sábado, 25 de septiembre de 2021

Carhenge. Más que un rastro o cementerio de carros viejos.

Junto con aquella idea, sobre la cual ya escribí, de que los ricos se aburren, se dan a las drogas y por eso el sistema capitalista tiende a desaparecer, otra de las ideas más escuchadas es la que Estados Unidos es un país sin historia y sin cultura.

Error. Dado el caso de que existiera sobre esta tierra un solo hombre, su forma de vivir, o sea, comer, dormir, cazar, sembrar, coger un pedazo de carbón y pintar dos rayas sobre una piedra, hace una historia y describe una cultura. La historia y cultura de un hombre.

Claro, todo es relativo. En el conflicto histórico entre Europa y Estados Unidos, los europeos salen ganando, al ser una región mucho más antigua y habitada, es cierto que poseen mayores muestras de historias y culturas. Cuando las naves de Colón, aunque dicen que no fueron las primeras, llegaron a lo que luego se conoce como América, aquí los aborígenes eran sólo eso, aborígenes. En algunos lugares con mayor desarrollo, digamos México, con una muestra ya de una sólida estructura social, militar, urbanística, etc., pero nada comparado con los “descubridores”.

Pero entonces, cuando los chinos miran a Europa, se ríen, porque su Gran Muralla China, fue construida y reconstruida varios siglos antes de Cristo y ya cuando Marco Polo visitó la Ciudad Prohibida, los chinos comían espaguetis.

Y así hasta que llegamos a Lucy, el primer fósil Australopiteco africano, que reescribió la historia de la evolución humana, el cual debió haberse reído mucho de los chinos, pues su existencia está datada, según dicen los especialistas, en 3,2 millones de años de antigüedad.

La historia con Estados Unidos es la de siempre y ya larga. Para muchos este país es un lugar de salvajes, mal vestidos, despreocupados, cuyo único interés es el dinero para poseer cualquier cosa que se venda, por absurdo que ella parezca.

Hoy, viviendo aquí descubro que esto no es del todo verdad y que la idea del norteamericano materializado a extremo, sin más nada que mostrar, no es verdad de forma absoluta. Es cierto, hoy Estados Unidos es un país rico y una buena parte de su población consume.

Consume porque su poder adquisitivo es alto, consume porque se trabaja enormemente, consume porque la vida es una y la visión objetiva de que todo termina un día, que nadie sabe cuándo llega, hace que las personas disfruten. En sentido general, el norteamericano promedio, al que tengo acceso, trabaja de lunes a viernes fuertemente, para entonces disfrutar a plenitud el fin de semana, pero existen y siempre han existido pintores, poetas, arquitectos, ingenieros, actores, que han dejado su huella, rastro que se puede observar cuando uno camina.

No siempre fue así. Los abuelos de los que hoy existen saben que muchos fueron pobres, que pasaron muchas necesidades, penurias, hambre. Hombres y mujeres tuvieron que trabajar mucho y muy fuerte, venciendo incluso las muchas inclemencias climáticas que aquí tenemos dentro del mismo país. Hace 100 años atrás, había menos desarrollo de los mercados, las personas consumían menos, valoraban más, por tanto, lo que tenían. Eso es historia.

Ahora la propuesta de país sin cultura, cuando uno camina, descubre que no tiene fundamento.

Hace ya algunas semanas, visité uno de los lugares que estaban en mis planes desde que me mudé a Nebraska, el Monumento Carhenge y pude tocar su historia.

Anclado en el poblado de Alliance, Nebraska, a 6 horas de camino de la ciudad Lincoln, la obra fue una inspiración de Jim Reinders en 1987, con dos objetivos muy claros. 1.- Homenajear a su padre, quien había estudiado y participado en las obras de trabajo de Stonehenge, Inglaterra, hallazgo que por muchos años fue considerado el primer monumento hecho completamente por el hombre y 2.- al mismo tiempo reconocer y homenajear la industria del automóvil norteamericana, una de las industrias insignes y pioneras que ha servido como motor a la economía estadounidense siempre.

Stonehenge es un monumento prehistórico, posiblemente del año 2600 antes de Cristo, en la llanura de Salisbury en Wiltshire. Su estructura consiste en un anillo exterior de piedras verticales, de más de 20 toneladas cada una, que están conectadas con unas piedras horizontales. En el interior hay un anillo de piedras azules más pequeñas. Todo el monumento está orientado hacia el amanecer del solsticio de verano.

Stonehenge. Inglaterra.

Carhenge, visto en una foto puede parecer una tontería, una muestra del “capitalismo bruto” o simplista. Todo lo contrario, y es un tema de percepción.






Cuando le comenté a mi hijo que quería ir a visitar el lugar, para lo cual teníamos que manejar 6 horas de ida y otras 6 de vuelta, joven, me dijo que estaba loco, que eso no era más que un rastro o cementerio de carros viejos tirados unos arriba de otros.

Sin embargo, al estar allí, al menos yo, lo disfruté mucho. El monumento, está compuesto, es cierto de autos, todos pintados de gris. Aunque algunos son clásicos fabricados en Estados Unidos, la idea no es homenajear a una marca o fábrica específica, sino a toda una industria, por lo que ninguno de los autos tiene marca distintiva. 

Hay que entender que para los norteamericanos los automóviles significan patria, desarrollo, confort, riqueza, etc., incluso algunas marcas son consideradas más que otras cerca del patriotismo, o sea, de la identificación y apego a una historia, a un país.

Los autos están dispuestos cuidadosamente siguiendo el plano de las piedras de Stonehenge, por lo que la idea de la orientación y la observación del Sol se mantiene en determinado momento del año.

Hoy, eso que parece una idea loca o un simple rastro de carros viejos para Jonathan o quizás para otras muchas personas, es una atracción turística que recibe a miles de personas anualmente. Atracción que da valor a ese pequeño pueblo en el occidente de Nebraska.

Recomiendo. Si pasas cerca o tienes que manejar menos de 6 horas, vale la pena visitarlo. La atracción dentro de aquellos carros, expuestos al Sol, es grande.


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