jueves, 30 de julio de 2020

No siempre hay que hablar de política, podemos hablar de arquitectura.

No siempre hay que hablar de política, tal como si fuera nuestro contenido de trabajo. A veces es bueno separarse un poco y dejar que los profesionales realicen su función. Pienso que nosotros, los cubanos, hemos estado muy politizados, incluso desde la propia infancia, a favor o en contra, de determinada posición política-ideológica, tanto, que no entendemos e incluso vemos mal a las personas que nada tienen que ver, que nada tienen que aportar, que no conocen y poco participan en esa esfera de la vida. Para muchos de nosotros es una ley. Existes, entonces tienes que ser político.

Hoy escribiré sobre arquitectura y arte, tema para refrescar a amigos y enemigos. La arquitectura es un tema recurrente en mí. Creo que, de no haber sido por las matemáticas, los cálculos, las físicas, etc., materias que no me gustan mucho, podía haber estudiado esa especialidad en la universidad. Me gusta diseñar, como disfruto el construir cosas con mis manos, todavía conservo el método de con un lápiz y un papel pintar algo antes de hacerlo. Disfruto medir, dibujar, evaluar variantes lógicas y prácticas. Sigo disfrutando en enterarme de cómo se puedo construir algo, sobre todo en la antigüedad. Admiro, con mirada aguda, lo que me rodea, sigo siendo capaz de motivarme frente a una piedra o un pedazo de madera tallado por la mano del hombre. Soy menos dado a los plásticos y los diseños modernos, muchos no me impresionan, pero descubro en cada ladrillo, en cada pedazo de hierro conformado, algo lindo e interesante.

Luego tuve la gran oportunidad de vivir con dos arquitectas, Lourdes y Baby, mis dos cuñadas, por lo que parte de mi vida ha estado marcada por líneas, colores, concreto, tuberías, paredes, muros, etc. He compartido muchas jornadas de trabajo con esas personas, que me han aportado toda la teoría, más su experiencia para construir algo. Resultado, hoy, gracias a eso y un poquito de mi interés, puedo nombrarme un buen constructor. He logrado durante todos estos años de trabajo, crear un método, ese de dibujar, medir, observar la lógica y práctica, consultar y compartir ideas en equipos, antes, siempre antes, de hacer algo. Me asiste, además, hoy, cosa que antes no tenía mucho, la paciencia, la perseverancia, la constancia, representativa de los asiáticos, para no desesperarme, para no tratar de correr, para lograr dedicar horas y horas de estudio sobre cualquier cosa, que luego pretendo hacer con las manos. Como me gusta compartir y trabajar en equipo, entonces me gusta enseñar a los que me rodean, siento placer, y por qué no cierto orgullo, con conocer lo que conozco y pasarlo a otras personas. En líneas generales cuando cojo el martillo, el serrucho, el taladro, la cuchara de albañil, ya tengo el proceso hecho total en mi cabeza, poco de inesperado, aparece.

Me crie en una casa donde el trabajo con las manos era, no sólo necesario, sino bien visto, valorado, compartido y exigido. Aunque todos los que me rodeaban eran personas dedicadas profesionalmente a las letras, profesores, investigadores, escritores, paralelamente todos, mi abuelo, mi tío, mi padre, habían logrado manejar bien los oficios, entonces los hijos crecimos trabajando, ayudando, a veces voluntariamente, otras obligados, a lo mismo levantar paredes, hacer muebles, pintar, fundir concreto en una placa, que, dedicando horas a la mecánica, plomería, electricidad, etc. Tengo un hermano que es un genio trabajando con las manos.

Nadie sabe cuál es el futuro que le espera, los viejos dicen que aprender no ocupa espacio. Yo, el estudioso, el trabajador en oficinas, nunca pude imaginar que trabajaría 5 años como mantenimiento en un residencial de apartamentos cuando llegué a Lincoln, Nebraska. Recuerdo que, en mi primera entrevista con la manager regional para el contrato, donde mi curriculum cubano y dominicano no servía para nada, le dije: _ “Mira, puede ser que algunas palabras no las entienda, puede ser que algunos nombres en inglés sean diferentes que en español, pero todo lo que tú necesitas, yo lo puedo hacer como un profesional. Ella me miró, me imagino pensó, pero este tipo está loco o está muy confiado y me dijo: _ “Estas contratado, comienzas el lunes” No es por alardear, trabajé como un mulo, pero no vine a aprender a Estados Unidos, por el contrario, algo enseñé a mis compañeros de trabajo y al cabo de 5 años, cuando me fui, ella, la manager regional, me agradeció por mi muy buen trabajo. Aprender no ocupa espacio, lo que bien se aprende, no se olvida.

Luego estudié historia como carrera y eso me llevó al contacto teórico con las artes, sobre todo la pintura, la escultura y la arquitectura. Soy amante de esa parte de la historia del hombre. Mi trabajo durante años en el Museo de la Ciudad de La Habana me convirtió en un caminante de La Habana Vieja, calles por calles, plazas por plazas, fortalezas militares, antiguos palacetes y casas, muchas de ellas hoy convertidas en solares o ciudadelas. Trabajé mucho, impulsado por el amor a la historia de Cuba. No conozco el mundo español latinoamericano, sólo he vivido en República Dominicana y cuatro días en la capital de México, donde a pesar del esfuerzo de mi amiga Normita por enseñarme, caminando y caminando, sólo pude ver muy poquito, no obstante, puedo decir que la belleza que se encuentra en las ciudades cubanas, especialmente en la hoy Ciudad de la Habana, es difícil de superar.

Claro, la idea puede estar avalada por lo que significó Cuba para España, por esos más de 400 años de presencia española en la isla caribeña. Luego el rápido desarrollo de la Cuba republicana que, sin dejar de ser cubano, miró a “nuestro” vecino más cercano, la abundancia económica, la riqueza en las artes, los oficios, etc. Hablando de La Habana, que es lo que más conozco, es única la presencia, como protección, de cinco fortalezas militares que custodian la entrada de la bahía, los palacios, los palacetes, los patios coloniales, los portales y sus columnas, las plazas, los balcones, los trabajos de herrería, los mármoles, la madera tallada, los vitrales, el túnel de la bahía, las iglesias y monasterios, el Capitolio, etc.

Todavía hoy, caminando y caminando, a pesar de todo, se puede ver el esplendor, se puede calcular el dinero, pero, sobre todo, el gusto, por el diseño y la buena construcción. Todavía hoy, se puede conocer quiénes fueron los que construyeron, por aquellas placas tradicionales con el nombre de la pareja arquitecto e ingeniero, que construyó tal o más cuál edificio. La arquitectura competía dentro de ella, cada edificio, además de mejor y más moderno, llevaba el símbolo de sus técnicos y constructores. La Habana moderna nos dejó el Hotel Nacional, el Focsa, el Habana Libre, todos símbolos de la arquitectura. La Habana moderna nos dejó el Malecón y la 5ta Avenida.

Luego del triunfo de la revolución, lo primero que paso fue que los arquitectos perdieron nombres, la arquitectura se convirtió en anónima, no se le puede seguir el rastro a una escuela, a una técnica, a una forma de hacer. Después del triunfo de la revolución se hizo más famosa la Primer Teniente del Ejército Rebelde Pastorita Núñez, como diseñadora de edificios y repartos, que cualquier graduado de la escuela de arquitectura.

Después del 59, no son muchas las obras a reconocer, claro, todo, en comparación con lo que ya existía. Creo que de lo más destacado como proyectos completos está la heladería Coppelia y el Instituto Superior de Arte, ISA. El gobierno se concentró más en la arquitectura rural, a hacer escuelas en las ciudades y campos, algunos hospitales, donde prima la economía, algunas que otras plazas y parques con diseños muy sencillos, a la utilización de materiales prefabricados, con los que poco se puede diseñar. No ha sido la revolución en estas seis décadas, representativa de la buena, moderna y linda construcción. Muchos arquitectos ya no están, la muerte o el exilio se los llevó. Muchos arquitectos aún quedan, amarrados a la economía, la insuficiencia, el ahorro, el tener que hacer más con menos. Muchos arquitectos están empleados en convertir antiguos almacenes, antiguas posadas en edificios de apartamentos. Muchos aún tienen que trabajar con aquellos prefabricados rígidos o aquel sistema Sandino, pocos prestados para la creación divina, más típicos para su uso en almacenes, refugios, muros, etc.

Desde el punto de vista urbanístico, sin ser yo un experto en el tema, sólo como simple observador, el resultado ha sido desastroso. La mejor muestra del desastre es la zona del este de la ciudad, conocida como Alamar, donde lo que está hecho es tan horrible, ya no sólo en estética, sino en técnica, que recuerdo que el gobierno cubano contrató a dos super expertos urbanistas españoles, por aquella explicación de darle más valor a los extranjeros que a los nacionales, tal como si en Cuba no hubiera arquitectos, y aquellos expertos, después de semanas de trabajo, concluyeron frente a las cámaras de la televisión que lo que estaba hecho no tenía arreglo, desde el punto de vista urbanístico eran tanto los errores que no se podía hacer nada, había que demoler, que ellos, dejarían un paquete de recomendaciones para tratar de que lo nuevo que se hiciera, cumpliera, por lo menos, con los parámetros mínimos internacionales a la hora de construir zonas habitables para humanos.

En cada esquina donde había un solar vacío, donde se derrumbó un edificio antiguo, el gobierno, construyó un edificio. Cubos, mal hechos, feos, mal diseñados y mal construidos, bajo aquellos criterios de los revolucionarios jefes desconocedores, de “resolver problemas”, creando otros miles de problemas, que son siempre impuestos a los técnicos. Desapareciendo la belleza, el estilo, la escuela, pero además desapareciendo la lógica y el buen funcionamiento, los arquitectos han tenido que diseñar y asesorar la construcción teniendo solo un tipo de pared prefabricada, un tipo de ventana, un tipo de techo prefabricado, un tipo de puerta, etc., y luego tener que luchar con constructores, cuya primera misión, antes de la de construir es robarse los materiales, la madera, los clavos, la pintura para sobre esas cosas “estatales” vivir.

De la reconstrucción y mantenimiento, no se puede hablar mucho. Las construcciones hoy que sobreviven, lo hacen porque fueron bien construidas. Los edificios antiguos se están derrumbando todos los días, las personas que viven dentro de ellos, rezan porque no llueva, porque no truene, porque no entre un ciclón, porque cualquiera de estos efectos climáticos, puede no sólo destruir sus viviendas, sino acabar con sus vidas.

La necesidad de viviendas en una población que en 1959 era poco más de 6 millones y hoy, a pesar de los que se han ido, suman más de 11 millones a agravado el asunto arquitectónico, porque cada cual ha salido a resolver, “construir” para resolver su propia necesidad. Hoy dentro de cualquiera de aquellos palacetes de la época colonial o republicana, viven decenas de familias, con centenares de personas, cada una de ellas ha levantado pareces, tumbado paredes, cambiado escaleras, construido en azoteas, abierto huecos, construido pisos extra dentro de los pisos. Aparecen como nunca los barrios de “llega y pon”, o sea, personas que han construido sin asesoría, sin proyectos, sin arquitectos, sin urbanización, con ladrillos, bloques, maderas, latas, lonas, lo que llamaríamos casas para vivir. No hay que caminar mucho, en la Ciudad de la Habana, en el Vedado y Nuevo Vedado, cuando se sale de las cuatro calles principales están llenos de este tipo de construcciones y modo de vida. Aglomeraciones sin agua potable, sin alcantarillado, sin aceras, casas amontonadas una arriba de otra, sin electricidad o por lo menos electricidad oficial.

Entonces, todo este escrito es porque me he encontrado una foto, que para mí es el mejor ejemplo de lo que ha pasado. Es el mejor ejemplo de una revolución y luego un gobierno entretenido u ocupado en otras cosas, donde la vivienda y la arquitectura, quedaron atrás.

Siempre he escuchado, que al gobierno revolucionario y su figura única y principal, no le gustaba los arquitectos. ¿Para qué eran necesarios, si él mismo podía diseñar, junto a Pastorita, todo lo que se requiriera?, ¿Para qué saber de piscina o presas, si al final eran huecos para almacenar agua?, ¿Para qué saber de aceras, parques, parqueos, zonas verdes, si lo que se necesitaba era almacenar personas?

No le gustaban los arquitectos porque, primero, para el revolucionario necesario, ellos no cumplían con los requisitos. Los arquitectos eran dados al color, al diseño, a las formas, las curvas y los arcos, eran un grupo de intelectuales confundidos vinculados al arte y la revolución no necesitaba artistas. Los arquitectos eran muchos “flojos” y al considerarse estudiosos de carreras “élites”, pues siempre eran conflictivos, si se les comparaba con los ingenieros mecánicos, los eléctricos, etc. Los arquitectos, con sus diseños y colores podían transmitir mensajes diferentes, cuando el mensaje era uno y único. Los arquitectos se empeñaba en mantener normas, cuando lo importante era ahorrar y construir rápido, por lo que donde se necesitaba 4 cabillas era posible dejar 2, donde se necesitaba 10 sacos de cemento se podía lograr con 6, donde había que tener tiempo para construir e inaugurar, se podía hacer para mañana por la mañana, porque el objetivo era regalárselo al amigo” por el día de su cumpleaños, si luego la placa cedía, se hacia una curva hacia abajo, se rajaba o filtraba, siempre se podría encontrar otras soluciones. No conozco, creo no existe, una construcción hecha por la revolución que no se filtre.

La revolución, el gobierno, los revolucionarios e incluso los primero revolucionarios que arquitectos o constructores, se dedicaron a hacer política, a dar discursos, a desarrollar la propaganda demagógica, a tratar de hacer ver lo que no existía, a tratar de que se imaginara y diera por cierto un futuro inalcanzable. No sólo la arquitectura nueva, sino la que ya existía sufrió. Todo, casi todo, se ha deteriorado a favor de la ideología.

Hoy se construyen edificios, en realidad hoteles, diseñados por arquitectos extranjeros e increíblemente construidos por constructores extranjeros, cristales y luces, rodeados de edificios de más de 100 años, apuntalados, rajados, cayéndose por parte. Hoy verdaderas ruinas de lo que fue un pasado glorioso. Hoy, también en este aspecto, se sigue jugando al rico y el pobre, se sigue apelando a la idea de lo extranjero y para el extranjero primero, frente a nacionales asustados noche por noche, por no saber cuándo les va a caer el techo arriba.

La foto es para mí genial, porque en silencio, como todas las fotos, logra captar esa relación desastrosa que ha ocurrido entre ideología y bienestar. La foto narra una historia, quizás de una familia “revolucionaria” incluso, a la que estos 60 años le ha pasado por arriba, dejándola con menos de lo que tenía, pero que trata de sobrevivir a base de ideología.

La imagen habla por sí sola, no hace falta que yo me desgaste en describirla. Es poderosa en explicar lo que pasó y pasa, pero lo más jodido es que, para los que hemos caminado un poquito por Cuba, no es exclusiva, no es única, es, por el contrario, lo que hoy, lamentablemente, abunda.

Si estuviéramos hablando de un set de películas, podríamos decir que está bien logrado, sería un buen montaje para filmar un guion sobre destrucción, sobre pobreza, sobre zombies o fantasmas, pero no es un set, menos una irrealidad. Es, para muchos, una realidad diaria. Significa la imposibilidad, no sólo de aspirar o tener algo nuevo, bonito, bien hecho, sino de mantener lo que se logró o se tuvo. Creo haber leído que sólo Alemania Democrática logró resolver por vías socialistas el problema de la vivienda como necesidad ciudadana, para Cuba eso fue sólo un sueño o palabra dentro de un discurso.

Planes y planes constructivos, cada uno más loco que el anterior, obras multimillonarias, imaginar, por sólo mencionar una, la Central y la Ciudad Nuclear de Juraguá en Cienfuegos, sueño nuclear al estilo soviético de Fidel Castro que, no solo jamás funcionó, sino que hoy es una ruina de concreto y hierro, en contraposición a la posibilidad, no de construir, sino de mantener lo que está construido. Dicen los viejos de Víbora Park, que muchos de los vecinos allí pintaban sus casas todos los años, luego los mismos vecinos, que aún viven, asisten a la imposibilidad de pintar por más de 20, 30 años.

Ahora, la foto podría tener otro mensaje al primero interpretado por mí aquí. La foto podría ser toda una enorme ironía diseñada por alguien que a gritos está diciendo: _ “mira, estamos celebrando el cumple de Fidel, lo que en Cuba siempre fue algo político-ideológico, en medio de esta destrucción que nos ha dejado” La imagen podría ser no de un partidario, sino de un contrincante, que está tratando de llamar la atención sobre lo que ha significado ese tipo de celebraciones. Pudiera ser una gran ironía o sarcasmo. Podría ser incluso una burla.

De cualquier forma, la casa, que antes fue linda, quizás el orgullo de sus habitantes, quizás la mejor de su cuadra, hoy, al paso del tiempo unidireccional bajo la misma forma de gobierno, es una ruina. Quizás como ruina esté representando todo lo que ha acorrido.

No siempre hay que hablar de política, también podemos hablar de algo tan técnico, pero bello, como la arquitectura.


viernes, 24 de julio de 2020

Los jefes de hoy se están robando a los cubanos.

Escribir sobre la realidad de Cuba hoy siempre es doloroso. No es lo mismo, mientras se vive allí, por lo menos el acto de criticar, gritar, discutir, está avalado por la idea de: _” coño, lo estoy sufriendo, por lo menos eso me da ese derecho”. Cuando se escribe sobre Cuba desde afuera, aunque pueda parecer más fácil, el dolor se multiplica, porque no se vive cómo se está viviendo allí, no se puede olvidar a los que allí aún están, a gusto o no, luchando contra lo absurdo y, sobre todo, existe un sentimiento de, quizás culpabilidad o impotencia, que te imposibilita resolver o desconectarte de una vez y para todas de todo y de todos. OJO. A mi entender no estamos hablando de arreglar algo torcido, algo que quedó mal, algo que puede ser modificado en poco tiempo con algunos arreglitos, con pocos recursos y pocos riesgos, estamos hablando de la necesidad de replantearse todos y cada uno de los pasos y procesos que ocurren en la vida de ese país y sus personas a nivel político, económico, religioso, social, etc. Creo que, lo que puede ser lamentable, no existe otra forma. Cuba no está para reparar, Cuba está para reparir.

Estoy consciente, no existen los cambios que traigan sólo buenas cosas, no existe una acción que no tenga riesgo, no existe el “éxito sin el dolor”, por lo que es entendible y conocido que, frente a cualquier movimiento social, como no es un acto de magia, existirán cosas que cambiaran para bien y otras que afectaran a una parte y tendrán que ser revisadas, corregidas, cambiadas con el paso del tiempo e incluso otras que aparecerán nuevas de las que nadie, ni los más genios podían imaginar o prever.

Ninguna sociedad es perfecta, no existe ese país ideal, no existe la posibilidad de crear algo “con todos y para el bien de todos” desde la primera vez, sin errores, sin trabas, sin cosas a probar y luego cambiar. Los países que hoy nos deslumbran tienen, muchos de ellos, 5, 10, 15 siglos de pruebas. Una vez leí un libro de un profesor cubano autorizado, con el que se puede estar de acuerdo o no, que aseguraba toda una teoría sobre que lo que viajó a lo que luego se llamó América en español, no eran los viejos sustentos del feudalismo, sino los gérmenes de ese sistema nuevo sustituto que hoy conocemos como capitalismo y estamos hablando de finales del siglo XV. 

Habría que haber visto a Martí, el más que conocido autor de esta linda idea que, al menos teóricamente trata de anunciar la incorporación de todas las fuerzas políticas y económicas, todos los colores, todos los sexos y edades, etc., participando en lo que fue la creación de la República de Cuba a partir de 1902 y tener que enfrentar todos los problemas generados en una colonia española por más de 400 años, que decidía caminar sola e independiente. La idea es linda para medio interpretar el pensamiento martiano como máxima civil para vivir, pero estoy seguro de que no hubiera sido tan fácil llevarla a la práctica ni por el mismísimo Apóstol. Martí, por cierto, interesado primero en la independencia, sólo nos dejó la idea linda, pero jamás describió los pasos en un plan coherente a lograr en un tiempo determinado. La muerte, muchas veces productiva, lo salvó para la historia.

Siendo sincero, me resulta más fácil hablar, intercambiar e incluso discutir con cualquier que esté fuera de Cuba y defienda cualquier idea, sin embargo, ese sentimiento, en mi caso, cambia cuando mi interlocutor está en la isla, incluso cuando desde posiciones sinceras, ingenuas, intelectuales o intelectualoides, obstinadas o hipócritas defiende absurdamente día a día, todo lo que día a día se inventa. Viví en Cuba muchos años, tanto para conocer cada una de las conductas que existieron y existen. Conozco lo que significa vivir en una casa “vigilada”, trabajar en un lugar bajo la mirada del “Gran Hermano”, decir sin decir, criticar por no reventar con esa crítica disfrazada de construcción, etc. Conozco aquello de sobrevivir a cualquier costo, mantenerse y obtener, aunque sea un mínimo beneficio, tratar de salvar y proteger a la familia, etc. Todo lo que hace que culpar a los cubanos “de adentro”, sea extremadamente fácil, sobre todo, por los “cubanos de afuera”.

A pesar de mi memoria y estudio sobre Cuba, no me siento capaz de definir el momento exacto del comienzo del desastre irreversible. Es cierto, desde los primeros momentos, se puede recolectar información de caprichos, oportunismos, mentiras, jugadas sucias, pero en medio de todo aquello, a mi entender, el pueblo cubano, el que a partir de 1959 no fue ejemplo de bonanzas materiales, como autos, casas, equipos electrodomésticos, ropas de lujo, negocios privados florecientes y estables, dinero en bancos, etc., disfrutó de algo muy importante como la esperanza en que el futuro existiría mejor. Esa esperanza, o quizás ilusión irreal, pero ilusión, incorporó y movilizó a millones, encargados luego de motivar y movilizar a otros millones. Nuestros abuelos y padres participaron, pero además participaron efusivamente y primero con su ejemplo y efusividad, trataron de convencernos a nosotros. Mi padre, santiaguero, tintorero, se hizo universitario en La Habana. A la familia de mi amigo Ruso, orientales de Oriente, le dieron, si le dieron, una casa de dos plantas más garaje cerrado y una piscina en el Reparto Apolo por aquellos años, hoy Víbora Park. A la muchacha a la que los revolucionarios le arrancaron un brazo con un petardo, luego la revolución la envió a Alemania Democrática a operarse.

No es de negar, siempre hubo división, siempre hubo diferencias, siempre hubo cabronadas. Muy rápido los jefes se mudaron para Miramar y Siboney, lugares muy diferentes a la Habana Vieja, Párraga, Mantilla, San Miguel del Padrón u otro cualquier pueblo del interior del país. Muy rápido se construyeron sus propios hospitales, diferentes al Calixto García, La Dependiente, Hijas de Galicia, etc. Muy rápido fueron obteniendo privilegios y entonces unos puestos tuvieron más ventajas que otros, unos apellidos fueron más famosos que otros. Se fue armando la Corte, el señor feudal al mismo tiempo que repartía títulos nobiliarios a cambio de apoyo incondicional, fue sacando del saco a “aquellas papas podridas”. Dentro de aquella idea de igualdad y beneficios para todos, se construyeron sus propias playas, sus propias casas de descanso, escogieron sus propios autos, los lugares donde querían viajar e incluso se rifaban entre ellos mismos a sus propias jóvenes parejas, diferente todo esto a las playas de Guanabo, Marianao, que visitaba el pueblo, a las guaguas destinadas para el uso popular, etc. Visto desde hoy, el proceso desde sus comienzos nunca fue limpio, nunca fue transparente, nunca fue tan lindo, dulce y bondadoso como se quizo hacer ver. Al mismo momento que las cosas dejaban de funcionar, la propaganda ideológica “equilibraba” el faltante. Mientras menos realidad diaria, más propaganda a fututo.

No obstante, durante todos aquellos años, cierto, apoyados o mejor, subvencionados por el llamado Campo Socialista y la URSS, los cubanos vivíamos con alguna esperanza. “Estudia y tendrás un buen trabajo, mejor remunerado”, “Hazte de un título universitario y luego de una maestría y luego de un doctorado, aprende un idioma extranjero y serás reconocido”, Aspira a una beca en el exterior y vendrás con un buen título”, Veta a una micro brigada y a las dos años tendrás tu propio apartamento”, “Trabaja, esfuérzate y te darán un televisor, una lavadora, un carro”, eran de aquellas frases que, imagino que los que tienen más o menos mi edad, recuerden se escuchaban con frecuencia. Visto desde hoy, el modelo era fatal, se hizo al hombre depender del gobierno, se le cortó las alas a la propia inspiración, pero para muchos funcionó. Creo que muchos llegaron a creer de verdad que la religión y la homosexualidad eran malas. Muchos culparon a la música en inglés, a los pelos largos, a los pantalones apretados como fuerzas del mal. Muchos hablaban de patria, de patriotismo, pintaron una raya amarilla y dividieron a los cubanos en dos grandes bandos pensando en que eso era lo que había que hacer para estar mejor.

¿No sé cuándo fue que todo se jodió totalmente? Si, es cierto, venía jodido, venía escondido, se veía venir, pero cuándo, qué día, a qué hora, es difícil, al menos para mí, definir.

Lo cierto que un buen día el gobierno dejó de gobernar, dejó de pensar en todos, dejó de tratar y se convirtió en un grupo de viejos rodeando un caldero, echando huesos, pedazos de piedras, manzanas podridas, tal como la bruja de Blanca Nieves, tratando de que la magia desde el mal funcionara para el bien y, sobre todo, olvidando todo, permanecer en el poder.


A partir de ahí, cada medida es peor, cada paso es más absurdo, menos coherente. A partir de ahí los buenos pararon en malos, en inservibles, y los malos capitalistas, imperialistas, gusanos e incluso los “escorias” reaparecieron y compraron el país. Se les construyó tiendas, se les construyó hoteles, se les reabrió el país, restaurantes, bares, destinos turísticos, mientras los buenos, los que trabajaron, los que confiaron, los que permanecieron, se miraban asombrados sin poder participar, menos disfrutar.

Como en la canción infantil de María elena Walsh, la brujería del “Brujito de Gulugú”, con miles de justificaciones, incluso con caras de dolor puestas frente a las cámaras, hizo a los cubanos prostituirse. Puso a los cubanos a “jinetear”. Los profesores abandonaron las aulas, fueron a parar al turismo. Los abogados y arquitectos abandonaron sus oficinas, fueron a trabajar como maleteros, y porteros en los hoteles, taxistas en las ciudades nocturnas. Los médicos abandonaron sus consultas y fueron a parar detrás de mostradores en los agros mercados. Las madres comenzaron a homenajear a sus hijas por “encontrarse” con un novio italiano, español, mexicano. Los llamados revolucionarios comenzaron a desear, demandar, tener un familiar en el extranjero. Si, la brujería del Brujito de Gulugú, sus medidas locas y sobre todo, antipopulares, prostituyeron al pueblo de Cuba. Si, nos puso a mendigar, nos puso a caerle atrás a los extranjeros y a su moneda, nos puso a desear tener un tío en Miami, nos puso a irnos, no a Estados Unidos, sino a Haití, a Perú, a Mozambique. Nos puso a preferir ser trabajador de una fábrica en Hong Kong a ser médico en La Habana, a preferir ser custodio de un bar en Moscú a ser ingeniero en una fábrica cubana, a casarnos con una vieja canadiense contemporánea con nuestra abuela, para entonces poder regresar a “la isla bella” y ser no sólo mirado bien, sino admirado por todos, incluso por los que antes no nos querían, nos marginaban, nos rechazaban, nos llamaban escorias, gusanos, traidores, apátridas, mal paridos, hijos de putas, ladinos, vendidos.



Fidel, el más malo de los malos, murió tranquilo de muerte natural, murió cuando él quizo morirse, después de descojonar un país. Ese, de todos los que tuvo, reales e inventados,  es el mayor mérito que se llevó. Fidel encontró en 1959 con un país que funcionaba, con problemas, pero funcionaba, que comía, que vestía, que trabajaba, que exportaba e incluso tomaba ron y bailaba y a la vuelta de varias décadas bajo su estricto y monopólico, absoluto liderazgo y dirección, lo dejó metido en un hueco profundo, no sólo económico, sino moral, del que no se regresará jamás. Fidel murió y gracias a la vida, muchos de sus planes, dicen, se quedaron en ideas, porque hubiera sido peor y entonces lo sustituyó su hermano, Raúl, el tipo más gris, incapaz e impopular que ha tenido Cuba en estos últimos 60 años, que continuó con una sola misión, mantener los beneficios para su pequeño grupo de acólitos, militarizando al gobierno, poniendo a sus generales, no a los generales del país, sino a sus generales y familia frente a todo en Cuba y, a todo costo, "escapar" a la cubana, aunque para lograr eso tuviera que descojonar más el país de lo que ya lo había hecho su hermano, cosa difícil pero a la luz de los hechos, conseguible.

Raúl vengativo, indeseable, vulgar, se inventó una nueva estructura, esa de presidente, vicepresidente, primer ministro, nueva constitución, etc., bajo lo que ellos siguen llamando partido comunista, que ya tampoco se sabe de qué se trata, pero, que en realidad, realidad, de comunista tiene poco.

No sé cuándo comenzó la destrucción en caída libre. No sé cuándo se cayó en ese hueco oscuro, profundo, sin regreso. No sé cuáles son las próximas medidas para continuar el viaje hacia abajo. Lo que sí puedo asegurar es que el hueco no tiene fondo, los dirigentes engordan aceleradamente, las estructuras se destruyen, no sólo las físicas sino las personas pierden el impulso, nadie entiende mucho, los disgustos aumentan, los jóvenes, ahora con celulares e internet, sueñan más que nunca con emigrar. Hoy no sólo la idea del futuro y la esperanza, sino la de comer, se hace dolorosa.

Mas allá de las tiendas en dólares, abarrotadas de comida de un viernes para un lunes, con lo que el gobierno llama productos de “elite”, o sea, champú, queso, espaguetis, pasta de tomate, etc., que se van a vender en DOLARES AMERICANOS a un pueblo que sigue trabajando en pesos cubanos, más allá de la idea de que ahora los particulares, o sea, los cubanos que ha estado paralizados como simples espectadores, puedan exportar sus producciones artesanales medioevales a países altamente desarrollados, más allá de que las caras siguen siendo de melancolías y dolor y sobre todo, más que nunca se habla de pueblo, el pueblo, para el pueblo, etc., ya los brujos actuales frente al caldero en ebullición, no saben ni lo que van a tirar, ya no encuentran ni los pedazos de huesos, ni las manzanas podridas para preparar su mejunje. El Brujito de Gulugú, no les dejó las últimas fórmulas, sólo viejos discursos. Sus mágicas fórmulas se las llevó en su inigualable memoria. Los que hoy están frente al caldero, nerviosos, con miedo visible, no sólo siguen el viaje dentro del pozo profundo, sino que no satisfechos, continúan cavando hacia abajo para tener más espacio para la caída libre.

Caída libre al vacío dentro de un pozo oscuro sin fondo, debe de ser horrible. Debe ser de esas pesadillas de las que uno se despierta violentamente, sudado, con el corazón latiendo a 150 pulsaciones por minuto. Caída, no sólo libre, sino irreversible, que, si no fuera por lo peligrosas, arriesgadas, suicidas y, sobre todo, lastrante para millones de personas, podrían ser señaladas como una epopeya heroica.   

Los limones cubanos se pueden comprar en Montreal, Canadá, las langostas cubanas pueden comprarse en Cataluña, España, nada nuevo, eso pasa desde hace décadas. Se promocionan los maravillosos cayos del norte de Cuba y hoteles 6 estrellas para el turismo internacional, capitalista e imperialista. Se han puesto de moda los autos antiguos y aquellos lugares de la Cuba de antes del 59, los bares, los restaurantes, las putas y los chulos. Se sigue hablando de “logros” que ya no existen, que nadie ve, que nadie disfruta, incluyendo la potencia educacional, médica, deportiva, mientras un pomo de espárragos se vende a 68.10 dólares en esas tiendas recién inauguradas para parte de los cubanos, precisamente esa parte que tiene familia escoria en el exterior o que ha pasado la vida delinquiendo dentro de Cuba. Mientras el cubano “revolucionario”, trabajador, maestro, médico, constructor, chofer, sigue ganando 250 pesos cubanos al mes para “resolver” todos sus problemas, ese gobierno, esos brujos que ya ni de brujería saben, venden en dólares norteamericanos, un pomo de espárragos a 1702.50 pesos, si los dólares pudieran ser cambiados. Un cubano promedio tendría que trabajar casi 7 meses para acceder al pomo “élite”. La heladería Coppelia en el medio del Vedado, la más prestigiosa de toda Cuba, recién reabierta después de la tercera reparación capital, casi no tiene helados, paralelamente se reabre la heladería Bim Bom, donde dos bolitas de helados cuestan 13.00 CUC, o sea, 325.00 pesos cubanos.

A veces cuando hablo con los cubanos de adentro, yo siendo cubano de afuera, con dolor o preocupación, descubro que no sólo no entienden, ni pueden explicar, sino que no pueden estar de acuerdo, porque esas tiendas como ejemplo de últimas medidas económicas, las últimas después de las últimas que ya habían sido las últimas, anunciadas como salvadoras para 11 millones de cubanos, premian precisamente a una parte de cubanos, por demás minoría, mientras que la gran mayoría sigue olvidada. Cuba no es Ciudad de la Habana. El pueblo cubano todo no es aquel que tiene familia afuera. Varadero no es la playa de los cubanos. La Bodeguita del Medio no es el lugar donde se puede ir a celebrar un cumpleaños o un joven invitar su novia. Los cubanos no se pasean por las ciudades en convertibles rosados del año 56. Ni tan siquiera acceden a una cerveza fría de producción nacional, menos importada. ¿Dónde ha quedado aquellas ideas de igualdad que todavía hoy pregonan como domingueros guerreros adventistas?, ¿Dónde han quedado aquellas ideas de equilibrio que trataba de sustentar cada acción?, Peor, ¿dónde están aquellas nobles estrategias de proteger a los más desposeídos y los más necesitados, que ya existían antes del 59 y que increíble y paradójicamente, después de 60 años de trabajo, sacrificios, muertes, han aumentado?

¿Los del gobierno, son brutos o hijos de puta? Escoja usted la respuesta. Para mí, la salida es la misma. Si son brutos no deberían estar, no deberían dirigir, no deberían seguir lastrando a un pueblo con ideas de hace 50 años, no deberían seguir estimulando el odio entre los de afuera y los de adentro, no deberían seguir fajados con el único país, ya se ha probado con la mitad del mundo y no ha dado resultados, que puede contribuir a la recuperación y mejor, al desarrollo. Si son hijos de putas no deberían estar, no deberían insistir en fórmulas que tratan de hacer pasar como nuevas, pero que ya han sido probadas y probadas en diferentes momentos, sin resultados estables. ¿Dónde está el boniato? No deberían seguir tratando de engañar a todos. No deberían obligar más a la prostitución de los cubanos, prostitución inevitable al tener que “luchar” el dólar norteamericano para comprar lo que ellos han llamado productos de “élite”, o sea, un champú, un pedazo de queso, un paquete de espaguetis. Prostitución necesaria para conseguir lo que en otros lugares no existe, un poco de salsa de tomate, un jugo de mango. Prostitución que, en silencio, a la sombra, a escondidas, hace preguntar: ¿Mi dinero, mi trabajo, mi sacrificio, para qué sirve?; ¿Podré seguir motivando a mis hijos a que se queden, a que estudien y trabajen?; ¿Podré seguir enfrentando a los que viven o vienen de afuera y decirles que se equivocaron en tomar la decisión de marcharse un día?

Es difícil mirar a los jefes de hoy y compararlos con aquellos jóvenes rebeldes, con sus barbas largas, sus uniformes verde olivos, sus collares en el cuello, que, muchos semi analfabetos, ocuparon cargos motivados porque construirían una patria nueva. Es difícil hablar hoy de ingenuidad. Es difícil, porque ellos manejan, como mínimo, la misma información que yo desde mi computadora, creerles que están tratando de desarrollar un país “con todos y para el bien de todos”. 

Los de hoy, sin dejar de culpar a los antiguos, son todos unos delincuentes políticos, que nada tienen de comunistas, menos de marxistas. Los de hoy son una mafia apropiada del poder, que nada tienen ya de demócratas. Los de hoy no son defensores de otros que no sean ellos mismos, cosa que ratifica cada una de las malas medidas, mal tomadas, sobre las malas medidas que ya habían tomado.

Los de hoy son unos oportunistas de libro que, descaradamente ya, siguen hablando de pueblo, de socialismo, cuando los caminos para ellos son diferentes. Los de hoy, como nunca, son los responsables conscientes de la enorme corrupción, robo, tráfico de influencia, por no decir de otras cosas, que se vive dentro de Cuba.

Los de hoy, no deberían estar, sólo por la razón de que se están robando, ya no lo poco que queda, sino porque se están robando a los cubanos.

lunes, 20 de julio de 2020

Solo para cubanos mayores de edad.


Sólo para cubanos es el título que se me ocurre para esto, aunque en realidad debería decir sólo para una parte de los cubanos, los más jóvenes de hoy, no deben conocer mucho, más allá de escuchar los cuentos distorsionados por el paso del tiempo y para los extranjeros debe ser muy difícil conocer y más difícil entender.

Hace 31 años ya, por estos meses, los cubanos un día amanecimos y luego vivimos varias semanas con lo que por primera vez veíamos públicamente. Un grupo de hombres revolucionarios, importantes, guerrilleros, combatientes, héroes, que, hasta aquellos momentos, en realidad desconocidos para muchos, habían sido valorado, queridos, homenajeados por la alta cúpula de gobierno, dígase el propio Fidel Castro, eran acusados y enjuiciados rápidamente por delitos graves, tales como: narcotráfico, posible sedición, enriquecimiento, tráfico se marfiles, colección de armas, todo esto como daño directo a la revolución y sobre todo y más importante que todo, daño a la figura del “invicto”.

La información sobre esos sucesos es todavía hoy muy limitada y segmentada. La mayor parte de ella es la que el gobierno oficialmente suministró, a partir de partes de videos de los juicios y la que circuló a través de la presa escrita monopolio del gobierno, más la versión de varias horas, prologo, introducción, desarrollo y conclusiones, que el propio líder histórico diera al contar la historia, por lo que todavía hoy me resulta difícil conocer y poder evaluar, lo que realmente ocurrió.

Creo que a todos los cubanos que fueron testigos de aquellos momentos y hechos, les deba pasar lo mismo. Los sancionados a largas condenas de prisión o a fusilamientos y sus familiares, sus, hasta aquellos momentos, grandes amigos, sancionados o no, apartados luego o no, en sentido general hasta hoy, han hecho mutis total. Son hechos que ocurrieron, todos los que los vivimos tenemos nuestras versiones, pero de eso oficialmente no se habla, tal como si nunca hubieran sucedido. Quizás algún día aparezca la información oficial, según dicen, todo está filmado, imagino fotografiado y escrito, hasta los últimos detalles. Es de imaginar que todo ese material esté a muy buen recaudo, escondido en algunos de esos lugares escondidos, que muy pocas personas conocen y tienen acceso en Cuba.

Una parte de nosotros, hablamos de los sucesos, quizás ahora magnificando a muchos de aquellos personajes, cada uno de nosotros trata de aportar lo que sabe, lo que le contaron o imagina. Cada uno de nosotros ha puesto su parte del cuento, tratando de, por un lado, escudriñar la verdad dentro de lo que se dice y luego evaluar si el desenlace ocurrido, fusilamiento de algunos, más largas condenas para otros, fue lo justo y no una maniobra desde el poder, para el poder.

Parece que fue ayer, sin embargo, se trata de una historia ocurrida en 1989. De ella no escribiré, es conocida en sentido general, los materiales que existen públicos pueden ser consultados en internet, Youtube, etc. No tengo la información completa y entonces el tratar de resumirla o contarla, aunque sea cronológicamente, me resulta imposible.

Lo cierto es que el 13 de junio de 1989, amanecimos en Cuba con uno suceso nunca antes visto, donde altos oficiales del Ministerio de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, algunos más conocidos que otros, algunos convertidos en leyendas por, sobre todo, sus actuaciones fuera de Cuba en campañas militares y misiones secretas asignadas por el alto mando de la revolución, dígase personalmente Fidel, fueron detenidos y acusados de traición. A partir de ahí se realizaron juicios, parte de ellos puestos en la TV y en 13 de julio, a sólo un mes de las detenciones iniciales, fueron algunos sancionados a largas condenas de privación de libertades y cuatro de ellos, dos de la FAR y dos del MININT, fueron fusilados.

El juicio, para mí gusto, fue todo un circo. Un fiscal, con un derroche gigantesco de histrionismo, petulancia, prepotencia e incluso falta de respeto y mala educación autorizada, practicada, quizás sugerida, con esa sugerencia del poder demoledor cuando se siente protegido, que a partir de ese momento fue bautizado por el pueblo de Cuba como “Juanito, charco de sangre”, abogados de defensa casi subnormales, de manos amarradas, abogados de oficio que a todas luces no conocían ni la información de sus defendidos, que de seguro fueron seleccionados por su incondicionalidad a la revolución y a Fidel, abogados malos como técnicos pero buenos como revolucionarios, que parecían, en su inigualables pobres actuaciones, más fiscales que defensores.

Ediciones y ediciones de los videos, cortes y más cortes, a través de los cuales se logra entender muy poco y dicen, la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, oculto, a la sombra, presenciando todo el tiempo lo que acontecía. Suspensiones de las sesiones cuando los del poder consideraban que los datos o declaraciones se desviaban por un camino no deseado. Intervenciones de testigos y los propios acusados muy débiles, echándose las culpas, llorando histéricamente, reconociendo los problemas, errores, salvando a todo costo la idea revolución y Fidel y una masa de personas, muchos de ellos, que vivían igual o mejor que los implicados, muchos que hasta horas antes eran amigos y compartían fiestas, vacilones, whiskies y muchachitas, muchos que admiraban públicamente a todos esas personas, participando para echarles tierra, para hacer leña no, sino cenizas de esos árboles caídos. Para tratar, a mi parecer, que la soga se partiera por ellos, que la historia quedara allí, que pasaran unas semanas, para que todo se olvidará, tal como ocurrió y seguir entonces en los vacilones, pues para eso se trabaja y se es garantía en Cuba.

El gobierno cubano muchos meses antes estaba siendo criticado y acusado internacionalmente de participar en tráfico de drogas, injerencia en los problemas internos de otros pueblos, tráfico de productos ilegales como el marfil, pero además, participación en lavado de dinero o compras de productos dentro del mercado norteamericano, más vínculo con lancheros a los que se les suministraba combustibles y otros cosas para su tarea de llevar y traer personas, droga, etc., desde algunos países de Latinoamérica hacia los Estados Unidos y viceversa. Tiempo durante el cual los altos dirigentes cubanos se dedicaron a negarlo todo y a culpar al imperialismo yanqui y sus lacayos de querer, una vez más, agredir a la revolución.

Claro, todo esto acompañado además de lo que se trató de demostrar en el juicio para desmoralizar y culpar más a los implicados, aquello que nos quisieron hacer creer, que el gobierno, que se vestía de ingenuo y desconocedor, habían descubierto el día 12 de junio, o sea, un día justo ante de los arrestos, descubrimiento no sólo increíble, sino enormemente hipócrita, sobre el alto nivel de vida y los disfrutes de algunos de los personajes tenia, muy por encima de lo que cuando conviene se le llama pueblo.

De las figuras sancionadas y fusiladas al mes de ser detenidas, los más famosos, fueron Arnaldo T. Ochoa Sánchez y Antonio de la Guardia y Font.

El primero venía junto a Fidel desde 1957 cuando se incorporó muy joven a la lucha revolucionaria en la Sierra Maestra, Oriente. Destacado en la batalla de Santa Clara, amigo de Raúl Castro y admirador y fiel seguidor de Camilo Cienfuegos, participante en la expedición hacia República Dominicana para sacar del poder al dictador Trujillo y participante en la defensa de Cuba frente a la invasión por Playa de Cochinos en 1961. Miembro del Partido Comunista Cubano, fue alumno destacado de las principales academias militares soviéticas. Participó como misión de encargo personal en la guerrilla dentro de Venezuela y a partir de 1967 participó en todas las campañas militares que Cuba tuvo en África, Congo, Angola y Etiopía. En 1985, por ser considerado el “guerrero” cubano de mayor experiencia, el más bravo, el más valiente, el de mayor arraigo en la tropa, en que mayores éxitos había tenido en operaciones militares, el más confiable, el propio Fidel Castro, lo nombró “Primer Héroe de la República de Cuba. En los momentos de su arresto el General Ochoa, estaba señalado a ser el Jefe del Ejército Occidental de Cuba, digamos, a mi poco conocimiento de estos temas militares, luego del Ministro de las Fuerzas Armadas, uno de los mayores rangos dentro del ejército.

El segundo, fue de esos héroes o super héroes ocultos, de esos hombres leyendas. De esos que son lanzados en la selva con una lata de leche condensada sin abridor y sobreviven. A decir, hombre de confianza personal del propio Fidel, actor de misiones secretas de gran importancia, digamos en el Chile de Allende, participante en muchas de las candangas que la revolución participó fuera de Cuba, etc., el Coronel Tony, en el momento de su arresto, era el jefe de una empresa de corte no estatal pública, o sea, media secreta o disfrazada, dominada y conocida sólo por los jefes altos, que se dedicaba, entre otras cosas, a hacer operaciones autorizadas para romper el embargo norteamericano y garantizar sacar productos y tecnologías desde los propios Estados Unidos para la revolución cubana.

El resto de los implicados, subordinados fieles, hombres de confianza, que se movían con plena autoridad, impunidad, manejando, casas, carros, almacenes, aviones, yates, viajes al exterior, residencias en países, dinero, mucho dinero. Que entraban y salían de Cuba, que vivían permanentemente en el exterior, que eran considerados por sus vecinos como héroes y sobre todo, a los que todos reconocían con licencia para matar, o sea, todo lo que hacían e incluso los altos niveles de vida que mostraban, estaba autorizado por “los jefes”

Este proceso, al que se le llamó Causa Uno, desencadenó otro posterior a los pocos meses, llamado Causa Dos, donde otros militares del MININT, todos militantes del Partido Comunista, todos hombres de antes, todos hombres de extrema confianza fueron arrestados, enjuiciados y sancionados, así como por arte de magia. Entre los más famosos de los famosos de esta Causa Dos, estuvo nada más y nada menos que el General José Abrantes Fernández, amigo personal de Fidel, su engendro, su “amor secreto”, jefe por muchos años de su seguridad personal, quizás una de las más profesionales, grandes y fuertes que pueda aspirar un presidente y luego Ministro del Interior, ministerio encargado de la seguridad del estado, la policía, más todos los departamentos secretos, la inteligencia, la contra inteligencia, sobre los cuales descansaba la estabilidad, permanencia y existencia de Fidel y todo su combo. Al que después de ser sancionado por ocultar información, desconocimiento, hacerse el bobo o estar en la jugada, le dio o “dieron” un infarto dentro de la cárcel y pasó a mejor vida.

Decenas de personas sanciona, pueblo sin entender mucho, personas conmovidas por la información que acordaban que se les sancionara, pero no estaban de acuerdo con la pena de muerte. Fidel, discurso “desgarrador” con la historia del tabaco para limpiar su imagen y la de su hermano Raúl, hilvanación inteligente de la información para convencer de que era necesario desaparecer a esas personas físicamente, propaganda de los repetidores que decían: “hay que fusilar”, pueblo convencido porque al final los fusilados no eran familia, etc. Fusilamientos.

Ya dije que semanas después de todo esto, más nadie habló. Siempre me ha llamado la atención de que los afectados que aún viven, aunque puedo entender por qué no habla y sus familiares no hayan hecho declaraciones. Sin embargo, hace tres días he visto, una entrevista que por primera vez la hija mayor de Tony de la Guardia diera al programa de Juan Juan Al Medio. Ella, que vive hoy en París, fue muy suave, nada agresiva, no hablo de sangre, no habló de venganza. Trato muy equilibradamente de dar su versión, sobre todo, de lo que ella personalmente conocía y había vivido.

En esa entrevista, que explica lo que todos sabemos, algo me llamó la atención, cosa que se puede empatar con la historia que conocemos o suponemos. Ella aseguró que su padre, como jefe de la empresa MC, tenía la misión de sacar de Estados Unidos tecnología de punta y productos para el gobierno cubano, o sea, de forma autorizada y orientada. El proceso para muchas de estas tecnologías y productos era el intercambio en alta mar. Lancheros sacaban los materiales de Miami, de forma clandestina obviamente y en el mar los entregaban a los miembros de MC, a cambio esos funcionarios daban combustibles, agua y otros insumos para que esos lancheros pudieran continuar sus viajes, que muchas veces eran con destino a países latinoamericanos, con el supuesto objetivo de cargar drogas, cosa que ella no podía asegurar. Luego afirmó que Ochoa, era un tipo que públicamente hablaba de cambios en Cuba, de cosas que debían dejar de existir y la idea de dar paso a nuevas acciones para el pueblo, lo que parece que otros de ese grupo compartían y que eran de dominio público a los altos niveles de gobierno. Aseguró, además, y ahí lo nuevísimo para mí, que cuando Mijail Gorbachov visitó Cuba, pidió entrevistarse privadamente con el General Ochoa, cosa que no gustó al alto mando del gobierno político y militar de la isla.

Esto se adviene muy bien a, primero Cuba implicada directamente en el tráfico de droga y segundo a las ideas de que ese grupo, que vivía muy por encima de los niveles que el gobierno otorgaba al pueblo, que vivían muchos de forma sistemática o permanente en países capitalistas, estuvieran manejando ideas de cambios. De lo contrario, por qué el amigo Gorby, acusado después de destruir él sólo al sistema comunista mundial, quisiera entrevistarse con Ochoa en privado, lo que no sería obviamente para hablar de medallas y guerras.

Luego también, mucho se ha hablado de la droga y los principales capos en Latinoamérica. Es sabido que, por aquellos años, los malos y los buenos, coincidieron como nunca en un mismo objetivo. Las malos, los traficantes y los buenos, los revolucionarios comunistas, intentaban destruir a Estados Unidos y el arma fue la cocaína. Pablo Escobar, el más malo de todos los malos de aquellos años, era antimperialista a su forma. Entonces se puede comprobar, de Panamá brincaron a Nicaragua, y el gobierno sandinista, los militares, los recibieron. De ahí, varios testigos protagónicos han declarado frente a las autoridades mundiales, entre ellas la DEA, que los sandinistas propiciaron o facilitaron los contactos con altos mandos del ejército cubano, por donde aseguran con cifras de cantidades de kilogramos y dinero, pasaba la cocaína con destino a Miami. Ahora no sólo los malos traficantes, Pablo y sus compinches, sino que luego, personalidades de la seguridad del estado cubanas, ayudantes personales del propio Fidel Castro, agentes de la inteligencia y contrainteligencia, han declarado que visitaban almacenes, conocían informaciones, etc., vinculadas a estos “entretenimientos”.


Entonces todo sigue siendo muy confuso. Fidel murió y Raúl disfruta de un encierro protector. Los altos militares supuestamente involucrados fueron fusilados, los muertos no hablan y los que no murieron de “muerte natural” producto de enfermedades crónicas o infartos y los vivos sobrevivientes que permanecen en Cuba, deben tener una alerta diaria que les recuerda, no hablar.

Entonces lo que tengo sobre esto son muchas preguntas, que les dejo en este escrito y les pido, si alguno de ustedes conoce más de lo que aquí he escrito, pues, como dicen hoy todos los llamados “influencer” de las redes sociales: compartan, compartan. Los muertos, muertos están, los presos aún seguirán presos, nada podrá cambiar por este escrito, sin embargo, siempre resultará bueno conocer la verdad.

  1. ¿El gobierno cubano, su alta dirección política, administrativa y militar, estuvo involucrada en el tráfico de droga, tal como dijeron las autoridades internacionales, algunos narcotraficantes profesionales y algunos de los propios integrantes de ese gobierno luego que desertaron?
  2. ¿Hubo intercambios, maniobras con los sandinistas de Nicaragua, entrega de dinero, compromisos y juegos antimperialistas entre los narcos y el gobierno de Cuba al más alto nivel, tal como han declarado oficialmente muchos testigos?
  3.  ¿Fueron ciertos los intereses de los capos colombianos de que Cuba les entregara armas de combate para poder lidiar con sus problemas internos incluso con el ejército colombiano y la DEA?
  4.  ¿Fueron Ochoa, Tony, verdaderos héroes que luego traicionaron a la patria, al Partido Comunista y a Fidel, o estaban actuando, cumpliendo orgullosamente órdenes, tal como siempre habían hecho como los hombres de extrema confianza que fueron?
  5.  ¿El gobierno cubano conocía de estos andares, tanto en África y en América Latina y mientras no se dio a conocer internacionalmente no sólo las autorizó, sino las estimuló haciéndose el de la “vista gorda?
  6.  ¿La idea declarada en los juicios de muchos de los enjuiciados de que, creían absolutamente que lo que hacían era de conocimiento y aprobado por los “jefes” sabiendo que se referían a Fidel, Raúl, Abrantes, es cierta o falsa?
  7.  ¿Se podía mover en Cuba flotas de autos, yates, combustible, aviones y aeropuertos, almacenes, sin que nadie se diera cuenta, sin que nadie lo detectara, sin que esas acciones pasaran como ilegales o al menos preocupantes para alguien, en un país donde el control es casa por casa, ciudadano por ciudadano, donde existe la inteligencia, la contrainteligencia, la contra de la contra inteligencia y por si pareciera poco, la contra de la contra y de la contra inteligencia?
  8.  ¿Nadie conocía del supuesto alto modo de vida, carros de lujo, casas a todo meter, colecciones de armas, piscinas, whiskies, muchachitas, etc., de lo que luego se les acusó a muchos de los enjuiciados, cuando muchos de los sancionadores, no sólo vivían igual, sino que compartían y se beneficiaban de los primeros?
  9.  ¿Por qué un caso de tráfico de drogas, alto nivel de vida, corrupción, terminó en Cuba con el fusilamiento ejemplarizante de varios implicados, altos jefes en sus posiciones, cuando el mundo a los narcotraficantes mayores de la historia de la humanidad, no los fusilan?
  10.  ¿Fue un caso de corrupción, droga, errores partidistas, olvido de los principios o un caso político que puso en riesgo a los jefes, por lo que a los que erraron había que desaparecerlos físicamente, a pesar de que le gustara al pueblo o no?
  11.  ¿Ochoa con sus según públicas “jocosas” declaraciones sobre cambios en Cuba, su entrevista privada con Gorbachov, más aquellas otras ideas que, según los investigadores y fiscales, se manejaban en las fiestas también privadas, podían dar indicios de una sedición en el alto mando militar o al menos un descontento o desacuerdo con lo que estaban haciendo los hermanos Castro?
  12.  ¿Los implicados, que reconocieron, quizás confiados en sus historias, quizás confiados en la humanidad del sistema, quizás confiados en su cercanía al propio Fidel Castro, estaban seguros de que les sancionarían, pero nada de fusilamiento, por lo que les perdonarían la vida?
  13.  ¿Los implicados, colaboraron voluntariamente, echándose la culpa de todo, reconociendo haber traicionado a Fidel injustamente o fue un pacto “voluntario” o forzado de honor, aquel que dijo: si te cojo, te tengo que fusilar, pero antes tienes que dejar claro que yo no tengo nada que ver, algo parecido a aquella carta de despedida injustificada del Che donde decía Fidel, yo te quiero, eres el mejor, el más capaz, el único, el que todo lo puede, el que siempre tiene razón?
  14.  ¿Cómo es que todo esto desencadenó una destitución del Ministro del Interior y una sanción de privación larga de libertad, más un infarto de oficio, por aguantar o desconocer información y como resultado de tener a muchos subordinados implicados y no resultó lo mismo para el Ministro de las Fuerzas Armadas Raúl Castro, quien también tuvo subordinados, de alto rango, grados militares, medallas de éxitos en guerras, incluso Héroe de la República de Cuba, no sólo implicados, sino que jugaron papel protagónico en todo esto, solo recordar que uno de los después fusilados, capitán de las FAR, cumpliendo órdenes, mantuvo contactos directos con el grupo de, nada más y nada menos, que “El patrón del mal”?
  15.  ¿La consecuencia de que el Ministerio de las FAR interviniera, ocupara, acaparara, y como resumen, destruyera al Ministerio del Interior, tal como ocurrió, era un viejo deseo de Raúl Castro por controlar lo que no había podido controlar, una purga dentro de los “perdidos” miembros del MININT en todas sus direcciones especializadas, una limpieza de aquellos que se creían diferentes por encima incluso del poder, un reclamo “venganza” de los propios integrantes del ejército frente a las diferencias más que visibles con que vivían, trabajaban y disfrutaban sus compañeros de trabajo, los integrantes del MININT?
  16.  ¿Esa purga, que repito, a decir de los conocedores, acabó, más allá de con los implicados, con todo el MININT, sólo era una idea obsesiva de Raúl o también de Fidel Castro, quien necesitaba el camino libre y confiable para sus deseos y, sobre todo, permanencia tranquila en el poder?

En resumen,


¿Todo ese proceso de investigación, juicio, sanción y fusilamiento en sólo un mes, 30 días, fue real o un circo que trató de maniobrar, que nada tuvo que ver con el pueblo, ni los intereses del pueblo, sino un guion montado por maestros en guiones, para lograr limpiar la imagen de determinadas personas que necesitaban a cualquier precio mantenerse en el poder?


viernes, 17 de julio de 2020

Gobiernólico. Nuevo juego para tomar medidas y acciones por el gobierno cubano.


Ya no cabe duda, el gobierno cubano, si ese es el nombre que se le puede dar, no sabe qué hacer y cómo hacerlo. Su solución sigue siendo una descarga ideológica fuera de moda, que trata de anclar a una población entera en el pasado. Ya no son realmente políticos, ni economistas, ni ideólogos. ¿Alguien sabe qué se está defendiendo?

Veo al gobierno cubano, a todos sus integrantes, como unos grandes y empedernidos JUGADORES. Explico. Cada semana los integrantes del gobierno en pleno, se reúnen alrededor de un tablero de un juego parecido al Monopolio, o a la versión que más conocimos en Cuba, Capitolio. En cada lado del tablero de juego, cuatro, al que podíamos llamar Gobiernólico (*), existen medidas dispuestas al azar, que pueden ser tomadas, unas económica, otras políticas, más las referidas a los temas de inmigración y emigración, por supuesto, las más que nunca “necesarias” medidas de represión y control.



Por turnos, se disponen por el tamaño de sus barrigas, tiran los dados y caminan en el tablero. De esta forma, para decir que han creado algo nuevo, se mueven al revés de la forma en que se hace en los juegos antes mencionados, o sea, en vez de desde la Salida caminar por la izquierda del tablero, ellos caminan hacia la derecha, justificando con esto su trabajo. En dependencia de los números de los dados y a veces algunas trampas, esas de contar rápido los pasos para moverse más, donde caen, leen en alta voz las medidas que tienen que anunciar cada semana, que por supuesto, todas vienen precedidas de que ahora sí estamos trabajando y ahora si vamos a resolver. Las medidas son apuntadas por personas que tiene orientado escribir con la mano que no usan frecuentemente, para de paso dificultar la próxima lectura frente a las cámaras. Esas personas no juegan, pero están allí para sonreír y apoyar.

No puede ser de otra forma, donde el resultado de este juego dependerá de los números de los dados que se tiran y a partir de eso, las acciones a tomar. Por lo que, si seguimos el ritmo, cosa a veces difícil, nos daremos cuenta de que cada una de las acciones tomadas, es peor que la anterior. Lo mismo se habla del futuro alimentario de la isla a partir del consumo de avestruz, que al final nunca se vio ni para hacer una sopa, que la de sembrar un piña por cuadra dentro de una maseta que cuelga de un macramé. La idea de abrir otra zona franca, cuando ya la que existía no resolvió nada, hasta la idea de usar el CUP, el CUC, el dólar americano, más cualquier cosa que sea considerada como moneda de cambio, aunque se use en Koulamoutou, pueblo de Gabón en África. No importa que sea construir hoteles 6 Estrellas, trayendo la mano de obra desde la India, manteniendo a los constructores cubanos sin trabajo, en medio de ciudades enteras que se están desplomando o que se está hablando de Cuba y el acceso a la internet, la telefonía celular, la 4G, la 5G, la 8G y es probable que se estrene la 27G de forma exclusiva de seguro antes de que Estados Unido la tenga.

Ahora, la “novísima” medida, resultado de haber tirado los dados y haber sacado un 5 y un 6, es que se abrirán para el pueblo tiendas con alimentos y artículos de higiene para ser comprados directamente en dólares norteamericanos. Cuba y los cubanos dicen estar bloqueados, Trump es, además del peor presidente de los Estados Unidos, el enemigo número uno de todos los cubanos. Se habla de soberanía política y económica como definición sentimentaloide y se está estimulando a las personas a tener, luchar, comprar y vender el dólar norteamericano que no producen.

Esto es una mezcla de surrealismo, donde como movimiento artístico se trata de superar la realidad con lo irracional, y humor negro, donde los acontecimientos se observan desde la perspectiva de la piedad, el terror, la lastima, etc., lo que termina todo, incluso los aspectos más serios, se tratan desde la sátira.



No voy a describir lo que se plantea ahora como salvamento, sólo dejo aquí la información que al respecto he leído.

(*) Gobiernólico. Es un término para definir a un juego que sirve de gobierno, que está integrado por viejos incapaces, requisito, tener más de 70 años y un grupo de personas más jóvenes, igual de incapaces, cuya primera misión es engordar, que están siempre rodeados de personas que asienten, sonríen y tratan de convencer a los demás. Su gobierno consiste en tirar dados y caminar sobre un tablero, implementando las medidas que aparecen registradas, dándolas siempre como medidas nuevas y que, en ese momento, sea cual sea, si van a resolver los problemas existentes.
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La Habana | 

El Gobierno confirmó este jueves que se habilitarán tiendas para la venta de alimentos y productos de aseo en divisas a lo largo de todo el país. Entre las demás medidas económicas anunciadas figura la muy esperada eliminación del gravamen del 10% sobre el dólar.
En un especial del programa Mesa Redonda, que retransmitió parte del Consejo de Ministros, Miguel Díaz-Canel reconoció que "aparecerá venta de alimentos en divisas" en 72 tiendas de todo el país.
El pasado martes, este diario confirmó a través de vecinos y trabajadores que las tiendas de venta en divisas de la corporación Cimex, gestionada por los militares, se preparaban para comercializar productos de alimentación e higiene, muy deficitarios actualmente en la red de tiendas estatales en pesos cubanos y convertibles.
El comercio de estos productos básicos en moneda extranjera se hará exclusivamente a través de tarjetas magnéticas asociadas a cuentas en bancos nacionales, aunque los comercios en pesos cubanos y convertibles se mantendrán funcionando en paralelo, según las autoridades.
La venta de alimentos en dólares, sumamente impopular debido a que deja fuera de ese mercado a quienes tienen como única fuente de ingresos un salario en moneda nacional, fue defendida por Díaz-Canel como una medida necesaria para el momento de crisis que atraviesa la Isla, agudizado con la pandemia y la ausencia de turismo extranjero por el cierre de fronteras durante los últimos cuatro meses.
Díaz-Canel aseguró que, en medio de un mundo que vive una situación compleja, "no podemos seguir haciendo lo mismo" porque "no está dando los resultados que necesitamos".
Las autoridades, sostuvo, se ven obligadas a tomar "medidas que parecen que benefician a unos pocos pero que, a la larga, benefician a todos". Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal) el PIB cubano se contraerá este año en torno a un 8% por los efectos de las medidas mundiales para atajar el covid-19, un fuerte golpe que se siente más aún en el turismo, una de las mayores bazas económicas explotada por el Gobierno.
El socio que ha sostenido principalmente con el petróleo, a la Isla, Venezuela, atraviesa también el peor momento de una caída que dura ya varios años y que se ha reflejado en el empeoramiento de la economía de Cuba y su búsqueda de nuevos aliados, entre los que están Vietnam o algunos países de Oriente Medio, además de los tradicionales, como China y Rusia.
Con un tono visiblemente irritado, Díaz-Canel arremetió contra los medios que adelantaron la noticia, mencionando que "han estado especulando" sobre unas medidas "que se saben necesarias".
Según el presidente, esto ha dado lugar a rumores en las redes sociales sobre el cierre definitivo de las tiendas en pesos nacionales y convertibles, algo que no ocurrirá por el momento pues seguirán en estos comercios la venta de aseo, alimentos, la canastilla, leche en polvo y otros productos. "No es que los productos en moneda convertible los quitemos de otros mercados. Eso no es ni será Cuba. Se trata de respaldar ofertas para un segmento de mercado que puede pagar en divisas", afirmó el ministro de Economía, Alejandro Gil, muy presente también en el programa.
Entre las medidas más destacadas, Gil anunció la esperada eliminación, a partir del próximo lunes 20 de julio, del gravamen del 10% que desde 2004 se aplicaba a los dólares. La decisión se hace efectiva con cuatro años de retraso, pues se había anunciado días antes de la visita a Cuba, en marzo de 2016, del entonces presidente estadounidense Barack Obama y cuya aplicación fue entonces condicionada a la posibilidad de que la Isla pudiera realizar transacciones internacionales en esa moneda, algo que nunca llegó a ocurrir.
Gil subrayó en primera instancia que las medidas van en la línea de mantener la planificación centralizada, aunque se den pasos para "descentralizar la asignación administrativa de recursos".
Después, desgranó las 16 áreas clave que abarcará y, aunque puso especial énfasis en la soberanía alimentaria y la agricultura (en un país que importa el 80% de los alimentos que consume), una de las novedades más relevantes, pero escasamente concretada fue la puesta en marcha de pequeñas empresas (pymes) tanto en el sector privado como en el estatal.
El Gobierno anunció también que prevé implicar a productores nacionales (privados, aunque no empleó la palabra) en la venta en divisas de bienes como muebles, calzado o ropa que el Gobierno no puede importar al no tener los recursos financieros para comprar en el mercado internacional.
También adelantó que se está diseñando un mercado mayorista, una demanda insatisfecha durante años para los autónomos, que ofrecerá productos "con respaldo" en divisas a cooperativas privadas que hagan negocios en moneda dura mediante exportaciones o en operaciones con empresas radicadas en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM).
Otro de los sectores que se abre a los nacionales en divisas es el turismo, para lo que se lanzarán varios paquetes vacacionales dirigidos a cubanos en las próximas semanas.
Más manida fue, en cambio, la referencia a la unificación monetaria, anunciada por Raúl Castro ya en 2008 y promesa largamente incumplida. "Cuando la implementemos, se eliminará casi la totalidad de las trabas que hoy tenemos para el desarrollo de las fuerzas productivas", afirmó Díaz-Canel que, una vez más, se comprometió a aprobar la norma en el menor tiempo posible.
Alejandro Gil pidió "una comercialización no monopólica", evitar las deudas y que las decisiones dependan más de las empresas estatales y menos de los "niveles superiores" y anunció novedades en el trabajo privado, con próximas ampliaciones de las ocupaciones y la flexibilización del otorgamiento de las licencias.
Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, también intervino en la Mesa Redonda para hablar de las exportaciones de empresas privadas, siempre, claro, a través de las estatales. "Hay trabajadores por cuenta propia que no tienen personalidad jurídica, la tendrán cuando tengamos la legislación lista para la constitución de las micro, pequeñas y medianas empresas. Pero no tenemos que esperar por ese paso para que ellos puedan exportar", subrayó.
Para esto, los bienes y servicios deben tener calidad y ser competitivos. No obstante, la importación también será necesaria, y las empresas estatales y privadas establecerán relaciones a través de contratos, precisó Malmierca, que añadió la exigencia de disponer de cuentas tanto en divisas como en pesos cubanos y convertibles.
Ana María Ortega Tamayo, directora general de Tiendas Caribe, y Héctor Oroza Busutil, presidente de la corporación Cimex, participaron en la Mesa Redonda para sacar pecho sosteniendo que han podido garantizar el abastecimiento a la población durante la pandemia, cuando en "otros países ocurre lo contrario", aseguraron sin aportar ningún ejemplo.
"No es que estemos cerrando las ventas en CUC o CUP, porque en la totalidad de los establecimientos aceptamos la moneda en CUP y en otros operamos totalmente en moneda nacional", dijo Ortega, aunque matizó que "el amplio surtido" solo se ofertará en divisas.
"Ambas cadenas, TDR y Cimex, han definido una nueva red para la comercialización de alimentos, aseo y ferretería, con el fin de facilitar el acceso a esos productos de las personas que posean moneda libremente convertible", argumentó Oroza.
De los 72 establecimientos, 57 tendrán productos de alimentos y aseo y 15 de ferretería. En La Habana estarán 14 de ellos y habrá al menos dos en cada provincia.
En su intervención, Díaz-Canel fue muy enfático y recurrió a la retórica bélica. "Tenemos que ubicarnos en un campo de batalla, donde la estrategia del enemigo es disparar por cada frente y atacar por cada flanco", alertó. "Hay mucho dinero corriendo y también laboratorios ideológicos. Los nuevos modelos mediáticos han demostrado efectividad en cuanto a sus capacidades para manipular y desarmar ideológicamente a los pueblos en nuestra región y el mundo".
Díaz-Canel no perdió oportunidad para lanzar una velada amenaza a los medios independientes que esta semana destaparon la historia. El gobernante prometió que entre las acciones que se tomarán estará ir "cerrando todo el camino a la manipulación y las tergiversaciones oportunistas del adversario".
"Toman el tema de las colas para el pollo y apuntan al nivel de vida de la población, toman el tema del desabastecimiento y atacan la gestión del Gobierno", se quejó en una intervención en la que no faltaron las alusiones al bloqueo y las críticas a la gestión de la pandemia en EE UU, tanto en lo sanitario como en lo económico y social: "Vivimos el derrumbe definitivo de los paradigmas del neoliberalismo".