Me he dedicado a buscar
el significado de la palabra monte para comprobar si es correcto
seguir hablando solamente sobre agricultura y he comprobado que sí, cuando se
habla de monte se habla de árboles, plantas, hierbas, tierra, etc.
Según la Real Academia de la Lengua Española, entre los significados, al parecer el más importante, de la palabra monte, están:
1.- Gran elevación natural del terreno.
2.- Tierra inculta cubierta de árboles, arbustos, matas o hierba.
Monte alto:
·
Monte poblado de árboles grandes
·
Conjunto de árboles de monte alto
Monte bajo
·
Monte poblado de arbustos, matas o hierbas
·
Conjunto de arbustos, matas o hierbas de monte bajo
Monte blanco
·
Monte descuajado que se destina a la repoblación.
He descubierto una noticia publicada en la red en el sitio web CubaDebate, lo que no puedo asegurar que sea cierto o no, debido a que, como sabemos, cualquier cosa en la red puede pasar, pero me ha llamado la atención por lo de la cercanía a la agricultura, sector tan importante en un país como Cuba, sobre el cual escribí mi pasado artículo.
Veamos primero la noticia
publicada textualmente y luego podremos analizar sobre ella.
El miércoles 18 de septiembre comenzó la segunda etapa de restauración
de la Tribuna Antimperialista. El Monte de las
Banderas ve ceder poco a poco cada uno de sus mástiles de más de 20 metros de
altura, en un proceso en el que no se detienen las grúas
que ahora lo circundan y los hombres que a los pies de las grandes estructuras
remueven sus cimientos.
“Para devolverle toda su majestuosidad a la Tribuna
Antimperialista desde ayer comenzaron los trabajos para retirar las 138
astas que conforman el Monte de las Banderas. Cada pilar
está construido con acero estructural, el cual ha sufrido los embates del
tiempo. Está en una zona afectada constantemente por el salitre y por diversos
fenómenos meteorológicos”, explicó a Cubadebate Orestes
Llanes Mestres, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial
(CAP).
Según aclara el funcionario, todas las estructuras
serán llevadas a talleres de Gesime donde se evaluará su estado. “El
proceso de desmontaje debe durar unos 20 días, mientras que el mantenimiento se
extenderá varios meses”
Al
comentar sobre la marcha del proceso inversionista en la Tribuna
Antimperialista, Llanes precisó que la obra marcha según cronograma, a pesar de
algunos atrasos por el proyecto y las lluvias en los meses anteriores.
“Actualmente
laboran en la Tribuna las brigadas 25 y 29 del Contingente Blas Roca Calderío.
Se trabaja en el levantamiento del edificio sur y norte de la tribuna, así como
en la remodelación de los muros laterales y la restauración de los arcos. De
estos últimos ya se concluyeron dos y en octubre se terminarán todos”.
El
vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial insistió que antes
del aniversario de la capital se trabajará en la estatua de Martí, así como en
el piso de la plaza.
“Reiteramos
que este espacio será el lugar por excelencia para librar las batallas de la Revolución
en contra del imperialismo y de fomento de la solidaridad entre los pueblos del
mundo. Removemos lo visible, pero sus cimientos seguirán con el espíritu de
Fidel”, concluyó.
Es cierto que la
agricultura es importante siempre, por lo que lo de salvar bosques y montes, es
una de las primeras tareas de cualquier gobierno. Los bosques o montes son fuentes
de vida en todos los aspectos. Salvar los montes es salvar al ser humano, pero ¿Qué
tal resultaría salvar los montes en medio de una guerra?, ¿Cómo valorar la idea
de una campaña internacional para salvar los montes, apagar los fuegos, replantar
los árboles caídos o tumbados, debajo de enormes bombardeos diarios, donde lo
que se está perdiendo, no son los árboles, sino la vida de los seres humanos?
Recuerdo
con enorme admiración que los vietnamitas en medio de la guerra, con fusiles a
la espalda, hombres y mujeres, cultivaban arroz para poder comer y aguantar como aguantaron la inclemente, despiadada y brutal agresión norteamericana. No
desempeñaron una campaña para salvar sus montes, porque lo importante era
sobrevivir, comer, defender su territorio, salir vivos y ganar la guerra. Luego,
después con la paz, se dedicaron a repoblar la tierra arrasada que les dejó la
guerra y sembrar más arroz, tanto arroz que pueden comer, exportar y asombrosamente
regalar a Cuba. Ellos son vietnamitas.
Entonces como habíamos
quedado, Cuba es un país pobre, de tradición agrícola con una agricultura
atrasada, maltratada y casi totalmente improductiva, con unas lindas playas
poco y mal explotadas. Cuba es un país, que después de varias décadas de mala
administración y alguno que otros inventos e improvisaciones, necesita encontrar
el camino a su futuro. Cuba es un país que hoy mismo pasa por otra de las
mayores crisis de su historia, nuevo período especial, período coyuntural y
transitorio, ambas cosas juntas, etc. Cuba es un país sin grandes yacimientos
de petróleo, de oro, de diamantes, de gas natural que le permitan mantenerse y reír.
Cuba es un país sin materias primas para desarrollar una producción industrial decente.
Todo eso lo sabemos y, además, es fácil de entender.
Lo difícil de
entender es que en medio de todo esto ya histórico y lamentablemente presente,
Cuba invierta dinero en reparar y restaurar algo que se llama Monte de las
Banderas, o sea, bases de concretos, que soportan grandes tubos de acero de los
cuales cuelgan banderas de color negro frente a la antigua SINA, hoy Embajada
de los Estados Unidos.
Nunca entendí cuál es
en realidad el significado de esto, se me ocurre que, entre otras cosas, como
un gesto de buena voluntad secreto, podría ser darle sombra a las oficinas de
los funcionarios norteamericanos que dan para el frente del edificio.
Monte de las Banderas
fue inaugurado por Fidel el 6 de febrero del 2006 y su propósito público fue
crear un monumento para rendir homenaje a los cubanos caídos por los atentados
terroristas norteamericanos y en recordación constante del 10 de octubre de
1868, día del comienzo de las guerras por la independencia contra el
colonialismo español, como se puede observar, el primer objetivo no tiene mucho
que ver con el segundo, pero bueno …, a veces la mezcla es necesaria.
En su inauguración el
“famoso”, por su discurso ridículo, sobre actuado, robotizado, Hassan Pérez,
segundo secretario de la UJC por aquel entonces, una de las máquinas más
máquinas que han pasado por la vida pública de estos últimos 60 años, figura
que hoy no sabemos en Cuba dónde fue a parar, más allá que reventó y fue
tronado, dijo muy poéticamente refiriéndose a las banderas:
“No serán arriadas,
no se desplegarán, permanecerán señeras, altivas, vigilantes. Como centinelas
insomnes de la Patria en amaneceres y crepúsculos, resistirán hermosas y puras,
vendavales y tempestades y podrán divisarse como las más bellas que existen en
el llano, en el mar y en la cumbre”
Creo que, a Hassan, visiblemente
emocionado en aquel momento y sobre todo con la misión de emocionar a sus
escuchas, se le fue la mano con eso de “las más bellas que existen en el llano,
en el mar y en la cumbre”, lo único bello que se puede ver en estos tres
escenarios tan diferentes a la misma vez es el Sol, la Luna y las estrellas.
Luego, a Hassan se le olvidó o no lo conocía, fue que Monte de las Banderas,
fue sembrado a menos de 20 metros del inigualable y bello Malecón Habanero, donde
la inclemencia destructiva, nada más y nada menos que del salitre es enorme.
Cuando la ciudad está
azotada por los nortes, las olas del mar, por la fuerza y altura con que entran,
no sólo mojan las bases y las astas, sino también a las banderas negras. Si el
arquitecto principal Fidel y sus arquitectos ayudantes, diseñador y ejecutores
respectivamente del Monte, les hubieran preguntado a los norteamericanos con
qué frecuencia tienen que lijar y pintar las cercas de su embajada, muy fácil
hubieran concluido que la idea de colocar acero a pocos metros del mar, resultaría
en un deterioro acelerado y un mantenimiento constante y por tanto un gasto de mucho
dinero que en determinados momentos al gobierno cubano le resultaría difícil de
mantener. Los monumentos que la ciudad tiene frente al mar son de mármol y
bronce, no por gusto. El acero se oxida muy fácilmente, las cabillas se oxidan
y terminan rajando o reventando al concreto, cosa que el arquitecto principal
de la obra no es que tratara de burlar, sino que a esa clase sobre arquitectura
no había asistido. Imaginen tener que desmostar sistemáticamente las piedras de
las Pirámides de Egipto para llevarlas a un taller y repararlas.
Entonces a la mañana
siguiente se activó Cuba. Según cuentan, porque no hay nada oficialmente
escrito sobre esta construcción, las obras de la Ciudad de la Habana y sus
alrededores, que se venían ejecutando bajo cronograma y presupuestos, fueron paralizadas.
Todo el concreto y el acero que existía fueron desviados para construir el
monte. Pasó lo mismo con el combustible. Todo el líquido necesario para mover
las máquinas, las grúas, los camiones y los carros de los jefes se obtuvo paralizando
la distribución para otros objetivos. Se montaron luces especiales, grandes
consumidoras de electricidad, para burlar la oscuridad de la noche y convertirla
en día. Las brigadas de constructores trabajaron “heroica e incansablemente” en
turnos rotativos durante las 24 horas y los restaurantes del Vedado,
conozco específicamente uno, El Conejito, se encargaron de suministrar las
meriendas y las comidas para los trabajadores, dirigentes administrativos,
ingenieros, arquitectos, visitantes, etc. Comidaaaaa hechaaaa en El
Conejitoooooooooo.
Cuentan que Cuba no
tenía ni acero, ni tecnología para producir las enormes astas, 138, y entonces,
no lo puedo probar, sólo digo lo que se comentó, las astas fueron encargadas a
Canadá y traídas en vuelos de aviones, específicamente adaptados para estos
menesteres. Los tubos fueron importados de Canadá y por la premura de la
inauguración, pues el Jefe estaba aburrido, fueron traídos, no en barco, sino
en aviones.
Por último, todos los
que allí vivimos, nunca sabemos exactamente cuánto va a costar o costó la obra,
pero si estamos claros que el número es tres, cuatro o muchas veces mayor al
planificado. Muchos se benefician de la situación y reguero para hacer su
dinerito y obtener su beneficio personal. “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Con estas
obras locuras, donde todo aparece de pronto y no se lleva mucho el control
porque lo importante es terminar para complacer, la mitad del Vedado reparó y
pintó sus casas porque inmediatamente que se comienzan los trabajos e incluso
antes, los materiales para construir, arena, cemento, ladrillos, clavos,
madera, etc., se difuminan y pierden en
y para el mercado negro, que siempre está activado, sin tantas reuniones, sin
tantos compromisos, sin tantos acuerdos y actas, sin reuniones para analizar
metas cumplidas. Muchas personas se beneficiaron del combustible, unos lo
vendieron y otros lo compraron. Los trabajadores de El Conejito pudieron
llevarse a casa e incluso vender raciones de comida, etc. Tuve un conocido que
un día me dijo: _ Fidel es mi elegguá, todo lo que el inventa o cierra a mí me
da dinero. Gran humor cubano haciendo referencia al abridor de caminos de una
de nuestras religiones de origen africano.
Y al final todo esto
está bien. Fidel manejaba sus reservas privadas, independientemente de las
reservas que tiene cualquier estado, ya dije que estaba aburrido y necesitaba,
como todo artista, crear algo. Fidel en el 2006 todavía podía darse el lujo de
invertir algunos miles de dólares, al final eran dólares del enemigo, en un
monumento para colgar banderas negras que molestara a los norteamericanos. Está
perdonado, utilizó el dinero de su reservita y como en Cuba no es tradicional
usar sábanas negras para las camas, pues no le estaba quitando nada a nadie.
Pero estamos en 2019,
en medio de una enorme crisis económica, que, por supuesto genera un descontento
grande, al menos en una buena y representativa parte de la población. Apagones
planificados y no planificados. Llamados y medidas para ahorrar más que al
máximo electricidad por imposibilidad de producir la energía eléctrica demandada,
falta de abastecimiento en medicinas, alimentos de todos tipos, combustible,
etc.
Destrucción sistemática y sostenida de toda la arquitectura cubana, casas
y edificios que se caen constantemente, envejecimiento palpable de las edificaciones
qué aún no se han caído. Basura y escombros amontonados y regados por todas las
calles, por la imposibilidad de recogerlos, aunque acabo de ver a brigadas de
cubanos sonrientes que fueron enviados a Barbados para recoger escombros y
basura creados por el recién pasado huracán. Salideros de aguas limpias y aguas
negras por dondequiera. Escuelas y hospitales en condiciones deplorables. Matorrales,
verdaderos montes, incontrolables en cualquier esquina. El marabú, ese si, más alto y digno que nunca. Turistas removidos de
sus hoteles para reagruparlos en otros hoteles por falta de abastecimiento para
el turismo. Niños sin uniformes, sin libretas y lápices, libros totalmente destruidos,
transporte público casi inexistente, reducción de jornadas laborales, que pone
alegre a una buena parte de los cubanos porque el objetivo siempre es trabajar menos,
para ahorrar lo que en realidad no se tiene, etc.
Entonces: ¿Cómo
entender que ahora, debajo de las bombas, cuando se tiene que salvar vidas
humanas, para luego de la paz salir a resembrar los bosques, a alguien se le
pueda ocurrir, si es que es verdad la noticia, salir a restaurar el Monte de
las Banderas, para que se pueda seguir viendo desde el mar y toda esa ridiculez?
¿Cómo entender la coherencia de un gobierno, que está pidiendo de favor que se
le entienda, que está llamando a la calma y a la resistencia a cambio de nada
ahora mismo, solo promesas para el futuro, que está confeso que no tiene para
abastecer, en un momento como este, comenzar un trabajo que según dicen va a
llevar meses, desviando para ello los recursos que dicen no tener?, ¿Será más
importante ahora mismo, seguir dándole sombra a las oficinas de la Embajada
Norteamericana?
Ahora que no se tiene
nada, que el Presidente prometió entregar una casa terminada cada día en cada
municipio y el “imperialismo yanqui” le ha imposibilitado cumplirlo, ahora que
escasea el combustible y se está pidiendo a la población ahorrar incluso
apagando los refrigeradores parte del día, ahora que se le está embutiendo a
los carros del estado, con cierto disgusto de sus choferes, a los cubanos que
esperan horas en las paradas de ómnibus para poder trasladarse, entonces ahora
mismo, como algo extremadamente priorizado e importante, se invierte combustible
para mover transportes para trabajadores, grúas, camiones, electricidad adicional
para mover equipos, oxígenos y acetileno para cortar, soldar, más comidas y
meriendas para todos los que están trabajando o los que pasan a “controlar” ,
fábricas para mejorar, tela negra para sustituir, sogas nuevas para poder izar,
concreto para refundir bases y sobre todo calcular el extra de materiales para
que la mitad del Vedado que mejoró en el 2006 con la inauguración, hoy vuelva a
mejorar gracias al mercado negro y algo de comida extra para que los encargados
de cocinar escapen.
Ay Cubita, ayúdame.
Pretendo levantarme cada día y no conectarme con algo negativo que está pasando,
pretendo un día, como hacen muchos otros, hablar de tus hoteles y maravillosas
playas, de tu linda historia, de tu clima, pero por el camino que vamos resulta
imposible, cada nuevo día es algo, si realmente nuevo, pero para peor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario