miércoles, 29 de octubre de 2025

636.- No siempre el número 13 es de mal augurio.

El número 13, sobre todo si está asociado al martes o al viernes, tiene una connotación fatal a partir de la tradición popular, vinculada a eventos leyendas o reales que provienen de la antigüedad. Sin embargo, en la realidad, el 13 no siempre es malo.

Una de mis nietas, Mia Isabella, M-1, aquella niña que se apuró en llegar a la vida fuera de su mamá, que no quizo esperar a los nueve meses dentro de una bolsa rodeada de líquido, acaba de cumplir 13 años. Entonces el 13 deja de ser un número complicado para convertirse en algo importante, lindo y dulce.

Soy un abuelo común, nada extraordinario, por lo que trataré de no excederme, siempre soy acusado de excesos, no sé mucho de política o economía, menos de guerras, no puedo orientar a alguien sobre qué hacer para comprarse un barco o un avión, sin embargo, he tenido la posibilidad con mis 62 años ya, de relacionarme con muchas personas, decenas y decenas de ellas, por mi pasión a las relaciones humanas y a muchas de las cuales he podido ayudar de cerca, no con mi dinero, sino con mi cerebro y mis  manos.

Puedo decir, sin haberlo estudiado mucho, que conozco de seres humanos y puedo asegurar que Mia, ahora ya, a sus cortos años, es una persona excepcional, que, si no cambia para mal, cosa que pasa en la vida real, soy un abuelo común, pero no ciego, menos tonto y sé que esto puede pasar, está llamada a convertirse en una gran mujer. Los que tengamos vida, veremos a Mia realizada como algo sólido en su madurez. Es ella una de esas personas que podrá hacer bien lo que ella determine en la vida. Ejemplos en su familia y cerebro tiene.

Lo primero que salta a la vista, ya dije que soy abuelo hombre, es la bella figura física de Mia. Como herencia más cercana de su mamá, Mia tiene un cuerpo de competencia, mejorado obviamente con la cantidad de ejercicios físicos y deportes que practica desde muy chica. Mia ama los deportes y ellos cuando se practican sistemática y seriamente ayudan.

Sus grandes e inconfundibles ojos muy azules, por lo cual soy el dueño del sobrenombre de “Ojos Bellos”, son algo exclusivo en mi familia de sangre. Aunque mi abuela paterna tenía los ojos muy azules también, no son comunes en la parte de la familia genética de Mia a la cual pertenezco, si en la familia de su papá Yordan, donde priman los ojos claros, azules y verdes.

Mia es indudablemente norteamericana, por lo que sus momentos y motivaciones más profundos giran alrededor de esa cultura, sin embargo, al crecer dentro de una familia cubana, hereda con cierta gracia eso que llamamos cubanía. Su español como segundo idioma es casi perfecto, no sólo en su dicción, sino en el ritmo que los cubanos imprimimos al castellano original de la “Madre Patria” europea. Mia puede hablar un perfecto inglés e inmediatamente cambiar para el cubano, que es más y diferente al castellano o sencillamente puede hablar paralelamente en los dos idiomas sin perder el ritmo de las conversaciones en ambas lenguas.

Ahora, precisamente guiada por la música, al ser fanática de uno de los grupos coreanos del sur obviamente, más populares en el área internacional del K-pop, Stray Kids, (스트레이 키즈), comienza a masticar el coreano, que debe ser uno de los idiomas más difíciles y extraños del planeta y bailar tal como lo hacen los jóvenes profesionales asiáticos, acompañada casi siempre por su pequeña hermana Maeve, M-2, que brinca, se contorsiona, mueve las manos y canta en un solo idioma ingléscubanocoreano, imitando a su hermana mayor.

Mia es una buena estudiante, no creo que heredado de sus padres al menos cuando fueron jóvenes, sino creado por ella misma y su interés en cumplir y aprender. Ella, por tener esa personalidad tranquila, sosegada, nunca ha dado problemas con la escuela, tareas, trabajos, etc., para felicidad de sus padres. Mía es, por encima de todo, sencillamente paz.

Mia va a ser una persona de cultura. Lee, escucha música, canta, se mueve con la tecnología toda como pez en el agua y toca varios instrumentos musicales, piano, guitarra y nada más y nada menos que viola, algo poco común para los simples mortales. Es más fácil hacer música con una lata y un palo o con las manos, donde yo me inserto, que tocar cualquier versión de los violines, que ahora mismo creo que son tres. Eso, ese aprendizaje, que podrá ser desarrollado hasta el infinito, hace a las personas diferentes. La música purifica el alma.

Pero además Mia practica de forma estable y oficial, o sea, varias veces en la semana, varios deportes, en las tardes, tea kwon do, donde ya exhibe cinta negra para su categoría y varios premios y medallas en competencias oficiales y ahora en las mañanas basquetbol, donde ya anotó su primera canasta e hizo un pase profesional salvando una bola que se salía del terreno, ayudando a su equipo a ganar por paliza, en una competencia oficial frente a un equipo de otra escuela. 

Claro, no es que sea genio, no hace falta ser genio, a veces ellos son los humanos más complicados que existen, sino que además de su esfuerzo personal, que satisface sus gustos e intereses personales, tiene detrás a padres que sirven de apoyo, soporte, comisión de embullo totalmente.

No siempre el número 13 es malo, mi nieta acaba de cumplir sus primeros trece años, ojalá tenga yo vida para verla cumplir muchos 13 años más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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