miércoles, 14 de junio de 2023

508.- El problema es que Pin Vilar y Fito pensaron que La Habana era de ellos. Se equivocaron, La Habana tiene un solo dueño.

Se han metido con Fito Páez y como saben Fito es mi familia, entonces tengo que escribir. Debo decir que me he enterado de los detalles de lo ocurrido, viendo una directa de Ian Padrón, en su "Derecho a Réplica, estelar espacio, donde, entre otras virtudes, se aprende sobre Cuba escuchando a los protagonistas de muchas historias. Ian es un joven cubano, al menos más joven que yo, que, entre otras virtudes, está asistido y amparado por un gran sentimiento.

Recién el gobierno, la dictadura, el régimen, el combo, el circo, como quiera que se llame lo que dicen que gobiernan en Cuba, acaban de cometer otro acto injusto, abusivo bochornoso, repugnante.

Juan Pin Vilar, creo haberlo mencionado antes en uno de mis escritos, cineasta cubano, dirigió un documental “La Habana de Fito”, vinculado a dos ideas, Fito Páez y La Habana, como símbolo de una relación amorosa del primero para con Cuba que se ha manifestado en muchas ocasiones con la presencia del genio argentino en la isla y su relación personal con muchos compositores y cantantes cubanos.

Quiero decir que todavía hoy no he visto el documental, que fue realizado el año pasado y censurado, o sea, escondido por las autoridades del ministerio de cultura cubano. No lo he encontrado, sólo he podido ver el trailer, pero conociendo el prestigio como realizador de Pin Vilar y a Fito Páez, estoy convencido de la calidad de la obra.

Pin Vilar es un buen cineasta, dicen uno de los mejores en la actualidad dentro de Cuba, que posee la autoría de un documental fantástico sobre Pablo Milanés, que, por cierto, sólo se puso en Cuba en un festival de cine en la zona oriental, un día e inmediatamente pasó a la “reserva”, o sea, al ostracismo y olvido, producto de la censura, Fito es uno de los grandes seres humanos que el continente latinoamericano ha parido. Fito es, además, una gran figura mundial.

Pero, aunque no haya aun visto el material, es difícil, como todo el que sigue las noticias sobre Cuba, abstraerme de lo que ha pasado.

Pin Vilar es amigo personal de Fito y entonces de esa amistad, salió la idea de una entrevista que habla sobre el acercamiento del argentino a Cuba, su historia pasada y su historia presente, donde el músico da su opinión, imagino que como siempre, clara, diáfana, sin tapujos o vueltas y entonces, …, el documental no gustó a las autoridades de cultura, que son las autoridades del gobierno.

Llamaron a Pin Vilar y le dijeron que lo pondrían en la TV. Imagino, no hay que ser adivino, que para demeritar el trabajo y, sobre todo, combatirlo. El director les dijo explícitamente y por escrito, cosa que sí he visto, que NO autorizaba a que se pusiera en la TV en este momento, primero, porque no estaba terminado, lo que existía era una copia de trabajo sin una edición y audio final, o sea, literalmente una obra no terminada cuyo objetivo único es pasarla a los que tienen que ver con ella para su evaluación y mejoría; segundo, que si se estrenaba en la TV cubana primero, se rompía con el plan de presentación en eventos sobre cine para lo que estaba organizado, o sea, que como producto perdería parte del valor, digamos de obra inédita.

Entonces, las autoridades violando todo esto, con una copia de trabajo no terminada y adquirida por medios no legales, nadie del equipo de trabajo del documental la entregó y además su director desautorizó su exhibición, lo puso en la televisión nacional.

La reclamación del equipo que realizó el documental no se hizo esperar, entonces para remarcar y reafirmar el poder, la televisión cubana se creó un programa con panelistas del ministerio de cultura que analizaron la obra, sin invitar el director Pin Vidal para que pudiera, sino defender, al menos explicar su obra, que los que lo conocen personalmente, dicen que vive a dos escasas cuadras del ICRT, o sea, que era más que fácil localizarlo e invitarlo.

Les recuerdo que Pin Vidal ya había hecho un documental sobre Pablo Milanés, figura clave en la cultura cubana en estas últimas décadas, que, por sus posiciones políticas y declaraciones, casi es como si nunca hubiera existido.

Una incidental, acabo de ver una entrevista a Haydée Milanés donde cuenta todas las censuras y malas prácticas a las que fue sometido su padre a partir de un día hasta que finalmente falleció, por lo que no es de extrañar que Pin Vilar, al que literalmente le robaron el documental y lo exhibieron no sólo sin su autorización, sino con su negativa expresa por escrito, no lo invitaran.

No tengo que decir a qué se dedicó el programa de TV con los “expertos” de la cultura. Misión única, desacreditar al director de cine cubano y, aunque parezca imposible, llegar a decir que él había influido en Fito Páez para que el argentino diera la opinión que dio sobre la Cuba actual.

Dice el equipo de realizadores, que Fito vio el documental, o sea, la prueba que se le envió y estuvo totalmente de acuerdo con ella en la estética y la parte de contenido, entonces llegar a decir que el cubano había influido sobre el argentino, es más que una falta de respeto, más que una burla y un total desconocimiento de Fito Páez, porque si lo conocieran, deberían saber que jamás ha tenido pelos en la lengua y jamás se ha dejado manipular por nadie. Ni ahora que es famoso y millonario, ni cuando era un joven, con miles de problemas, incluyendo una situación económica que hizo fronteras con la pobreza.

Pero esto no es nuevo, el gobierno cubano, jamás ha respetado nada de lo que ocurre dentro de esa isla. El listado de represión, censura, apropiación del arte en todas sus manifestaciones y todo lo demás, por supuesto, ha sido la actuación común.

Recuerdo una grande, quizás menos conocida, pero grande. Anécdota contada por el mismísimo protagonista. Estando yo en la universidad, recuerdo que a mi profesor Enrique Sosa, una persona de esas hecha a mano, con muchos premios y reconocimientos por su labor como intelectual y profesor, poseedor del premio Casa 1982, por su obra inigualable “Los ñañigos”, que por cierto me regaló y autografió, lo fueron a ver para que hiciera una introducción al libro “El Monte” de Lydia Cabrera, diciéndole que la autora había autorizado su publicación en Cuba.

Lydia Cabrera, trabajó y bebió directamente de Fernando Ortiz, antropólogo, jurista, arqueólogo y periodista cubano. Estudioso de las raíces histórico-culturales afrocubanas. Criminólogo, etnólogo, lingüista, musicólogo, folklorista, economista, historiador y geógrafo, que realizó notables aportes relacionados con las fuentes de la cultura cubana y que por su labor investigativa está considerado como el tercer descubridor de Cuba, es dueña de una enorme obra sobre las raíces y la trascendencia de las culturas africanas en Cuba. Su obra cumbre de nivel mundial, “El Monte”, es considera, nada más y nada menos, que la biblia de las religiones afrocubanas. Todo el mundo, exactamente todo el mundo que vino después, la ha estudiado en secreto o la ha copiado también en secreto. Lydia cometió un solo error, al triunfar la revolución, se fue de Cuba.  

Frente a la petición de las autoridades cubanas, Sosa no llamó a su amiga Lydia, le extrañó lo de la publicación, pero lo consideró un honor, dio por segura la aprobación de la autora e hizo la introducción al libro.

Al publicarse y venderse la obra en Cuba, para la cual Lydia Cabrera había muerto, aunque estaba viva y jamás se le mencionó ni en los círculos más profesionales e íntimos, la cubana llamó y le descargó a su amigo, considerando el hecho como una traición personal. Recuerdo a Sosa apenado, abochornado, bien deprimido por días, porque aquello, a ese nivel, le parecía demasiado.

La lista de casos como este es larguísima. La censura, el robo, engaño y, sobre todo, el tratamiento de desmoralización ha sido enorme. Ahora es contra Pin Vilar, el que de seguro para volver a hacer un documental tendrá que salir de Cuba y contra Fito Páez, al que han hecho ver como un tipo manipulable, sin criterio propio, mediocre, como en otras ocasiones, manejado por un artista cubano confundido, que trata de confundir. Toda una ofensa.

Quizás algo podría decir para “justificar” a los funcionarios. A lo mejor Pin Vilar y Fito se creyeron que La Habana era de ellos. Se equivocaron.

Según los entrevistados que he visto, el equipo de Fito Páez conoce todo lo que pasó, aunque no pueden asegurar que el propio Fito lo conozca. Entonces, si lo que dijo Fito Páez en la entrevista les pareció complicado, aunque es evidente, esperemos el comentario sobre estos sucesos.

Buscaré el documental, les contaré. Si alguien conoce dónde está, por favor, díganmelo. Recuerden que Fito es mi familia.

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