miércoles, 10 de julio de 2013

Donde quiera se cuecen habas




Hace ya muchos meses, cuando vivía en República Dominicana y escribía en mi blog Dominicaneando publiqué un artículo sobre las faltas de ortografía, inspirado por la cantidad de errores que descubría todos los días en los periódicos, la televisión, los libros, mis alumnos y en los anuncios comerciales y nombres de empresas.

Aquello no le gusto a más de un amigo dominicano, que aunque de acuerdo conmigo, me dijeron que había sido muy agudo en el tema. Y paralelamente desató una gran búsqueda de otros amigos cubanos, los que comenzaron a coleccionar los errores que encontraban a su paso por la ciudad.

Recuerdo dentro de las más famosas, estuvo aquella descubierta por Jaqueline en la súper tienda Jumbo acabada de inaugurar en la Avenida Luperón que decía textualmente “No se envuelven escolares”  Difícil de entender por lo de envolver a un niño o niña que va a la escuela.

Entonces he seguido caminando. En República Dominicana, además de hobbie era parte de mi vida diaria, no llegué nunca a tener un automóvil. Aquí en  Estados Unidos, como no me gustan los gimnasios, camino todos los días por las calles como deporte,  lo        que quiere decir que he mejorado. JAJAJAJAJA.

Sigo mirando constantemente para conocer y aprender y en mis caminatas descubro cosas interesantes, arquitectura, costumbres, negocios, parques, normas de convivencia, etc., sobre las que un día escribiré algo.

Descubro aquí también lo de las faltas de ortografía y eso me pareció raro, porque no es lo que dicen los libros. Sin embargo, como dice el viejo refrán popular, me doy cuenta que donde quiera se cuecen habas. Uno no lo puede creer definitivamente porque siempre que se habla de analfabetismo se habla de los países pobres, y lo de imaginar este problema en la potencia más rica del mundo es casi increíble.



Como diría Normita en mexicano, pues sí,  en este país existen millones de analfabetos norteamericanos  y otros millones de los agregados, o sea, los ciudadanos de todas las partes de este  mundo que vienen a parar aquí. Estudios  recientes aseguran que son 7 millones los norteamericanos  totalmente iletrados,  27 millones que no pueden leer un texto medianamente complejo y 30 millones los que no pueden completar una oración simple. Claro todo esto dentro de una gran diversidad que significa más de 316 millones de habitantes.




Algo más, pues me parece que habría que agregar algo de descontrol o un pequeñito reguero, pues lo que descubrí es un cartel comercial que da para la calle en la entrada de un negocio. La lógica indica que aunque el cartel este en español, se debe controlar. El dueño puede ser analfabeto, al tipo le puede importar un bledo, pero yo, la Ciudad, yo el Estado, no lo permitiría, porque: 




  • ·         afea mi ciudad,
  • ·         crea malos hábitos en la población que lee y mira
  • ·         y habla mal de mi gestión.



Fin del cuento, para los amigos dominicanos, no solo en la República se ven estas cosas, pueden estar tranquilos, también pasa en la unión.


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