sábado, 30 de octubre de 2021

El 15 de noviembre puede y debe ser un día hermoso.

Sintiéndolo casi como una obligación, reproduzco íntegramente una carta pública que el joven dramaturgo cubano, Yunior García, creador de Archipiélago, grupo de debate político, que pretende ser un laboratorio para una Cuba distinta y plural, ha dado a conocer para desmentir la ola de difamaciones y los mítines de repudio, la represión y detenciones que, desde el pasado mes de julio, el gobierno viene dirigiendo, alentando e implementando contra él sistemáticamente, cosa agravada por el liderazgo de Archipiélago y el propio autor en los planes para la próxima marcha cívica y pacífica el próximo 15 de noviembre.

Yunior, muy valiente, pues vive en Cuba, es parte de esas personas que se han cansado de vivir de la forma que viven y tratan desde posiciones pacíficas, de impulsar el cambio tan necesario para la sociedad cubana. No es el único, existen miles de cubanos, existen decenas de jóvenes intelectuales, preparados, que han dejado claro que no son pagados, ni cumplen ordenes de alguien dentro de Cuba o de alguien, institución o gobierno fuera de ella. 


También existen miles de cubanos fuera de Cuba, creo que como nunca, se han unido, a pesar de las distancias de los diferentes países y continentes donde viven, para mostrar un apoyo sólido y mantenido al pueblo que está dentro de la isla.

Yunior, a través de esta carta pública, recorre nuestra historia y resume exactamente lo que nos ha pasado y pasa, creo que agregarle una coma o un punto más, sería innecesario. Más claro, como dice el viejo refrán, ni el agua.

No conozco a Yunior personalmente, no se nada de su pasado, si fue malo o bueno, si fue incluso revolucionario, sencillamente creo que es muy meritorio lo que está hoy haciendo por nosotros todos los cubanos.

“En el año 2022 el país donde nacimos cumplirá 70 años sin democracia. Mis padres jamás han podido elegir de forma libre su ideología, su partido o su presidente. Han debido resignarse a la decisión de otros y han tenido que ratificar esas decisiones para evitar buscarse problemas. En Cuba, por desgracia, callar lo que pensamos es visto por muchos como un signo de inteligencia. Siempre nos piden esperar un “momento” y un “lugar” que en realidad nunca llegan. Casi toda mi generación creció escuchando la frase: “por tu bien, habla bajito”. La mayoría de mis amigos ya se fue del país y otros sueñan con hacerlo pronto. Yo no quiero que me recarguen el teléfono ni que me envíen un par de zapatos. Quiero que Cuba sea la nación a la que todos puedan regresar cuando quieran, piensen como piensen, y de la que nadie más quiera marcharse.

La Revolución prometió derechos, justicia, libertad y elecciones libres, pero en su lugar nos convertimos en un apéndice soviético. Prometió ser verde como las palmas, pero se envolvió en un manto rojo con una hoz y un martillo custodiando la estrella solitaria. El pensamiento único, la censura y la persecución política han sido el pan de cada día para cualquier cubano que no se someta al control de los mayorales. Y el fin de la Guerra Fría solo aumentó nuestra miseria.

Somos sobrevivientes de una guerra inconclusa, en la que no fuimos ni vencedores ni vencidos, solo rehenes de un dogma obsoleto, de un clan de funcionarios aferrado al poder y a sus privilegios, de un capricho apuntalado con fusiles de fabricación rusa. Es cierto que hubo algunos logros y conquistas, no todo es gris. Pero de qué sirven las gratuidades si luego van a chantajearme con ellas. ¿Qué valor tiene mi educación si luego me prohíben pensar con mente propia? También muchos esclavos aprendieron a leer. Y no pagaban con dinero su rinconcito en el barracón ni su almuerzo, lo pagaban con obediencia y con el sudor de sus espaldas. Si a alguno se le ocurría exigir un cambio de régimen, le esperaban con certeza el látigo, el cepo y el grillete. Yo ya pagué todos mis estudios. Sépanlo. Fui a todas las escuelas al campo, corté caña, recolecté papas en Artemisa y café en Pinares de Mayarí. Cumplí dos años de servicio social cobrando un salario de “espejitos”. Les debo mucho a mis maestros, pero con el Estado ya saldé mis deudas. No me lo saquen más en cara. Tampoco sigan usando como chantaje mi trabajo con las instituciones culturales. Trabajar es un derecho, no un privilegio. Y yo he entregado tanto o más de lo que he recibido. Escribo estas palabras bajo una campaña cobarde de mentiras contra mí y contra los organizadores de la marcha. La bajeza es tal que nos han cortado los servicios de Internet para que ni siquiera podamos defendernos desde nuestras redes. Pero no voy a victimizarme. El ingenio cubano también sabe cómo burlar estos bloqueos internos. Mi única preocupación eran mis padres. Sé cuánto les duele, sé cuánto temen, pero también sé que ellos conocen a su hijo. Ambos se han sobrepuesto al miedo y me han llamado solo para decirme que sea fuerte, y que están orgullosos. Es obvio que nadie nos paga un centavo. Nadie sería tan idiota de enfrentarse a todo esto (y a la furia que vendrá) por dinero. Lo hacemos por convicciones, y eso tiene al poder desesperado. Tampoco nadie nos da órdenes desde ninguna parte. Hay mentes maravillosas en este país y ya vamos aprendiendo a debatir y a encontrar consensos, sin falsas unanimidades, ni líderes máximos. Lo que ellos llaman “alianzas”, no es más que un diálogo honesto con todos los cubanos, sin discriminar a ninguno. Ningún régimen volverá a decirnos jamás con cuál cubano podemos hablar y con cuál no. No vamos a reproducir su esquema de prejuicios, estigmas y satanizaciones.

Agradezco infinitamente la enorme solidaridad que hemos recibido. Si hubiese justicia y tuviéramos 15 minutos en televisión nacional, toda la mentira que el poder ha fabricado se derrumbaría al instante. Pido con respeto que cese el linchamiento contra cualquier cubano que defienda honestamente sus principios, sea del color político que sea. Cuando decimos “con todos y para el bien de todos”, hablamos en serio. El 15 de noviembre marcharemos sin odio. Estamos conquistando un derecho que jamás se nos ha respetado en 62 años de dictadura, pero vamos a conquistarlo con civismo. Todo el mundo estará mirando hacia Cuba ese día.

Sabemos que el poder juega sucio, que da órdenes de combate contra su propio pueblo, que nos miente en la cara, que sería incluso capaz de infiltrar a sus paramilitares en la marcha para generar violencia y echarnos la culpa. Cada ciudadano deberá ser responsable de su conducta y defender la actitud pacífica y firme que hemos convocado.

El 15 de noviembre puede y debe ser un día hermoso. Donde quiera que viva un cubano, sabemos que su corazón va a estar en Cuba. Ojalá que los poderosos no insistan en comportarse de manera cobarde contra sus propios ciudadanos.

No repitan el crimen del 11 de julio. Ojalá que oficiales y soldados comprendan que no hay honor alguno en obedecer órdenes inmorales. Ojalá también que ninguna potencia extranjera interfiera en un asunto que debemos resolver con verdadera soberanía, la de los ciudadanos. Apostemos por el coraje, la dignidad y la franqueza. Es tiempo ya de decir lo que pensamos en voz alta. Un abrazo”.

viernes, 29 de octubre de 2021

¿Para qué nos sirve la constitución?

Cualquier constitución es un papel o varios donde se recogen un grupo de ideas, supuestamente importantes, para organizar luego la vida de determinado grupo de personas en un momento y lugar específico. Es un documento hecho por los hombres, para los hombres, por lo que va a responder siempre a los intereses humanos de cada momento.

Se supone un documento general, que luego da pie a un conjunto de leyes, normas, regulaciones, que trata de organizar, hoy en la vida moderna, la vida. Siempre en su arreglo, trabajan un grupo de personas, que se supone, sean los representantes de todos los demás, porque sería imposible invitar a todos los demás, ya que el proceso de redactarla se haría interminable. Lo de representantes de todos los demás, se supone nada más.

Redactada por un grupo de conocedores ilustrados, trata de dar pie a la organización de la vida en todos sus aspectos, lo que no quiere decir que cada uno de los que vivirán debajo de ella, tengan que estar de acuerdo 100% con sus postulados.

En los ejemplos cubanos más lejanos, descontando las propuestas españolas, tenemos que, en la Asamblea Constituyente de Guáimaro, Camagüey, 1869, que dio como resultado después a la primera Carta Magna por la lucha de la independencia cubana, participaron 16 personas de las provincias Oriente, Camagüey y Las Villas, ninguno era obrero, ni campesino, menos esclavo. Todos los participantes eran intelectuales, abogados, poetas, militares, etc., unidos por la idea de la libertad. En contra, como es de suponer, estuvo la Corona Española y toda su administración en Cuba, los grandes hacendados esclavistas, los latifundistas y todos aquellos que consideraban que Cuba debía seguir siendo colonia de España.

Después de la Constitución de Baragüá, 1878, pequeño intento por mantener la lucha de independencia, ya improcedente, Cuba volvió a un nuevo intento, la Constitución de Jimagüayú, 1895, donde se trató de volver a organizar a esa parte de Cuba que intentaba seguir luchando por conseguir la independencia. En esta ocasión la constituyente estuvo integrada por 20 personas, parecidas a las del primer intento, intelectuales, doctores, abogados, aunque se habla de la independencia, no están dentro de este grupo representados aquellos jornaleros, descendientes de esclavos, negros libres, etc. Fue, como toda constituyente, una labor de personas de prestigio dentro de la sociedad cubana libertaria. Oponentes, casi los mismos que a la primera, todas aquellas personas que por intereses o sentimientos estaban vinculadas a España, más otros muchos que no entendían de guerras, muertes, etc. y que, si es cierto que ya el dominio español, no representaba sus intereses criollos, tampoco estaban dispuestos a sumergirse e invertir sus pocas o muchas riquezas en una guerra agotadora y eterna.

Luego pasamos por varias constituciones en la etapa republicana, 1092 – 1959 y varias en la etapa revolucionaria, 1959 – hasta hoy. Salvo en las dos últimas, 1976 y 2019, en ninguna de las anteriores, los asambleístas y por tanto las cartas magnas resultaron como dueñas absolutas de la sociedad cubana, menos condicionan la vida entera de un pueblo, hoy con más de 11 millones de personas físicas en Cuba y casi 4 millones de cubanos en el exterior, a la existencia bajo un solo partido, único, el Partido Comunista y bajo un sistema socio, político y económico, que no puede ser cuestionado, menos cambiado.

Jamás las constituciones dicen este documento es eterno, porque de decirlo, volverían a las etapas donde ellas no existían, por tanto, no deberían existir. Jamás, incluso en las constituciones más tontas o, por el contrario, más extremistas, se habla de eternidad, porque la eternidad no existe, porque el propio desarrollo humano, visto por el buen camino, hace que esa constitución se ponga vieja, se quede corta y al no responder a los intereses de determinados grupos, en determinado momento, tenga que ser cambiada.

Mucho se habla hoy en Cuba y fuera de ella, de la necesidad de restaurar la Constitución de 1940, última realmente votada democráticamente o al menos debajo de un sistema de derecho, conocido, aunque con muchísimos problemas, como democrático, y eso es cierto, pero alguien puede pensar que sería tan fácil como cogerla, cambiarle la fecha y ponerla en vigencia. La Cuba de hoy, no se parece para nada a la Cuba de los 40 y los 50, por lo que habría una vez más que sentarse, estudiarla y, quizás aprovechando su estructura, redactar un nuevo documento adaptado a las necesidades del siglo XXI y sobre todo de los cubanos de hoy.

Pues entonces los “faraones cubanos”, los reyes Sol, se han inventado una constitución extremadamente larga, 229 artículos llenos de incisos, por gusto. Dentro de ellos existen cuatro artículos principales para hacerse eternos en el poder, o sea, esos artículos hacen que el resto sobre. Esos artículos dicen que ellos, podrán hacer y deshacer a sus antojos, como siempre lo han hecho después de 1959 y casi cómico, es que nadie puede intentar cuestionarlos, menos tratar de quitarlos. Eternos como el Sol, los planetas, los océanos, e incluso más, porque todas estas cosas pueden cambiar y desaparecer, de hecho, cambian y desaparecen o se transforman.

Veamos:

Artículo 4. La defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano. La traición a la patria es el más grave de los crímenes, quien la comete está sujeto a las más severas sanciones. El sistema socialista que refrenda esta Constitución es irrevocable. Los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución.

Artículo 5. El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado.

Artículo 45. El ejercicio de los derechos de las personas solo está limitado por los derechos de los demás, la seguridad colectiva, el bienestar general, el respeto al orden público, a la Constitución y a las leyes.

Artículo 56. Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley.

Claro, estos cuatro artículos, que repito, tienen la intención pública y de forma explícita, nada oculta, están construido por una comisión constitucional, digamos asamblea, presidida, nada más y nada menos, que por Raúl Castro. ¿Qué se podía esperar?

El Partido Comunista de Cuba constitucionalmente es definido como único “in seacula saeculorum”, lo que en latín quiere decir por los siglos de los siglos y más, define que no se permitirá en Cuba que exista otro partido, tan siquiera ni uno tan necesario como puede ser un partido que defienda las matas de aguacate.

El articulo cuatro, juega con las palabras para pasar o meter la idea, cuando dice la defensa de la patria socialista es el deber supremo de cada cubano y no la defensa de la patria solamente, por lo que desde aquí mismo está sembrando la idea e inmediatamente a continuación define como traición a la patria como el mayor crimen, pero, ¿a cuál patria? A la primera socialista o a la segunda como sólo patria.

El socialismo en Cuba es irrevocable dice el artículo, por tanto, eterno, lo que asegura la vida eterna de sus dueños, que no por gusto fueron los mismos que redactaron el texto constitucional. De haber sido igual de eterno el esclavismo en Cuba, todavía estuviéramos importando negros esclavos desde África. Claro, de haberle hecho caso a los esclavistas, cómodos, ricos, estuviéramos todavía fabricando azúcar con trapiches movidos por bueyes y los negros seguirían siendo considerados animales que se compraban y vendían en los mercados o sencillamente tendrían que haberse conformado con nacer y morir esclavos.

Luego, antes de terminar el artículo, el autorizo. Los cubanos o la parte de ellos que sigue apoyando al gobierno de verdad, por miedo, por oportunismo, por tradición, etc., están más que autorizados a reprimir, golpear, maltratar, encarcelar, desaparecer a sus coterráneos, porque la constitución autoriza, o mejor, llama a combatir incluyendo con armas a todo el que intente cambiar lo que es más que necesario cambiar, pero para los del poder no quiere ser cambiado.

De aquí el presidente Díaz Canel sacó su mensaje u orden de combate. Es precisamente esta simple oración, así nada más, la que permite la represión desatada a raíz de julio del 2021 y que hoy se mantiene. Es más, de esta simple oración, sale la autorización, para el gobierno legal y necesaria, de crear batallones de gente de ese llamado pueblo, para reprimir a los que intenten salir a marchar nuevamente. Es tan sencillo para el gobierno, que, de esta sencilla unidad de pocas palabras, hoy exhibe a través de los medios de información a personas con palos, cabillas de acero y armas potentes de fuego, utilizadas por los ejércitos regulares en las guerras, que dicen estar preparadas para aplastar a los cubanos que piden cambio y que están anunciando una marcha pacífica y organizada. Así, como todo imperio anterior, hoy Cuba exhibe sus fuerzas, sus ejércitos, sus grupos paramilitares, primero con el objetivo de intimidar y de meter miedo. Segundo mostrando tropas autorizadas e inyectadas con ese veneno ideológico del comunismo, que puede lograr un choque sangriento, nada más y nada menos, que entre los mismos cubanos. No existe un enemigo externo, está más que demostrado que a Estados Unidos como gobierno, el histórico enemigo, no le interesa el tema de una invasión, nadie quiere anexarse a ese pedazo de tierra desbastado llamado Cuba. Hoy el enemigo a aplastar es el mismo pueblo, quizás parte de ese pueblo que incluso hasta hace dos años aprobó la constitución vigente, pero que hoy cambió, se dio cuenta y no quiere seguir viviendo como vive.

Ese partido único y comunista, por definición, está por encima de la sociedad y el Estado, entonces por consecuencia, por encima de la mismísima constitución. El partido comunista puede examinar y cambiar la constitución a su antojo o interés, no así lo contrario, la carta magna no podrá jamás por esta vía hacer nada con, ni hacia el partido comunista.

El cinco sigue definiendo que el derecho de las personas está condicionado a los derechos de los demás, definiendo de esta forma que no se admiten los intereses de grupos, por pequeños o grandes que sean, sino que se sigue apelando o ratificando aquello de la dictadura de la mayoría, concluyendo por mayoría aquellas definiciones del “proletariado”. Este artículo sigue apostando por ese apoyo, cada día menos real, cada día más ridículo, de que la revolución o el gobierno cubano sigue contando con la mayoría dentro de los millones de habitantes.

Adiós las minorías, adiós los que difieren, adiós, por supuesto, los que están en contra. No existe por el artículo cinco la posibilidad de estar en contra o al menos la posibilidad de ser reconocidos. El gobierno se inventa la mayoría y entonces habla de un bienestar colectivo, de un respeto al orden público y las leyes. Bienestar colectivo, orden público y leyes todo metido dentro del mismo sombrero de mago que el gobierno utiliza a su conveniencia.

Por otro lugar de la constitución, en el Titulo XI: Reforma de la Constitución, se declara quiénes pueden cambiar el documento y en último lugar dice que:  f) los ciudadanos, mediante petición dirigida a la Asamblea Nacional del Poder Popular, suscrita ante el Consejo Electoral Nacional, como mínimo por cincuenta mil electores.

Esto ya lo vimos, ya los cubanos lo experimentamos, con el proyecto dirigido y encabezado por Payá, que si logró reunir la cantidad de firmas de ciudadanos que en aquellos momentos se exigía y que al  darse cuenta el gobierno de que había ocurrido lo que jamás pensaron ocurriría, cuando detectó que eran ciertas las firmas que jamás pensaron se recogerían, pues Fidel a la cabeza, cambiaron la constitución de la noche a la mañana, elevaron el número de firmas a recoger y el proyecto pasó a nada. Paya muerto, la constitución cambiada y las firmas recogidas una a una, quedaron obsoletas, no alcanzaron para el nuevo numero propuesto. Ahora el número es de 50 000 electores que tienen, según la constitución, que elevarlo a la Asamblea Nacional del Poder Popular, o sea, la gran burla. Es como escribirle al Papa y decirle que estamos convencidos que Dios no existe, por lo tanto, le estamos proponiendo dejarlo cesante o sin trabajo. Es como pretender que en África, un colectivo de cebras, vayan a tratar de convencer a los leones y leonas para que no se las coman cuando le pasan por el lado y que se conviertan en vegetarianos.

El artículo 56, es uno de los más formales, pues reconoce el derecho a la “reunión, manifestación y asociación” siempre que se acaten las leyes, o sea, en resumen, no se permiten. Es uno de esos artículos puestos para cumplir con los formatos internacionales modernos, es entonces uno de los más descarados, porque si algo ha estado prohibido, censurado, perseguido y encarcelado es el derecho a crear una organización independiente a la que el gobierno organiza y dirige y lo de expresar idea es un chiste. Si es cierto, las ideas pueden ser expresadas para hacer apología a los dirigentes y al gobierno, de ahí en fuera, caen en el saco de problemas ideológicos y por consecuencia enemigas. No han sido pocas las personas que, durante estos últimos 60 años, han padecido abusos, discriminación, persecución, cárceles, destierros y muertes, sólo y sencillamente por expresar una sola idea contraria a lo que ellos consideran permitidas por las leyes que ellos han diseñado para ellos exclusivamente.  La sola expresión de una idea de las no autorizadas lleva muy fácil a la categoría de traidor a esa parte o formato de la patria que ellos también se han inventado.

No hace falta entonces conocer más. ¿De qué nos sirve la constitución vigente? No yo, según Nelson Mandela, no sirve de nada. La constitución, mejor definición imposible es una “cascara vacía” aunque e incluso los ciudadanos la hayan votado. La Carta Magna se convierte en una camisa de fuerza que lejos de ayudar, favorecer, desarrollar, se convierte en una traba y oprime.

miércoles, 20 de octubre de 2021

Estados Unidos también tiene sus dos candidatos vacunales.

Pensándolo bien, aquellas personas detractoras y enemigas de los Estados Unidos, pueden tener un poco de razón.

Todos aquellos que dicen que la Unión es un país de corta historia, sin hechos relevantes, sin cultura, con muy poco desarrollo económico y una desastrosa política, pueden estar en lo cierto.

Es un país que tuvo recientemente un presidente interesado en los norteamericanos, que no gusto y fue sustituido por uno al que no le interesa nada. Es un país que tuvo un presidente considerado malo y para arreglarlo puso o se dejó poner a otro presidente peor.

Para muchos, llamativo, incluso que no viven aquí, esto un desastre que solo sobrevive robándole los plátanos a Panamá, las flores a Colombia, la yuca a Brasil, el petróleo a México y los cerebros a aquellos que sean capaces de sacárselos del cráneo para venderlo a muy bajo precio.

Sin embargo, yo observó algunos adelantos, por ejemplo, en el tan atrasado sector o campo de la ciencia. Las autoridades sanitarias, incluyendo la FDA, están recomendando, al parecer con muy buenos avales, dos nuevos candidatos vacunales, utilizando la misma definición que la super potencia médica Cuba está utilizando en su lucha contra el COVID.

Candidato vacunal UNO y Candidato vacunal DOS

No sé mucho de ciencia, pero cuando escucho lo de candidatos vacunales, lo que me viene al cerebro es que están vacunando con algo que quiere ser, pero aún no es.

Según la Real Academia de la Lengua Española candidato significa:

  • persona que pretende algo, especialmente un cargo, premio o distinción.
  • persona que está expuesta a padecer de algo.

Como se observa, poco dice la Academia en esta definición sobre vacunas, no obstante, observando la primera aquí expuesta, podría inferirse que un candidato vacuno es un proyecto, una maqueta, un ensayo, un experimento, etc., de algo que aspira a ser, pero aún no es.

Y es de entender, Cuba, según su gobierno, potencia médica y en investigación científica, a pesar de los esfuerzos serios que está haciendo, no puedo, ni podrá, inventarse una vacuna de la noche a la mañana. Nadie puede. Entonces, como tiene que decir algo, asegura que su población está siendo vacunada, no con uno, sino con dos candidatos vacunales, mientras en silencio, sin mucha publicidad comercial o propaganda política, acepta y pone vacunas chinas, que tampoco nadie sabe de qué se trata.

El resto de los países productores, han ido entregado sus vacunas a la OMS, sin embargo, Cuba no lo ha hecho, quizás piensen que sus “recetas” tienen que ser más secretas que la fórmula de la Coca Cola.

Bueno lo cierto es que Estados Unidos, que también viene vacunando a su población con vacunas, ahora presenta dos nuevos, ahora sí, candidatos vacunales, a partir de los cuales el COVID y cualquier otro virus se aleja.

Candidato vacunal UNO y candidato vacunal DOS, son dos piezas de bistec Tomahawk, de res obviamente, al estilo hombre de las cavernas. Son dos trozos de carne pegada al hueso de la costilla de la vaca, de casi 2 pulgadas de grosor, a las que, si se quiere, sólo con un poco de sal y pimienta, se le convierte en una buena medicina para elevar el sistema inmunológico de cualquier ser humano. 

Les dejo las fotos. La información de cómo se trabaja con estos candidatos y luego cómo consumirlos, es fácil de encontrar, los resultados científicos están todos publicados en internet. También se puede leer sobre las contraindicaciones y consecuencias que, a diferencia de otras vacunas, están muy bien definidas para estos candidatos vacunales UNO y DOS.

Ellos, bien administrados, pueden ser consumidos por todos, sin importar enfermedades o padecimientos crónicos, incluso están tan bien recomendados, que pueden ser suministrados a las mujeres embarazadas y a los niños.


 

Candidato vacunal UNO y candidato vacunal DOS, de producción norteamericana, la mejor opción. Cosa que asegura que Fidel Castro tenía razón con aquella idea de que Cuba produciría la mejor carne de res del mundo y que todos los países irían a la isla a comprar la exquisita carne de res, sólo que Fidel murió joven y sus ideas en investigación, todavía no las había terminado. Al morir tan joven, se llevó con él las fórmulas de toda aquella carne.

Candidato vacunal UNO y Candidato vacunal DOS, se encuentran en Estados Unidos, probablemente como resultado de el robo de algún cerebro de alguien que participó con el líder cubano en sus planes y experimentos.

domingo, 17 de octubre de 2021

Halloween 2021

Otra vez, ahora en 2021, preparándonos para Halloween. Creo haber escrito ya sobre esta fiesta de todos los norteamericanos, que a mí me sigue sin llamar mucho la atención. Puede celebrarse o no y no me cambia mucho la vida.

En realidad, es una tradición para la cual se preparan todos, las familias, los jóvenes, en los centros de trabajo  y sobre todo los niños. Creo que es, sin temor a equivocarme, una de las principales y más disfrutables fiestas en el año.

Jonathan. 2019

Mia e Isabel, su abuela paterna. 2019
Tan pronto comienza octubre, todo se vuelca para preparar Halloween. Unos salen a comprar disfraces, otros se los fabrican. Es típico lo de las calabazas, actividad que sobre todo los niños comparten con sus padres, porque lo lindo comienza por comprar calabazas, ya sea en los supermercados o ir a recogerlas  al campo, donde fincas y granjeros, cada año, hacen exposiciones de todos tipos y tamaños de calabazas para vender.
2021

Todo se adorna con ese objetivo, casas, carros, jardines, parques, etc. Como la idea está vinculada a lo oscuro, a crear miedo, los disfrazases y decoraciones, mientras más estrafalarios, mejor. Abundan las maldades, los chistes oscuros, todo con el objetivo de divertirse. Las personas salen a la calle a hacer visitas, a caminar por sus barrios, a fiestar.

Es el momento para disfraces donde las personas aparecen desformadas, vestidas de brujas y de esqueletos, aparentemente ensangrentadas, golpeadas, heridas, etc. 

Los niños son estimulados por las escuelas, los trabajadores son animados por sus centros de trabajo a salir a la calle a fiestar. Los primeros en las noches salen a recorrer sus barrios, tocando las puertas de las casas para tratar de asustar a sus vecinos, los que se supone que salgan a la puerta y para evitar el “mal”, regalen caramelos, chocolates, golosinas. Esa noche cada niño recoge una enorme cantidad de dulces que luego hay que administrarles en los próximos meses. Es una linda y, sobre todo, dulce tradición. Generalmente los vecinos, con niños o no, se preparan para las visitas durante toda la noche de los niños de sus barrios, pocos se arriesgan a abrir una puerta con las manos vacías.

2021
Aunque no me llama la atención, eso de disfrazarme y salir a la calle, quizás porque no lo tengo como tradición o soy, sencillamente, aburrido, conozco del tema de cerca por mi nieta Mia. Ella tiene seleccionado ya desde hace semanas sus dos disfraces para este año y, por supuesto, ha ido a seleccionar sus calabazas y como antesala del día de Halloween, ya ha disfrutado con sus papás el tema de la preparación, o sea, trabajar con las calabazas para convertirlas en adornos de miedo.

Debo decir, a favor de mi proceso de adaptación, que siempre he querido comprarme una de esas muñecas viejas y feas de tamaño real, con tipo de bruja, que encienden los ojos y dicen frases con voz de ultratumba, a la cual le tengo puesto un nombre en secreto, para sentarla en la sala de mi casa, pero Martica, más aburrida que yo, nunca me ha dejado.

Me llama la atención, porque en los mercados norteamericanos y muchos otros lugares, ya dije en fincas de campesinos, aparecen entonces miles y miles de calabazas que no se utilizan para comer, sino que se destinan a Halloween y luego pasada las fiestas, a los días, se echan a la basura.

¿Cuántas calabazas? Ni idea, pero deben ser millones porque vivimos en un país de más de 300 millones de personas y la gran mayoría, niños, jóvenes y viejos las compran para adornar. Pero, además, las comprar por grupo, cualquier casa o apartamento puede tener 3, 5, 7, o más calabazas en los portales o balcones, de diferentes tamaños y con diferentes diseños.

De más está decir que también para esta fecha se venden, no sólo trajes o disfraces, sino todo lo imaginable e inimaginable que puede complementar los diseños, adornos de plásticos, esqueletos y personas feas, desformadas, incluso de tamaño real, más, inflables, máscaras, etc. 

Halloween debe producir un gran dinero en el orden de los muchos millones de dólares en compras y alquileres. Muchas de ellas sólo usables el presente año, porque para el año que viene y así sucesivamente, cambian los diseños, los muñecos, etc. Lo que siempre se mantiene es la tradición de las calabazas

2021

2021
¿La calabaza de Halloween se come? Pues si claro, sin embargo, a pesar de que la calabaza aparece en diferentes variantes, tamaños, colores y obviamente precios, estas, las de Halloween, no son muy comunes de encontrarse fuera de esta fecha, por lo que supongo que nadie las usa para comer.

He visto calabacitas del tamaño de una pelota de baseball e incluso más chicas, hasta calabazones más grandes que una de esas pelotas inflables que las personas utilizan para hacer ejercicios. Creo que, sobre todo, estas más grandes, sería poco negocio, por lo tanto, poco probable comprarlas para comer, pues para agotarlas, cualquier familia tendría que estar comiendo calabaza todos los días por lo menos, como mínimo, por un año. Por suerte hay otras cosas para comer.

2021
2021

 

 

 

 

jueves, 14 de octubre de 2021

"Seamos la pesadilla de los que pretenden ...", propuso Díaz Canel

Entonces, ¿en qué estamos ahora?











Bueno, después de escuchar varias veces la intervención del Fiscal General de la República de Cuba, que reproduje en mi último artículo y salir del bloqueo que ellas me produjeron, me he puesto a pensar.

El Sr. Fiscal aseguró que en Cuba la posibilidad de manifestarse no constituye un delito, sino que, amparado en la constitución, es un derecho de las personas, esa idea así dicha suavemente, tal como si se cantara un bolero, ahora en el 2021, puede hacer colapsar a cualquiera.

Si Cuba fuera seria, o sea, tuviera un gobierno serio y nosotros mismos los cubanos fuéramos serios, tendríamos que entender que el fiscal nos dijo a todos, los de aquí, los de allá, los de acullá, que hemos estado 62 años comiendo mierda, que hemos sacrificado nuestras vidas, algunos lanzándose al mar o cruzando las selvas, otros emigrando para incluso los lugares más inhóspitos del planeta, hemos estado sufriendo, aguantando, hemos sido apartados, reprimidos, eliminados, mal mirados, por gusto, porque la posibilidad de pensar diferente, tener diferentes ideas políticas e ideológicas y salir a manifestarlas, ha sido siempre un derecho que tuvimos y tenemos.

Esto no puede ser serio. En el mismo momento que el gobierno está deteniendo a muchas personas, mujeres y hombres, por sólo haber salido a marchar y manifestar lo que pensaban, la máxima representación de la fiscalía del país dice así de sencillo que pensar diferente y manifestarlo no es un delito. ¿El tipo sabrá lo de la represión y detenciones arbitrarias? A lo mejor está tan ocupado, que no.

Esto no puede ser serio. Claro que, de haber conocido y experimentado ese derecho, no hubiéramos podido estudiar, trabajar, tener familia, ir a fiestas y paseos, porque nos hubiéramos pasado todos los días de nuestras vidas en la calle manifestando nuestro descontento. En realidad, cada idea, cada estrategia, cada acción del gobierno, muchas de ellas fracasadas antes de llevar adelante, hubiera merecido que saliéramos a la calle a manifestar nuestro descontento o desacuerdo.

Uno supone que el fiscal general de Cuba sea una persona instruida y conocedora de las leyes, incluyendo la constitución, suposición a veces peligrosa, porque también muchos sabemos que no es precisamente el conocimiento técnico o profesional, la especialización y los buenos resultados en algo, lo que hace que se llegue a ocupar cargos o puestos de dirección, por el contrario, a veces uno tiene la idea de que mientras menos sepa la persona escogida para dirigir algo, más méritos tiene.

Esto es seguro, mientras menos conocimientos, pero mayor incondicionalidad, por lo menos pública, al partido comunista y la revolución, que para los que gobiernan en lo mismo, mejor es. Menos profesionalidad o más incondicionalidad, mejor para el manejo. Nada más hay que observar a la figura del presidente en oficio Díaz Canel.

Lo cierto es que, aunque fuera para lavar la imagen, sobre todo internacional de Cuba y los sucesos a partir del 11 de julio, esa persona frente al pueblo de Cuba, en Cuba y fuera de ella, aseguró que las manifestaciones eran no sólo legales, sino que estaban amparadas y reconocidas por la constitución vigente, mala o buena.

Creo que esto desató el juego con las fechas. Varias organizaciones dentro del país, supuestamente amparadas por las palabras del fiscal general, comunicaron a las autoridades pertinentes, que estaban solicitando permiso para una manifestación o varias en diferentes ciudades y pueblos del país, para el día 20 de noviembre, aclarando que la manifestación sería pacífica y que los organizadores se responsabilizan con el cumplimiento de las normas y buenas conductas establecidas y esperaban que las fuerzas del orden, digamos la policía, actuara no para reprimir, sino, tal como lo manda uno de los objetivos de su existencia, para proteger, organizar y viabilizar.

Primero habría que recordar a favor de los posibles futuros marchantes, que la manifestación es un derecho humano fundamental, reconocido en la Carta de los Derechos Humanos, de la cual Cuba, aunque no lo parezca, es signataria. No importa si la manifestación, lo que significa el derecho de expresión y de reunión sea de una mayoría, una minoría o una sola persona. No importa si lo que se pide beneficia al 100% o solo a una parte de la población que quiere reconocimiento y derechos, por ejemplo: orientación sexual, defensas raciales y/o étnicas, defensa de territorio, propiedades, etc.

Entonces esto aplica también para Cuba, donde, es cierto, según las cifras del gobierno que el 86% de la población apoyo la constitución vigente, lo que quiere decir matemáticamente que existe otro 14% que lo ve diferente y quiere expresarlo. Lo del 86% los suecos no lo saben, pero los cubanos sí sabemos cómo se consigue desde siempre. La vida ha demostrado que muchos no sabemos por qué votamos, a mucho no nos interesa por lo que votamos, sencillamente vamos votamos y nos sacamos las consecuencias de arriba. Luego, lamentablemente somos contados dentro de esos siempre mayoritarios por cientos y exhibidos al mundo. Un poco recogemos lo que hemos sembrado.

Por tanto, la manifestación es un acto pacífico y sin armas, lo que basta para considerarlo diferente a una rebelión, que sería el último recuerdo de un pueblo sometido, cosa aclarada en la petición temprana.

Habría que ser muy ingenuo, creo que los organizadores no lo son, para creer que la respuesta sería afirmativa. No es ni tan siquiera imaginable que el gobierno, el mismo que reprimió y reprime aún a los cubanos, se calculan más de 1000 detenidos por manifestarse el 11 de julio, diera el visto bueno para que en toda la isla se produjeran manifestaciones pacíficas, pero con consigna de: Abajo todo lo que existe, Bye, Bye Díaz Canel, lo que queremos es Patria y Vida como antítesis de la ya septuagenaria Patria o Muerte repetida y repetida por Fidel Castro y otras muchas personas.

Como era de esperar el gobierno no respondió, ni sí, ni no, sino que anunció una jornada de tres días de ejercicios por la defensa nacional que “coincidentemente y por casualidad” se organizó para los días 18 y 19 y 20 de noviembre.

¿Qué significa esto? Pues tres días de ejércitos y tropas acuarteladas, ejercicios y maniobras militares, desfiles, policía, ejercito y Ministerio del Interior, más obreros, campesinos, estudiantes e incluso niños, entretenidos y movilizados jugando a la guerra. Las calles ocupadas, desplazamiento de personas, probablemente exhibición de alguna técnica, a la vieja usanza soviética, canciones y poemas, fotos y consignas elaboradas y repetidas por Fidel Castro. Algo de Martí siempre.

¿Qué significa esto? En un momento donde hace unos días, el comandante Ramiro Valdés, no sé exactamente porque él, aunque es lo de siempre, declaró que Cuba necesitaba 250 millones de dólares para resolver el tema de los apagones, sólo para el asunto del suministro de electricidad, sin contar la comida, la medicina, las edificaciones en ruinas que se caen y las otras en ruinas que se mantienen en pie gracias a la fuerza de la gravedad, la carencia de ropas y todas las demás cosas y un gobierno que anda llorando por las esquinas por la falta de créditos internacionales y por ello la falta de monedas libremente convertibles, hoy se pretenden utilizar millones de pesos cubanos y por qué no, miles y miles de dólares invertidos en: meriendas, almuerzos, combustibles, desvió de transportes, cierres de cientos de trabajos productivos y escuelas, parálisis total de la producción que aún pueda quedar, etc. Todo esto y más, ahora sólo para impedir la marcha planificada por aquel super desventajado 14% para el 20 de noviembre. Se sigue entreteniendo a la población con aquellos típicos ejercicios llamados de defensa nacional, sin que exista la más remota idea y posibilidad de un ataque desde el exterior. El ejercicio de defensa nacional, tradicionalmente organizado por el ministro de las Fuerzas Armadas, hoy se ha ordenado por el presidente del gobierno y del partido comunista Díaz Canel.

Los futuros marchistas, más flexibles como es de suponer y públicamente no interesados en chocar violentamente con el gobierno, menos en infringir una supuesta ley, declararon que cambiaban su fecha para el 15 de noviembre. De esta forma ambos bandos tendrían su espacio y días. Los marchantes el día 15, el gobierno sus tres días de la defensa nacional, el 18, 19 y 20 del mismo mes.

Mientras esto ocurre, como pueden ver, cartas, comunicados, citaciones para entrevistas, etc., de aquí para allá, Díaz Canel, el parecer más como bandido que como presidente de un país, quizás acostumbrado ya a todos los epítetos que le han caído arriba, aquellos de asesino represor, dictador y sobre todo “singao”, publica en Twitter para el mundo, pero, ahora si para los cubanos de Cuba, la siguiente amenaza:

Luego de aquella orden, criticada por casi todo el que la conoció, de forma individual y como instituciones, donde daba riendas sueltas a la represión a aquellos dentro de Cuba ávidos de reprimir, ahora dice que se convertirán en la pesadilla de aquellos que intentan pacíficamente demostrar su descontento y exigir una nueva forma de vida. ¿Qué puede significar ser la “pesadilla” desde el poder? No creo que se refiere a leer cuentos de misterio en las noches.

Este tipo es un loco, emborrachado de poder. Capaz de pasarle por arriba a “malanga”, con tal de mantener su buena vida, sus privilegios. Lo de sueños, tal como dice la publicación, es más que todo asqueroso. Habria que preguntar al pueblo de Cuba desde cuándo no tiene un feliz sueño.

Bueno, Archipiélago, una de las organizaciones que públicamente aparece como organizadora de la manifestación en su nueva fecha y el resto de las organizaciones provinciales, aunque no reconocidas como organizaciones, sino sólo como personas individuales, recibieron la misma respuesta directa y concreta al cambio de fecha para el 15 de noviembre, firmadas en cada caso por el responsable del gobierno en cuestión, mientras ya, se le han cortado los servicios de internet y teléfonos a muchos de ellos y otros ya han sido citados para entrevistas de intimidación.

Aquí la comunicación textual del NO:


La respuesta esperada. El gobierno se queda sin argumentos y entonces impone la fuerza. Para ellos el socialismo cubano, que ya no es tal, aunque lo sigan llamando así, es irrevocable y por tanto se pretende eterno. Los marchantes no son cubanos, son extraterrestres acabados de llegar, que vienen a querer cambiar todo lo lindo que tenemos.

El gobierno sin argumentos cae el juego peligroso y parece no importarle, sin prever el posible desastroso futuro, parece tal como si estuvieran jugando a uno de aquellos juegos infantiles cubanos, policías y ladrones. El gobierno se plantea competir con un grupo de cubanos, con una parte del pueblo al que debería estar obligado a escuchar, resolver, ayudar, entender, priorizar.

El gobierno tiene miedo y en realidad no cree en lo del apoyo del 86%, entonces como única solución prohíbe y declara ilegal, tal como cualquier dueño absoluto, lo que da pie a una nueva ola represiva si los marchantes solicitantes salen a marchar.

Nadie puede calcular lo que podrá ocurrir si esas dos fuerzas, marchantes convencidos y fuerzas represivas autorizadas, chocan en las calles. Nadie puede imaginar lo que se conseguirá.

Resulta fácil para el gobierno: es ilegal, están pagados por los Estados Unidos, argumento que ya nadie cree y a nadie le importa, afecta a los intereses de otros, etc., por tanto, está prohibido.

Lo mismo querían hacer los faraones, pensaban que el esclavismo debería ser eterno. Roma de seguro envió una comunicación a Espartaco diciéndole que no podía intentar ser libre, menos convencer a otros. Roma tenía también que ser eterna. Nuestro Céspedes se la comió, le dio la libertad a sus esclavos en contra de los intereses de los esclavistas y hacendados cubanos. ¿Cómo se le pudo ocurrir? Y Martí, nuestro Apóstol, de seguro envió un mensaje a la Corona Española diciéndole que preparaba una revolución para independizar a Cuba y los nobles españoles le respondieron que ni se le ocurriera, cómo iba a afectar y quitar a la “Madre Patria” una de sus últimas posesiones. Martí, de seguro para España fue un egoísta.

Martin Luther King se hubiera ahorrado los tiros que lo mataron, porque los negros americanos, según los blancos de aquellos años, no debían tener derechos y Mandela se hubiera ahorrado dos décadas de cárcel, porque para qué querer cambiar el orden del Apartheid, si los boers y sus descendientes eran felices.

El gobierno cubano incapaz y temeroso cae en la trampa y públicamente ahora niega el derecho a una manifestación pacífica y organizada, colocándose ellos mismo el desagradable cartelito de gobierno totalitario y dictadura, no precisamente la tan conveniente por años, del proletariado. Ahora descubiertos e imposibilitados a negarlo, sus propios pocos amigos, serán sus más activos detractores.

Díaz Canel desde su sillón cómodo, desde su oficina, propone convertirse en pesadilla de todos aquellos que pretenden cuestionar su poder, por el camino que ha escogido va a tener que matar a muchos cubanos.

Dios lo coja confesado, porque a los cubanos no nos interesará su confesión.











lunes, 11 de octubre de 2021

Manifestarse constituye un derecho constitucional en Cuba. ¿Pero, hasta dónde es el descaro?

El día 11 de julio, a partir de un levantamiento popular espontáneo en el poblado de San Antonio, muy cerca de la capital cubana, a lo que se sumaron otras ciudades y pueblos del país, la historia de nuestra isla comenzó a ser diferente.

Por más que el gobierno se ha empeñado en demostrar, como siempre, que esas manifestaciones estuvieron pagadas y organizadas desde el exterior y que sólo fueron pequeños grupos de “enemigos” internos que lograron sumar a miles de cubanos, que, según el propio gobierno, están confundidos, Cuba es un barril de pólvora que ha seguido reventando en pequeñas manifestaciones por el descontento sobre la realidad que se están viviendo, falta de comida, falta de medicamentos, apagones constantes, imposibilidad de resolver hasta las cosas más sencillas y que seguirá reventando en la misma medida que el gobierno paralizado no resuelve nada.

Desde el 11 de julio hasta hoy, se han seguido dando manifestaciones, protestas, cacerolazos, que, “confundidamente” piden: abajo el comunismo, abajo el partido comunista cubano, fuera Díaz Canel y Raúl Castro del poder, abajo la dictadura, la narco dictadura, la castro dictadura, etc., acompañados de los gritos de libertad y Patria y Vida.

Al parecer por los videos que se han visto, los marchantes, no parecían confundidos, ellos estaban gritando aquellas ideas que desde hace mucho se manejan en Cuba y dudo que todos fueron pagados por la CIA, los partidos y grupos de oposición que existen dentro de Cuba, el gobierno norteamericano y la “gusanera de Miami”. Se han visto muchísimas declaraciones de personas que aseguran, contradiciendo a la opinión oficial, de que ellos no están pagados por nadie.

Es bueno recordar que las protestas populares fueron pacíficas en un primero momento, las personas marchaban con sus celulares, gritando consignas, dándose ánimos unas a otras, pidiendo a aquellos que observaban desde balcones, portales y aceras que se sumaran a las marchas y en cada uno de los casos, o sea, pueblos y ciudades, el objetivo era marchar hacia los centros, frente a las delegaciones del partido comunista, etc.

Las protestas cogieron a muchos por sorpresa, a parte del mismo pueblo cubano, al gobierno norteamericano, a la nombrada enemiga gusanera de Miami y por supuesto al propio gobierno cubano, lo que hiso posible que los manifestantes avanzaran con sus objetivos, porque las fuerzas represivas, policía, seguridad del estado, militares, no tenían ordenes de qué hacer. Es cierto Cuba, por tanto, los cubanos, no estamos acostumbrados a que esto pase, las movilizaciones y marchas siempre han sido organizadas por el gobierno en favor del gobierno.

La respuesta no se hizo esperar. Díaz Canel, en su papel dual de presidente del gobierno y secretario general del Partido Comunista de Cuba, salió en la televisión y muy nervioso repitió que las calles eran de los revolucionarios y que la orden de combate estaba dada, con esto llamó a la sofocación y represión abierta contra esa parte del pueblo que valientemente salió a las calles a gritar que se han cansado de vivir como viven y quieren, después de 62 años de la misma forma de gobierno, un cambio total.

Lo que vino después también se ha visto gracias a los videos grabados por parte de ese pueblo. La policía, los militares, los miembros de la seguridad del estado, obreros y estudiantes fueron movilizados y armados con palos para obviamente golpear a mansalva, jóvenes que están pasando el Servicio Militar, llamado hoy “General”, pero que conserva su condición de obligatorio, también fueron movilizados.

Díaz Canel dio la orden directa y absoluta de reprimir y entonces las fuerzas del gobierno, ya no sé si convencidas o no, comprometidas o no, también pagadas o no, salieron en racimos, en grupos desequilibrados en número, a comerse, sin distinción, a todos los cubanos que les diera la gana o sencillamente estaban identificados como marchantes.

Tiros sin dirección, palos, tonfas, escudos y cascos, bombas de humo, etc. frente a algunos marchantes que como única arma tenían piedras que precisamente se fueron encontrando en los caminos. Algunas tiendas fueron vandalizadas y algunos carros de policías fueron virados. ¿Qué más podía hacer ese pueblo desarmado, desorganizado, que marchaba gritando consignas?

Luego, paralelamente, día a día, cuadra por cuadra, los miembros del gobierno salieron a cazar a los manifestantes, los recogieron en sus casas, sin órdenes de arresto, sin delitos. También se han visto las imágenes de 8, 10 policías arrastrando casas afuera a jóvenes, meterlos en camiones, carros de policías e incluso en carros privados o civiles. Personas arrancadas de sus casas sin que sus familiares sepan a dónde fueron a parar.

Las figuras conocidas de la oposición fueron levantadas de sus casas, hubieran participado o no, hubieran gritado o no. Muchos jóvenes intelectuales comenzaron, algunos continuaron en sus casas presos, vigilados 24 horas del día, imposibilitados a salir o recibir visitas, porque sencillamente al gobierno, sin ley, sin causa, sin delito, no le da la gana de que salgan o sean visitados.

Todavía hoy, 10 de octubre, existen miles de detenidos, algunos sin haber sido llevados a juicios, otros han sido sancionados hasta 10 años de privación de libertad con delitos inventados, sin real defensa y todavía hoy a tres meses de los sucesos del 11 de julio, se siguen, sin causa real, recogiendo personas y llevándolas detenidas.

Durante todos estos meses, los del gobierno, protagonizado sobre todo por Díaz Canel, han tratado de inventarse una versión de que en Cuba nadie fue reprimido, nadie fue agredido, no hubo golpes, ni tiros, menos heridos y muertos. El gobierno sigue insistiendo que los que salieron a defender las calles fueron cubanos “espontáneos” que apoyan a lo que ellos, ahora ridículamente, siguen llamado revolución.

Claro, todo esto, todas las intervenciones, tienen un solo objetivo, el exterior, el panorama internacional, porque sabemos que lo que piensan los cubanos al gobierno no le interesa. La medida de reprimir brutalmente al pueblo llegó a impresionar incluso a los antiguos amigos internacionales y el gobierno, sobre todo la figura de Canel más desprestigiada no puede estar.

Díaz Canel se complicó al públicamente dar la orden de reprimir. Los represores, hasta esos momentos contenidos, se desbordaron. Les habían dado una patente o licencia para matar.

A los pocos días, inexplicablemente para cualquier lógica, Canel aparece como invitado especial del presidente de México para participar en las celebraciones de la independencia de su país.

Objetivo. Lavar la imagen del presidente cubano. La intención entre colega puede haber sido buena. Nada mejor que un presidente electo democráticamente, reconozca frente al mundo a un homólogo.

Resultado. Fatal. A pesar de haber sido oficialmente invitado, Canel y el propio presidente mexicano, recibieron una gran repulsa. Muchos mexicanos, periodistas, senadores criticaron al segundo, al primero le dijeron que no era bien recibido y lo conminaron a largarse. Si, a largarse.

México, sede de la reunión anual de la CELAC, momento donde a Díaz Canel le dieron con el sartén, la escupidera y con todo lo demás que sirve para golpear. Varios presidentes, mirándolo a la cara, le dijeron dictador, asesino, frente a lo cual, Canel, casi al borde del ataque de nervios, respondió, una vez más, con unas palabras ridículas, las mismas que siempre utiliza el gobierno cubano para victimizarse y esconder sus problemas dentro de las acciones o no acciones de otros. La transmisión en vivo por la TV cubana, en el preciso momento en que algunos presidentes atacaron a Canel fue cortada y sacada del aire, para evitar de esta forma que el pueblo cubano, sentado frente a la TV, pudiera consumir lo que le estaban diciendo a su presidente.

Por menos que eso, con un poco de honor, a Canel le quedaban dos únicos caminos: darse dos tiros por si el primero fallaba o renunciar, montarse en un avión y desaparecer como Camilo o pidiendo VISA quizás en Corea del Norte.

Pero no, el miedo a tener que pagar, porque no es valentía, lo hizo regresar y establecer dos estrategias: por un lado, discursos democráticos con palabras lindas, limpiezas de imágenes, movimientos en secretos de las fichas que tienen en el exterior, incluyendo dentro de los propios Estados Unidos, creación de imágenes bajo inconmensurables mentiras sobre la tranquilidad que existe en Cuba y del enorme apoyo popular con que hoy, más que nunca, cuenta la revolución y por otro lado el aumento sistemático de una brutal represión, ahora con las llamadas “técnicas profilácticas” de las cuales Fidel Castro fue un experto.

Apagones constantes, corte, recorte y más recorte del servicio de internet, bloqueo de las cuentas de aquellas personas que ellos consideran peligrosas, reuniones para meter miedo, intimidar, chantajear, prisiones domiciliarias a muchos que, sin haber cometido delitos, ni haber sido sancionados por algún tribunal, están confinados dentro de sus casas, búsqueda y captura, más incomunicación de muchas de las personas reconocidas como líderes en contra, pero además intelectuales, artistas y ahora, otra vez, la deportación de algunos, o sea, VISAS y pasajes bajo intimidación y fuerza, para que muchos no estén más dentro de Cuba.

El gobierno y sus más destacados funcionarios se muestran preocupados por cualesquiera cosas que pase fuera de Cuba, da igual la noticia que una mujer parió trillizos en Australia, o que ha aumentado a nivel mundial el número de personas intolerantes a la lactosa o que no puede comer gluten, o que lamentablemente murió asfixiada una ardilla en Lincoln, mientras trataba de comerse una semilla de aguacate. No importa, la idea es desviar la atención y envenenar la opinión de esos doble pensadores dentro de Cuba.

A pocos días después de los hechos del 11 de julio y en medio de la enorme represión, nunca vista en Cuba, en el mismo momento en que las fuerzas de la policía, la seguridad del estado, se encontraban llevándose detenidos sin tan siquiera orden alguna, el gobierno envía a tres funcionarios, relacionados con las leyes y los juicios a dar una conferencia de prensa para, con un enorme manejo de tecnicismos, limpiar la imagen de las leyes, los procesos, los juicios, las sanciones, etc. Cada funcionario con un guion bien redactado y orientado trató de limpiar la imagen del Estado y el gobierno y por supuesto para justificar el procedimiento en algunos casos, apelaron a lo de siempre, la comparación con otras leyes, procesos, etc., en otros países del mundo, como para decir que Cuba no estaba haciendo nada fuera de lo normal. Un circo bien montado para un país donde la opinión del gobierno, no se cuestiona, por lo que los payasos pueden decir y hacer los chistes que les vengan en ganas.

Dentro de esas asquerosas maniobras, hay que destacar por su incoherencia, la intervención pública del Presidente del Tribunal Supremo, Fiscalía General y Bufetes Colectivos de la República de Cuba, el sr. Rubén Remigio Ferro, quién sin el más mínimo escrúpulo, en medio de arrestos, golpizas, desaparecidos temporales, etc., dio una conferencia de prensa para analizar o dar a conocer al mundo, ya dije que los cubanos no importan, los artículos de la constitución cubana que se refieren a la libertad de expresión.

Es bueno destacar que, al menos para mí, la constitución para los cubanos, más allá de estudiosos y profesores, tiene menos importancia que un libro de recetas de comidas. En estos 62 años siempre ha sido así.  La constitución es algo que no conocemos, no utilizamos, no sabemos para qué sirve y no nos importa. El gobierno tiene una Carta Magna tal como yo tengo un solapín o identificación de mi trabajo tirado en algún lugar que no utilizo, ni me sirve para nada.

A la cara, sin escrúpulos, sin salto en el estómago, que es algo más que ser mentiroso de oficio, sin el menor rubor y enviado por el gobierno, con el guion que tenía que seguir, este personaje afirmó lo siguiente que reproduzco textualmente:

“Las opiniones diversas, incluso de sentido político diferente al imperante en el país, no constituyen delito. Pensar diferente, cuestionar lo que se está haciendo en sí mismo no constituye delito. Es más, manifestarse más que constituir un delito constituye un derecho constitucional de las personas. La libertad de opinión, la libertad de prensa, de creencias incluso de filiación política e ideológica, es no constituye delito. La cuestión aquí no ha estado en irse a manifestar, algunas de las inconformidades van por ahí, no sé si tendrán razón o no”.

Yo me quedo sin ideas y por supuesto sin palabras, cosa que en mí es bien fuerte.

No sé exactamente qué puedo decir después de esta afirmación. Dejo a cada uno de mis lectores, que puede tener diferentes edades, sexos, inclinaciones políticas e ideológicas, incluso pueden tener posiciones, más o menos radicales que les mías, que lean varias veces esta afirmación, que ha sido copiada aquí por mí textualmente de la intervención de este funcionario y díganme qué se puede pensar.

Los cubanos salieron a la calle de forma espontánea, nadie ha podido probar que estaban pagados y lo de pagados tampoco cambiaría lo que pasó, sólo les pudiera cambiar la denominación de “enemigos gusanos” a “enemigos mercenarios”. A continuación, el presidente del gobierno y máxima autoridad del partido comunista dio la orden de reprimirlos, de pasarle por arriba. Eso ha desatado hasta hoy centenares de detenidos, desaparecidos temporalmente en la misma medida de que han sido sacados de sus casas y llevados a centros de investigación, muchos de ellos no convencionales o conocidos por la población en general, muchos sancionados hasta a 10 años de privación de libertad. Mujeres jóvenes separadas de sus hijos, menores de edad detenidos, golpes, heridos. Y este funcionario asegura frente a las cámaras y grabadoras de los periodistas, sobre todo extranjeros, que, en Cuba, ha sido y es en la actualidad un derecho emitir criterios diferentes a la oficialidad e incluso manifestarse públicamente.

¿Alguien puede ayudarme a entender?, ¿Cuántos serán los culpables el día del juicio final?, ¿Por dónde habría que colgar a este tipo?