trataran de bailar algo que nada más que ellos saben bailar y sobre todo, detrás de las risas, ella también podrá descubrir que cuando se menciona la palabra Cuba, a esos abuelos, que a lo mejor no recordaran que desayunaron esa mañana, se les aguaran los ojos.

Gracias amigo de Jonathan por tu reflexión. Estoy seguro de que, aunque no te lleguen los “likes” habrás tocado miles de corazones de muchas personas, especialmente de cubanos, con esa naturalidad y gracia con que has contado tu seria historia, lo que demuestra tu capacidad de sobre ponerte. Cubanos que, como bien dices al final de tu escrito, escogieron el camino más difícil para su larga carrera.


"Oficialmente un año y una semana lejos de mi tierra... 

Eso de vivir fuera del país que te vio nacer no es para nada fácil y los cubanos lo hemos vivido en carne propia. Que nadie te diga que vivir en el extranjero es jamón… 

El primer paso
El primer paso es cuando llegas al aeropuerto con tu familia. Ha sido un camino largo, todavía algo se puede joder. El uniforme de Inmigración aún te hace temblar. Finalmente, la ventanilla. Momentos de tensión, el guardia lee de punta a cabo el pasaporte como una novela, (qué carajo buscará?). Mira 40 veces en el espejo que tienes a tu espalda, (pa´ vacilarte será!!!). Sudas. -¿A dónde vas? -¿Por qué? -¿Visita por tres meses? -¿Y vuelves? -(Sí,……..espérame sentado) -Sí compañero, por supueeeesto! -Finalmente el Cuño… COÑOOOO.
Chistes de isleños, un libro que te hará caerte de la risa 

El papelazo
Esta etapa empieza en el avión. ¿Cómo se cierra el cinturón? No pides otra Coca Cola no vaya a ser que ‘no te toque’ o la azafata te dé una mala contesta. Puede durar mucho aprender a usar un celular. ¿Qué cosa es un Seguro? ¿Cómo sacar dinero de una Cash machine sin meter la tarjeta al revés? ¡El mundo es tan lindo! Te deslumbran los autos nuevecitos, las mujeres maquilladas, los hombres de cuello y corbata en el banco. 

Los primeros días
El aterrizaje (toma más tiempo de lo que muchos creen). Ahora a buscar trabajo! Y… ‘Pasaron 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 semanas’ Y na´!!! Ni de sepulturero encuentras un puesto. Conoces la ciudad de arriba abajo y no has hecho ni un amigo. ¡Te empieza a molestar la soledad y no hablar tu idioma! Tu mente es una cabrona. Empiezas a pensar en la vieja, en el barrio, en la mesa de dominó. En los negrones que al pasar las muchachas decían cochinadas (hoy piensas que son piropos). ¡Qué simpáticos muchachones! que diferentes a estos rubios que no tienen sangre en las venas. No bastan ojos azules y 1.80… Una vez escuché Radio Reloj on line. Eran las 6:30 de la mañana en Cuba. Podía ver a la vieja levantarse e inundar la casa con el aroma de café que aunque fuera chícharo, en ese momento no querría uno mejor. Estuve como media hora oyendo el TIC TAC que me despertó cada mañana de mi vida. ¿Creerías que rompí a llorar?

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La morriña
Empieza cuando llega tú único amigo por el resto de tus días: El gorrión. Tarda pero llega. Un 31 de diciembre, o el día de las madres te preguntas: ¿Y qué coño hago yo aquí? Los recuerdos te acorralan y te sacan sangre. Reconoces qué lindo es tu país y su gente y que jodío te tiene la nieve. Descubres a Lecuona, Matamoros y a Cuní. Tu libro de cabecera se llama: ¿Dónde está mi Habana? En tus CD’s están El Bola, la Bourke y hasta Maria Teresa Vera. En tus DVDs: Buena Vista Social Club. Idealizas una Habana que sólo existirá en tu corazón, diferente a la mía o la de otros. La palabra ‘asere’ ya no te suena fea. Usarás más y más dicharachos criollos que te diferenciarán del resto de este país. Porque ahora quieres ser diferente, es más, hacer saber a todos tu origen. Te fajas con los que hablen pestes de tu patria. Te fajas con los comemierdas que dicen que la Salsa no es el Son o discuten que Salsa es esa mierda llamada New York Style. -Señor la salsa se baila sólo de dos maneras: BIEN o MAL. 

La última etapa
Resignación. Cuando dos cubanos se encuentran la primera pregunta es: ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Como si estuvieras en prisión. Porque es verdaderamente una condena no estar en tu tierra. Entiendes de una vez que los que estamos fuera, necesitamos más de los que están allá, que ellos de nosotros. Sus problemas se resuelven mandando unos dólares, lo que necesitamos nosotros no cabe en un paquete de correos. 

El primer regreso
Llega finalmente la esperada primera visita a Cuba. ¡Qué desilusión! Estás allá y ya no eres de allí. No conoces al grupo de moda, a donde va la ruta 222, o qué novela estén poniendo. La Habana te es más ajena que Hong Kong… Al segundo día, si no fuera por la familia, quisieras volver a casa. ¿A casa?!!! ¿Pero no era ésta tu casa? No perteneces a ningún lugar. No existes, todo es un espejismo sub-real. Como dice la canción: ‘No eres ni de aquí, ni de allá’.


Ser CUBANO es una carrera muy larga, se llega por diferentes caminos y tú escogiste el más difícil".