Vivo en el centro del país, región, que según cuentan fue poblada por
alemanes, holandeses, irlandeses, y de ahí, según también cuentan, un poco su tendencia
conservadora.
En el poco tiempo que llevo aquí en varias ocasiones he escuchado lo de “políticamente
correcto o incorrecto”. Para mi asombro he descubierto que aquello de la famosa
libertad de expresión, sigue coaccionado, no por las leyes explícitas de los
gobiernos, sino por las leyes ocultas de las personas. Todo dependerá entonces
del grupo social donde te encuentres o de las personas que escuchen tus ideas,
o de la payasada con que quieras vivir. Políticamente correcto o incorrecto, es
el término que puede encubrir formas de pensamientos reales, siempre hay
personas sinceras y buenas o de pura conveniencia.
Digamos, para los norteamericanos promedio, los negros de África o de Latinoamérica
son simplemente negros, no hay confusión, sin embargo los negros de Estados
Unidos son afroamericanos. Decirle a un negro aquí negro, puede convertirse en
una enorme ofensa, vinculada obviamente al tema racista. A mí me llama la
atención cómo se puede ser tan complicado. Resulta que el papá del tipo nació aquí,
el abuelo del tipo nació aquí, el bisabuelo nació también aquí y sin embargo
ellos se dicen y hay que decirles afroamericanos, cuando convencido estoy de
que incluso muchos no saben dónde queda el continente negro.
Los descendientes de los aborígenes norteamericanos, no son indios.
Indios para los norteamericanos son los de Latinoamérica, o sea, Bolivia, Perú,
México, etc, los indios de aquí no son indios, son nativos americanos. Parece
ser que decirle indios crea un conflicto, en y hacia esa población, problema que
los gobiernos han tratado de disminuir un poco como compensación a lo que le
metieron en siglos anteriores, o sea, el joven indio de hoy, que nació hace
unos pocos años, no es llamado sencillamente norteamericano, sino hay que
seguirle diciendo nativo americano.
Para que vean, donde quieran cuecen habas. Entonces aparece la
evaluación que dice lo que es políticamente correcto o incorrecto y lo más cómico
es que las personas se lo creen o al menos aparentan creencia y tratan de que tú
también lo creas.
Recuerdan la pegunta que le hice a la joven del restaurante de comida
mexicana, aquella de si ellos tenían mexicanos trabajando en el restaurante.
Aquella pregunta sencilla, transparente, sin doble sentido que le hice a una
chica rubia de ojos azules que vendía tortillas y burritos mexicanos, pues
aquella pregunta creó media hora de conversación – interpretación en la mesa
donde estábamos.
Ojo, me dijeron, tu pregunta puede ser políticamente no correcta. Qué?,
Hasta dónde vamos a seguir con esto?,pregunté yo. Pues sí, la vida me dice que
sí, que en dependencia de las personas que estén presente, la pregunta pudiera
haberse convertido en algo desagradable, no aprobado, que se definiría como políticamente
incorrecto, incluso la chica rubia de ojos azules pudo haberse molestado. La
pregunta pudo haber sido interpretada como un tema de discriminación racial y
eso aquí es problemático. No creo porque ellos sean la mata de la igualdad
realmente, sino porque se han inventado esa fórmula para parecer diferentes.
Una cosa son los gobiernos y otras son las personas, aunque parezca que
todos estamos metidos en lo mismo y de la misma forma. Hay fórmulas humanas, no
escritas, que actúan en silencio, que
son más fuertes que les leyes.
Para muchas personas aquí parece ser que este es el único lugar en el
mundo que ha sufrido procesos de racismo, aniquilación de poblaciones, discriminación
por inclinación sexual, incluso oleadas de migraciones. Para ellos, lo que aquí
ha pasado es exclusivo y totalmente diferente y entonces enseguida apelan a
actuaciones de esas, esto no se puede decir, no se puede hablar, no se le puede
decir así, esto es incorrecto, etc. Increíble, un país tan desarrollado, con tantas y tantas
personas geniales y se traba en temas tan sencillo, dándole carácter de tabú.
Nosotros en Cuba también tuvimos indígenas que fueron exterminados
totalmente por los colonizadores españoles básicamente, y esos pobres
pobladores, además de que fueron pobres, fueron indios, ni más ni menos. A nadie
se le ocurre llamarlo nativos cubanos, o nativos caribeños, menos nativos
latinoamericano, son sencillamente indios. También recordarán que los
colonizadores españoles, trajeron a otras personas para trabajar. De dónde las
sacaron, pues de donde sacaron en esa época a todos para trabajar, o sea, África.
Tuvimos en nuestra historia cinco siglos de racismo y brutal esclavitud y a
nadie se le ha ocurrido llamar a los negros de hoy afrocubanos. Si, son negros,
sus tátara, tátaras abuelos vinieron de África, pero ellos son sencillamente
cubanos. Creo que si los llamas afrocubanos, lo primero que pasaría es que no
te entenderían. Sería lo mismo que llamarme a mí español, porque mis bisabuelos
vinieron de España. No soy español, aunque me he averiguado dónde queda España
por si acaso, JAJAJA, no soy asturiano, ni gallego, soy sencillamente cubano.
Entonces a pesar de la represión que tuvimos a partir de 1959, y los
problemas que esto generó y puede generar aun, somos menos complicados. El
indio es indio, el negro es negro, el mexicano es mexicano, todos con ojos
rasgados son chinos y los gallegos son tacaños y brutos. JAJAJA. Negro es el
color de la piel, mi negro, es una frase cariñosa para reconocer a un amigo,
negro de mierda es lo mismo que decir blanco de mierda. No es el color lo que
identifica el problema.
Aquí, me parece, siguen interesados en defender a los indios y a los
negros, sobre todo porque están interesados en defenderse ellos mismos, o sea, déjenme
ver si puedo explicar lo que siento. En una
parte de los norteamericanos, si es cierto que son norteamericanos,
también es cierto que prima aquello de que mis padres o abuelos son alemanes,
holandeses, etc. Yo no acabo de entender ese doble sentimiento. Es sabido que
este es un país de emigrantes, pero Cuba también lo fue, al desaparecer
prácticamente el “nativo cubano”, que además no era tan nativo, sino que había
venido en oleadas desde el norte de América del Sur, la Isla fue poblada por
españoles de toda España, negros africanos, chinos, ahora sí de China, piratas
o expiratas franceses, ingleses, holandeses, más todo el que hacía escala en
los puertos cubanos y tiraba una canita al aire con una bella criollita y
dejaba en ella su espermatozoide fecundador, etc., tuvimos mucha inmigración española y china incluso hasta las primeras décadas del siglo XX y no somos muy dados a
definirnos como cubanos de aquí, o cubanos de allá, somos sencillamente
cubanos.
Claro, todo dependerá de la persona que te escuche. Tengo la experiencia
de tener en mi residencial, casi al frente de mi taller, un apartamento
alquilado por Georgiana Lee, una “nativa americana”. La primera vez que entré a su apartamento
quedé fascinado, las paredes están decoradas con imágenes de caballos, fotos de aldeas y de abuelos indios, adornos con plumas, etc. El ambiente es como estar en la película Danza con
Lobos. Genial.
La residente apareció en segundos, sus facciones más que evidente eran indias,
después de aclararle que yo era cubano y acababa de llegar a Estados Unidos, emocionado,
le pregunté, eres tu india y la muchacha, con una sonrisa amplia, que denotaba
orgullo me respondió que sí y entonces conversamos un poquito sobre su origen.
Ella no se disgustó, yo no dije india de mierda, todo lo contrario yo estaba
como que viviendo dentro del clásico de Kevin Costner. Ella, debe haber notado,
primero mi asombro y luego un poquito mi admiración, por lo que el término
india no le vino para nada mal. Hoy es amiga nuestra, a cada rato nos manda galleticas
y dulces típicos. Ella siempre sonríe. A lo mejor no sabe nada o no le importa
lo del término políticamente incorrecto. Es sencillamente norteamericana y
feliz.
Lo que nunca pude imaginar, es que en Estados Unidos, en medio de este
lugar, fuera a escuchar tantas veces lo de políticamente incorrecto o correcto, ya no
enunciado por el gobierno, lo cual tuviera determinada justificación, sino por
personas comunes, de a pie.
Nada, que donde quiera que uno va, siempre es la misma mierda y aunque
esto no sea la típica sociedad que Orwell menciona en su obra, siempre y donde
quiera habrá un Gran Hermano que te vigila, porque a veces ese hermano grande y
oculto somos nosotros mismos.