Si hay algo que Donald Trump ha utilizado muy bien en sus campañas políticas es la idea de “Drain the Swamp”, o sea, drenar el pantano, lo que significa o significó combatir a la corrupción del llamado Estado Profundo, que a todas luces existe en los Estados Unidos, aunque pueda parecer mentira.
Estado Profundo define que hay muchos estados dentro del estado
formal, dice que hay quienes mueven los hilos a conveniencia que no aparecen en
la TV o en los periódicos, asegura
que el verdadero objetivo está más allá del objetivo
público.
Al Trump no venir y formar parte de ese llamado Estado
Profundo, antes de ser presidente obviamente, parecía que le sería muy fácil
cumplir con su promesa, erradicar el movimiento de dinero sucio, acabar con los
compromisos corruptos en la política, por tanto, hacer un estado más eficiente,
más limpio y transparente.
Sus intentos parece ha hecho, pero creo que, o el
pantano es muy, muy grande, o no se tienen los mecanismos y herramientas para
drenarlo o ambas cosas, o, peor, el pantano es tan fuerte, profundo y peligroso
que es capaz de paralizar cualquier acción contra él.
El pantano puede hoy tener atrapado el mismísimo
Trump. La frase de “detrás de toda gran fortuna hay un crimen, un delito o una
injusticia”, que se atribuye al escritor francés Honoré de Balzac, con aquella
reflexión de que a menudo, muy frecuentemente, siempre existen elementos
oscuros o ilícitos, detrás no sólo de las grandes riquezas económicas, sino
detrás de muchas aparente nobles y desinteresadas actuaciones, obvio no es una
ley absoluta, pero casi lo es.
Lo de drenar una bañadera o lavamanos tupido es más
viable, parece que drenar todo el pantano, puede ir quedando como una idea
noble, pero irrealizable.
Estados Unidos viene viviendo hace
casi 20 años un buen ejemplo del Estado Profundo o quizás, para este caso, un
pantano particular, vinculado a dos figuras principales, no las únicas, pero al
parecer las protagónicas, el norteamericano Jeffrey Epstein y su novia,
compañera de trabajo, asistente, guía, cómplice, jefa de su red de tráfico
humano y de jóvenes menores de edad muchas de ellas, para uso y abuso sexual,
la británica Ghislaine Maxwell.
Sería imposible escribir algo corto sobre este caso. La información que se ha hecho pública es tan alocada, enredada y enorme que sería imposible organizarla y hacerla entendible en pocas palabras y parece que la información pública sobre todo esto, es sólo una pequeña parte de la verdadera información.
Jeffrey y Ghislaine han
protagonizado el caso mayor de corrupción de todos tipos de la historia de los
Estados Unidos, dejando cortos por mucho, digamos a Nixón y su Watergate, a
Clinton y su Lewiski, a la teoría de la conspiración de Bush y las Torres Gemelas,
por sólo citar algunos.
Ambos, millonarios, millonarios, se
las agenciaron para actuar con inmunidad ce impunidad hasta hace muy poco y
tener una cartera de amigos, socios, comprometidos, deudores y endeudados, que
reúnen a los más ricos y selectos del mundo. Su influencia fue desde
integrantes de realezas, políticos de muy alto nivel, incluyendo a varios
presidentes de la Unión, empresarios multimillonarios, jueces, policías y
detectives, no sólo de los Estados Unidos, sino de casi todo el mundo mundial.
Es bueno destacar que Trump y Epstein fueron, al parecer, amigos muy íntimos y
para colmo vecinos en unas de las propiedades que ambos tenían, durante algún
tiempo, amistad que, también parece, se rompió por desacuerdos económicos y no
por otras razones.
El caso Epstein y Maxwell deja
chiquito cualquier otro, de ahí que llame la atención sobre todo por el secreto
a voces con que actuaron por muchos años. Hoy nos quedan los chismes.
Finalmente, Epstein fue puesto preso,
después de haber tenido varios juicios con sanciones irrisorias y dicen que se
suicidó en la cárcel de máxima seguridad donde estaba, en la cual todos los
mecanismos de vigilancia que tenía sobre él, humanos y tecnológicos, fallaron,
se rompieron, se quedaron dormidos, etc., lo que desata la teoría que lo
suicidaron y a su cómplice, la Maxwel,l le metieron 20 años, pocos para mi
gusto. Ella era tan culpable como él, si no más. La idea de que una mujer,
entre otras cosas, se dedique a reclutar muchachas jóvenes, muchas menores de
edad, para “echárselas” como se echa carne a los leones, a su marido y muchos
de sus amiguitos, para satisfacer sus locuras y sobre todo apetencias sexuales,
es además de todo lo demás, extremadamente repugnante.
Nadie sabe exactamente todo lo que
pasó, a no ser la Maxwell, que debe estar guardando la información para bien
negociarla, lo que le crea un gran problema, si no habla la pueden suicidar
para evitar que cambie de opinión y cuente; si habla la pueden suicidar porque a
muchos parece que no les conviene aparecer en las historias.
Creo que nunca sabremos en realidad
la verdad, el pantano está haciendo y hará todo lo posible para que no salga. Trump,
al principio guapeando con que haría público todos los documentos, parece que
se lo está pensando, lo que ha desatado furia no sólo en sus enemigos y
críticos políticos, sino en parte de sus más fieles seguidores y apoyadores.
Conversando yo con mi madre y
concluyendo ambos que estas dos figuras fueron de lo más malos, corruptos y
enfermos que la historia moderna recogía, ella, por ese interés de
investigación que posee y aprovechando la posibilidad de estar conectada a la
internet capitalista las 24 horas del día, salió a hacer su propia
investigación, más profunda, puedo asegurar, que la que hacen la CIA, el FBI,
los detectives, todos juntos.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Oh,
sorpresaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!! Ella, no sé cómo lo logró sin desmayarse, encontró
una foto donde aparece su “gran y amado líder” Fidel Castro muy sonriente, lo
que dice que no estaba por compromiso y menos disgustado, en una foto junto a
Epstein y Maxwell y cometió el error de enseñármela. Claro, siempre me dijo que
no escribiera nada aún, porque la foto podría ser un montaje malintencionado de
la Inteligencia Artificial ¿Montaje?????????? Entonces es como si me hubiera
ordenado escribir.
Bueno, Epstein que poseía 5 inmensas mansiones, coleccionaba fotos de las personas con las que se relacionaba, todas de alto nivel mundial, que cuando les metieron caña a sus humildes moradas, aparecieron. Las tenía de adorno en cada una de ellas, imagino entre otras cosas para impresionar a los impresionables y hablar bien de su persona y gestión, algo así como, mira los amigos que tengo.
No sé todavía dónde fue tomada la
foto. No creo que Fidel Castro participara en las megafiestas de Epstein y
menos que aceptara sus favores con chicas jóvenes. Nunca le hizo falta, pues
para eso tenía sus subordinados o colaboradores. A lo mejor fue en alguna de
las ocasiones que Fidel visitó New York, la ONU, por funciones oficiales que
cuando se acababan, aparecían las verdaderas reuniones, las langostas y los
whiskies del enemigo. Epstein tenía una fachada de alto inversionista y hombre
de negocios sobre todo financieros y puedo asegurar que el Comandante “invicto”,
no era dado a tener amigos íntimos cubanos, sus más allegados siempre fueron
extranjeros a los que utilizó como diplomáticos en misiones secretas, lleva y
trae de recados, ponedores o conseguidores de dinero para alguno de sus inventos,
etc., entonces no me extraña por qué Jeffrey
y Maxwell aparecen en la foto. Estaban todos en una fiesta de multimillonarios
capitalistas, sólo que uno de ellos seguía vestido de uniforme verde olivo.
¿Conocía Fidel Castro la verdadera
historia de Epstein y Maxwell? A lo mejor no y lo cogieron de “primo” como dice
el viejo refrán popular, pero un tipo que se jactaba de saber “hasta dónde el
jején puso el huevo”, es difícil de creer que no sabía ni un poquito, que, con
ese sólo poquito ya era suficiente para no estar en la foto o haberse puesto
una careta. Claro está que la foto no la debe haber tirado un militante
comunista, de haberlo hecho, le hubieran quitado la cámara y posiblemente las
manos. A lo mejor al whisky del enemigo no la habían echado agua.
Pero no es de sorprender, el
pantano es más grande que los Estados Unidos. Entonces recuerdo y le comento a
mi madre el caso, que ella por supuesto no conocía y no quiere conocer, espero
que cuando lea este escrito se entere, sobre Fidel Castro y Diego Armando
Maradona, donde no podía decir el Comandante en Jefe que no sabía nada.
Es más que conocida la historia de
amistad casi babosa de Fidel y Maradona y no creo que al primero le interesara mucho
de football.
Maradona adicto a las mujeres y a las drogas fuertes, pasó tiempo en Cuba en programas de rehabilitación, donde parece estableció relaciones amorosas con algunas cubanas. Una de sus adquisiciones fue Mavys Alvarez, quien, con 16 años, o sea, menor de edad, comenzó una fuerte relación como pareja con el “Astro del Football”.
Ella que aún está viva y ha hecho
varias declaraciones en Miami y Argentina, contando su historia, que incluye
drogas y violaciones, fue presentada a Fidel por Maradona. Fidel no tenía por qué
conocerla, aunque ya he dicho que sabía “dónde el jején puso el huevo”, pero
sólo al verle la cara y el cuerpo, tenía que haberse dado cuenta que era casi
una niña.
Maradona en aquel momento tenía tres objetivos,
comprar una casa en Varadero, y sacar a Mavys para Argentina para que lo viera
jugar y se hiciera una operación en los senos, imagino que para agrandárselos.
Lo de la casa no queda claro para la historia, pero lo
cierto es que, para complacer el capricho de Maradona, la muchacha, menor de
edad, viajó a Argentina, para lo cual se suponía que debería haber tenido el
permiso de sus padres y esto no ocurrió, no hizo falta, Fidel Castro, en cuerpo
y alma, personalmente la autorizó a viajar para complacer a su amigo. A no ser
que el mismísimo Fidel falsificara los documentos, obviamente pasaporte incluido,
todo el que conoció del caso viaje, tenía que haber sabido que Mavys era menor
de edad.
El mismísimo Fidel dio la orden y con esto la
autorización violentando el paso súper necesario de la autorización de los
progenitores para que la menor de edad viajara con su novio.
No me lo crean a mí, busquen las entrevistas de Mavys
y las demandas legales de abogados argentinos contra Maradona, que,
lamentablemente se fue como un gran futbolista, pero como un detestable ser
humano.
Entonces, ¿la foto junto a Epstein y Maxwell es un
montaje? Creo que no. ¿Es un montaje la foto de Fidel entre Mavys y Maradona? Totalmente
no.
Creo que, en busca de hacer su comunismo y necesitado
de dinero capitalista, Fidel, en su vida oculta, al menos para la mayoría de
los cubanos, conoció a Epstein y a Maxwell y compartió alegremente al menos una
vez con ellos. ¿Le tumbó dinero? No sé, a lo mejor sí.
¿Pasó por encima de la turbulenta historia de Epstein
y Maxwell? No lo sé, pero si le pasó por encima a la historia de Maradona con
una cubana menor de edad a todas luces, por qué no.
El pantano es mucho más grande de lo que parece.
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