Está bueno
ya de hablar de agricultura, pensemos en otra cosa también importante, por
ejemplo, la cultura. Cultura con C mayúscula.
Me acabo de
enterar que la vedette cubana Rosita Fornés acaba de quedarse a vivir en
Estados Unidos. Bravo por “La Rosa” como suelen llamarla sus fans. No importa
la edad, no importa las causas o motivaciones, ella ha decidido vivir aquí
definitivamente y eso tiene que ser respetado.
Me imagino que,
como cubanos, todos estemos, al menos medianamente, enterados del tema Gente de
Zona y la campaña que existe, desarrollada también por cubanos, que cuestiona el
estatus de residentes permanente en Estados Unidos de los dos integrantes de la
agrupación actualmente famosa. Digo desarrollada por cubanos, porque para los
norteamericanos, con tantos estilos diversos de música y tantos muy buenos
exponentes, Gente de Zona y mierda debe ser lo mismo.
No soy
experto en música cubana, pero conozco al menos sus más importantes
representantes durante toda nuestra historia musical. No me siento capaz
entonces de evaluar la música de Gente de Zona, aunque sí estoy claro que no me
gusta, ni interesa un poquitico. Cuando tengo que escucharla, sólo escucho
bulla. No dejo de reconocer que son ahora mismo una agrupación exitosa por lo
que puedo ver en los medios y creo que esa fama pudiera estar basada en dos aspectos
básicos.
Primero, es
que después de que nadie los quería en Cuba, ni nadie les prestaba atención,
hablo exactamente de las autoridades de Cultura y mucho de los músicos cubanos,
han tenido la suerte de grabar y sobre todo utilizar la maquinaria de mercado de
personas si conocidas y si talentosas como Enrique Iglesias, Marc Anthony, etc.
Algo así como el efecto Pittbull, que ni canta, ni come frutas, pero está en
todo, ha grabado con cuanto artista pegado en el mercado y esto lo ha hecho
hacerse famoso y creo, millonario en dinero. La música de Gente de Zona está, no
se puede desconocer, pero sólo está hoy. A la larga no significará nada para la
historia de la música de Cuba, un país que, sólo por citar algunos nombres ha
parido a Rita Montaner, Benny Moré, la Orquesta Aragón, los Van Van, Irakere, Pablo
Milanés de los que vivieron y murieron en Cuba y los más conocidos desde la
emigración, Willy, Celia, Gloria, Albita, etc.
Segundo, es
que, a partir de momentos, modas, tendencias, la música llamada reguetón o repartera
cubana, que ha recibido el gran impulso de los puertorriqueños y dominicanos,
que a su vez reciben el impulso directo del rap norteamericano, porque en
realidad no hemos inventado nada desde cero, también se ha puesto de moda en
Cuba, a tal punto de que ya, ni el son, ni la trova, ni la propia salsa que tan
buena vida tuvo en las décadas pasadas y en la que tuvimos tantas agrupaciones
buenísimas, hoy se escuchan y bailan. Cuando se mira a Cuba, solo se ve
reguetón y reparterismo, canciones que no son canciones, letras ilegibles e inentendibles
y muchas personas, donde se incluyen los niños, moviendo desenfadadamente los
culos, cosa que no está mal cuando se hace con gracia, sensualidad y diríamos
sandunga cubana, pero sí cuando se convierte en algo extremadamente grosero, grotesco
y vulgar.
No hay nada
mejor que ver a una linda y bien formada cubana moverse mientras baila, pocas
mujeres en el mundo se pueden mover igual. Esto me encanta. Recuerdo que me
gustaba mucho bailar salsa con mi hija Jennifer, que puede ser ese ejemplo de
mujer cubana muy linda y bien formada, a la que, por su simpática forma de
bailar, todo el mundo miraba y entonces como consecuencia, de refilón, yo me
sentía mirado. Sin embargo, lo que estoy viendo a partir de esta música, no es
sólo vulgar, sino que es un movimiento que da náuseas y ganas de vomitar. Termino
yo sintiéndome tan mal como cuando me he pasado días con diarrea y vómitos.
La música
no es buena, además de que a veces, proviene de una máquina y se transporta en una
memoria USB, se pone como fondo para que los llamados cantantes doblen, incluso
mal doblen. Las letras son imposibles de entender y su parte poética más
destacada, está basada en malas palabras, vulgaridades, descripción de escenas
sexuales o sencillamente un estribillo que se repite y se repite, para permitir
que los santos africanos bajen, posean a las personas y estas muevan frenéticamente
sus cuerpos, en movimientos pocos sensuales y explícitamente muy sexuales.
Luego, no
sólo Gente de Zona, sino el resto de los exponentes de este género, mucho de
los cuales creen que ahora son los inventores y mejores exponentes de la música
cubana, son punto menos que delincuentes, no menos, sino que muchos de ellos
han sido procesados por escándalos públicos, broncas multitudinarias, posesión
de armas de fuego, borracheras y por supuesto, drogassssssssssss, tanto en Cuba
como aquí en Estados Unidos. Muchos de estos músicos, incluyendo a Gente de
Zona, tienen que tener tremenda cara dura y estar poseídos por alguien peor que
el Diablo, que es mucho decir, para hoy autoproclamarse públicamente como “la cara
de la música cubana”.
Entonces desde
ahora mismo definiré que, y respeto cualquier otra opinión diferente, es que no
sólo a los integrantes de Gente de Zona, sino que se la quiten también a todos
aquellos que tengan residencia en Estados Unidos y mantengan una relación
descarada, demagógica, oportunista, falta de moral, honestidad y ética y sobre
todo de sentimientos con autoridades, empresas, y familiares del gobierno
cubano, todas aquellas personas que no se definan de forma clara e inequívoca, representando
las ideas del país que le ha permitido un estatus legal, todas aquellas personas
que siguen todavía hoy en el 2019 jugando con el comunismo cubano o peor, trabajando
para él, sea Gente de Zona con todos sus premios y éxitos o malanga. Si usted
está jugando con el comunismo todavía hoy, si usted quiere vivir en Estados
Unidos con todos los derechos que esto tiene, incluyendo el de hacerse
millonario en dólares y pretende ir a disfrutar Cuba con consentimiento del
gobierno cubano, si usted quiere ser libre en el mundo e ir a Cuba a exponer
sus libertad defecándose en lo que hoy están pasando una parte grande de los
cubanos, lo que no tiene nada que ver con ir a ver a tu familia y ayudar a los suyos,
usted tiene que quedarse a vivir en Cuba y disfrutar de los beneficios “inigualables”
de ese sistema socio económico.
Siempre se
ha dicho que no se puede estar con Dios y el Diablo a la misma vez y muchos de
estos pseudomúsicos hoy quieren, no sólo decir que sí se puede, sino que se les
respete y entienda. Muchos de estos personajes, auto llamados figuras públicas,
y un poco aquí uso este término personajes en forma despectiva, aprovechando el
filón que les ha dado la vida, han olvidado o quieren desconocer lo que está
pasando ese mismo pueblo que los aplaude, los hizo famoso y por qué no,
disfruta con su música y han convertido todo, todo, solamente en un negocio. Si
hay dólares por el camino, entonces el fin justifica los medios. Es tanta la
doble moral y el oportunismo que hemos desarrollado durante estas últimas
décadas, que un poquito más de ellas no cambia nada.
Y sí, es solamente
así, doble moral y oportunismo. Falta de compromiso. No existe uno de ellos que,
justificados en el mismo discurso oficialista de cantarles al pueblo de Cuba, como
si ellos fueran salvadores de algo, lo que es totalmente increíble, se niegan a
responder una pregunta que tenga que ver con la realidad de esa Cuba que ellos
disfrutan a partir de sus dólares norteamericanos.
Todos, incluyendo
a los integrantes de Gente de Zona, siempre responden que ellos son músicos y
no políticos. Declaran descaradamente que no conocen lo que está pasando en
Cuba, incluso cuando viven o viajan allí con una inexplicable frecuencia. Todos
dicen que no pueden responder porque ellos no tienen conocimientos de la
política e historia de su Cuba y no están preparados. Muchos de ellos van a
Cuba y mantienen relaciones con el gobierno y sus entidades y peor, participan
en actividades y en lugares, patrocinados por familiares de las principales
figuras del gobierno, incluyendo a los integrantes de Gente de Zona y luego
regresan a vivir en la paz del “imperio”.
El famoso Alexander
de Gente de Zona, llegó a decir que no conocía la existencia de artistas cubanos
exiliados y agradeció públicamente la presencia de “nuestro presidente Díaz Canel”
en uno de sus conciertos. ¿Cómo entender que un tipo, ayer semidelincuente de
Alamar, hoy famoso, que está aspirando a la ciudadanía americana, después de
poseer la residencia permanente en USA y toda su familia directa vivir aquí,
pueda pararse a agradecer y llamar a Díaz Canel, representante público máximo y
mantenedor de la tristeza cubana, como su presidente?, ¿Cómo entender que
Randy, el otro integrante de Gente de Zona, diga que él no recibió ninguna
educación política en Cuba mientras vivió allí? Descendiente directo de un
cubano emigrante que salió de Cuba por estar en contra de la Revolución, hoy
diga que él no sabe nada de política, que desconoce lo que se está viviendo en
Cuba, en la Cuba que ellos visitan muy frecuentemente ¿Hasta dónde es el
descaro?
Llegan a más,
un tal Descemer Bueno, que no sé exactamente de dónde salió y me parece más que
todo un payaso, preguntó frente a las cámaras que: ¿Cuánto dinero le iban a
pagar por hablar sobre Cuba y su política? Dijo que si le pagaban en dólares entonces
podría arriesgarse a emitir un criterio. Dejando clara su posición no solo de demagogo
y oportunista, sino de mercenario, con M mayúscula. ¿Son esas personas, que disfrutan
de los beneficios de ambos sistemas “enemigos”, los representantes actuales de
la música o cultura cubana? Dios coja a Cuba confesada.
Si, estoy
de acuerdo con que le quiten la residencia norteamericana y todo lo que de ella
se desprenda, porque yo para vivir aquí tuve que renunciar a Cuba, tuve que
radicalizar mi pensamiento, tuve que desprenderme de mis cosas en la misma
medida que sólo pude viajar con un maletín, tuve que dejar atrás a amigos,
familias, historias, etc. A mí en realidad no me quitaron nada, no porque
fueron buenos conmigo, sino porque nada tenía. Yo tuve que quemar las naves y
entonces contemplar a Cuba desde lejos, en un mapa, tratar de recordarla a
partir de imágenes, mensajes, llamadas por teléfono, etc., pedir permiso para
entrar y correr el riesgo de ser considerado “regulado, etc. Tuve que escoger
entre Cuba y Estados Unidos y aunque no estoy ciego aquí y reconozco los miles
de problemas que este país tiene, primero, estoy inmensamente agradecido y
segundo, me siento igual inmensamente comprometido. Soy ciudadano norteamericano
por elección y entonces primero defiendo a Estados Unidos y con esto defiendo a
mi familia y amigos en Cuba. ¿Defender a Cuba? Si claro, llega a ser romántico,
pero yo mismo me exijo una respuesta: ¿A qué Cuba?
No me gusta
Silvio Rodriguez, apenas conozco exactamente sus canciones, pero valoro su apego
al gobierno cubano, lo que le ha permitido vivir muy por encima del nivel del
cubano de a pie, pero vivir en Cuba. Como él mismo dice en una de sus canciones,
es un tipo necio, pero al mismo tiempo es un tipo coherente. Igual desconozco el
historial artístico de Albita Rodríguez, nunca he escuchado una canción de
ella, pero valoro que diga que no volverá a cantar en la Cuba que abandonó porque
no está de acuerdo con su gobierno. Ambos merecen respeto, ambos defienden una
posición, ambos son coherentes.
He visto un
video, con el cual no he podido dejar de emocionarme, donde Celia Cruz, sin guardaespaldas,
sin rimbombancia, sin espectáculo, sin estar filmando un reality show, detrás
de las cercas de la Base Naval de Guantánamo, con una sencillez y humildad impresionante,
con sus manos y en un vasito plástico, recoge tierra de Cuba, de su Cuba, de la
Cuba a donde nunca la dejaron regresar, sin ser ella un político, menos un
terrorista. Celia, de la que tampoco soy seguidor, murió en tierra extrañas,
murió mirando a Cuba en un mapa, en una foto. No existe mayor acto de amor,
ningún discurso, ni ninguna canción puede sustituir el que una mujer, ya no
joven, se arrodille y únicamente con sus manos recoja un poco de la tierra del
país donde nació. Eso sólo, sin conocer su historia artística la hace grande. Entonces,
¿Cómo entender que hoy artistas cubanos en Cuba, descaradamente autorizados por
las autoridades de Cultura, den conciertos utilizando la música de Celia porque
entre otras cosas no tienen nada que cantar? ¿Cómo entender que cantantes como
Haila Ma. Mompie que, públicamente en la Plaza de la Revolución dedicara a
Fidel unas palabras amorosas y lo fuera a abrazar y besar en la cara, hoy tenga
VISA para viajar a Estados Unidos, celebrar aquí sus cumpleaños y llevarse de
aquí los dólares que le permitirán vivir mejor que un médico y un maestro que
sin comida, sin electricidad, sin combustible, hoy siguen trabajando en Cuba?
¿Cómo aceptar
que Gente de Zona y todos sus reparteros seguidores digan que no son políticos,
que no conocen la realidad cubana, que no están preparados para responder
preguntas sobre Cuba? Que a los artistas no hay que pedirle que se comprometan
con nada y nadie, porque son artistas. ¿Como entender que se siga aceptando que
algunos de estos culturosos, sean sólo eso, culturosos y esto los salve para
vivir como “Carmelina,” disfrutando de los beneficios de dos sistemas
antagónicos y dos gobiernos declarados enemigos, cuando en Cuba hay artistas
presos, olvidados, apartados, que no tienen acceso a los escenarios, véase el
caso del poeta Pedro Luis Ferrer, ¿por sólo hablar sobre la realidad que vive su
país? ¿Por qué Alexander puede comprarse una mansión en Siboney, zona vedada
para el pueblo de Cuba desde hace 60 años y ser autorizado para importar en
modernísimo auto que no se vende en Cuba, mientras que los cubanos que allí
viven se están jamando el poste porque ya los cables se los comieron?, ¿Como
entender que poseedores de la residencia americana, estén radicados en Estados
Unidos y paralelamente mantengan hoy relaciones personales de amistad íntima con
los descendientes de las familias cubanas y con entidades de gobierno, que hoy
disfrutan de haberse repartido Cuba?
Gente de Zona
y toda su fama, no son Rolling Stone. Los Stone son británicos y una, sino la
más famosa de todas las bandas de rock de la historia y así y todo Mick Jagger
en español para ser entendido, frente a muchas más personas que las del último
concierto de Gente de Zona en el “protestodromo” e imagino autoridades cubanas
de gobierno, y sabiendo que sus millones no han dependido del mercado cubano, dijo
que, ellos sabían que su música había sido prohibida en Cuba, pero que los
tiempos estaban cambiando y entonces ellos estaban allí. Decencia, honestidad y
compromiso que les ganó al día siguiente una Mesa Redonda, donde periodistas
del gobierno clasificaron al concierto como subversivo.
Alexander, quien
contó que su abuela cumplió años de cárcel como presa política en Cuba y Randy,
quien también contó que su papá emigró a los Estados Unidos por estar en contra
de la Revolución, no saben de política, no saben de la realidad de su país, se
niegan a opinar sobre lo que está pasando escondidos detrás de su categoría de
cantantes, cuando incluso su más ferviente apoyo, Marc Anthony, es libre para
expresar criticas fuertes sobre la situación política de su Puerto Rico.
Alexander
y Randy se autonombran únicamente pacifistas y esto me parece otro de los inmensos
descaros. Alexander y Randy y muchos de los otros reparteros, temen a los micrófonos,
escapan de entrevistas sencillamente porque tienen miedo al compromiso y dicen,
tratando de convencer a parte de sus fans que ellos sólo son músicos y su
misión es poner a bailar a Cuba, por lo que no se les puede pedir tal
radicalización. Según ellos mismos el cubano sufre y entonces ellos, con su
música pretenden curar dicho sufrimiento. Buena medicina.
Sabrán los
Gente de Zona que, por ejemplo, Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat, por sólo
citar dos nombres, infinita y más infinitamente mejores músicos y cantantes que
ellos, tuvieron que vivir muchos años en el exilio por sus ideas políticas y
utilizaron únicamente sus canciones y vidas como armas para movilizar a sus seguidores
sobre causas justas. Sabrán Gente de Zona y los reparteros cubanos que Oscar de
León, uno de los soneros más grandes de la historia, recibió repudios y sus
discos fueron quemados en las calles de Miami por únicamente haber cantado en
la Cuba de Fidel y rendir homenaje al mayor, al grande Benny Moré. ¿Como aceptar que Alexander de Gente de Zona
aterrizando en el aeropuerto de Miami diga a un periodista que él no conoce que
existen artistas y cantantes cubanos en el exilio? Yo a veces no entiendo. ¿Cómo
se le puede reconocer el estatus de residente y quizás mañana el de ciudadanos
de este país a algunos que piensan, viven y actúan de tal forma?, ¿Para eso
sirve la democracia y libertad de expresión? Buena mierda.
Entonces
los artistas, no sólo deben formar parte, sino tomar parte. Es cierto el miedo
existe, yo también tengo miedo, pero he tenido que aprender a luchar contra él
y a vencerlo. Es cierto puede haber consecuencias, pero las consecuencias
existen para todos por igual y hay que estar dispuestos a cargar con ellas por
defender nuestras ideas. Si quieres comer pescado tienes que mojarte el culo.
Por supuesto es mucho más fácil tener muchos dólares y comprar el pescado ya
limpio y cortado en una famosa pescadería. Así quieren vivir los integrantes de
Gente de Zona y algunos de sus reparteros acompañantes. Así pretenden que el
pueblo de Cuba que está jodido, tanto aquí afuera como allá adentro, los
entiendan y quieran.
Alexander,
Randy y reparteros acompañantes, los músicos, los cantantes de pueblo, y más,
los cantantes que han sido repudiados, desconocidos, apartados en Cuba como han
sido todos ustedes, aunque hoy sean millonarios, se deben a ese país, a ese
pueblo que tanto, demagógicamente, dicen querer.
Recuerdo
que cuando trabajaba en el Museo de la Ciudad en La Habana, un día tuve un
emocionante y fuerte debate con Eusebio Leal sobre la verdadera historia del
que todos en Cuba conocemos como Pepe Antonio, el Héroe de Guanabacoa. Yo
llevaba varios años investigando sobre la dominación británica en La Habana y trataba
de organizar la historia. Yo era joven.
Entonces al
demostrarle a Leal que la historia de Pepe Antonio estaba inventada y sobre
valorada, porque la realidad de su participación en la defensa de La Habana era
otra, mucho menor que lo que la historiografía nacionalista recogía, Leal, sin
argumentos reales para demostrarme lo contrario, me dijo, para salir de mí
presión, que yo era un historiador radical, a lo que yo respondí que no, que en
realidad estaba tratando de contar la verdad y poner a cada cual en su lugar,
aunque era consciente de que esto podría traer consecuencias.
Ahora es lo
mismo, puedo seguir siendo un radical, aunque ya no joven. No estoy tratando de
dividir a los cubanos, los cubanos estamos divididos desde hace muchos años. Estoy
tratando, como Silvio Rodríguez, de ser coherente. No se le puede faltar tanto
el respeto a los cubanos de ambas orillas del Estrecho de la Florida. Alexander,
Randy, reparteros, músicos urbanos, aprendan, en realidad no se puede estar al
mismo tiempo de acuerdo con Dios y con el Diablo. Nadie les está pidiendo que
se postulen a políticos en ninguno de los dos países, sólo, incluso los fans
más descerebrados les están pidiendo que respondan a una simple pregunta: ¿Qué
piensan de la realidad que hoy vive Cuba?