* Advierto, sobre todo para los expertos, que en el presente escrito mencionaré a demócratas y republicanos, lo que no significa que estoy pretendiendo establecer una definición absoluta, ni histórica de ellos. Sólo hablo de los de hoy, de los que veo y vivo.
Es cierto que las personas cambiamos y por tanto todo lo demás que depende de ellas cambia. Es cierto que las organizaciones de cualquier tipo creadas por el hombre deben de cambiar o tienen que cambiar en dependencia del momento histórico que se viva.
Dentro de esto, un buen ejemplo son los partidos políticos, los cuales, sin apartarse de sus bases ideológicas básicas, lo que le garantiza el apoyo de las personas, es probable que se vean obligados a adaptar sus postulados adecuándolos a la vida que llevan. Adaptar es una cosa, cambiar es otra. Si la base del partido es azul océano, pues es entendible un cambio a azul cielo, pero si el cambio es para blanco, entonces ha dejado de ser lo que era y se ha convertido en otra cosa, aunque mantenga el mismo nombre.
Por ejemplo, sería absurdo hoy hablar de eliminar la
esclavitud, porque ya la esclavitud clásica no existe, sería además de una
pérdida de tiempo, un desenfoque total, sin embargo, mirando cómo vivimos,
podría ser bueno que ese mismo enfoque se dirija a exigir que no existan y que
no se permitan nuevas manifestaciones, aunque solapadas de esa forma de vida, por
sólo mencionar algunas, la esclavitud o explotación infantil, de las mujeres,
etc.
Tenemos muchos partidos políticos en Estados Unidos, aunque la mayor fuerza se concentra en los famosos partidos Demócrata y Republicano. El primero hoy tiene colocado al presidente número 46 de la historia de la Unión, el Sr. Joe Biden, quien, por su trabajo, el cual, aunque es arriesgado, ya muchos políticos y expertos, califican de MALO, en sólo 100 días de gobierno, ha recibido muchos sobrenombres y frases célebres, que están mostrando lo que muchas personas aquí sienten, algunas de ellas son: “el presidente heladero”, lo que da a entender que no le importa y puede resolver nada; “Let´s go Brandon”, (Brandon=Biden) y la más explícita y simpáticamente cariñosa, “Fuck Joe Biden”, que dentro del argot popular norteamericano se explica por sí sola.
Hoy, por la libertad que tenemos para manifestarnos, las dos últimas aparecen por donde quiera. En vallas publicitarias en las carreteras, en camiones y rastras que se mueven por todo el país, coreadas por miles de personas en los estadios y en las manifestaciones y repetidas por ciudadanos norteamericanos delante de las cámaras de los periodistas que representan a los medios de información estadounidenses. “Fuck Biden” es una idea que muchos norteamericanos exhiben en sus casas, banderas, fiestas, cortos videos, etc. Para aquellos que venimos de Cuba, a pesar de vivir aquí hace ya algunos años, no deja de ser impresionante ver dentro de un estadio de pelota, al público, o sea, miles de personas paradas, disfrutando con corear esta frase, algo así como lo que pasa en algunas calles de Cuba, cuando algunos cubanos corean aquello de: “Díaz Canel Sin´gao”.
Hace muy pocos días, Biden, cumpliendo con la tradición, dio su clásico discurso al país, “El Estado de la Nación”, al término de sus primeros 100 días de trabajo como presidente. Tarea donde el presidente a cargo informa los resultados de su gobierno y los planes a seguir durante sus, por lo menos, primeros próximos cuatro años de trabajo.
He escuchado el discurso dos veces antes de poder
escribir, una en inglés y así practico y la otra doblada al español, lo que
siempre puede ser arriesgado, porque las traducciones no son buenas, pero por
razones obvias resultan más fáciles.
Lo primero que detecto es que los demócratas, frente al evidente desprestigio de su presidente, como para lavarle la mala imagen, sabiendo que muchos incluyendo a los propios ciudadanos demócratas están disgustados o al menos preocupados, llegaron al acuerdo de, planificadamente, levantarse y aplaudir, estuviera Biden diciendo lo que estuviera diciendo. El objetivo, como en un circo, fue levantarse y aplaudir cualquier cosa de forma constante.
Detrás del presidente, al cual la cámara de TV enfocaba fijamente, se encontraban la vice presidenta Kamala Harris y la congresista Nancy Pelosi, que ocupa el importantísimo puesto por segunda vez, desde el 2019, de “Speaker of the United States House of Representatives”, que, entre otras cosas, es la sucesora en el gobierno después del vicepresidente, cuyas misiones, vean el video, fue sonreír siempre, aplaudir efusivamente, hacer muecas inexplicables aprobativas a las palabras de su presidente y levantarse cada 5 segundos, tal como si tuvieran un resorte en las nalgas, a tal punto que pienso que el mismo Biden se debió preguntar sobre qué les pasaba a esas mujeres y debe haber llegado a pensar que ambas tenían oxiuro.
Si uno pudiera enajenarse de la realidad o estuviera
viviendo al otro lado del planeta, que no fuera hoy Ucrania obvio, podría
parecer, escuchando al presidente, que todo está bien, que nuestro país está
pasando por uno de los mejores momentos de su historia y que el futuro está
garantizado en positivo.
Sólo que para los que aquí vivimos es fácil concluir que todo lo que dijo es MENTIRA de principio a fin. Biden, el mayor crítico del presidente que lo antecedió, sabiendo, porque tiene que saberlo, que ocupa ese cargo a partir de un gran fraude, que se ocultó finalmente para salvar, pienso yo, la desastrosa imagen de las pasadas elecciones en la Unión se subió al podio conociendo su desprestigio en una gran parte de la población norteamericana, a mentir descaradamente.
Veamos parte de ese discurso.
Lo primero que mencionó fue el tema más que obligatorio de Ucrania, diciendo que era una guerra que estaba avisada, en realidad no es una guerra, sino la invasión por la fuerza armada de una potencia mundial, Rusia, contra un pequeño país, Ucrania. No es una guerra entre dos países tan siquiera, sino el deseo de un loco por ocupar vía destrucción un territorio que no le pertenece y cuyos habitantes no quieren ser ocupados.
Pero, la pregunta es: ¿Si la guerra estaba avisada, si Estados Unidos conocía por adelantado el hecho, porque no lo impidió? Tal como dice el presidente ucraniano, cuántos muertos tienen que existir para que el mundo y dentro de él, los Estados Unidos, paladín de la democracia, la libertad, etc., intervengan.
Biden dijo que pasó meses preparándose y creando coaliciones en Europa, Asia y África para enfrentar a Putin, para entender cómo justificaría la agresión y que ahora el mundo libre le pide cuentas a Putin, que ha quedado aislado del mundo. Que juntos, se refiere a Estados Unidos y sus “supuestos” aliados en este momento, han creado sanciones potentes para sancionar a Putin y a Rusia, pero es que Biden pensó que el presidente ruso, no sabía lo de las sanciones. Putin, que puede ser un loco, pero no es anormal, lo sabía. Sabía que lo primero que le harían era sancionarlo económicamente para evitar el movimiento de los rublos rusos y así y todo atacó y sigue atacando.
Es ridículo, Biden dijo que están persiguiendo a los yates y los aviones privados de los millonarios rusos, como algo importantísimo que ha hecho y ¿esto qué tiene que ver con los bombardeos a Ucrania?, además, que han cerrado junto con los aliados los espacios aéreos de algunos países para presionar a la economía rusa. ¿Y eso que le importa a Putin?, ¿Le importó a Hitler, en su locura que la economía alemana se desgastara en una guerra de conquista megalómana?
Biden, bajo aplausos, dijo que estaba enviando a Ucrania mil millones de dólares para "aliviar" al pueblo ucraniano en su sufrimiento. Pero, es que este tipo está jodido, si piensa que el dólar puede sustituir o aliviar el sufrimiento de familias que han perdido todas sus propiedades bajo las bombas, aliviar el sufrimiento de los ucranianos que están huyendo desesperadamente por las fronteras a los países más cercanos o que los dólares puedan ocupar el lugar de los familiares y amigos muertos. La cámara toma a la embajadora de Ucrania que estaba sentada en el público y ella se levantó y aplaudió como muchos otros, pero su cara reflejaba el mismo análisis que acabo de hacer. ¿Dólares para aliviar?
Dejó claro que efectivos norteamericanos no participarían en el conflicto armado, pero que sí estaba vigilando por si Putin se metía con algún país miembro de la OTAN, entonces quizo decir, Ucrania que se joda. Dedicó unas palabras hermosas al orgullo ucraniano y sentenció que tendrán días, semanas y meses muy malos, pero que Putin pagará a largo plazo lo que está haciendo. ¿Largo plazo? Imagino a Putin sentado en su cómodo salón del Kremlin, tomando vodka acompañado de sus generales, todos muertos de la risa con los chistes del presidente de Estados Unidos.
Y entonces cayó en el verdadero problema, el que todos estábamos esperando, nuestra Unión. Sobre esto dijo que había dado la orden para liberar millones de barriles de petróleo de la reserva estratégica nacional para, entre otras cosas, no depender del petróleo ruso. Con esto trató de echarle la culpa a Putin y al conflicto con Ucrania de los altísimos precios de los combustibles dentro del país, que pienso que por lo menos alguien tiene que haberle comentado, es probable que el presidente "heladero" no eche gasolina nunca y su avanzada edad no le permita ver desde su auto los precios de los combustibles en los servicentros.
Esto es una gran mentira, los precios de la gasolina
ya venían altos antes de que Putin disparara el primer proyectil. Si recordamos
cuando el gobierno de Trump la gasolina estaba a menos de $ 2.00 dólares el
galón, hoy aquí en Texas está a $ 3.99, en Miami a casi $ 4.00 dólares y he
escuchado decir que en estados grandes e importantes como California a casi $ 7.00
dólares. Y como una abuelita cariñosa, a Biden sólo se le ocurrió decirle a los norteamericanos que: “vamos a estar bien”.
No dijo cuándo, no dijo cómo, sólo repitió dos cariñosas veces, “vamos a estar bien” Bueno, no sabemos cómo, pero lo cierto es que en menos de los primeros 100 días del gobierno demócrata de Biden, todo, exactamente todo y no únicamente la gasolina, ha subido de precio.
Mi mujer se queja cada santo día que pisa un supermercado porque a cada producto, no hablo de langostas, ni caviar, sino a cada simple producto le han subido el precio, a veces 20 centavos, a veces 50 centavos, a veces un peso, lo que significa entre el precio de la gasolina que hay que echar para mover la vida y los supermercados nada más, el poder adquisitivo del norteamericano ha disminuido representativamente y por lo que parece seguirá disminuyendo.
Como él sabe, o sea, me refiero a Biden, que este es uno de los temas más candentes del interior, lo dejó ahí y continuó diciendo que podía asegurar que cuando todo esto termine Putin será más débil y el mundo será más fuerte. Muela bizca. Y afirmó que Putin puede rodear con tanques Kiev, pero no podrá extinguir los corazones. Tal parece que nuestro presidente es más un poeta, un dramaturgo, un cantante o un cuentacuentos que el presidente de una de las naciones más importantes del mundo actual. Putin no podrá extinguir los corazones de los que queden vivos, los de los que ya están muertos los extinguió, amigo Biden.
Cambió el tema, entonces para la pandemia e hizo una historia de su padre, como para tocar cierta fibra sentimental en los escuchas. Dijo haber liberado fondos para ayudar y haber vacunado a la nación. El tema de la vacuna es más que controvertido y sigue dando luchas. Millones de personas no admiten ser vacunados, otros millones se siguen infestando a pesar de que se ha puesto dos y tres vacunas. Y habló de un plan de rescate a la familia norteamericana que había funcionado. No muchos saben a lo que se está refiriendo. ¿Plan de rescate? Lo cierto es que el tema de los seguros médicos sigue siendo un tormento inacabable, no sólo hay que pasar un curso universitario para entenderlos, sino que siguen siendo muy caros y del tema medicamentos no hablar, el mejor fajarse con el oso que se faja Putin, que tener que tomar una pastilla.
Dijo, recuerden que sólo tiene 100 días de gobierno, que su gobierno en un año había creado más puestos de trabajo que en toda la historia de los Estados Unidos. ¿Dónde aprendió Biden? Cien días son tres meses, un año doce. Y que la economía había crecido a una tasa de 5,7%, la tasa más alta de los últimos siete años. Pero Biden, me pregunto, ¿cómo es que la economía ha crecido y se ha beneficiado, sobre todo, a la clase trabajadora, según tus palabras, y el precio de los combustibles se ha duplicado en pocos meses y a cada producto que uno se lleva a la boca se le ha subido el precio?, ¿Gil, el ministro de economía cubano, estará dirigiendo la economía de los Estados Unidos como una colaboración desinteresada para llevarlo a la ruina estilo Cuba?
Entonces Biden comenzó a enumerar una serie de promesas, todas de carretillas, muy difíciles de explicar aquí, porque haría este escrito muy largo, internet para todos, agua para todos, carreteras para todos, puentes para todos, puertos para todos, etc., pero bajo el mismo esquema ya conocido de, sobre todo, los gobiernos demócratas: yo, mi gobierno, va a dar, va a garantizar, va a repartir, nos estamos ocupando, nos comprometemos, etc. Aplausos planificados para demorar la cosa. La Pelosi, la que parece tener algún problema con los dientes, trataba de sonreír, pero lo que le salía era una mueca horrible en la boca, tal que yo llegué a pensar que se le caerían los dientes que evidentemente no son los suyos originales. Kamala, con su cuello de pesista profesional, siempre más fuerte en sus alegrías, tal como si supiera que la cámara la estaba enfocando. Esto me recuerda a Fidel cuando dijo que Cuba produciría tanta y tan buena carne de res, que el mundo entero, incluyendo a los “yanquis” por supuesto, harían filas para comprarla. Discurso "El Estado de la Nación", da igual, el populismo es igual donde quiera.
Los políticos y sus promesas. Imagino siempre que, para dedicarse a la política, las personas están obligadas a cursar y aprobar una asignatura que se llama “Cómo prometer algo que parezca real y que las personas que escuchan no las cuestionen y no se den cuenta de que son mentiras”. Es el mismo esquema, casi siempre para grandes campañas y elecciones, promesas que convencen, sin que las personas piensen mucho en ellas, los pueblos tienen memorias cortas, ya luego se encontraran las justificaciones cuando no sean cumplidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario