domingo, 29 de septiembre de 2019

Culturales. Septiembre 2019.


Está bueno ya de hablar de agricultura, pensemos en otra cosa también importante, por ejemplo, la cultura. Cultura con C mayúscula.

Me acabo de enterar que la vedette cubana Rosita Fornés acaba de quedarse a vivir en Estados Unidos. Bravo por “La Rosa” como suelen llamarla sus fans. No importa la edad, no importa las causas o motivaciones, ella ha decidido vivir aquí definitivamente y eso tiene que ser respetado.

 Me imagino que, como cubanos, todos estemos, al menos medianamente, enterados del tema Gente de Zona y la campaña que existe, desarrollada también por cubanos, que cuestiona el estatus de residentes permanente en Estados Unidos de los dos integrantes de la agrupación actualmente famosa. Digo desarrollada por cubanos, porque para los norteamericanos, con tantos estilos diversos de música y tantos muy buenos exponentes, Gente de Zona y mierda debe ser lo mismo.

No soy experto en música cubana, pero conozco al menos sus más importantes representantes durante toda nuestra historia musical. No me siento capaz entonces de evaluar la música de Gente de Zona, aunque sí estoy claro que no me gusta, ni interesa un poquitico. Cuando tengo que escucharla, sólo escucho bulla. No dejo de reconocer que son ahora mismo una agrupación exitosa por lo que puedo ver en los medios y creo que esa fama pudiera estar basada en dos aspectos básicos.

Primero, es que después de que nadie los quería en Cuba, ni nadie les prestaba atención, hablo exactamente de las autoridades de Cultura y mucho de los músicos cubanos, han tenido la suerte de grabar y sobre todo utilizar la maquinaria de mercado de personas si conocidas y si talentosas como Enrique Iglesias, Marc Anthony, etc. Algo así como el efecto Pittbull, que ni canta, ni come frutas, pero está en todo, ha grabado con cuanto artista pegado en el mercado y esto lo ha hecho hacerse famoso y creo, millonario en dinero. La música de Gente de Zona está, no se puede desconocer, pero sólo está hoy. A la larga no significará nada para la historia de la música de Cuba, un país que, sólo por citar algunos nombres ha parido a Rita Montaner, Benny Moré, la Orquesta Aragón, los Van Van, Irakere, Pablo Milanés de los que vivieron y murieron en Cuba y los más conocidos desde la emigración, Willy, Celia, Gloria, Albita, etc.

Segundo, es que, a partir de momentos, modas, tendencias, la música llamada reguetón o repartera cubana, que ha recibido el gran impulso de los puertorriqueños y dominicanos, que a su vez reciben el impulso directo del rap norteamericano, porque en realidad no hemos inventado nada desde cero, también se ha puesto de moda en Cuba, a tal punto de que ya, ni el son, ni la trova, ni la propia salsa que tan buena vida tuvo en las décadas pasadas y en la que tuvimos tantas agrupaciones buenísimas, hoy se escuchan y bailan. Cuando se mira a Cuba, solo se ve reguetón y reparterismo, canciones que no son canciones, letras ilegibles e inentendibles y muchas personas, donde se incluyen los niños, moviendo desenfadadamente los culos, cosa que no está mal cuando se hace con gracia, sensualidad y diríamos sandunga cubana, pero sí cuando se convierte en algo extremadamente grosero, grotesco y vulgar.

No hay nada mejor que ver a una linda y bien formada cubana moverse mientras baila, pocas mujeres en el mundo se pueden mover igual. Esto me encanta. Recuerdo que me gustaba mucho bailar salsa con mi hija Jennifer, que puede ser ese ejemplo de mujer cubana muy linda y bien formada, a la que, por su simpática forma de bailar, todo el mundo miraba y entonces como consecuencia, de refilón, yo me sentía mirado. Sin embargo, lo que estoy viendo a partir de esta música, no es sólo vulgar, sino que es un movimiento que da náuseas y ganas de vomitar. Termino yo sintiéndome tan mal como cuando me he pasado días con diarrea y vómitos.

La música no es buena, además de que a veces, proviene de una máquina y se transporta en una memoria USB, se pone como fondo para que los llamados cantantes doblen, incluso mal doblen. Las letras son imposibles de entender y su parte poética más destacada, está basada en malas palabras, vulgaridades, descripción de escenas sexuales o sencillamente un estribillo que se repite y se repite, para permitir que los santos africanos bajen, posean a las personas y estas muevan frenéticamente sus cuerpos, en movimientos pocos sensuales y explícitamente muy sexuales.

Luego, no sólo Gente de Zona, sino el resto de los exponentes de este género, mucho de los cuales creen que ahora son los inventores y mejores exponentes de la música cubana, son punto menos que delincuentes, no menos, sino que muchos de ellos han sido procesados por escándalos públicos, broncas multitudinarias, posesión de armas de fuego, borracheras y por supuesto, drogassssssssssss, tanto en Cuba como aquí en Estados Unidos. Muchos de estos músicos, incluyendo a Gente de Zona, tienen que tener tremenda cara dura y estar poseídos por alguien peor que el Diablo, que es mucho decir, para hoy autoproclamarse públicamente como “la cara de la música cubana”.

Entonces desde ahora mismo definiré que, y respeto cualquier otra opinión diferente, es que no sólo a los integrantes de Gente de Zona, sino que se la quiten también a todos aquellos que tengan residencia en Estados Unidos y mantengan una relación descarada, demagógica, oportunista, falta de moral, honestidad y ética y sobre todo de sentimientos con autoridades, empresas, y familiares del gobierno cubano, todas aquellas personas que no se definan de forma clara e inequívoca, representando las ideas del país que le ha permitido un estatus legal, todas aquellas personas que siguen todavía hoy en el 2019 jugando con el comunismo cubano o peor, trabajando para él, sea Gente de Zona con todos sus premios y éxitos o malanga. Si usted está jugando con el comunismo todavía hoy, si usted quiere vivir en Estados Unidos con todos los derechos que esto tiene, incluyendo el de hacerse millonario en dólares y pretende ir a disfrutar Cuba con consentimiento del gobierno cubano, si usted quiere ser libre en el mundo e ir a Cuba a exponer sus libertad defecándose en lo que hoy están pasando una parte grande de los cubanos, lo que no tiene nada que ver con ir a ver a tu familia y ayudar a los suyos, usted tiene que quedarse a vivir en Cuba y disfrutar de los beneficios “inigualables” de ese sistema socio económico.

Siempre se ha dicho que no se puede estar con Dios y el Diablo a la misma vez y muchos de estos pseudomúsicos hoy quieren, no sólo decir que sí se puede, sino que se les respete y entienda. Muchos de estos personajes, auto llamados figuras públicas, y un poco aquí uso este término personajes en forma despectiva, aprovechando el filón que les ha dado la vida, han olvidado o quieren desconocer lo que está pasando ese mismo pueblo que los aplaude, los hizo famoso y por qué no, disfruta con su música y han convertido todo, todo, solamente en un negocio. Si hay dólares por el camino, entonces el fin justifica los medios. Es tanta la doble moral y el oportunismo que hemos desarrollado durante estas últimas décadas, que un poquito más de ellas no cambia nada.

Y sí, es solamente así, doble moral y oportunismo. Falta de compromiso. No existe uno de ellos que, justificados en el mismo discurso oficialista de cantarles al pueblo de Cuba, como si ellos fueran salvadores de algo, lo que es totalmente increíble, se niegan a responder una pregunta que tenga que ver con la realidad de esa Cuba que ellos disfrutan a partir de sus dólares norteamericanos.

Todos, incluyendo a los integrantes de Gente de Zona, siempre responden que ellos son músicos y no políticos. Declaran descaradamente que no conocen lo que está pasando en Cuba, incluso cuando viven o viajan allí con una inexplicable frecuencia. Todos dicen que no pueden responder porque ellos no tienen conocimientos de la política e historia de su Cuba y no están preparados. Muchos de ellos van a Cuba y mantienen relaciones con el gobierno y sus entidades y peor, participan en actividades y en lugares, patrocinados por familiares de las principales figuras del gobierno, incluyendo a los integrantes de Gente de Zona y luego regresan a vivir en la paz del “imperio”.

El famoso Alexander de Gente de Zona, llegó a decir que no conocía la existencia de artistas cubanos exiliados y agradeció públicamente la presencia de “nuestro presidente Díaz Canel” en uno de sus conciertos. ¿Cómo entender que un tipo, ayer semidelincuente de Alamar, hoy famoso, que está aspirando a la ciudadanía americana, después de poseer la residencia permanente en USA y toda su familia directa vivir aquí, pueda pararse a agradecer y llamar a Díaz Canel, representante público máximo y mantenedor de la tristeza cubana, como su presidente?, ¿Cómo entender que Randy, el otro integrante de Gente de Zona, diga que él no recibió ninguna educación política en Cuba mientras vivió allí? Descendiente directo de un cubano emigrante que salió de Cuba por estar en contra de la Revolución, hoy diga que él no sabe nada de política, que desconoce lo que se está viviendo en Cuba, en la Cuba que ellos visitan muy frecuentemente ¿Hasta dónde es el descaro?

Llegan a más, un tal Descemer Bueno, que no sé exactamente de dónde salió y me parece más que todo un payaso, preguntó frente a las cámaras que: ¿Cuánto dinero le iban a pagar por hablar sobre Cuba y su política? Dijo que si le pagaban en dólares entonces podría arriesgarse a emitir un criterio. Dejando clara su posición no solo de demagogo y oportunista, sino de mercenario, con M mayúscula. ¿Son esas personas, que disfrutan de los beneficios de ambos sistemas “enemigos”, los representantes actuales de la música o cultura cubana? Dios coja a Cuba confesada.

Si, estoy de acuerdo con que le quiten la residencia norteamericana y todo lo que de ella se desprenda, porque yo para vivir aquí tuve que renunciar a Cuba, tuve que radicalizar mi pensamiento, tuve que desprenderme de mis cosas en la misma medida que sólo pude viajar con un maletín, tuve que dejar atrás a amigos, familias, historias, etc. A mí en realidad no me quitaron nada, no porque fueron buenos conmigo, sino porque nada tenía. Yo tuve que quemar las naves y entonces contemplar a Cuba desde lejos, en un mapa, tratar de recordarla a partir de imágenes, mensajes, llamadas por teléfono, etc., pedir permiso para entrar y correr el riesgo de ser considerado “regulado, etc. Tuve que escoger entre Cuba y Estados Unidos y aunque no estoy ciego aquí y reconozco los miles de problemas que este país tiene, primero, estoy inmensamente agradecido y segundo, me siento igual inmensamente comprometido. Soy ciudadano norteamericano por elección y entonces primero defiendo a Estados Unidos y con esto defiendo a mi familia y amigos en Cuba. ¿Defender a Cuba? Si claro, llega a ser romántico, pero yo mismo me exijo una respuesta: ¿A qué Cuba?

No me gusta Silvio Rodriguez, apenas conozco exactamente sus canciones, pero valoro su apego al gobierno cubano, lo que le ha permitido vivir muy por encima del nivel del cubano de a pie, pero vivir en Cuba. Como él mismo dice en una de sus canciones, es un tipo necio, pero al mismo tiempo es un tipo coherente. Igual desconozco el historial artístico de Albita Rodríguez, nunca he escuchado una canción de ella, pero valoro que diga que no volverá a cantar en la Cuba que abandonó porque no está de acuerdo con su gobierno. Ambos merecen respeto, ambos defienden una posición, ambos son coherentes.

He visto un video, con el cual no he podido dejar de emocionarme, donde Celia Cruz, sin guardaespaldas, sin rimbombancia, sin espectáculo, sin estar filmando un reality show, detrás de las cercas de la Base Naval de Guantánamo, con una sencillez y humildad impresionante, con sus manos y en un vasito plástico, recoge tierra de Cuba, de su Cuba, de la Cuba a donde nunca la dejaron regresar, sin ser ella un político, menos un terrorista. Celia, de la que tampoco soy seguidor, murió en tierra extrañas, murió mirando a Cuba en un mapa, en una foto. No existe mayor acto de amor, ningún discurso, ni ninguna canción puede sustituir el que una mujer, ya no joven, se arrodille y únicamente con sus manos recoja un poco de la tierra del país donde nació. Eso sólo, sin conocer su historia artística la hace grande. Entonces, ¿Cómo entender que hoy artistas cubanos en Cuba, descaradamente autorizados por las autoridades de Cultura, den conciertos utilizando la música de Celia porque entre otras cosas no tienen nada que cantar? ¿Cómo entender que cantantes como Haila Ma. Mompie que, públicamente en la Plaza de la Revolución dedicara a Fidel unas palabras amorosas y lo fuera a abrazar y besar en la cara, hoy tenga VISA para viajar a Estados Unidos, celebrar aquí sus cumpleaños y llevarse de aquí los dólares que le permitirán vivir mejor que un médico y un maestro que sin comida, sin electricidad, sin combustible, hoy siguen trabajando en Cuba?

¿Cómo aceptar que Gente de Zona y todos sus reparteros seguidores digan que no son políticos, que no conocen la realidad cubana, que no están preparados para responder preguntas sobre Cuba? Que a los artistas no hay que pedirle que se comprometan con nada y nadie, porque son artistas. ¿Como entender que se siga aceptando que algunos de estos culturosos, sean sólo eso, culturosos y esto los salve para vivir como “Carmelina,” disfrutando de los beneficios de dos sistemas antagónicos y dos gobiernos declarados enemigos, cuando en Cuba hay artistas presos, olvidados, apartados, que no tienen acceso a los escenarios, véase el caso del poeta Pedro Luis Ferrer, ¿por sólo hablar sobre la realidad que vive su país? ¿Por qué Alexander puede comprarse una mansión en Siboney, zona vedada para el pueblo de Cuba desde hace 60 años y ser autorizado para importar en modernísimo auto que no se vende en Cuba, mientras que los cubanos que allí viven se están jamando el poste porque ya los cables se los comieron?, ¿Como entender que poseedores de la residencia americana, estén radicados en Estados Unidos y paralelamente mantengan hoy relaciones personales de amistad íntima con los descendientes de las familias cubanas y con entidades de gobierno, que hoy disfrutan de haberse repartido Cuba?

Gente de Zona y toda su fama, no son Rolling Stone. Los Stone son británicos y una, sino la más famosa de todas las bandas de rock de la historia y así y todo Mick Jagger en español para ser entendido, frente a muchas más personas que las del último concierto de Gente de Zona en el “protestodromo” e imagino autoridades cubanas de gobierno, y sabiendo que sus millones no han dependido del mercado cubano, dijo que, ellos sabían que su música había sido prohibida en Cuba, pero que los tiempos estaban cambiando y entonces ellos estaban allí. Decencia, honestidad y compromiso que les ganó al día siguiente una Mesa Redonda, donde periodistas del gobierno clasificaron al concierto como subversivo.

Alexander, quien contó que su abuela cumplió años de cárcel como presa política en Cuba y Randy, quien también contó que su papá emigró a los Estados Unidos por estar en contra de la Revolución, no saben de política, no saben de la realidad de su país, se niegan a opinar sobre lo que está pasando escondidos detrás de su categoría de cantantes, cuando incluso su más ferviente apoyo, Marc Anthony, es libre para expresar criticas fuertes sobre la situación política de su Puerto Rico. 
Alexander y Randy se autonombran únicamente pacifistas y esto me parece otro de los inmensos descaros. Alexander y Randy y muchos de los otros reparteros, temen a los micrófonos, escapan de entrevistas sencillamente porque tienen miedo al compromiso y dicen, tratando de convencer a parte de sus fans que ellos sólo son músicos y su misión es poner a bailar a Cuba, por lo que no se les puede pedir tal radicalización. Según ellos mismos el cubano sufre y entonces ellos, con su música pretenden curar dicho sufrimiento. Buena medicina.

Sabrán los Gente de Zona que, por ejemplo, Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat, por sólo citar dos nombres, infinita y más infinitamente mejores músicos y cantantes que ellos, tuvieron que vivir muchos años en el exilio por sus ideas políticas y utilizaron únicamente sus canciones y vidas como armas para movilizar a sus seguidores sobre causas justas. Sabrán Gente de Zona y los reparteros cubanos que Oscar de León, uno de los soneros más grandes de la historia, recibió repudios y sus discos fueron quemados en las calles de Miami por únicamente haber cantado en la Cuba de Fidel y rendir homenaje al mayor, al grande Benny Moré.  ¿Como aceptar que Alexander de Gente de Zona aterrizando en el aeropuerto de Miami diga a un periodista que él no conoce que existen artistas y cantantes cubanos en el exilio? Yo a veces no entiendo. ¿Cómo se le puede reconocer el estatus de residente y quizás mañana el de ciudadanos de este país a algunos que piensan, viven y actúan de tal forma?, ¿Para eso sirve la democracia y libertad de expresión? Buena mierda.

Entonces los artistas, no sólo deben formar parte, sino tomar parte. Es cierto el miedo existe, yo también tengo miedo, pero he tenido que aprender a luchar contra él y a vencerlo. Es cierto puede haber consecuencias, pero las consecuencias existen para todos por igual y hay que estar dispuestos a cargar con ellas por defender nuestras ideas. Si quieres comer pescado tienes que mojarte el culo. Por supuesto es mucho más fácil tener muchos dólares y comprar el pescado ya limpio y cortado en una famosa pescadería. Así quieren vivir los integrantes de Gente de Zona y algunos de sus reparteros acompañantes. Así pretenden que el pueblo de Cuba que está jodido, tanto aquí afuera como allá adentro, los entiendan y quieran.

Alexander, Randy y reparteros acompañantes, los músicos, los cantantes de pueblo, y más, los cantantes que han sido repudiados, desconocidos, apartados en Cuba como han sido todos ustedes, aunque hoy sean millonarios, se deben a ese país, a ese pueblo que tanto, demagógicamente, dicen querer.

Recuerdo que cuando trabajaba en el Museo de la Ciudad en La Habana, un día tuve un emocionante y fuerte debate con Eusebio Leal sobre la verdadera historia del que todos en Cuba conocemos como Pepe Antonio, el Héroe de Guanabacoa. Yo llevaba varios años investigando sobre la dominación británica en La Habana y trataba de organizar la historia. Yo era joven.

Entonces al demostrarle a Leal que la historia de Pepe Antonio estaba inventada y sobre valorada, porque la realidad de su participación en la defensa de La Habana era otra, mucho menor que lo que la historiografía nacionalista recogía, Leal, sin argumentos reales para demostrarme lo contrario, me dijo, para salir de mí presión, que yo era un historiador radical, a lo que yo respondí que no, que en realidad estaba tratando de contar la verdad y poner a cada cual en su lugar, aunque era consciente de que esto podría traer consecuencias.

Ahora es lo mismo, puedo seguir siendo un radical, aunque ya no joven. No estoy tratando de dividir a los cubanos, los cubanos estamos divididos desde hace muchos años. Estoy tratando, como Silvio Rodríguez, de ser coherente. No se le puede faltar tanto el respeto a los cubanos de ambas orillas del Estrecho de la Florida. Alexander, Randy, reparteros, músicos urbanos, aprendan, en realidad no se puede estar al mismo tiempo de acuerdo con Dios y con el Diablo. Nadie les está pidiendo que se postulen a políticos en ninguno de los dos países, sólo, incluso los fans más descerebrados les están pidiendo que respondan a una simple pregunta: ¿Qué piensan de la realidad que hoy vive Cuba?

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