lunes, 7 de diciembre de 2020

¿Dialogar?, ¿Ahora?, ¿Con quién? (Segunda Parte)

Entonces, ahora, el gobierno atrapado, con miedo, sentimiento que no pueden esconder, aunque digan lo contrario y se quieran mostrar fuertes, apelando a la fuerza como nunca antes, apelando a la represión nunca vista, incorporando tropas especiales, armas especializadas, perros, saben que pueden reprimir a cuatro, a diez, pero no pueden reprimir, controlar, callar, desaparecer a cientos de cubanos. 

Por un lado, en silencio, en la oscuridad con apagones provocados, uno a uno, reprimen, tratando de que las imágenes no salgan y por otro, dulcemente hablan de dialogar y la pregunta que me hago es: ¿El gobierno cubano ha querido en algún momento dialogar con alguien? Que yo recuerde no. Es más, podría asegurar que nunca ha sido la idea escuchar, dialogar, ponerse de acuerdo, aceptar. Podría asegurar que nunca se ha dialogado, ni en las escuelas, ni en las universidades, ni en los trabajos, ni en las cuadras, ni tan siquiera en las familias. Desde 1959 la idea fue precisamente la fuerza, el apagar, el acabar, el desaparecer, el no escuchar, el imponer.

Dialogar, entre otras acepciones quiere decir debatir distintos puntos de vista para llegar a un acuerdo. ¿Eso ocurrió en Cuba a gran escala?, ¿Alguien pudo debatir con Fidel Castro, luego que llegó al poder en 1959? Que yo recuerde, no. ¿Se admitió en Cuba otra idea, otra variante, otra explicación? Que yo haya vivido, no. Tan siquiera, sin dialogo profundo, ¿Se respetó otra posición, se conoció la diversidad, la pluralidad? Que yo haya presenciado, no. El dialogo fue expulsado, fue prohibido, fue exterminado. Los del gobierno, a todos los niveles, nunca estuvieron interesados en escuchar a nadie. No se negoció nunca, porque nunca se aceptó el no. Mientras el gobierno fue fuerte, mientras tuvo detrás a los “hermanos” comunistas, se negó a aceptar la más mínima idea que lo contradijera, las frases ideológicas de que la calle es para los revolucionarios y que se vayan porque no los queremos, así lo demuestran.

Hace unos días escribí a un amigo en Cuba algo que me arriesgo a publicar ahora textualmente, creo que no vale la pena inventar ideas.

“Como sabes, desde mi butaca te leo siempre con interés y respeto y entonces he leído varias veces este artículo publicado por Juventud Rebelde. Lo primero que me trae duda es si esto es la opinión oficial para evaluar o es un simple escrito de un periodista. Lo primero es serio, lo segundo es complicado, porque mañana pueden decir que ese periodista es nieto de una persona que fue dueña de un pequeño mercadito o que compró un jabón en el mercado negro y lo pueden desaparecer, no físicamente, pero si del o de los periódicos. Esto ha pasado muchas veces. Te puedo asegurar, sabes que soy un tipo serio, que una periodista extranjera, entrevistando a Fidel, tratando de demostrar que lo que él decía contradecía lo que estaba publicado en el periódico Granma, como sabes, “Órgano Oficial del Partico Comunista de Cuba” y Fidel, puedes buscar la entrevista, de seguro debe estar guardada en los archivos del gobierno por la importancia del entrevistado, le dijo: Oh, en el Granma, pues no siempre se puede creer en lo que allí se publica.

Dialogo. ¿Crees en realidad que el gobierno cubano en todos estos años ha estado interesado en dialogar? Después que la Revolución Cubana pasó de ser un proceso democrático popular, agrario, antimperialista, o sea, de aquella pequeña etapa muy al principio, el dialogo desapareció, porque se crearon, cosa que se mantiene hasta hoy, dos bandos, encabezados por la idea de “estás conmigo o estás contra mí”. Creo, fue más fácil no escuchar. Sólo se escuchó a los que hicieron apologías y a los que dentro de lo que se llamó “el marco apropiado” se decía, sin que esto implicara grandes críticas y grandes cambios. Si lees, se acaba de publicar hace poco un libro sobre las cartas del Che y el propio “amigo” dice en varias de sus cartas, que no fue escuchado con relación a determinados temas cruciales para la economía, etc. Si no se escuchó al Che con todo lo que se decía que lo querían, a quién se escuchó.

¿Dialogo? No sé, me da miedo, porque la frase, "que se vayan, que se vayan, no los queremos aquí, no los necesitamos", dice lo contrario. Habría que averiguar cuántas personas hoy viven en el exterior, sólo porque nadie los escuchó o peor, después de haberlos escuchado los catalogaron de contrarios. No hablo de “la escoria” que todo país tiene, hablo de profesionales, a veces, altos profesionales, ciudadanos honestos, personas que, interesadas en Cuba, no coincidieron con los cientos de, por ejemplo, planes económicos, que hoy se demuestran fueron productos de caprichos y de los que hoy nada queda. ¿Dialogo? No lo veo, porque siempre ha sido más fácil catalogar de enemigo, mercenario, vende patria, pagado, escoria, delincuente a cualquiera y con esa solución fácil desde y para el poder, no hay que dialogar. Ha sido más fácil hacer registros, llevar detenidos a personas sin explicarles ni siquiera el por qué. Si las universidades y las calles son para los revolucionarios, los que no lo son y sabemos que eso es muy relativo, porque durante estos años hemos tenido a muchos revolucionarios que luego, después de haberle cogido cariño, hemos tenido que desmontar el amor, recuerda a Landy, Felipito Roque, Aldana, Robaina, Lage, Ochoa, por sólo citar a algunos, cómo podemos aspirar a dialogar. El dialogo, no lo es tal, nunca lo ha sido. Ya que el artículo publicado habla de la Revolución desde sus inicios, te pregunto: ¿Se dialogó con los católicos o los homosexuales al principio?, ¿Se dialogó con los emigrantes por más de 30 años?, ¿Se dialogó con los intelectuales y artistas que poco a poco fueron cambiando su forma de pensar? Yo creo que no. Pero bueno, sobre eso han pasado ya muchos años, pero, ¿Alguien dialogó conmigo, sin meterme miedo, escuchando mis ideas, sin que yo tuviera consecuencias?, ¿Alguien alguna vez me dijo, sabes qué, tienes razón? No. ¿Cómo se pretende un dialogo, mientras exista una lista de “Regulados” para entrar a Cuba y otra de “Regulados” para salir?, ¿En realidad se puede creer que con Fidel se podía dialogar para cambiar algo importante? ¿Se puede creer que Raúl propone y es factible al intercambio de ideas? No conozco a nadie en el proyecto San Isidro, no tengo allí amigos y la información que tengo sobre el proyecto como propuesta artística, es muy poca. Sólo te cuento que cuando un hombre decide hacer huelga de hambre y sed, como Mella o Gandhi, sus propias razones deben tener, excluyo la locura y eso merece respeto. No puede ser, eso siempre es raro, que todo el que quiera decir algo diferente, sea un delincuente. No tengo amigos dentro de los jóvenes y no tan jóvenes que se reunieron frente al MINCULT. Desconozco los detalles, no estuve allí, pero no puede ser que todos sean delincuentes, que quieren vender lo poco de la patria que queda. No puede buscarse siempre la misma solución. Es cierto, dentro de todo, siempre, incluso dentro de las más nobles ideas, hay aprovechados, hay quienes se pegan para resolver sus propios problemas, pero no es la generalidad. A esos la historia los decanta, porque no soportan la rectitud de los procesos.

Ya sabes, muchos jóvenes. Eso me recordó los sucesos de la Plaza de Tianamen en China cuando jóvenes intelectuales, estudiantes se concentraron para cantar y leer poemas. Por suerte el final no ha sido el mismo. China no quizo dialogar y les pasó los tanques por arriba. En aquella ocasión se publicó oficialmente que eran enemigos del gobierno y querían cambios. Recuerdo que de los primeros gobiernos que felicitaron al gobierno y partido comunista chinos por la magistral solución en defensa del socialismo, estuvo el nuestro, ya sabes representado por la figura de quién. Lo cierto es que se necesitan muchos cambios, en todos los órdenes, y a mi modesta opinión, los que ahora están, continuidad de lo mismo, no lo pueden hacer. Muchos compromisos, muchos caprichos, muchos que no quieren dejar de vivir bien. Están poniendo paños tibios y parches, la realidad no se resuelve así. Ahora si lo que quieren es mantener el poder político y perpetuarse en el gobierno, jamás van a dialogar. ¿Pudo negociar Fidel Castro con Fulgencio Batista? Los jóvenes y muchos no tan jóvenes que intentaban cambiar a Cuba pudieron mandarle un mensajito al dictador, diciéndole, te esperamos para conversar en la Bodeguita del Medio. Entonces ahora, ¿A quién le interesa y por qué dialogar?, ¿Proponer dialogar, no estará tratando de ganar tiempo?

Ojalá se permitiera dialogar, ofrecer ideas, entender que existen miles de puntos de vistas diferentes, incluso el de declarar incapaz a un gobierno entero. Creo que seguir hablando de Batista y la Campaña de Alfabetización, lo que considero importante, no resuelve los problemas de hoy, a los jóvenes de hoy, o al menos a muchísimos, esos hechos les quedan muy lejos, no los padecieron y como ya no se lee mucho, ni los conocen. La realidad es hoy. Como sabes un gobierno puede ser bueno en un momento y luego convertirse en desastroso y los ciudadanos no están obligados a soportarlo por lo que ese gobierno hizo hace 25 años atrás. Las personas no viven en el pasado, no se puede utilizar de forma estéril el pasado histórico como lastre. No se puede pretender que se viva de un agradecimiento eterno por cosas que incluso muchos no han conocido. Ojalá se pudiera dialogar, pero, has memoria, ¿Pudo algunos de los pueblos que vivieron años bajo el sistema comunista, mucho mejor que nosotros los cubanos, dialogar con el gobierno? Aquí bueno o malo, el gobierno tiene 4 años para demostrarme y dialogar conmigo. Si no resuelve, pues adiós, votos en contra y otras personas, otras propuestas, otro proyecto. Así y todo, si fue muy bueno y dialogó mucho conmigo y además yo le cogí cariño, sólo tiene otros 4 años. Esto puede, en un análisis profundo tener de bueno y de malo, pero lo que sí está claro es que el gobierno no es eterno. No lo puede ser, de serlo, se convierte en lo que hoy tenemos en Cuba, al menos en mi humilde opinión, algo que viene pasando hace seis décadas, cuyos resultados hoy son muy pocos, donde se ha tenido que apelar a medidas y más medidas que nada tienen que ver con la teoría que dicen defender. Marx y Lenin se hubieran suicidado. Ahora el gobierno pide cariñosamente que necesita tiempo, más tiempo, pero sólo creo que ha olvidado una cosita, los más favorecidos, los muy poquitos, vivimos más menos 90 años, el resto muere antes, entonces el tiempo es una categoría con la que no se puede jugar. Cuando comencé a descubrir que no existía el dialogo tenía 13 años, luego cuando comencé a sentir que no existe el dialogo o al menos no existió conmigo, tuve 25, 30, 35 años, hoy tengo 57 años y no lo veo aún. 

 

 


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