domingo, 6 de diciembre de 2020

"No tenemos que sentir ninguna vergüenza, ni complejo por hablar de las tiendas en MLC, esa decisión es una decisión de justicia social y es una decisión de socialismo”

“Nuevo en esta Plaza”, como dijeran del gran torero de mi infancia Sebastián “Palomo” Linares, me he echado por recomendación de “El Terrible” la última Mesa Redonda, cuyo título y, por tanto, objetivo central fue la “Marcha de la Implementación de la Estrategia Económica – Social” hoy en diciembre del 2020.

Lamento siempre las opiniones que leo desde Cuba, de que los que estamos fuera del país, mantenemos una posición y opinión crítica, algunos hablan de super críticas, sentados en nuestros cómodos y confortables butacones desde el exterior, un poco con esto, al menos a mí me llega así, tratan de deslegitimizar muchas de las ideas, tal como si para hablar de Egipto hubiera que haber nacido y ser criado dentro de una pirámide, o como si sólo tuviera derecho de ver y pensar, son aquellos que se han quedado, por diferentes razones, a veces a voluntad, a veces por no quedar más remedio, a vivir dentro de una casa de campaña en el desierto egipcio. Y pueden tener razón, se pasa mucho trabajo para encontrar, por lo menos aquí, en Estados Unidos, butacones incómodos. Luego, recuerdo que, viviendo en Cuba, descubrí, conocí, fui testigo de muchos cubanos que tenían butacones cómodos, incluso sin trabajar mucho, muchísimo más confortables que los que yo pude tener por mis propios medios trabajando como un mulo muchos años. Entonces, he hecho un esfuerzo para pensar y luego escribir. Miro un mapa de Cuba, por lo que puedo ubicarme en ese territorio insular y he tratado de virarme en mí, lamentablemente confortable para esto, silla de computadora, de esa forma trato de igualarme, al menos desde el punto de vista ergonómico, con los que viven en la isla.

Es espectáculo comenzó con la intervención de Díaz Canel en su papel de presidente en una jornada de discursos frente a la Asamblea General de Naciones Unidas, cuyo objetivo pareció ser el COVID 19.

Canel, mal leyendo una pantalla que tenía al frente, lo que hace del discurso un mal acto, aburrido, lento, indeciso, sin el mínimo ápice de pasión, sin tan siquiera una entonación que pueda hacer llamar la atención aseguró que: “Cuba, antes de la aparición del virus elaboró un plan nacional para su prevención y control, basado en las fortalezas del sistema de salud. En Cuba, se ha implementado un sistema de gestión del gobierno basado en ciencia e innovación que ha fertilizado las interconexiones entre los sectores del conocimiento productivo de los servicios y sociales. Se trata de un sistema inclusivo, participativo, sistémico, transdisciplinario e intersectorial que cristaliza y logra su mejor resultado en la robustez de los protocolos aplicados en el enfrentamiento a la COVID 19 y a la responsabilidad demostrada por nuestro pueblo”.

Aseguró, además: Dicho en otras palabras, lo que hacemos es una práctica de cómo opera el sistema social de Cuba, capaz de resolver o enfrentar exitosamente problemas muy complejos centrando la labor del gobierno en el ser humano como prioridad. El papel de la ciencia y su articulación con la gestión gubernamental ha sido fundamental. Los relevantes logros alcanzados en la industria médico-farmacéutica y la biotecnología nos permiten enfrentar la enfermedad en mejores condiciones”.

Escribo porque ayer, hable con Cuba, con ese misma Cuba que describe Canel, por cierto, también desde una butaca confortable y lo que me cuentan es todo lo contrario. No hay medicamentos, las personas están resolviendo con medicinas viejas que encuentran guardadas en las gavetas de sus muebles, otros han regresado a aquella medicina verde mambisa, o sea, consumida en los campos de Cuba en siglos pasado, como cocimientos de cualquier planta que dicen que resuelve cualquier cosa. Hoy, 2020, se sigue usando trapos como almohadillas sanitarias, ojo, aquellos que logran conseguir o tener los trapos.

Ayer hablé con Cuba y estamos esperando a que se estabilice el movimiento de mercancías de aquí para allá, única dirección del movimiento para estos casos, para volver, como siempre, una vez más, a enviar, no regalos de navidad, no vestidos para quinceañeras, sino medicinas, desde las más simples hasta las más complejas, más almohadillas sanitarias. ¿Sigue estando el ser humano, o sea, el cubano, como prioridad de la labor del gobierno?, ¿Cómo entender esto?, ¿Para qué ha quedado las Naciones Unidas, que una persona presidente electo o no, pueda pararse y a nombre de un gobierno, decir cualquier cosa, siempre con la mención de miles de palabras conjugadas, adjetivos, etc., esos de “un sistema inclusivo, participativo, sistémico, transdisciplinario e intersectorial que cristaliza y logra su mejor resultado en la robustez…”

Ayer hablé con Cuba, con la Cuba de mi familia, que es evidentemente otra Cuba diferente a la de Canel, o lo que es peor, una Cuba que a Canel no le importa, porque en realidad, lo que debía luego de haber entrevistado personalmente a mi familia, ya que, no lo digo yo, el mismo aseguró que en su gobierno “lo que hacemos es una práctica de cómo opera el sistema social de Cuba, capaz de resolver o enfrentar exitosamente problemas muy complejos centrando la labor del gobierno en el ser humano como prioridad”, debía haberse sentado frente a la cámara de TV y haberle dicho a las Naciones Unidas la verdad, que es que, Cuba se está cayendo a pedazos, no se logra resolver un tema de los imprescindibles, digamos comida, casas, transportes, medicinas y necesita ayudaaaaaaaaa desesperadamente!!!!!!!!!!!!!!!!!

Canel debería haber dicho: Señor presidente, necesitamos negociar hasta con el mismo Diablo para poder llevar a nuestro pueblo a algo más que no sea la decepción, la desesperanza, la apatía, la incapacidad de ver un futuro, etc. Canel debía, como deben todos los integrantes de ese gobierno, dejar la creación de imágenes falsas y victoriosas, esas de, “Los relevantes logros alcanzados” y decir esto, que ya no es socialismo, menos la práctica que luego se buscó una teoría, la fidelista, esto ya no es nada coherente. Estamos embarcados y pedimos ayuda, porque estamos convencidos después de 60 años de pruebas y más pruebas, laboratorios y más laboratorios, fidelismos y raulismos y más de esos dos, no hemos logrado nada. Hoy, sin culpar al “bloqueo”, sin echarle la culpa a los huracanes y ciclones, sin seguir hablando de un enemigo que va a atacar mañana por la mañana, sin seguir lastrando a un pueblo con ideas de rebeldías de los negros esclavos que escapaban a los palenques en el siglo XVIII o de Nemesia y los “zapaticos blancos” que pudo conseguir en 1959, deberían hablarle a mi familia, con respeto y decirles la verdad, la que ellos se dicen entre ellos, la que ellos le confiesan a sus almohadas, las que ellos se dicen después de tres whiskies, una vez verificado que no existan micrófonos o cámaras.

¿Cómo se le puede decir a un pueblo que: “Los relevantes logros alcanzados en la industria médico-farmacéutica y la biotecnología nos permiten…”, a ese mismo pueblo que está hablando en ese mismo momento con sus familiares diciéndoles, no sin cierta pena, por favor, cuando ustedes puedan envíennos aspirinasssssssssssssssssssssss?, ¿Cuáles son los logros de la industria médico farmacéutica, si todos los días aparecen personas en las redes sociales que desde dentro de Cuba, están rogando a desconocidos, que como actos voluntarios, caritativos, de solidaridad, de buena voluntad, envíen medicamentos para resolver tal o más cuál problema, problemas que van desde algo tan sencillo como piojos hasta padecimientos complejos de enfermedades que en mi vida había escuchado mencionar, no en viejos que van a morir dentro de poco, o quizás ya deberían estar muertos, sino en niñosssssssssss, esas criaturas que Canel en su frío discurso a los “entretenidos” de las Naciones Unidas, llama “ser humano como prioridad”?

Después de este prólogo, vino el plato fuerte, presentado por el muñeco Randy Alonso, que no duda en hablar de los miles de muertos por COVID 19 en los Estados Unidos, tal como si ese territorio fuera una provincia más de Cuba, el tema económico, defendido por el ministro Gil, un tipo con cara de buena gente, ese que tiene tipo de haber sido víctima de todas las burlas en sus años de estudiante y como no le quedó más remedio se casó con la gordita de su aula que nadie miraba, mala estudiante, pero que era la secretaria de la Unión de Jóvenes Comunista.

Gil, siguiendo a su líder Canel, saca el diccionario y comienza a entrelazar palabras y más palabras, al estilo Cantinflas, cosa que es ya bastante común en los dirigentes cubanos. Gil habla de combate, esfuerzo, pueblo, población, vocación internacionalista, tormentas ciclónicas, y mueve esas palabas como si estuviera moviendo los dados en el tradicional juego de los bares cubanos antes de la Revolución, el “Cubilete”.

Declara que, “Tenemos ya un diseño de la política que anunciamos para la recuperación gradual de la ganadería bovina, esto es un asunto que ya lo trabajamos de conjunto con el ministerio de la agricultura,  (…) de control sistemático de implementación de la estrategia y estamos diseñando ya una política para presentarla a la aprobación del gobierno, que contiene una serie de pasos para ir trabajando de manera gradual, medidas organizativas, medidas también de financiamiento para ir trabajando de manera gradual para en la recuperación de este importante rubro, (…) aunque la estrategia tiene 16 áreas de resultados claves la prioridad en la cual estamos trabajado con más intensidad es lo que tiene que ver con la producción nacional de alimentos”

Alguno de mis lectores puede escribirme y explicarme qué es esto, por supuesto cuando logran despejar todas las palabras que sobran. Gil declara que se está tratando de recuperar, de forma gradual, la recuperación de la ganadería bovina, o sea, está hablando del ganado vacuno o bovino, que son el conjunto de vacas, bueyes, toros, domesticados por el hombre para su aprovechamiento y producción. ¿Gradualmente, qué significa?, ¿Para cuándo es esto, porque de lo único que se habla es de controles sistemáticos, esfuerzos decisivos, medidas organizativas, etc.?, No existe una fecha en la que el ministro pueda decir, los cubanos tendremos carne de res, leche, queso, mantequilla, etc., para tal día, tal mes, tal año. Eso de gradualmente lleva 60 años mordiendo a ese pueblo, es la palabra perfecta para salir del mal momento de pararse frente a una cámara de TV, a lo que ellos llaman informar, como siempre se ha hecho, al pueblo.

Esas mismas palabras, trabajo, decisiones, programas, ya las había anunciado Fidel Castro, cuando en un discurso muy al principio sacaba las cuentas de las vacas rojas, las negras y lo asombrados que quedarían los países capitalistas de la carne que no sólo comería el pueblo, o sea, desayunaríamos, almorzaríamos, comeríamos con carne de res, más llevaríamos panes con bistec de merienda, sino que la exportaría superando a los principales países exportadores tradicionales. Tanto se metió en el tema vacas, sin resultados que al final, todos los que vivimos allí debemos recordar lo que significó el amor entre el propio Fidel y la famosa Ubre Blanca, que superó por mucho, el clásico conocidos por todos de Romeo y Julieta o aquella película argentina donde Camila, (Susú Pecoraro) se enamora del cura Ladislao, (Imanol Arias), capaz de arrancarle una lagrima a cualquiera. Tanto se enamoró Fidel de aquella vaca, capaz de producir más de 100 litros diarios de leche, que la mató. Hoy, no vacas, no leche, no carnes, menos el resto de los derivados. La mantequilla se vende en Cuba en las tiendas en dólares, considerada y definida por el propio Canel, presidente electo o no, como un “producto de alta gama”.

Gil, además dijo que “en paralelo con ello, ya también tenemos un diseño en el que hemos venido trabajando y tenemos un diseño del reordenamiento, pudiéramos decir la reorganización de la actividad estatal empresarial, o sea, cómo nosotros concebimos la empresa estatal en el sector agropecuario y su vínculo con la forma de gestión de los polos productivos. Hemos hecho también bastante énfasis en la definición conceptual de qué cosa es un polo productivo, cuáles son sus atributos, …” Dijo además que “estas dos cuestiones, la recuperación de todas las acciones para recuperar en el tiempo la ganadería bovina y el reordenamiento del sistema empresarial estatal de la agricultura, su vínculo con las bases productivas, el perfeccionamiento de la actividad de servicio de estas empresas y todo el fomento y desarrollo de los polos productivos son cuestiones en las que en los últimos días hemos estado más enfocados en lo que es la implementación de la estrategia”.

Alguno de mis lectores, por favor, puede explicarme qué quizo decir el ministro, o sea, el tipo nuevo que llega a un país nuevo y habla de la definición conceptual de un polo productivo o de reordenamiento, rediseño, recuperación, etc. Les comento que mientras el ministro hablaba, ponían imagen de una fábrica o empacadora, donde una trabajadora, con una brocha de pintar paredes, limpiaba uno a uno los ajíes verdes que venía por una estera, al ritmo de estar moviendo diamantes, o sea, tomarlo en la mano, mirarlo, limpiarlo, por un lado, virarlo, míralo y limpiarlo por el otro. Entonces, ¿sabe ese ministro que ayer mismo, mientras él hablaba para la TV, imagino que la internacional, porque para los nacionales nada de lo que dijo es importante, el cubano está pagando 90 pesos cubanos por cuatro tomaticos o a lo mejor por cuatro ajíes de los que esa trabajadora limpiaba con una brocha de pintar paredes? Imagino que no lo sabe, porque para él, su intervención era sólo para decir que hoy 2020, estaban trabajando para de forma gradual, recuperar aquello que Fidel prometió al pueblo en uno de sus primeros discursos en 1959 cuando sacaba cuentas de las vacas negras y las rojas, mucho antes de enamorarse de Ubre Blanca. Que Dios la tenga en la gloria. Todavía hoy en el 2020, se permiten la palabra “gradual”.

Entonces ahí estuvo Gil, sabiendo que tiene que cumplir con el tiempo del programa, dándole vueltas a las palabras estrategias, fases del plan, reorganización, polos productivos, proyectos locales, avances, crecimientos ligeros, gradual, todo gradual, desarrollo territorial, ordenamiento que lleva un poquitico más de tiempo, sin poder decir una fecha, un día y un mes, sabiendo que, a lo mejor, ni su esposa, la gordita del aula lo estaba mirando y con cara que delataba sus ganas de irse ya a casa, para dar por terminada lo que ellos llaman “información” al pueblo, sabía que faltaba un tema importante, al que imagino no quería llegar, momento en que el muñeco Randy, tal como cuando uno llegaba a su casa y le tenía que decir a su padre que lo habían echado de la escuela y tenía que ir al día siguiente con él o cuando una mamá cubana le confesaba al padre, también cubano, que su hija de 15 años se había acostado con su novio y estaba embarazada, lo ayudó diciendo, que el gobierno había abierto tiendas en MLC, o sea, dólares y que “eso había generado en la sociedad cubana opiniones diversas, quizás ciertos cuestionamientos a determinadas acciones en ese sentido”.

Y es ahí donde uno se da cuenta que todo es mentira. No Randy, las tiendas en MLC, o sea, en dólares norteamericanos no han creado opiniones diversas, el pueblo cubano está dando gritos, está encojonado, encabronado, cabrón, cansado, no tiene explicación, no le encuentra la lógica, no está de acuerdo, está, no sólo opinando, sino haciendo manifestaciones en determinados lugares del país para mostrar su desacuerdo y el gobierno se ha visto obligado a sacar sus fuerzas élites, el ejército vestido de negro y armado, para proteger esas tiendas de posibles ataques o saqueos. Una cosa, Randy es las tiendas han creado diversas opiniones, a que la gente, las mujeres, sobre todo, estén extremadamente jodidas. Las personas activas, ya sabemos que hay otras en hibernación, están exigiendo al gobierno que las cierre, cosa que es diferente querido Randy a que existen opiniones.

Entonces, única respuesta, el chantaje. El ministro Gil, sacó del sombrero, primero que todo, tres magias. Una, el “bloqueo” enemigo que quiere eliminar a todos los cubanos para, imagino, construir un gran campo de golf en la isla completa. Dos, las “mulas”, los “fenicios”, los “acaparadores e intermediarios”, ciudadanos cubanos, incluso antiguos comunistas ayer, hoy ciudadanos españoles, italianos, etc., que viajan para comprar fuera y revender adentro, que estaban llevándose los dólares al exterior, lo que “imposibilita el desarrollo de la industria nacional” para el desarrollo económico y social del país, a decir de Gil. Tres, la alta demanda, más que conocida, acumulada por seis décadas, de casi todo, que existe dentro de Cuba.

Junto al “bloqueo”, según Gil, llegó el COVID 19, se atacó a las brigadas médicas por las cuales se ingresaba dinero y reconoce muy sutilmente, sin profundizar en el negocio de alquiler de médicos y personal de salud, se paralizó el plan de turismo, porque los cabrones turistas no podía salir de sus países y entonces hubo que meter las tiendas, pero la manera que escogió para explicarlas fue la única conocida, son medidas que el pueblo “tiene que entender”, o sea, es cierto, metimos las tiendas en dólares que benefician sólo a una pequeña parte de la población, donde hoy sólo en ellas se pueden conseguir lo que otras tiendas en CUC y moneda nacional, totalmente desabastecidas, no ofertan, pero no tenemos apagones, porque no hemos querido apagar el país, no se les cobra a los cubanos por la atención médica, sigue siendo mala, pero gratis, el pollo que se vende en la bodega tiene el mismo precio que en el 2016, no se ha rebajado la cuota del pan diario, etc., etc., etc. Y entonces saca Gil las cifras enormes del chantaje: el arroz que se come cuesta X cantidad de dólares, la dieta en leche para los viejos cuesta X cantidad de dólares, se pudiera quitar el pollo que se da en las escuelas y en los hospitales. El pan que se reparte por la libreta cuesta X cantidad de dólares, a nadie se le quita el pan. Estos cuatro productos cuestan 746 millones de dólares a un gobierno que declara no tener un dólar partido por la mitad.

Entonces Gil, ya algo activado, como si discutiera con eso que ellos llaman pueblo aseguró, y esta es la máxima para la cual se hizo ese programa de TV, que “entonces no tenemos todos los argumentos, no tenemos que sentir ninguna vergüenza, ni complejo por hablar de las tiendas en MLC, esa decisión es una decisión de justicia social y es una decisión de socialismo”  y sacó un discurso del Comandante en Jefe del 26 de julio de 1993 en Santiago de Cuba para aquellos que no entienden todavía, donde el mismísimo amigo dijo: “Les decía que estamos dispuestos a hacer todo lo necesario por salvare la patria y las conquistas del socialismo, (…) algunas de estas medidas son antipáticas, no nos gustan, (…) y bueno habrán quienes tengan privilegios que no tengan los demás, porque tienen un pariente, porque tengan una relación, porque les mandan dinero (…), pero el pueblo va a recibir una parte de ese dinero para sus necesidades más vitales”. Gil, mago, utiliza a su profesor mago y le dice a la cara al pueblo, si el mago mayor lo dijo en 1993 y lo aguantaron, ahora tienen que aguantarlo también. Gil asegura que las tiendas en dólares son justas y sobre todo socialistas. Apretó.

¿Había que vender TV, por qué no? Se pregunta Gil y él mismo se responde, si, para aquellos que tienen muchos dólares, es importante ofertarles un TV caro, el resto, bueno el resto tiene que esperar. Las tiendas tienen un objetivo, el mismo de hace más de 30 años, “captar divisas”, el resto tiene que esperar. A lo que ellos llaman “captar divisas” es algo “indispensable” dijo Gil, o sea, obligatorio, el resto tiene que esperar. “Hay que entender”, es la idea que más se repite en esta parte de esta intervención.

El pueblo cubano no puede exigir un cambio, el pueblo cubano no puede exigir mejorar ya, el pueblo cubano tiene que entender a un grupo de burócratas, vestidos aun convenientemente de revolucionarios, que dicen estar trabajando, haciendo planes, creando estrategias, desarrollando conceptos a estas alturas del juego, aunque no pueden decir para cuándo será. Buen negocio se ha creado y trata de mantener el gobierno y sus integrantes a su conveniencia.

 

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